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Antología inmigrante argentina (página 10)


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En "El dueño del terror", escribe Daniel Artola:

"Gustavo Mendoza filmó un documental sobre la obra de Narciso Ibáñez Menta. Es vecino de Villa Urquiza, tiene 36 años y estudió dirección de cine. Dice que su fanatismo por el destacado actor de obras de terror lo heredó de sus padres. Tuvo la oportunidad de conocer al maestro en el Festival de Cine de Mar del Plata y cuando falleció, hace dos años, sintió la necesidad de hacer un documental sobre su vida.

En 1996 estudiaba cinematografía y quería realizar un documental sobre el cine de terror en Argentina. Tenía como objetivo entrevistar al hombre que más se aproximó al género: Narciso Ibáñez Menta. Gracias a José Martínez Suárez, la persona que lo dirigió en la intrigante Los muchachos de antes no usaban arsénico, hice el contacto. Me comuniqué por teléfono a Madrid y grabé su imponente voz", dice Gustavo Leonel Mendoza, vecino de Villa Urquiza, al evocar su primera charla con el actor. Esa no fue la única oportunidad que se acercó al artista, ya que un año después el destino los unió en Mar del Plata.

"Fue en el Festival Internacional de Cine. Estaba en el interior del cine Ambassador. Proyectaban La bestia debe morir, una película producida, escrita y actuada por Ibáñez Menta. Observo una silueta pequeña, un hombre casi calvo con barba candado. Era demasiado bueno para ser cierto. ¡Iba a ver una película a metros de Narciso!", cuenta como si viviera esa situación por primera vez. El encuentro personal se dio en el Hotel Costa Galana. Luego de esquivar a los cientos de fotógrafos que buscaban a Sofía Loren, pude saludarlo. "Era muy elegante y de aspecto amable. Le dije que seguía su obra desde antes de nacer, ya que mis padres también eran apasionados de su trabajo. Le regalé un afiche de la película Obras maestras del terror y contento me dijo: ‘¡Este no lo tengo!’. Lo volví a grabar mientras la gente lo saludaba y él estallaba en sonrisas", evoca Gustavo y se lamenta de no haber contado con una filmadora a mano.

Maestro de las mil caras

El 15 de mayo de mayo de 2004 Narciso falleció a los 92 años en España, su tierra natal, y fue en ese momento que Mendoza sintió la necesidad de hacer un documental. "Ibáñez Menta es parte de una época dorada que nunca va a volver", asegura. Entonces el director de cine se reunió con aquellas personas que lo conocieron y vivieron esa "belle epoque" lejana en el tiempo. Y el gran desafío fue encontrar material, porque muchas cintas se perdieron entre incendios de filmotecas y robos. "Tengo el testimonio de los actores Beatriz Díaz Quiroga, Cipe Lincovsky y José María Langlais, entre otros", dice Mendoza. "Narcisín", como lo apodaron cuando era niño prodigio del escenario, hizo en teatro El fantasma de la ópera y Jeckyll and Mr. Hide. Su gran inspiración fue el actor Lon Chaney. Como él, fue el hombre de las mil caras y un referente indiscutido en el arte del maquillaje y la caracterización. "Siempre se quejaba de no poder usar su cara debido al maquillaje que la cubría", dice Mendoza.

Un recorrido a través de sus principales obras teatrales (La muerte de un viajante, FB), los éxitos televisivos (El fantasma de la ópera, El hombre que volvió de la muerte, El muñeco maldito y El pulpo negro) y su extensa participación cinematográfica (Almafuerte, Obras maestras del terror, La bestia debe morir) lo muestran como un creador inagotable. La diversidad de testimonios de los que trabajaron con él (actores, maquilladores, técnicos, directores), además de cinéfilos, especialistas y apasionados espectadores de su obra, sumado al material de archivo inédito, nos revela el perfil de un hombre consustanciado con el misterio.

"Nos introduce de a poco, llevándonos de la mano, a un recorrido de ficciones y vivencias dignas de un personaje de película", afirma Mendoza, que ya presentó su producción en Buenos Aires, Montevideo y Piriápolis. "Algunos en forma despectiva le decían ‘asustaniños’, pero logró una relación hipnótica con el público gracias a su voz grave y su presencia elegante", sostiene Mendoza sobre el actor, cuyos personajes de ultratumba paralizaban literalmente a la ciudad: nadie se quería perder sus programas. Claro que después de apagar el televisor era difícil dormir tranquilo" (32).

En febrero de 2007, pudo verse en Buenos Aires De Bessarabia a Entre Ríos. "Este film del villaguayense Pedro Banchick da una rápida descripción de de la historia judia desde la destrucción del Templo hace 2000 años y la expulsión de los judios de Israel; hasta el siglo XIX, centrandose en el Imperio Ruso de los zares, la vida de la comunidad judia en aldeas en esa epoca, el origen del idioma idish, la musica klezmer, los "pogroms" y los otros motivos de la emigracion continuando con la situacion de Argentina en ese siglo, la llegada al hotel de inmigrantes y finalmente el establecimiento en las colonias judias de Entre Rios y su desarrollo.

En el film se aprecia la descripcion de Entre Rios actual y la de hace 100 años. Cuenta con entrevistas a hijos de aquellos que llegaron, entre ellos el padre de Pedro, el director del museo judio de Villa Dominguez y el Embajador de Rumania en Argentina, entre otros.

En un relato de Pedro Banchick señala como fue el origen que lo impulso a concretar "De Bessarabia a Entre Rios": ‘Mi familia paterna "Banchik" celebró hace un par de años los 100 años la llegada de mis bisabuelos a Argentina. Por tal motivo, hicimos una gran fiesta de todo un día en una quinta de las afueras de Capital… fue un evento extraordinario e inolvidable de 255 personas de nuestro pais, de USA, de Europa, Israel, Brasil; etc… todos descendientes directos de aquel matrimonio. Para este evento yo hice un documental (que estaba previsto de 5 a 10 minutos) y resultó de 2 horas de duración, con la historia de la familia y otros diferentes segmentos. Si bien este película gustó mucho a los familiares (todos se llevaron una copia) luego del evento yo me olvidé de tal cosa pero ocurrió que lentamente me comenzaron a llegar repercusiones de todos lados. La historia continuó y un año después estaba presentando mi película en festivales de cine judío’ " (33).

"En Hacer patria, su tercer largometraje documental, el director David Blaustein (Botín de guerra) se propone una búsqueda desde sus raíces para entender cómo el pasado se inserta en la nueva tierra encontrada por los inmigrantes llegados al país" (34).

El niño de barro es una coproducción hispano-argentina que "está inspirada en hechos que sucedieron en las primeras décadas del siglo pasado. Los crímenes del 'Petiso Orejudo' sirven para mostrar la violencia de la sociedad hacia los niños" (35).

Acerca del estreno en Buenos Aires, manifestó el director, Jorge Algora:

"Estrenar cine en el país propio, es cada vez más difícil, pero lograr que además se estrene en América, con la misma repercusión que aquí, es un logro que solo se puede entender por la suma de muchas voluntades y esfuerzos.

La Calle Santa Fe, es una de las principales avenidas que atraviesan la megápolis bonaerense y el 4 de septiembre, a las 20,30h, se colapsó. Los coches que por allí pasaban querían saber a qué se debía el tumulto que se había formado a la entrada de los cines Atlas.

"El Petiso Orejudo" es allí una leyenda urbana, que ocupa un lugar destacado, en la crónica negra y esa noche se estrenaba "El niño de barro", la película inspirada en sus crímenes, lo cual generó una enorme expectación.

800 invitados, famosos, políticos, presa y canales de televisión dieron un color extraordinario a aquella calida noche del invierno porteño.

La película atrapó, puso los pelos de punta y revolvió los sentimientos.

Las muchas felicitaciones que recibimos allí, hay que hacerlas extensibles a la Televisión de Galicia, a la Xunta, al Consorcio Audiovisual de Galicia y a todos los que pusieron su tiempo e ilusión para que fuera posible, entre todos conseguimos que, "El niño de barro", una película hecha por gallegos, brillase con toda su intensidad aquella noche en Buenos Aires" (36).

Notas

1. España, Claudio: "Así es la vida", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I

2. Félix-Didier, Paula y Peña, Fernando Martín: "Baires films Clásicos nativos", Clásicos nativos Tinayre.htm.

3. España, Claudio: "Así es la vida", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I. Imagen: www.cinenacional.com.

4. España, Claudio: "Llega Niní Marshall", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo I.

5. Verbeke, Natalia: "Juvenilia", en www.cinenacional.com. Imagen: http://www.leedor.com/products/ver.php?tb=1&CAT=Clasicos%20Argentinos

6. S/F: en http://fundacionkonex.com.ar/premios/curriculum.asp?ID=1078

7. S/F: "Los directores y sus películas", en Historia del Cine Argentino http://webs.satlink.com/usuarios/c/cinema/h25.htm

8. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.

9. Kriger, Clara: "La Patagonia rebelde", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo II.

10. Manetti, Ricardo: "El cine de la digresión", en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación Revista, Tomo II. Imagen: http://www.cinemah.com/ipertesti/argentina2001/argent2.htm.

11. Sarlo, Beatriz: en Historia de la literatura argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.

12. Dos Santos, Estela: en Historia de la literatura argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.

13. Couselo, Jorge Miguel: en Historia de la literatura argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.

14. Manetti, Ricardo: op. cit.

15. S/F: "Bairoletto, la aventura de un rebelde", en http://www.pantalla.com.ar/pel/0/204.html.

16. Reinoso, Susana: "Cine Argentino. Borges regresa a su amor", en La Nación, Buenos Aires, 17 de julio de 1996.

17. Lerer, Diego: "Tres caras de la historia", en Clarín, Buenos Aires, 4 de julio de 1998.

18. García Olivieri, Ricardo: "Un documental de excepción", en Clarín, 31 de julio de 1997. Imagen: www.leedor.com.

19. S/F: " ‘Frontera sur’ llega a la pantalla grande", en El Tiempo, Azul, 12 de abril de 1998.

20. Sasiaín, Juan: "La fuga", en www.cineismo.com

21. Ottone, Antonio, dir.: Un amor en Moisés Ville. Abril de 2001.

22. S/F: "Un amor en Moisés Ville", en http://www1.cinemark.com.ar/peliculadetalle.php?idpelicula=686 Imagen: http://www.americine.com/catalogo.php?lang=esp&tipo=ficcion.

23. Ormaechea, Luis: "Con ánimo de conciliar", en Otrocampo.com. Imagen: http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3054.html.

24. Dimilta, Juan José: "Un día de suerte".htm, en Leedor.com

25. S/F: "Un día de suerte", a Berlín.htm. Imagen: ar.geocities.com/pampacine_2002sp/undia/index.htm.

26. Di Toma Mues, Ignacio: "Un hombre honesto, sincero, de coraje y lucidez", en www.elbarriopueyrredon.com.ar. Imagen: www.pagina12.com.ar.

27. Martínez, Adolfo C.: "Después de seis años del estreno de "Temporal" La vuelta de Orgambide al cine", en La Nación, Buenos Aires, 30 de julio de 2006.

28. Maestri, Eugenio: "Cine Otra mirada sobre el progreso Lo que la zafra se llevó", en Clarín, Revista Viva, 6 de agosto de 2006. Comentario publicado también en http://www.rioarriba.com.ar. Imagen: www.todoloqueveo.com.ar.

29. Thames, Nora: La calidez de Las manos, en Letras-Uruguay. Imagen: www.cinenacional.com.

30. Minghetti, Claudio D.: "Saladillo ya es un pueblo de película", en La Nación, Buenos Aires, 10 de septiembre de 2006. Imagen: http://www.camaraonline.com/col/thumbnails.php?album=search&search=cine.

31. Montesoro, Julia: "Cine argentino", en La Nación, Buenos Aires, 3 de diciembre de 2006.

32. Artola, Daniel: "Gustavo Mendoza filmó un documental sobre la obra de Narciso Ibáñez Menta. El dueño del terror", en www.periodicoelbarrio.com.ar, Diciembre de 2006.

33. Info y foto publicadas en Asociación de Genealogía Judía de Argentina, www.agja.org.ar.

34. Scherer, Fabiana: "Explorador", en La Nación Revista, Buenos Aires, 5 de agosto de 2007. Imagen: www.buenosairesladob.com.ar.

35. S/F: en Misiones on line www.misionesonline.net, 24 de octubre de 2007.

36. Algora, Jorge: en LUCES DE BUENOS AIRES, en algora.blogia.com/

Apéndice

INMIGRANTES Y EXILIADOS LLEGADOS A LA ARGENTINA DESDE 1960

Yo, Sor Alice (1999)

Dirección: Alberto Marquardt

Guión: Alberto Marquardt

Fecha de Estreno: 10 de mayo de 2001

El film es una travesía por un período de la historia argentina de la mano de Alice Domon, una religiosa francesa perteneciente a la congregacion Hermanas de las Misiones Extranjeras, que vivió en Argentina desde 1967 y fue secuestrada y desaparecida por la última dictadura militar por su compromiso social junto a los pobres.

La visión de la propia Alice sobre esos años difíciles es narrada a través de la lectura de las correspondencia que ella mantuvo con su familia. Sus cartas revelan la confrontación con una sociedad en crisis y el avance de su compromiso con la realidad que le tocó vivir.

Equipo Técnico

Producción ejecutiva:

Marcelo Céspedes y Carmen Guarini

Jefe de Producción:

Martín Mujica, Mariana Maañón y Claudio Sordini

Fotografía:

Livio Pensavalle y Pascal Sutra-Furcade

Montaje: Claudio Martínez

Música: Raúl Barboza

Sonido: Paulo de Jesús

Asistente de producción: Alejandra Almirón

Argentina – Francia

http://www.cinenacional.com/peliculas/index.php?pelicula=2254

Yo, Sor Alice

Titulo: Yo, Sor Alice

Titulo original: Yo, Sor Alice

País: Argentina

Director: Alberto Marquardt

Año: 1999

Idioma: 78 min

Norma: DVD Zona 4 y 1

Editado por: SBP

http://www.leedor.com/products/ver_1_2115_Yo,%20Sor%20Alice.html

Video

Españoles

Gallegos

En la muestra "Luis Seoane. Pinturas, dibujos y grabados", que se llevó a cabo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, en el invierno de 2000, se exhibió un video que brindó al espectador la oportunidad de entrar en contacto con este espíritu y su singular obra. Con música de Milladoiro y Xeito Novo, y la interpretación de Walter Santana, quien lee fragmentos de ensayos y obras de teatro de Seoane, se muestra al artista como un peregrino que vive un doble extrañamiento: el del tiempo y el del espacio. Con estas palabras lo dice: "Soy un peregrino de la Edad Media, pero estoy varado en el siglo XX" y también "ir rumbo a Santiago de Compostela, mas estar varado en Buenos Aires". La resignación que lo invade es resumida en la frase que afirma: "Soy y seré para siempre un desarraigado permanente. Lo seré aunque decida volver a mi país. Es el destino del exiliado".

En dicho video se recuerda que el artista nació en 1910 en Buenos Aires, en el seno de una familia de inmigrantes. A los seis años volvió a España, de donde debió partir en los tiempos de la guerra. Veintisiete años tardó en regresar a la Madre Patria y, desde 1967, escindió su vida entre Galicia y la Argentina. Murió en La Coruña en 1979. Ana María Battistozzi lo define como "una de las figuras más destacadas de la comunidad gallega argentina y acaso la más interesada en promover y estrechar los vínculos culturales, en un momento en que esto implicaba un fuerte compromiso político".

Integrando el Ciclo de conferencias 2006 organizado por el Centro de Betanzos, el 20 de octubre, en el Salón Geno Díaz, se exhibe, "A 70 años de la creación de las Brigadas Internacionales", "ESOS MISMOS HOMBRES Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española", video documental realizado por el grupo de historia marplatense ‘HISTORIA DESDE ABAJO’ ".

Dicho video "Se basa en una investigación de varios años donde se entrevistaron voluntarios argentinos que viajaron a España a luchar junto al pueblo español contra los militares sublevados al mando del Gral Franco. Ellos fueron a defender a la República Española y a luchar contra el fascismo que avanzaba en toda Europa. Junto a testimonios de los protagonistas, más de 700 fotografías y con los relatos de poemas de Victor H. Morales , el Grupo de Historia desde Abajo, realizó este documental, el primero sobre el tema en la Argentina. Así mismo se deja reflejada la participación solidaria en esta causa de la ciudad de Mar del Plata, con testimonios y grandes aportes fotográficos". Como conferencista invitado, se presenta Jerónimo Boragina, Licenciado en Historia y miembro del grupo Historia desde Abajo" (1).

Notas

1. 37. S/F: en www.centrobetanzos.com.ar/ cultura[arroba]centrobetanzos.com.ar.

Televisión

En 1967, Syria Poletti adapta para televisión su novela Gente conmigo (1).

En 1969 se emitió por Canal 13 Muchacha italiana viene a casarse, teleteatro escrito por Delia Gonzalez Marquez, dirigido por Miguel Larrarte, con un elenco integrado por Alejandra Da Passano, Rodolfo Ranni, Jorge de la Riestra, Norberto Aroldi, Iván Grondona, Hector Biuchet, Ma. del Carmen Valenzuela, Horacio O' Connor y Lydia Lamaison, entre otros. "Su suceso fue tan grande que se extendió por cuatro temporadas (hasta 1972)"

El argumento era el siguiente: "Valeria Donati vive en un pequeño pueblo cerca de Nápoles, Italia y es traída a la Argentina por un señor llamado Vittorio Maglione que es fideero y hace 40 años que vive en Argentina. El hombre le envió a la muchacha una fotografía de 30 años atrás y Valeria se lanza tras la ilusión de casarse acompañada de su hermana. Valeria y su hermana Giana llegan a Buenos Aires pero se desencuentran con Maglione y se pierden. Los porteros de un edificio la ven desesperada y la ayudan. La muchacha se queda a vivir en ese edificio de gente pudiente. El hijo adoptivo de los porteros es empleado de la fideería de Maglione. El empleado se da cuenta que ésta es la muchacha que su patrón hizo venir de Italia, pero como se enamora de ella, no le dice una palabra de donde vive Maglione. En el tercer piso del edificio vive una mujer sola. Valeria le hace los quehaceres domésticos. La mujer comienza a hacerle confidencias a Valeria y le cuenta que tiene un amante que se llama Juan Francisco Lindsay y que vive en una casa a la que le dicen ‘El Paraíso’. Un día llega Juan Francisco a la casa y Valeria lo espía a través de los barrotes de la escalera. La mujer tiene un altercado con Lindsay y lo amenaza con que se va a matar. Incluso le escribe una carta donde le confiesa que si la deja se suicidará. Por una de esas cosas que tiene la vida la mujer es arrollada en forma accidental por un automóvil. Valeria guarda la carta y comienza a extorsionar a Lindsay. Le pide un lugar en ‘El Paraíso’. Es que como su hermana Giana esta delicada de salud, vivir en un lugar como ése puede mejorar su vida. Lindsay después de resistirse forzadamente admite que Valeria y su hermana entren en la casa" (2).

"Es la familia más famosa de la televisión. Todos los domingos al mediodía se juntaban a comer tallarines, a compartir el vermouth, a charlar de sus cosas y a pelearse. Como se dice, una familia como todas que hizo historia.

Aparecieron en la pantalla en el año 1970. Eran transgresores aunque representaban una de las entidades más notables de la Argentina: la familia.

"Los Campanelli" era un programa de TV que se emitió por Canal 13 de Santa Fe (para nosotros) los domingos al mediodía y tenía como eje del argumento lo que sucedía en ese mismo momento en una familia típica de clase media que se reunía a comer tallarines amasados por la vieja.

El ciclo tuvo un éxito tremendo, pese a que se mantuvo unas pocas temporadas en el aire, pero en ese tiempo se hizo famoso.

La dirección estaba a cargo de Héctor Masselli y el libreto pertenecía a Juan Carlos Mesa, Jorge y Carlos Basurto y Oscar Viale, en tanto que la música era autoría de Horacio Malvicino (o Alain Debray) La familia estaba compuesta por los padres, Adolfo Linvel y Menchú Quesada (don Carmelo y doña Lucía), completando el cuadro sus hijos y yernos.

Allí estaban Osvaldo Canónico (heredero del negocio familiar de servicio atmosférico, casado con Gloria Montes, dos gritones totales), Dorita Burgos (esposa del funebrero Alberto Anchart, "El tumba"), Zulma Grey (casada con Tino Pascali, un temeroso empleado público), María Cristina Laurenz (amada mujer de Carlos Scazziotta, sodero y fanático de Boca), Santiago Bal (solterón, mujeriego y jugador empedernido, vago total) y Tito Mendoza (músico baterista).

Para que nada falte se agregaba la muchacha de la casa, Flora (Edda Díaz, un aparato de aquellos) y todo tipo de visitantes alternativos, incluido un vecino "Gallego" que se peleaba con el tano dueño de casa.

Luego de algunos capítulos ingresaría "como el hijo que llegaba de Estados Unidos": Claudio García Satur, quien se incorporaría con su esposa en la ficción, Alejandra Kliment, una rubia muy bonita pertene- ciente a la alta aristocracia porteña.

Dos años después, Satur alcanzaría la fama total con su personaje de Rolando Rivas que lo proyectaría a otros niveles y que lo alejaría de su "familia".

"Los Campanelli" representaron durante esa especial etapa de la vida argentina a un clásico de los domingos, algo de lo que todos hablaban y donde nadie quedaba al margen. Todos conocían a sus personajes y repetían sus latiguillos como una marca registrada.

Cuando Santiaguito llegaba de madrugaba a la casa, y eludía con cancha y verso los retos de su padre, el viejo Campanelli tenía una frase especial: "es un ángelo, no vola perque es pichón!".

Como toda familia tuvo sus cosas. Sus personajes eran identificados por la calle como verdaderos y pese a que muchos eran actores de primera línea les costaba despegarse de representaciones domingueras. Adolfo Linvel (que en esta época tenía 58 años, aunque parecía de mucho más) había empezado su carrera en 1933 y recién con ese programa llegaba a la fama, lejos de las tablas que lo habían formado.

Esta familia fue todo un símbolo de la Argentina, donde cada una de sus ocurrencias se festejaba casi como "chiste nacional".

Y como toda familia, un día se convirtió en recuerdo. El primero en partir fue Osvaldo Canónico y a partir de allí todo pasó a formar parte de la leyenda del espectáculo argentino.

Pese a todo, no hay nada más lindo que la familia unida!" (3).

En 1973, "Abel Santa Cruz tiene siete obras en tevé. Una de ellas es Carmiña, con María de los Angeles Medrano y Arturo Puig, y Raúl Rossi en el rol de Hipólito Yrigoyen. En radio se conoció como Tu nombre es María Sombra; en tevé en1969 como Nuestra galleguita. En el exterior se emitió como Natasha" (4).

En 1984, "Con su monumental y multitudinario proyecto que quedará trunco, Los gringos, David Stivel llega a ATC con la pretensión de contar en tres años el recorrido de los inmigrantes a través de varias generaciones. ‘Es una saga –detalla Stivel a Clarín, mientras su hija Andrea participa en la producción- de varias familias: dos italianas, una española y otra judía, que llegan al país en 1890. Se trata de un homenaje a nuestro origen que nos permitirá detectar sus virtudes y sus defectos’. La idea inicial es del propio Stivel y de Aída Bortnik, pero los libros los escribe Juan Carlos Gené y actúan Bárbara Mujica, Julio de Grazia, Marta Bianchi, Emilio Alfaro, Luisina Brando y Miguel Angel Solá" (5).

A partir de abril de 2000, Canal "á" puso "en el aire ‘La otra tierra’ (historias de inmigrantes en un país que busca su identidad), una nueva versión del recordado ciclo televisivo". Se llevó "a cabo en emisiones semanales de media hora de duración, poniendo en relieve el aporte cultural de cada una de las corrientes migratorias". El ciclo contó "con la producción y dirección de la recordada Clara Zapettini y la conducción de Canela". El equipo que respaldó el proyecto "estuvo compuesto por Adriana Ocón en la producción; Moira Soto en investigación, e Ivonne Fournery como guionista" (6).

Un año después, Ivonne Fournery se refirió en un reportaje a ambas versiones del ciclo: "En el año ’86 yo empecé a escribir… haciendo guiones en documentales periodísticos, en un programa muy lindo que se llamaba ‘La otra tierra’, que trataba de inmigrantes en un país que busca su identidad. El proyecto estaba dirigido por Clara Zapettini, una mujer muy talentosa… (…) Una mujer que siempre se destacó, y en esa oportunidad la convocaron para ‘La otra tierra’, y fue tal el impacto que, por ejemplo, el año pasado se firmó un contrato con canal A y se grabaron programas de media hora, con un único testimonio cada uno. La ideología, tanto en la primera oportunidad, en los ’80, como ahora, fue la misma, o sea, no poner el acento para nada en la colectividad o comunidad, sino en la síntesis de las culturas. Es decir, hacer hincapié en el aporte que significó a nuestra identidad esa cultura. Lo cual enriquece al programa, lo hace mucho más vivo y mucho más real. De lo contrario, se transforma en una cosa… te diría que pintoresca o turística… y no es ésa la intención. Además, te cuento… yo no hacía la investigación periodística, pero lo que yo aprendí de las culturas haciendo esto no te puedo explicar. Por otra parte, fueron muchos programas: en el ’86 se hicieron 55 y en este último año, 39. O sea que realmente fue un privilegio. Y ahí yo hacía los textos y la voz en off" (7).

En septiembre de 2002, se pudo ver por TN un programa del ciclo "En el camino", de Mario Markic. Este programa, titulado "Hotel de Sueños" (8) se refería a la historia del Hotel de Inmigrantes, e incluía un reportaje al profesor Jorge Ochoa de Eguileor, Coordinador -junto con la arquitecta Graciela Seró Mantero- del Museo Nacional de la Inmigración, que tiene su sede en ese edificio entrañable e inauguró su primera etapa en octubre de 2001.

En esa emisión televisiva -que se reiteró en varias oportunidades-, periodista y especialista se refirieron a la inmigración y a la vida de quienes dejaban su tierra y se alojaban en el Hotel.

En agosto de 2003, el programa Escala Real, que se emite por Canal á, difundió un trabajo sobre el Hotel de Inmigrantes, en el que participaron el profesor Jorge Ochoa de Eguileor y la arquitecta Graciela Seró Mantero, Consultores Coordinadores del Programa Complejo Museo Hotel del Inmigrante, el arquitecto Carlos Pernaut y el licenciado Gabriel Miremont.

En el programa que conduce Canela, Colectivo imaginario, se alude frecuentemente a inmigrantes y exiliados.

En 2005, "6-Holocausto" se emitió por Telefé.

En 2006 se vio en la Argentina la miniserie Vientos de agua, una coproducción del canal Telecinco de España, Pol-Ka y Cien bares (la sociedad de Campanella y el autor Eduardo Blanco. La dirigen Juan José Campanella, Sebastián Pivotto, Paula Hernández y Bruno Stagnaro (9).

Sandra Russo entrevistó a Campanella: "La coproducción argentino-española, una historia de exilios cruzados entre inmigrantes de las primeras décadas del siglo XX y los argentinos que huyeron en el 2001 admite, según Campanella, una clara connotación: "Tenemos la fantasía de ser ‘apolíticos’, pero hacemos política permanentemente, hasta cuando miramos televisión".(…) Cuenta Campanella que para los trece capítulos de Vientos de agua trabajaron dos años y medio. "Escribimos los dos primeros guiones cuatro autores juntos: Aída (Bortnik), Juan Pablo (Domenech), Aurea (Martínez) y yo. Fueron ocho meses. No sólo había que recrear la génesis de los personajes, sino el modelo de estructura sobre el que descansaría la historia. Mucho ida y vuelta, mucha reescritura. El resto de los guiones se llevó adelante desde marzo de 2004." La idea de entrecruzar a un inmigrante asturiano analfabeto que abandona su tierra natal perseguido por la Guardia Civil con la de su propio hijo, un arquitecto que en 2001 cruza el Atlántico hacia España buscando cómo rearmar su vida y mantener a su familia, se le ocurrió al director mientras vivía en EE.UU., donde residió 18 años. "Un día, en Nueva York, me desperté a las cinco de la mañana para leer todos los diarios argentinos antes de ir a filmar, y pensé ‘pobre el abuelo, que no podía hacer esto’, pero después, destruido por la realidad argentina, me dije: ‘bueno, qué suerte que el abuelo pudo olvidarse de todo y empezar de cero’. O sea, el desarraigo, antes y ahora, es tremendo." Y sobre el desarraigo cabalga Vientos de agua, porque tanto en el barco "Aquitaine", que trae al asturiano Andrés Olalla a la Argentina, como en el piso madrileño en el que se hospeda muchas décadas más tarde su hijo, hay cubanos, húngaros, franceses, italianos, gente que por un motivo u otro tuvo que dejar su tierra y se hace mutuamente una compañía precaria pero al mismo tiempo férrea: la compañía que se hacen los desesperados. Allí nacen esas amistades que se mantendrán de por vida y los roces inevitables de los que intentan permanentemente mantener algún tipo de equilibrio" (10).

En noviembre de 2006, en "Noticias de la Historia", conducido por Diego Valenzuela, se incluye "La inmigración". En esa oportunidad, se entrevista a Alicia Bernasconi, historiadora, investigadora del CONICET; Eduardo Vázquez, director del Museo de la Ciudad; Adrián Ceratto, profesor de Historia; Benjamin Marcon, Coordinador del Museo del Inmigrante, y Luis Vaccaro, propietario de un conventillo de San Telmo, heredado de su abuelo italiano. Los temas a los que el conductor y los entrevistados se refieren son, entre otros, el Hotel de Inmigrantes, el conventillo, la asimilación y la educación.

Otro tema especial, conducido por Santo Biasati en TN, se refirió a la inmigración y el exilio en diversas oportunidades, entre las que recordamos las emisiones de "La Guerra Civil española" (2006), "Adolf Eichman, el burócrata asesino" (2007), "Científicos nazis en la Argentina" (2007) y "El ministro argentino de Hitler" (2007).

En Tiene la palabra, conducido por Luis Otero y Silvia Martínez Cassina, por TN, se entrevistó a Osvaldo Bayer (2007) y Luis Landriscina (2007), entre otras personalidades.

Acerca de "La vuelta de Bayer", se afirmó: "En 1921, cientos de peones patagonicos encontraron una muerte injusta. Habian iniciado una huelga en reclamo del cumplimiento de un Convenio Rural firmado con los estancieros. Al no llegar a un acuerdo, el entonces presidente Hipolito Yrigoyen dio la orden de ejecutar a los huelguistas. El Teniente Coronel Varela llevo a cabo el fusilamiento, arrojando los cuerpos sin vida a "tumbas masivas", donde aun permanecen. Osvaldo Bayer reescribio esta historia. Fue en La Patagonia trágica, el libro que dio origen al filme La Patagonia rebelde, dirigida por Hector Olivera. Treinta y cinco años mas tarde, Bayer regresa a la Patagonia. Va en busqueda del legado de su obra. A los 80 años, el historiador, escritor y periodista dice: "Queria ver los resultados de todos los años que dedique a la investigacion de este tema-. La vuelta de Bayer, el documental que sera emitido esta noche por Canal 7, es la narracion de ese reencuentro" (11).

Notas

1 S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires, Losada, 1977.

2 Marcos, Marisa: en www.telenovelas.com.ar.

LAS TRAVESURAS DE NINÍ Los mejores libretos de Catita, Cándida y otras criaturas, por Niní Marshall. Buenos Aires, Planeta, 1994. (La Mandíbula Mecánica). 206 pp. Fotos de interior y tapa: Annemarie Heinrich.

3 S/F: "¿Quién no se acuerda de "Los Campanelli"?", en La Opinión, Rafaela, Santa Fe, www.laopinion-rafaela.com.ar, 27 de julio de 2006.

4 Itkin, Silvia: "El Estado llega a la televisión", en Ulanovsky, Carlos, Itkin, Silvia y Sirvén, Pablo: Estamos en el aire. Buenos Aires, Planeta, 1999.

5 Sirvén, Pablo: "La patota cultural", en Ulanovsky, Carlos, Itkin, Silvia y Sirvén, Pablo: Estamos en el aire. Buenos Aires, Planeta, 1999.

6 Hall, Annie: "Bambalinas", en La Nación, Buenos Aires, 9 de enero de 2000.

7 Ceratto, Virginia: "La indiferencia, en un 94%, es falta de conocimiento", en La Capital, Mar del Plata, 18 de marzo de 2001.

8 Markic, Mario: "En el camino: Hotel de sueños", en TN, 12 de septiembre de 2002.

9 Lamazares, Silvina: "DETRÁS DE ESCENA DE LA GRABACION DE ‘VIENTOS DE AGUA’ Una historia de inmigrantes en dos tiempos", en Clarín, Buenos Aires, 2 de setiembre de 2005.

10 Russo, Sandra: "Vientos de agua", la miniserie dirigida por Juan Jose Campanella "Antes y ahora, el desarraigo es tremendo", en www.pagina12.com.ar, 11 de Junio de 2006.

11 Bianco, Florencia: "Viaje en busca de un legado", en Clarin, Buenos Aires, 20 de febrero de 2007.

Periodismo

En una de sus aguafuertes porteñas, titulada "Elogio del lavacopas", Roberto Arlt homenajea a los inmigrantes españoles:

"Quiero hacer hoy el elogio del lavacopas, del lavacopas como elemento de progreso nacional, del lavacopas como ejemplo de honestidad, de contracción al trabajo, del lavacopas cuya filosofía se la enseñaron los borrachos al borde del mostrador, y cuya feroz y dulce pasión por el dinero se la enseñó la miseria del terruño y la ejemplar conducta del patrón, del patrón que, como los antiguos patrones griegos, sentaba a su mesa al esclavo y le zurraba cuando hacía falta.

En el 80 por ciento de los casos, el lavacopas del almacén porteño es español. Vino de Mondoñedo, de Alcalá de Henares, de cualquier rincón perdido en la montaña. Con pantalón de pana y saco de terciopelo, y una gorra pesada con orejeras, cubriéndole la salvaje cabeza greñuda. Unos duros anudados en la punta del pañuelo, y un deseo infinito de llegar a esa América, a esa América tan linda, tan rebonita a través de la gordura de los indianos, y de los señorones que salieron hechos unos miserables y volvieron con la familia después de cuarenta años de ausencia a darle un banquete a todo el pueblo" (1).

Roberto Arlt viajó a Europa en 1935, enviado por el diario El Mundo, y remitió desde allí sus "Aguafuertes gallegas", serie de notas sobre los gallegos y su relación con América, en las que tiene gran importancia el tema de la inmigración a la Argentina (2).

José González Carbalho en varios artículos se refirió al viaje a la tierra de sus padres que realizara en abril de 1955 (3). En "Temas de la patria anterior", el viajero escribe: "Quienes fueron antes que yo en mi sangre, partieron por donde yo entré en España. Recuerdo que en algún coloquio de lembranzas, hablóme mi padre de cuando se echaba a nadar en la radiante bahía de Vigo. Eran intentos para irse. Estaba haciendo la práctica para la gran travesía. El alma navegante se estaba familiarizando con la onda, el yodo, la brisa que blanquea de sal la cara. Así partió siendo niño. Y yo vo lví por donde él partió, siendo ya varias veces hombre. Es decir: hombre y experiencia, hombre y afán de indagar en la raíz, de sentirme en la fuente de la savia. Hombre que necesita respirar los aires de su patria anterior".

En "Lo que el cine no se llevó", afirma Magdalena Ruiz Guiñazú: "usted se preguntara al leer este relato cómo el cine nacional o extranjero no han explotado estas estupendas historias patagónicas a las que la naturaleza sigue prestando su marco deslumbrante. Cómo un personaje con todas las características del pionero no ha sido usado para hacer conocer esta historia nuestra que casi siempre se presenta en forma tan ceremoniosa que inmediatamente imaginamos una hoja de almanaque sin sangre y sin vigor. Son imponderables que difícilmente podremos comprender. El cine nacional es un enfermo postrado. Los temas para infinitas historias siguen esperando, en alas de la imaginación, para devolverle la vida" (4).

A partir de la historia de una pareja de inmigrantes judíos, Alicia Dujovne Ortiz se refiere a otros inmigrantes. Ella afirma: "En el respeto mutuo estaba la clave del entendimiento entre esas dos personas valerosas que habían abandonado sus aldeas natales y llegado a la Argentina solos, casi adolescentes. Lo demás –pasar por el siniestro Hotel de Inmigrantes y por el patio del conventillo que calentaba el alma con sus olores y sus idiomas mezclados, aprender un castellano cuyo diptongo en ue jamás pudieron pronunciar, pero al que igual domaron e hicieron suyo- equivale a la historia de todo inmigrante, cualquiera que haya sido su nombre: Marcello, Manolo, Moishe o Mustafá" (5).

Abel Posse "cuenta la historia de Casimiro Aín, que bailó ante Pío XI el Ave María, de Canaro". "A las 9 de la mañana del 1° de febrero de 1924, Casimiro Aín (el Vasco o el Lecherito), pálido y seguramente un poco aterido (invierno), sale del hotelito de la vía Torino que le reservó la embajada y sube a un taxi. Lleva una modesta valija con los elementos esenciales: botines abotonados, pantalón de fantasía con trencilla, chaqueta negra con vivos, pañuelo al cuello, o lengue de seda japonesa y un puñal de madera que le parecerá conveniente no agregar al atuendo. Lleva puesto el invariable chambergo borsalino, el gacho gris arrabalero, de cinta ancha y ribete negro en el ala. Símbolo del malevaje ríoplatense" (6).

En "El siglo disfrazado", Mauricio Kartun analiza la relación del Carnaval con la inmigración: "Fue con el vendaval inmigratorio de principio de siglo que la farra desbordó todo orden institucional, la mascarita se independizó, y el disfraz pasó a ser un atributo de fenomenal creatividad individual, un orgullo familiar en el que las mujeres de la casa lucían su solvencia con el molde y la aguja".

Una vez disfrazado el niño, debía fotografiárselo, para enviar esa imagen al país de origen: "Colas de una cuadra en Foto Bixio, o en Pascale, bajo el sol calcinante de febrero, ese que aseguraba con el resplandor de la primera tarde los mejores contrastes en la vidriada galería de pose del estudio. ¿Cómo testimoniar sino allá en el terruño el prodigio de costura, las costumbres, el crecimiento y la belleza de los chicos, engalanados y maquillados?"

El afianzamiento de la inmigración hizo que cambiaran los disfraces elegidos por las madres para sus hijos: "Viejas fotos. Sólo eso queda de aquella magnífica pasión por el disfraz. De pierrot, sobre todo, hasta los años 20 en que las colectividades tomaron peso propio. De allí en más predominaron los baturros, toreros y gaiteros asturianos, las majas, las gitanas, y los vascos pelotaris con sus paletas en miniatura, o su versión lechera con los tarros también a escala" (7).

Enrique Pinti evoca los carnavales de su infancia: "Piratas, gauchos, damas antiguas, marqueses versallescos, zorros (negros y blancos), diablitos, hadas, aldeanas, lagarteranas, baturros, tiroleses y andaluces, gitanas y pajes medievales aparecían en esas páginas como un convite a la consagración y apoteosis del hermoso período anual. (…) Vacaciones no tenía, pero disfraces sí, ¡y qué disfraces! Payaso, pollito, holandés, bailarín ruso, gaucho, mexicano, sargento americano y teniente argentino. Las fotos atestiguan mi felicidad y las poses son las de un gordito decidido a ser estrella" (8).

Apéndice

INMIGRANTES Y EXILIADOS LLEGADOS A LA ARGENTINA HASTA 1810

Manuel Mujica Láinez visita, en Villafranca de Oria, pueblo cercano a San Sebastián, la casa de sus mayores, en una "peregrinación a las fuentes": "Con Armendáriz torné a entrar en la iglesia. Me enseñó, en los registros parroquiales, las anotaciones que consignan los bautismos, matrimonios y muertes, de gente remota vinculada a mí. Y, saliendo del templo neblinoso, me mostró junto a él la que fue casa de mis mayores y que, desde 1890, más o menos, está destinada a escuela, correo, dependencias municipales y qué sé yo qué. Sobre la puerta sigue intacto el blasón, como en tantas y tantas casas de Guipúzcoa" (9).

Notas

1. Arlt, Roberto: Nuevas aguafuertes porteñas. Buenos Aires, Hachette, 1960. 329 páginas. Estudio preliminar de Pedro G. Orgambide.

2. Arlt, Roberto: Aguafuertes gallegas. Santa Fe, Ameghino, 1997. Selección, prólogo y notas por Rodolfo Alonso.

3. Requeni, Antonio: "Un poeta arxentino en Galicia: González Carbalho". Separata del Boletín Galego de Literatura (Traducción al gallego de Blanca-Ana Roig Rechou. Traducción del gallego de M.G.R.).

4. Ruiz Guiñazú, Magdalena:"Lo que el cine no se llevó", en Había una vez… la vida. Buenos Aires, Editorial Planeta, 1995. 223 pp.

5. Dujovne Ortiz, Alicia: "La memoria de las mujeres", en La Nación Revista, Buenos Aires, 28 de noviembre de 2004.

6. Posse, Abel: "Lejanas batallas del tango (I) 1924. El vasco Aín en la Santa Sede", en La Nación Revista, Buenos Aires, 5 de octubre de 2003.

7. Kartun, Mauricio: "El siglo disfrazado", en Clarín Viva, 20 de febrero de 2000.

8. Pinti, Enrique: "La Argentina según Enrique Pinti. Carnavales eran los de antes", en La Nación Revista, Buenos Aires, 6 de marzo de 2005.

9. Mujica Láinez, Manuel: Placeres y fatigas de los viajes. Crónicas andariegas. Vol. I. Buenos Aires, Sudamericana, 1984.

Biografías

Introducción

1. Alemanes

2. Armenios

3. Austríacos

4. Belgas

5. Checoslovacos

6. Croatas

7. Dinamarqueses

8. Escoceses

9. Españoles

10. Estadounidenses

11. Franceses

12. Galeses

13. Griegos

14. Holandeses

15. Ingleses

16. Irlandeses

17. Italianos

18. Polacos

19. Portugueses

20. Rumanos

21. Rusos

22. Turcos

23. Ucranios

24. Varios

25. Apéndice

Introducción

La biografía es la historia de una vida individual. Dryden, quien usó la palabra por primera vez, la definió como "historia de las vidas de los hombres particulares". Esta especie literaria se circunscribe al trayecto que va del nacimiento a la muerte del biografiado, y a la reputación que deja tras de sí. El interés central es una personalidad, a la que todos los otros temas se subordinan.

Gosse definió la biografía como "el retrato mas fidedigno de un alma y sus aventuras a traves de la vida"; a criterio de Andre Maurois, uno de los más talentosos biógrafos modernos, en ella se combinan ciencia, historia y ficción.

El primer impulso que llevó a escribir biografías fue el deseo de exaltar para ejemplo publico, las vidas y los caracteres de personas ilustres, a fin de señalar las virtudes que debian ser emuladas e indicar los vicios que debian aborrecerse; esta fue la intención de Plutarco, el primer gran biógrafo. Plutarco fue un filósofo griego que vivió en Roma durante el siglo I de nuestra era; el comparó los grandes hombres de Grecia con sus equivalentes romanos, en cuarenta y seis vidas paralelas.

El genero, cultivado por Suetonio, Vasari y Stephan Zweig, es parte de la historiografía y, como tal, arroja luz sobre el pasado. "A los ojos de un biógrafo -comentan Wellek y Warren- (el protagonista) es simplemente otro hombre, cuyo desenvolvimiento moral e intelectual, carrera social y vida emocional pueden reconstruirse y valorarse por referencia a normas sacadas, por lo común, a algún sistema ético o codigo de moral".

Confirman la relación existente entre biografia e historia las pautas que deben tenerse en cuenta al elaborar una obra:. al igual que el historiador, el biógrafo. ha de reunir el material -cartas, documentos, testimonios orales- y luego examinarlo, a fin de comprobar su autenticidad; del mismo modo, deberá analizar la secuencia cronológica, la presentación de los hechos, la selección que inevitablemente deberá efectuar.

Dos ensayistas, Exequiel Cesar Ortega y Alfonso Reyes, se refirieron a este tema; sus consideraciones nos ayudaran a comprender con mas claridad las caracteristicas del genero.

Para Ortega, la aparición de la biografía es anterior a la de la historia de la sociedad; la atención se puso en la individualidad antes que en el grupo humano. El ensayista coincide con Wellek y Warren cuando afirma que el biógrafo mira al hombre desde distintos angulos, según su epoca y los canones eticos vigentes en ella; lo que es innegable, según podemos comprobar, es la constante preocupación que la Humanidad ha evidenciado y sigue evidenciando por este tipo de obras.

Siempre esta presente en el biógrafo el deseo de presentar un modelo, un ejemplo; cuando una personalidad sobresale en un area de la cultura, surgen inmediatamente los interrogantes, la avidez por conocer sobre su vida, sobre aspectos recónditos de su gesta. El individuo que se destaca pertenece, según Ortega, al dominio comun; la comunidad desea saber, y es aquí cuando cumple su tarea el biógrafo.

Estudiando cuanto encuentra a su alcance, se internará en ese alma para brindarla, lo mas honestamente posible, a sus lectores, pero ya no nos encontramos en los tiempos de los dioses y de los heroes: la perspectiva ha de ser humana. No se tratara de un predestinado, sino de un ser semejante a tantos otros, con sus virtudes y su tesón; esta imagen cotidiana, en contacto con la realidad, hará que el biografiado nos resulte mas cercano a nosotros, aun en la inmensidad de sus logros.

Mucho tiene en comun con las afirmaciones de Alfonso Reyes cuanto comenta Ortega; Reyes observaba, como Ortega, que los biografiados hercúleos y distantes cedían su lugar a hombres de carne y hueso, signados por su tiempo. Pero -censura- no debe caerse en el defecto opuesto; en muchas nuevas biografías observamos al heroe excesivamente minimizado, ,restandole sus verdaderos meritos.

Es interesante ahondar en aspectos desconocidos de una personalidad, mas no quiere ello decir que se deban poner sobre el tapete sus rarezas, sus comportamientos a veces mezquinos, sus excentricidades. A fuerza de colocar al biografiado a nuestro mismo nivel, se crea la sensación de que era demasiado corriente, indigno de la fama que mereció; la frase de Reyes es rotunda: "Y la voz del pueblo es la voz de Dios: la fama sabe bien lo que hace".

De la experiencia de la inmigración surgieron muchos libros. Algunos autores eligieron la ficción para expresarse; otros, en cambio, prefirieron las biografías. Ellos escribieron sobre personas cuyas vidas les parecía interesante dar a conocer. No se trata ya de presentar sus propias vivencias del fenómeno de la inmigración –aunque muchos de ellos descienden de inmigrantes-, sino de evocar la azarosa existencia de quienes llegaban a una tierra con esperanza, pero también con desazón y temor.

En este trabajo me refiero a algunas de las biografías que dan a conocer aspectos de este fenómeno social en la Argentina, entre 1810 y 1960.

Alemanes

Nora Ayala evoca en Mis dos abuelas. 100 años de historias (1) las vidas de Gerónima, su abuela criolla que vivía en Misiones, y la de Christina, su abuela alemana que se estableció en Trelew.

Christina es una mujer con estudio que viaja a la Argentina contratada como ama de llaves en casa de un director de un banco de su país. Ya en Adrogue, provincia de Buenos Aires, conoce a un italiano con el que se casa. Habiendo nacido los hijos, el hombre decide que lo mejor es volver a su tierra, para vivir de rentas. No imaginaba que, para ello, debería dejar aquí a una de sus hijas, que no pudo embarcar a causa de una enfermedad. Cuando el hombre, dos años después, vuelve temporariamente a la Argentina, no es a la niña a quien lleva a Italia -como le había pedido su esposa-, sino al padre, deseoso de ver su pueblo. Se avecina la guerra y el italiano hace oídos sordos a su mujer, quien insiste en que deben regresar, quien insiste en que deben regresar, aprovechando que los hijos –salvo la menor- son argentinos.

Finalmente vuelve Christina, sin marido y con algunos de los hijos, ya que otros quedan trabajando y uno está preso por haberle pegado a un superior, durante una estadía forzada en la milicia. Comienza entonces una vida nueva para la alemana, quien, utilizando los conocimientos que traía de su tierra, además de su ingenio y esfuerzo, pone un negocio que prospera y se sobrepone a las dificultades.

Efraím Bischoff es el autor de Doctor Jacobo Wolff. Un alemán cordobés (2).

En Victoria Ocampo, escribe María Esther Vázquez:

"Delfina Bunge, a quien Victoria imploraba amistad, era una muchacha muy diferente a ella y quizá la mejor influencia posble que pudo encontrar. Tenía entonces 24 años, había nacido en la Nochebuena de 1881. Su abuelo, Carlos Augusto Bunge, descendía de una larga línea de pastores luteranos enfrascados en arduos problemas ideológicos y ocupó un lugar de relieve dentro de la colonia extranjera en la época de Rosas. Había llegado a la Argentina en 1827 con sólo 23 años. Fue miembro fundador del Club de Residentes Extranjeros, ayudó a levantar la Iglesia Luterana de Buenos Aires y actuó como Cónsul de Prusia y de los Países Bajos. Se casó con Genara Peña Lezica y de este matrimonio nacieron ocho hijos, varios de los cuales se destacaron en la política, el comercio, el campo y en las llamadas profesiones liberales.

Una de las tías paternas de Delfina, Sofía Bunge, fundó una orden religiosa femenina, lo que da a su personalidad un rasgo no habitual entre las mujeres de esa clase social de la época.

El padre de Delfina, Octavio Bunge, abogado, fue un magistrado con gran vocación y su carrera judicial culminó con el cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Se casó con María Luisa Arteaga, de origen uruguayo, y se dedicó con verdadero fervor a la educación de sus hijos, transmitiéndoles su amor por la literatura, en especial por la poesía alemana, por la música y por la naturaleza; además de inculcarles un espíritu creativo, tesonero y metódico.

En este ambiente de excepcional formación intelectual se criaron Delfina y sus hermanos varones, de los que puede decirse que fueron personas notables: Carlos Octavio, el mayor y por el cual ella sentía particular afecto y admiración, fue jurista, sociólogo y escritor de novelas y cuentos; Augusto, socialista, se dedicó a la medicina de tipo higienista, es decir preventiva; Alejandro fue ingeniero y economista de ideas avanzadas e innovadoras; Jorge, arquitecto y urbanista, fundó el balneario de Pinamar.

Delfina, de caracter introspectivo y espiritual por un lado y razonador y artístico por otro, fue alumna de la Santa Union. Allí encontró en algunas religiosas delicadeza, dedicación a la tarea educativa, aspiración a una vida de discreta perfeccion espiritual y estos modelos muy seductores para su forma de ser ofrecían un serio contraste con el de jeune fille que le ofrecia su clase social. Debió abandonar el colegio contra su voluntad; entonces comenzó a escribir un diario, en el que aprendió a dialogar consigo misma y a buscar con coraje su vocación artistica y religiosa. En algun momento de su adolescencia se planteó la posibilidad de entrar en un convento y aunque fue desechada, contribuyo a fortalecer su convicción de que pese a ser mujer y casarse, podría preservar su independencia y su creatividad" (3).

Notas

(1) Ayala, Nora: Mis dos abuelas. Buenos Aires, Vinciguerra, 1997.

(2) Bischoff, Efraím: Doctro Jacobo Wolff. Un alemán cordobés. Córdoba, Ediciones Copiar.

(3) Vázquez, María Esther: Victoria Ocampo. Buenos Aires, Planeta, 1991. 239 páginas.(Colección Mujeres Argentinas, dirigida por Félix Luna). Foto de tapa: Man Ray, 1930. Investigación y edición fotográfica: Marisel Flores, Graciela García Romero Felicitas Luna. Reproducciones: Filiberto Mugnani.

Armenios

Eduardo Bedrossian recuerda emocionado a su padre, sobreviviente del genocidio, en Hayrig (1). "Este relato –afirma Nélida Boulgourdjian- trasciende la historia personal de Hagop Bedrossian para adquirir una dimensión colectiva que involucra a todo un pueblo" (2).

Sobre la primera parte de esta historia, afirmó María Isabel Clucellas: "bajo una estructura de doble faz, Bedrossian hijo narra en primera persona la odisea paterna. A partir de los primitivos años de paz y bonanza que corresponden al siglo pasado, el autor ilustra a sus lectores sobre la vida familiar en Geben, ‘un pedazo de la historia ancestral de los armenios’. Las montañas, la aldea, las casas con paredes de piedra, el calor de las reuniones en torno al hogar presididas por un narrador ocurrente y sentencioso que contaba, educando, historias y costumbres, reviven en páginas coloridas, amenas, donde anécdotas y sucesos van tejiendo una urdimbre de sólidas y justificadas nostalgias" (3).

En "A los que se encuentran en un pozo" (4), Gustavo Bedrossian, hijo del escritor, homenajea al protagonista de las biografías, su abuelo: "Esta es una historia real, crudamente real, maravillosamente real. La situación es la siguiente: el protagonista es un adolescente que ha perdido a su familia. Hace minutos vio cómo delante de sus narices mataron a parte de su familia a palazos. A él mismo luego de golpearlo lo arrojan a un pozo donde tiran los cadáveres de los que golpean y matan pensando que está muerto. Pero él no está muerto… Siguen matando gente y tirándola encima de este muchacho. Sangre, gritos, el propio dolor, el pánico. Un pozo… un pozo donde sólo se respira muerte. ¿Qué expectativas podemos tener de este muchacho? Quizá el más optimista puede suponer que sobreviva y termine con algún tipo de enfermedad mental. ¿Sabés cómo siguió la historia? Este chico, de nacionalidad armenia, que simuló estar muerto, por la noche, cuando se fueron los turcos, pudiendo sacarse algunos cuerpos de encima, logró escapar con otros muchachos más. Un detalle para agregar: un hermano suyo que sobrevivió prefirió quedarse en el pozo para estar con una mujer que suponía era su madre. Ese muchacho se llamó Agop Bedrossian. Fue mi abuelo. Vivió más de cien años. Falleció hace poquito. Mi padre lo homenajeó a él y a su generación con dos libros: Hayrig I y Hayrig II. Pasó por mil problemas más. Pudo llegar a la Argentina. Se casó. Tuvo cinco hijos (falleciendo una de sus hijas siendo muy pequeña de un modo trágico), nueve nietos, En vida conoció a trece bisnietos (hace unos días nacieron la catorce y la quince). Siempre, siempre, siempre siguió luchando. Siempre, siempre, siempre, lo vi orando de rodillas en su idioma a Dios por él y por los demás".

Notas

1. Bedrossian, Hagop: Hayrig. Ediciones Akian. Buenos Aires, 1991.

2. Boulgourdjián-Toufeksián, Nélida: "Los armenios en Buenos Aires" La reconstrucción de la identidad (1900-1950). Buenos Aires, Centro Armenio, 1977.

3. Clucellas, María Isabel: en La Prensa, 8 de septiembre de 1991.

4. Bedrossian, Gustavo: "A los que se encuentran en un pozo", en www.psicorecursos.com.ar.

Austríacos

En Soy Roca, Felix Luna relata lo sucedido en 1909 en una mesa electoral, cuando se presenta como austríaco un hombre al que su aspecto y su modo de hablar "lo delataban como un bachicha recién desembarcado". Roca le pregunta si es italiano; el inmigrante le responde que sí, y que no sabe lo que dice la libreta: "-Io non só niente…. ¡A mí me la datto don Gaetano ! ‘Don Gaetano’, Cayetano Ganghi era el árbitro de la elección, con sus roperos llenos de libretas falsificadas y sus huestes de inmigrantes analfabetos y de atorrantes dispuestos a votar cinco o seis veces en diferentes mesas" (1).

Hedy Crilla nació en Viena en 1899. "Llegó a Buenos Aires en 1940, luego de capacitarse en escuelas de su patria y de París. Bajo su dirección se formaron muchos actores y directores teatrales. Al mismo tiempo fue requerida para la puesta en escena de importantes obras, e hizo algunos trabajos para el cine. Falleció en Buenos Aires el 31 de marzo de 1984" (2).

A la vienesa, "el creciente antisemitismo de los nazis en el poder las empujó, como a tantos, al exilio: primero en París –donde vivió entre 1936 y 1940 y trabajó en teatro, radio y cine- y luego en la Argentina" (3).

Escribe Jorge Dubatti, " ‘En la Argentina, Crilla fue la primera persona que habló de conectar al autor con sus vivencias. Cuando el estadounidense Lee Strasberg, creador del famoso Actor''s Studio de Nueva York, ofreció en nuestro medio clases públicas animadas, varios intérpretes y directores bien conocidos se sorprendieron mucho al comprobar con satisfacción, y así lo manifestaban, que eso ya lo habían aprendido, hacía años, con Hedy Crilla’. Con esta anécdota el historiador Luis Ordaz resalta el carácter precursor y la vasta influencia de Hedwig Schlichter (Viena, 1898 -Buenos Aires, 1984), la actriz, directora y pedagoga austríaca que, escapando de las garras de Hitler, llegó a la Argentina en los inicios de la Segunda Guerra Mundial y, con el nombre artístico de Hedy Crilla, cambió radicalmente la historia del teatro nacional. El testimonio de Ordaz es recogido por Cora Roca, junto con una profusa documentación, en Días de teatro: Hedy Crilla, cuya elaboración demandó ocho años de investigación. Dentro de los lineamientos tradicionales del género biográfico, el libro de Roca manifiesta —retomando palabras de Jaime Rest— "esa paciente indagación que permite reconstruir las circunstancias, el carácter y las opiniones de individuos cuya trayectoria, a su vez, nos provee de datos esenciales y nos permite llegar a conclusiones reveladoras"" (4).

Ilse Kaufmann y Helena Pardo son las autoras de La historia de Ilse, biografía de la inmigrante nacida en Viena en 1920 (5). "Los negocios florecían, y los Kaufmann regresaron a Europa, varias veces, de vacaciones. De visita: ‘Fueron los años más felices de mi vida’, suspira la dama. ‘Pero estando afuera levantaba los ojos y extrañaba el cielo argentino. Jamás vi brillar las estrellas como acá’ ", dijo a Claudio Savoia (6).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires, Sudamericana, 1989.

2. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarín, 2002.

3. Saavedra, Guillermo: "Vida en escena", en La Nación, Buenos Aires, 28 de enero de 2001.

4. Dubatti, Jorge: "LA VIDA DE HEDY CRILLA El alma en escena", Clarín, 11 de marzo de 2001.

5. Kaufmann, Ilse y Pardo, Helena: La historia de Ilse.

6. Savoia, Claudio: "Las dos vidas de Ilse", en Clarín Viva, 18 de agosto de 2002.

Belgas

Polidoro Segers, el primer médico en Tierra del Fuego, nació en Gante en 1852; falleció en la Argentina en 1917.

En "Polidoro Segers, el primer médico de Tierra del Fuego" (1), Raúl Agustín Entraigas escribe la biografía del belga que llegó a la Argentina en el siglo XIX.

Notas

1. Entraigas, Raúl Agustín; "Polidoro Segers, el primer médico de Tierra del Fuego", en Museo del Fin del Mundo. Biblioteca Virtual, www.tierradelfuego.org.ar.

Checoslovacos

En la "Biografía de Oskar Schindler", escribe Jose Javier Pérez García: "Nace en 1908 y muere en 1974. Industrial alemán cuya actuación salvó la vida de numerosos judíos durante el nazismo. Nació en Zwittau, en los Sudetes (Checoslovaquia). Estudió ingeniería y sirvió en el ejército checoslovaco antes de convertirse en director de ventas de un fabricante de productos eléctricos. En 1939, fue espía para los alemanes durante sus viajes a Polonia, y en octubre se trasladó a Cracovia para dirigir una fábrica de productos esmaltados, que se convirtió en el lugar donde llevó a cabo su labor humanitaria, que comenzó cuando el gheto de Cracovia fue destruido (1943) y se construyó un campo de concentración local. En 1944, Schindler logró, mediante sobornos, que su fábrica y sus trabajadores fueran trasladados a Checoslovaquia, y no a Auschwitz. Después de la guerra, dirigió un rancho en Argentina (1949-1957), quebró y regresó a Alemania. En 1961 fue invitado a Israel, donde recibió la Cruz del Mérito en 1966 y una pensión del Estado en 1968. La novela de Thomas Keneally, El arca de Schindler (1982), fue llevada al cine con el título de La lista de Schindler, en 1994 por el director Steven Spielberg, y obtuvo los premios Oscar más importantes, entre otros al mejor director y a la mejor película en ese año, dando a conocer las actividades de este héroe de guerra a un público mucho más numeroso" (1)

El protagoniza Las memorias de Oskar Schindler, libro de Erika Rosenberg (2).

Notas

1. www.alipso.com

2. Rosenberg, Erika: Las memorias de Oskar Schindler. Distal.

Croatas

Chuny Anzorreguy escribió El ángel del capitán. Biografía del capitán croata Miro Kovacic (1). El biografiado, emigrado a la Argentina a mediados del siglo pasado, nació en 1914. Kovacic evoca con nostalgia su niñez en Zagreb y la educación que le dio su madre. Padeció la guerra; ansiaba la paz. Un amigo le sugiere dirigirse al Instituto Croata de Cirilo y Método. Allí, se entera de que "Un país sudamericano había puesto a disposición del Instituto diez mil visas para los croatas que las necesitaran. No a los largos trámites. No a las profundas investigaciones. No al interminable papelerío". Cuanto más se informan, más se entusiasman. A fines del 47, la familia integrada por el capitán, su esposa y la hija de la mujer, llega a América. A pesar del optimismo, el primer tiempo "fue difícil". Se daban cuenta de que, sin saber castellano, no podrían trabajar. Más tarde, la situación mejora, hasta que el croata llega a tener su propia empresa. El libro, minuciosa y profusamente documentado, nos permite conocer, a través de una personalidad relevante, a un pueblo que brindó su aporte al "mosaico de colectividades" que es hoy la Argentina.

En Mis dos abuelas. 100 años de historias, de Nora Ayala, aparece el botero Mihanovich, que llegaría a ser un poderoso empresario.

En 1868, dos inmigrantes conversan: "-Eugenio, estuve pensando en una cosa que podemos hacer –dijo Nicolás, el compañero de cuarto-. Los barcos que llegan a este puerto de Buenos Aires no pueden arrimar al muelle, que por otra parte es muy precario, y mi idea es comprar un bote para trasladar a la gente. Los que hay son pocos, viejos e inseguros, y quién te dice que no sea ése el camino para hacer una pequeña fortuna, ésa que soñamos en el barco que nos trajo de Europa. He visto un bote que podríamos comprar con los pocos ahorros que tenemos entre los dos. Yo, de eso entiendo porque en mi país, mis parientes siempre fueron marinos".

"Eugenio se quedó un rato pensativo. Allá en Bagnasco había quedado Irene con el pequeño César, hacía casi un año, y las calles de Buenos Aires no estaban empedradas con monedas de oro. Tampoco la fortuna esperaba a los muchachos jóvenes como él, con muchas ganas de trabajar. Hasta ahora, privándose hasta de lo indispensable, sólo había juntado unos pocos pesos que no le alcanzaban para traer a Irene y el bebé. La estadía enla pobre pensión de La Boca, que había imaginado breve, se había prolongado, y amigos, sólo tenía a ése que había conocido en la tercera clase del ‘Conte Biancamano’, que también venía solo y que al igual que Eugenio soñaba con traer a su familia, aunque en su caso, soltero, se tratara de sus padres y hermanos que habían quedado en Doli, un pequeño pueblo de Yugoeslavia. (…) Eugenio Gemesio había venido para ‘hacerse la América’ y confiaba que lo lograría, ya se vería cómo. Con el compañero de pensión seguirían siendo amigos, pero socios, no. La propuesta de remar con Mihanovich no le interesaba" (2).

Notas

1. Anzorreguy, Chuny: El ángel del capitán. Biografía del capitán croata Miro Kovacic. Buenos Aires, Corregidor, 1996.

2. Ayala, Nora: Mis dos abuelas. Buenos Aires, Vinciguerra, 1997.

Dinamarqueses

Acerca de las preceptoras de Victoria Ocampo, escribe María Esther Vázquez: "Vitola fue la que insistió en darle una educación lo más esmerada posible; buscó a Mademoiselle Alexandrine Bonnemason, que era 'un pozo de ciencia' y fue quien enseñó a Victoria y Angélica literatura, historia, religión y matemáticas en francés. Mademoiselle era más temida que querida y libró un verdadero combate con Victoria para disciplinar su natural regalón y perezoso de niña mimada. 'Este combate singular tuvo lugar entre mis ocho y mis diez años. Cuando tuve veinte, Mademoiselle continuaba ejerciendo la dictadura en casa y ponía cara a la pared a mi hermana más chica, Silvina. Yo acababa de escapar a su mandato. Aparte de lo que nos enseñó… no me pareció merecer su reputación de un pozo de ciencia cuando estuve en edad de juzgarla' ". Para la lengua inglesa tuvieron como preceptora a Miss Kate Ellis, 'un ángel de bondad', cuya actitud era muy diferente a la severa de Mademoiselle. Pero mucho más terrible fue Miss Kraus, una dinamarquesa que las inició en el misterio de la ciencia del piano y que podía llegar, si se impacientaba, a la violencia física con sus alumnas" (1).

Notas

1. Vázquez, María Esther: Victoria Ocampo. Buenos Aires, Planeta, 1991. 239 páginas.(Colección Mujeres Argentinas, dirigida por Félix Luna). Foto de tapa: Man Ray, 1930. Investigación y edición fotográfica: Marisel Flores, Graciela García Romero Felicitas Luna. Reproducciones: Filiberto Mugnani.

Escoceses

Alicia Jurado escribió El escocés errante (1), obra acerca de la que comenta Rubén Loza Aguerrebere:

"Miembro de una familia noble escocesa, Robert Cunninghame Graham nació en 1852 y murió, por azar, en Buenos Aires, en 1936. Fue un viajero incansable. Hacia 1870, llegó a Buenos Aires. Hizo dos viajes a caballo al Paraguay; allí conoció las misiones jesuíticas en ruinas y sobre ellas escribió La Arcadia perdida.

Se estableció en la Argentina en una estancia en Sauce Chico. Saqueado por los indios más de una vez, salvó su vida y volvió, empobrecido, a Europa. En París se casó con Gabrielle. Se marcharon a Texas y México, donde no les fue bien. En Inglaterra una vez más, se instaló en Glasgow, donde frecuentó a Hudson, Conrad, Oscar Wilde, William Morris y Bernard Shaw. Los dos últimos, lo estimularon a militar en política; como don Roberto era un tribuno destacado, en 1887, obtuvo una banca en el Parlamento. Luego luchó por un parlamento en Escocia; fue fundador, con Keith Hardie, del Partido Laborista Escocés. Se alejó de la política. Enviudó. Volvió a recorrer el mundo.

Durante la Primera Guerra Mundial, con la misión de comprar caballos para su Gobierno, volvió a la Argentina. Y retornó en 1936 para conocer dos célebres caballos criollos, "Mancha" y "Gato", propiedad de un entrañable amigo suyo. Ese año, octogenario, murió en Buenos Aires y los dos caballitos criollos acompañaron el cortejo fúnebre. Enterrado en Escocia, en su tumba, además de las fechas de nacimiento y muerte, se estampó el dibujo de su marca de hacienda entrerriana.

Dandy, resero gaucho, guía de carretas en Texas, maestro de esgrima en México, don Roberto (como le decían habitualmente) conoció las dos Américas y África del Norte. Sentía atracción por el peligro y por las causas perdidas. Fue también un diestro jinete y un narrador amenísimo, irónico y punzante, y entre otros libros, escribió Los caballos de la conquista y La conquista del Río de la Plata. Pero, de todos modos, como observó Sir John Lavery, 'la obra maestra de Cunninghame Graham fue él mismo' " (2).

Notas

1 Jurado, Alicia: El escocés errante. Emecé, Buenos Aires.

2 Loza Aguerrebere, Rubén: "RESEÑAS. El escocés inquieto", en La ilustración Liberal Revista española y americana, Nº 12.

http://www.libertaddigital.com:83/

Españoles

Asturianos

En Soy Roca, biografía escrita por Félix Luna, el protagonista se refiere al pionero asturiano José Menéndez: "Cuando íbamos llegando a Ushuaia me llamaron la atención, en cierto punto de la costa, rebaños de ovejas y construcciones muy prolijas entre macizos de flores y espacios de césped; me dijeron que era la estancia de Thomas Bridges, el pastor anglicano que anteriormente había estado a cargo de la Misión en la isla; en 1886 renunció a su puesto y se vino a Buenos Aires a solicitar tierras allí. (…) Bridges había fallecido meses antes pero su estancia era la mejor de la isla, superando en actividad a la que había establecido al norte, en Río Grande, el asturiano José Menéndez. (…) Después visitamos los campamenteos de los indios yaganes y onas que trabajaban en el establecimiento. Al menos aquí no se los perseguía, como había hecho aquel aventurero rumano Julio Popper, que en tiempos de mi concuñado instaló un lavadero de oro en el norte de la isla, y como también lo hacían, según los rumores que había escuchado,algunos capataces de Menéndez" (1).

Rubén Benítez escribió Los dones del tiempo (2), libro en el que narra la vida de la asturiana Cecilia Caramallo. En esta biografía novelada, América aparece como el destino soñado, que desconcierta a los extranjeros con su forma de entender la vida y las distancias. Para un portugués, para una asturiana, las distancias son enormes; la cantidad de ganado – tanta que debe dormir a la intemperie- resulta asombrosa. Son realidades difíciles de aceptar para quienes vienen acostumbrados a lo exiguo, a lo mínimo. De ahí la reacción de la protagonista cuando ve que tiran comida; piensa qué hubieran hecho en su aldea con aquello que derrochaban los argentinos. En Bahía Blanca, en Pelicurá, se desarrolla la acción y esta circunstancia la vuelve de especial interés para quienes habitan la ciudad y para quienes, desde cualquier parte del mundo, quieran saber sobre la forma de vida de los inmigrantes en ese punto de la Argentina. Benítez aporta datos sobre la vida de portugueses, asturianos, escoceses, e ingleses en la provincia de Buenos Aires a partir de fines del siglo pasado y hasta nuestros días, en que la anciana, al volante, espanta a transeúntes y automovilistas.

La vida de su madre es el tema que Jorge Fernández Díaz eligió para su libro. Mamá (3) cuenta la historia de Carmen, una asturiana de quince años que, en 1947, viaja hacia América. Aquí la esperan sus tíos, con los que vivirá haciendo las veces de hija adoptiva y criada. Luego vendrá la discriminación en la escuela, el honor de llevar la bandera a pesar de todo, el trabajo, el casamiento con otro asturiano, los hijos, los nietos, y las reuniones con las amigas españolas en un patio de comidas porteño. También llegará la tristeza de ver partir a una paisana de vuelta a España, y comprobar que esa mujer -así como de joven sintió nostalgia de la tierra que dejaba-, a los setenta y dos años, siente nostalgia de la Argentina.

La narración, estructurada en capítulos con nombres de los personajes, surge del reportaje que Jorge Fernández Díaz, director de la revista Noticias, efectuó a su madre durante más de cincuenta horas; "Comencé a garabatear frases e ideas sobre su azarosa biografía en un cuaderno Rivadavia de tapa dura cuando me contó que hacía lagrimear a su psiquiatra", escribe el hijo.

Ese dolor de la inmigrante, y su fe en el futuro, que la hizo salir adelante en un mundo en el que poco apoyo tenía, son homenajeados por Fernández Díaz en una obra que nos hace sentir admiración por esta mujer que logró tanto contando sólo con su tenacidad.

Susana Degoy es la autora de Niní Marshall, La máscara prodigiosa (4), biografía de la actriz hija de asturianos. Degoy afirmó: "De la mano de Niní, los argentinos nos reímos de nosotros mismos, de la prepotencia y la cursilería, de la mezquindad y la picardía. También de su mano aprendimos a respetar la melancolía y los caprichos de los abuelos inmigrantes" (5).

Niní Marshall es también la protagonista de dos biografías aparecidas recientemente: "Los festejos por los 100 años que cumpliría Niní Marshall este 1° de junio incluyen dos libros biográficos (…) Las biografías que aparecen en estos días son ¡Niní está viva!, de la periodista Patricia Narváez (…) Cuenta con materiales inéditos del archivo familiar de Angelita Abregó, hija de la actriz (…) Por otra parte se publica Niní Marshall. El humor como refugio, de Marily Contreras" (6).

Catalanes

En Pérez Celis, mi padre, María José Gabin señala a Juan Batlle Planas como uno de los profesores del biografiado (7).

" ‘Fray Salvador Solá Vilalta ofm, Retazos de su vida y de su ingenio’ es un relato testimonial del Padre Fray Pedro Audet Fabré, del convento franciscano de Río Cuarto, en el que se unen vivencias y circunstancias especiales de la fructífera vida y obra del recordado Fray Solá, constructor del actual templo de san Francisco Solano, que ganara a través de sus visitas por una extensa región, innumerables amigos y colaboradores que lo siguen recordando con respeto y admiración".

Gallegos

Manuel Castro es el autor de la biografía de Manuel Dopazo. En ese trabajo, escribe: "La llegada de una compañía de zarzuela a Buenos aires que ofreciera Maruxa, requería la presencia de un gaitero. Manuel Dopazo era el elegido. Su actividad artística lo hizo llevar la gaita al Teatro Colón que es a lo máximo a lo que se puede aspirar. Fue la noche del 12 de octubre de 1930 estando presente en esa ocasión el Presidente de la República Argentina, don Hipólito Yrigoyen. Dopazo y sus músicos también recorrieron Brasil y Uruguay. Participó en la película ‘Cándida’ con la famosísima Niní Marshall y en ‘La calle junto a la luna’ con Marisa Ibáñez Menta y Juan Carlos Thorry. Además de ser un eximio ejecutante, Dopazo fabricaba gaitas, generalmente para vender y fue aquí en Buenos Aires donde aprendió a tornear. Manuel Dopazo vivió de la gaita y mantuvo una familia de once hijos. Fue el único que pudo hacer eso, otros gaiteros tenían otros trabajos. Soldaba las gaitas con plata, soplando y eso lo llevó a la tumba" (8).

Félix Luna evoca, en Soy Roca, a Gumersindo García, mayordomo del presidente, hombre que, de a poco, fue ascendiendo desde su primitiva ocupación de mucamo, gracias a su bonhomía y fidelidad. En esa biografía novelada, afirma el protagonista: "Si pienso bien la cosa, hablando de amigos tendría que decir que el mejor que tengo hoy es Gumersindo García. Varias veces lo he mencionado y conviene ahora que aclare quién es. Gumersindo es gallego y entró a trabajar en mi casa de la calle San Martín cuando recién me instalé allí, en los finales de mi primera presidencia. Tenía entonces 28 años. A fuerza de honradez y fidelidad, fue ocupando una posición muy diferente a la de su original oficio de mucamo; hoy es mi hombre de confianza, el que manda y resuelve, el que se ocupa de mi dinero y mi bienestar. (…) Cuando los alborotos por la unificación de la deuda, después que yo me acostaba tiraba un jergón en la puerta de mi dormitorio para pasar la noche allí, armado con un revólver. Yo me he dejado ganar poco a poco por este hombre que es el arquetipo de la lealtad y el servicio prestado con cariño y devoción. Hace unos días me mostró su tesoro más preciado: un puñado de cartas que le he ido escribiendo a través de los años. Noté que son bastantes: creo que es la persona a la que me he dirigido epistolarmente con más asiduidad. (…) Es curiosa esta parábola que ha dado Gumersindo y lo ha convertido en mi confidente. La vida política me acostumbró a no entregarme demasiado, cuidar mis palabras y administrar mis sentimientos. (…) Con Gumersindo es distinto: está dotado de inteligencia natural, después de un cuarto de siglo de convivencia conoce mis cosas mejor que yo, y no tiene ningún interés que no esté asociado a mi persona. Sé que algunos de los que me rodean –incluso mis hijas- critican esta confianza que brindo a quien, después de todo, es un servidor. Sin embargo, yo encuentro en Gumersindo todas las cualidades que permiten hacerlo depositario de lo más escondido y reservado, en la seguridad que jamás traicionará la fe que he puesto en él. Y no dudo que Margarita y él serán los que me lloren con más sinceridad cuando abandone este mundo" (9).

En Pérez Celis, mi padre, María José Gabin escribe acerca de su abuelo materno (10).

Vascos

En "Florencio Constantino: Breve Biografía", leemos: "Como en el caso de tantos otros inmigrantes que llegaron a nuestro país, Florencio Constantino emigró a América siendo muy joven para labrarse un porvenir. (…) Hijo de Antonio Constantino Sánchez, natural de Valleval, Asturias, y Antonia Carral Ruiz, santanderina de Arredondo, Mariano Florencio Constantino Carral nace en Ortuella el 9 de abril de 1868. (…) Florencio aprende con entusiasmo a tocar la "vigüela" y rápidamente agrega a su repertorio de canciones vaskas y españolas el canto de ‘aires criollos’, que lo harán conocido y apreciado en cuanta reunión festiva se dé en Bragado y aún en las manifestaciones políticas. (…) El año 1895 ha de ver a Constantino trasladado a Buenos Aires, dispuesto a ser cantante. (…) trajinó los máximos escenarios líricos del mundo. En Buenos Aires se presentó en el Teatro de la Opera, en el Teatro Odeón, en el Teatro Avenida, en el Hotel París, en el Orfeón Español, en el Centro Vasco Laurak Bat, en el Teatro Coliseo y en el Teatro Colón en varias oportunidades. Hizo actuaciones en otras ciudades como Rosario, La Plata, Bahía Blanca, Córdoba y por supuesto en Bragado. (…) murió el 16 de noviembre de 1919, solo, triste y casi olvidado. Pero con la certeza, más allá de su delirio, de que había cumplido aquel sueño de desenterrar el tesoro que llevaba en su garganta. Sus restos descansaron en el Panteón Vasco del cementerio de la ciudad de México D.F y fueron repatriados a la Argentina en 1986, donde esperan su último destino en Bragado, el pueblo de sus amores" (11).

Escribe Andrew Graham-Yooll: "Postal de Corrientes. No la avenida, sino la esquina de Batalla de Salta y San Martín, en Mercedes, provincia de Corrientes. Del caserón en esa intersección surgió una biografía, modestamente magnífica, que debería ser el libro del año. Es la historia de un hacendado correntino, José Antonio Ansola, pronto a cumplir 91 años. Nieto de vascos, sus recuerdos de vida y familiares se extienden desde la guerra contra el Paraguay (1865-1870) hasta nuestros días. (…)"

"Che patrón, el título de la crónica de este ‘hacendado de Corrientes, la provincia guaraní’, es producto de muchas horas de grabaciones y cientos de epístolas a Magdalena Capurro, una uruguaya instalada en Mercedes, interesada en el patrimonio intangible y directora de la biblioteca popular. Doña Magdalena, profesora de literatura y escritora, ha ordenado y escrito esta vida de Ansola (editada por Literature of Latin America, LOLA, un sello angloargentino de Buenos Aires, especializado en historia y botánica locales), que es una delicia, un canto a una época y a una cultura profundamente argentinas, que reúne lo rural heroico, lo noble en la política (Ansola es apasionado por el Partido Liberal y entusiasta de la Sociedad Rural) y lo europeo, la buena lectura y las cabalgatas interminables en Corrientes y el Chaco. (…)"

"Su trayectoria tiene una gran tristeza, que consigna en el libro. ‘Perdí mis campos, los que fueron de mis abuelos. Me derrotó la naturaleza, inundando, y los hombres, cobrando impuestos a las tierras bajo el agua’. Pese a esto, qué hombre, qué historia, qué hermosa tierra" (12).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires, Sudamericana, 1991. Pp. 322-3.

2. Benítez, Rubén: Los dones del tiempo. Buenos Aires, GEL, 1998.

3. Fernández Díaz, Jorge: Mamá. Buenos Aires, Sudamericana, 2002.

4. Degoy, Susana: Niní Marshall, La máscara prodigiosa. Manrique Zago, 1997.

5. Ulanovsky, Carlos: "Niní Marshall Genia y figura", en La Nación Revista, Buenos Aires, 25 de mayo de 2003.

6. Noy, Fernando: "A los ‘pieses’ de la Marshall", en Clarín, Buenos Aires, 24 de mayo de 2003.

7. Gabin, María José: Pérez Celis, mi padre. Buenos Aires, Galerna, 2007.

Audet Fabré: información enviada desde Córdoba por el investigador Eduardo Tyrrell

8. Castro, Manuel: "Manuel Dopazo", en Viajero Celta, 1996.

9. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires, Sudamericana, 2000.

10. Gabin, María José: Pérez Celis, mi padre. Buenos Aires, Galerna, 2007.

11. S/F: "Florencio Constantino: Breve Biografía", en Municipalidad de Bragado.

Texto y foto: http://www.bragado.gov.ar/historia/index.htm

12. Graham-Yooll, Andrew: "Desde Corrientes", en La Nación Revista, Buenos Aires, 5 de junio de 2005.

Estadounidenses

En Soy Roca, biografía escrita por Félix Luna, el protagonista se refiere a una institutriz norteamericana: "Joaquina Arana de Torres, hija de Felipe Arana, el antiguo ministro de Rosas, era una mujer inteligente y divertida, muy mandona y muy buena, por cuya casa ha pasado –y sigue pasando- el tout Buenos Aires. Ella me cedió una de sus institutrices norteamericanas, Miss Fanny Smith, que tuvo a su cargo el manejo de mis chicas, pero además asumió como un deber indeclinable supervisarlas permanentemente" (1).

"Antes de que finalice el año 1883 y pese a los reparos de su madre, doña Dolores Malagarie, debido a la corta edad del niño (8 años), Jorge partió hacia los Estados Unidos enviado por su padre, el dentista Ralph Lamartine Newbery. Para don Ralph, el pequeño 'George' era ya todo un hombre. El propósito era que Jorge conociera a sus abuelos paternos, el doctor Edward L. Newbery y doña Rose Anne Brett Purcell, que vivían en Brooklyn, Massachusetts. Además, don Ralph era partidario de inculcar en sus hijos el valor de saber desenvolverse por sí mismos. Resueltos los últimos aprontes, Jorge viaja acompañado por mister Sthetson, un amigo íntimo de la familia.

En los Estados Unidos, además de sus abuelos, tiene tíos que lo llevan a presenciar partidos de béisbol y a pasear en trineo bajo la nieve por el Central Park. Su abuelo es un reconocido médico homeópata y su abuela, una dama aristocrática que se dedica a la pintura" (2).

En Vida y obra de W. H. Hudson, Alicia Jurado escribe acerca del descendiente de estadounidenses nacido en la Argentina (3).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires, Sudamericana, 1989, p. 260.

2. Varios autores: Jorge Newbery. Buenos Aires, Editorial Planeta Argentina, 1999. 160 páginas.(Grandes protagonistas de la historia Argentina, colección dirigida por Félix Luna)

3. Jurado, Alicia: Vida y obra de W. H. Hudson. Buenos Aires, Fondo Nacional de las Artes, 1971. 274 pp., 7 láms. col. y b. y n. (Colección ensayos) 2a. ed. Buenos Aires, Emecé, 1989. 251 pp. (Biografías y memorias) www.hudsonmuseoyparque.org.ar

 

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