Este fenómeno lo reconocemos, porque está apareciendo de nuevo, en estos mismos momentos, a través de todo nuestro mundo.
El ser humano hoy día está desertando en números progresivos las religiones establecidas en la tradición Judeocristiana. Muchos sienten que esas religiones son obsoletas y dotadas de filosofías caducas. Quienes lo hacen, niegan, tanto a las religiones como a sus representantes, la capacidad y la integridad moral para mostrarles el Camino. En ese sentido, una proporción alarmantemente grande de los nuevos "desertores", están orientándose hacia sistemas religiosos extremistas y militantes. Sistemas que promulgan el ascetismo masoquista, el auto sacrificio, la destrucción del "infiel" y el martirio propio. Y, que cuando se convierten, condenan vehementemente a todos aquellos quiénes no aceptan sus nuevas convicciones religiosas.
Son éstos, mismos los seres fanáticos que ejercen un magnetismo particular hacia algunos miembros de la raza humana quienes, por razones desconocidas actúan apocalípticamente en nombre de sus ideas, que algunos califican de ser fanáticas y las que ellos defienden como redentoras e inspiradas por su nuevo orden espiritual.
En mi experiencia clínica, tratando de asistir otros en la búsqueda de orientación y de significado en la vida; he encontrado el valor singular que posee el facilitar el proceso de las Coincidencias, de las Simetrías, de las sincronías, y de las Intuiciones Instintivas por medio de la dirección y orientación suministrada por seres humanos cuyas capacidades de mostrarnos el Camino son esencialmente atávicas. A ello me dirijo en esta composición.
De modo predecible; nuestra civilización, casi simultáneamente ha efectuado cambios profundos que afectan las estructuras fundamentales de nuestras familias, de nuestras convicciones y creencias y de nuestras expectaciones. Lógicamente vivimos en un tiempo de incertidumbres.
A través de lo que nos suministran los sistemas de comunicación, nuestra civilización ha descartado todos los principios que daban a la Realidad su prioridad debida, cediéndole al Placer los prados ideológicos por los cuales la Realidad de antes campeaba soberana.
Por ello la obesidad reina soberana de todos: El Principio del Placer inexhaustible…
Pero, ya que es así. Vivimos en una época en la cual el exhibicionismo apabullante y ridículo se expresa, como arte de dudoso valor, en los programas televisivos que atraen las audiencias mayoritarias.
Una época que pude llamarse al del consumismo conspicuo de que Thornstein Veblen hablara.
Era en la cual se proyectan anuncios para dietas y golosinas lado a lado con los cadáveres mutilados de víctimas de guerras étnicas y religiosas. Y estos espectáculos se admiten en las salas de nuestros hogares con la indiferencia pasmosa del hábito.
Los espectáculos que nos entretienen son aquellos que carecen de valor espiritual y de calidades redentoras o éticas. Ayer los hermanos Menéndez, o Anita Hill vs. Clarence Thomas, hoy O.J. Simpson o Susan Smith, o los cadáveres de los que caen víctimas de las guerras por nuestros gobernantes inventadas.
Mañana… ¿quién sabe?… los que asesinan a gente en las clínicas en los Estado Unidos, o los terroristas que están dedicados a negarle una oportunidad a que el mundo pueda lograr la paz que siempre ha sido tan elusiva… por lo menos en algunos lugares.
Los "mártires del 9-11"
Hombres educados y de medios, quienes cometieran inmolación colectiva para destruir el "Gran Satán" del imperialismo, encarnado en los EE.UU, por la camarilla republicana y en nuestra nación por los piratas de nuestros partidos políticos — madrigueras de ladrones.
Mirándolo de cerca, ellos, los seres que contribuyen muy poco al vejamen colectivo de nuestra humanidad, están en la mayoría y ellos demandan. No; no demandan, exigen — exigen y esperan más — de aquellos quienes su deber sería el de remediar la situación crítica en la que actualmente vivimos y de la que son culpables.
Creo que la experiencia que describiré para finalizar este ensayo dará una idea de lo que quiero comunicar. Hace unos cuantos días yo me encontraba en la presencia de una señora muy rica a quien escuchara decir, con orgullo inusitado a quienes estuviéramos en su casa, motivo de una celebración:
"Miren mis manos, tan delicadas y suaves. Yo las he cuidado muy bien. Nunca han visto el trabajo. ¿Qué les parecen?" —- eso decía, mientras un pobre niño en un lugar muy cercano suplicaba, que algo le diéramos, para poder comer…
Para ella, la filosofía de un presidente dominicano cuya ambición lo consignara al basurero de la historia; se resume:
"El pobre, que coma piedras, les aumenta el peso — y no los engorda".
Las intuiciones y las necesidades básicas engendran las sectas destructivas y sus prosélitos implacables.
Hablemos de ellas…
Sectas y grupos destructores de la persona y de la sociedad…
Dr. Félix E. F. Larocca Jóvenes de entre 20 y 30 años, con nivel socioeconómico estable, inteligencia normal, insatisfechos con la sociedad actual, con claros deseos de cambiar. Este es el perfil más habitual de las personas susceptibles de caer en las redes de las sectas.
Sean éstas la cienciología, el marxismo comunista, o cualquier otra doctrina exótica.
Es común también que vivan situaciones de crisis personal por razones afectivas o sociales y, por lo tanto, se encuentren en inferioridad de condiciones y con los mecanismos de defensa bajos ante estímulos provenientes del exterior. En esta coyuntura, los afectados buscan soluciones globales y definitivas a sus problemas personales. Entran las iluminadas promesas de los grupos sectarios, ornamentadas con una retórica muy eficaz, que pueden resultar muy atractivas.
Especialmente, en personas cuyo carácter tiende a la dependencia emocional de otras. Pero, de todos modos, no puede afirmarse que las personas captadas por las sectas padezcan mayoritariamente alteraciones psicológicas.
Lo que es de importancia enorme es que la persona carezca de buena autoestima y que se encuentre en medio de una crisis existencial, como es el caso de la mayoría, sino de todos, los adolescentes.
En nuestro medio, la fábrica y estructura de la familia se ha disuelto y la sustituye el hedonismo exagerado, de padres que insisten en el valor tan cuestionable, como espurio de: "Soy adulto, y hago lo que me da la gana". O si no, variación del tema malgastado de los párrocos de iglesitas rurales: "Haz como digo, y no como hago".
Y, es que ya hacen años que la religión sólo cuenta como actividad social, sin otro tipo de significado o valor moral — gracias a los curas.
Como el psicoanálisis tanto sufriera a manos de tantos analistas…
Cómo son las sectas
Los grupos sectarios se constituyen y se forman alrededor de las ideas de un líder que ofrece promesas y alienta esperanzas donde otros han fallado.
Las sectas no desean la captación del pobre, a menos que sus designios no sean revolucionarios o de fomentar el desorden, el activismo y la desmoralización social.
No, la mayoría espera contribuciones de lealtad y soporte social y económico.— sustituyendo por las iglesias tradicionales establecidas — especialmente entre sus "víctimas" se encuentra la iglesia católica por su devoción expresa al poder, la ostentación, la venalidad secular y el dinero.
Todos los factores, siendo idénticos. Las sectas se nutren de la dependencia emocional de sus miembros, los que seducen por medio de la psicología de grupo.
La secta persigue la transformación de la personalidad de sus seguidores para modificar sus intereses, valores y su tipo de relaciones. Para ello utiliza técnicas de manipulación mental, que se plasman en las diversas fases en que vive el prosélito.
La tentación
Para despertar el interés del candidato, se filtra la información que recibe el destinatario y se recurre al engaño para que el recién llegado desconozca los objetivos reales del grupo y los niveles de compromiso que irá adquiriendo. El captador utiliza su atractivo personal y ofrece seguridad y ayuda para ganarse al novicio. A veces se magnifican las cualidades del recién llegado y otras, por el contrario, se ponen de manifiesto sus carencias y necesidades, presentando a la secta o grupo como la solución de todos los problemas del mundo. El grupo presiona y no deja que la persona reflexione sobre la propuesta. Se le obliga a comprometerse con los miembros del conjunto para conseguir los objetivos marcados por el propio núcleo.
En este aspecto se asemeja al psicoanálisis como antes describiéramos, cuando habláramos de Freud y sus conversos.
La metamorfosis
Cuando el individuo ya está interesado, comienza la fase de modificación de su personalidad para adecuarla a los intereses del sistema. Se manipula la información, seleccionando para el nuevo adepto exclusivamente lo que interesa al conjunto. En algunos casos se le reinterpreta la información: las críticas externas se presentan como calumnias, persecución, confabulación o como voluntad de desestabilizar. Además, se modifica el lenguaje habitual del recién introducido y se le proporciona la jerga o argot específicos del dogma, lo que acentúa la complicidad y refuerza el sentimiento y la conciencia de pertenencia a la secta — la que nunca será presentada como lo que realmente es. Se organizan talleres, seminarios o retiros en las que los dirigentes inculcan los principios y directrices de la organización. Finalmente, se configuran ante, el ya adoctrinado, dos mundos diametralmente distintos: el de la secta — en el que todo es correcto, lógico y verdadero — y el del exterior, donde todo lo que esté en contra de la organización es perverso, erróneo y perjudicial — especialmente, la familia y los padres.
La Conservación
Paulatinamente, el grupo va introduciendo en el individuo sentimientos de culpa y de temor ante la posibilidad de "traicionar" la organización, con la intención de dificultar el posible abandono del converso. Se llega, a veces, al chantaje: no conviene abandonar la secta porque los líderes conocen aspectos íntimos de cada miembro, o porque sobrevendrán males sin fin.
"No es el mismo de siempre"
Los familiares y amigos le perciben raro, diferente. El grupo se ha adueñado de su personalidad de manera que vive casi exclusivamente para servir a los intereses de la secta. Se muestra ausente, se siente por encima de todo y en posesión de una verdad absoluta a la que los demás no han tenido la suerte o la lucidez de acceder. La alteración de su carácter, descrita en los manuales como trastorno disociativo, atípico de la personalidad, se caracteriza por una forma distante de relacionarse con los demás, sobre todo con quienes cuestionan su nueva forma de enfocar la vida. Se muestran más fríos y menos emotivos con sus seres queridos. A menudo, abandonan el trabajo o los estudios o convierten esos ambientes en un espacio en el que captar adeptos para su secta.
Afortunadamente, aun siendo intensa la manipulación, la mayoría de los contactados por las cofradías consigue salir indemne de esos perniciosos núcleos de influencia. E incluso entre los captados, algunos conservan cierta autonomía. La organización los utilizará ante los indecisos para demostrar que en esa secta "todo el mundo puede entrar o salir cuando quiera" — lo que nunca es verdad.
El proceso mismo
En el comienzo, durante los primeros contactos con la congregación, el individuo mantiene su identidad y la capacidad de relación con personas ajenas al grupo. En la "luna de miel", una vez que el neófito está ya del todo identificado con los objetivos del grupo, se van evidenciando los cambios de personalidad y aumenta el sentimiento de pertenencia al grupo. Se exalta todo lo relativo al nuevo descubrimiento. Es, para el adepto, lo más maravilloso que le ha ocurrido en su vida. Ya no acepta observaciones sobre el grupo, rechaza cualquier crítica y se aleja de sus familiares y amigos. Son habituales los cambios bruscos de humor. En la consolidación de la dependencia aparecen síntomas de infantilismo e inmadurez: se razona muy poco y queda anulada la capacidad de tomar decisiones. Surgen dificultades de relación en el entorno familiar y social, y se sufre una incapacidad para desenvolverse fuera del grupo y para evaluar la propia conducta al margen de él. Otra fase es, naturalmente, la salida del grupo, aunque algunos miembros permanecen de forma indefinida en la secta. Quienes huyen lo hacen porque aparecen dudas, por cansancio, por intervención terapéutica o porque el grupo, sin más, los expulsa. Lamentablemente, ésta no es la última etapa. Este fenómeno cubriríamos en otra ponencia cuando habláramos de los psicoanalistas vis à vis Freud. Pero, el abandono de grupo no es inocuo. Sus seguidores y líderes aseguran a todos que el despido dolerá — y mucho… Ellos se asegurarán de que esta profecía se cumpla… Los síntomas: estados alterados de conciencia, incertidumbre, sentimientos de culpa, miedo, falta de confianza en uno mismo y percepciones paranoicas. Otros efectos más graves: psicosis reactiva, episodios de pánico y síntomas postraumáticos por estrés, incapacidad para mantener la atención, trastornos de la memoria, fobias, sintomatología psicosomática, compulsiones, bulimia e incluso intentos de suicidio. |
Mañana una de ustedes se detonará en el mercado de los infieles…
Si alguna actividad posee las características dominantes de una secta es la del amigo, o la amiga "del corazón" o "especial".
Ambas, la secta y este amigo/a ejerce la influencia inconsciente que proviene directamente de lo que yo he caracterizado como: "El llamado de la Selva" (The Call of the Wild).
¿Qué sucede?
El instrumento para hacer este "llamado" es primordial en su constitución. Éste funciona amalgamando fuerzas instintivas como son la energía sexual dirigida selectivamente a quien controla la lucha contra la dependencia, mostrando a los padres como figuras débiles y confusas. Prometiendo mundos "secretos" de excitación íntima y especial y, finalmente adueñándose de la capacidad crítica de la víctima — así es como logran sus designios destructivos y antisociales, con sus presas.
¿Qué hacer?
La intervención terapéutica debe de ser rápida, firme, y decisiva — antes de que se haga muy tarde.
A menudo nos preguntamos, cómo es que algunas personas que, de niños conociéramos, terminan involucradas en actividades sectarias y de grupo que son antagonistas al sistema de valores bajo el cual crecieran y se formaran.
Una explicación es interna y específica de la persona. Las otras yacen en la existencia de conflictos irresueltos y en el poder de los grupos bajo el líder carismático.
Tengamos cuidado, porque puede pasar a cualquier víctima inesperada.
Bibliografía
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- Shaohua Chen and Martin Ravallion, 2007, "How Have the World's Poorest Fared Since the Early 1980s?" Table 3, p. 28
- Nota: Cualquier artículo mencionado que no se encuentre en un portal accesible, se suministra por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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