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Implicaciones de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Sociedad (página 2)


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Mientras el producto a nivel mundial, entre 1950 y 1970, en tiempos sin neoliberalismo, creció a un ritmo de casi 5% anual , en el quinquenio 1990_1996 , en pleno reinado del neoliberalismo, lo hizo asolo el 1.4%. Las proyecciones para el futuro inmediato son mucho peores.

La globalización y el neoliberalismo se universalizan una vez que el mundo cae en la unipolaridad, hasta convertirse en la política oficial de prácticamente todos los países. Hasta que punto la globalización neoliberal es negativa para el progreso humano se comprende al analizar el hecho de que el 95% del movimiento de capitales se invierte en la economía financiera, ficticia, mientras el 5% lo hace en la economía real.

De las 100 economías mas grandes del mundo, países incluidos, 50 son mega empresas. El 40% del comercio mundial corresponde a 350 mega empresas.

Un ejemplo es que en 1994 General Motors vendía por 168 mil millones de dólares mientras que Turquía por 149.8 mil millones. Mientras la IBM lo hacia por 72000 millones, Venezuela lo hacia por 59 000 millones.

La reciente fusión entre dos mega monopolios como Exxon y Mobil, concentra un capital de 203 000 millones de dólares y una producción de petróleo que solo cede un poco a la de Arabia Saudita e Irán, pero que es superior a la de Kuwait

La realidad desmiente la liberalización que se predica. El mundo subdesarrollado viene perdiendo cada año unos 600 millones de dólares como consecuencia de los subsidios agrícolas y de los obstáculos que se oponen a la exportación de productos como los textiles hacia el primer mundo.

El mundo de hoy esta en crisis, pero no una crisis cualquiera sino una de las mayores de los últimos 100 años. Se pudiera abrir una etapa de gran inestabilidad conflictos económicos, políticos y hasta militares, de cambios sociales que dependerán de la izquierda y los sectores progresistas para adelantar propuestas que permitan influir en el desenlace de la crisis.

La izquierda puede y debe tener un papel decisivo en cualquier proceso de concertación, cooperación, colaboración o unidad entre las fuerzas políticas dispuestas a trabajar para fortalecer la integración, la soberanía y la independencia, pero las condiciones para las alianzas no pueden ser las de la renuncia, la de la claudicación, la de arriar nuestra bandera por el socialismo y por profundas transformaciones sociales, la de plegarnos a aquellos que proponen supuestas nuevas vías, el regreso a variantes remozadas del capitalismo o a modelos ya superados por la vida, lo que solo puede servir a los intereses del sistema.

Es preciso un Orden Mundial Alternativo que ponga al hombre en el centro de las preocupaciones, que universalice la solidaridad y la justicia social avance estrategias de desarrollo con un patrón de crecimiento ecológicamente sustentable.

Es necesario trabajar por un Orden Económico Alternativo que supere la visión mercado céntrica del neoliberalismo. La humanidad no puede ser conducida por el mercado. El mercado no fue, no es, ni será nunca, una garantía para una justa distribución de los recursos y una adecuada conducción de la sociedad.

El sistema financiero internacional debe ser transformado y los flujos financieros controladas por la racionalidad humana, para ello es imprescindible poner las finanzas internacionales bajo la conducción del mundo y no subordinar la humanidad a la tiranía del mercado el capital financiero especulativo.

Las tendencias a acentuar la competitividad y la reciprocidad que hoy gobiernan el mercado mundial, no nos deben hacer olvidar el compromiso solidario con aquellas naciones y pueblos que por factores ajenos a su voluntad tienen un menor desarrollo relativo.

Finalmente es imprescindible un Nuevo Orden Mundial, que nos permita adelantar políticas globales para la preservación del medio ambiente, el desarrollo conjunto de políticas sociales, sobre todo en los sectores de la educación y la salud, trabajar en el desarrollo y la preservación de las riquezas culturales y de las diversas identidades de la raza humana.

"… sólida armazón de individualidades que caminan hacia un fin común, individuos que han alcanzado la conciencia social de lo que es necesario hacer, hombres que luchan por salir del reino de la necesidad y entrar al reino de la libertad…"

CIENCIA TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD

Como se ha puesto de relieve desde el denominado movimiento de "Ciencia Tecnología y Sociedad", las transformaciones tecnológicas no son movimientos aislados sino que vienen determinadas por el contexto cultural, sociológico, económico, y político en el que se desarrollan; no son por tanto acontecimientos aislados, ya que reflejan "… un estado determinado de conocimiento, un entorno institucional e industrial particular, una cierta disponibilidad de aptitudes para definir un problema técnico y resolverlo, una mentalidad económica para hacer que esa aplicación sea rentable." (Castells, 1997, 63).

La sociedad de la información en la que estamos comenzando a desenvolvernos, presenta algunas características diferenciadas respecto a los modelos de las sociedades anteriores. De ella y sin la pretensión de acotar el tema podemos decir que posee como características más significativas: la globalización de la economía, la potenciación del capitalismo informacional, la aparición de nuevos sectores laborales y la desaparición de otros, la valoración del ritmo del cambio, la potenciación de una infraestructura tecnológica, la sustitución de los sistemas de producción mecánicos tanto social como desde una posición técnica, la interactividad, la complejidad, la inmediatez de productos y resultados, la flexibilidad del trabajo, la inestabilidad laboral, la apuesta por la eficiencia y el progreso, y el girar en torno a los medios de comunicación y más concretamente de las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Sin olvidarnos la valoración desmesurada que tanto de forma cuantitativa como cualitativa tiende a realizarse de la tecnología indiferentemente de su objeto de referencia.

Cada vez es más usual oír hablar que estamos en una aldea global, o que el aleteo del efecto mariposa de Lorenz es más cierto que nunca, de manera que las decisiones y acontecimientos que ocurren en cualquier parte del planeta rápidamente nos impactan y llegan a nosotros. Si los primeros pasos de la globalización se dieron en el terreno económico y financiero, ya que respondía a un modelo de gestión empresarial, los pasos posteriores se han dado en el terreno de la comunicación, y con una fuerte orientación hacia la cultura, de ahí que empiecen a utilizarse denominaciones como "Mcmundo" o "Mccultura".

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

No debe de cabernos la menor duda que la sociedad de la información, lo mismo que sus antecesoras, no es sólo una cuestión tecnológica, sino también política, cultural, ideológica y económica, teniendo repercusiones directas en el mundo laboral con la aparición de nuevos sectores ocupacionales, la potenciación de nuevas profesiones, la desaparición y transformación de otras, y lo que puede ser más significativo, la posibilidad que el sujeto desarrolle a lo largo de su vida activa diferentes empleos (González, 1996). Y bajo esta perspectiva la información se va a convertir en valor absoluto, y al respecto ya en otro trabajo (Cabero y Barroso, 1996) aludíamos a un informe de la OCEDE de 1992 donde llamaban la atención respecto a que en las sociedades post-industriales el 60% de los trabajadores estarían directa o indirectamente ocupados con profesiones relacionadas con la información, algunas de las cuales estarán claramente relacionadas con actividades de manipulación y servicio.

No sólo se van a desarrollar un nuevo conjunto de ocupaciones, como por ejemplo analistas de sistemas, programadores o ingenieros informáticos, sino que también las ocupaciones tradicionales se van a ver modificadas, potenciándose nuevas modalidades laborales como consecuencia de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, como es el caso del teletrabajo. Actividad que de acuerdo con Giralt (1995, 4) podíamos definirla como: "… la realización de trabajo (o sea, una actividad remunerada para terceros) utilizando como herramientas la informática y las telecomunicaciones y sin presencia fija (al menos permanentemente) en la sede de la empresa base o del destinatario del trabajo (delocalización)".

Modalidad laboral que como se apunta, permitirá la racionalización de los recursos laborales y los ahorros económicos que ello puede conllevar, la flexibilidad temporal-laboral para el trabajador, el evitar desplazamientos innecesarios, y el acercamiento de las mujeres y las personas con minusvalías físicas al mundo laboral. Si bien, también debemos de ser conscientes de una serie de limitaciones para los teletrabajadores derivadas directamente del aislamiento profesional en el cual se pueden ver inmersos y las consecuencias que ello puede tener en su desprotección social, sin olvidarnos de los costos que ello puede conllevar para el trabajador.

Estas influencias no se limitan exclusivamente a la implantación de nuevas modalidades ocupacionales sino también al desarrollo progresivo de un trabajo cada vez más abstracto, donde se manejará cada vez menos físicamente el objeto y el trabajador se encontrará más aislado de los circuitos y cadenas de producción.

La desaparición y modificación de determinadas profesiones va a tener como consecuencia directa un aumento en la movilidad del trabajador, tanto en el número de ocupaciones como en períodos de empleodesempleo. Indirecta o directamente esta situación va a llevar al trabajador a tener que reciclarse para adaptarse a las nuevas situaciones laborales que se le presenten, ya que el ritmo de la sociedad futura será tan trepidante que la formación inicial recibida pronto quedará obsoleta para desenvolverse en los nuevos entramados sociales. Ello nos puede llevar a pensar que el aprendizaje a lo largo de la vida se convertirá en una de las características definitorias del sistema.

En este nuevo entramado social la infraestructura tecnológica, será de máxima significación, de manera que los países se diferenciaran por el nivel de tecnología que son capaces de diseñar, producir y consumir. Y desde esta perspectiva puede que las sociedades que a medio, por no decir corto plazo, no incorporen en sus diferentes sectores los instrumentos a los cuales nos estamos refiriendo, se verán marginadas respecto al resto y posiblemente se encuentren en un nivel de separación, como no había ocurrido anteriormente entre los países que se desenvolvían en una sociedad agrícola e industrial, y en consecuencia puede que las nuevas tecnologías más que unir a los pueblos lleguen a separarlos y las diferencias que en la actualidad se está dando entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, en vez de reducirse se afiancen, y se hagan con el tiempo más amplias e insalvables.

Los últimos comentarios realizados pueden llegar a ser más preocupantes si, además, tenemos en cuenta que el tiempo de desarrollo y evolución de esta nueva sociedad resultante de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, es más corto que sus predecesoras, como indica Terceiro (1996, 29): "La humanidad ha venido midiendo su progreso históricamente, en términos de tecnología, con el resultado de que cada era ha sobrepasado más rápidamente que las anteriores. La edad de piedra duró millones de años, pero la siguiente, la del metal, sólo cinco mil años. La revolución industrial (de primeros del siglo XVIII a últimos del siglo XIX), doscientos años. La era eléctrica (de comienzos de siglo a la II Guerra Mundial), cuarenta años. La era electrónica duró veinticinco años y la era de la información ya tiene veinte, evolucionando rápidamente desde lo que podríamos llamar Infolítico Inferior al Infolítico Superior o Información hipermedia".

La automatización, es decir, la realización de actividades sin la intervención directa del hombre se está convirtiendo en una de las características más significativas de las máquinas, herramientas e instrumentos técnicos del siglo que viene. Los nuevos instrumentos tecnológicos cada vez se dotan de más recursos que permiten por sí mismos la ejecución de ciertas tareas, acciones y movimientos; desde la simple grabación de un programa de televisión a una hora determinada, hasta el mantenimiento de una cadena de montaje. Los sistemas tecnológicos tienden a incorporar mecanismos de regulación, control y toma de decisiones.

Sin lugar a dudas una de las características básicas que define la sociedad del futuro es la interactividad, que puede ser entendida desde diversas perspectivas, entre las que podemos destacar dos: la no existencia de centros únicos generadores de información, sino más bien la dispersión entre ellos y su conexión para la obtención de los productos, y el facilitar el modificar el rol de receptor a emisor de mensajes. Por último indicar que la interactividad debemos de percibirla no sólo referida a los medios, sino también a los espacios, personas y procesos.

Frente a la tranquilidad de los momentos históricos anteriores, la complejidad se convierte en una de las características de los momentos históricos venideros, entre otros motivos por la amplitud que se nos ha abierto y las destrezas necesarias que debemos tener para desenvolvernos en él. Ya no será suficiente con los conocimientos básicos de lectura y escritura, sino que se requerirán nuevas habilidades para la interacción tanto "con" las tecnologías, como "por" las mismas; es decir, tanto para utilizarlas como para realizar diferentes actividades a través de ellas. El Informe Delors (Delors, 1996) hablaba de que tres son los pilares básicos de la educación del futuro: "aprender a conocer", "aprender a hacer" y "aprender a ser".

La dinámica del cambio en la cual tendemos a desenvolvernos nos lleva a asumir como hipótesis de trabajo la inmediatez de los productos y los resultados; de manera que ya no es suficiente con realizar productos de más calidad que los competidores, sino, además, hacerlo en menos tiempo y con costo más bajo, y ser capaces de situarlos en los circuitos de distribución. Ello obligará a las empresas y organizaciones laborales a establecer nuevos modelos organizativos donde el tiempo adquiera valor económico en sí mismo. (Prieto y otros, 1997).

La última característica sobre la que queremos llamar la atención de la sociedad de la información o tecnológica, es la idea de la eficiencia y el progreso constante. Éste parece que adquiere valor y sentido en sí mismo, en una preocupante lucha por alcanzar las primeras posiciones, tanto sociales, productivas, como personales; situándose por encima de cualquier valor ético y social, en una lucha que nos lleva a comparar progreso tecnológico, con progreso social y moral.

LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

En este nuevo contexto sociocultural y tecnológico la Universidad, como centro de formación superior de la sociedad, se verá inmersa una serie de transformaciones como consecuencia de la influencia de diversos cambios internos y externos al propio sistema educativo, respecto a los cuales podemos citar los siguientes: la demanda que se desarrollará para el aprendizaje a lo largo de toda la vida como consecuencia de la aparición y transformación constante de los diferentes campos del conocimiento científico y artístico en lo que está viniendo a denominarse como explosión del conocimiento con la velocidad de aparición de nuevos saberes y la redistribución de los mismos; la transformación de una visión del conocimiento centrado en el objeto a una visión orientado en el proceso; los cambios que se producirán por el paso de la propiedad individual del conocimiento a su propiedad comunitaria como consecuencia de la ruptura de las variables espacio-temporales por la incorporación de las redes de comunicación; la necesidad de dominar nuevas habilidades instrumentales y tecnológicas; la demografía cambiante; la demanda creciente con el aumento progresivo de estudiantes; la ruptura del ciclo formación académica-desempeño laboral por el de formación académica-desempeño laboral-formación académica lo que influirá para que al estar trabajando los estudiantes no puedan cursar todos los estudios; el aumento de estudiantes; las demandas más exigentes de los estudiantes para participar en un ambiente de aprendizaje más favorable; el aumento de los costos de la educación superior y la disminución de las inversiones de la sociedad; la presencia doméstica más constante de las nuevas tecnologías de la información y comunicación que sin llegar a cotas similares a otros países occidentales va teniendo un aumento constate y se va acercando a ellos; la alfabetización informática que van adquiriendo los grupos inferiores de edad; y la exigencia del aumento de la calidad del servicio ofrecido (Twigg y Oblinger, 1996; Twigg y Heterick, 1997).

En este entramado, las nuevas tecnologías de la información y comunicación van a repercutir, tienen que repercutir, de una forma significativa.

 

 

 

Autor:

Lic. Omar Rosa González.

Autobiografía: Natural de Ciego de Ávila, donde realicé los estudios primarios y secundarios, me hice profesor de Computación, laboré durante quince años en distintas enseñanzas en las vecinas provincias de Camaguey y Las Tunas, posteriormente trabaje durante dos años en BANDEC atendiendo la parte informática, actualmente trabajo de Contador en el CIMEX. S.A. Desde sus inicio participe en la Batalla de ideas en la Universalización impartiendo clases de Computación. En la actualidad curso la Maestría acerca de las TIC en la Universidad de Camaguey.

29 de enero de 2007

Ciego de Ávila, Cuba

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