Reflexiones acerca del papel de la mujer hoy en un mundo globalizado
Enviado por Raiza Trapote Fernández
RESUMEN
El siguiente trabajo aborda temas referentes a la mujer en un mundo donde solo se analizan los aranceles y los perjuicios para la economía mundial. Donde no se tienen en cuenta la posición de la mujer y su futuro.
Se resaltan diferentes criterios emitidos a nivel mundial por estudiosos del tema "Mujer y Globalización" haciendo énfasis a la importancia de tenerlas en cuenta ante una discusión sobre temas neoliberales.
De manera sutil se reflexiona acerca de los tres grupos de mujeres miradas con ojos de críticos acerca de un tema tan polémico como lo es la Globalización y sus rostros; teniendo en cuenta que la globalización es un proceso donde se excluyen segmento de la población y precisamente es la mujer el segmento más débil de la misma.
Por último se concluye la investigación con las palabras de Olga Lucía Ramírez, pronunciadas el 10 de octubre del 2006 ante una entrevista en nota de prensa, donde decía: "…debemos ver el mundo con ojos de mujer, debemos para el mundo para cambiarlo".
INTRODUCCIÓN
Hoy, cuando crece la economía mundial; la mujer desempeña un papel preponderante e indispensable para alcanzar el desarrollo pleno del hombre y de la sociedad en general. Entonces, ¿por qué privarlas de la libertad, de cosas que realmente necesita, del bienestar material y de tener la satisfacción de criar a sus hijos y no de regalarlos o venderlos en el mejor de los casos.
Georgina Alfonso González planteaba en una conferencia de prensa:
… una crítica a fondo del lugar asignado a la mujer en la lógica económica, cultural y simbólica de la globalización implica colocar en la agenda de debate temas como:
- Neoliberalismo y feminización de la pobreza.
- Dicotomía entre la esfera privada y pública: la politicidad del espacio privado como el estatuto teórico del feminismo.
- Las luchas femeninas por la ciudadanización: Vicisitudes del acceso a la historia del sujeto mujer.
- La violencia invisibilizada: control y expropiación de la sexualidad de la mujer.
- Movimiento de mujeres y feminismo político. La reconexión de lo social con lo político en la perspectiva del movimiento feminista.
- Los fundamentos valorativos del feminismo: ideales, símbolos y valores de la mujer.
Es precisamente eso lo que se quiere, que reflexionemos acerca del rol de la mujer en un mundo con ideología globalizadora acerca del neoliberalismo y en función de esto demostrar que tal vez la mujer consiga cosas que aún no se han resulto en debates y discusiones acerca de la globalización neoliberal.
DESARROLLO
Los proyectos globalizadores del capitalismo contemporáneo apuntan hacia la conformación de una estructura económica y cultural en el ámbito planetario altamente jerarquizada y excluyente, donde predominan de manera creciente los intereses y valores de las grandes empresas multinacionales. La descontextualización de los referentes valorativos y la desconstrucción de las identidades se ocultan en la ideología globalizadora del neoliberalismo bajo la máscara de una nueva construcción de símbolos y valores multicultural y diversa. Sin negar, claro está, que dicha diversidad cultural debe subordinarse totalmente al mandato soberano del mercado.
La globalización neoliberal se presenta como una forma moderna de relaciones patriarcales. Ahora a todo aquello que las mujeres se ven obligadas a hacer «gratis», ya sea relacionado con la existencia o la subsistencia humana, se le llama «reproducción», en oposición con la producción y no como su contraparte dialéctica. «Reproducir» connota en términos patriarcales, una actividad menor, secundaria, que no genera en sí valor económico alguno. De un modo «muy racional» se utiliza la «reproducción» cargada de significados y símbolos femeninos para ocultar, más aun, el trabajo de las mujeres que asegura gran parte de la acumulación de capital.
A medida que el capital global se centraliza cada vez más por el control trasnacional, los estados nacionales pierden poder y los trabajadores son cada vez más marginados y excluidos, la situación de la mujer llega a un punto en que no pueden controlar sus medios de producción ni su fertilidad. La «feminización laboral», tendencia que se manifestó en la economía mundial a partir de la postguerra y alcanzó auge en los años 60, adquiere ahora nuevos matices: las mujeres constituyen la fuerza principal de trabajo para el creciente sector de los servicios, donde realizan tareas de bajo estatus y poco salario. Según datos del PNUD, el 71% de las mujeres empleadas formalmente se concentran en cinco grupos ocupacionales, educación, enfermería, oficina, ventas y servicios, la mayoría en los puestos peor remunerados. El ingreso promedio de las mujeres todavía equivale a sólo el 70% del de los hombres, aunque en los últimos años, el ingreso de las mujeres ha tenido un continuo incremento respecto al de los hombres por la reducción constante de los ingresos y los puestos laborales tradicionales para los hombres.
Aun así, para las mujeres aumentan las listas de trabajos con jornada partida y de contratos temporales sin seguridad social, oportunidades de promoción o jubilación. Son raros los programas de trabajo que tengan en cuenta el cuidado de los niños y las bajas por maternidad. La mayor parte del trabajo de las mujeres está excluido del cálculo del Producto Nacional Bruto.
Las apologías de "lo posible y lo necesario" y la justificación de los males existentes es un elemento imprescindible en el discurso neoliberal y en su estrategia cultural. La justificación de la pobreza, de la baja moral pública, de la inseguridad social, de las violaciones de los derechos humanos es el reverso de la crítica al sistema. Con ella se quiebran las nociones sociales y colectivas en el plano simbólico y se instalan, en su lugar, la noción de paradigma hegemónico con sujetos individuales y fragmentados, con esto se pone freno a la creación de conceptos y realidades que promuevan alternativas de liberación.
La globalización neoliberal capitalista ha producido cambios tan vertiginosos, y tantas rupturas teóricas y cotidianas que no es de asombrar, como dice Noam Chomski, el estado de desesperación, ansiedad, falta de esperanza, enojo y temor que prevalece en el mundo fuera de los sectores opulentos y privilegiados y del sacerdocio comprado que cantan alabanzas a nuestra magnificiencia, una característica notable de nuestra cultura contemporánea, si se puede pronunciar esta frase sin vergüenza.
El feminismo como movimiento político, símbolo y valor de la mujer no ha escapado a este hecho. La institucionalización del feminismo, hecho que se presenta en el discurso político como un paso a favor de la mujer, ha sido la manera de encubrir las aun no resueltas contradicciones y relaciones de poder entre hombres y mujeres, que van más allá de las diferencias de género y sexo
Estos llamados "feminismos institucionales", por lo general, presentan un claro abandono a la búsqueda de soluciones revolucionarias para la emancipación de la mujer, y asumen la convicción de que desde dentro del sistema, con la presión que se ejerce sobre sectores del poder influyen de manera directa en las soluciones y toma de decisiones de esos grupos a favor de las necesidades e intereses de las mujeres.
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