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El capital de la vida (página 2)


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La manera en que el dinero corromper el sistema hasta el punto de llegar a la fuerza de las armas, es la menos deseable. La bomba atómica no es la solución inteligente para los problemas comunes. ¡Qué barbaridad!. Hay que transitar hacia un capitalismo más humano. Soñemos conceptos que lo reinventen.

Ante la crisis mundial, la guerra no es practicable entre potencias nucleares, sólo existe la posibilidad de entendimiento, y felizmente se dan las condiciones tecnológicas y de comunicación necesarias para dar un paso adelante en la concepción del mundo como resultado de la evolución de la teoría de la razón. Un paso necesario e inevitable de la historia de las civilizaciones.

El que ha nacido en este mundo y no tiene trabajo, ni subsidio, ni dinero, se ve abocado a la pobreza, a la caridad, a la esclavitud del dinero para poder sobrevivir, o lo que es peor, ni siquiera a eso. Es necesario dar un paso más y liberar al ser humano de la miseria con la palabra.  En sueños el hambre dejó de existir desde que se aceptó la esencia del ser como Valor Capital.

Demos la posibilidad a la historia de mostrarse mas humana, introduciendo en el sistema un valor tangible, material, un aval de riqueza que ayude al propio sistema a cubrir sus deficiencias. Formular una equivalencia de valor. Descubrir el valor de la vida como una nueva riqueza material, racional y justa; un saldo electrónico en tu tarjeta, para inyectar en el sistema, de forma igualitaria, un flujo continuo de capital, en su uso de compra de alimentos básicos, limitado, por persona y día, al coste de la supervivencia en cada país. La igualdad en la equivalencia de valor de ésta nueva riqueza hace posible la globalización de éste concepto. Ya que siendo todos iguales, humanos, tenemos el mismo valor. El valor justo de la vida.

LA METÁFORA.

"La metáfora (del griego metá o metastas "más allá, después de"; y phorein, "pasar, llevar") consiste en el uso de una expresión con un significado distinto o en un contexto diferente al habitual. (Por ejemplo: "La vida es oro"o "el oro de la vida"). El término es importante tanto en teoría literaria (donde se usa como recurso literario) como en lingüística (donde es una de las principales causas de cambio semántico). Se utiliza también en psicología para referirse al poder profundo de "las historias-metafóricas" y su acción en el cambio interno, la visión o el paso a un nivel de conciencia más profundo".

La metáfora la podemos definir como una comparación incompleta: "La vida (es tanto o más valiosa que el) oro". En la metáfora hay dos planos o términos: el real (La vida) y el evocado o imaginario (oro). Se crea una relación de similitud entre los dos términos. Se establece entre las palabras o frases un símil no expresado. (Valor de la vida= valor vida+ patrón oro= patrón vida). Una metáfora pura se usa cuando no existe término propio para la situación, o se desea hacer palpable lo que se designa, o dirigir la atención hacia el significante; en suma, cuando se busca novedad o se pretende conceder a lo cotidiano la dignidad de lo desconocido.

La metáfora es una especie de tropo; la palabra de la que nos servimos en la metáfora está tomada en otro sentido propio: está, por así decirlo, en una morada prestada, (patrón vida en lugar de patrón oro). "Cada vez que se define una metáfora, se crea una retórica que implica no solo una filosofía sino una red conceptual en la que se ha constituido la historia. Cada hilo, en esta red, configura, por añadidura, un giro, un mutar, que genera un cambio y provoca el nacimiento de algo nuevo".  El Patrón de Vida. 

Esta metáfora, contiene la mística del valor universal de la vida. La unidad nos hace iguales. Un valor ecuánime que vale porque la vida es una forma de ser, y todo lo que es, en tanto que es, vale. Es el valor máximo y primero del "ser". Condición necesaria de cualquier otro valor o crecimiento en valores. Por eso mismo, la vida vale, es valiosa, es preciada y es preciosa. Y ese necesario valer de la persona es independiente de los bienes o valores que puedan alcanzarse a su través. Con la metáfora, "la vida es oro", podemos incorporar un patrón para todos los países como fuente de riqueza.

LO FIDUCIARIO (Fiat).

Históricamente el dinero era una mercancía con valor intrínseco y las monedas valían su peso en el metal fundido. Las monedas contenían un metal noble y su valor era proporcional a la cantidad de metal. Con el tiempo, las monedas se hicieron con otros metales (no nobles) pero que representaban cierta cantidad de oro o plata depositada en los bancos.

Con la invención del papel, aparecieron las primeras formas de billetes que eran certificados por cierta cantidad de oro, "Patrón Oro". Durante la primera mitad del siglo XX, el dinero fue perdiendo este carácter y el respaldo que tenía en oro (1971), para convertirse en un elemento fiduciario, sin valor intrínseco pero con un valor legal propio, que es tal como lo conocemos, también entendido como dinero "fiat".

El dinero electrónico, el billete, la moneda, son números contables, trozos de papel y aleaciones de metal que, por si mismos no tienen gran valor, Obtienen su valor del PIB. (Producto Interior Bruto), que es la suma de bienes y servicios, de cada país, que el sistema utiliza para tasar el valor monetario y su capacidad de emitir moneda. El valor está respaldado por el PIB, pero el dinero se apropia, a nivel del inconsciente colectivo, de las cualidades del oro, como una potente metáfora.

El Oro de la Vida podría formar parte del orden del discurso bancario. Podría ser considerado como un valor fiduciario (o fiat) y prestar su justo valor al dinero electrónico en su uso de compra.

LA DECONSTRUCCIÓN.

"La deconstrucción (Jacques Derrida) consiste fundamentalmente en mostrar cómo se ha construido un concepto cualquiera a partir de procesos históricos y acumulaciones metafóricas, mostrando que lo claro y evidente dista de serlo, puesto que los útiles de la conciencia en que lo verdadero en-sí ha de darse, son históricos, relativos y sometidos a las paradojas de las figuras retóricas de la metáfora y la metonimia. El discurso deconstructivo identifica la incapacidad de la filosofía de establecer un piso estable".  Si los conceptos en el transcurso de la historia se han construido por acumulaciones metafóricas, pienso que puede ser una buena idea aprovechar este proceso de construcción de la historia para crear nuevos conceptos a través de la metáfora.

Ante la imposibilidad de desmontar y recomponer lo que se entiende como verdad histórica, para que la sociedad avance siendo más humana, es de desear incorporar nuevas ideas al sistema que sean sostenibles. No se trata tan sólo de encontrar la verdad (proceso extremadamente arduo y difícil), sino en ponernos de acuerdo en el valor de la vida y quizás la encontremos. Si vivimos en un mundo absurdo y contradictorio, si hacemos realidad la metáfora, "la vida es oro", conseguiremos un mundo mas humano.

El VALOR.

En tiempos de crisis, se muestra como una necesidad obvia, incorporar al sistema ideas nuevas, que sea capaz de soportar. Con toda mi modestia, ésta podría ser una solución digna: 

Se puede pensar que la vida humana tiene valor. La vida vale tanto como larga puede ser la vida. Es valiosa. Es condición necesaria de cualquier otro valor o crecimiento en valores. Por eso vale. Y ese necesario valer de la persona es independiente de los bienes o valores que puedan alcanzarse a su través. Todos tenemos vida y derecho a vivir. Si la equiparamos al oro tiene tanto o más valor. Es un valor dorado, efímero, lleno de humanidad. La vida es un valor sobre el que descansan y se vertebran los restantes valores a los que hace posible.

La vida vale porque la vida es una forma de ser, y todo lo que es, en tanto que es, vale. Porque lo contrario de "ser" es el "no ser" y el "no ser" no vale. Porque la nada no vale nada. La vida vale porque el valor máximo y primero es el del "ser".

Nos hemos de considerar iguales en este concepto. La vida de todos los seres humanos tiene el mismo valor. Cada uno de nosotros tiene el mismo valor de vida. Todos somos iguales en este sentido. Estamos vivos. Todos tenemos derecho a este valor.

  Con el valor de la vida podemos conceder al capitalismo la posibilidad  de mostrarse mas humano. Estando todos de acuerdo en considerar que la "vida tiene valor", podemos pensar un capital metafórico equivalente al coste de la supervivencia y la sostenibilidad, que circule por las redes bancarias, como moneda de uso. Un valor tangible, material, como aval de riqueza, que ayude al sistema a cubrir sus deficiencias.

En este contexto, para alcanzar la unidad en el criterio "Patón Vida", es necesario moverse en un parámetro diferente al exclusivamente económico, filosófico o ideológico. Las culturas y las religiones, las civilizaciones, tienen un papel fundamental en la construcción de la historia y tienen el deber de  entenderse y dialogar en un plano intimo de igualdad. Pueden estar de acuerdo en la búsqueda del bien común, en la orquestación de principios polivalentes que sirvan a los intereses trascendentales del hombre, como pueden ser comer, dormir sobre techo, disfrutar de salud y educación, justicia… 

EL SISTEMA.

Para pasar de la teoría a la práctica, la ONU, en estrecha relación con la Alianza de Civilizaciones, creará, el Fondo de Certificados de Capital Vida del Banco Vital Mundial, división del Banco Mundial, quienes respaldarán y gestionarán el valor de estos Certificados, poseedores de valor fiduciario. Documentos compulsados, fehacientes, que prueban y demuestran de forma clara e indudable que el titular vive, condición primera de valer. Todo titular, es decir todos, tendremos una cuenta electrónica para la supervivencia, de uso limitado, por persona y día, equivalente al coste de subsistencia en cada país, (Coste Vida=Patrón Vida), con un saldo mínimo que permita adquirir, electrónicamente, bienes y servicios de primera necesidad (alimentación, vivienda, salud, educación, justicia… "Servicios sociales públicos"). Todos los ciudadanos vivos de la tierra tendremos derecho a este certificado de valor. De este modo, la metáfora "La vida es oro" se integra en el sistema como un valor real, material, facultativo de riqueza.

 Se entiende que el capital necesario para mantener esta práctica no sale de los impuestos de las aportaciones económicas de los Estados, ni de donaciones, sino que lo emite el Banco Vital, en el instante del pago de la compra, mediante transferencia. La función mercantil de los Certificados de Capital Vida, como avales de valor, reside en el uso de compra y es con su uso como se transfiere el valor.

  Con la adopción de la metáfora no estamos cambiando los principios básicos del sistema, es decir los muebles de la habitación, sino que estamos cambiando de habitación, es decir, de sistema. Podríamos decir que pasamos del "Sistema Capitalista" al "Sistema Capitalista Dual". Es una transición pacífica hacia un sistema humanitario necesario para el buen funcionamiento del capitalismo. De esta forma el sistema obtiene una nueva dimensión. Una integradora mirada dualista que culmina con la metáfora de la vida. Existe la vida y también el dinero, ambas son parte de una misma realidad. El dinero es vida y no hay vida sin dinero. Son dos extremos de una misma cuerda.

Tanto el capitalismo de intercambio (clásico y moderno), como el nuevo capitalismo metafórico (trascendental y humanitario) van de la mano. El capitalismo metafórico nace para suplir las deficiencias del capitalismo de intercambio. Pretende acabar con las miserias del hombre en estado de pobreza. Dignificar la vida de aquellos que no llegan a tener un sitio en el sistema, o se ven desempleados o incapacitados. Dar respuesta a los retos del siglo XXI. Contaminación, Cambio Climático y Catástrofes.

El hecho de no haber trabajo para todos no será un problema de supervivencia, ni un problema de consumo. El sistema capitalista no se verá afectado en sus principios básicos, al contrario será reforzado. Todos estamos vivos y podemos disfrutar de la compra electrónica de productos de primera necesidad. El pago electrónico, es el mecanismos imprescindible para controlar y distribuir la riqueza que se inyecta en el mercado.

Con el sistema que propongo se generaría una riqueza duradera. Podríamos imaginar que se ha encontrado un filón de oro inagotable para la supervivencia, pero limitado en su extracción diaria. Hemos encontrado el filón de la vida. Es una nueva riqueza que se suma a la ya existente. Un capital para cubrir los bienes y servicios básicos, que no saldrá de los impuestos, sino de este filón de vida metafórico. 

El empleo seguirá siendo necesario para poder disfrutar de los beneficios del trabajo en la sociedad del bienestar.  Comprar alimentos que no son de primera necesidad, un vehículo, un electrodoméstico, una vivienda en propiedad, ir a una escuela privada o a un hospital privado, etc… se continuará pagando con el beneficio del trabajo o con el capital propio. No se verán afectados los principios de la ley de la oferta y la demanda. La riqueza que se genera revierte en beneficio de toda la humanidad. Hemos acabado con el hambre y el enorme esfuerzo fiscal que representa la cobertura universal de los derechos humanos.

Significa poco para el rico y mucho para el pobre, y sin embargo a los dos les cuesta lo mismo, es decir, nada.  El benéfico desahogo que esto representa para la economía mundial, y para la persona, es histórico y trascendental.

EL PATRÓN-VIDA.

Alguien tenía que imaginarlo, sino, cómo será posible. Llevo esta carga, creo en lo que imagino. Un mundo mas humano. Un sistema económico hecho por  humanos para los humanos. Me imagino la vida como primer valor de los demás valores, como un valor, necesario e imprescindible para el desarrollo de la actividad económica. Me imagino un valor económico basado en el valor de la vida, un documento fehaciente, acreditativo, que certifique el valor de la vida como primer valor de cualquier actividad económica. Un valor preciado, fiduciario, transferible a todo ser humano. Un filón económico de uso limitado para la supervivencia, con tope diario.

Me imagino la aplicación del sistema en todos los países, y veo como la vida adquiere su verdadero valor; el valor del pensamiento, de la imaginación y de la razón como resultado evolutivo de la naturaleza humana, instintiva, física, reproductiva. Me imagino a las Naciones Unidas llegando a un acuerdo, ajustado a ley, en la aplicación de medidas de desarrollo sostenible. Me imagino un mundo en paz, con trabajo y posibilidades para todos. Tendremos poder adquisitivo para comprar alimentos de primera necesidad. Aumentará la producción de  alimentos por la solvencia de la demanda. El mercado se ajustará a la capacidad adquisitiva del nuevo consumidor.

Los servicios del Estado podrán ser universales. Habrá trabajo para todo el mundo y más. Me imagino esa firme voluntad de acabar con la miseria del hambre. Me imagino el sistema más humano. El valor de la vida, como primer valor de los demás valores. Sin vida no hay valor, es la vida que crea la condición de posibilidad para que se cree el valor. Es el primer valor y por eso vale.

Me imagino que se entiende el valor de la vida. Pienso que la gente da valor a la vida, que cree firmemente en que la vida tiene valor. Que su vida tiene valor. Que tiene derecho a vivir, a sobrevivir, a alimentarse. Creo en el valor económico de la vida.

Estamos en una sociedad de la propiedad y del mercado. Todo tipo de productos y servicios se compra y se vende por dinero. Nada está libre de ser comercializado. Los alimentos, que representan el sector más vital del mercado, son la energía necesaria del ser humano. Como todos los productos, están sometidos a las leyes del mercado y su precio está determinado por el equilibrio entre la disponibilidad de la oferta y el poder adquisitivo de la demanda, allí donde no hay poder adquisitivo, no hay posibilidad de compra. Si no hay dinero, no hay sistema capitalista, o lo que es lo mismo, o consigues trabajo, o no comes, y no hay, ni ha habido, trabajo para todos. 

Gracias a la ayuda humanitaria, espontánea y organizada, se intenta paliar el hambre en el mundo. No tener dinero para poder comprar el alimento es un problema endémico de la historia humana. La especie humana ha evolucionado desarrollando su intelecto desde el ser más primitivo, sometido a las reglas de la naturaleza, hasta el ser que hoy en día somos, individuos inteligentes, tecnológicos, con una capacidad de voluntad y conocimiento suficiente como para plantear una solución humana a lo inhumano del sistema económico. En este sistema nacer pobre es empezar a morir de hambre. La propiedad en la tierra está repartida y solo el beneficio del trabajo permite acceder a la comida. La supervivencia esta sujeta al poder de compra. Depende de si hay o no hay trabajo. Y donde no hay trabajo, hay hambre. El dinero es necesario para sobrevivir.

Si no hay trabajo para todos, y menos en tiempos de crisis, se hace necesario pensar un sistema más humano, diseñado para dignificar la miseria que provoca el hambre. Se puede pensar, un sistema que considere la vida como el primer valor económico generador de valores. Sin el ser humano, el oro estaría enterrado en las montañas y carecería de valor. Si hemos sido capaces de conceder al oro valor de cambio, aceptando su equivalente imaginario, en el billete de papel, (dinero fiduciario: que tiene su valor presado), también, estando todos de acuerdo en que la vida tiene valor, podemos conceder a la vida, valor de uso, aceptando el dinero electrónico como un equivalente imaginario.

Un capital destinado a cubrir las necesidades básicas de supervivencia. Un dinero fiduciario, que se transfiere electrónicamente en su uso. Un filón de vida, fuente de riqueza para pagar los bienes y servicios de primera necesidad. Un recurso económico de por vida para la supervivencia. Sin la vida y sin dinero no es posible la actividad económica. 

Si todo ser humano tiene capacidad adquisitiva, para comprar bienes y servicios de primera necesidad, se ha acabado con el hambre en el mundo. Hemos ampliado el mercado mundial a todos sus habitantes. Todo el mundo por derecho es beneficiario de este recurso de riqueza. Nuestra vida tiene valor y poder adquisitivo. El mercado está abierto a aprovechar este recurso económico, que representa una inyección continua de dinero, claramente superior al que pueda inyectar el Banco Mundial, y todos los gobiernos, para reactivar la economía.

Si la ONU quisiera, podría reinventar el sistema, e incorporar al sistema, el valor de la vida, como valor económico. Una fuente saludable de riqueza para el buen funcionamiento del mercado y de la actividad financiera. Si quisiera, podría crear el Banco Vital-Banco de Vidas, pieza clave para la distribución de este nuevo capital de vida.

Para llegar a buen puerto, se llevará un riguroso control informático del buen uso del sistema, para que no pueda existir ningún tipo de fraude, tal y como sucede hoy en día. Por ello, el pago en la compra siempre se realiza con el sistema electrónico. En los países desarrollados, todos los productos catalogados de primera necesidad estarán etiquetados con el código de barras específico para su control, indicando su condición de producto de primera necesidad. En las comunidades en que no exista esta posibilidad de etiquetado, en un principio, el control se hará de forma manual, indicando en el cobro electrónico, los productos adquiridos, para poder controlar el limite del gasto.

Los productos que figuren en el total de la compra que estén catalogados como básicos, serán cargados al Banco Vital, el resto corre a cuenta del comprador. El Banco Vital recibirá los datos de la compra, los cotejará, de forma instantánea, con los datos que figuran en su red de ordenadores y realizará la transferencia automática a favor del vendedor.  

El dinero del Banco Vital representa una riqueza igualitaria, entre las personas y los países. Es un nuevo capital que se suma al existente. Se transfiere en la moneda de cada país. Es un dinero que tiene su equivalencia monetaria, es decir, su poder de compra depende del nivel económico del país en que se usa, no de la procedencia del usuario. Los precios de los productos y el límite de compra estará estipulado en cada país y en constante revisión. Hoy en día, la tecnología permite hacer operaciones electrónicas vía satélite, lo que implica poder llegar a todos los rincones del planeta.

Todos los esfuerzos tienen que dirigirse a que llegue cuanto antes la ayuda de este sistema al mayor número de personas. El proceso es largo pero hay un claro camino marcado. Es el Consejo de la O.N.U. quien tiene la pelota en su tejado. 

LO SERIO.

Se lo que estás pensando. Crees que para lanzarse a una idea como ésta, hay que estar, en el buen sentido de la palabra, un poco "ido". Hay que ser sensatos. Es una idea fácil de soñar, pero poco creíble, improbable, así como difícil de aceptar y de admitir.

Seguro que se le debe haber ocurrido a más de uno. Un sueño, una idea, por mucho que quiera sostenerse en argumentos reales, si tiene que poner de acuerdo a todo el mundo, lo tiene muy difícil.

Dedicar esfuerzos para comunicar a los cuatro vientos, que si queremos podemos dar valor económico a la vida, un capital equivalente al coste de la supervivencia y la sostenibilidad, tiene su guasa, es un vacile, y seguramente debe de estar de "coña".

No estamos para bromas, y menos para burlas. El tema es muy serio, importante, grave. No puede ser tratado de forma lúdica. Pensar que un sueño como este puede ser realidad, requiere formalidad, preocupación. Ante un drama tan severo y grave, como es el hambre, no se debe ser imprudente e irreflexivo. Se ha de tomar en serio. Esto es así, y debe ser así.

No se puede hacer mofa o escarmiento de algo tan triste. Podría ser entendido como un insulto. Nada más lejos de mi intención. Mi chiste no lastima, ni pretende ofender los convencionalismos sociales y culturales de nadie. Ni desaprueba ni rechaza. Ni hiere ni humilla. Ni injuria ni denigra. Sólo es humor. Una ironía ante lo paradójico.

La idea de que la vida puede tener valor económico por si misma, si nosotros así lo queremos, está pensada con humor, pues forma parte de ella misma, y más si representa el fin de la miseria y el principio de la felicidad en la tierra.

Saber que por sólo el hecho de nacer, tu vida tiene el valor de cubrir el coste económico de tu manutención, y sirve para capitalizar los servicios sociales públicos, no puede ser más que una gran alegría, un gran júbilo, una satisfacción inmensa, un regocijo y entusiasmo por la vida. Una algazara de gran alborozo, diversión y esparcimiento. Un gozo sublime por estar vivo.

Adiós a las desdichas, desgracias e infortunios humanos. Seamos afortunados, solidarios, espléndidos con la pobreza y la indigencia, desprendidos de nuestro egocentrismo intelectual, abnegación ante la voracidad de la codicia y el olvido de la avaricia, -individualismo ingrato-. Renovemos la ambición altruista del ser civilizado, filantrópico, fraternal, amistoso, unánime, armónico y dichoso del placer de vivir en la metamorfosis de la primavera del siglo XXI.

LO DIVINO Y LA CELULA.

No hace falta que nos lo conceda Dios, ni Ala, ni Buda… podemos considerar que la vida tiene valor. No hace falta la inspiración divina para pensarlo. No es algo que lo conceda ninguna divinidad, es algo que nos lo concedemos nosotros viviendo. Nuestras vidas tienen valor. Somos la parte crucial, decisiva, inteligente de la naturaleza. Quizás yo no tanto, pero puedo pensar en mi pequeña parcela de conocimiento e imaginar que mi vida tiene valor y que este valor que todos defendemos de uno mismo, es considerado como patrón económico del sistema capitalista. Como un derecho propio de la vida. Desde que empezamos a respirar, hasta que dejamos de hacerlo, tenemos derecho a considerar nuestra vida como un valor. 

Nuestras vidas son el resultado de infinitas posibilidades en la evolución de la célula. Parece mentira como un organismo tan diminuto, primigenio, ha podido evolucionar en el tiempo creando infinidad de asociaciones complejas de ADN, diseñando organismos vivos pluricelulares, adaptados a las fuentes de energía necesarias para alimentar a las células que contiene el ser.

La mujer y el hombre, se mire como se mire, son el máximo exponente de la naturaleza. La célula nos ha hecho inteligentes dotándonos de un cerebro suficientemente grande como para llegar a descubrir que la célula es el potencial de la vida. Sorprendente! somos células pensantes, inteligentes. autónomas, que vivimos en sociedad, formamos parte de un sistema socio-económico basado en el intercambio de bienes y servicios, que nos facilitan la vida.

Gracias a que pensamos y damos valor a las cosas podemos intercambiar y obtener de esta forma un beneficio en el cambio. Trabajo por dinero, por un techo, por comida. Dinero por comida, por un techo, por trabajo. La moneda del intercambio tiene estas dos caras, comprar y vender. Su valor está sometido a las fluctuaciones de la oferta y la demanda, y es un acuerdo entre dos partes. Este sería un acuerdo entre todos, pues todos estamos de acuerdo en que nuestra vida tiene valor.

Cada cultura tiene su escala de valores sometida a los azotes de la ciencia y la tecnología. La sociedad del conocimiento, política, democrática, versa su sabiduría en la mejora del nivel de vida. Sea por lo que fuere, la célula nos deja como estrategia de supervivencia considerar que la vida tiene valor. Puedo pensar que la vida tiene valor, mis células me permiten pensar en el valor de la vida como una fuente de riqueza, un filón de vida, de humanidad,

Es fácil imaginarlo. Un capital metafórico ("la vida es oro"), administrado por las Naciones Unidas como un derecho humano universal de supervivencia: Un capital de transferencia electrónica para comprar bienes y servicios de primera necesidad, (limitado en su uso), a cargo del lingote metafórico de vida, fiduciario de riqueza,  representado en el certificado de patrón-vida de cada habitante, que constará en el Banco Vital-Banco de Vidas, creado por la ONU., para cubrir las necesidades de alimentación, salud, educación, vivienda, justicia… (servicios sociales) de toda la población mundial.

¿Quién no se apunta a esta idea?. Es la idea definitiva. Piénsalo bien, está decidido en nuestros corazones, en el interior de nuestras células, en el fondo de nuestros pensamientos. Somos partes indivisibles de la misma naturaleza que nos hace únicos, y es esta unicidad la que da valor equitativo a la vida, todos necesitamos la misma energía para sobrevivir, las mismas necesidades básicas para vivir.

La célula, con instinto de supervivencia, nos deja pensar en el valor de la vida como un ajuste en el sistema de economía salvaje, capitalismo, basado en la ley de la naturaleza, donde el fuerte es el que sobrevive. Podemos pensar en modificar el sistema con nuestra propia ley de derechos humanos, más racional, donde no hace falta que muera el más débil.

EL PUNTO DE LA " i " .

Si queréis podemos hablar sobre el punto de la "i", que contiene la curvatura del universo, pero no creo que esto resuelva nada en concreto. Sería una excusa para filosofar. Podríamos decir mucho sobre el punto de la "i", decirlo todo, pero no es el caso.

Decir cosas concretas para que se entiendan por todos solo se consigue hablando claro, y sencillo, pero para filosofar, economizar, politizar… se hace necesario utilizar el lenguaje de forma precisa para expresarse sin dar lugar a equivoco, o hacer todo lo contrario.

El discurso es tan flexible que se puedes estirar como se quiera, hasta hacerlo muy complejo, tanto que pocos lo entiendan. Se puede decir algo, y luego afirmar lo contrario. Si lo que dices es complicado, si es difícil de entender, pocos lo entenderán, el resto no te discutirá, Simplemente, no existirá, se entenderá otra cosa o algo parecido.

¿Que quiero decir con esto? Pues que si lo ves claro, no hace falta que te lo explique, tu entenderás lo que quieras entender, lo que yo te diga no importa, quedará en tu inconsciente, sin ninguna utilidad práctica. Solo será consciente si llegas a entender lo que te pueda decir y estés de acuerdo. Nos podemos remitir a aquel autor, que no llegamos a entender, pero que está reconocido y considerado por su capacidad de razonamiento. No vamos a discutir lo que no entendemos, así que para no ponernos en evidencia lo aceptamos o lo rechazamos, sin dar pie a ninguna duda sobre nuestra decisión. Es, o no es, no hay más que hablar.

Y yo pregunto: ¿Tiene valor la vida? ¿Hace falta que un erudito lo diga para que la vida tenga valor? ¿Es que acaso la vida no tiene valor? ¿Por qué se le niega el valor a la vida? ¿Porque la vida no está considerada como valor? ¿Quien a de ser que lo diga y nos demos cuenta de que la vida tiene valor?

No podemos negar el valor a la vida. Sin vida no hay valor posible. Es absurdo mantener que la vida no tiene valor. Para mi es absurdo. ¿Que egoísmo es este, que niega el valor de la vida a los demás, y considera que solo su vida tiene valor? Si no se da valor a la vida de los demás, la propia vida no tiene valor. Esto lo entiende todo el mundo, y el que no, es porque es egoísta, y se quiere quedar este valor.

EL PUNTO EGOISTA.

Hubo y hay, filósofos, economistas y políticos, que sostienen que el egoísmo es el motor de la riqueza, pero pregunto, ¿Que riqueza es esta?. Para poner un ejemplo; el niño egoísta cuando ve jugar a los demás niños a la pelota, la coge y no la suelta, se acabó el juego. De mayor se supone que aprende, o por lo menos lo parece, pero no, hay quién no aprende nunca, se quieren quedar con todas las pelotas, y cuando lo consiguen, se acabó el juego, empieza el drama.

Del egoísmo dicen que es un instinto natural que lleva a algunos a acumular tal cantidad de riqueza que no dejan para los demás, no se dan cuenta del daño que causan. Ellos no lo entienden, piensan que lo que hacen es crear riqueza, dar trabajo, créditos, subvenciones y ayudas, pero no se dan cuenta, que lo que hacen, es acumular riqueza, hasta acabar con el juego.

Los que estamos de acuerdo, en dar valor a la vida, sabemos valorar la de los demás, lo que implica que también valoremos la vida del egoísta, como una vida más, pues nosotros también podemos ser egoístas y de hecho lo somos -como instinto de supervivencia- cada uno a su manera, más o menos educada. Es un instinto que no se puede eliminar de nuestra condición humana. Se puede educar, pero no eliminar. Existe y existirá como también existe y existirá el amor mientras exista el ser humano. Esto no quiere decir que no podemos seguir jugando.

Nos podemos poner de acuerdo en empezar un nuevo juego, basado en el valor de los jugadores para generar riqueza, jueguen o no jueguen, sean jugadores titulares o reservas. La gracia del juego está en conseguir el máximo numero de jugadores titulares Cuantos más titulares más riqueza se puede generar.

Sabiendo esto, el egoísta entiende que para seguir acumulando riqueza, necesita que haya el máximo número de jugadores titulares en el espacio de juego, así que también considera a los jugadores reserva parte de su botín.

El egoísta, por el beneficio que aporta el juego, cede parte de su soberanía, sin esfuerzo, al reconocer la necesidad de de la vida, de todos los jugadores, para poder acumular riqueza. La vida de los jugadores reserva, es condición necesaria, para que el juego pueda crecer, en riqueza de titulares. Estar vivo es el máximo generador de riqueza, e implica estar alimentado para el juego.

En el juego actual, el jugador que no es titular, no tienes garantizado el capital suficiente para pagar el alimento y el resto de necesidades vitales para vivir. Así que el juego se vuelve trágico y los titulares y reservas viven con ésta cruz. Cuando aumenta progresivamente el número de reservas, la riqueza decrece y el juego se ensucia. Aparece la violencia.

En el nuevo juego se hace necesario un nuevo parámetro, que evite este punto trágico. Una nueva regla, en la que titular y reserva, tengan el mismo valor de salida, equivalente al valor económico de cubrir los costes de los productos y servicios necesarios para subsistir. Es decir, en el juego, el valor de la vida, se considera capital con valor añadido, y es usado, para garantizar la supervivencia de todos los jugadores. Así Incorporamos el valor de la vida al juego, en beneficio del espectáculo.

EL ESFUERZO.

Todos valemos para nosotros mismos, pero necesitamos a los demás para valer. Valoramos nuestras vidas y aún no nos hemos puesto de acuerdo en valorar la de los demás. Parece como si hubieran vidas que no valen nada y aceptar esto es negar el valor de la unicidad de la propia vida, negar el valor propio, devaluar la propia existencia. Afirmar que el valor de la vida es sólo el que se gana con el trabajo y esfuerzo, es dejar morir de hambre a millones de personas de este mundo que por mucho que se esfuercen no tendrán acceso a un trabajo inexistente. Dando valor económico a la vida podrán sobrevivir comprando alimento, productos y servicios de primera necesidad.

Las cosas se consiguen con esfuerzo, con voluntad  y tesón, con trabajo remunerado, bien hecho. Los mejores de cada generación, los que más luchan y se esfuerzan, los que sobreviven aún a la crisis, son los que capean el temporal y se adaptan a los nuevos tiempos, aún y así, a riesgo de no llegar a coger el tren de la salida de la crisis. Muchos caen y se levantaran, otros no tendrán tanta suerte y se verán abocados a la miseria, al lodo del mundo, donde es imposible sobrevivir sin ayuda. 

El esfuerzo y las buenas intenciones es la solución que se da a la falta de trabajo. Es real que es así, pero también es real que no hay trabajo para todos y menos en tiempos de crisis. Si tenemos trabajo podemos sentirnos premiados doblemente, por el rédito que nos produce y la felicidad que ello comporta. 

Tenemos nuestra situación conformada y en competencia profesional con la sociedad. Aunque no se esté del todo satisfecho, peor es estar sin trabajo. Existen vínculos, formas, estrategias, compromisos… que configuran nuestra posición en el sistema. Si a uno le va bien tal y como están las cosas, ¿porque tiene que dudar de lo que ya está establecido?.

Yo sé que la vida tiene valor y todos lo sabemos, sólo que no se ha considerado que tenga valor económico por si misma. No existía esa posibilidad y por tanto era impensable. Hoy, en la cuna del siglo XXI, se puede pensar ya que existe la posibilidad de hacer una transferencia desde cualquier punto del planeta, ello permite comprar y vender con dinero electrónico. Concediendo a la vida el valor económico que concedemos al oro, tenemos un fondo de subsistencia a cargo de nuestra vida con el que pagar los bienes y servicios de primera necesidad.

En ciertas capas sociales, zonas geográficas, estado en guerra, catástrofes… sin la ayuda internacional la tragedia sería Bíblica, aún y así el drama es enorme. No se puede continuar con los mismos criterios que han llevado a esta avanzada y penosa situación.

LO TRÁGICO.

Para quien le guste lo trágico esta idea no le interesa, pues haría menos trágica su vida. Le quitaría aliciente, no tendría tantos motivos para llorar, la gente ya no se morirá de hambre, pues tendrá un capital para pagar el alimento básico, un dinero fiduciario, prestado del valor de la vida como primer valor de riqueza. La vida certificada como filón económico para la subsistencia y la sostenibilidad. Una nueva fuente de riqueza que salvará al mundo de su vaticinada autodestrucción. Un capital potencial que todos tenemos al estar vivos, es el valor máximo de todos los demás valores.

Necesitamos a todo el mundo para poder vivir en paz, no creo que la fuerza bruta tenga la razón. Las ideas pueden cambiar el mundo, de hecho no ha parado de cambiar desde los inicios de los tiempos, nosotros sólo somos un escalón más de la evolución de la vida. Un ejemplo viviente de lo que la vida en la tierra, venga de donde venga, ha sido capaz de desarrollar con el paso del tiempo, generación tras generación.

Actualmente ha sabido entenderse, dentro de lo bueno y lo malo, para dar estabilidad a los mercados internacionales con números macroeconómicos. Reuniones de la ONU, del G-8, G-20. Organizaciones internacionales de todo tipo, atendiendo a razón para no caer en el descalabro. 

El sistema se sustenta en los finos hilos de la credibilidad política y económica, y rotos unos cuantos por el virus del poder, la codicia, la avaricia y la usura, recomponer los que quedan sin considerar la posibilidad de dar valor económico a la vida, sería como seguir toda la vida con el mismo vehículo, atendiendo todas sus reparaciones, a pesar de que el paso de los años lo haya convertido, pese a su funcionamiento práctico, en un elemento obsoleto, ya que los nuevos vehículos, estarían diseñados con avances tecnológicos impensables en otra época. 

El sistema capitalista, tal y como lo conocemos hoy, pasaría a formar parte del museo de la historia, dejando paso a los nuevos brotes del nuevo sistema capitalista, reformado, refundado, humano para los humanos. Sin necesidad de resurgir de las cenizas podemos crear un nuevo mundo donde nacer no signifique morir día a día.

LO UTÓPICO.

Necesitamos un referente real para poder establecer nuestra escala de valores. Por esto, lo nuevo, aún imaginado, ficticio, irreal, en tanto que no es, no existe. Se muestra trasparente ante nuestros ojos. Dar valor fiduciario a la vida llega a nuestro conocimiento como una ilusión improbable. No sabemos ver la mejora que representa para el sistema, en el que estamos todos. Nos limitamos a rebatir la idea con argumentos de nuestro referente actual, pensando que en el nuevo sistema, lo malo del actual, seguirá existiendo, y nos olvidamos de la parte positiva del proyecto, que plantea, aunque parezca increíble, la solución global a las deficiencias del sistema. 

El ser humano, es naturaleza, es animal, es sentimental, es social, es persona, es civilizado, es complejo… Está regido por los instintos más bajos y los sentimientos más puros. Su forma de pensar, de sentir y de obrar corresponde a los valores de la cultura a la que pertenece. La realidad es percibida de acuerdo a una razón cultural. La expansión de la cultura en la era del conocimiento, ha creado un referente global, en el que nos podemos sentir identificados. Con él, podemos construir nuestra escala de valores. La vida del ser humano es un valor universal indiscutible y puede ser un valor económico real cuando las Naciones Unidas, en consonancia con la Alianza de Civilizaciones, decidan crear el Banco Vital.

Pienso que sólo la necesidad llevará a que la idea Patrón-Vida, se tome en serio. La gente, por la vía pacífica, tiene que aclamar esta idea y hacer que los políticos se pongan manos a la obra. Por esto pido tu colaboración, coméntalo con tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, y que al mismo tiempo ellos hagan lo mismo. Con el conocimiento de esta idea podemos cambiar el curso de la historia. El valor de la vida está aún por conocer.

LA JUSTA MEDIDA.

Si preguntamos a cada habitante de la tierra si su vida tiene valor, dirá que si. El valor de la vida es universal. Es indiferente que valoremos más a nuestros familiares y amigos en el valor igualitario de la vida. Estar vivo es nuestro valer. Sin vida no valemos nada en lo material, en el mundo real. La vida es la primera condición de la existencia, y por eso tiene valor. Hay que estar vivo para poder generar riqueza.

La vida es parte de nuestra materialidad, es  tangible, real, palpable, es materia mineral, como el oro. Nuestro cuerpo es materia, sin lugar a duda. Como minerales dotados de vida, también podemos ser valiosos. Podemos ser, materia preciada, mas valiosa que el oro, ya que somos nosotros quienes concedemos el valor.

Estar vivos nos hace iguales. Es nuestra privada forma de ser, de existir, de valer para nosotros mismos y para los demás. Cada uno de nosotros tenemos valor, somos materia preciosa y también valemos.

Es un valor que está por descubrir, por desenterrar, por entender, pero está allí. Cuando se considere, porque se entiende, empezaremos a estar de acuerdo. Será un valor capital, sumado al existente. Un valor de la humanidad, para la humanidad, la supervivencia y la sostenibilidad.

La justa medida del valor de la vida es el coste diario de los alimentos necesario para sobrevivir en cada país (Patrón-vida).

LA CONVERSIÓN.  

Teniendo valor la vida, como todos lo entendemos, podemos prestar su valor al dinero. Es decir, prestar el valor de la vida a la moneda electrónica que a su vez presta su valor al billete material. Es lo que se entiende como dinero fiduciario (fiat). La vida tiene el potencial de lo sublime, prestar su valor al dinero, como en su momento lo prestó el oro.

Actualmente, el papel moneda tiene prestado su valor del P.I.B.; si además prestamos el valor de la vida a la moneda electrónica para la supervivencia y la sostenibilidad, convertimos el valor de la vida en dinero válido, que permitirá sobrevivir, condición primera para generar riqueza.

Este valor prestado al dinero electrónico, se transfiere, en el momento del pago, al vendedor del bien o prestador del servicio automáticamente, por el banco de régimen especial (Banco Vital), creado a tal efecto, por la Organización de la Naciones Unidad y la Alianza de Civilizaciones, que atesorará los "Certificados de Vidas" de todos los habitantes de la tierra, como valor-capital transferible, limitado en su uso de compra de productos y servicios básicos.

El dinero electrónico de supervivencia, se considera de valor humanitario, en su uso. Mitigar el hambre es su principal destino. Cada persona tendrá un saldo electrónico para la supervivencia. La salud, la educación, la vivienda, la justicia básica… podrían cubrir las necesidades presupuestarias con este valor. y así poder extender los servicios públicos a todos los países. Es una riqueza propia de cada país, que puede utilizar para modernizar y desarrollar los servicio públicos del Estado.

Este dinero electrónico también estaría destinado a luchar contra el cambio climático y paliar las catástrofes con ayuda humanitaria. Sirve para cubrir las prioridades del Sistema Capitalista Global: la Supervivencia y la Sostenibilidad.

LA COBERTURA.

Sectores de prioridad:

 

Partes: 1, 2, 3, 4
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