Con respecto al fenómeno de la naturaleza de los estímulos que pueden afectar a nuestros sentidos diremos lo siguiente: para todo tipo de sentido la verdadera excitación de las células sensibles es de naturaleza mecánica o química. Por lo que sabemos, no hay ser viviente con receptores sensibles a los rayos cósmicos o a las ondas de radio. Los receptores cutáneos al tacto y a la presión sienten el esfuerzo mecánico transmitido por las cápsulas vecinas; los propioceptores (receptores cenestésicos) responden a la presión mecánica ejercida sobre ellos por la extensión o compresión de músculos y tendones, en tanto las células sensitivas del órgano del oído y del equilibrio se excitan por pequeñas ondas de los líquidos que los bañan. Por el contrario, las células olfatorias de la nariz y las papilas gustativas de la lengua se excitan químicamente por las moléculas que se ponen en su contacto. El estímulo de los receptores al dolor probablemente depende de la acción de substancias químicas puestas en libertad por las células lesionadas, pues responden a fuertes estímulos de cualquier clase. Los receptores del frío y los del calor responden a las alteraciones químicas inducidas en ellos por los cambios de temperatura. Por último, las células de la retina responden a las reacciones químicas puestas en marcha al ser heridas por la luz.
1.2 Los umbrales sensoriales
Hemos señalado que la energía que llega a un receptor debe ser lo suficientemente intensa o "fuerte" para que produzca un efecto, Se llama umbral absoluto a la mínima intensidad de energía necesaria para producir una sensación en cualquier persona. En términos prácticos esto es responderá a ¿Qué tan luminosa debe ser una señal en la pista para que nos percatemos de que existe? O ¿Qué tan fuerte tiene que ser un temblor para que nos demos cuenta que sucedió? Reflexionando sobre este concepto nosotras nos dimos cuenta que existen diferencias entre el umbral absoluto de una persona a otra, por que algunos tiene sentidos mas agudos y se percatan de movimientos o sonidos que el resto no, por lo tanto los umbrales se determinan como aproximados.
Se han determinado los umbrales absolutos para los seres humanos en:
- Gusto: 1g. de sal en 500 Litros
- Olfato: Una gota de perfume que propaga su aroma por un departamento de tres habitaciones.
- Tacto: El ala de una abeja que cae sobre la mejilla, desde una altura de 1cm
- Oído: El tic tac de un reloj, a 6 m. de distancia en condiciones muy silenciosas
- Visión: La llama de una vela a 50 m de distancia en una noche oscura y despejada.
Debemos tomar en cuenta que estos valores se aplican únicamente en circunstancias especiales: muy silenciosas para la audición, sin otros sabores en el caso del gusto, etc. En la realidad estos valore varían ya que se debe considerar que constantemente estamos siendo bombardeados por diversos estímulos de diferentes intensidades, nuestros sentidos deben adaptarse cambiando sus umbrales, por ejemplo si nos encontramos en un día soleado y entramos en una habitación sin ventanas, nos parecerá muy oscura, sin embargo conforme pasan los segundos nos adaptaremos a ese nivel de luminosidad y nuestro umbral absoluto será menor. Esto es por que cuando existe una gran cantidad de estimulación nuestros sentidos se vuelven menos sensible de esta manera se evita una "sobrecarga".
Existe otro concepto que no podemos dejar de lado es el de umbral diferencial o diferencia apenas perceptible que es el cambio más pequeño de estimulación que se puede detectar. En 1830 Ernest Weber concluyo que el umbral diferencial es una proporción constante del estimulo a determinar. A esta teoría se le conoce como la ley de Weber. Para ejemplificar esta teoría imaginemos que se le agrega 1 vela a 3 podremos notar que hay mas luz, esto nos llevaría a pensar que nuestro umbral diferencial en la visión es menor a la luz producida por una vela, pero si le aumentamos 1 vela a 100 no notaremos la diferencia, entonces diríamos que nuestro umbral diferencial es mayo a la luz de una vela, esto se explica con la ley de Weber.
CAPÍTULO II
LOS SENTIDOS
2.1 La visión
Probablemente para los humanos el sentido más importante sea la visión, así como en los perros lo es el olfato o en los murciélagos la audición, nosotros dependemos en gran medida de la visión. Para empezar a comprender la visión necesitamos primero conocer las partes del sistema visual, empezando con la estructura del ojo y su funcionamiento.
En la visión la luz entra al ojo a través de la córnea, la cubierta protectora transparente ubicada en la parte frontal del mismo. La luz pasa a través de la pupila, la abertura en el centro del iris, que es la parte coloreada del ojo. Ante una luz muy brillante, los músculos del iris se contraen para empequeñecer la pupila y así proteger al ojo del daño. Esta contracción también ayuda a ver mejor en medio de la luz brillante. En la luz débil, los músculos se expanden para ampliar la pupila y permitir que entre tanta luz como sea posible.
Dentro de la pupila, la luz pasa a través del cristalino, el cual se enfoca en la retina, el revestimiento interior, sensible a la luz, situado en la parte posterior del globo ocular. El cristalino cambia de forma para enfocar los objetos que están más cercanos más lejanos. Normalmente, el cristalino se enfoca a una distancia media, en un punto ni muy lejano ni muy cercano. Para enfocarse en un objeto que está muy cercano a los ojos, los pequeños músculos que están alrededor del cristalino se contraen, haciendo que el cristalino se curve. Para enfocar un objeto que está distante, los músculos trabajan para hacer que el cristalino se aplane.
Sobre la tetina y directamente detrás del cristalino hay un sitio con una depresión, llamado fóvea que ocupa el centro del campo visual. Las imágenes que pasan a través del cristalino son enfocadas de manera más nítida. Así, por ejemplo, las palabras que está usted leyendo en este momento están golpeando en la fóvea, mientras que el resto de lo que ve (un escritorio, las paredes o lo que sea) está haciendo contacto con otras áreas de la retina.
Con respecto a las células receptoras, existen dos tipos los bastoncillos y los conos, la retina de cada ojo contiene alrededor de 120 millones de bastoncillos y 8 millones de conos. Los bastoncillos llamados así por su forma son responsables de visión nocturna y la percepción de brillantes. Mientras que los conos son las células receptoras responsables de visión del color. Son estas células las que generan la información que llegar al cerebro
Hasta ahora nos hemos centrado en el ojo pero para que ocurra la visión los mensajes deben llegar al cerebro, luego de su despolarización para formar el impulso nervioso este pasa al nervio óptico que lleva los mensajes de cada ojo al cerebro.
Estructura del ojo
2.2 La audición
Los sonidos o ruidos son experiencias psicológicas creadas por el cerebro en respuesta a la estimulación. Con respecto a este sentido primero veremos que clase de estimulo provoca que escuchemos sonidos y luego que como estos se transforman en señales nerviosas.
Los estimulos físicos de la audición son las ondas sonoras. La frecuencia de ondas se miden en ciclos por segundo expresados en una unidad llamada Herís (SS).
La audición inicia cuando las ondas sonoras chocan contra el tímpano, y lo hacen vibrar. El temblor del tímpano provoca que se golpeen secuencial mente tres minúsculos huesos del oído medio (el martillo, el yunque y el estribo) y que envíen las vibraciones al oído interno. El último de estos tres huesos, el estribo, está pegado a una membrana llamada ventana oval. Debajo de la ventana oval, hay otra membrana, la ventana circular, la cual se encarga de igualar la presión en el oído medio cuando el estribo golpea contra la ventana oval.
Las ondas de aire se amplifican durante su viaje por el oído medio. Así, cuando la ventana oval empieza a vibrar al toque del estribo, se presenta un efecto poderoso sobre el oído interno. Ahí, las vibraciones se transmiten al fluido que se encuentra dentro de una estructura con forma de caracol, llamada cóclea. Esta está dividida a lo largo por la membrana basilar. La membrana basilar es rígida cerca de las ventanas oval y circular, y gradualmente se va haciendo más flexible hacia su extremo. Cuando se empieza a mover el fluido en la cóclea, la membrana basilar es empujada hacia arriba y abajo, ondulándose en respuesta a los movimientos del fluido coclear.
El órgano de Corta descansa sobre la membrana basilar y se mueve junto con ella. Aquí es donde, finalmente, los mensajes de las ondas sonoras alcanzan a las células receptoras del sentido de la audición: cientos de minúsculas células ciliadas que se encuentran enclavadas en el órgano de Corti (Spoendlin y Schrott, 1989). como puede ver en la figura, cada célula ciliada finaliza en un haz de fibras. Esas fibras se flexionan y estiran por las vibraciones de la membrana basilar. Si las fibras se doblan unas cien trillonésimas de metro, la célula envía una señal que se transmite al cerebro por medio del nervio auditivo. El cerebro reúne la información proveniente de cientos de estas células para crear los sonidos. Los científicos, en la
Con respecto al órgano sensorial, el oído, mostramos su estructura mas adelante
El oído
2.3 Sentidos químicos, el olfato y el gusto
Las sensaciones gustativas y olfativas se manifiestan como consecuencia del estímulo de células quimiorreceptores (situadas en la lengua y mucosa de la nariz) por substancias químicas específicas. Dispuestos en la mucosa de la lengua y del paladar blando se hallan unos órganos sensoriales específicos conocidos por papilas gustativas, las cuales constan de unas células sensitivas conectadas a neuronas y rodeadas de células de sostén. En otros vertebrados los órganos del gusto no están limitados a la boca; los peces, por ejemplo, presentan quimiorreceptores en toda la parte externa de su piel. En el hombre las papilas gustativas tienen poros que se abren en la superficie de la lengua. Se producen cuatro sensaciones básicas del gusto; agrio, amargo, dulce y salado, cada una relacionada a un tipo especial de papila, las que están distribuidas irregularmente, de modo que algunas regiones linguales son especialmente sensibles a lo dulce, otras a lo amargo y así sucesivamente. Las papilas gustativas pueden estimularse eléctricamente, de modo que al paso de la corriente se despiertan sensaciones características. Por otra parte, el sabor de una sustancia sólo depende en parte de los órganos del gusto; el resto se debe al sentido del olfato. Resulta que muchos alimentos envían emanaciones a través de las coanas hasta la cavidad nasal, donde estimulan los receptores de la pituitaria.
Los órganos sensoriales del olfato están incluidos en el epitelio que reviste la porción superior de la cavidad nasal, la cual no está en general ventilada por el aire respirado; las partículas que penetran en esta cavidad les llegan por difusión y sucesiva disolución en el moco que cubre las células sensibles. Los elementos olfatorios están aislados; se distinguen de las células epiteliales ordinarias por los pe los que se proyectan en la capa
Al contrario de lo que ocurre con las sensaciones del gusto, los distintos olores percibidos no pueden clasificarse en tipos precisos, pues cada sustancia tiene su olor que le es propio. Lo más notable es que los órganos olfatorios responden a cantidades ínfimas de la sustancia olorosa; el equivalente sintético del olor de violetas, la ionona. Puede apreciarse por muchos sujetos al estar en el aire en la proporción de uno por treinta mil millones. El sentido del olfato se fatiga rápidamente, de manera que un ambiente cargado de intensos estímulos olfatorios puede parecer inodoro después de pocos minutos. Esta fatiga es específica para un determinado estímulo; los receptores insensibles a un olor reaccionan ante otro con toda normalidad. Esto sugiere que debe de haber varias clases de células sensoriales, cada una específica para un compuesto químico particular. Algunas personas están por completo privadas del sentido del olfato, en tanto otras pueden percibir sólo ciertos olores.
La lengua
La nariz
CAPÍTULO III
OTROS SENTIDOS
3.1 Los sentidos cenestésicos y vestibulares
Los sentidos cenestésicos nos indican la velocidad y dirección de nuestros movimientos así como nuestra posición en el espacio. Los sentidos cenestésicos proporcionan específica sobre el movimiento muscular, los cambios de postura y de tensión sobre nuestros músculos y articulaciones, las terminaciones nerviosas especializadas están pegadas al músculo y los órganos tendinosos a los tendones que unen el músculo con el hueso, estos dos receptores especializadas proporcionan información constante de los cambios musculares.
Los sentidos vestibulares controlan el equilibrio y la conciencia de la posición corporal en el espacio. Las aves y los peces cuentan con estos sentidos para determinar qué camino es correcto y la dirección a seguir cuando no pueden ver bien, Como la audición, los sentidos vestibulares provienen del oído interno, y los órganos sensitivos son células ciliadas que envían sus señales por el nervio auditivo. Realmente, existen dos clases de sensación vestibular. La primera es la sensación de rotación del cuerpo, que proviene de los tres canales semicirculares del oído interno. Al igual que la cóclea, cada canal contiene un fluido que se mueve cuando la cabeza se vuelve en cualquier dirección. El movimiento del fluido dobla los haces ciliados, lo que a su vez estimula las células ciliadas, que envían un mensaje al cerebro acerca de la velocidad y dirección de la rotación corporal. El segundo sentido vestibular es el de gravitación y movimiento hacia atrás y hacia adelante, arriba y abajo. Este sentido proviene de los dos sacos vestibulares que están situados entre los canales semicirculares y la cóclea. Ambos sacos contienen un fluido gelatinoso que posee millones de diminutos cristales.
Cuando el cuerpo se mueve horizontal o verticalmente, los cristales doblan los haces ciliados e inician el mensaje sensorial. Pero incluso cuando su cabeza está inmóvil, los cristales doblan algunos haces ciliados, debido a la gravedad. Esto le informa sobre la posición de la cabeza en todo momento.
Los impulsos nerviosos de varios órganos vestibulares viajan al cerebro por el nervio auditivo, pero se desconocen sus destinos finales en el cerebro. Algunos mensajes del sistema vestibular se dirigen al cerebelo, que controla muchos de los reflejos que participan en el movimiento coordinado. Otros van a las áreas que envían mensajes a los órganos internos del cuerpo y algunos van al lóbulo parietal de la corteza cerebral, para su análisis y respuesta.
3.2 Los sentidos cutáneos
La piel es un órgano sensorial con números receptores nerviosos, distribuidos a lo largo de su superficie. Todos estos receptores viajan al cerebro por dos vías. Cierta información va a la medula y al tálamo, y de ahí a la corteza sensorial en el lóbulo parietal del cerebro, de la que presumiblemente surgen nuestras experiencias de tacto y presión. Otra información va a través del tálamo y después a la formación reticular, que, como vimos en el capítulo anterior, es la responsable de activar o desactivar al sistema nervioso.
Los distintos receptores cutáneos dan origen a las sensaciones cutáneas de presión, temperatura y dolor. Pero la relación entre los receptores y nuestras experiencias sensoriales no es sencilla. Alguna vez los investigadores creyeron que cada sensación cutánea diferente estaba relacionada con un tipo específico de receptor. Pero los estudios fracasaron en revelar una conexión simple entre los distintos tipos de receptores y las sensaciones por separado. Ahora, parece más probable que nuestro cerebro utilice información compleja sobre los patrones de actividad de muy distintos receptores para detectar y discriminar sensaciones cutáneas. Por ejemplo, existen fibras para el frío que aceleran su tasa de disparo cuando la piel se enfría y reducen su descarga cuando la piel se calienta. Al contrario, existen fibras para el calor que aceleran su tasa de descarga cuando la piel se calienta y la reducen cuando se enfría. El cerebro emplea esa combinación de información para determinar la temperatura corporal. Si ambos conjuntos de fibras se activan de manera simultánea, el cerebro puede leer el patrón combinado de descargas como "caliente". De esta manera, podría pensar que toca algo caliente cuando realmente toca algo caliente y algo frío al mismo tiempo. Este fenómeno se conoce como calor paradójico
El sentido cutáneo es muy sensible. Por ejemplo, un desplazamiento de la piel de 0.000101 centímetros puede originar una sensación de presión. Por otra parte, las distintas partes del cuerpo difieren mucho en su sensibilidad a la presión el rostro y las puntas de sus dedos son muy sensibles, mientras que sus piernas, pies y espalda son mucho menos sensibles una manera de demostrar esas diferencias en sensibilidad es aplicar un aparato de medición con dos puntas, a diferentes partes del cuerpo. ¿A qué distancia deben estar las puntas antes de que las perciban como dos puntas en lugar de una? En la espalda, tendrían que estar 34 veces más distantes que en las puntas de los dedos. No resulta extraño, pues, que, cuando examinamos cosas con las manos, lo hagamos con la punta de los dedo. Esta marcada sensibilidad en la punta de los dedos hace posible la lectura del alfabeto Braille, la cual requiere identificar los patrones de minúsculos puntos resaltados sobre un área muy pequeña.
Al igual que el resto de los sentidos, los sentidos cutáneos tienen cierta clase de adaptación sensorial. Meternos en un baño caliente podría resultar intolerable, pero en unos minutos nos adaptaríamos al calor, como se adaptan nuestros ojosa la oscuridad. De manera similar, cuando nos ponemos una prenda de vestir ligeramente apretada, al principio podemos sentirnos incómodos, pero después ya no la notamos. Qué tan rápido ocurre esta adaptación, si efectivamente ocurre parece depender del área de nuestra piel que está siendo estimulada y de la intensidad de la presión: mientras mayor sea el área y más intensa la presión más tiempo nos tomará adaptarnos.
3.3 El dolor
Por lo que hemos podido investigar la sensación de dolor es un acontecimiento sensorial sumamente complejo Por ejemplo, sería razonable esperar que el daño corporal provocara dolor, aunque en muchos casos la lesión física real no se acompaña de dolor. Y de manera inversa en muchos casos las personas experimentan un dolor muy claro aunque no hayas sufrido ningún daño corporal. Es razonable suponer que el dolor se origina cuando se estimula algún receptor al dolor. Pero no existe una relación sencilla entre los receptores al dolor y la experiencia de dolor. De hecho, los científicos tienen mucha dificultades aún en localizar los receptores al dolor. El candidato más probable de receptor libres de receptores del tacto y la presión en receptores al dolor.
El dolor difiere de los otros sentidos en la manera en que las personas reaccionan a él. Las personas tienen reacciones tan distintas al dolor, que algunos psicólogos se cuestionan si el dolor debería seguir considerándose como un sentido básico. Por ejemplo, algunas personas parecen ser totalmente insensibles al dolor. En un famoso caso, una joven canadiense no sintió nada cuando, inadvertidamente, se mordió parte de la lengua, ni cuando sufrió quemaduras de tercer grado por arrodillarse junto a un radiador caliente (Baxter y Olszewski, 1960). Por otra parte, las personas difieren mucho en cuanto a la manera en la que perciben y reaccionan al dolor. Si se quema usted la mano, quizá tranquilamente podría dejar correr agua fría sobre la quemadura; otra persona podría gritar. Hasta nuestras ideas acerca del dolor pueden influir en cómo lo percibimos.
La cultura y los sistemas de creencias también afectan mucho la respuesta a lo que parecería un doloroso daño corporal. Esto se muestra en las representaciones de los danzante de tijera y los faquires. Dada la gran cantidad de maneras en que las personas perciben el dolor, resulta difícil medir los valores característicos al dolor y estudiar los medios por los que distintos individuos se adaptan a él.
¿Cómo se explican los psicólogos nuestras diferentes sensibilidades al dolor? Una explicación comúnmente aceptada es la teoría del control de entrada (Melzack, 1980). Según esta teoría, una "entrada neurológica" en la médula espinal controla la transmisión de impulsos de dolor al cerebro. Si la entrada está abierta, experimentamos más dolor que si se encuentra cerrada. Que la entrada se abra o se cierre depende de una complicada competencia entre dos tipos distintos de fibras nerviosas sensoriales. Por una parte, existen largas fibras que envían el mensaje "cierra la entrada" cuando son estimuladas, con lo que evitan que los impulsos de dolor alcancen el cerebro. Pero también existen fibras cortas que "abren la entrada" cuando son estimuladas, lo que permite que los mensajes de dolor lleguen al cerebro. Además, ciertas áreas del cerebro pueden cerrar la entrada desde arriba, por así decirlo, al enviar señales a las fibras de la médula espinal que cierran la entrada. Finalmente, si no prestamos atención al dolor, podemos experimentar una disminución del mismo. Todos estos mecanismos contribuyen a que, en las mismas circunstancias, una persona experimente un dolor agudísimo mientras que otra no lo sienta en absoluto. En realidad, no sabemos por qué algunos individuos experimentan el dolor tan diferentemente que otros. Desde la perspectiva de la teoría del control de entrada, esas diferencias se deben a la cantidad de fibras cortas o largas que las personas poseen, o quizá a los distintos niveles de control que pueden ejercerse sobre el mecanismo de entrada desde las áreas cerebrales superiores. O tal vez resulte que algunas personas tengan defectos en sus entradas.
CAPÍTULO IV
LA PERCEPCIÓN
El término percepción hace referencia a la manera de interpretar la información que recibimos a través de los órganos de los sentidos de nuestro organismo. La información que éstos captan de forma directa recibe el nombre de sensación, y lo que vivimos como experiencia son las impresiones sensoriales reales. Pero, a estas impresiones sensoriales hay que darles sentido, tienen que ser algo más que un conjunto de colores, sonidos u olores, necesitamos interpretarlas. En la percepción visual (la visión es el sentido que los psicólogos han estudiado con más profundidad) necesitamos poder distinguir los objetos del fondo en que están situados; decir si un objeto está más alejado que otro; reconocer patrones familiares en las caras, así sucesivamente. El estudio psicológico de la percepción implica averiguar cómo la generamos y las teorías que los psicólogos han desarrollado para explicarla. Debemos aclara que atención no es lo mismo que percepción, pero ambas están muy relacionadas.
4.1 Organización perseptual
A principios de siglo, un grupo de psicólogos alemanes, a los que se denomina "psicólogos de la Gestalt", emprendieron la tarea de descubrir los principios mediante los cuales interpretamos la información sensorial. La palabra alemana gestalt no tiene un equivalente exacto en español, pero esencialmente significa "totalidad", "forma" o "patrón". Los psicólogos de la Gestalt creyeron que el cerebro crea una experiencia perceptual coherente que es más que la simple suma de la información sensorial disponible, y que lo hace de manera regular y predecible.
Una parte importante del proceso perceptual implica que somos capaces de distinguir las figuras del fondo sobre el que aparecen. Una silla tapizada coloridamente se destaca de las lisas paredes de una habitación. Una estatua de mármol se percibe como figura completa que resalta de la pared de ladrillo rojo que se encuentra detrás de ella. En todos los casos, percibimos ciertos objetos como "figuras" y determinado tipo de información sensorial sólo como "fondo".
La distinción entre figura y fondo concierne a todos nuestros sentidos, no únicamente a la visión. Podemos distinguir un solo de violín contra el fondo de una orquesta sinfónica, una voz en medio de una ruidosa fiesta de cóctel y el aroma de las rosas en una florería. En todos estos ejemplos, percibimos una figura separada del fondo que la rodea.
Sin embargo, a veces no existen suficientes señales en un patrón que nos permitan distinguir con facilidad una figura de su fondo. A veces, una figura con contornos definidos puede percibirse de dos maneras diferentes porque no es claro qué parte del estímulo pertenece a la figura y cuál al fondo. Mas adelante se muestran figuras que ejemplifican las dificultades de separar la figura del fondo.
Percepción de figura y fondo
4.2 Las leyes de Gestalt
Durante los años treinta, los psicólogos de la Gestalt investigaron la manera en que percibimos los objetos y las figuras. Identificaron un conjunto de principios de la percepción, a los que se refirieron como las leyes Pragnanz. La palabra Pragnanz tiene el mismo origen lingüístico que nuestro término "pregnancia", y significa "cargado de significado’ Las leyes de la Gestalt demuestran cómo atribuimos un significado de algún tipo incluso a la mayoría de simples colecciones de estímulos visuales. En conjunto existen cuatro principios:
El primero es el principio de la semejanza. De acuerdo con este principio, si miramos un conjunto de estímulos, y si no se aplica ninguna de las otras leyes de la Gestalt, automáticamente agruparemos los estímulos similares. Los vemos como si se "pertenecieran" unos a otros.
El segundo principio: el principio de proximidad. De acuerdo con este principio, los estímulos cercanos a otros se perciben como parte integrante de un grupo, incluso sino son demasiado similares.
El tercero, y quizá el más remarcable de los principios de la percepción de la Gestalt, se conoce como el principio de cierre. En general, significa que tendemos a preferir las figuras cerradas sobre las líneas fragmentadas o no conectadas. Este principio es tan importante que supera a los demás.
La cuarta de las leyes de la Gestalt es el principio de la buena Gestalt o del contexto. Este afecta nuestra percepción de manera que preferimos figuras que parezcan redondeadas o simétricas a las que aparecen fragmentadas o desordenadas. Aunque podemos aprender a apreciar estas ultimas, como en algún movimiento artístico determinado, como regla general las personas identifican las figuras con una "buena Gestalt" con mucha mayor rapidez que las figuras menos estructuradas o más complejas.
Las leyes de Gestalt
Principio de semejanza
Principio de proximidad
Principio de cierre
Principio de buena Gestalt
4.3 Constancias Preceptúales
Se refiere a la tendencia de percibir los objetos como relativamente estables o inmutables a pesar de la información sensorial cambiante sin esta capacidad el mundo resultaría muy confuso. Una vez que nos hemos formado la percepción estable de un objeto lo podemos identificar desde cualquier posición a casi cualquier distancia.
Una casa blanca se percibe como una casa blanca, de día de noche y desde cualquier Angulo, la iluminación o el cambio de perspectiva, puede cambiar, pero el objeto se percibe como constante.
Tendemos a percibir los objetos en su tamaño real, independientemente del tamaño de la imagen que envían o proyectan sobre la retina, entre más lejos se encuentre un objeto del cristalino del ojo, más pequeña será la imagen retiniana. Por ejemplo, un hombre de 1.80 metros de estatura, parado a 6 metros de distancia, envía una imagen retiniana que es solamente el 50 por ciento del tamaño de la imagen retiniana que emitiría a una distancia de 3 metros. Pero no se percibe como si midiera 90 centímetros.
La memoria y la experiencia son partes importantes en la constancia perceptual. También la constancia de tamaño depende parcialmente de la experiencia (la información sobre los tamaños relativos de los objetos se almacena en la memoria), y depende asimismo de las señales de distancia. Cuando no existen señales de distancia, la constancia de tamaño cuenta únicamente con lo aprendido de nuestra experiencia con un objeto.
Obviamente, ocurren muchos errores cuando no hay indicios de distancia, pero son menos de los que esperaríamos en vista de los cambios importantes en el tamaño de la imagen retiniana. A cierta distancia, podríamos suponer que una mujer mide 1.65 metros cuando realmente mide 1.69, pero difícil mente alguien la percibirá con una estatura de 1.45 metros, sin importar a qué distancia esté. La experiencia nos indica que los adultos rara vez son tan pequeños.
También tendemos a ver los objetos conocidos con una forma constante, aunque las imágenes retinianas que arrojan cambien cuando se ven desde distintos ángulos. Un plato se percibe como un círculo aunque esté inclinado y la imagen retiniana sea oval. Una puerta rectangular proyectará una imagen rectangular sobre la retina, únicamente cuando se vea directamente de frente. Desde cualquier otro ángulo, proyectará una imagen trapezoidal sobre la retina, pero no se percibirá como si de pronto se hubiese convertido en una puerta trapezoidal
Otras dos constancias importantes son la constancia de brillantez y la constancia de color. El primer principio significa que aunque la cantidad de luz a disposición de los ojos varíe mucho, la brillantez percibida de los objetos conocidos difícilmente cambiará. Percibimos una hoja de papel blanco como más iluminada que un pedazo de carbón cuando vemos esos objetos a la luz de una vela o bajo brillante luz de día. Esto parece obvio, pero tenga en mente que el carbón a la luz del sol refleja más luz que la hoja blanca a la luz de una vela, pero siempre percibimos al papel blanco como más brillante. La explicación de la constancia de brillantez es que un objeto blanco o negro o gris reflejará el mismo porcentaje de luz que incida sobre él, aunque sea la luz de una vela, de una lámpara fluorescente o del sol. Lo que importa no es la cantidad de luz que refleja el objeto, sino cómo se compara la reflexión relativa a los objetos circundantes.
De manera similar, tendemos a percibir que los objetos conocidos conservan sus colores, independientemente de la información que alcanza al ojo. Si tiene un automóvil rojo, lo verá como rojo, aunque esté en una calle brillantemente iluminada o en una cochera oscura, en donde la pequeña cantidad de luz podría mandar un mensaje a su ojo de que el color se acerca más al café o al negro que al rojo. Pero la constancia de color no siempre funciona. Cuando los objetos son desconocidos no hay señales de color comunes, la constancia de color se distorsiona como cuando compramos un par de pantalones en una tienda brillantemente iluminada, solamente para descubrir que a la luz del día no son del tono que pensamos que eran.
A lo largo de la presentación de estos principios, el tema común es que, con frecuencia, nuestras experiencias preceptúales van más allá de la información sensorial que recibimos. De hecho, nuestras experiencias preceptúales rara vez corresponden de manera exacta con la información que recibimos de nuestros sentidos.
Resumiendo podemos mencionar tipos de constancia perseptual:
- Constancia de tamaño Percepción de un objeto como del mismo tamaño, independientemente de la distancia a la que lo vemos.
- Constancia de la forma Tendencia a ver un objeto como de la misma forma, sin importar el ángulo desde el que se le vea.
- Constancia de brillantez Percepción de que la brillantez es la misma a pesar de que varíe la cantidad de luz que incide sobre la retina.
- Constancia de color Tendencia a percibir los objetos familiares como si mantuvieran su color, a pesar de cambios en la información sensorial.
Ejemplo Constancia de forma
CAPÍTULO IV
CURIOSIDADES DE LA PERCEPCIÓN VISUAL
El triangulo imposible
¿Qué percibes?
¿Son sólo manchas?
Apliquemos el principio de cierre
CONCLUSIONES:
- En todos los procesos sensoriales existe debe existir un estimulo lo suficientemente fuerte para generar una reacción en las células sensitivas, estas a su vez generan un impulso nervioso que viaja al cerebro para su descodificación.
- Los umbrales se refieren a la mínima cantidad necesaria para generar una reacción (absoluto) y a la mínima variación en el estimulo que puede ser captada(diferencial)
- Para los seres humanos el sentido del que más dependemos es la visión, además es uno de los sentidos más estudiados y por ende del que se tiene más información.
- Los sentidos y ruidos que escuchamos son experiencias psicológicas creadas pro el cerebro en respuesta a la estimulación.
- El olfato y el gusto son sentidos químicos y forman de forma muy similar
- Sin los procesos perceptivos seria imposible comprender los eventos internos o externos.
- Los fenómenos preceptúales son flexibles ante la realidad pero aun así pueden llevarnos a errores.
ANEXOS
ANEXO 1
Prueba del daltonismo
Esta imagen forma parte de la prueba estandarizada para el daltonismo. Los individuos con una visión normal del color ven el número 57, mientras que aquéllos con deficiencias para el rojo y el verde ven el número 35. El daltonismo, una incapacidad para distinguir entre el verde y el rojo y, algunas veces, entre el azul y el amarillo, está causado por un defecto en uno de las células sensibles al color de la retina. El daltonismo afecta aproximadamente a una de cada treinta personas.
ANEXO 2
TEST DE PERCEPCIÓN DE DIFERENCIAS
MANUAL
El uso y la evaluación de este test no requiere de formación profesional en psicología o psicometría dentro de las siguientes líneas se incluye los aspectos técnicos como la normativa general para la administración y corrección de las pruebas.
Materiales: esta compuesto por una hoja de 60 celdas, las que contiene 3 "caritas" la misma que funsiona como hoja de respuesta.
Aplicación: Se debe entregar la hoja de respuesta, precedida de las indicaciones. (marca la carita diferente en cada celda)
Perfil de puntuación: Aplicar una regla de tres simple, siendo 60 equivalente a 100% y el número de marcas correctas a el porcentaje percepción diferencial.
Calificación: percepción de diferencias
PUNTAJE | CATEGORIA |
BAJA | -45% |
PROMEDIO | De 45% a 55% |
ALTA | +55 |
BIBLIOGRAFÍA
- Sensación y Percepción
COREN, Stanley (2001)
SANTIAGO DE TORRES, Julio (1999)
- Procesos Psicológicos Básicos
DEMBER, William (1990)
- Psicología de la percepción
PAIN, Sara
- Psicometría General
- Introducción a la psicolingüística
Nicky Hayes
Felix Fernando La Rosa Alvarez
FACULTAD DE ESTOMATOLOGÍA
DOCTORA: ROSARIO ZARATE CARDENAS
2007
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