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El discurso político del ex presidente argentino Menem desde la perspectiva de la lingüística de texto (página 2)

Enviado por Fabián Barrera


Partes: 1, 2

  Asistimos a una serie de situaciones que tienen por fin alterar la tranquilidad, la paz, la estabilidad indispensable para poner al país de pie y en marcha. Son como viejos fantasmas que nos pretenden atemorizar. Hacer abdicar de nuestra voluntad de cambio. Renunciar a nuestro afán de transformación nacional. Actos de irresponsabilidad manifiesta en el transporte de toda la población, no tan sólo afectan al gobierno. El principal afectado es todo el pueblo argentino. La principal víctima son los propios trabajadores.

  Por eso, es necesario que quede bien claro. Que se diga con todas las letras. Que se escuche con seguridad. Frente a estos actos de abuso gremial y de abuso empresarial, el gobierno nacional dice «no». «No» al regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito externo. «No» a la ley de la selva. «No» al vandalismo salvaje, oculto tras la necesidad indiscutible de mejores condiciones de vida para todos los argentinos. «No» a quienes lucran con la inestabilidad. «No» a quienes anteponen sus propios intereses al interés de todos. «No» a la vuelta al abismo, al incendio, al precipicio.

  Esta experiencia el pueblo argentino la conoce perfectamente, y por eso hoy le da la espalda a quienes agitan esos fantasmas del desencuentro. Y en esto quiero ser terminante. El gobierno nacional, junto al pueblo de la Nación, va a dar esta batalla con la ley en la mano, con la Constitución en la mano.

  Naturalmente, la ley permite el derecho a huelga, al disenso, al reclamo, a la reivindicación. Pero la ley no permite que se burle la voluntad de un pueblo que quiere trabajar. Y aquí, intereses sectarios están burlándose de un pueblo que quiere trabajar. En consecuencia, debemos ser muy decididos en este aspecto. Yo no le tengo absolutamente ningún miedo a los legítimos reclamos de una organización gremial o empresarial.

  Pero tampoco le tengo absolutamente ningún miedo a hacer respetar el deseo de los argentinos para trabajar. Porque a los olvidadizos, se los recuerdo una vez más: Este gobierno es el gobierno de quienes trabajan. Es el gobierno de todos los trabajadores. Tenemos la suficiente firmeza, la suficiente legitimidad, el suficiente consenso, como para no admitir excesos, los salvajismos, los atentados contra el irrenunciable derecho al trabajo de todos los argentinos.

  Este gobierno es un gobierno fuerte. Este gobierno tiene un inmenso poder, que va a usar. Tiene la fuerza de la legitimidad popular. Tiene el poder conferido por millones de compatriotas, que ya están hartos de un país inmoral, sectario y decadente.

  De tal modo, deseo que todo el país tenga la certeza de que el gobierno se va a mantener firme en su rumbo. A partir de este mismo instante se ponen en marcha todos los mecanismos jurídicos y legales para asegurar a la población la prestación de los servicios públicos esenciales. Llamo a la realidad y a la reflexión a quienes conspiran contra el esfuerzo y la solidaridad de todo el pueblo argentino.

  A quienes conspiran contra la justicia social. A quienes se ríen de los intereses de los trabajadores, de los marginados, de los que tienen hambre y sed de bienestar. Al presidente de la Nación no le tiembla el pulso para señalar a los que quieren aprovechar de la libertad y de la democracia.

  Por eso, hermanas y hermanos, yo los convoco a una actitud comprometida, movilizada y militante,  tras la gran causa de la transformación nacional. Aquí nadie puede ser diferente. Nadie puede sentirse excluido. Nadie puede pensarse sin protagonismo. Este gobierno de unidad nacional no es el gobierno de un partido, de un sindicato, de una empresa, de un interés mezquino, de un grupo de presión, de un lobby, de un grupo sectario.

  Este gobierno es el gobierno de todos y de cada uno de ustedes. El gobierno en el cual ustedes confían, ustedes creen, ustedes se sacrifican. De ahí estas breves reflexiones que sé que cada uno de los argentinos comparte desde lo más profundo de su corazón. Esta vez el cambio va en serio. Esta vez el cambio va a fondo. Ustedes, como yo, saben que todavía no se inventó una máquina tan perversa, como para impedirnos la maravillosa tarea de transformar nuestros sueños en realidad. [Fase de presentación de argumentos]

  Les quiero agradecer esta posibilidad de llegar a ustedes, a nuestros hogares, a quienes realmente han terminado por entender que el trabajo es fundamental para las conquistas que necesita el hombre a los efectos de vivir con dignidad y trascendentalmente en un país que como el nuestro necesita de la colaboración, de la cooperación, de la permanencia de esta herramienta que Dios puso en manos de los hombres, que es el trabajo, para ponerlo en marcha definitivamente y para hacer de la Argentina un país que merezca ser vivido.

  Finalmente, como siempre lo hago a partir de mis convicciones y de mis creencias, le pido a Dios, fuente de toda razón y justicia, que nos siga acompañando, ayudando y bendiciendo en esta tarea de reconstrucción de la Argentina para todos los argentinos y para quienes viviendo en otras partes del mundo quieran contribuir en esta tarea que nos hemos propuesto, de realizar definitivamente la República Argentina. Muchas gracias. [Fase de conclusión]

  Robert-Alain de Beaugrande y Wolfgang Dressler, proponen siete nociones básicas de textualidad para que todo texto sea comunicativo y verdaderamente genuino. Es por ello, que este discurso proferido por Menem cumple con dichas normas de textualidad en los siguientes casos que a continuación detallo:

  Este texto es cohesivo, ya que observo que sus componentes de la superficie textual pueden entrelazarse entre sí, y sigue una lógica de progresividad evitando: ambigüedades.

  Puede decirse que también es coherente al posibilitar que los componentes del mundo textual interactúen entre sí con los conceptos y las relaciones de causalidad que subyacen bajo la superficie del texto cuando el enunciador manifiesta:

  "Asistimos lamentablemente al sabotaje de sectores que se resisten al cambio. Que apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto». «Yo no tengo nada que ver». «Yo no soy responsable de la suerte del país». Que murmuran: «Yo me siento a un costado del camino, para ver cómo esto se va al fracaso»." Al acusar directamente a aquellos sectores poco proclives al cambio y de ser los causantes de la crisis del país.

  La intencionalidad es otra de las normas de textualidad que también vemos manifestarse en el discurso de Menem, ya que la actitud del productor textual -en este texto de superestructura predominantemente argumentativa- es convencer al público receptor, lograr que éste le crea y adhiera a sus opiniones, cuando manifiesta

  "Por eso en este momento quiero, en pocos minutos, expresar mi pensamiento que estimo es el de la inmensa mayoría del pueblo argentino" afirmando y asegurando que todos los ciudadanos de esta nación piensan de la misma forma que él.

  La aceptabilidad se refiere a la actitud del receptor frente al texto proferido por el hablante, que por tratarse de un discurso pronunciado cuatro meses después de haber asumido el cargo de presidente de la nación, todavía gozaba de cierta credibilidad de los argentinos ante los avatares hiperinflacionarios que padeció la economía durante el gobierno de Raúl Alfonsín y que tuviera que adelantar la asunción de su sucesor.

  Por tal motivo, resalta muy bien la oposición entre el pasado hiperinflacionario  o del caos social y sus consecuencias devastadoras. Y el futuro que intentará transformar al señalar:

 «No» al regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito externo…"

  Este productor textual es sumamente habilidoso al especular con la actitud de aceptabilidad del receptor, proponiendo en su discurso una acción gubernamental transformadora de la realidad social que los conducirá a todos los argentinos al cambio que esperan, cuando manifiesta:

  "Por eso, hermanas y hermanos, yo los convoco a una actitud comprometida, movilizada y militante,  tras la gran causa de la transformación nacional…".

  "Esta vez el cambio va en serio. Esta vez el cambio va a fondo…".

  La informatividad también se cumple en este discurso, ya que se transmite información respecto de la opinión que posee el primer mandatario sobre la realidad social de una Argentina fracturada por una hiperinflación que desestabilizaba los salarios de la clase trabajadora y que hacía impensable una recomposición o una salida a muy corto plazo, que a pesar de estar elidida se presupone que el receptor al inferir no la desconoce.

  "Asistimos a una serie de situaciones que tienen por fin alterar la tranquilidad, la paz, la estabilidad indispensable para poner al país de pie y en marcha…"

  La situacionalidad al referirse a los factores que hacen que un texto sea relevante en la situación en la que aparece y mediado por el contexto en el que se dice o produce dicho texto. En el caso de este discurso cumple con la norma de situacionalidad al hacer referencia a la política económica a implementarse que fueron neoliberales, ya que el Estado no debe intervenir, sino el propio mercado se el encargado de autorregularse. El primer plan que se implantó fue el Bunge y Born llevado a cabo por funcionarios de Bunge y Born con Rapanelli como primer ministro de Economía cuyo objetivo fue estabilizar la economía para acabar con la inflación, controlar los precios y cerrar las importaciones.

  Por último, este discurso -como muchos otros que hemos escuchado de este ex representante de nuestro país- está atravesado por intertextos referidos a otros textos procedentes de tanto de la cultura oral como de la escrita, o simplemente de otros discursos que emplea para parafrasear algo.

  Cuando este productor textual se dirige a su público interlocutor usa el siguiente enunciado introductorio "Hermanas y hermanos de mi patria" o  "Por eso, hermanas y hermanos" que sin dudas cumple una función fática en la situación comunicativa; pero que a su vez tiene intrínseca relación intertextual con el discurso religioso proferido en la apertura del oficio de la misa por el cura. Entiéndase de religión Católica Apostólica Romana.

  Esta manera de dirigirse a sus conciudadanos podría haber sido la usual empleada por los partidarios a la ideología justicialista, como ser: "Compañeros y compañeras…", sin embargo, nuestro productor textual empleó la anteriormente citada para influir más en la subjetividad de sus interlocutores.

  La relación intertextual [subrayada] con un enunciado que Juan Bautista Alberdi escribió en el Preámbulo de la Constitución Nacional del año 1853, se hace explícita cuando al final de su discurso expresa:

  "Finalmente, como siempre lo hago a partir de mis convicciones y de mis creencias, le pido a Dios, fuente de toda razón y justicia…"

  Ahora bien, siguiendo la propuesta de análisis que formula Jean Michel Adam, este discurso político posee una superestructura predominantemente argumentativa. Se encuadraría dentro de los tipos de textos de argumentación política. Su forma textual responde a la arenga política. Sus secuencias son argumentativas y explicativas.  Por último, su función comunicativa es claramente apelativa, pues además de defender ideas y expresar opiniones intenta persuadirnos respecto de estas.

  El prototipo de la secuencia argumentativa se presenta como una sucesión conformada por cuatro fases a las que Adam llama: 1. Fase de premisas (o datos), en la que se propone una constatación de partida. 2. Fase de presentación de argumentos, es decir de elementos que orientan hacia una conclusión probable. 3. Fase de presentación de contra-argumento, los que operan como una restricción con respecto a la orientación argumentativa, elementos que a su vez pueden ser apoyados o refutados. 4. Fase de conclusión (o nuevas tesis) que integra los efectos de los argumentos y de los contra-argumentos.

  La arenga política proferida por el ex presidente Menem que propuse para su análisis cuenta con una secuencia argumentativa compuesta tan sólo por una fase de premisas, una fase de presentación de argumentos y por último, una fase de conclusión, las cuales se hallan reconocidas mediante el subrayado en dicho texto.

   Coincido con Adam cuando clasifica los tres planos de organización que se entroncan con la pragmática del discurso y se relacionan con:

1.      La finalidad global; ya que este discurso intenta actuar sobre las representaciones o comportamientos de un destinatario colectivo, que buscará comprender dicho texto y captar la intención que en él se manifiesta directa o indirectamente.

2.      Un anclaje enunciativo global; en el que este autor distingue una variedad de clases de marcas enunciativas: una enunciación de discurso oral definida por una situación comunicativa. Las marcas son: Yo (Carlos Menem), Tu (el pueblo argentino) y el Ahora (contexto sociohistórico de noviembre de 1989). Una enunciación no actualizada, cuando el enunciador toma cierta distancia del presente actual y hace referencia al pasado legado por el gobierno que lo antecedió al manifestar: «No» al regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito externo. Una enunciación de discurso lógico cuando incluye mediante el pronombre en primera persona del plural del NOSOTROS para convencer a sus receptores de que lo que está diciendo refleja la realidad actual que la sociedad argentina vive; por ejemplo cuando dice: Asistimos al sabotaje de sectores torpes, que piensan que en la Argentina todavía queda lugar para las salidas individuales, para las salvaciones egoístas.[…] En consecuencia, debemos ser muy decididos en este aspecto

3.      Respecto de la dimensión semántica que está representada por lo que se llama macroestructura semántica, puedo decir que el tema global de este discurso se asocia al llamado a la unidad nacional de todos los argentinos con el objeto de transformar la crítica realidad.

  Otros dos tipos de planos de organización que propone Adam se vinculan a: la gramática de la oración y la gramática del texto, que aseguran la articulación de las oraciones y los párrafos.

  El primer nivel corresponde a la textura microlingüística en la que cada unidad se encuentra morfosintácticamente estructurada mediante cadenas de oraciones (relaciones locales) y que aseguran la progresividad textual mediante: generalizaciones, pronominalizaciones, definiciones, nominalizaciones, anonimizaciones, repeticiones, reformulaciones, etc.

  En el discurso de Menem nos encontramos con pronominalizaciones que omiten o no el YO pero que el receptor da por sobreentendido que se refiere a él por la modalidad con que emplea los verbos: yo los convoco a una actitud comprometida, movilizada y militante,  tras la gran causa de la transformación nacional. […] Asumí la responsabilidad de conducir los destinos de la República Argentina.

  Las generalizaciones usadas por este enunciador son muy frecuentes para atacar a alguien sin especificar directamente a quienes se refiere o para incluir a todos aquellos que se suman a su causa política: Este gobierno es el gobierno de todos y de cada uno de ustedes. El gobierno en el cual ustedes confían, ustedes creen, ustedes se sacrifica. […]Asistimos al sabotaje de sectores torpes, que piensan que en la Argentina todavía queda lugar para las salidas individuales, para las salvaciones egoístas.

  Las anonimizaciones o elipsis son muy frecuentes y este enunciador las utiliza para defenestrar a sus enemigos políticos, cuando indica: Llamo a la realidad y a la reflexión a quienes conspiran contra el esfuerzo y la solidaridad de todo el pueblo argentino.

  Las repeticiones son una constante en los discursos políticos, pues sirven para poner énfasis sobre algo o retomar el hilo conductor del discurso: Les quiero agradecer esta posibilidad de llegar a ustedes, a nuestros hogares, a quienes realmente han terminado por entender que el trabajo es fundamental para las conquistas que necesita el hombre a los efectos de vivir con dignidad y trascendentalmente en un país que como el nuestro necesita de la colaboración, de la cooperación, de la permanencia de esta herramienta que Dios puso en manos de los hombres, que es el trabajo.[…]Este gobierno es un gobierno fuerte. Este gobierno tiene un inmenso poder […] Frente a estos actos de abuso gremial y de abuso empresarial, el gobierno nacional dice «no». «No» al regreso hacia un pasado de caos, de hiperinflación, de anarquía social, de saqueos, de violencia, de lucha entre hermanos por un pedazo de pan, de disgregación nacional, de descrédito externo. «No» a la ley de la selva […] Esta vez el cambio va en serio. Esta vez el cambio va a fondo

  En otro nivel, en este discurso las oraciones se presentan interconectadas y jerarquizadas por organizadores textuales tales como: Por eso, De tal modo, Naturalmente y Finalmente; como así también, cuenta con numerosos conectores, tales como los conectores copulativos Y, conectores relativos QUE, por ejemplo: Que apuestan al «statu quo». Que dicen: «yo no me meto».

Conclusión

  El análisis de los procedimientos argumentativos empleados por el ex presidente Carlos Menem de este mensaje político durante el período señalado, permite concluir que éstos me ayudaron para llevar adelante la aplicación práctica del análisis que propone la lingüística del texto de la teoría consultada durante el dictado de este curso de postgrado.

  Sin embargo, estos procedimientos argumentativos no son construidos, pensados y enunciados al azar, sino que apuntan -sin lugar a dudas- a proyectar una imagen, tanto en lo personal como en lo comunitario, acorde con las expectativas o imaginario social detectado en las encuestas de opinión y en los grupos focales.

  De esta manera, se estaría atendiendo al principio de credibilidad, lo que a su vez, otorgaría legitimidad al emisor, constituyéndose así en genuino representante de las aspiraciones del "pueblo argentino". ¿Qué expectativas se abren luego de este análisis  respecto de nuestra cautela a la hora de elegir los representantes políticos del futuro?

Tal vez la respuesta esté cifrada en nuestra perspicacia en descubrir el modo que los políticos tienen de encarar el mundo real que nos constituye como pueblo. Los políticos construyen y presentan una realidad que aparece como el resultado de un conjunto de procedimientos, de explicaciones concatenadas que se van sucediendo unas con otras. Todo es posible en esa representación imaginaria que ellos harán factible para confortar la ilusión de un dominio sobre ella, afirmando que ven claramente hacia dónde navega el barco y que la situación está bajo control. Pero todo debe ser explicable, transparente, ofrecido a la observación de los que saben y que no permiten el fraude.  

Las zonas oscuras no soportarán el tratamiento porque no podrán ser representadas. Es el momento de reclamar la claridad absoluta de aquellos engranajes secretos que se ocultan, de forzar a los que pueden esclarecerlos de opinar y confrontar. Sólo así será posible empezar a creer en el discurso de quienes nos conducen más allá de sus propias palabras. Porque como diría Eduardo Galeano "el lenguaje construye la realidad y la impone sobre cualquier cosa".

Bibliografía consultada

Menem, Carlos (08/11/1989): Mensaje al país. Secretaría de Prensa y Difusión, Presidencia de la Nación, República Argentina.

Adam, Jean Michel (1992): Los textos: tipos y prototipos, Nathan, París.

Adam, Jean Michel (1992): Linguistique textuelle. Des genres de discours aux textes, Nathan, París.

Beaugrande & Dressler (1997): Introducción a la lingüística del texto, Ariel, Barcelona.

 

 

 

Autor

Alberto Fabián Barrera

Profesora:

Dra. Elena Villecco

Curso de Postgrado: "Gramática y discursividad"

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad Nacional de Tucumán

Argentina, Octubre de 2008

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