Evaluación del impacto ambiental de las máquinas y ecotecnología (página 5)
Enviado por Dr. Mario Clemente Zald�var Salazar
El compost reúne parte de las ventajas de la paja y la hierba y se suele utilizar para casi todo tipo de hortalizas al igual que el resto de los materiales de descomposición rápida.
Las piedras, gravas y arena suelen mantener constantes magnitudes edáficas tales como la temperatura y la humedad y ayudan a favorecer y a conservar una buena estructura.
Las virutas de madera y restos de serrería se pueden emplear siempre que no contengan restos de productos químicos protectores de la madera.
También podemos emplear para el acolchado en hortalizas papeles procedentes de periódicos, etc.
El tema del acolchado con materiales plásticos es muy complejo, tanto por su amplitud como por la polémica que surge entre los diversos practicantes de la agricultura ecológica. A pesar de esta controversia habría que reconocer que estos materiales ofrecen la ventaja de poseer mayor durabilidad que los orgánicos, que tarde o temprano se transforman en humus, aunque ya se conoce la existencia de plásticos biodegradables y de diversos orígenes con variadas características.
Utilizaremos el polietileno de bajo espesor, que se puede presentar en forma de láminas transparentes, negras y blancas principalmente. Las primeras tienen el inconveniente de no evitar la nacencia de las hierbas bajo ellas, aunque acabarán muriendo por exceso de temperatura. Las negras, por el contrario, impiden el desarrollo de las hierbas adventicias, pero calientan excesivamente el suelo en periodos de alta temperatura, problema que se subsana colocando láminas de color blanco (Ibarra Jiménez, 1991).
La época de ejecución es preferentemente la primavera, siempre y cuando la tierra este ya caliente. En nuestro clima mediterráneo, con veranos muy cálidos, impide la formación de costra, la cual dificulta la nacencia del cultivo y evita la calcinación del humus del suelo por el sol.
Entre las principales precauciones a tomar podríamos considerar las siguientes:
– Cerciorarnos de que el material está libre de semillas de malas hierbas, caracoles, etc.
– Procurar realizar el acolchado sobre el suelo limpio, es decir, donde no aparezcan hierbas adventicias, plantas asentadas, etc.
– Realizar un binado inmediatamente antes del aporte, que puede servir tanto para mullir la tierra como para ejercer la función de una escarda, eliminando así cualquier rastro de vegetación no deseada.
Purín y lisier
El purín está constituido por los orines que fluyen de los alojamientos del ganado o los líquidos que escurren del montón de estiércol, recogidos en una fosa. El lisier es una mezcla de deyecciones sólidas y líquidas del ganado, recogidas y diluidas en agua.
Labrador (1994) nos dice que a lo que no es estiércol sólido como tal se le designa de manera coloquial como purín, y a éste, según la cantidad de agua incorporada se le denomina estiércol fluido (14 a 18 % de materia seca), estiércol líquido (20 a 30 % de agua y de 9 a 12 % de materia seca) o estiércol diluido (50 % de agua).
Ambos son productos muy fermentables y de composición muy heterogénea, al depender de las mismas variables que el estiércol ya estudiado (Urbano Terrón, 1988). En líneas generales encontramos:
– Materias sólidas minerales (tierra mezclada).
– Materias sólidas orgánicas y materias disueltas (sales solubles, urea y amoniaco).
– Metales pesados (especialmente Cu y Zn si proviene de granjas intensivas.
– Antibióticos.
– Hormonas.
– Desinfectantes.
La riqueza media del purín por metro cúbico es la siguiente:
Nitrógeno…………………..1,50 a 2,50 kg
Anhídrido fosfórico……….0,25 a 0,50 kg
Óxido de potasio………….4,00 a 6,00 kg
Refiriéndonos de nuevo a ambos, encontramos un contenido en cenizas del 24 al 50 % de la muestra seca; el nitrógeno excretado se considera que es un 20 % del ingerido en la dieta; con respecto al potasio, los animales eliminan con los orines el 90 por ciento del ingerido en forma de sales solubles, y con respecto al fósforo, del 70 al 80 % del fósforo del purín está constituido por compuestos minerales poco solubles, especialmente bajo la forma de fosfato monocálcico (Costa, 1991). El producto final puede ser mejorado añadiendo en las fosas material rico en carbono (paja muy triturada, serrín o compost) para aumentar la relación C/N a un valor aproximado de 10 y fosfatos naturales triturados.
A la hora de llevar a cabo la aplicación de estos productos en el campo hay que seguir una serie de recomendaciones:
– Aplicar el purín rápidamente después de su fabricación. En caso de almacenarlo, airearlo frecuentemente mediante agitación o inyección de aire a presión.
– Realizar aportes moderados para que los purines frescos no penetren profundamente en la tierra.
– Evitar su distribución sobre terreno helado, nevado o saturado de agua, así como sobre terreno con fuerte pendiente, muy permeable, muy ligero o con una capa freática muy superficial.
- No aportar en tiempo lluvioso o con posibilidad de lluvia.
– Excluir su aporte en productos hortícolas para consumo en crudo.
– Se procurará distanciar su aplicación lo más posible de la siega de las praderas y se evitará dejar el suelo mucho tiempo desnudo tras su aplicación.
Considerando todo lo anteriormente dicho, lo distribuiremos antes de las siembras en las primeras fases de desarrollo del cultivo cuando se trate de cultivos anuales, y durante todo el año y mediante cisternas en el caso de praderas y pastizales. Una vez distribuido, conviene enterrarlo someramente con un pase de grada o cultivador.
Algas
Deben usarse en el estado más fresco posible, y para acelerar su descomposición, se les puede añadir estiércol u otro abono orgánico rico en nitrógeno.
Comparándolas por ejemplo con el estiércol, vemos que son más pobres en fósforo y nitrógeno, aunque son más ricas en potasio, sodio y magnesio, y disponen de una gran cantidad de oligoelementos, entre los que cabe destacar el zinc, el hierro y el cobre. Así su composición media es de:
N………… 0,20 – 0,80 %
P2O5……… 0,05 – 0,20 %
K2O……….. 1,00 – 3,00 %
Las dosis empleadas normalmente son de 30 – 40 t.ha-1.
En el comercio también pueden encontrarse harinas y extractos líquidos de diversos tipos de algas, entre los que destaca el alga calcárea (Lithothamnium calcareum) como Lithothamne, o Algomin (en Alemania) que se recolecta a lo largo de las costas marinas del oeste de Francia. Este alga es muy rica en calcio (42 – 47 % de CaO), magnesio (3 – 8 % de MgO) y oligoelementos, y se utiliza pulverizada, sola o mezclada con fosfatos naturales, en la enmienda de suelos ácidos a dosis de 100 – 600 kilos por hectárea.
Turbas
Con el término turba se define un conjunto de materiales orgánicos producidos por la descomposición lenta de vegetales en regiones con exceso de humedad y deficiente oxigenación. Debido a estas condiciones, la materia orgánica sólo se ha descompuesto parcialmente. Por esta última razón su papel en el suelo es meramente físico.
Existen fundamentalmente dos tipos de turbas: las rubias y las negras. Las primeras proceden en su mayoría de países del centro y norte de Europa y son de mayor calidad que las negras, recogidas en la cuenca mediterránea. En general se recomienda su utilización, aunque con ciertas limitaciones y precauciones al emplear las negras.
Otros abonos orgánicos
En agricultura ecológica también se emplean otros materiales orgánicos de origen animal y vegetal.
Dentro de los primeros destacan los procedentes de mataderos, como sangre, huesos y carne en polvo, cueros y cuernos tostados, lanas, cerdas, etc., que suelen ser ricos en nitrógeno y fósforo, aunque su uso es puntual y reducido por su escasa importancia. El pescado y sus derivados son otra opción que debe ser considerada.
El serrín, las virutas y cortezas, pueden ser aprovechados si proceden de madera no tratada, y también son admitidos por ejemplo por el Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica de España, los subproductos orgánicos de la industria alimentaria y textil, siempre que no estén contaminados ni contengan aditivos químicos se consideran aprobados.
Fertilización inorgánica
Estos abonos minerales se utilizan en agricultura ecológica como complemento, considerando como tal toda aquella actuación sobre el suelo que tiende a corregir una situación deficitaria o desequilibrada, y de carácter puntual.
Realmente en la agricultura ecológica no son probables las fuertes carencias de un elemento, pero sí habrá que actuar con precaución durante el tiempo de reconversión de la finca.
Este complemento se debe aplicar en la época en que el suelo esté desnudo, teniendo en cuenta las estaciones lluviosas, para que no se produzcan pérdidas del producto, y con bastante antelación a la siembra. En la agricultura española por ejemplo de acuerdo con la marcha de las rotaciones de cultivos, hay dos épocas muy definidas, otoño y primavera, aunque normalmente es mejor en otoño o a finales de verano. Se efectuará en primavera únicamente cuando se deban cubrir carencias con aportes en forma rápidamente asimilable.
En general se utilizarán sales poco solubles, sin aumentar esta solubilidad mediante tratamientos químicos, o aportes minerales bajo forma de productos naturales que únicamente han sufrido tratamientos físicos como lavado, trituración y en ciertos casos, calcinación. Estos productos se aplicarán en pequeñas dosis, sin olvidar, los aportes orgánicos que como ya dije son la base del abonado en agricultura ecológica. Por tanto los fertilizantes minerales deben considerarse como un suplemento y no como una sustitución del reciclado de nutrientes.
Las rocas y minerales naturales se muelen y pulverizan muy finamente, ya que cuanto menor es el tamaño de molido, más rápida es su acción y menores las cantidades a aportar. En general se utilizan productos con una finura comprendida entre el tamiz 200 (0,074 mm de apertura de malla) y el tamiz 400 (0,037 mm).
Los abonos minerales se pueden clasificar según su elemento dominante, sin olvidar que todos ellos contienen un elevado número de elementos químicos:
Materias minerales ricas en sílice
Son principalmente el basalto, el granito, el pórfido, el neiss, etc. Contienen aproximadamente un 50 % de sílice, un 2 – 10 % de magnesio, un 2 – 12 % de potasio y numerosos micronutrientes.
Las ventajas que ofrece el empleo de estas rocas son:
– Aumentan el rendimiento y la resistencia al encamado de los cereales.
– Producen un incremento de la resistencia de numerosas plantas a enfermedades criptogámicas y ataques de ciertos insectos.
– Su contenido en sílice facilita la asimilación por las plantas de la mayor parte de los elementos minerales, especialmente el fósforo y los oligoelementos.
- Pueden ser utilizados prácticamente en todos los suelos, incluso a dosis elevadas, sin riesgo de toxicidad o desequilibrio.
Dependiendo de la naturaleza del suelo, los aportes de rocas silíceas son complementados con otros materiales minerales, y las dosis de aplicación oscilan entre los 300 y 2000 kg.ha-1.
Materias minerales ricas en nitrógeno
El único abono nitrogenado de origen natural es el nitrato de Chile, que contiene aproximadamente un 16 % de nitrógeno y un 25 % de sodio.
Su utilización está restringida al periodo de reconversión en cereales, con pequeñas cantidades en primavera, pero no está autorizado en agricultura ecológica, ya que se comporta exactamente igual que un abono soluble de síntesis (su nitrógeno está totalmente mineralizado).
Materias minerales ricas en fósforo
Como aporte de fósforo se utilizan rocas fosfatadas, como los fosfatos naturales de África del norte (Sahara, Marruecos, Túnez), Estados Unidos (Florida), África Central (Senegal, Togo), etc. y las fosforitas, finamente molidas, que contienen un 25 – 35 % de anhídrido fosfórico.
Con la excepción de los fosfatos aluminio-cálcicos de Thiés (Senegal), son fosfatos tricálcicos sedimentarios cristalizados (kola), con cierta proporción de fluoruro cálcico.
Se aportan por término medio entre 50 y 60 kg.ha-1.
También se utiliza el fosfal, fosfato natural de calcio y aluminio calcinado (ha sufrido un tratamiento térmico), que se aplica sobre todo en las tierras calizas.
Las escorias Thomas también se utilizan, particularmente en suelos con fuerte carencia de este elemento. Se obtienen a partir de la fosforación del mineral de hierro en los altos hornos. Contienen un 16 – 19 % de anhídrido fosfórico, y su disponibilidad depende de la actividad siderúrgica y del origen de los minerales de hierro utilizados.
Materias minerales ricas en potasio
Raramente se presentan carencias de este elemento, ya que, al igual que el cloro, tan sólo tiene un papel de transporte de cargas. Además, cuando las plantas maduran, devuelven la mayor parte del potasio al suelo; si cosechamos productos maduros (por ejemplo cereales), las extracciones son mínimas, al contrario que ocurre con las plantas verdes, que son muy ricas en potasio.
El potasio de las rocas silíceas se encuentra en forma insoluble, así que no existen riesgos de exceso de este elemento, pero en caso de fuerte deficiencia, la velocidad de solubilización puede ser demasiado lenta, por lo que se hará necesario emplear sales más solubles, como el pathenkali o en algunos casos cenizas de madera.
El pathenkali es un sulfato de potasio y magnesio de origen natural, obtenido a partir de la kainita, que se extrae principalmente de los países centroeuropeos. Contiene un 28 % de óxido de potasio, un 8 % de magnesio, un 18 % de azufre y diversos oligoelementos.
Las cenizas de madera de origen biológico constituyen un excelente abonado potásico, ya que contienen entre un 5 y 9 % de óxido de potasio y se utilizan en dosis muy variables.
Materias minerales ricas en magnesio
Además de las rocas silíceas (2 – 10 % de MgO) y el pathenkali (8 % de MgO), que aportan cantidades notables de magnesio, en agricultura biológica también se emplean las dolomitas y el sulfato de magnesio natural.
Las dolomitas son carbonatos dobles de calcio y de magnesio, con una riqueza en óxido de magnesio del 16 al 20 %, y que a causa de su alto contenido en calcio, sólo se utilizan en suelos ácidos o neutros, a dosis de 200 – 500 kg.ha-1.
El sulfato de magnesio se emplea en suelos calizos, a dosis de 200 – 4400 kg.ha-1, y puede tener dos orígenes:
– Minero (kieserita), con un 20 – 27 % de magnesio.
– Marino (salinas), con un 16 % de magnesio y un 13 % de azufre, de solubilidad bastante mayor que la anterior y que por tanto se aplica en dosis pequeñas y frecuentes.
Materias minerales ricas en calcio
Como en el caso del magnesio, muchas rocas naturales ya citadas contienen cantidades apreciables de calcio, como por ejemplo los fosfatos naturales (50 % de CaO), las escorias básicas (45 -60 % de CaO) y las dolomitas (25 – 30 % de CaO).
Para las enmiendas cálcicas de suelos ácidos se emplean las mismas rocas naturales que en agricultura convencional: calizas, margas, cretas, etc., y los aportes serán menores y más repetidos cuanto más finamente pulverizadas estén las rocas.
Las calizas tienen un 40 – 55 % de óxido de calcio y se utilizan en dosis de 300 – 2000 kg. ha-1 .
Las margas son mezclas de arcilla y caliza con un 15 – 30 % de óxido de calcio, por lo que resultan de gran interés en las enmiendas cálcicas de suelos arenosos y se aplican en dosis de 3 – 15 kg. ha-1.
Las cretas fosfatadas contienen un 50 – 55 % de óxido de calcio, un 7 – 9 % de anhídrido fosfórico y numerosos micronutrientes. Se utilizan en dosis de 300 – 1500 kilos por hectárea.
Y finalmente el yeso contiene un 33 % de calcio y se emplea preferentemente para la corrección de suelos sódicos.
Residuos de cosechas
Su utilización está muy extendida, sobre todo porque constituyen una capa protectora del suelo y porque debido a su alto contenido en carbono constituyen una de las fuentes de humus más interesante.
Los restos de cosechas pueden incorporarse directamente al suelo con labores superficiales y a ser posible triturados, aunque otras veces puede ser aconsejable transformarlos en lugar distinto mediante la elaboración de mantillo o compost o ser estercolarizados al mezclarlos con estiércol, o sufrir una estercolarización artificial con purines. El primer caso, aunque más lento, resulta más eficaz y su efecto en el suelo dependerá de la cantidad de lignina y celulosa que contenga, así como de la actividad de ese suelo.
Un tema muy delicado es el de la quema de rastrojos, que sólo debería admitirse en circunstancias excepcionales, ya que ni nuestros suelos ni nuestra atmósfera pueden permitírselo; los primeros por sus bajísimos contenidos en materia orgánica y la segunda por el amenazante efecto invernadero.
Abonos verdes
Se trata de plantas de vegetación rápida que se entierran en el propio lugar de cultivo, y están destinadas especialmente a mejorar las propiedades físicas del suelo, enriqueciéndolo en humus siempre que se dejen crecer sobre el mismo terreno durante un año o más, son conocidos por todos los interesados en el tema los variados efectos para bien que dan lugar, entre los que se destaca los siguientes:
– Estimulan la vida microbiana.
– Mejoran la estructura del suelo por medio de sus raíces.
– Protegen el suelo contra la erosión.
– Proporcionan elementos nutritivos al cultivo siguiente.
– Cuando pertenecen a la familia de las leguminosas, enriquecen la tierra en nitrógeno.
– Suprimen el lavado de los elementos nutritivos.
– Mejoran la circulación del agua a través de la tierra.
– Limitan la invasión de las malas hierbas.
– Proporcionan materia verde para el acolchado.
Según el especialista Cánovas (1993) explica que los abonos verdes devuelven a la zona superficial del suelo, bajo forma muy asimilable, ácido fosfórico y potasa, que han sacado en parte del subsuelo.
Dimensiones Agroecológicas
1-Alto costo energético
Se produce debido a la progresiva disminución de la relación energía obtenida/energía utilizada en su producción, lo cual resulta preocupante si consideramos por un lado que se trata de energía fósil, y por consiguiente agotable en un plazo determinado de décadas, y por otro, que los fertilizantes, fundamentalmente los nitrogenados, son productos de elevado consumo energético.
De este modo, el nitrógeno consume de 15 a 20 termias.kg-1, el fósforo de 3 a 15 termias.kg-1 y el potasio de 1 a 2 termias.kg-1, y además estos fertilizantes constituyen del 20% al 50% de los consumos agrícolas de fuera del sector y responden al 24% del consumo energético total de la explotación.
2. Pérdida de fertilidad y erosión de los suelos
Están causadas por la excesiva explotación a que están siendo sometidos: la utilización de alarmantes dosis de abonos químicos, que ha hecho olvidar el papel fundamental de las aportaciones orgánicas; ha dado lugar a un empobrecimiento de las tierras en humus que afecta a su fertilidad, mullimiento, vida microbiana, estabilidad estructural etc.
La erosión del suelo es un proceso originado por los agentes naturales – vientos, lluvias, aguas, nieves, etc.- que actuando sobre aquél atacan y perjudican su integridad, le arrebatan sus elementos constitutivos que transportan a otros lugares… La erosión inducida es la fomentada por las actividades del hombre interfiriendo en el equilibrio normal entre la formación del suelo y su traslado.
Así, prácticas habituales como la quema de rastrojos han producido y producen impactos duraderos e irreversibles, como la destrucción de la materia orgánica y la microestructura del suelo, y la erosión y la pérdida de fertilidad en la mayor parte de los suelos del área mediterránea; son 6.400 millones de toneladas de suelo fértil las que desaparecen cada año en Europa a causa de la erosión.
En síntesis, la agricultura se convierte en una actividad favorecedora de la erosión de los suelos desde el momento que elimina o reduce la protección vegetal de los mismos y permite que éstos se mantengan desnudos por largos periodos de tiempo, en ocasiones coincidiendo con la máxima virulencia de los agentes erosivos.
En este apartado juega un papel muy importante la denominada agricultura marginal, que es aquella que se desenvuelve tanto sobre terrenos que no reúnen las condiciones necesarias para el aprovechamiento agrícola como en aquéllos donde no se da la necesaria adecuación entre aptitud de los suelos y cultivos y técnicas agronómicas y de conservación.
3.- Problemática del monocultivo
Grandes superficies dedicadas a un solo cultivo debilitan a éste favoreciendo la aparición de plagas, y por tanto el abuso de productos fitosanitarios. La explicación de este hecho reside en la introducción a gran escala de las llamadas "Variedades de Alto Rendimiento" (HYV = High Yield Varieties), que son realmente "Variedades de alta respuesta" para fertilizantes y las técnicas de cultivo extensivas (tratamientos fitosanitarios, mecanización, etc.). Así pues, se presenta una gran homogeneidad varietal con muchos cultivos, sobre todo en los que se emplea semilla híbrida.
Pero la problemática del monocultivo no acaba aquí, sino que se extiende con el exceso de mecanización, que debido a sus características repercute en la conservación del suelo y el medio ambiente así como en la dependencia económica antes citada.
4.- Contaminación de los recursos naturales y del medio ambiente
Debido al empleo indiscriminado de fertilizantes y todo tipo de productos químicos se presentan los siguientes problemas en las aguas tanto superficiales como subterráneas:
-Acumulación de nitritos y fosfatos, que se traduce en una pérdida de la potabilidad.
– Eutrofización de las aguas continentales y mares costeros, al aumentar hasta niveles nocivos los productos orgánicos e inorgánicos derivados de aguas residuales y fertilizantes agrícolas, originando graves cambios en las características del medio y desoxigenación de las aguas profundas.
-Salinización de los acuíferos por sobreexplotación de las aguas subterráneas.
El fenómeno de la contaminación atmosférica no se puede separar de los anteriormente mencionados, así como de los efectos de los residuos contaminantes sobre seres animados o inanimados e incluso sobre las propiedades de la atmósfera misma (reducción de la visibilidad, absorción o difusión de la radiación solar y terrestre, alteración del balance de calor del sistema tierra-atmósfera con las posibles influencias sobre el tiempo y el clima locales, etc.).
La contaminación atmosférica se trata de la impurificación de la atmosfera por inyección y permanencia temporal en ella de materias -gaseosas, líquidas o sólidas- ajenas a su composición normal o en proporción claramente superior a la de aquélla.
5.- Pérdida de la calidad natural de los alimentos
Entendemos por calidad toda aquella relacionada con el contenido nutritivo (proteinas, vitaminas, oligoelementos, etc.), con sus características organolepticas (aromas, olores y sabores) y con la simultánea ausencia de productos tóxicos o contaminantes (pesticidas, drogas, etc.). Es decir, no solamente los aspectos puramente externos del producto, aunque estos también puedan tener su importancia.
Los abonados desequilibrados y la forma en que éstos se suministran al suelo, como sales solubles y no bajo forma orgánica, modifican profundamente la bioquímica de la planta. Por tanto, los abonos químicos alteran la composición de los alimentos.
La agricultura biológica es un concepto diferente de la actual agricultura industrial. No es una nueva técnica agrícola ni es algo restrictivo o retrógrado, ni es una agricultura "tradicional", poco productiva y agotadora de los suelos.
Por el contrario, es creativa, científica y avanzada y permite la solución de graves problemas ambientales, sanitarios y sociales, producidos por el desequilibrio que supone la desaparición de la verdadera agricultura y los agricultores. Al no usar agroquímicos, ahorra dinero al productor, que utiliza para la fertilización los subproductos de la finca, con lo que evita además que contaminen. Ahorro también individual y colectivo, de maquinaria pesada y combustibles y de los recursos y contaminaciones consiguientes.
Los proyectos agroecológicos han debido considerar aspectos como:
Incrementar el reciclaje de biomasa y mejorar la disponibilidad de nutrientes de manera balanceada.
Incrementar el manejo de materia orgánica y actividad biótica en el suelo para mejorar el crecimiento.
Atenuar los efectos del aire, el agua y el sol como factores de erosión y evaporación mediante el cultivo en invernadero.
Manejar la diversidad genética y de especies en los cultivo a lo largo del tiempo.
Practicar la diversidad en los cultivos para aprovechar los diferentes servicios ecológicos que prestan.
Estos principios aunados a un buen conocimiento y manejo del mercado, pueden ofrecer muy buenos resultados.
La diversidad agroecológica en el tiempo (rotación de cultivos) y en el espacio (cultivo simultáneo) ha ofrecido importantes beneficios desde la antigüedad. Esta diversidad puede practicarse de diferentes formas:
Rotación de cultivos que alternan especies que tienen un impacto distinto sobre el suelo, absorbiendo diferentes nutrientes, evitando así el empobrecimiento de alguno de ellos.
Policultivo, se practica sembrando especies que se complementan y no compiten entre sí.
Sistemas agroforestales, que incorporan al desarrollo de bosques el cultivo de ciertas variedades.
Cultivo de cubierta, en el que se siembran plantas bajas como las hortalizas, a la sombra de árboles frutales.
Incorporación de la cría de algunos animales compatibles con los cultivos, a los que brindan abono natural.
Estos procesos contribuyen a:
Mantener cubierto el suelo para evitar la pérdida de agua y materia.
Promover el aprovechamiento de la materia orgánica natural.
Aumentar el reciclaje de nutrientes.
Promover el control de plagas.
La agroecología apenas empieza y ya forma parte de los planes de estudio de muchas instituciones educativas, donde se han de capacitar y formar los recursos humanos que puedan mejorar esta práctica.
Entre los principales inconvenientes se encuentra la poca difusión de estas técnicas en el mundo, la falta de disposición del consumidor, para dar prioridad a los productos orgánicos y, la competencia inequitativa que se da con respecto a otros productos obtenidos convencionalmente, los que frecuentemente se encuentran subvencionados por los gobiernos de muchos países.
Los sistemas alternativos de producción agrícola en sintonía con el ambiente se denominan por un lado ecológico, biológico, orgánico y biodinámicos, y por otros naturales. Además nos encontramos con la permacultura que, en su aspecto filosófico, está íntimamente ligada a la última de estas técnicas.
Los términos agricultura ecológica, biológica, orgánica, biodinámica o biológico-dinámica definen un sistema agrario cuyo objetivo fundamental es la obtención de alimentos de máxima calidad respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad de la tierra, mediante la utilización óptima de los recursos y sin el empleo de productos químicos de síntesi
Una característica del ecologismo como movimiento social es su cuestionamiento de las tecnologías vigentes. Detrás de cada tecnología, no hay solamente una forma (mejor o peor) de hacer las cosas. Hay también un conjunto de condiciones sociales vinculadas con esa tecnología. Con frecuencia, una tecnología es una forma de apropiación o de concentración del ingreso.
El monopolio tecnológico puede significar imponer a poblaciones del Tercer Mundo tecnologías innecesariamente sofisticadas y costosas, que a menudo tienen un alto impacto ambiental, absolutamente evitable.
Por el contrario, las ecotécnicas están basadas en recuperar las grandes líneas de los conocimientos populares tradicionales. Con esos criterios se desarrollan prototipos tecnológicos que permiten integrar conocimientos antiguos con formas modernas de desarrollo industrial.
Schumacher sostiene como tesis fundamental que la economía moderna está basada sobre un principio erróneo, pues se considera como renta lo que se debería considerar y conservarse como capital. Se refiere al uso indebido de las fuentes de energía no renovables, de la tierra y, de manera más general, de la vida, la naturaleza y el medio ambiente.
La tecnología apropiada y la tecnología intermedia, surgieron otros conceptos tales como ecotecnología (eco de ecología), tecnología progresiva, etc. La voluntad de diferenciarse de la tecnología moderna, es decir, oponerle una alternativa, es el elemento común entre ellas. Sintetizamos estos conceptos en uno solo, al cual llamamos Tecnologías Alternativas.
Las tecnologías alternativas ha acompañado al desarrollo del mundo permitiendo aportar innovaciones en campos tan distintos como el uso de energías renovables; elevación y conservación de agua: tratamiento de desechos; técnicas agrícolas, forestales, acuíferas y pesqueras; procesamiento de los productos agrícolas y producción de alimentos; técnicas artesanales, técnicas de construcción de viviendas; salud.
Actualmente, puede verse cómo han evolucionado algunas tecnologías: se racionalizaron, por ejemplo, métodos para conservar las mejores tecnologías alternativas para construcción de viviendas; el uso de la energía solar ha dado origen a aparatos solares eficientes e interesantes, tales como secadores, calentadores de agua, hornos, destiladores, refrigeradores. Ciertas tecnologías dieron origen a otras más sofisticadas, como las microcentrales hidráulicas, las pilas solares o las técnicas geotérmicas.
Conclusiones.
La tecnología autóctona es una de las formas de expresión cultural de una sociedad; tan es así que la historia de las civilizaciones se conoce sobre todo gracias a las técnicas por ellas implantadas.
En el terreno de la alimentación, la relación tecnología-cultura es aun más evidente. Cuando se habla de valorizar las tecnologías autóctonas, se habla de valorizar las tecnologías apropiadas de un país o de una región, es decir, valorizar parte del patrimonio cultural, lo cual no implica juicio alguno sobre el tamaño o la complejidad técnica de los equipos.
Los modelos de desarrollo, construidos más "mirando hacia fuera" que hacia las características propias de las sociedades autóctonas, plantea el interés de buscar también "hacia adentro", conocer nuestras propias fuerzas en lo que concierne a los nuestros recursos tecnológicos.
Así mismo, existe un control local de la tecnología. Los equipos son fabricados, en su mayor parte, en el orden local, lo que implica economía de divisas y la inducción de otras actividades económicas.
Bibliografía
Brundtland, G.H. (1987) "Our common Future" (, Oxford, Oxford University Press. (Trad. en castellano, Nuestro futuro común, Madrid, Alianza Ed., 1988).)
Daly, H.E. (1990) "Toward some operational principles of sustainable development" (Ecological economics, vol. 2, n. 1, pp.1-6.)
Dixon, J.A. y Fallon, L.A. (1991) "El concepto de sustentabilidad: sus orígenes, alcance y utilidad en la formulación de políticas" (Vidal, J. (Comp.)
Desarrollo y medio ambiente, Santiago de Chile, CIEPLAN, (la versión original en inglés apareció en Society and Natural Resources, Vol. 2, 1989).)
Ehrlich, P.R. (1989) "The limits to substitution: Meta resource depletion and new economic-ecological paradigm" (Ecological economics, vol. 1, n. 1 p.10.)Guimarã¢es, R.P. (1994) "El desarrollo sustentable: ¿propuesta alternativa o retórica neoliberal? (Revista EURE, Vol. XX, n. 61.)
Malthus, T.R. (1827) "Definitions in Political Economy. Preceded by an Inquiry into the Rules wich Ought to Guide Political Economits in the Deviation from the Rules in their Writings" (Londres (Ref.Naredo, J.M. (1987,) "La economía en evolución. Historia y perspectivas de las categorías básicas del pensamiento económico" (Madrid, Siglo XXI).)
Meadows, D.H. y D.L. (1991) "Beyond the Limits". ((Hay traducción en castellano de El País & Aguilar, Madrid, 1992).)
J.S. Mill (1848) "Principles of Political Economy" (Nuestra referencia corresponde a la traducción del F.C.E., México, realizada sobre la 7. edición inglesa de 1871 corregida por el autor, pp. 641-642.)
M'Mwereria, G.K. (1996) "Technology, Sustainable Development and Imbalance: A southern Perspective" (International Conference on Technology, Sustainable Developmente and Imbalance, Tarrasa, Spain.)
Norgaard, R.B. (1994) "Development Betrayed. The end of progress and a coevolutionary revisioning of the future" (Londres y Nueva York, Routledge, p. 22.)Norgaard, R.B. (1996) "Globalization and unsustainability" (International Conference on Technology, Sustainable Development and Imbalance, Tarrasa, Spain.)Norton, B.B. (1992) "Sustainability, Human Welfare and Ecosystem Health" (Ecological Economics, vol. 14, n. 2, pp. 113-127.)
O'Riordan, T. (1988) "The politics of sustainability" (en Sustainable Management: Principle and Practice, Turner, R.K. (ed), Londres y Boulder, Belhaven Press y Westview Press.)
Sachs, I. (1994) (Entrevista en Science, Nature, Societé, Vol. 2, n. 3, 1994.)
Sachs, W. (1992) "The Development Dictionary. A Guide to Knowledge as Power" (Londres y New Jersey, Zed Books, p.1.)
Solow, R. (1991) "Sustainability: An Economist's Perspective" (Dorfman, R. y Dorfman, N.S. (eds.), Economics of the Enviroment, 3. Ed., Nueva York.)
Solow, R. (1992) "An almost Practical Step towards Sustainability" (Conferencia pronunciada con motivo del 40 aniversario de Resources for the Future, 8-10-1991.).
UNE-EN ISO 14031 Evaluación de los impactos ambientales.
Ferrer Carvajal, René, El medio ambiente y la calidad total en la Gestión ambiental de las empresas .2005. 8p
Ferrer Carvajal, René, Sostenibilidad de las Empresas. 2006. 12p
Resolución 77-99 CITMA. Reglamento del Proceso de Evaluación del Impacto Ambiental.
Zaldívar Salazar, Mario ,Compendio de conferencias sobre evaluación de impacto de las máquinas .Octubre 2007 .UNELLEZ. Venezuela. 130 p.
Autor:
Prof. Mario Clemente Zaldívar Salazar. Ph.D
Profesor Titular
Cuba
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |