- Resumen
- Introducción
- Evaluación del nivel de seguridad de las sustancias químicas
- Principales contaminantes químicos presentes en los alimentos
- Los peligros de los aceites hidrogenados
- Comida chatarra
- Conclusiones
- Bibliografía
La contaminación química a través de los alimentos se debe a diversos factores; son múltiples las sustancias químicas pueden estar presentes en los alimentos y llegar a causar severos daños a la salud del individuo consumidor. Este artículo expone algunas de dichas sustancias, las vías de contaminación más frecuentes, así como consejos para evitar en alguna medida su impacto.
La presencia de sustancias químicas en los alimentos no es nada nuevo. La posibilidad de que sean dañinas depende de factores como la cantidad, la frecuencia y el tiempo de exposición. Entre las sustancias más estudiadas están los contaminantes naturales procedentes de la tierra, los que resultan de la producción y el envasado de alimentos y los que se generan tras algún proceso de cocción. Los métodos analíticos actuales permiten detectar estas sustancias incluso en concentraciones bajas.
La contaminación química a través de los alimentos se debe a diversos factores; las sustancias químicas pueden estar presentes en los alimentos como resultado de las distintas etapas de producción, envasado, transporte o almacenamiento.
La legislación sanitaria establece que todo alimento que contenga niveles de contaminantes inaceptables desde un punto de vista de la salud pública no se puede poner en el mercado.
En ocasiones, la prohibición total es muy difícil, de ahí que se trabaje por mantener niveles tan bajos como sea posible, que se establecen sobre la información científica que proporciona la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y las autoridades de los Estados miembros. En la mayoría de los casos, los estudios se centran en la exposición a corto y largo plazo y en determinar cuáles son los efectos en el organismo humano (sistema nervioso, inmunológico o reproductivo). Una de las formas de control la aporta el Umbral de Preocupación Toxicológica (TTC), un sistema para cercar este tipo de sustancias y minimizar los riesgos en la salud humana.
Evaluación del nivel de seguridad de las sustancias químicas
El TTC es un sistema que caracteriza una sustancia química nueva y la compara con otras para establecer estructuras similares
Desde hace años, la Unión Europea mantiene muna voluntad clara por unificar los criterios para crear una metodología común que permita evaluar la exposición de los consumidores a los principales contaminantes químicos a través de la dieta. Con los años, se han perfeccionado mucho los sistemas de detección, cada vez más fiables y capaces de hallar cantidades más bajas. Es importante contar también con un sistema que deje no solo detectarlas, sino comprender lo perjudiciales o inocuas que pueden llegar a ser. Y es aquí donde destaca el papel del Umbral de Preocupación Toxicológica, ya que es un sistema que posibilita establecer prioridades y actúa sobre todo frente a una sustancia química nueva.
La caracterización de una sustancia química nueva permite compararla con otras y establecer estructuras similares entre ellas. Lo más probable es que presenten niveles equivalentes de toxicidad en el organismo y, a partir de aquí, es posible decidir si son necesarios estudios toxicológicos más exhaustivos. El principio TTC puede aplicarse para bajas concentraciones de productos químicos en los alimentos que carecen de datos de toxicidad.
Este sistema lo utiliza, además de la EFSA, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA), el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud, la Comisión Europea y la Agencia Europea de Medicamentos.
Principales contaminantes químicos presentes en los alimentos
Hidrocarburos policíclicos aromáticos (pah).
Son sustancias que se producen cuando se cocinan alimentos como carne o pescado a temperaturas elevadas, como cuando se asa a la parrilla con fuego directo. Según el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense, estas sustancias se forman cuando la grasa de los jugos de la carne gotean en el fuego y provocan llamas. También pueden originarse con otros procesos de preparación como el ahumado. Según el mismo Instituto, "son mutagénicos, es decir, ocasionan cambios en el ADN que pueden aumentar el riesgo de cáncer".
Entre ellas tenemos:
Benzopireno
El benzopireno es un hidrocarburo policíclico aromático potencialmente carcinógeno (a-benzopireno) y que contienen algunos alimentos, como las carnes y el pescado.
El a-benzopireno pertenece a una clase de hidrocarburos aromáticos y que comparten una estructura química básica, el anillo de benceno. Son compuestos poco solubles en agua por tener propiedades hidrofóbicas, consistentes en 2 o más anillos bencénicos, ya sea en forma simple o múltiple, formando cadenas o racimos. Ejemplos de hidrocarburo policíclico aromático son el naftaleno, el acenaftileno, el 1,8-Etilennafteno, el 2,3-Bencindeno, el Fenantreno, el Antraceno, el 1,2-Benzofenantreno y el antraceno.
En especial, el a-benzopireno es uno de los derivados de mayor factor de riesgo, tras largos periodos de consumo, puede desencadenar desórdenes celulares produciendo cáncer.
Está considerada la novena sustancia más peligrosa debido a su potencial tóxico en la salud humana por la Comprehensive Environmental Response, Compensation, and Liability Act of de la Agency for Toxic Substances and Disease Registry de los Estados Unidos.
El a-benzopireno se produce por condensación de cinco anillos de benceno durante los procesos de combustión a temperaturas de 300 a 600 °C (incendios forestales, carbón, petróleo, grasas), en especial cuando estos son parciales. El consumo de tabaco y la yerba mate son una fuente de benzopireno, así como algunos procesos industriales y algunos alimentos.
Contenido de benzopireno en determinados alimentos
ALIMENTO | Mínimo &µg/kg | Máximo &µg/kg |
Café | 4,8 | 401,00 |
Carnes a la plancha | 4,4 | 59,00 |
Frutos secos | <2,4 | 37,00 |
Chorizo | 1,8 | 20,00 |
Aceites de semillas | 0,2 | 17,00 |
Salchichas | 0 | 15,00 |
Panes y pizzas | <1 | 15,00 |
Jamones | <0,1 | 9,40 |
Pescados ahumados | <1,3 | 4,30 |
Especias | <3,0 | 4,15 |
Fuente: COREYSA (Compañía Oleícola de Refinación y Envasado, S.A., año 2000)
El alto contenido de benzopireno en algunos alimentos (frutos secos, salchichas, chorizo y las especias) se debe al proceso de secado para retirar el exceso de agua realizado a altas temperaturas. El proceso de elaboración de diversos alimentos incrementan el contenido de benzopireno debido a que se trata de procesos de combustión incompletos. La elaboración de carnes a la parrilla y en general cualquier tipo de proceso de elaboración basado en el uso de hornos (pizzas, pan de horno de leña, tostado de café).
El factor de riesgo en el consumo de benzopireno se puede paliar al tratar los alimentos y el organismo humano tiene hasta tres barreras de defensa frente a estas sustancias potencialmente carcinógenas.
La primera es el metabolismo descodificador, mediante las reacciones hepáticas de oxidación y conjugación; la segunda, la epóxido hidrolasa, la superóxido dismutasa catalasa y la vitamina E. Y en tercer lugar, si esta barrera tampoco funciona, el organismo se defiende con una reparación del enlace. Dicho de un modo sencillo, se corta un trozo de ADN y se sintetiza de nuevo.
Nitratos y nitritos
Las empresas alimenticias añaden nitrito de sodio a algunos alimentos a propósito.
Este carcinógeno se añade a las carnes procesadas, hot dogs, bacon, y cualquier otra carne que necesite un color rojizo para parecer "fresca". Hace décadas, cuando las carnes eran conservadas, se hacía con sal. Pero a mediados del siglo XX, los fabricantes empezaron a usar nitrito de sodio para la conservación comercial. Este elemento químico es responsable de el color rosado de la carne, a lo cual se han acostumbrado los consumidores.
Aunque hoy en día el uso de refrigeración es mayormente lo que protege a los consumidores del botulismo y las bacterias, los fabricantes siguen añadiendo nitrito de sodio para hacer que la carne parezca rosada y fresca.
Los nitritos por sí mismos no son el problema. La gente ingiere más nitritos de los vegetales que de la carne, de acuerdo con la investigación realizada por la Universidad de Minessota. Durante el proceso de digestión, sin embargo, el nitrito de sodio se convierte en nitrosamina, y ahí es donde comienzan los problemas con el cáncer.
Nitrosaminas y cancer
La nitrosamina es un carcinógeno, pero como no es técnicamente un ingrediente, su presencia puede ser fácilmente pasada por alto en el envase.
También encontramos nitrosaminas en pescados y carnes ahumados, en alimentos encurtidos, fritos, en la cerveza, el queso, los subproductos de pescado, y el humo del tabaco.
Las nitrosaminas pueden causar cáncer en una amplia variedad de especies animales, una característica que sugiere que también pueden ser carcinógenos en humanos. "Hasta el presente, las evidencias epidemiológicas disponibles a partir de estudios de control de casos sobre la ingesta de nitritos y nitrosaminas confirma una asociación positiva con el riesgo de cáncer gástrico. La evidencia en relación con el cáncer de esófago es insuficiente.
Dioxinas
Las dioxinas son compuestos tóxicos que se forman como resultado de los procesos químicos e industriales, como la fabricación de sustancias químicas pesticidas, acero, pintura, y pulpa y blanqueador de papel. Considerados como contaminantes ambientales que pertenecen a un grupo de compuestos químicos peligrosos para la salud humana por su elevado potencial tóxico. Forman parte de los llamados contaminantes orgánicos persistentes (COP). El término dioxinas se utiliza en la mayoría de los casos para referirse a toda una familia de compuestos relacionados desde el punto de vista químico. Engloba algunas sustancias similares como los PCB, con parecidas propiedades tóxicas. Aunque se han identificado más de 400 compuestos químicos relacionados, sólo unos 30 tienen una toxicidad importante, entre ellos, la dioxina o TCDD (según su abreviatura química) es la más tóxica.
Pero también surgen de las emisiones y la incineración de combustibles.
Las dioxinas se generan, en su mayoría, en procesos de combustión, tanto artificial (incineración de basuras), como natural (incendios forestales o erupciones volcánicas). También son subproductos no deseados de algunos procesos industriales como fundiciones, fabricación de ciertos plaguicidas o herbicidas, o blanqueo de pasta de papel con cloro. Sin embargo, según establece la OMS, su principal fuente de liberación al medio ambiente es la combustión incompleta de las incineradoras de basuras (residuos sólidos y hospitalarios). Los almacenamientos prolongados de grandes depósitos de ciertos aceites industriales de desecho pueden también liberar dioxinas al medio ambiente, por lo que deben extremarse las precauciones.
La principal fuente de dioxinas en el alimento para consumo humano es la contaminación del forraje.
Cuando el ganado, los pollos, los puercos o los mariscos son alimentados con forraje contaminado, las toxinas se absorben en su tejido adiposo y los productos que de estos animales, como leche, carne, pescado y huevos (y sus derivados) resultan la fuente principal de contaminación para el ser humano.
Algunos estudios indican que estas sustancias contribuyen a un incremento en las tasas de cáncer y producen daños a los sistemas inmunológico y reproductivo, incluyendo una disminución en el conteo de esperma, además de tener un efecto durante el embarazo. Las dioxinas se acumulan en la cadena alimentaria, sobre todo, en las grasas animales
Pero según los expertos, las dioxinas sólo causan problemas a la salud cuando se absorben en niveles muy altos durante largos períodos.
La exposición crónica a estas sustancias se ha relacionado con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, mientras que exposiciones breves causan, sobre todo, alteraciones cutáneas y hepáticas. Una exposición prolongada a niveles altos puede ocasionar graves efectos adversos en la salud humana y afecta a diversos órganos y sistemas. Una vez en el organismo, estas sustancias persisten en él debido a su estabilidad química y a su fijación en el tejido donde se almacenan. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que pueden permanecer en el cuerpo humano entre 7 y 11 años. En el ambiente, tienden a acumularse en la cadena alimentaria y se hallan en pequeñas cantidades en muchos alimentos. Cuanto más arriba esté un animal en esta cadena, mayor será su concentración en dioxinas, sobre todo, en su grasa.
Los peligros de los aceites hidrogenados
Los aceites hidrogenados y parcialmente hidrogenados – otro peligro – son desarrollados a partir de elementos naturales que de otra manera serían inofensivos. Para hacerlos hidrogenados, los aceites son calentados en presencia del hidrógeno y catalizadores metálicos.
Este proceso ayuda a prolongar la vida del aceite, pero al mismo tiempo crea GRASAS TRANSGÉNICAS, que solo deben ser incluídas en las etiquetas si el alimento contiene más de 0,5 gramos por ración. Para evitar poner las grasas transgénicas en la lista, o para poder decir que son "libres de grasas transgénicas" en la etiqueta, los fabricantes simplemente ajustan el tamaño de las raciones hasta que el contenido en grasas transgénicas esté por debajo de los 0,5 gramos por porción individual.
Así es como están las etiquetas en los alimentos hoy en día, con porciones individuales que esencialmente equivalen a un solo bocado de comida. No es lo que se dice una "ración", no?
Además de ser un factor causante de cáncer, las grasas transgénicas provocan enfermedades del corazón, interrumpen los procesos metabólicos y causan el antiestético "flotador", que atrapa a los órganos y presiona al corazón. Los ácidos grasos esenciales que el proceso de hidrogenado destruye, son responsables de un gran número de procesos en nuestro cuerpo. Cuando las grasas transgénicas reemplazan a estos ácidos grasos, ocupan el mismo espacio, sin hacer el mismo trabajo.
La parte "ancla" del ácido graso está en su sitio, (por eso el cuerpo reconoce el ácido graso y lo pone a trabajar), pero la parte químicamente activa del ácido graso es retorcida, deformada, y ha perdido partes vitales.
Después del proceso de hidrogenado, el ácido graso no puede funcionar bioquímicamente de la misma manera. Cosas como la función cerebral, hormonas, función glandular, transporte de oxígeno, función de la pared celular (mantener cosas dentro o fuera de nuestras células), y la operación del tracto digestivo (uniendo nutrientes y bloqueando alérgenos), son afectados negativamente.
Los fabricantes de alimentos no nos dicen esto en la etiqueta del producto, por supuesto. Nuestro cuerpo necesita ácidos grasos esenciales, y estamos programados para seguir comiendo hasta que los conseguimos. Si solo comes grasas transgénicas, nunca te sentirás totalmente saciado, porque tu cuerpo nunca conseguirá los ácidos grasos que necesita para sus funciones esenciales.
Como el cáncer necesita un nivel alto de azúcar, y bajos niveles de oxígeno, una persona con mucha grasa en la barriga que no puede dejar de comer esas galletas y pastelitos llenos de grasas transgénicas (y con mucha harina blanca y azúcares simples), presenta el ambiente ideal para el desarrollo del cáncer.
Los tumores se desarrollan, en parte, mediante el aporte de azúcar en el riego sanguíneo. Si comes muchos "snacks" azucarados, cargados de carbohidratos simples, estás cargando tu riego sanguíneo con la energía química que necesitan las células cancerígenas (y los tumores) para proliferar. No existe sistema biológico que pueda vivir sin combustible para sus procesos químicos, incluyendo las células cancerígenas.
Por ello, una de las estrategias a seguir en cualquier dieta anti-cáncer es la de llevar una dieta alimenticia baja en glucosa. Eso significa NADA DE AZÚCARES REFINADOS… nunca! Nada de grano refinado (harina blanca, por ejemplo), nada de usar cantidades de edulcorantes, y evitar para toda la vida el tomar refrescos con gas azucarados. Además de dejar morir de hambre a los tumores, al comer alimentos bajos en azúcar, y evitar los carbohidratos simples, también mantendrás tu peso a raya, mientras previenes los desórdenes de azúcar en la sangre, tales como la diabetes tipo 2.Lo que hay que evitar en las etiquetas: sirope de maíz (alto en fructosa), azúcar, sacarosa, harina blanqueada enriquecida, arroz blanco, pasta blanca, pan blanco, y otros alimentos "blancos".
Acrilamida
La acrilamida es un cancerígeno y una sustancia química potencialmente neurotóxica y es creada principalmente cuando los alimentos ricos en carbohidratos (con un contenido alto en almidón) son cocinados a altas temperaturas, ya sea fritos, cocidos, rostizados o asados a la parrilla
La acrilamida puede formarse en muchos alimentos cocinados o procesados a temperaturas superiores a los 212°F (100°C), sin embargo los alimentos ricos en carbohidratos como las chips y las patatas a la francesa, son los más vulnerables a este bioproducto inducido por el calor.
Durante el proceso de cocción, el azúcar, los aminoácidos y el agua presentes en el pan se combinan para formar el color y la acrilamida, así como el sabor y aroma asociado a ese proceso.
La acrilamida está presente en muchos productos de uso cotidiano, como patatas fritas, pan, galletas o café. La exposición de los consumidores a la acrilamida depende de los niveles de la sustancia en los alimentos y de la cantidad que se ingiere de estos alimentos. Eliminarla completamente de la dieta es probablemente imposible pero la elección de los ingredientes, el método de almacenamiento y la temperatura de cocción pueden influir en la cantidad de acrilamida que se forma en los diferentes alimentos y, en consecuencia, en nuestra exposición dietética.
Los alimentos para mascota también contiene acrilamida y aminas heterocíclicas- ambos son carcinógenos muy potentes- cortesía de los métodos de elaboración de los alimentos para mascotas
Estudios en animales han demostrado que la exposición a la acrilamida aumenta el riesgo de muchos tipos de cáncer y la Agencia Internacional de la Investigación del Cáncer, considera a la acrilamida un "probable carcinógeno humano"
Lo ideal es consumir los alimentos en su forma cruda o lo mínimamente procesados para evitar este tipo de bioproductos tóxicos- mientras más crudos, mejor.
Mercurio
El pescado es uno de los alimentos más nutritivos, su carne está compuesta de elementos importantes como el omega-3, las vitaminas del complejo B y las proteínas magras. Sin embargo, también puede contener algunos contaminantes poco saludables, como el mercurio.
Este elemento tóxico, presente en el pescado a causa de la contaminación del agua, pueden afectar al desarrollo cerebral y al sistema nervioso de quienes lo consumen.
Esta realidad causa preocupación en las mujeres gestantes, que ven en este alimento una fuente importante de nutrientes para el crecimiento y el desarrollo de sus bebes. Afortunadamente instituciones especializadas indican que un consumo cuidadoso y moderado de estas especies, alejan los riesgos sobre nuestra salud.
Con el fin de orientar a los grupos más vulnerables, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA por sus siglas en inglés (Food&Drug Agency), ha publicado unas directrices para niños, mujeres embarazadas y para las que intentan entrar en proceso de gestación.
En su lista la FDA ubica al mero, la aguja blanca, la lubina, el pez espada, la perca de alta mar, el tiburón y la caballa (real) como las especies que no deben ser consumidas, por ser las que tienen los más elevados niveles de mercurio en su organismo.
También, hay otro grupo de peces que se consideran con un elevado nivel de mercurio pero que pueden consumirse de modo restringido, hasta tres raciones de 170 gramos por mes.
En este grupo se incluye a la Lubina de mar, la Corvina, el Fletán, el Atún (enlatado, albacora blanca y el de aleta azul fresco, la Trucha marina, la Anchoa y el Bogavante (americano/de Maine).
Las especies marinas que tienen bajos niveles de mercurio y que se recomienda consumir hasta seis raciones de 170 gramos por mes son los siguientes:
Carpa, mahimahi, buey de mar, pargo, cangrejo (azul), arenque, cangrejo (blanco), rape, perca (agua dulce), raya, bacalao, atún (enlatado, troceado ligeramente) y el atún (albacora del Pacífico fresca).
Finalmente la FDA da una lista de pescados que pueden ser consumidos dos veces por semana en raciones de 170 gramos, por tener los más bajos niveles de mercurio.
Afortudamente esta lista es la más larga y por lo tanto ofrece una amplia variedad de opciones para comer este valioso alimento sin temores.
La lista incluye: anchoas, pámpanos, calamar, caviar (cultivado), centollo, abadejo, bagre, coregonos, perca (de mar), vieiras, platija, merluza, arenque, langosta, sábalo, lenguado, cigala, salmón, gambas, almejas, tilapia, ostras, sardinas, esturión (cultivado) y la Trucha de agua dulce.
La exposición a determinadas sustancias se ha relacionado con tipos específicos de cáncer. Estas sustancias se denominan carcinógenas.
El humo del tabaco contiene más de cincuenta carcinógenos conocidos, incluyendo nitrosaminas e hidrocarburos aromáticos policíclicos. El tabaco es responsable de aproximadamente un tercio de todas las muertes por cáncer en el mundo desarrollado y una de cada cinco en todo el mundo.
Sobre la relación que existe entre el consumo de pescado ahumado y productos ahumados en general con la salud, conviene saber que si no se superan los 400 ºC de temperatura en la combustión de la madera, no aparecen hidrocarburos aromáticos policíclicos, o que si por ejemplo se utilizan condensados de humo, estas sustancias tampoco están presentes, ya que estos condensados contienen los compuestos aromáticos pero no los nocivos. Sin embargo, estos compuestos sí pueden aparecer si se cocina un pescado fresco a la brasa, ya que si se trata de un pescado graso, esta grasa cae en la llama inflamándose y dando lugar a humos que sí contienen compuestos potencialmente cancerígenos. No obstante, conviene saber que el pescado ahumado contiene unas sustancias denominadas nitrosaminas con efecto cancerígeno, por lo que no conviene abusar del consumo de este tipo de productos.
La OMS estima que alrededor del 90% de la exposición humana a las dioxinas procede de los alimentos ricos en grasas, como carnes, lácteos, pescados y mariscos, por lo que resulta de vital importancia su protección. Este organismo insiste en que es fundamental implantar medidas en el origen para evitar su emisión al medio ambiente. También determina que es necesario evitar la contaminación secundaria de los alimentos en la cadena alimentaria. Las buenas prácticas y los estrictos controles durante la producción, procesamiento, distribución y venta de alimentos son esenciales para que estos sean inocuos. Unos eficaces sistemas de vigilancia de contaminación, así como los posteriores planes de actuación, resultan también de especial relevancia para preservar la salud pública en cuanto a estos compuestos contaminantes.
La relación entre los aceites hidrogenados y el cáncer se establece fundamentalmente porque los fabricantes de alimentos no especifican el contendido de grasas transgénicas en la etiqueta del producto, por supuesto. Nuestro cuerpo necesita ácidos grasos esenciales, y estamos programados para seguir comiendo hasta que los conseguimos. Si solo comes grasas transgénicas, nunca te sentirás totalmente saciado, porque tu cuerpo nunca conseguirá los ácidos grasos que necesita para sus funciones esenciales.
Como el cáncer necesita un nivel alto de azúcar, y bajos niveles de oxígeno, una persona con mucha grasa en la barriga que no puede dejar de comer esas galletas y pastelitos llenos de grasas transgénicas (y con mucha harina blanca y azúcares simples), presenta el ambiente ideal para el desarrollo del cáncer.
Expertos de la Agencia británica de Normas Alimentarias (FSA, en inglés), recomiendan no dorar mucho los alimentos ricos en almidón, como las papas, puesto que hornearlos, freírlos o cocinarlos en la parrilla a muy alta temperatura, hasta casi quemarlos, aumenta el nivel de acrilamida, compuesto orgánico tóxico que podría producir tumores y cáncer.
También alertaron que las tostadas tampoco deberían dorar demasiado y habría que consumirlas con un color amarillento a fin de reducir la ingesta de un químico que podría causar cáncer.
Aquí están los cinco peores infractores:
Perritos Calientes: La Coalición para la Prevención del Cáncer recomienda que los niños no coman más de 12 perritos calientes al mes, debido al riesgo de cáncer. Si de todas maneras los vas a tomar, busca aquellos que no tengan nitrito de sodio entre sus ingredientes.
Carnes procesadas y bacon: Estas carnes casi siempre contienen el mismo nitrito de sodio que los perritos calientes. Se pueden encontrar algunos sin nitritos, pero tendrás que buscarlos en tiendas de alimentos naturales o herboristerías. El bacon también es alto en grasa saturada, que contribuye al riesgo de cánceres diversos, incluyendo el cáncer de mama. El limitar el consumo de carnes procesadas y grasas saturadas también beneficia al corazón.
Donuts: Los donuts contienen aceites hidrogenados, harina blanca, azúcar, y acrilamidas. En esencia, son uno de los peores alimentos cancerígenos que puedas comer.
La revista Reader"s Digest llama a los donuts "desastrosos" como alimento para el desayuno, y muchos expertos están de acuerdo en que son probablemente una de las peores maneras de empezar el día.
Patatas fritas: Las patatas fritas están hechas con aceite hidrogenado y frito a altas temperaturas. Algunas cadenas de comida rápida incluso añaden azúcar a sus patatas para hacerlas más irresistibles. No solo bloquean las arterias con grasas saturadas y grasas transgénicas, también contienen acrilamidas. Deberían llamarse "patatas cancerígenas".
Papas (patatillas) galletas saladas, cookies: Éstas generalmente contienen harina blanca y azúcar, así como grasas transgénicas, pero no basta con buscar estos ingredientes en la etiqueta; de hecho tienes que "decodificar" la lista de ingredientes que los fabricantes de alimentos utilizan para engañar a los consumidores. Esto se hace escondiendo los ingredientes (como esconden el Monosodio de Glutamato en el extracto de levadura, o trampeando con las porciones individuales, para poder decir que el alimento está libre de grasas transgénicas, incluso cuando sí las contiene).
Además de evitar estos alimentos, que más pueden hacer los consumidores para reducir el riesgo de cáncer? Lo principal es simple:
Comer alimentos no procesados o industriales, y basar la dieta principalmente en plantas.
Consumir alimentos que tengan grasas omega 3 y otros ácidos grasos esenciales.
Comer muchas frutas y verduras, muchas de las más comunes tienen conocidas propiedades anti cancerígenas.
Hacer ejercicio vigoroso regularmente, ya que los tumores no pueden prosperar en ambientes altamente oxigenados.
Mantener estables los niveles de azúcar, para evitar convertirse en un "buffet-coma-todo-lo-que-pueda" para las células cancerígenas.
Consumir alimentos altos en vitamina C natural, un nutriente que impide la conversión del nitrito en nitrosamina, y promueve una función sana del sistema inmunitario.
Asegurarse de conseguir las cantidades adecuadas de la gran arma contra el cancer, la vitamina D, a través de la exposición controlada al sol (sobre 10 a 15 minutos cada día, si se tiene la piel clara, o hasta diez veces más si se tiene la piel oscura.)
Mantener un buen nivel de hidratación, para asegurarse de que el cuerpo se libera de las toxinas. Evitar fumar y no usar perfumes, cosméticos y productos de aseo personal convencionales (asegurarse de que son de origen totalmente natural), ya que prácticamente todos contienen elementos químicos cancerígenos.
La prevención del cáncer es bastante simple. Incluso la Organización Mundial de la Salud dice que el 70% de los cánceres pueden ser prevenidos con simples cambios en la dieta y el estilo de vida. La verdad es que la mayoría de la gente se produce cáncer a sí misma a través de los alimentos, bebidas, y productos que eligen consumir. En mi opinión, más del 90% de los cánceres son fácilmente evitables.
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NIH Substance Profile
Spectrum; Chemical Fact Sheet
Safety data for N-nitrosodiethylamine
Autor:
Msc. Rubén Rodríguez Suárez
Enviado por:
Fernando Chavez