Claudia Liberona Salas – Psicóloga
Universidad Academia de Humanismo Cristiano Escuela de Psicología 2003
- ¿Cómo son las socialidades que los jóvenes construyen en los espacios públicos del mall en Santiago?
- El Grupo
- Breve descripción de la investigación
- Descripción del lugar
- Uso del Espacio
- El adolescente como Allien
- Los pares
- Distinciones de género.
- Control y vigilancia
- Búsqueda de pareja
- El lugar físico y el Yo
El siguiente ensayo es una reflexión preliminar sobre una investigación de la Escuela de Psicología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Su carácter de preliminar permite dejar abierta algunas interrogantes y posibilita profundizar en el tiempo algunas ideas relevantes.
La pregunta de investigación inicial que se planteó el equipo fue:
¿Cómo son las socialidades que los jóvenes construyen en los espacios públicos del mall en Santiago?
Hoy se entendiere por socialidad una forma característica de los sujetos sociales de la posmodernidad, en donde se pasó de ser un ser social con una función determinada, con una pertenencia a un grupo estable, a ser un sujeto que juega roles de acuerdo a sus gustos, prioridades e intereses.
Este sujeto ya no forma parte de la individuación clásica, en la cual el sujeto está consigo mismo, sino que se distingue por un estar con el otro basado en la afectividad y no en la razón, en donde el nosotros es más importante que el yo.[1](Maffesoli, M. 1990), como una forma de reaccionar afectivamente con el otro frente a un mundo fuertemente hostil y sin perspectivas.
Según este autor habría una construcción distinta de lo social basada en la masa, en la cual lo próximo del otro, lo táctil, el roce, serán los que nos dan identidad.
Por tanto, también existe así una estética que nos distingue, que nos permite reconocernos y diferenciarnos.
Así se refiere Maffesoli al fenómeno de las tribus urbana que reflejan una transformación en la organización social[2] (Costa, Oriol-Pere, Peréz Tornero, José Miguel, Tropea, Fabio. 1996; 34
a) de la importancia de la organización politico-económica, pasamos a la importancia de las masas;
b) del sentido del individuo -establecido según la función- se pasa a la persona (rol);
c) y de grupos contractuales, pasamos a las tribus afectivas.
En síntesis, este nuevo tipo de socialidad sería el espacio donde se desarrolla la identidad, caracterizada por altos grados de afectividad e identificación con el grupo, primando el yo social[3] sobre el yo individual[4].
Esta visión proveniente de la sociología y otras ramas de las ciencias sociales, se pondrá en contraposición con la teoría tradicional de la psicología sobre el desarrollo de la identidad en la adolescencia, planteada por E. Erickson.
Para E. Erickson[5] (Erick Erickson, 1968) la adolescencia es el período en dónde el ser humano vivencia la crisis de identidad, en donde la tarea fundamental es consecución de un sentimiento de mismidad y de continuidad de la propia existencia en el tiempo y en el espacio. Los pares son considerados como referentes primordiales en este proceso, siendo su rol fundamental sobre todo en lo que tiene que ver con el logro de la independencia emocional de los padres, proceso de autonomía, sin el cual, afirma Erickson, no se puede superar con éxito la crisis de la identidad.
Dentro de esta perspectiva se ha señalado que el grupo de pares cumple las siguientes funciones[6] (Oerter & Montada, 1995):
a)Puede ser un aporte para la estabilización y otorgar apoyo emocional. Sobre todo ayudando a superar los sentimientos de soledad, que muchos jóvenes desarrollan como resultado de la autoreflexión y la constatación de la propia individualidad.
b) Ofrece espacio social para experimentar distintas conductas, las cuales al exterior del grupo serían muy riesgosas.
c)Tiene una función importante en la separación de los padres y ofrece apoyo, a través del efecto normativo de una mayoría.
d)Es un aporte para la tarea de encontrar identidad, pues ofrece una posibilidad de identificación, estilos de vida y refuerzo en la autorepresentación.
Tomando esto dos enfoques desarrollaré un esquema de análisis que permita, desde la psicología del desarrollo y social aportar algunos elementos a la pregunta de cómo se configura la identidad en la posmodernidad.
Los grupos de amigos son según diversos estudios los referentes de mayor relevancia para la definición del yo durante la adolescencia.
Basándonos en lo manifestado por Maffesoli, así como lo que plantea Tajfel[7] ([1] González Ma. Pilar, 1997; 272) respecto a la confirmación de la identidad en la igualdad y la diferencia es que plantearemos dos ideas centrales:
1. El grupo como soporte afectivo, en la igualdad
2. El grupo como referente del no-soy, basado en la diferencia.
Para esto u Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlags Union, Weinheim. 1995
Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlags Union, Weinheim. 1995
tilizaremos además los planteamientos de Wicklund y Gollwitzer[8] (1982) quienes en su teoría de la Autocomplementaridad simbólica (Oerter, R. Dreher, E.1995; 355-356), plantean que los Jovenes expresan mediante símbolos el Yo. El Yo no existe en un lugar tangible, por lo tanto no puede ser visto ni tocado, es necesario expresarlo, plasmarlo de alguna forma. Se recurre entonces a símbolos que entregan información sobre la definición que la persona ha hecho de si mismo. Se plasma el YO a través de aspectos relacionado con la estética, así como a través de la conducta. La vestimenta, los tatuajes, los cortes de pelo y las preferencias musicales pasan a ser parte de un lenguaje que entrega información sobre aspectos importantes de la personalidad. Las conductas por otro lado pueden ser conductas del mundo adulto, como el buen rendimiento o el fumar, o antagónicas, como el rayar murallas.
Los jóvenes usan el recurso estético para expresar desde tendencias musicales, hasta ideas políticas. Los Hip-Hoperos por ejemplo comunican descontento y rebeldía. La ropa ancha se puede leer como ampliación del limite, un disfraz del cuerpo real. Los góticos través del color negro expresan una vinculación con lo oscuro, con lo prohibido, los hombres, de está tribu se maquillan, lo cual los acerca a las mujeres, acortando así la brecha de la diferencia de género.
Pero que pasa con los jóvenes que no pertenecen a las tribus, acaso ellos no quieren plasmar su Yo. En la aparente normalidad es donde se ubica el Yo, aparente porque siempre es una exageración de la norma, la ropa es más corta, más ajustada, se elige con cuidado y se combinan los detalles meticulosamente. El azar no forma parte de la estética juvenil.
La Autocomplementaridad simbólica es entonces el lenguaje no verbal del YO. Si aprendemos a leer este código corporal y conductual podremos entonces descifrar y acompañar mejor los procesos de diferenciación de los adolescentes actuales.
Breve descripción de la investigación
Durante dos meses se realizaron 16 observaciones durante los días viernes y sábado en el horario de 18:00 a 21:00 hrs. En un Centro de Juegos de un centro comercial santiaguino. Después de realizar algunos recorridos por todo el recinto, se eligió el Centro de Juegos, por agrupar este a la mayor cantidad de jóvenes y adolescentes.
El Centro de Juegos es un espacio destinado principalmente a Juegos electrónicos está ubicado en el tercer piso del lado oriente del Mall sobre el cine y el patio de comidas. Para acceder al él es necesario alejarse del sector marcado por las tiendas. El lugar cuenta con diversos tipos de entretención autos locos, un palacio del terror, juegos tales como autos de carrera, Hockey de mesa, Flippers, juego de escalar y máquinas de baile con distintos tipos de música, además cuanta con un escenario en donde transmiten radioemisoras en vivo.
El lugar no cuenta con ventanas hacia el exterior, la iluminación es tenue, y se escuchan disversos tipos de música, a parte de videos musicales que son transmitidos intermitentemente. Existe también una cafetería con mesas para el publico. En general existe una alta concentración de estímulos audiovisuales que disgregan la atención y permiten a su vez encontrar la diversidad que enmarca el gusto juvenil[9].
Abiertamente este es un espacio diseñado para que adolescentes y jóvenes se entretengan, según versión de los encargados del Mall, cuenta con todo lo necesario para ser atractivo para este segmento de la población, la iluminación tenue y la música pareciera ser uno de los factores que potencian su atractivo.
Los jóvenes que fueron observados, durante está investigación, parecían ser asiduos visitantes del recinto, puesto que muchos de ellos fueron identificados en más de dos de las observaciones, al parecer el objetivo de acudir al Centro de Juegos no es tan solo jugar, sino más bien y preponderantemente estar en un lugar que permite el encuentro, el intercambio, el entretenimiento y hacer actividades libres de la mirada del mundo adulto, como lo es el fumar por ejemplo.
El Centro de Juegos se transforma así en un espacio de encuentro juvenil en donde la diversidad de estilos en la ropa y en la procedencia económica pareciera ser la tónica, los jóvenes deambulan por el lugar sin un objetivo aparente, se miran, se contactan, los grupos se juntan y se dispersan, para por lo general volver a juntarse, los más asiduos se conocen entre sí y se saludan e intercambian frases.
La forma de usar el espacio es común a la forma que tienen los grupos de jóvenes de "apropiarse" de lugares que no están hechos para la conversación y el intercambio. Sentándose en el suelo, en las barandas, ocupando las esquinas y los pasillos los grupos marcan presencia, delimitan el contacto, muestran que aquí hay un mundo con limites que dan los cuerpos y las miradas, se ubican en algunas maquinas de juego como las de baile, de una manera tal que solo los pertenecientes al grupo pueden acceder a ella, generando una frontera invisible dad solo por la pertenencia.
El adolescente como Allien[11]
Desde la practica he podido constatar que los adolescentes son percibidos desde el mundo adulto como una especie de ser de otro mundo. La cotidianeidad de los adolescentes es un enigma para padres y profesores. La sociedad se encuentra en una paradoja respecto a los adolescentes, por un lado se practica un culto estético sobre los atributos juveniles, pieles lozanas, músculos, elásticos, cuerpos proporcionados y por otro se restringen las posibilidades de movimiento de estos grupos. La restricción pasa por la carencia de lugares para ser joven, para estar como joven, pues estos no son parte constitutiva de la ciudad. Por ejemplo paulatinamente ha aumentado la cantidad de plazas de juegos para los niños, sin embargo, los espacios para que los Jovenes, hagan deporte, se junten, hagan música, etc., son casi inexistentes. Es decir, la ciudad no contempla la existencia y la necesidad de estar de los Jovenes. Por lo tanto ellos para poder intercambiar experiencias, para experimentar con otros, tienen que crear y re-crear espacios que no han sido diseñados para ellos como plazas y esquinas, o bien tienen que re-significar espacios como lo son los centros de juego.
La mayoría deambula e ingresa en grupos (mínimo dos integrantes), se observan dos grandes tendencia:
q Los pertenecientes a las llamadas tribus urbanas[12],
q Los jóvenes citadinos (Echeverría, 2003)[13]. Entre los primeros están los Hip-Hoperos y jóvenes al parecer góticos, y los segundos son aquellos que siguen las tendencias de la moda.
Estos grupos se dirigen en su mayoría directamente al Centro de Juegos, siendo al parecer este el único espacio que les es importante en la estructura del centro comercial.
Las tribus son preponderantemente masculinas, específicamente los Hip-Hoperos, las mujeres que se relaciona con ellos, normalmente no andan vestidas con atuendo de la tribu, los chicos de negro, que un principio se pensó eran góticos, también están conformados preponderantemente por hombres.
También se encuentran grupos pequeños (3-5 integrantes) de sólo hombre o sólo mujeres, que a parte de jugar caminan mirando las distintas ofertas del centro.
Dentro de esto se puede decir que existen grupos de hombre y mujeres, tribus y citadino, que abiertamente tiene una actitud de búsqueda y galanteo, se observa las miradas, los cruces el pedir cigarrillos, el acercarse de un hombre de un grupo, el escudero, a un grupo de mujeres para llevar un mensaje, para hacer contacto. Existen otros grupos de chicas que al parecer no están interesadas en contactarse con ellos, que abiertamente tienen una actitud de indiferencia repecto al sexo opuesto y que no esperan ser cortejadas, que se valen por ellas mismas, a esta chicas, las denominaremos autónomas.
Existen reglamentos y cuidados por parte el establecimiento respecto a mantener el orden en el Centro de Juegos, a primera vista no se repara el control, después de realizadas varias observaciones, se puede conjeturar que existen grupos que son mayormente "vigilados" por los guardias, que en este lugar no usan el atuendo típico del centro comercial.
La adolescencia está marcada por la aparición de los rasgos sexuales secundarios, es decir cuando hombres y mujeres adquieren sus rasgos corporales identificatorios. Se puede decir entonces que los adolescentes están dotados de una nueva corporalidad cuyas habilidades y destrezas están aún por ser descubiertas. Por un lado está el autodecubrimiento que nos entregan las sensaciones internas, y por otro esta el descubrirse a través del otro, de la mirada del otro. El centro de Juego no está exento de este descubrimiento hombre y mujeres se desplazan conscientes del efecto que provocan en los otros, pendientes de las miradas, y del reconocimiento, jugando así con el vestuario y con el movimiento. El centro de juegos se transforma así en una pipeta de ensayo, en donde se prueban gestos y miradas que posibilitan la seducción.
Las observaciones permiten constatar que este espacio es significado por los jóvenes como un lugar de posibles "conquistas", en donde el acudir periodico genera una cierta familiaridad que rompe el anonimato de la calle, y genera cierta confianza para acercarse al otro, puesto que son reconocidos como habitantes de un mismo espacio, es así como la pertenencia a este lugar genera la idea de compartir un mismo mundo, con referentes comunes, que sería según la teoría de la endogamia (Olbrich, Erhrard, Bruederl, Leokadia, 1995; 397)[14] la manera de descubrir a una posible pareja, a través de la proximidad física, la pertenencia a un mismo grupo socioeconómico, y sociocultural.
El centro de juegos es un lugar destinado y diseñado para los Jovenes. Desde a perspectiva de la constitución del yo, los jóvenes tienen la necesidad de diferenciarse fuertemente del mundo adulto, entonces acuden a lugares en donde le está permitido existir en contacto con sus pares, allí pueden experimentar y escapar del ojo adulto, pueden fumar, flirtear, en el fondo ser sin restricción. En estos lugares se encuentran con los iguales y los diferentes. En esos lugares se produce el reconocimiento, la pertenencia y la diferencia.
La gama de tendencias posible en el vestuario y la estética se encuentran aquí, pueden coexistir, más aún, su coexistencia es necesaria, para lograr identificación y diferenciación.
Por otro lado el usar este espacio, el concurrir a este lugar entrega un mensaje al mundo adulto, que podría ser entendido como:
"ya no soy niño, ahora soy joven, y hago cosas que hacen los jóvenes"
Concluyendo el acudir al centro de juegos es para algunos jóvenes una forma de mostrar la pertenencia a este segmento de la población, es una manifestación de la identidad social.
En la construcción del nosotros se encontraría entonces la construcción del Yo juvenil, aquí el temor de ser distinto desaparece, mis iguales me refuerzan en que yo no estoy solo, que existe un lugar psíquico, el grupo, en donde soy acogido y protegido.
Costa, Oriol-Pere, Peréz Tornero, José Miguel, Tropea, Fabio. Tribus Urbana. El ansia de identidad juvenil: entre el culto a la imagen y la autoafirmación a través de la violencia. Paidós. 1996.
Echeverría, Genoveva. Jóvenes y nuevos ritos sociales: Construcción dentro y fuera de la ciudad del consumo. Inédito. 2003
Erickson, Erick. Identidad, Juventud y Crisis. Buenos Aires. Piados. Cap. 3, 1968
González Ma. Pilar. Orientaciones Teóricas Fundamentales de la Psicología de los Grupos. EUB, S.L. 1997.
Maffesoli, Mishel. El tiempo de las tribus, el declive del individualismo en la sociedad de masas. Ed. ICARIA, Barcelona, 1990.
Olbrich, Erhrard, Bruederl, Leokadia, Kapitel 7. Fruehes Erwchsenalter: Partnerwahl, Partnerschaft, Eltrenschaft. En Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlgs Union, Weinheim. 1995
Oerter, R. Dreher, E.Kapitel 6. Jugendealte. En Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlags Union, Weinheim. 1995
Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlags Union, Weinheim. 1995
[1] Mafessoli, M. El tiempo de las tribus, el declive del individualismo en la sociedad de masas. Ed. ICARIA, Barcelona , 1990.
[2] Costa, Oriol-Pere, Peréz Tornero, José Miguel, Tropea, Fabio. Tribus Urbana. El ansia de identidad juvenil: entre el culto a la imagen y la autoafirmación a través de la violencia. Paidós. 1996.
[3] Se entiende por Yo social la imagen que otros se hacen de uno mismo.
[4] Se entiende por Yo individual a la coherencia entre la historia de vida y la experiencia que ha hecho una persona. Este es el hilo conductor que une todos los sucesos.
[5] Erick Erickson. Identidad, Juventud y Crisis. Buenos Aires. Paidós. Cap. 3, 1968.
[6] Oerter & Montada . Entwiclungspsychologie.Weinheim. Psychologie Verlags Union. Teil II-6. 1995.
[7] Gonzalez Ma. Pilar. Orientaciones Teóricas Fundamentales de la Psicología de los Grupos.EUB,S.L. 1997.
[9] Existe una extensa gama de estilos músicales, que prefieren hoy distintos grupos de jóvenes.
[10] Las reflexiones vertidas aquí son en alguna medida producto del debate del equipo de investigación.
[11] Uso esta figura del cine, para dar cuenta de la relación que establece el mundo adulto respecto al mundo adolescente o juvenil.
[13] Echeverria G. Jóvenes y nuevos ritos sociales: Construcción dentro y fuera de la ciudad del consumo. Innedito. 2003
[14] Oerter, Rolf, Montada, Leo. Entwicklungspsychologie Psychologie Verlgs Union, Weinheim. 1995 Kapitel 7. Fruehes Erwchsenalter: Prtnerwahl, Partnerschaft, Eltrenschaft.
Oscar Muñoz