- Temperatura corporal normal
- Fiebre
- Síndrome febril
- Estudio del paciente con síndrome febril
- Tratamiento de la fiebre
- Evaluación y manejo de los lactantes y niños con fiebre
- Bibliografia
La temperatura corporal normal es la resultantes de calor originado durante la oxidación de nutrimentos y de la temperatura ambiental, regulada por un sistema termostático cuyos principales controles están localizados en dos centros situados en la región hipotalámica. La producción y pérdida de calor es controlada mediante la actividad muscular (ejercicio, escalofrio); producción de hormona tiroidea, vasoconstricción y vasodilatación periférica, piloerección, ingestión de alimentos. En la práctica diaria la temperatura se mide en la piel, en la boca o en el recto, la primera es de 0.2 a 0.4°C más baja que la bucal y ésta, de 0.5 a 1.0°C más baja que la rectal, ésta última es la que se puede medir con mayor precisión, el termómetro debe introducirse no más de 4 cm en el niño y no más de 7 cm en el adulto, durante 3 minutos. La temperatura rectal puede variar normalmente de 36.2 a 38.0°C, la oral oscila entre 36.0 y 37.4°C y la axilar fluctúa entre 35.6 y 37.2°C. La temperatura también varia según la edad, siendo esta de la siguiente manera:
EDAD | TEMPERATURA |
3 meses | 37.4 +/-0.4 |
6 meses | 37.5 +/-0.3 |
1 año | 37.6 +/-0.2 |
3 años | 37.2 +/-0.2 |
5 años | 37 +/-0.2 |
7 años | 36.8 +/-0.2 |
9 años | 36.7 +/-0.2 |
11 años | 36.7 +/-0.2 |
13 años | 36.5 +/-0.2 |
Es la elevación de la temperatura corporal por encima de 38°C como respuesta del organismo a la interacción con múltiples agentes infecciosos y no infecciosos. Las sustancias que producen la fiebre se llaman pirógenos y pueden ser exógenos o endógenos. Los pirógenos exógenos son ajenos al huésped, mientras que los endógenos son producidos por él en respuesta, generalmente a estímulos iniciadores que suelen ser desencadenados por la infección o la inflamación. La mayoría de los pirógenos exógenos son microorganismos, sus productos o toxinas. Los pirógenos exógenos actúan sobre todo estimulando a las células del huésped (monocitos y macrofagos ) para que elaboren pirógenos endógenos. Los pirógenos endógenos son polipéptidos elaborados por distintas células del huésped, especialmente por monocitos/macrófagos. Los pirógenos elaborados localmente penetran a la circulación y producen fiebre actuando sobre el centro termorregulador del hipotálamo.
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Patogénesis e inmunorregulación de la fiebre
Es la aparición de fiebre por lo menos una semana acompañada de síntomas, en un niño en el cual el interrogatorio y la exploración física minuciosa no revelan la causa probable del problema. El síndrome febril sin foco constituye un motivo de consulta muy frecuente en pediatría, suele tener un inicio agudo y dura menos de 1 semana, tanto el manejo como la decisión de realizar pruebas complementarias se estratifica según la edad del paciente. A grandes rasgos se podría decir que la realización de pruebas complementarias y la agresividad del manejo es inversamente proporcional a la edad, lo cual es debido fundamentalmente a la inmunodeficiencia relativa que presentan los lactantes de menor edad. La etiología del síndrome febril puede ser de origen biológico o de origen físico, clasificándolas de la siguiente manera:
Infecciones: Bacterianas, virales, micosis, parasitosis y rikettiosis.
Neoplasias: carcinomas y linfomas
Mecanismo Inmunológico. Alergias, enfermedades Sistémicas del tejido
conectivo autoinmunes.
Hemopatías: Leucemia, aplasias medulares, crisis hemolíticas, síndrome
mieloproliferativo.
Necrosis tisular: Accidentes vasculares, traumatismos mecánicos, gangrena de
una extremidad.
Enfermedades Endocrinas: Gota, porfiria, addison, crisis tiroidea.
Fiebre Ficticia: Autoinducidas, simulada.
Origen físico: traumatismos, cirugía extensa, terapia radiante, exposición a
temperatura ambiental alta por tiempo prolongado.
Químicos: Agentes pirógenos, medicamentos, psicológico como las emociones
Los signos y síntomas que acompañan a la fiebre son muy variados e inconstantes, pues son generalmente subjetivos y dependientes de la apreciación de cada individuo en particular. Mientras algunas personas manifiestan sensaciones claras de incomodidad como: cefalea, cansancio, dolores musculares o alteraciones visuales, otras con la misma temperatura refieren no sentir molestia alguna. Los signos y síntomas más comunes son los siguientes:
Escalofríos: Sensación de frialdad, forma parte de la respuesta del SNC a la
demanda de un reajuste por parte del centro termorregulador destinada a
producir más calor.
Piloerección: También llamada piel de gallina, se acompaña de castañeo de
dientes y de fuertes temblores.
Sudoración: Aparece cuando se pone en marcha los mecanismos de la pérdida de
calor.
Aumento de la frecuencia cardiaca
Aumento de la frecuencia respiratoria
Dolores musculares
Rigidez de los músculos del cuello
Cefalea
Calor y enrojecimiento cutáneo
Herpes labial
Alteraciones de la conciencia
Convulsiones
ESTUDIO DEL PACIENTE CON SÍNDROME FEBRIL
No hay ninguna otra situación clínica en donde la historia clínica meticulosa sea más importante.
HISTORIA CLÍNICA
La edad del paciente es un dato útil, los niños menores de 6 años suelen tener una infección respiratoria o del aparato genitourinario, infecciones localizadas (abscesos, osteomielitis). Los adolescentes son más frecuente que tengan tuberculosis, enfermedad inflamatoria intestinal, procesos autoinmunitarios. Hay que prestar atención concienzuda al desarrollo cronológico de los síntomas en relación con el consumo de fármacos (incluidos los tomados sin supervisión del médico) o con otros tratamientos, como las intervenciones dentales o quirúrgicas.
En la historia debe registrarse cuidadosamente los contactos con animales y la exposición a gases tóxicos, a posibles antígenos o agentes infecciosos o a otros individuos infectados o con fiebre en la propia casa o en el colegio. Igualmente hay que anotar las zonas geográficas en las que el paciente ha vivido, los viajes realizados. Hay que obtener datos sobre posibles aficiones desacostumbradas, sobre gustos dietéticos (como comer pescado o carnes crudas o poco hechas, leche o quesos sin pasteurizar) y los animales domésticos de recreo. Se prestará atención al consumo de tabaco, marihuana, drogas intravenosas o alcohol; a los traumatismos, mordeduras de animales, picaduras de garrapatas u otros insectos; y las transfusiones, inmunizaciones, alergias a fármacos o hipersensibilidades anteriores.
En una historia cuidadosa deben figurar datos sobre familiares afectados por la tuberculosis u otras enfermedades infecciosas febriles, enfermedades vasculares de la colágena, o por ciertos síntomas de rara presentación familiar, como sordera, urticaria, fiebre y poliserositis, dolores óseos o anemia. Se debe de preguntar por el tipo de fiebre que presenta el niño, la fiebre puede ser sostenida, intermitente, remitente o recidivante.
EXPLORACIÓN FÍSICA
El enfermo febril debe de ser sometido con intervalos regulares a una exploración física minuciosa. Todas las constantes vitales son importantes, la temperatura deberá tomarse en la boca o en el recto, pero siempre en el mismo sitio. Las tomas realizadas en la axila son muy inseguras, como también las que se registran en la boca después del consumo reciente de bebidas calientes o frías, de fumar o de hipervetilar. En algunos casos se explora concienzudamente a los pacientes en el momento de la evaluación inicial, pero la atención diagnóstica se desvía luego hacia las pruebas de laboratorio o a otras técnicas auxiliares. Hay que prestar atención especial a la exploración física diaria que debe continuar hasta que se obtiene el diagnóstico seguro y la respuesta terapéutica prevista.
Debe advertirse si el niño con fiebre tiene sudor, la ausencia de sudor cuando existen elevaciones de la temperatura sugiere una deshidratación por vómito, diarrea o una diabetes insípida central o nefrogénica. La conjuntivitis palpebral es un paciente febril puede ser una pista de sarampión, la infección por virus coxsackie, tuberculosis. Es muy importante examinar la piel, ganglios linfáticos, ojos, lechos ungueales, sistema cardiovascular, tórax, abdomen, sistema musculoesquelético y sistema nervioso. El tacto rectal no debe olvidarse nunca. Se explora con cuidado el pene, la próstata y los testículos, retrayendo del prepucio si existe, el examen ginecológico debe de formar parte de toda exploración física en la adolescente.
En los niños con síndrome febril debe pensarse en que pudiera tratarse de Infección del tracto urinario: La UTI es significativa en los lactantes que tienen fiebre, ala probabilidad de presentar UTI varía según la edad, siendo más frecuente en los lactantes menores. Se debe de tomar una muestra de orina para ser analizada y cultivada, la recolección debe de hacerse con aspiración suprapúbica, cateterización o con recolección de chorro medio, con utilización de bolsa perineal estéril. En los lactantes menores con fiebre el tratamiento antimicrobiano debe de comenzarse empíricamente. También debe tenerse en cuenta Neumonía, otitis media y enteritis: En un estudio se observó que el 26% de los lactantes que tenían fiebre y leucocitosis tenían neumonía, con ausencia de síntomas respiratorios. Se recomienda que los pacientes que tengan diarrea se les haga un cultivo 1.
PRUEBAS DE LABORATORIO
Existen pocos síntomas en medicina que ofrezcan tantas posibilidades diagnósticas como la fiebre. Si la historia, el contexto epidemiológico o la exploración física siguieren
1, 2 MICHAEL LUSZCZAK, LTC, MC.. Evaluation and Management of Infants and Young Children with Fever. Amerycan Family Physician. Octuber 1, 2001.
algo más que una simple infección viral o una faringitis estreptocócica, entonces esta indicado acudir al laboratorio. El ritmo y la complejidad de las pruebas que se soliciten dependerán de la marcha de la enfermedad, del planteamiento diagnóstico y del estado de inmunidad del huésped. Si hay signos locales o si la historia, la situación epidemiológica o la exploración física permiten sospechar ciertos procesos, hay que concentrar en ellos las pruebas de laboratorio. La biometría hemática completa con fórmula leucocitaria y un análisis de orina deben ser los primeros datos de laboratorio que hay que evaluar.
Biometría Hemática Completa: Teniendo especial atención en la cuenta de
leucocitos ya que cuando son mayor de 15 000 leucocitos /mm3 nos indica una bacteriemia oculta. Se debe de hacer el conteo de neutro filos, para identificar si existe neutrofilia (que nos orienta a un problema bacteriano) o neutropenia (en caso de una infección viral ó de fiebre tifoidea). De igual manera se debe de realizar el conteo de las bandas.
Examen General de Orina: Se debe de investigar la presencia de bacterias en la orina en cantidad significativa 1 colonias/ml de orina; leucocituria, eritrocituria, proteinuria.
Reacciones Febriles: : Títulos de antígeno s "O" y "H" de 1:160 o mayores.
Velocidad de sedimentación globular: (VSG) Un valor de VSG mayor de 30 mm/hora es otro indicador de respuesta inflamatoria aguda con una sensibilidad de 75%
Proteína C reactiva: (PCR) Valores de 1:50 indica respuesta inflamatoria aguda, se encuentra generalmente elevada en casos de bacteriemia oculta con una sensibilidad variable de 65 a 75.
Bioquímica: Se deben de medir los niveles de electrólitos, glucosa, nitrógeno ureico y creatinina. Las pruebas funcionales hepáticas suelen estar indicadas si los intentos de descubrir las causa de la fiebre no apunta hacia otro órgano distinto.
Radiografía de tórax: Se recomienda realizarla en todos los pacientes que presenten signos y síntomas pulmonares.
Urocultivo: Es necesario tomar urocultivo en todo niño con fiebre sin causa aparente en los que se decida administrar antibióticos empíricamente, así como cuando la temperatura sea mayor de 40oC o cuando la fiebre persista por más de 48 horas.
Hemocultivo: El cultivo de sangre es la "prueba de oro" en la identificación de bacteriemia. El crecimiento bacteriano usualmente se observa en 24 a 48 horas de su siembra
Punción lumbar: Indicada en todo niño en quien se sospeche sepsis o meningitis, si el LCR es normal y no hay otra indicación de hospitalización se puede hacer manejo ambulatorio previa toma de cultivo6
Detección de antígenos bacterianos
Medidas Generales |
Reposo en cama.
Temperatura ambiente ( 21-22ºC)
Evitar el exceso de abrigo en la cama, cubriendo al enfermo con ropas ligeras
para facilitar la pérdida de calor.
Hidratación adecuada con agua, zumos para prevenir la deshidratación.
Dieta blanda. Nutrición equilibrada.
Mantenimiento de piel y mucosas húmedas y limpias.
Medidas Físicas |
Se reservan para situaciones de fiebre muy elevadas (superior a 40ºC):
Aplicación sobre la superficie cutánea de compresas, toallas empapadas de agua
tibia (18-22ºC).
Baños con agua tibia o templada.
No utilizar baños de agua fría y fricciones con alcohol o colonia ya que
producen una vasoconstricción impidiendo la pérdida de calor.
Medidas Farmacológicas |
Su objetivo es la inhibición de la enzima ciclooxigenasa causante de la producción de la prostaglandinas (PGE2) que modifican el centro termorregulador elevando su funcionamiento con el consiguiente aumento de la temperatura corporal. Al mismo tiempo estos fármacos antitérmicos producen una mejoría general en el enfermo ya que poseen acciones antiinflamatorias y analgésicas. Para su elección se intentará elegir el que consiga la máxima eficacia con la mínima toxicidad.
Ácido acetilsalicílico: Inhibe la síntesis de prostaglandinas. Además de la acción
antipirética posee acciones analgésicas y antiinflamatorias. Disminuye la temperatura al cabo de 30-60 minutos de su administración oral, alcanzando a las 3 horas su máxima eficacia. Se recomienda evitar su administración en niños febriles con enfermedad viral ( gripe, varicela) dado el riesgo de síndrome Reye (cuadro agudo hepático y cerebral muy grave). La dosis en adultos es de 500-1.000mg/4-6 horas. En niños 10mg/Kg/4 horas.
Paracetamol :Inhibe la síntesis de prostaglandina a nivel cerebral, no siendo eficaz
a nivel periférico (plaquetas, mucosa gástrica, pulmón) su efecto se inicia a los 30-60 minutos y a las 3 horas alcanza su efecto máximo. A su acción antipirética se une la analgésica. Sin embargo, su acción antinflamatoria es casi nula: posee menos efectos adversos que el ácido acetilsalicílico. Es eficaz para el tratamiento de la mayor parte de los casos de fiebre. Cuando se sospecha enfermedad viral es el fármaco de elección. No afecta a la coagulación, siendo menor la irritabilidad gástrica. La dosis en adultos es de 325-650mg/4-6 horas, hasta una dosis máxima de 3g, y debe reducirse en enfermos con alcoholismo crónico o hepatopatía. En niños 10mg/Kg/6h.
Otros AINES: Entre ellos destacamos el ibuprofeno. Su mecanismo de acción se
basa en la inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Produce un descenso más pronunciado de la temperatura y mantiene el efecto antitérmico más tiempo (6-8 horas) tiene acción antipirética, analgésica y antiinflamatoria. Se recomienda su empleo en niños. Se puede asociar al aminoácido L-arginina disminuyendo el riego gastroerosivo. La dosis en adultos es de 400-600mg/6-8 horas. En niños 5-10mg/kg/6-8 horas.
En general, todos los fármacos antitérmicos pueden ocasionar efectos adversos siendo el más común la brusca disminución de la temperatura corporal con producción de escalofríos, severa sudoración con hipotensión. Estos inconvenientes se pueden prevenir con la administración fija y regular de los fármacos antitérmicos y con la adecuada ingestión de líquidos.
FÁRMACOS | DOSIS | OBSERVACIONES |
Acetaminofén | 15 mg/kg/dosis C/8 hrs | Gotas, supositorios, tabletas y jarabes |
Ácido Acetilsalicílico | 20-30 mg/kg/dosis C/8 hrs | No administrar en RN por su efecto tóxico |
neomelubrina | 10-15 mg/kg/dosis | Solo en niños mayores de 3 meses por que puede causar hipotermia |
En un meta-análisis que se realizó se concluyó que los lactantes con fiebre deben de ser estudiados cuidadosamente, sino se encuentra foco de infección y el niño aparece en buen estado no es necesario hacer una gran gama de estudios, más que un uroanálisis y los de rutina, además no debe de darse antibióticos2.
EVALUACIÓN Y MANEJO DE LOS LACTANTES Y NIÑOS CON FIEBRE
MICHAEL LUSZCZAK, LTC, MC, USA
Darnall Army Community Hospital Fort Hood, Texas
Los problemas febriles son un escenario en el que el diagnóstico se vuelve difícil, la evaluación y la exploración física determinan el camino a seguir para la toma de laboratoriales. Lo primero es identificar a los lactantes no tóxicos que pudieran tener una infección viral. Posteriormente identificar a los pacientes que pudieran tener una infección bacteriana. Tenemos que identificar las situaciones especiales como:
- Apariencia tóxica: Son niños pálidos o cianóticos, letárgicos o irritables, con taquicardia y llenado capilar lento. Inmediatamente debe de comenzarse la resucitación, realizar estudios diagnósticos apropiados y obtener cultivos, comenzar con antibióticos empíricamente.
- Infección viral o bacteriana: La infección viral causa fiebre en la mayoría de los lactantes, la causa de la fiebre puede ser reconocida al momento de la exploración física (exantemas, estomatitis) En las infecciones bacterianas como neumonía, meningitis deben ser sospechada y debe de identificarse la infección específica para dar el tratamiento apropiado.
- Problemas crónicos: En estos pacientes se necesita ser más agresivos en la evaluación y en el manejo, ya que son pacientes con leucemia, con SIDA, fibrosis quística, etc.
- Terapia antimicrobiana reciente: Existen pacientes que están en tratamiento y presentan fiebre, en ocasiones el tratamiento antimicrobiano esconde cuadros graves como meningitis, haciéndolo pasar como un problema respiratorio.
Principales problemas que deben de ser pensados en los niños con fiebre
Infección del tracto urinario: La UTI es significativa en los lactantes que tienen fiebre, ala probabilidad de presentar UTI varía según la edad, siendo más frecuente en los lactantes menores. Se debe de tomar una muestra de orina para ser analizada y cultivada, la recolección debe de hacerse con aspiración suprapúbica, cateterización o con recolección de chorro medio, con utilización de bolsa perineal estéril. En los lactantes menores con fiebre el tratamiento antimicrobiano debe de comenzarse empíricamente.
Neumonía, otitis media y enteritis: En un estudio se observó que el 26% de los lactantes que tenían fiebre y leucocitosis tenían neumonía, con ausencia de síntomas respiratorios. Se recomienda que los pacientes que tengan diarrea se les haga un cultivo.
Ante la mayor probabilidad de una infección bacteriana seria, se debe de evaluar y manejar de manera más agresiva, pueden ser utilizados los criterios de Rochester, para determinar el riesgo. Los patógenos que afectan a los lactantes han cambiado, el S. Pneumoniae afecta en 92%. El riesgo de bacteremia se incrementa con temperaturas altas. La prevalencia de bacteremia se incrementa en lactantes con leucocitosis. En un meta-análisis que se realizó se concluyó que los lactantes con fiebre deben de ser estudiados cuidadosamente, sino se encuentra foco de infección y el niño aparece en buen estado no es necesario hacer una gran gama de estudios, más que un uroanálisis y los de rutina, además no debe de darse antibióticos.
BIBLIOGRAFIA
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Imágenes de:
OLGA GARCIA