Introducción
Los procesos de enseñanza deben fortalecer a los seres humanos de manera personal y social, deben ser antes procesos éticos que epistemológicos, entendida la epistemología como "la rama de la filosofía que estudia la definición del saber y la producción de conocimiento" (Castañeda, 2008, p. 33), mientras que la ética se entiende como una reflexión filosófica a lo interno de nuestro comportamiento individual, debemos autocriticarnos primero para poder evaluar como vamos a llevar a cabo una educación consiente, liberadora y generadora de un conocimiento que pueda empoderar a los individuos donde se aplicarán estrategias educativas que contemplen las diversidades colectivas.
El educador debe convertirse en un investigador educativo, casi en un antropólogo, porque debe poner en contexto de su interés a las poblaciones donde generá cambios y donde es "importante desarrollar la producción y apropiación colectiva del conocimiento, capacitando a la gente para construirlo y para apropiarse críticamente del conocimiento universal acumulado, en lugar de sólo transmitirlo unidireccionalmente" (Leis, 2005, p. 44), de esta manera generará los cambios esperados con una participación de la colectividad como creadores de sus propias mejoras en la calidad de vida y esto les permitirá darse cuenta de las potencialidades que ellos mismos poseen.
Estamos entonces ante una disyuntiva cognitiva como lo plantea Orosco(2011) al referirnos a Paulo Freire cuando nos expone que una alfabetización crítica y dialógica debe generar la capacidad de hacer un interrogatorio de la vida tomando en cuenta las experiencias de las personas para tocar sus almas y cuerpos, y que cuando esto se pierde o no aplica en nuestro quehacer como administradores de la Educación no Formal, excluyendo las expresiones de la gente, no tomando en cuenta a los desfavorecidos produce una educación extensionista, irrelevante, antidialógica y totalmente acrítica (p. 5).
Como cierre de esta introducción la concepción de este conocimiento generado por las colectividades desemboca en un saber que "no es sólo el conocimiento operacional y el aprendizaje significativo, el saber devela el poder de ese saber y de quien lo usa para un determinado fin político, cultural y práctica educativa"(Orozco, 2011, p. 6), buscando una emancipación como un proceso integral, reflexivo que alcance la conciencia y la sensibilidad de los creadores de este saber, así lograremos evitar a través de una investigación acción que los activismos políticos perjudiquen los procesos educativos, no dejando que se reproduzcan las condiciones estructurales, sino que sean trasformadas, porque estás son las que provocan pobreza, injusticia y cualquier forma de opresión social.
Epistemología de la Educación
Una de las principales acciones que a la educación se le plantea parafraseando a Núñez (2012) como un hecho práctico, es que el conocimiento sea producto de una construcción social, con un marco epistemológico enfocado a que los sujetos educandos transformen las dinámicas actuales, donde los aspectos socioeconómicos, culturales así como las políticas educativas provoquen una enseñanza de tipo vertical, repetitiva e incluso memorística (p.9-10), creando seres humanos homogeneizados, cuya función social será la de mantener un sistema acrítico que minimiza las condiciones del desarrollo humano.
La educación debe crear ambientes donde "el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad" (Roldán, 2007), que las emociones, sentimientos de los actores y actrices son parte vital de una investigación acción que busca cambiar las realidades sociales de un colectivo inmerso en una ignorancia cognitiva, socavando la democracia como única opción de esperanza a un futuro mejor, entonces "el primer objetivo de la educación del futuro será apropiar a cada uno de los alumnos de la capacidad para detectar y subsanar los errores e ilusiones del mismo, en un escenario social de reflexibilidad crítica y, sobre todo, de convivencialidad ideológica" (Roldán, 2007).
La principal función de la educación en lo social es formar a los futuros ciudadanos y trabajadores que el país necesita, "no obstante, vista en detalle, en el cumplimiento de sus funciones en los espacios escolares, la educación y los procesos pedagógicos que desarrolla, revelan una fuerte ausencia de vínculos entre las necesidades y los procesos educativos, las necesidades de los jóvenes, y los retos del contexto local, regional, nacional y global que estamos viendo nacer (D"Antoni, et al, 2012, p.61), presentándose un divorcio entre las necesidades reales que la población actual requiere y lo que el sistema educativo formal busca mantener, por estar bajo un control de un sistema político neoliberal que no le permite desarrollar estos procesos que tomen en cuenta una cultura popular, teniendo claro que "el sistema formal nunca podrá asimilar la cultura popular" (Casali, 2005, p. 35).
Entonces la educación podrá tomar como base a la Educación Popular, donde según Núñez (2012) es donde se comenzó a expresar la promoción y la defensa de los derechos humanos, donde se manifiestan la protección del medio ambiente haciendo conciencia sobre la problemática ecológica y, que la educación le dé importancia a temas como la equidad de género la cultura hacia la paz (p.7), mediante una combinación de saberes populares y conocimientos generados dentro de las realidades sociales donde se llevarán procesos educativos generadores de cambios, con una participación colectiva, mediante una investigación acción como principal herramienta.
De lo analizado en este apartado podemos tener claro que para el caso de nuestro sistema educativo formal costarricense este "no está exento de fisuras y que, más bien, no cumple exitosamente con el objetivo de asegurar un desarrollo humano sostenible para el país (D"Antoni, et al, 2012, p.61), por ello debemos convertirnos en agentes de cambio, en investigadores críticos y activos, reconociendo a las personas como sujetos de acción, como sujetos activos que pueden provocar las transformaciones que se necesitan y donde nosotros como administradores de la Educación no Formal, tenemos la misión de conjuntar todas las herramientas que faciliten estos procesos de cambios, siempre motivados por mejorar la calidad de vida de los colectivos donde podamos participar como facilitadores que motiven estos cambios.
La Educación Popular: Fines y aportes a la Investigación Acción
El efecto que la Educación Popular debe generar en nuestro desarrollo profesional como futuros administradores de la Educación no Formal, se centra en la praxis constante, la comunicación bidireccional que fomente una inclusión y un diálogo entre todos los participantes de proyectos de transformación social, que como afirma González (2010) se deben generar propuestas viables que alimenten a la esperanza y alcancen un compromiso ético, generando a su vez una acción liberadora (p.47) que provoque los cambios que el colectivo ha definido como prioritarios.
No podemos entonces separar a un educador popular de un educador formal, porque este necesita un enfoque pedagógico, una metodología educativa que le permita saber identificar los momentos, las formas de aplicar la investigación acción de manera coherente "con su intencionalidad política emancipadora y sus criterios pedagógicos; así, propuestas como la Investigación Acción Participativa, la recuperación colectiva de la historia, los diagnósticos participativos y la sistematización de experiencias han estado presentes en los discursos y prácticas de la Educación Popular en su casi medio siglo de existencia" (Torres, 2010, p. 8).
La Educación Popular entonces no pretende solo la aplicación de técnicas o de herramientas didácticas, como afirma Núñez (2012) que hacen más ameno y eficiente este proceso de enseñanza aprendizaje, sino que va más allá y se nos plantea por el mismo autor que debe ser una propuesta en constante cambio (p.7), en trasformaciones que serán producto de la interacción entre los miembros que participan en el desarrollo de estrategias transformadoras de las realidades sociales, realidades que no permiten una emancipación, una democracia más participativa, una creación de consciencia ecológica que venga a favorecer a los desposeídos de los medios de produccón, del capital y de todos aquellos que al no tener un poder de decisión deben aceptar lo que las clases poderosas esgriman sobre sus hombros.
Podemos concluir que la Educación Popular deriva en "un enfoque epistemológico dialéctico" (Núñez, 2012, p.10), que se nos presenta como compleja, con visos holísticos a veces no tan claros, con una concepción del contexto histórico, no como estático, sino que en constantes cambios contrario a lo que el enfoque positivista sentencia y busca alcanzar una mirada general, global partiendo de contextos locales donde podemos llevar a cabo la investigación acción.
Como vemos no debemos limitarnos a un espacio estático, más bien a un realismo a una integridad de parte no solo de los colectivos, sino de nosotoros mismos también, si queremos realmente lograr las metas trazadas por todos, como afirma Betto (2005), no se trata de que el pueblo entienda lo que hago, sino que vea la acción de cómo lo hago (p.25), es que seamos más críticos y que podamos reconstruir nuestros paradigmas con una práctica alexionadora sin olvidar que todo esto supone "la combinación de modalidades formales y no formales en ofertas educativas en una íntima relación con las realidades, aspiraciones y necesidades de los sectores sociales con los que se trabaja" (Leis, 2005, p. 41), para que nos quede más claro; "Representa la voluntad de ser menos objeto y más sujeto" (Leis, 2005, p.44).
Epistemología de La Educación no Formal
Cuando se logran fusionar los alcances que genera la Educación Popular dentro del ámbito educativo es cuando surge la Educación no Formal, abarcando "tanto a todas aquellas actividades, los medios o los ámbitos de educación que no sean escolares, pero que han sido creados explícitamente para satisfacer unos objetivos educativos determinados" (Torres, 2007, p.17), donde la Educación Popular ha venido desarrollando una transmisión de conocimientos mediante la comunicación entre generaciones, siempre como una forma de educar en las costumbres que han logrado trascender el tiempo y que les ha venido a permitir mantener mantener niveles de vida constantes.
La Educación no Formal tiene por objetivo principal "captar, describir e interpretar el rico espacio de experiencias educativas que se dan a lo largo de la vida de los individuos desde que nacen hasta que mueren y que trasciende el espacio de la escuela" (Sirvent et al, 2006, p.2), con esto reafirmamos como se fusionan estas dos concepciones educativas y que su campo de acción está enfocado hacia las comunidades, como afirma Díaz (2010), con unos principios integradores donde la educación se convierte en un aprendizaje generado entre actores y actrices hacia una gestión de sus propias necesidades, con respeto a la diversidad y con un trabajo en red que les permita conjuntar lo social con lo interinstitucional (p.70), de manera que puedan plasmar sus necesidades en proyectos de desarrollo y a la vez que se puedan ejecutar en mejorar de sus condiciones de vida.
A manera de resumen sobre este tema, la Educación no Formal se convierte en una opción que permite "disminuir las fronteras entre la educación formalizada y escolar, y las experiencias alternativas no formales que han desarrollado planteamientos, enfoques y metodologías desde nuevas epistemologías" (Díaz, 2010, p. 73), desde nuevos enfoques de generación de conocimientos, donde los participantes de estos procesos educativos se convierten en sujetos activos de sus propios proyectos y donde los Administradores de la Educación no Formal facilitamos la creación de procesos de investigación acción desde una óptica de "el sujeto del discurso (involucrado, partícipe, interesado, que tiene la voz de la realidad) como el sujeto que enuncia el discurso (profesional, investigador/a, educador/a) cada uno con sus campos delimitados y explicitados en la investigación" (Díaz, 2010, p. 77).
Enfoques investigativos en la Educación
La práctica investigativa en la educación obliga al Administrador en la Educación no Formal a llevar a cabo un tipo de investigación social como afirma Díaz (2010), que le permita la combinación de metodologías que conserven una postura epistemológica que sea coherente con la orientación epistemológica, otorgándole a las técnicas y procedimientos (p.75) que se utilizarán una validez sobre conocimientos que la colectividad produce y que los resultados obtenidos sean lo que realmente el grupo donde se lleva a cabo el trabajo investigativo lo que necesitan en realidad.
En la investigación educativa las "posturas cognoscitivas y constructivistas aportan categorías para desarrollar habilidades de pensamiento analítico, reflexivo" (Orozco, 2011, p. 4), que le exigen al educador llevar a cabo un proceso de autoreflexión sobre su práctica docente y le permitan crear estrategias acorde a las situaciones sociales cambiantes, que "tanto el investigador educativo como el docente que interroga e investiga su propia práctica, en sus contextos sociales y culturales particulares están obligados a repensar nuestros lenguajes educativos" (Orozco, 2011, p. 7).
A raíz de esta congruencia entre investigación y educación, repasemos algunas acepciones sobre la investigación y su relación con los procesos educativos; algunas definiciones:
Investigación educativa: De acuerdo con Restrepo (2002) es aquella que se centra en lo pedagógico, desde su historia, definición de su espacio intelectual y que está aplicada a los objetivos pedagógicos que buscan un mejoramiento de la educación, principalmente en materia curricular, métodos de enseñanza y todo aquello que tenga que ver con la práctica educativa (p.21).
Investigación sobre educación: Continuando con Restrepo (2002), son las investigaciones que se llevan a cabo puertas afuera de la institución, es decir, se involucra el fenómeno social que se desarrolla fuera de la institución educativa, pero que afecta a los procesos educativos.
Investigación en educación: "se usa para referirse a todo estudio investigativo relacionado con educación, sea investigación educativa o investigación sobre educación. Es, por ello, genérico, los otros dos, específicos" (Restrepo, 2002, p. 23).
Cuando el Administrador de la Educación no Formal tiene una clara visión sobre como deberá abordar la investigación social es cuando podrá convertirse en un investigador que aplique la acción-participación, tomando en cuenta ya no solo el elemento dialógico de la educación popular, sino que podrá ver más allá de simples hechos aislados que se le presentarán dentro de su práctica profesional, porque "la investigación es educativa en el grado en que puede relacionarse con la práctica de la educación, en la medida en que se realiza dentro del proyecto educativo y enriquece la empresa educativa. (Restrepo, 2002, p. 23), haciendo uso de estos procesos educativos para poder generar transformaciones sociales, en beneficio de las comunidades marginadas y de todas y todos los que requieran de la intervención de cambios que mejoren su calidad de vida.
Epistemología de la Investigación Acción
Para la década de los cuarenta nace la Investigación acción, "propuesta por el sicólogo social Kurt Lewin en la década del 40 como un tipo de investigación colectiva en torno a una problemática común, a través de la reflexiva y la actuación social. En este tipo de investigación no hay distinción entre lo que se investiga, quien investiga y el proceso de investigación" (Hernández, 2010, p. 4), donde la duda epistemológica surge por la relación cíclica de cómo relacionar un análisis crítico retrospectivo del sujeto con respecto a la acción prospectiva que debe ejecutarse y que una vez teniéndola claro el docente investigador puede confiar que el proceso investigativo que lleva a cabo es confiable, objetivo y dinámico.
La investigación acción busca que se generen cambios, transformaciones en el mundo, que permitan una comprensión del mismo a través de la práctica activa, donde el rol del Administrador de la Educación no Formal es de servir de puente entre los individuos y su medio para la creación de proyectos que realmente generen un impacto dentro de las colectividades y que los objetivos que se planteen se logren de la forma más eficiente y eficaz.
Para la realidad de nuestros países latinoamericanos esta metodología del conocimiento que se concreta a través de la investigación acción genera "una nueva corriente de investigación social: la investigación– acción–participativa, entendida como un enfoque investigativo que busca la plena participación de las personas que conforman los sectores populares en el análisis de su propia realidad con el fin de promover la transformación social de los oprimidos, explotados y marginados" (Pisso & Rincón, 2010, p.136-137), de lo que podemos deducir que se concientiza al ser humano como un sujeto activo inmerso en su realidad social y que busca crear conciencia sobre las transformaciones que se necesitan "para algunos analistas se aproxima a la pedagogía de la complejidad. (Pisso & Rincón, 2010, p.138).
La investigación acción genera entonces un "proceso de crítica social al develar los problemas de la práctica pedagógica particular, pero no se abordan problemas colectivos ni se intentan transformaciones en las dinámicas, estructuras o políticas sociales" (Hernández, 2010, p. 5), para ello es el docente quien deberá dentro de su práctica profesional, promover que los cambios que se necesitan se lleven a la realidad, incluso los movimientos sociales utilizan esta dinámica investigativa para crear reflexiones y debates que luego podrán plasmarse en proyectos que generen cambios sociales a favor de una sociedad más equitativa.
Por último se necesita que la intervención reflexiva y crítica se reproduzca en todas las dimensiones, como la "sociopolítica, en la dimensión institucional y en la dimensión del espacio de enseñanza y de aprendizaje de las experiencias educativas más allá de la escuela. (Sirvent et al, 2006, p.12), donde el Administrador de la Educación no Formal "debe posibilitar la indagación científica y la intervención, con una fundamentación ético-política y pedagógica, a nivel de las políticas públicas, de las instituciones y de los espacios de enseñanza y aprendizaje (Sirvent et al, 2006, p.14).
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Autor:
Marco Antonio Cubillo Murray
Profesora: Dra. Cecilia Díaz Soucy
UNIVERSIDAD DE COSTA RICA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
CURSO: EPISTEMOLOGÍA Y TEORÍA DE LA EDUCACIÓN