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Los heterónimos en Fernando Pessoa (página 2)


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Ya en la infancia el niño era susceptible de imaginar personajes que le rodeaban, los preheterónimos que algunos críticos llaman, así que el niño adulto no tuvo problemas en seguir rodeándose de personajes donde podría abocar en ellos todas sus inquietudes, cada una de sus verdades.

Así nacieron a mi parecer los pseudónimos Caeiro-Reis-Campos. En 1915, año de la explosión del poeta, todavía tiene el "propósito de lanzar pseudonimamente a obra Caeiro-Reis-Campos". La distinción pseudónimo-heterónimo aparecerá ya con total claridad en la nota bibliográfica redactada por Pessoa en tercera persona y publicada en la revista Presença en 1928.

¿Por qué tal distinción finalmente? Según Ortega y Gasset "La aparición del otro" surge como reciprocidad; con el trato próximo, transformado en intimidad, se torna en un "Tú": en un heterónimo. El hombre convive dentro de una realidad limitada, si bien consciente de un más allá (el absoluto) que le es ajeno. Y surgen en él un deseo de abarcarlo: de poseer la otra realidad superior. En esta contienda el yo se pasa, afirma Ortega, queriendo ser "otro".

La subjetividad entonces se torna en acción; ésta es una representación dinámica, siempre en cambio y en alteración… como una obra dramática, "um drama en gente" pero "Quando quis tirar a máscara, / Estava pegada à cara".

En un afán de confirmarse, el yo se diluye entre la búsqueda de su identidad y, paradojicamente, su enajenación: "Ser em tudo um Além". Si como Pessoa dice, "Fingir é conhecer-se", es a través de sus heterónimos como se dispersa su persona literaria, pero se ordena su persona interior.

Además el sentirse varios, el ser otro, el no saber lo que se es, o el ser "múltiple" o "disgregado", explicaría, en parte, la búsqueda ansiosa de un "yo" mítico ausente.

El portugués crea una obra heteronímica que viene a ser un juego teatral con voces-personajes líricos y con inquietudes existenciales a la vez, tan opuestas como complementarias. No sin razón se le ha llamado a Pessoa el poeta dramático o el poeta filósofo.

Incluso el mismo poeta nos dice "O ponto central da minha personalidade como artista é que sou um poeta dramático: tenho, continuamente, em tudo quanto escrevo, a exaltaçao íntima do poeta e a despersonalizaçao do dramaturgo".

Así pues la heteronimia es el estadio último de un proceso de despersonalización inherente a la propia creación poética. Según Pessoa el poeta será mejor cuanto más intelectual, más impersonal, más dramático, más fingidor. Por eso decidirá disfrazar sus sentimientos en heterónimos.

Aunque la heteronimia sea una invención literaria detrás de ella se esconde un ansia de trascendencia. Nos muestran las diferentes posiciones del hombre Pessoa en el itinerario de su búsqueda (las inquietudes existenciales).

Desde este punto de vista puede considerarse la heteronimia como procedimientos filosófico-argumentativos: El poeta portugués al emplear los heterónimos no hace sino instalarse y continuar aquella tradición dialógica inaugurada por Sócrates y Platón y que llegará hasta Kierkegaard y Nietzsche (sus filósofos más cercanos y que también utilizan máscaras). Pessoa siente la necesidad de comunicar algún tipo de verdad mediante sus heterónimos.

Hay en Pessoa una concepción dialéctica de la verdad, demasiado abierta a todas las verdades o filosofías (influenciado además por Platón, Hegel y Schopenhauer). Todo en él son verdades parciales, fragmentarias e incompletas. Cada heterónimo representa una forma de ver el mundo, tiene por tanto filosofía, pero no hay en ellos una filosofía sistemática.

Concluyendo, la creación de los heterónimos, si bien Pessoa la concibió como una broma creando un poeta bucólico para presentárselo a Sa Carneiro, más tarde se fue convirtiendo en un magma complejo de causas psicológicas, estéticas y filosóficas que una persona hipersensible, enigmática y expansiva como el poeta portugués pudo llevar a cabo hasta donde su vida real le permitió.

Y es la sensibilidad, el enigma y su capacidad expansiva lo que hace de Fernando Pessoas singular en la poesía universal.

Bibliografía

– CARREÑO, Antonio, La dialéctica de la identidad en la poesía contemporánea. La persona, la máscara, Biblioteca Románica Hispánica, Editoria Gredos, Madrid

– GASPAR SIMOES, Joao, Vida y Obra de Fernando Pessoa. Historia de una Generación, Fondo de Cultura Económica, México, 1987

– MARTÍN LAGO, Pedro, Poética y metafísica en Fernando Pessoa, Servicio de Publicacións e Intercambio Científico, Universidade de Santiago de Compostela, 1993

Comentario al poema Libertad de Fernando Pessoa fechado en 1935

"Tenho neste momento tantos pensamentos fundamentais, tantas coisas verdadeiramente metafísicas que dizer, que me canso de repente, e decido nao escribir, nao pensar mais, mais deixar que a febre de dizer me de sono, e eu faça festas con os olhos fechados"

Con este fragmento del Livro do Desassossego podemos entender mejor este poema impregnado de nihilismo (el poema se estructura sobre afirmaciones y negaciones sucesivas incluso Falta uma citaçao de Séneca.) El poeta hace una apología sobre la inutilidad de la literatura, del hábito del leer y del de estudiar ( el canto de la vanidad de las cosas que ya había escrito Ricardo Reis). La razón de tal inutilidad para el Pessoa ortónimo es que la Naturaleza sigue su curso indefectible y eternamente, en cambio, el ser humano está abocado a la desaparecer estudie o no: E a brisa, essa, / De tao naturalmente matinal, / Como tem tempo nao tem pressa… (también aspecto descifrable en la poesía de Ricardo Reis.)

En el verso Livros sao papéis pintados com tinta se resume la actitud nihilista del poeta, reducido los saberes al absurdo de la nada, a la imposibilidad de conocer la Verdad, los libros se convierten en simples páginas con letras que nada pueden aportar al mundo . Incluso en la siguiente estrofa el convencido Sebastianismo de Pessoa parece tambalearse debido a la indiferencia que le provoca todo aquello que le rodea.

Si bien el poeta afirma que Grande é a poesia, a bondade e as danças… por encima de esto se encuentran los niños, la flores, la música, el claro de luna y el sol.

El tema del niño es recurrente en Pessoa como símbolo de aquella saudade por la incosciente felicidad infantil; las flores son símbolo de la elementalidad de la Naturaleza y su belleza (tema que desarrollará Alberto Caeiro);

Otro elemento que forma parte de la Naturaleza es el sol, símbolo de la sabiduría en Platón, el poeta advierte de los peligros de un conociemiento excesivo e hipersensible del mundo como a Pessoa le ocurría a menudo, Ricardo Reis rechazará el conocimiento para centrarse sólo en las sensaciones, ya que al intelectualizarlas se convierten en tristezas; la música y el claro de luna (¿de Beethoven?) son tambien elementos abstractos que no necesitan de un conocimiento a priori para entenderlos, en cambio sí lo necesitan la poesía, la bondad (el aprendizaje y aceptación de una moral) y las danzas (¿lo dionisíaco?).

El poema termina con un irónico comentario sobre la supremacía del omnicomprensivo Jesucristo Que nao sabia nada de finanças / nem costa que tivesse biblioteca

Es inegable la influencia de Nietzsche en la obra de Pessoa, pero además el individiuo de comienzos de siglo XX ha perdido totamente su norte, valores y referencias, una crisis radical que atraviesa la Humanidad y que Fernando Pessoa ortónimo junto a sus heterónimos expresan con mayor o menor virulencia. Ya que Caeiro-Reis-Campos les inquietan los mismos problemas existenciales, intentando descifrarlos cada uno a su manera pero en todos latente la negatividad del Pessoa ortónimo.

Esta negatividad y ausencia de sentido se traduce en el poema como anulación de todos los valores, afirmando como lo único sólido la falta de sentido, en este caso, la falta de finalidad (com mayor agresividad expresaba Álvaro de Campos este tema en Lisbon Revisited ya en 1926) ¿Para qué leer si el fin es la nada?

La Libertad entonces para Fernando Pessoa está en el des-conocimiento, a la manera de Caeiro (su maestro) , la contemplación junto al estoicismo de Reis, ser la ceifeira del poema de Caeiro.

Pessoa utiliza un lenguaje sencillo, lo que quizás llame más la atención e inquiete sea el tono jovial (no olvidemos que está escrito el mismo año de su muerte), casi de cancioncilla infantil, comenzando con versos cortos entre exclamaciones que contrastan con el pesimismo latente tras sus juegos de palabras, nihilismo amortiguado también por la ironía tanto al final como al principio del poema con el epígrafe (Falta uma citaçao de Séneca), si bien el poema termina con puntos suspensivos, como dejando ver tras la ironía un suspiro interior de resignada negatividad.

 

Daniel Martí Moreno

Estudiante en la Universidad de Valencia (España)

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