- Dios tenía buenos motivos para querer fundar una Iglesia.
- Extra ecclesiam nulla salus.
- ¿Qué significa la roca? Polémica eclesiológica.
- Contra docetas y origenistas. Polémica heresiológica.
- Dardos antiprotestantes.
1. Dios tenía buenos motivos para querer fundar una Iglesia. En primer lugar, para renovar la Alianza frente a la corrupción farisea. En segundo lugar, para extenderla a todos los pueblos (en palabras de Juan Bautista "hacer de las piedras hijos de Abrahán"). En tercer lugar, para vincularla a la razón, oponiéndola a las falsas filosofías de hombres. En cuarto lugar, para promover una hermandad verdadera partícipe de sus misterios. Pero sobre todo para mostrarnos el camino de la inmortalidad, como único Ser soberano sobre la muerte, y levantar el velo de las Escrituras, que Él mismo dictó y sólo Él conocía en espíritu y con claridad meridiana. Eso no habría podido hacerlo Dios, salvo obrando un milagro continuo, desde el cielo y sin encarnarse, o por medio de simples profetas que le representasen imperfectamente. La Iglesia, entonces, es sólo un medio para lograr esto último, frente a lo cual todo lo demás es subsidiario. Pero un medio válido hasta el fin de los tiempos: el único medio.
2. Extra ecclesiam nulla salus.Volvamos sobre este bonito tema: elección y conveniencia. ¿Qué significa "evangelio"? Significa "buena nueva". Fijaos bien: "buena" porque conduce a la salvación; "nueva" porque nunca antes se había dado, al menos de una forma general para toda la humanidad. Luego, con anterioridad al evangelio, esto es, antes de Cristo, no hay salvación: la promesa permanece oculta en la carnalidad de la letra. Ahora bien, ¿puede alguien, tras la ascensión de Jesús, salvarse sin conocer al Mesías? ¿Se puede participar de la resurrección de la carne sin haber dado fe de la misma? En otras palabras: ¿Es posible estar fuera de la Iglesia y no estar en contra de la Iglesia? La respuesta es no, en absoluto: "El que no está conmigo, está contra mí". Fuera del cuerpo místico no existe salvación, pues es éste y no otro el llamado a resucitar al fin de los tiempos.
3. ¿Qué significa la roca? Polémica eclesiológica.El Ps.-Ireneo [usuario de otro foro] repite machaconamente los siguientes pasajes, contrarios, egún él, al primado de Pedro: << San Cirilo de Alejandría, en su cuarto libro sobre la Trinidad, dice: "Por la roca debéis entender la fe Invariable de los apóstoles" S. Cirilo de Alejandría, Dial. IV. Trinitate, núms. 507-8. San Hilario, obispo de Poitiers, en su 2º libro sobre la Trinidad, dice: "La roca (piedra) es la bendita y sola roca de la fe confesada por boca de san Pedro" San Juan Crisóstomo dice en su homilía 55 comentando S. Mateo: "Sobre esta roca edificaré mi Iglesia. Es decir, sobre la fe de su confesión. Ahora bien, ¿cuál fue la confesión del apóstol? Hela aquí: – Tú eres Cristo, el hijo de Dios vivo -." Hom. 54 in Mat. 2; MG 58, 534. Orígenes exclama: "Si suponéis que Cristo fundó su Iglesia sólo sobre Pedro,¿qué papel asignáis a los demás apóstoles? ¿Qué les concedéis a Santiago y a Juan, que también Cristo les puso el sobrenombre de hijos del trueno, para indicar su gran significación?" San Ambrosio escribió: "Petrus primatum confessio acceptit, non honoris" (Pedro no aceptó los honores de su primera confesión). Fabián, uno de los primeros obispos de Roma (y por ello para los romanistas,un "Papa"), escribió al emperador Zenón que Cristo había dicho a Pedro: "Super ista confessiono, aedificabo Ecclesiam" (Sobre esta confesión edificaré mi Iglesia) De Incarnat., cap. 4. San Agustín, en un comentario sobre la primera epístola de S. Juan, dice: "¿Qué significan las palabras "Edificaré mi Iglesia sobre esta roca? Sobre esta fe, sobre eso que me dices: Tú eres el Cristo, el hijo del Dios vivo" El gran obispo creía tan poco que la Iglesia fuese edificada sobre san Pedro, que predicaba a su grey en su sermón XIII: "Tú eres Pedro, y sobre esta roca que tú has confesado, sobre esta roca que tú has reconocido diciendo: "Tú eres Cristo, el hijo del Dios vivo", edificaré mi Iglesia: Sobre mí mismo, que soy el hijo del Dios vivo, la edificaré, y no yo sobre t." Nos permitimos citar, en la propia lengua en que escribió san Agustín,otra exégesis suya del debatido texto: «Super hanc petram quam confessus es aedificabo Ecclesiam meam. Pera enim erat Christus super quod fundamentum etiam ipse a edificatus est Petrus» >> Pero, como buen protestante, muestra escasa pericia en el manejo de la tradición. Tradición que, faltando a la coherencia de su credo literalista, alega "ad hoc" cuando le interesa, negándole todo valor en el resto de casos. Ahora bien, mientras que el Ps.-Ireneo se dedica a recopilar lo que él considera duros testimonios contra el romanismo en las webs de su secta (probablemente los encontró en la de D. Sapia, que a su vez los debería hallar en otra parte), un servidor acude directamente a las fuentes que tiene en casa, a fin de calcinar y erradicar tanta desfachatez antipapista. Pues se pretende hacer cómplices a los Padres de un cisma que sólo les concierne a ellos, rebeldes. En efecto, ¿cabe imaginar a los defensores de la ortodoxia peleando entre sí, como heréticas sabandijas? ¿Diremos acaso que profesaban una fe distinta o que pertenecían a diferentes Iglesias, cuando les recordamos como dignísimos blasones de la Católica, que es una e íntegra? Así, pues, ¿qué valor hay que dar a esa retahíla de parcialidades, tendenciosamente expuestas? Ninguno, en mi opinión, que favorezca a las aspiraciones de los rupturistas. Por ello aporto un texto de San Jerónimo que estimo lleno de connotaciones preciosas. Podría haber redargüido, simplemente, con la sucesión de los Apóstoles narrada por San Ireneo de Lyon (el auténtico) y repartida por toda la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea. Pero, dadas las características de mi adversario, he preferido utilizar esta vez argumentos con base escriturística, para que aquél, como Augusto, recite el alfabeto griego para sus adentros antes de profanar pasajes que no entiende. Lo que sigue es el Comentario a Mateo de San Jerónimo, Libro III, capítulo primero: << "Y preguntaba a sus discípulos diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?" (Mt. 16, 13). No dijo: "¿Quién dicen los hombres que soy yo?", sino "el Hijo del hombre", no fuera que pareciera preguntar con jactancia sobre sí mismo. Anotarás también que dondequiera que está escrito en el Antiguo Testamento "Hijo del hombre", en hebreo se pone "Hijo de Adán", y que lo que leemos en el salmo (4, 3): "Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis duros de corazón?", en hebreo se dice "Hijos de Adán". Pulcramente pregunta: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?, porque los que hablan del Hijo del hombre son hombres, pero los que entienden su divinidad no son llamados "hombres", sino "dioses". (…) "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro responde: Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios vivo" (Mt. 16, 15-16). Presta atención, lector juicioso, a que de lo que sigue y de las palabras textuales los apóstoles no son llamados, en modo alguno, "hombres" sino "dioses". Pues, como hubiese dicho: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?, añadió después: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?" Si aquellos, porque son hombres, opinan humanamente, vosotros, que sois dioses, quién creéis que soy yo? Pedro, en representación de todos los Apóstoles, confiesa: "Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios vivo". Lo llama "Dios vivo" por comparación con aquellos dioses a los que se creía dioses pero que están muertos: designando a Saturno, Júpiter, Ceres, Líber, Hércules y demás portentos de ídolos. "Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre, que está en los cielos" (Mt. 16, 17). Corresponde Jesús al testimonio del Apóstol sobre Él. Pedro había dicho "Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios vivo", y la confesión verdadera recibió su recompensa: "Bienaventurado eres, hijo de Jonás". ¿Por qué? Porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino que te lo ha revelado el Padre. Lo que la carne y la sangre no pudieron revelar fue revelado por la gracia del Espíritu Santo. Por tanto, de la confesión se saca, por suerte, la palabra de que la revelación es del Espíritu Santo, de quien ha de ser llamado hijo, ya que "Bar Iona" significa en nuestra lengua "hijo de la paloma". Otros sencillamente piensan que Simón, esto es Pedro, es "hijo de Juan", de acuerdo con la pregunta de otro lugar: "Simón de Juan, ¿me amas?" (Jn 21, 15), quien responde: "Señor, tú lo sabes", y pretenden que por falta reprensible de los copistas, en vez de Bar Iohanna, esto es "hijo de Juan", se escribió "Bar Iona", suprimiendo una sílaba. Pero "Iohanna" se interpreta "gracia del Señor". En efecto, uno y otro nombre pueden entenderse místicamente, con lo que "paloma" simboliza al Espíritu Santo y "gracia de Dios", el don espiritual. También aquello que dice: "Porque no te lo ha revelado la carne ni la sangre", compáralo con la aseveración del Apóstol: "al instante, sin pedir consejo a la carne ni a la sangre" (Gál. 1, 16), significando ahí con la carne y la sangre a los judíos para que aquí también, con otro sentido, quede demostrado que a él también le fue revelado, no por la doctrina de los fariseos, sino por la gracia de Dios, que Cristo era el Hijo de Dios. "Y yo te digo a ti". ¿Por qué es por lo que dice: "Y yo te digo a ti"? (Mt. 16, 18). Porque tú me has dicho: "Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios vivo, también yo te digo a ti", no con la palabra vacía y carente de eficacia, sino que digo: "digo a ti" porque mi haber dicho es haber hecho. "Que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" (16, 18). Como Él mismo dio luz a los Apóstoles para que se les llamara "luz del mundo", y los demás nombres que fueron repartidos por el Señor, así también a Simón, que creía en Cristo como roca (2 Re 22, 2), se le da generosamente el nombre de "Piedro", y, según la metáfora de la voz "piedra", se le dice correctamente: Edificaré mi Iglesia sobre ti. "Y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella" (Mt. 16, 18). Yo creo que las puertas del infierno son los vicios y los pecados o más seguramente las doctrinas de los herejes por las que, encadenados, los hombres son llevados al Tártaro. Así pues, nadie piense que se habla de la muerte, es decir, que los Apóstoles no estuvieran sujetos a la servidumbre de la muerte, ya que se puede ver cómo resplandecen sus martirios. "Y te daré las llaves del reino de los cielos y todo cuanto ates en la tierra será atado también en los cielos y todo cuanto desates en la tierra será desatado también en los cielos" (Mt. 16, 19). Los obispos y presbíteros que no entienden bien este pasaje echan sobre sí algo del orgullo de los fariseos al creer que pueden condenar a los inocentes o absolver a los culpables, cuando ante el Señor no se busca la sentencia de los sacerdotes, sino la vida de los reos. Leemos en el Levítico (14, 2-32) sobre los leprosos, donde se les ordena que se presenten a los sacerdotes y, si tienen lepra, entonces que los declare leprosos el sacerdote, no para que los sacerdotes los hagan leprosos inmundos, sino para que se tenga conocimiento del leproso y del no leproso y se pueda discernir quién está limpio o quién es inmundo. Por tanto, lo mismo que ahí el sacerdote declara inmundo al leproso, así también aquí ata o desata el obispo y el presbítero no a quienes son inocentes o culpables, sino como deber suyo, cuando ha oído a los diversos pecadores, sabe el que debe ser atado y el que debe ser desatado. >> De todo lo transcrito, aunque es diáfano, destaco estos siete puntos: 1) Que los Apóstoles no son meros hombres, sino que por su fe son llamados *dioses*. 2) Que Pedro habla en representación de *todos* los Apóstoles, asumiendo el liderazgo. 3) Que la revelación a Pedro procede del Padre y del Espíritu Santo, y es confirmada por el Hijo, es decir, *por la Santísima Trinidad en pleno*. Cosa que no sucede en *ninguna* otra parte del Evangelio. 4) Que la *carnalidad* de fariseos y protestantes es incapaz de dar fe a este designio, pues Dios ha endurecido su corazón y no les concede la gracia necesaria para ello. 5) Que el cambio de nombre de Simón responde, quid pro quo, a su reconocimiento del Mesías. Ni siquiera el Precursor, Juan Bautista, contó con la inspiración suficiente para ver en Él al Hijo del Hombre, ya que tuvo que preguntárselo. Pedro es, entonces, *el primero* en establecer en la tierra esta verdad eterna, y por tanto su recompensa es también eterna y referida al mundo: Se le constituye como roca sobre la cual Cristo funda su Iglesia. A pesar de ser mortal, Pedro da un fruto inmortal mediante su fe y la afirmación de la misma hasta el martirio; fruto que cristaliza en la sucesión histórica de los Papas, auténticos Vice-Cristos. 6) Que la facultad de "atar y desatar" conlleva un ejercicio objetivo, no arbitrario o despótico. 7) Que las herejías y cismas serán derrotadas junto con el Anticristo. También la herejía protestante.
4. Contra docetas y origenistas. Polémica heresiológica. Mma: Hola Daniel, Ya que insistes en el tema, se me olvidaba invertirte la pregunta; ¿En que parte de los evangelios Jesús en persona habla de la resurrección de la carne en los últimos días? Pues si es una parte tan fundamental del plan de Dios de la salvación Jesús debe haberlo indicado, ¿no crees? Irichc: Aquí tienes la primera que me viene a la cabeza (Jn 2,15-21): << Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo con las ovejas y los bueyes: desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: "Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado". Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: 'El celo por tu Casa me devorará'. Los judíos entonces le replicaron diciéndole: "¿Qué señal nos muestras para obrar así?". Jesús les respondió: "Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré". Los judíos le contestaron: "Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" PERO ÉL HABLABA DEL SANTUARIO DE SU CUERPO >>. Y también se me ocurre ésta otra (Mt 16,1-4): << Se acercaron los fariseos y saduceos y, para ponerle a prueba, le pidieron que les mostrase una señal del cielo. Mas él les respondió: "Al atardecer decís: 'Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego', y a la mañana: 'Hoy habrá tormenta, porque el cielo tiene un rojo sombrío'. ¡Conque sabéis discernir el aspecto del cielo y no podéis discernir las señales de los tiempos! ¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide y NO SE LE DARÁ OTRA SEÑAL QUE LA SEÑAL DE JONÁS". Y dejándolos, se fue >>. * * * Mma: Perdona, no veo por ninguna parte que Jesús esté hablando sobre la resurrección de los muertos en el último día. Irichc: En ese caso, ¿qué es el "Templo" sino su cuerpo, y por qué iba a levantarlo precisamente "en tres días"? ¿Qué es, pues, la "señal de Jonás" sino la resurrección (o renacimiento) tras *tres días* de ocultación? Mma: Está hablando de su propia resurrección, no de que TODO el mundo debe resucitar para un juicio final, que es eso lo que tú defiendes. Irichc: Si no hay resurrección y todo es polvo al fin de los tiempos, ¿cómo va a haber un juicio en el que se separe "el grano de la paja"? Ahora bien, si admites que sí se dará el juicio, pero añades que sólo resucita el alma, desprovista de correlato material, ¿por qué se dice entonces que "habrá llanto y crujir de dientes"? En fin, si Dios se olvida de cualquier cuerpo tras la extinción de nuestra breve estancia sobre la tierra, ¿cómo se entiende que tenga contados "todos nuestros cabellos" y cuide hasta ese punto de la integridad física de los hombres? ¿Se limita su Providencia a nuestra vida terrena? Mma: La verdad es que, como dijo Oscar, en los evangelios canónicos no hay frases en donde Jesús hable en forma clara del concepto de "Resurrección de la Carne". Irichc: Sabes perfectamente que Jesús hablaba en parábola "para que viendo, vean y no echen de ver; y oyendo, oigan y no entiendan". Mma: Los católicos (y otros cristianos), aducen que los episodios legendarios, en donde se narra la resurrección "corporal" de fallecidos: Hija de Jairo, Lázaro y el mismo Jesús luego de su crucifixión, resultan en un "preámbulo" de lo que ocurrirá al final de los tiempos. Irichc: Esto es demasiado. Así que consideras legendarios los relatos de los apóstoles sobre los hechos de Jesús, pero no lo que escriben sobre Su predicación. Puestos a dudar, ¿por qué no cuestionas que lo consignado en el Evangelio sea palabra del Cristo? Mma: Además, la resurrección de Jesús, no debería ni siquiera llamarse así, pues Jesús se apareció y subió al cielo en su cuerpo espiritual, no en cuerpo físico. Irichc: Demuéstralo. ¿Cómo iba a ser visible, por cierto, un no-cuerpo? ¿Se encarnó Dios verdaderamente para resucitar en falso? ¿Acaso también su encarnación fue un fraude, como pensaban los docetas? Mma: Lo importante de esos 40 días es que Jesús consiguió infundir la fe absoluta en sus discípulos de que el era el Mesías, los preparó para recibir el Espíritu Santo y para realizar su misión. Irichc: Fe que incluye el dogma de la resurrección de los cuerpos, te pongas como te pongas. ¿De qué serviría imitar a Cristo si nos espera un resultado absolutamente disímil al que Él obtuvo? * * * MM : Ya te explique y con la Biblia, que la muerte física no es el resultado trágico de la caída, (me parece que no has leído ese mensaje), sino que el envejecimiento y la muerte son el proceso natural planeado por Dios, que permite que el espíritu se traslade al mundo espiritual. Los fallecidos existen como espíritus eternos en el mundo espiritual, por tanto no necesitan volver a existir en el mundo físico. El juicio, como ya dije, es el que cada uno se hace al entrar en el mundo espiritual, hacemos revisión de todo lo que hicimos en nuestra vida terrenal y nosotros mismos decidimos a que lugar del mundo espiritual pertenecemos. Irichc: No demostraste nada con ese panaché, y mucho menos las absurdidades que pretendes. ¿Qué es el "mundo espiritual"? ¿Un lugar sin lugar? Si es así, ¿qué tipo de actividad es susceptible de desarrollarse en él? ¿Ninguna? ¿Y puede existir una conciencia sin actividad? ¿O acaso es inteligible otra conciencia derivada de la actividad pura de Dios -la actividad engendradora- que no sea Dios mismo o su hipóstasis? ¿Permaneceremos en Dios como simples ideas en su sabiduría? ¿A qué propósito sirvió la creación, entonces? ¿Y qué sentido tiene el juicio sobre los muertos? Una mente eterna y sin cuerpo debería conocerlo todo a la perfección. Luego, sería tan poderosa como Dios, puesto que crear no es otra cosa que fijar el entendimiento sobre un objeto ideal determinado. Pero si existieran otras inteligencias desde la eternidad, estarían dotadas de la capacidad de crear, y por consiguiente habría infinidad de co-creaciones. Lo cual no puede defenderse. Más preguntas: Si Jesús no resucitó corporalmente, ¿por qué quedó el sepulcro vacío? ¿Dónde está el cadáver de Jesús? Si Jesús obró curaciones y resurrecciones corporales en gracia a aquellos que tenían fe, y prometió que estaban salvados todos los que creyeran en Él, ¿no hay que colegir que todo el que crea en su revelación salvará cuerpo y alma? ¿Por qué no se limitó Jesús a salvar Su alma o el alma de los demás, sino que también quiso restaurar el cuerpo? Estás introduciendo concepciones dualistas griegas incompatibles con la Escritura, como ya hizo Orígenes en su momento. Sobre tus citas: Ecles. 12:7: "Vuele el polvo al polvo, a lo que era y el espíritu vuelve a Dios que es quien lo dio". Contesto: Dios es autor de lo visible y de lo invisible, y Él nos dio cuerpo y alma al crearnos. ¿Supones que el que escribió ese versículo, inspirado por el Espíritu Santo, discrepaba con el texto del Génesis? 2 Cor.5:1: "Pues sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios, una morada eterna, no hecha por manos humanos, que está en los cielos". Contesto: Precisamente porque se desmorona debe volver a ser edificada. Mat.8: 21: "Señor, permíteme que vaya antes a dar sepulcro a mi padre. Mas Jesús le respondió: "deja que los muertos entierren a sus muertos y tú sígueme". Contesto: Es decir, "deja que los muertos (espirituales) entierren a sus muertos (corporales)". Luego, ambos, cuerpo y espíritu, pueden morir por su propio pecado y deben renacer por la virtud divina. Jn 11:25: "todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás". Contesto: Dicha promesa ha de cumplirse al fin de los tiempos, no antes. Lc 17:33: "El que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por causa mía, la ganará". Contesto: La primera vida es la temporal, circunscrita a este mundo; la segunda es la intemporal, en el reino de la gracia. Ambas incluyen el cuerpo. Rom.8:6-12: "Pues las tendencias de la carne son muerte, más las del espíritu, vida y paz…Así que, hermanos míos, no somos deudores de la carne para vivir según la carne, pues si vives según la carne, moriréis. Pero si con el espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis". Contesto: Eso es totalmente cierto, pero ¿dónde se dice que el cuerpo deba morir para siempre? Rom. 6:23: "Pues el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios la vida eterna en Cristo, Señor nuestro". Contesto: Otro tanto. Jn 5: 24. "El que escucha mi palabra y cree en él que me ha enviado, no incurre en juicio sino que ha pasado de la muerte a la vida". Contesto: Jesús, como los profetas, plantea en presente lo que ha de suceder en un futuro. Del mismo modo la frase "quien me ve a mí, ve al Padre" (Jn 14,9) no indica que Jesús y el Padre sean el mismo, en tanto que contemplados en un mismo acto, sino que por Jesús se llega al Padre. Podría haberse dicho, en efecto, "quien me ve a mí, verá al Padre". O, en tu cita, "pasará de la muerte a la vida". 1 Jn 3:14: "Nosotros sabremos que hemos pasado de la muerte a la vida en que amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte". Contesto: Nadie dice que ambos versículos deban leerse bajo una misma luz. Aquí Juan se refiere a la muerte espiritual, sin aludir para nada al cuerpo. Y ahora tolera que invoque yo a San Vicente de Lerins: << Alguien podría quizá preguntar: ¿cómo se explica que el diablo utilice las citas de la Sagrada Escritura? No tiene más que abrir el Evangelio y leer. Encontrará escrito: Entonces el diablo lo tomó -se trata del Señor, del Salvador- y lo puso sobre lo alto del templo y le dijo: si eres el Hijo de Dios, échate de aquí abajo; pues está escrito: te he encomendado a los ángeles, los cuales te tomarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra. ¿Qué no hará a los pobres mortales el que tuvo la osadía de asaltar, con testimonios de la Escritura, al mismo Señor de la majestad? ¿«Si tú eres el Hijo de Dios -le dijo- échate de aquí abajo». ¿Por qué? «Porque está escrito…». Debemos prestar la más grande atención a la doctrina aquí expuesta y retenerla bien en nuestras mentes, para que, puestos en guardia por la autoridad de un ejemplo evangélico tan grande, no dudemos ni por un instante que es el diablo quien habla por boca de quienes veremos que citan contra la fe católica pasajes de los Apóstoles o de los Profetas Entonces era la cabeza quien hablaba a la Cabeza, ahora son los miembros quienes hablan a los miembros; es decir, los miembros del diablo a los miembros de Cristo, los renegados a los fieles, los sacrílegos a los hombres piadosos, los herejes a los católicos. ¿Pero qué es lo que dicen? Si tú eres el Hijo de Dios échate de aquí abajo. O sea, si quieres ser realmente Hijo de Dios y recibir la herencia del reino celestial, tírate abajo desde lo alto de la doctrina y de la tradición de esta Iglesia sublime, templo de Dios. Y si uno pregunta a cualquier hereje que quiere persuadirlo de la verdad de esto: ¿En qué pruebas te fundas para afirmar que yo debo abandonar la fe antigua y universal de la Iglesia Católica?, inmediatamente responderá: «Está escrito», y sin más amontonará mil testimonios, mil ejemplos, mil argumentos con los cuales, interpretados de nueva y mala manera, intentará precipitar el alma del desgraciado desde lo alto de la roca católica al abismo de la herejía. Pero es con las promesas que ahora vamos a decir con las que los herejes acostumbran a engañar, con un arte que es una verdadera maravilla, a quienes no están prevenidos. Efectivamente, osan prometer y enseñar que en su iglesia, es decir, en el conventículo de su secta, está presente una gracia de Dios extraordinaria, especial, absolutamente personal; y es de tal clase que sin fatiga, sin esfuerzo, sin ansiedad alguna, incluso aunque no pidan, ni busquen, ni anhelen, todos los que forman parte de su número obtienen de Dios esa ayuda, hasta el punto de que son llevados por manos de ángeles y custodiados por su protección, sin que su pie tropiece nunca con una piedra, o sea, sin sufrir escándalo >>.
5. Dardos antiprotestantes.Definición preliminar. El cristianismo es un judaísmo sin Ley, basado en la caridad; el protestantismo es un cristianismo sin Iglesia, basado en la voluntad; el ateísmo es un protestantismo sin dogmas, basado en la nada. Capítulos. Sobre la razón: 1) Todo protestante, al plantearse qué escogería entre la fe y la razón, entre Cristo y la Verdad, ya está blasfemando. 2) Cualquier protestante es su propio Papa y su propia Curia, puesto que, en virtud del libre examen, se cree infalible en cada caso. Sobre la Escritura: 3) Si el protestante aplica con excluisividad el principio hermenéutico "Sola Scriptura", alegue un solo pasaje bíblico en que dicho principio quede plenamente justificado. Sobre las obras: 4) Si el protestante es salvo sólo por la fe, entonces ninguna obra puede dañarle: "Pecca fortiter". Todos sus actos, incluso los más atroces, se convierten en buenos "ratio personae". Sobre el pecado y la penitencia: 5) Si la indignidad de un sacerdote basta para anular completamente la salvación por Cristo, entonces el poder del diablo precede al de Dios. Debemos, pues, adorar a aquél, no a Éste. Sobre la "Iglesia invisible": 6) Si la verdadera Iglesia fuera invisible, no sería iglesia de salvación, sino de condenación. En efecto, ¿puede un ciego guiar a otro ciego? 7) Aunque el protestante afirme la existencia de una comunidad invisible de salvos, ¿qué le hace pensar que ésta no se encuentra en la Iglesia visible? Y si hay modo de discernirlo, ¿qué tiene de invisible dicha comunidad? Sobre el cuerpo de Cristo: 8) Si el cuerpo de Cristo es uno y las sectas protestantes se cuentan a miles, entonces éstas no son el cuerpo de Cristo, sino sus excreciones. Sobre las imágenes: 9) Si hacerse imágenes para instar la salvación es blasfemia, entonces Dios, que hizo al hombre a su imagen y semejanza, para santificarlo mediante la fe en Cristo, es un blasfemo. Sobre la condición de cristiano: 10) Si para llegar a Cristo lo más relevante es combatir la primacía de Roma, impugnar la virginidad de la madre de Dios, negar la eucaristía, prescindir de la tradición e interpretar la Biblia a la letra; si esto es lo más relevante, hasta el punto de que la fe en Cristo no basta para unir a los hermanos, entonces el judío es el cristiano genuino y hay cristianos antes de Cristo.
Daniel Vicente.
Licenciado en Derecho.