Descargar

El hombre de la amazonia peruana en la antigüedad y la actualidad (página 3)

Enviado por danroli70


Partes: 1, 2, 3

  • agricultura intensiva (21%)

  • productos de la fauna (9%)

  • carbón (3%)

  • extracción de fibras y artesanías (2%)

  • recolección de frutos silvestres (1%)

  • plantas medicinales (0.5%)

  • El sistema que usan es sustentable debido a que el período de rotación es largo, puede llegar a los 30 años entre agricultura y bosque (Brack, 1992).

    Consumo de hongos

    El consumo de hongos no es generalizado entre todos los grupos indígenas de los bosques tropicales. Por ejemplo, los huaorani no consumen ningún tipo de hongos, los quichuas del Pastaza reconocen como comestibles hasta 7 especies diferentes.  Los indígenas siona y chachis consumen sólo los hongos que son de color blanco. 

    Entre los yanomami el consumo de hongos es muy importante.  Ellos van recogiéndolos mientras llevan a cabo sus faenas de roza (Cerón, 1991).

    Aguaje o morete – Mauritia flexuosa

    El manejo sostenido de la palma Mauritia flexuosa, incluye métodos no destructivos de cosecha y raleo de otra vegetación.  Esta palma puede ser cultivada en suelos permanentemente pantanosos, así como en tierra firme y pueden tolerar suelos muy ácidos.  Por ser una planta dioica hay que sembrar poblaciones muy densas para asegurar plantas macho y hembra y luego ralearlas.    Con una población de 200 palmas por hectárea, se obtiene igual producción de aceite que con la palma africana.  Las semillas pueden ser comercializadas para forraje, producción de alcohol o tagua. El mesocarpo seco puede servir para producción de harina. M. flexuosa puede ser introducida en un sistema agroforestal. Se siembra  la palma en chacras y se cosecha durante el barbecho.  Es cultivada pero sólo en forma limitada.  Los frutos son obtenidos de poblaciones silvestres (Pederson y Balslev, 1993).

    Amazonía Central del Perú

    En la Amazonía central la regeneración natural del bosque es incentivada a través de favorecer a especies tales como Vochysia maxima, que es una especie oportunista de claros.

    La disponibilidad de semillas en el suelo, se restringe a 7 semanas después de  la diseminación de las semillas y la mayor parte de éstas caen en las proximidades (menos de 60 m) de los árboles semilleros.  Los brizales persisiten bajo el techo del bosque por más de 1 año y su distribución disminuye notablemente más allá de los 50 metros del árbol semillero. Los árboles de V. maxima presentan alta densidad en este bosque secundario, por lo que se sobreponen mutuamente. Debido a su disponibilidad prolongada, los brizales y no las semillas deben ser la meta de manejo.  Para obtener una regeneración continua, la densidad de árboles semilleros debe ser mayor a 1 por ha  (Viana, 1990).

    Manejo de la sucesión ecológica por el pueblo Quichua

    La sucesión ecológica es favorecida por las comunidades Quichua a partir de los campos abandonados. Al clarear la selva en una misma dirección forma un modelo lineal de campos forestales con diferente edad de crecimiento, los cuales se reconocen por la fenología de cada planta, la estructura y la composición de la vegetación.

    La regeneración es favorecida a partir de la tala y las actividades de horticultura,  mediante métodos de protección, transplante, siembra y eliminación de las especies no deseadas. La siembra de árboles valiosos se realiza cuando todavía los campos están cultivados con yuca; por  tanto su crecimiento es estimulado por la penetración de luz.

    Manejo de la sucesión ecológica entre los Kikuru

    Los índigenas Kikurú del alto Xingú, mantienen amplia diversidad de bosques con diferentes edades, incluso algunos tienen más de 100 años y cada uno atiende diferentes requerimientos.  También estan familiarizados con las características individuales de los árboles por separado y los identifican por las hojas, las semillas o cualquier otra parte de la planta.

    Conclusiones

    Esta recopilación es una pequeña muestra de la sabiduría de los pueblos indígenas amazónicos.  Un mejor entendimiento y el respeto de las diversas formas en que los pueblos indígenas se interrelación con la selva, podrán contribuir favorablemente a la sobrevivencia de los bosques tropicales  del continente americano.

    Esta recopilación, hace referencia al sistema de conocimientos y tecnologías desarrollado por los pueblos amazónicos, sistema que está en constante evolución y que ha sido heredado de las generaciones pasadas.  Nadie es dueño de este conocimiento, por lo que no puede ser objeto de apropiación individual.

    Resultados y discusiones

    Es imposible conocer el número de indios que poblaban la cuenca a la llegada de los conquistadores españoles y portugueses. Pero es seguro que ya entonces no serían muchos, dadas las precarias condiciones de vida y las pocas posibilidades que para la alimentación ofrecía la selva. Cada aldea, de unas 100 personas más o menos, necesitaba grandes extensiones para sobrevivir, produciéndose continuas guerras entre vecinos que mantenían la población en límites aceptables.

    Pero la llegada de los conquistadores introdujo un nuevo factor de desequilibrio: el de las enfermedades desconocidas, ante las cuales los indios mostraron una especial sensibilidad. La consecuencia fue que tribus enteras quedaron diezmadas. A esta causa principal habría que añadir la del impacto de la civilización al desarraigar a las tribus indígenas de sus modos de vida tradicionales. Igualmente hay que hacer constar las muertes violentas producidas en los diversos intentos de colonización, sobre todo las causadas, desde comienzos del siglo XX, por los "seringueros", los recogedores de látex para la producción de caucho, y después por los "garimpeiros" o buscadores de oro y diamantes. La última fase en este declinar de la población indígena se está produciendo con la construcción de la carretera transamazónica, destinada a unir las costas atlánticas con la frontera peruana a lo largo de 5.400 Km. a través de la selva.

    Entre las tribus amazónicas más conocidas se encuentran los jíbaros de los contra fuertes andinos del Ecuador y Perú; loa yanomanos de la vertiente norte de la cuenca, entre Venezuela y Brasil; los amahuacas de las regiones peruanas y brasileñas, entre los ríos Ucayali y Purúa; lce xikrin del sureste de la Amazonia; los xingi~ del parque del mismo nombre, etc. De todos ellos, los jíbaros, famosos por su costumbre de reducir las cabezas de sus enemigos muertos, son los más numerosos.

    El hombre blanco, con sus intentos de colonización, se hace presente en algunas pocas poblaciones asentadas a lo largo del curso principal del Amazonas y que son núcleos para la comercialización de los productos de la selva y una especie de avanzadillas de la civilización. Santarém, en la desembocadura del Tapajoz, Manaus, en la del Negro, e Iquitos, poco después de la confluencia del Marañón y el Ucayali, son los únicos centros que merecen el calificativo de ciudades. Su comunicación con el mundo exterior sólo es posible por el aire o por el río. El porvenir de esta inmensa cuenca amazónica, uno de los pocos lugares de nuestro planeta que todavía encierra secretos para el hombre, aparece aún rodeada de muchos interrogantes. La ya citada carretera transa masónica, pese al mal que está haciendo a la población autóctona, ayudará a despejarlos en parte.

    No es probable que ayude a fomentar la agricultura o la ganadería, pues, como ya hemos dicho, la fertilidad de esta selva es consecuencia de su clima y no de la tierra. Pero quizás permita llegar a determinados lugares hasta ahora inaccesibles en cuyo subsuelo es posible que existan grandes riquezas minerales. Pero ¿valdrá la pena hacer todo eso? Significará también mucha destrucción. Y el hombre, ese gran creador de bellezas y de maravillas artísticas, tiene asimismo el deber de salvaguardar as maravillas naturales.

    Las tribus que aún subsisten en la selva forman parte del atractivo de los recorridos turísticos que se hacen actualmente. En claros circulares abiertos en la jungla los visitantes son alojados en chozas de paja y adobe sin puertas ni ventanas, lo cual les permite convivir casi directamente con caimanes, jaguares, pumas, monos y miles de aves al mismo tiempo que, por expreso pedido de los guías, tienen un cuidado especial de las serpientes más peligrosas que son la coral, la cobra papagayo y la surucucú pico de jaca. Estos tipos de campamento son realizados a orillas del Río Negro, donde no hay mosquitos ni pirañas debido a que sus aguas son muy ácidas (tampoco hay una gran variedad de peces). Por otra parte, cuando los lugares están cerca de ríos verdes como el Xingu o el Tapajós, los visitantes se alojan en cómodos hoteles con aire acondicionado. En ese caso los turistas pueden pescar y llevarse la presa, siempre y cuando el pez mida más de 1.50 m. de largo. A este respecto hay algunos ecologistas, exagerados si se quiere, como Brigitte Bardot, que no ven con buenos ojos estos viajes ecológicos; pues, según Bardot, el solo hecho de que un hombre pise este edén significa contaminación. Esto no es del todo falso, si se toma en consideración que muchas veces se ha abusado del tráfico de fauna: resulta una tentación muy grande para los turistas llevarse algún animalito a modo de souvenir. Lamentablemente, en un tiempo, los más los rapaces habían elegido al chimpancé de cabeza dorada al que, luego de matarlo le cortaban las manos y, después de embalsamdas, lucían en lujosos livings de Roma o New York.

    Actualmente, este tipo de viajes están siendo organizados por empresas responsables e incluso por organizaciones ecologistas, como W.W.F. (World Wildlife Found). De esta forma los recorridos rústicos se hacen con una verdadera conciencia ecológica, y están programados de forma tal que no interfieran, o interfieran lo menos posible, en la vida de la selva.  

    Respuestas a los objetivos

    De lo dicho anteriormente podemos sacar en claro que la destrucción de la selva amazónica es un problema gravísimo que afecta a todos los demás países por donde se extiende este maravilloso vergel.

    Los problemas mencionados: los incendios, la contaminación de la atmósfera, del Río Amazonas, el asesinato de los aborígenes y de los campesinos, y, en fin, la alarmante desaparición de la selva tropical más importante del planeta, con todas sus consecuencias, no son problemas fáciles de resolver. Pero hay muchas personas que se están ocupando permanentemente del tema y están buscando soluciones para este, el mayor desastre ecológico del siglo.

    Dado que el problema tiene un origen económico, y que por lo mismo se agrava cada vez más, las organizaciones ecológicas se centran en la búsqueda de emprendimientos económicos de tipo sustentable. Por ejemplo, algunos especialistas sostienen que si Perú se concentrara en la explotación del caucho y de una fruta el aguaje, abundantísima en la región, lograría duplicar los ingresos que le reportan el ganado y la madera. También se pone de manifiesto que la extracción de caucho, entre otras cosas, reportaría mayores ingresos que las actividades nocivas que se están llevando a cabo. De hecho, el gobierno peruano ya ha establecido 63.000 familias de extractores de caucho en zonas de la selva que han sido nombradas reserva con este único objeto, y que en un principio ocupaban el 1% del total del amazonas; los extractores esperan que en un tiempo más se les designe el 10% del Amazonas como zona de reserva. También se ha echado mano, para este tipo de emprendimientos, a las fibras, semillas, flores, frutas y miel, entre otras muchas opciones. Un ejemplo de esto es la palmera y su fruto.

    Para concluir, baste decir que, si bien los problemas son muchos a más de graves, no bastará con el sólo emprendimiento de estas organizaciones. Es llegado el momento de que todo el mundo tome conciencia porque la selva no puede esperar y –según los pronósticos más agoreros– de seguir a este ritmo, para el 2.490 no quedarán un solo árbol sobre la tierra. Cabe aclarar aquí que mucho antes de que eso suceda, tal vez dentro de 50 o 60 años, la vida será casi imposible. Ojalá que no sea demasiado tarde.  

    Bibliografía

    • Hombre, Naturaleza y Filosofía. Actas VI Congreso Nacional de Filosofía. UNAP. 1996.

    • Etxeberria, X 1998. El desafío del otro indígena.

    • Salmerón, F. 1998- Diversidad Cultural y tolerancia. México. Paidos.

    • Rubio Recio, José Manuel. El Amazonas, el infierno verde. Madrid: Biblioteca Iberoamericana. Ediciones Anaya, S.A., 1988.

    • Microsoft ® Encarta ® 2009. © 1993-2008 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

    • http://www.perucultural.org.pe/ Sitio Web con amplia información cultural sobre Perú

    • http://www.congreso.gob.pe/

    • http://www.ignperu.gob.pe/

     

     

    Autor:

    Mgr. Lic. Dante Enrique Rojas Linares

    edu.red

    [1] M. Scheler. El puesto del hombre en el cosmos. Buenos Aires. Losada.1978 pp. 23-24

    [2] M. Isabel Doñate Asenjo. Filogenésis, antropogenésis y sociogenésis Introducción a la Filosofía (filosofía I).

    [3] Ibid. Pag. 197

    [4] Ibid, pag. 217

    [5] Ibid. pag.220

    [6] César Tejedor Campomanes. Introducción a la filosofía. Ediciones S/M. pag 11.

    [7] Ibid. Pag 11

    [8] Ibid. Pag. 12

    [9] Ibid. Pag. 13

    Partes: 1, 2, 3
     Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente