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Los árboles

Enviado por celeste cielo


  1. Introducción
  2. Mis referentes
  3. Mi proceso creativo
  4. Del paisaje en la historia del arte
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

"Creo que intento buscar un paisaje que se halla en mi memoria… pienso en pintar cosas de este mundo sin saber qué es exactamente"

Janaina Tschape

Introducción

A partir de una serie de pinturas y dentro de un proceso propongo rastrear un momento particular de mi niñez.

Las imágenes de los árboles son parte de mi historia acontecida en el campo durante los interminables veranos, disfrutado en familia al aire libre en el monte cordobés. Cuando en esos cielos crepusculares las ramas se entrecruzaban y se recortaban, me daba la sensación que me abrazaban. Esas formas fueron forjando mi memoria. Esas imágenes me llevaron a ideas cautivadoras, pues me ha motivado a realizar mi obra con absoluta libertad.

No fue necesario buscar modelos de paisajes pintorescos. Comencé por esos lugares que estaban recónditos en mi memoria y que despertaron en mí una respuesta emocional. Lo inesperado y lo personal, lograron imágenes memorables que el instinto creativo dictó: cuándo seguir las normas y cuándo dejarlas en pos de la creatividad.

En la propuesta he creado una sensación de lugar… atmosfera, así como el espacio y la profundidad.

Citando al autor Gerard Vilar en su obra "El desorden estético":

"La capacidad de aprecio estético de la naturaleza es un producto de la cultura moderna…

Una de las cosas más admirables del ser humano como también más inexplicables es su capacidad de aprecio a la naturaleza. El hecho de que seamos capaces de encontrar hermoso un paisaje es probablemente tan antiguo como la humanidad misma.

Nuestros antepasados más lejanos ya debían gozar de paisajes acogedores de formas vegetales, árboles secos y del remanso de un rio. (Pág. 35)

Este trabajo es solo el comienzo de un trayecto con un final abierto a otras instancias creativas, que seguramente transcurrirán en un tiempo indeterminado a la manera romántica. Para ellos la naturaleza era fuente de evocación y estimulo intelectual, elaborando una concepción idealizada del mundo. La concepción romántica del arte se apoya en la subjetivad, la exteriorización de la emoción y del sentimiento.

Para los pintores románticos, el paisaje es el escenario en que está representada la tensión, entre la naturaleza y el espíritu humano a menudo nostálgico.

Protagonista el paisaje se presenta en el romanticismo carente de figuras humanas. Pero, simultáneamente, el hombre romántico ansia reconciliarse con la naturaleza, reencontrar su identidad en esa infinitud que aparece como abismo deseado e inalcanzable .

OBJETIVOS

  • Explorar desde el lienzo en blanco los rastros de recuerdos, sensaciones e ideas de mi niñez.

  • Indagar en la pintura a partir de la evocación del paisaje personal y de artistas que han ahondado en el tema.

  • Registrar y plasmar en obras las situaciones cotidianas que mueven las emociones simples, evitando lo anecdótico de esos recuerdos.

  • Intentar representar en imágenes la sensación que se percibe en un instante dado al contemplar y evocar la escena que constituye un paisaje.

Mis referentes

En lo personal de estos artistas me interesó como cada uno de ellos tiene una mirada que le es propia sobre el paisaje, la naturaleza y los árboles, en particular.

De Martin Malharro[1]en sus paisajes, y en particular "los árboles" me motivaron como en sus obras ensayaba aproximaciones a la naturaleza cargadas de expresividad en el dibujo y en el manejo de los colores.

La animización del follaje con fines expresivos, el interés por los ambientes crepusculares, son características compartidas con otros artistas de la época. Se trataba de una aproximación emotiva al paisaje que ahondaba en una cierta empatía espiritual con la naturaleza.

La producción de Malharro se comprende mejor en el contexto de las búsquedas expresivas de los artistas, que en ese fin de siglo se enrolaban en diferentes grupos y que encararon su relación con la naturaleza y con sus respectivas identidades locales.

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"Mis amigos los árboles" Óleo sobre tela, 64x80cm, 1911

De José A. Malanca (1897-1967):"Verano" del año 1952, de "Las Cuatro Estaciones" se trata de una serie de pinturas que toma un mismo paisaje en distintas épocas del año. Posiblemente esté inspirada en la obra musical homónima de Vivaldi. Malanca en sus "Cuatro estaciones", realiza un acabado estudio de la luz en un mismo paisaje según cada estación del año. En la obra "El verano" destaca la enorme variedad de verdes, logrando crear una atmosfera lujuriosa del verano cordobés.

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"El verano". Óleo sobre tela, de 1952

De Maurice Vlaminck (1876-1958): En su obra "Los Arboles Rojos" que forma parte del arte Fauvista encontré interesante el tratamiento de las formas, la negación de la profundidad y el volumen y, cómo los colores sirven para expresar  sentimientos.

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"Les Arbres Rouges". Óleo sobre tela de 65 cm x81 cm. Del año 1906

Del artista argentino Duilio Pierri (1954) y de su obra "Fulgor" encontré una cierta analogía con mi obra en cuanto a lo formal. Esta obra me transportó a los recuerdos de mi niñez cuando en los atardeceres me quedaba mirando extasiada los árboles que se recortaban, se perdían y cómo se esfumaban en el cielo.

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"Fulgor" Acrílico Sobre tela 180cm x210cm.Del año 2008

Por último, de Alejandra Placci (1970-2002) quien me llevo por los caminos del arte y me motivó a pintar. Fui alumna en su taller durante varios años en donde nació una verdadera relación de amistad y con ella fueron mis inicios en la técnica del acrílico. Me ayudó a romper con las estructuras y estereotipos preconcebidos. Aprendí con ella sobre historia del arte ya que antes de cada clase de pintura veíamos libros y seleccionaba imágenes para recrear.

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"Paisaje otoñal". Acuarela del año 1998

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S/T. Acuarela sobre papel

Mi proceso creativo

Mis paisajes se fueron conformando con los recuerdos, como una huella mental de los viajes de mi infancia. Llegar al campo y encontrarme en el monte, rodeada de árboles me llenaba de alegría. Esos atardeceres transcurridos bajo sus espesos follajes, al mirar sus ramas e imaginar que cada una de ellas era un árbol en sí mismo, en donde no existía ni el abajo ni el arriba y que treparlos me parecía una tarea imposible de lograr.

Mis trabajos no son naturalistas ni surgen de la contemplación del paisaje al natural, busco la evocación de imágenes como huellas mentales.

Las imágenes están como desvanecidas, surgen como desde una nebulosa, no son nítidas. Se van transformando y se esfuman como los recuerdos. Al espacio lo construyo a través de una combinación de tonos cálidos y fríos de manera intuitiva.

He tratado de crear una sensación de lugar y atmosfera, así como un espacio y profundidad. Por momentos aparece una idea de cielo, pero éste solo está como fondo de algunas obras. El espacio se construye a través de una combinación de tonos cálidos, la línea de horizonte esta sugerida para crear una sensación espacial.

Frente al lienzo en blanco, mi mente se ve impulsada a manchar esas zonas vacías. Comienzo a determinar las formas jugando con los colores mediante amplias pinceladas, y trazos pequeños en algunas partes que procuran describir las hojas, los follajes y los troncos.

Estos recuerdos se van perdiendo en la memoria como un bastidor mal armado. Los últimos trabajos son una metáfora. Si pienso en un paisaje evocado se entremezclan imágenes de la niñez donde se van superponiendo el verde de las hojas y brotes primaverales con bosques otoñales llegando al punto donde comienzan a desintegrarse en trozos de recuerdos como collages.

A esta pintura la puedo tomar como el inicio de mi proceso, el primer contacto con mis recuerdos mirando las fotografías de esos viajes familiares. Los aromas, los sonidos y hasta las voces que aún resuenan y habitan en mi memoria. A partir de este trabajo se fueron sucediendo los otros paisajes que iban surgiendo como torbellinos, asomando desde esos lejanos recuerdos. Intente recrear esa sensación desde la perspectiva de esa niña que observaba los arboles desde abajo y los veía gigantescos.

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S/T Acrilico sobre tela, 2014

Como parte de esa búsqueda inicie la serie "los bosques" en la que cada rama de esos árboles imaginaba y fantaseaba que eran bosques.

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"Bosque I". Acrilico sobre Mdf de 34cmx 55cm 2014

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"Bosque II" acrilico sobre Mdf 34cm x 55cm, 2014

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"Bosque III" óleo sobre tela 60cm x 80cm ,2014

En esta etapa, que llame "Las higueras", intente reflejar los momentos mas bellos de mis dias en el campo cuando esperabamos que los grandes nos trajeran los tan esperados frutos.

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"Las higueras I" Acrilico sobre tela de 100 cm x 120cm, 2015

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"Las HiguerasII" Acrilico sobre tela de 100 cm x 120cm 2015

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"Las HiguerasIII" Acrilico sobre tela de 100 cm x 120 cm 2015

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"Las HiguerasIV" Acrilico sobre tela de 100 cm x 120cm 2015

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"Las Higueras" (detalle) Acrílico sobre tela 60cm x20 cm 2015

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"Las Higueras" (detalle) acrílico sobre tela 60cm x20cm 2015

Al intentar recuperar los recuerdos mas lejanos se entremezclan imágenes. Cuanto más lejano del presente es un recuerdo más difícil es evocarlo, no son claros y se presentan de forma borrosa como huellas mentales, donde solo hay ideas de momentos vividos.

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S/T Técnica mixta sobre Mdf de 20cm x20 cm, 2015

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S/T Técnica mixta sobre Mdf de 20cm x20 cm, 2015

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"Desintegrado I" Acrílico sobre Mdf de 34cm x 55cm, 2015

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"Desintegrado II" acrilico sobre Mdf de 34cmx 55cm, 2015

En los últimos trabajos utilicé una técnica mixta en donde fui cubriendo la superficie de la tela con enduído. Luego fui raspando el material de forma intuitiva donde fueron apareciendo zonas descascaradas. Éstas, sumergían como los recuerdos más lejanos que se desvanecen en la memoria, como huellas blancas que van dando paso a la evocación.

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"Rastros" tecnica mixta sobre tela de 100 cm x 120cm 2015

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"Rastros" tecnica mixta sobre tela de 100 cm x 120cm , 2015

Del paisaje en la historia del arte

Tratado del Paisaje de André Lhote

El paisaje dominado y organizado de acuerdo con ciertas necesidades del espíritu, ha sido tratado con cariño por los más grandes artistas. Se advertiría que los aportes del espectáculo exterior que encantan a los amantes de los árboles y los ríos, en todas las épocas sólo fueron ejercicios previos, trabajos analíticos que precedían a la organización arquitectónica y a la síntesis de los elementos diseminados en el espacio. Desde los primitivos hasta Delacroix, pasando por Bellini, Giorgione, el Tiziano, el Tintoretto, Cranach, Durero y demás, las composiciones más sensuales y más conmovedoras que se desarrollan sobre un fondo natural nos ofrecen modelos de paisajes compuestos. Nos incitan a reflexionar acerca de la necesidad de dominar nuestras impresiones fragmentadas para así realizar ese rico conglomerado de elementos diferentes: árboles, peñascos, praderas, lagos, nubes, los cuales son susceptibles de resumir el universo en forma fulgurante.

Esa reducción del cosmos a un pequeño espacio de dos dimensiones será tanto más eficaz y elocuente cuanto más neto y potente sea el ritmo que conjugue las formas naturales; cuanto más se unan por la magia de ingeniosas analogías plásticas ciertos elementos de la tierra, del cielo o del mar.

Si para los maestros el paisaje, fondo de una escena histórica, deja de ser escenografía inerte para unirse al ritmo universal y convertirse en microcosmos, con mayor razón el paisaje moderno, tomado como motivo único debe tener la ambición de superar la fase de representación ilustrativa, de la anotación de detalles accidentales, para dar por fin la más alta y universal significación a los fenómenos exteriores cuyo inventario mágico ha emprendido desde el Impresionismo.

De la Importancia histórica del paisaje compuesto de André Lhote

…Ciertas convenciones pretendían que el paisaje no se considerara en sí, sino como fondo subordinado al hombre. En épocas en que el artista se atrevió a cultivarlo por sí solo, ese genio, como el retrato se juzgaba inferior.

Giovanni Bellini, que más que Mantegna o Carpaccio sigue siendo uno de los más grandes paisajistas de todas las épocas. Divide casi sistemáticamente su cuadro en dos partes iguales: una reservada a las escenas que le encargaban, la otra dedicada al paisaje propiamente dicho, lleva a veces la malicia hasta introducir en la parte baja de su composición bajo la forma de cosmos, canteras o barrancas. Trazos reservados igualmente al paisaje, en que se mezclan tan felizmente por partes iguales, el mineral y el vegetal…

Diría que el artista luego de un largo tiempo encerrado en la disciplina de los gestos narrativos y las actitudes explicativas, deja estallar sus amores reprimidos de la creación, y se venga de golpe de haber aguardado tanto acumulando en el menor espacio posible todo lo que puede encontrarse fuera del taller. Un paisaje, para Mantegna y Bellini, como para Bosch o Limbourg, es una verdadera orquestación alimentada por todos los elementos que nos brinda el universo.

Conclusión

El artista a lo largo de la historia ha querido presentar al mundo como los demás querían que fuese.

Mediante este Trabajo Final y a lo largo de su desarrollo pude comprobar como el arte proporciona una relación importante del encuentro del espíritu humano con la vida misma, con la historia personal de lo autorreferencial.

El paisaje ha acompañado a la pintura a lo largo de la historia en un principio como fondo de una escena, desprendiéndose hasta llegar ha alcanzar el protagonismo y pasar a ser una obra en sí misma.

En cierta forma logre plasmar esos recuerdos desde un paisaje en donde los arboles fueron los protagonistas de mi historia personal ahondando en las emociones simples vividas en familia.

Este proceso es solo el comienzo de una nueva etapa en la cual continuare en la búsqueda de nuevos caminos que se abren como una obra en construccion.

Bibliografía

CHILVER, Ian: Diccionario de Arte. Alianza Editorial, Madrid 1990

CRESPI, Irene – FERRARIO, Jorge: Léxico Técnico de las Artes Plásticas, 4º Edición. Buenos Aires. Editorial EUDEBA 1985

GOMBRICH, Ernst: La Historia del Arte. Editorial Sudamericana Buenos Aires 2007

GARCIA -PELAYO Y GROSS, Ramón: Pequeño Larousse Ilustrado, Ediciones Larousse Buenos Aires Argentina 1993

LO CELSO, Ángel T.: 50 años de Arte Plástico en Córdoba ,1973

LHOTE, André: Tratado del paisaje. Editorial Poseidón. Buenos Aires ,1943

MONDRIAN, Piet: Arte Plástico y Arte Puro. Editorial Víctor Leru, 1961

Movimiento y Tendencias del Arte Moderno: Fauvismo. Colección de Arte Edición española Ediciones Polígrafa. Barcelona 1997

VILAR, Gerard: El Desorden Estético. Ensayos. Ideas Book Barcelona 2001

 

 

Autor:

Marcela Avaca López

Trabajo Final de la Licenciatura en Pintura

Asesora: Prof. Lic. Otilia Ceballos

FACULTAD DE ARTES U.N.C

DEPARTAMENTO DE ARTES VISUALES

Licenciatura en Pintura

Córdoba, Agosto del 2015

Enviado por:

Celeste Cielo

 

[1] Martin Malharro (1865-1911) naci? en Buenos Aires. Fue quien introdujo la corriente del Impresionismo en nuestro pa?s y fue colaborador grafico de ?La Naci?n? e ilustrador de obras literarias. (50 a?os del Arte Pl?stico en C?rdoba?. ?ngel T. Lo Celso)