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Autovaloración, autoestima y salud (página 2)


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Los sujetos que se sobrevaloran se adjudican cualidades, aptitudes y actitudes que realmente no poseen, minimizando sus defectos y alardeando de niveles de alcance que se encuentran por encima de sus posibilidades reales de realización, tratando así de enmascarar la verdadera inseguridad que inconscientemente poseen.

Esto se debe no sólo a las características psicológicas particulares de este tipo de sujetos, sino a la manera en que el medio social ha ido alimentando esta inadecuada autovaloración a lo largo de su historia de vida, pues la aprobación externa del comportamiento va favoreciendo su establecimiento internamente por la gratificación que produce el refuerzo. Estos sujetos se muestran intolerantes ante cualquier elemento valorativo disonante con la imagen que de si mismos han elaborado, son además autoritarios, prejuiciosos, exigentes consigo mismos y con los demás, competitivos y poco afectivos y empáticos, por lo que requieren de ayuda especializada.

La subvaloración, se expresa a través de un fuerte sentimiento de inseguridad del cual el individuo si es consciente, asociado a un pobre y distorsionado conocimiento sobre sí mismo, a una identidad imprecisa y a una baja autoestima, no considerándose capaz de enfrentar determinadas situaciones de la vida, puesto que no confía en sí mismo. Esto genera comportamientos excesivamente dependientes de la valoración social, con tendencia a actuar a partir de lo que los demás opinan al respecto. Son personas temerosas, desconfiadas, susceptibles, por lo que demandan afecto constantemente, experimentando fuertes vivencias de celos y posesividad. Son muy proclives a la desilusión y por tanto al reforzamiento de sus comportamientos, por lo que en ocasiones también requieren de ayuda especializada.

"Los sujetos que se subvaloran, al no poder amarse a sí mismos de modo productivo, se tornan egocéntricos, intentan centrar la atención hacia sí mismos, por ello se tornan egoístas, demandantes afectivos, culpógenos, como si la razón de los males que le rodean, fuesen causados por sí mismos, a veces hasta lo extremo y absurdo. Otras veces se muestran con excesiva generosidad y sumisión como la vía para ganar la aceptación de los demás hasta el extremo de la indignidad. Son sujetos con gran intolerancia al error y que anticipan el fracaso, por lo cual evitan los riesgos y desafíos y poseen especial dificultad para la comunicación abierta, auténtica y empática" .

En el caso de los individuos que se subvaloran, el medio social juega también un papel fundamental en cuanto a la influencia que ejerce sobre ellos, reforzando tales comportamientos. La falta de estimulación y la crítica constantes, tienden a generar inseguridad, desconfianza y rechazo hacia sí mismo y hacia el medio social que lo rodea, sintiéndose más animado solamente cuando se le brinda lo contrario.

Es por esto que debemos sentirnos en el compromiso de comprender y colaborar en el mejoramiento del bienestar emocional de aquellos individuos que exhiban conductas que denoten la presencia de una inadecuada autovaloración, y no sentirnos con el derecho de juzgarlo, como podría hacerlo cualquier persona que desconozca la esencia de esta problemática.

¿Cómo la autoestima positiva contribuye al restablecimiento de una persona enferma?

Indudablemente, quien no sienta plena confianza y seguridad en sí mismo, lleva a cuesta una enorme cruz que resulta un impedimento para alcanzar pleno bienestar en todos los sentidos. Al referirnos al término "bienestar" estamos haciendo alusión tanto al bienestar físico como al mental, es decir a la salud del cuerpo y del alma, ambas muy relacionadas.

No es menos cierto que gozar de buena salud física permite al individuo enfrentar mejor los retos de la vida, puesto que sus cualidades físicas funcionan adecuadamente y puede sentirse menos limitado, aunque no sucede así en todos los casos. La buena salud física es también el reflejo de buena salud emocional.

Es por ello que no siempre la salud física es un indicador de completo bienestar, y en este sentido no nos referimos solamente a la no presencia de patologías, sino a algo más amplio y de mayor importancia que es la falta de bienestar psicológico general del individuo, que atañe a la manera en que se organice y se manifieste su subjetividad.

Una de las cuestiones fundamentales para desarrollar una subjetividad sana es precisamente, poseer una adecuada autovaloración, que a su vez requiere e implica la presencia de una autoestima positiva. Es sumamente importante que cada persona sea capaz de reconocer cuáles son sus defectos y cuales son sus virtudes, para qué actividades se encuentra mejor preparado, cuáles son sus alcances y limitaciones, en fin, que se autoconozca y estime adecuadamente.

No sólo se siente enferma una persona que presenta algún padecimiento físico, pues mucho más lamentable resulta que estando una persona sana físicamente los malestares sean subjetivos y con escasas posibilidades de solución para ella, ya que las repercusiones pueden ser muy lamentables, desencadenando padecimientos más objetivos y visibles como las somatizaciones.

"No todos los que no se sienten competentes en la realización de una tarea en particular, como pilotear un avión, diseñar un programa de ordenador o llevar adelante un negocio, sufren necesariamente una impresión de baja autoestima.

Pero una persona físicamente sana, que se sienta inadecuada para afrontar los desafíos normales de la vida, como ganar su propio sustento, padece de escasa autoestima. Tampoco podemos afirmar que carezca de una adecuada autoestima el individuo que se siente desmerecedor de algún premio u honor especial, como el Premio Nobel o el reconocimiento universal, por haber grabado una sencilla canción romántica. En cambio, aquel que no se siente merecedor de felicidad, que no se siente digno de ninguna alegría o recompensa en la vida, sin duda tiene falta de autoestima" .

En la medida en que nos autoestimemos positivamente podremos sentir mayor bienestar en todos los sentidos. Si nos queremos y nos respetamos a nosotros mismos, reconociéndonos como seres humanos portadores tanto de cualidades como de defectos, con posibilidad de cometer errores y también de rectificarlos y con la seguridad de ser útiles e importantes para muchas personas, nada constituirá un obstáculo para obtener logros y éxitos en diferentes esferas de la vida y sentirnos plenamente realizados.

Sentir seguridad en sí mismo es la mayor fortaleza que un ser humano posee. La mente regula todos los procesos del organismo, incluyendo las emociones, no olvidemos que cogniciones y afectos son una unidad y como tal funcionan, expresándose así a través de la Personalidad. Por tanto, mientras más positivos, alentadores y sanos sean los pensamientos y representaciones mentales de un individuo, más enriquecedoras serán sus emociones, afectos y sentimientos, influyendo positivamente en sí mismo, proporcionándole gran bienestar de manera general.

Los factores psicológicos influyen en el proceso salud – enfermedad, tanto en enfermedades crónicas no transmisibles como en las infecto contagiosas, según se ha comprobado científicamente, los factores psicológicos tienen un contacto con el germen que puede acelerar o disminuir el proceso patológico. Si una persona físicamente enferma se deja arrastrar a su suerte, pensando que no puede ayudarse a sí misma, fomentando pensamientos y sentimientos negativos al respecto, no contribuye a su restablecimiento y curación, sino que por el contrario, incrementa sus malestares y afectaciones. Aún cuando no existan posibilidades de cura, si el enfermo logra enfrentar su situación desde una posición alentadora y positiva, puede disminuir la gravedad de sus padecimientos y sentirse mucho mejor. Ante enfermedades físicamente dolorosas puede disminuirse el efecto del dolor siempre que el enfermo confíe en sí mismo y se sienta capaz de dominar su organismo, pues el dolor es también considerado una dimensión psicológica, ya que nunca se ha podido medir o cuantificar.

Por tales motivos, si una persona logra autovalorarse adecuadamente y elevar su autoestima positivamente, puede enfrentar estados patológicos de una manera más favorable, garantizando así mayor bienestar, disfrutando de su vida con mejor calidad. Pero no todo aquel que no haya logrado aceptables niveles de autoestima y autovaloración está completamente perdido, pues existe ayuda especializada para mejorar en este sentido.

¿Cómo generar autoestima positiva?

Es importante que los diferentes agentes de socialización constituyan valiosos formadores de la adecuada autovaloración de los individuos, comenzando por supuesto por la familia, que es el grupo primario de todo individuo y por tanto juega un papel fundamental en la formación de su personalidad.

De manera preventiva debemos tener en cuenta lo siguiente: Desde que el niño comienza a socializarse, relacionándose con el adulto a través del sistema de actividades y de comunicación, imprescindibles para su desarrollo, este adulto debe recompensar con elogios sus logros y señalar sus dificultades constructivamente para no dañar su autoestima y potenciar el desarrollo de una adecuada autovaloración.

Esta es un premisa básica que debe mantenerse en las diferentes etapas del desarrollo psicológico humano y ser tomada en cuenta no sólo por la familia, sino por cualquier persona que se considere un educador dentro de la sociedad, en el sentido más amplio de este vocablo, como es el caso de los maestros y auxiliares escolares, los dirigentes de las diferentes organizaciones e instituciones, y la sociedad en general, pues vivimos en un constante intercambio de subjetivaciones.

El proceso de socialización no siempre se lleva a cabo de la manera más favorable, y por tanto la autovaloración y la autoestima pueden constituirse de manera perjudicial para el sujeto, obstaculizando el desarrollo de sus potencialidades y creándole dificultades al enfrentarse a diferentes situaciones de su vida.

Para explorar en este sentido, podemos aplicarle un autodibujo bajo la siguiente consigna: "Represéntese a sí mismo a través de un símbolo". Podemos además aplicarle una composición que lleve por título: "Mis principales defectos y virtudes", procediendo posteriormente a realizar un análisis de contenido cuyo resultado final será el diagnóstico del grado de autovaloración y autoestima que posea el paciente.

Por tal motivo, ante un paciente que presente una autovaloración inadecuada y por consiguiente una autoestima igualmente inadecuada, lo primero es ayudarlo a que reconozca cuál es su dificultad y a que se haga consciente y por tanto partícipe de su situación real.

En el caso de que el paciente se sobrevalore, podemos ponerle actividades sumamente difíciles para que de esta manera reconozca que no siempre podrá hacerlo con éxito y que es importante que se acepte tal y cual es. El tratamiento será siempre transmitiéndole un mensaje de adecuación, en tanto no todos somos capaces de realizar cualquier actividad obteniendo mucho éxito, pues unos estamos capacitados para realizar algunas actividades con mucha calidad, pero para otras no lo estamos.

En el caso de que el individuo se subvalore, es importante también que realice determinadas actividades y que se le elogien sus logros y se le aliente ante las dificultades, exponiéndole que sí puede lograrlo, pero requiere un poco más de esfuerzo, que todos podemos al menos intentarlo, que siempre somos buenos y útiles para algo y que debemos tener confianza en nosotros mismos. La orientación a la familia también resulta de vital importancia en este sentido, para ambos casos.

Estas son algunas frases para elevar la autoestima:

  • Soy mi mejor amigo y me trato bien en todos los aspectos.
  • Soy una persona útil e importante.
  • Solamente digo cosas positivas acerca de mi persona.
  • Tengo una relación de triunfador conmigo mismo.
  • Soy una persona independiente y me siento segura de mí misma.
  • Más allá de mis virtudes y mis logros soy una persona valiosa y la gente me ama.
  • Merezco cosas buenas en la vida.
  • La gente se siente bien cuando comparte conmigo porque poseo energía positiva.
  • Irradio entusiasmo y alegría y sonrío con frecuencia.
  • Disfruto todo lo que hago y vivo confiado de que puedo alcanzar todo lo que me propongo en la vida.

A estas se pueden sumar muchas otras frases portadoras de mensajes alentadores y gratificantes, que el paciente debe repetir e ir sintiendo como suyas y poniéndolas en práctica. En la medida en que el individuo logre autovalorarse adecuadamente y elevar su autoestima, sentirá que se conoce mejor a sí mismo y se sentirá una persona más independiente y confiada en sus posibilidades reales.

Teniendo en cuenta que nos estamos preparando en aras de contribuir a la favorable recuperación de pacientes con diferentes patologías, un paso fundamental es, lograr que psicológicamente el paciente se sienta capaz de enfrentar su enfermedad y de combatirla con "Mente positiva". El negativismo hacia uno mismo empeora cualquier situación.

Siempre que la persona se sienta segura de sí misma puede asimilar la realidad con mayor responsabilidad y madurez. El sujeto enfermo necesita conocer las implicaciones de su enfermedad, debe ser capaz de responsabilizarse con el cumplimiento de su tratamiento, habilitándose en conductas de autocuidado y también entrenándose en habilidades de afrontamiento y manejo del estrés, factor causante de muchos padecimientos.

La salud forma parte de la cultura universal, por tanto es una cultura a través de la cual se instalan hábitos y creencias de generación en generación que llevan los matices de cada sociedad, por lo que al enfrentarnos a un plan de salud que ofrece servicios a personas que provienen de otras culturas, es fundamental que tengamos en cuenta las concepciones y costumbres del paciente y que nos apoyemos en esta información para lograr así un mayor acercamiento y colaboración.

La responsabilidad de la salud de las personas, se le adjudica en muchas ocasiones, a las instituciones de salud, y se obvia en ocasiones un elemento imprescindible para la curación que es la responsabilidad individual. Es importante que el paciente potencie su autoestima y que llegue a sentirse el principal responsable y partícipe de la generación y el mantenimiento de su bienestar físico y psicológico.

La interdisciplinariedad es también fundamental para el logro de nuestro principal objetivo que es contribuir al restablecimiento del paciente. Es por eso que técnicos de la salud, médicos de diferentes especialidades, enfermeras, psicólogos, psiquiatras, odontólogos y de manera general todo el personal implicado con esta tarea, deben intercambiar sus experiencias y criterios, colaborándose y apoyándose en todos los sentidos, pues el trabajo de unos, sería imposible sin el conocimiento y la complementación de los otros.

Potenciemos la autoestima de nuestros pacientes y lograremos los mejores resultados, tengamos siempre presente la máxima de Goethe con que damos comienzo a este artículo: "El peor de los males que le puede suceder al hombre es que llegue a pensar mal de sí mismo". Por tanto, el primer paso para lograr la curación, es quererse a sí mismo y desearse lo mejor.

BIBLIOGRAFÍA:

  • Brandem, Nathaniel: "La autoestima en la vida humana" (fragmentos); artículo: El respeto hacia uno mismo.
  • Castellanos, Roxanne: Psicología. Selección de textos. Editorial Félix Varela, La Habana, Cuba, 2003.
  • Domínguez, Laura: (Artículo) "¿Yo, si mismo o autovaloración?",1999.
  • Fernández, Lourdez: (Artículo). "Autovaloración como formación de la personalidad", 1999
  • Gonzáles, Fernando: "La Personalidad, su configuración y desarrollo". Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La habana, Cuba, 1985.
  • Gonzáles, Fernando: "La Personalidad, su educación y desarrollo". Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La habana, Cuba, 1989.
  • Gonzáles, F: "Psicología de la Personalidad". Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana, Cuba, 1985.
  • Gonzáles, F: "Psicología. Principios y categorías". Editorial Pueblo y Educación, Ciudad de La habana, Cuba, 1985.
  • Marquínez, I: "Autoestima fuerza integradora". (Artículo). "Congruencia" . Centro de servicios de desarrollo humano.

 

Autora:

Lic. Yaima Del Cristo Sánchez

Facultad de Psicología

Universidad de la Habana

Yaima del Cristo Sánchez, Licenciada en Psicología, graduada en el año 2003 en la Universidad de la Habana. Durante la carrera participé en varias Jornadas Científicas Estudiantiles celebrada en la facultad de Psicología de la UH, en el año 2001 con los trabajos: "Influencia de la economía cubana actual en la familia", obteniendo el tercer lugar en la comisión de Familia, Sexualidad y Pareja y otro titulado: "Ser consultor en una empresa perfeccionada" obteniendo el segundo lugar en la comisión de Psicología del Trabajo y las Organizaciones, en 2002 obtuve el primer premio en la comisión de Psicología del Trabajo y las Organizaciones con la presentación del trabajo titulado: "Diagnóstico socio-psicológico en el Hotel Golden Tulip Parque Central", el cual también fue presentado por su excelente calidad y su alto grado de cientificidad, en forma de póster en la Convención Intercontinental de Psicología y Ciencias Humanas: "Crecimiento Humano y diversidad" ( HOMINIS 2002 ), celebrado del 4 al 8 de noviembre de 2002 en el Palacio de Convenciones de la Habana, Cuba, así como en el Primer Encuentro Regional de Estudiantes de Psicología: "Por la vinculación y la investigación estudiantil" llevada a cabo el 30 y 31 de mayo de 2003 en las instalaciones de la Universidad Americana de Acapulco. En el marco de la Jornada Científica Estudiantil celebrada en la facultad de Psicología Universidad de la Habana en el año 2003, obtuve premio con el trabajo: " Juan Pedro Carbó Serviá, semblanza de un héroe" obteniendo con este último el primer premio de la Comisión de Historia, Filosofía y Teoría Sociopolítica. Mi tesis de diploma, llevó por titulo: "Acercamiento a la realidad familiar subyacente a través del estudio del nombre propio", graduándome con título de oro en Julio del 2003, recibiendo además un reconocimiento por mi destacada participación científico estudiantil durante los estudios universitarios.

En mi primer año de trabajo participé en el Proyecto Esperanza Social, en el que estuve a cargo de la preparación del tema de Psicología de La Familia, compartiendo con el colectivo los elementos teóricos y metodológicos que sirvieron de base para su preparación e impartición. Formé parte del colectivo de autores que estuvo a cargo de la elaboración del libro de texto "Educación en Valores" para el apoyo de la docencia del séptimo curso, participando en la elaboración del artículo titulado: "Un acercamiento psicológico a la familia: Su papel en la formación de valores". Llevé a cabo varias sesiones del taller "Errores en la crianza de los hijos", contribuyendo así a la formación integral de los estudiantes venezolanos. Participé como ponente en el III Encuentro Internacional de Estudiantes de Psicología, celebrado en la Facultad de Psicología de La Universidad de la Habana en octubre del 2004, compartiendo los resultados obtenidos en mi tesis de licenciatura. Formo parte nuevamente del Grupo de Psicología de la Familia, colaborando en la impartición de esta asignatura a estudiantes de tercer año, siendo además profesora guía de este año. Ofrezco servicios de orientación y terapia familiar en el Centro de Orientación y Atención Psicológica (COAP) vinculado a nuestra facultad.

He colaborado además en la impartición de la asignatura Psicología Social en la Facultad de Sociología y actualmente imparto la misma asignatura en la Facultad de Filosofía de la UH. Soy miembro de la Sociedad de Psicólogos de Cuba desde septiembre 2006 y he recibido varios cursos de superación durante mi período de trabajo: Formación de Trabajadores Sociales de Venezuela: Una Batalla por la Esperanza / diplomado / Ministerio de Educación Superior / 2003. Introducción en el Enfoque de la Complejidad / curso / Instituto de Filosofía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente / 2003–2004. Postgrado de Género / curso/ Facultad de Psicología / Universidad de la Habana / 2004. Segundo taller de Grafopatología / Facultad de Psicología/ Universidad de la Habana / 2006. Recibido y aprobado todos los módulos de la Maestría en Psicología Social y Comunitaria, en La Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana/ 2004 –2006. He publicado tres artículos en libros de los proyectos Esperanza social y Alojamiento Hospitalario. Un acercamiento psicológico a la familia: Su papel en la formación de valores / Libro de texto "Educación en valores" para trabajadores sociales venezolanos/ 2004. La conducta desviada en la vida cotidiana / Libro de texto para trabajadores de salud en alojamiento hospitalario/ 2005. Autovaloración, autoestima y salud / Libro de texto para trabajadores de salud en alojamiento hospitalario/ 200. Como extensión universitaria participé en el taller sobre spots televisivos que tuvo lugar en la Facultad de Psicología en diciembre del 2006. Actualmente trabajo en la realización de mi tesis en opción a la categoría científica de máster y recibo el curso de pedagogía en Facultad de Psicología. Participé en el Taller Internacional sobre juventud celebrado en Cuba en octubre del 2006 en el Centro de Convenciones del Capitolio Nacional.

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