Verdad, Justicia y Memoria a 30 años del Golpe de Estado del 24 de Marzo de 1976
Enviado por Patricia Vidaurre
- Ubicación histórica (caída de perón 1955 – 1976)
- Acciones del terrorismo de Estado
- Lista y descripción de algunos de los centros clandestinos de detención
- La acción femenina
- ¿Y los niños donde están?
- ¿Qué pasó con la economía durante de la dictadura?
- Conclusión
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Treinta años después de lo que ocurrió en Argentina, es difícil hablar cuando las emociones, los recuerdos y la impotencia se mezclan.
Cerca de 1983, en mi mejor época de estudiante universitaria, se reabrían los Ateneos Políticos, mi "interés" o curiosidad me llevaron a una Reunión en la que se hablaba de la Dictadura y el Golpe de 1976, yo escuchaba atentamente, porque muchas cosas que allí se decían no me resultaban claras.
Estaba convencida de que el Golpe fue pedido por la sociedad de esos años, es más para el Mundial del 78, también creía que en Argentina éramos DERECHOS Y HUMANOS, y colaboré ingenuamente enviando postales a diferentes partes del mundo.
Más tarde el engaño de Malvinas y el hecho de pertenecer a la clase 1962 me volvió a golpear. Tantos hechos históricos que me tocaron vivir y que hoy quiero retomar desde una perspectiva más crítica.
Entre tanta lectura, testimonios y vivencias este trabajo pretende encontrar algún hilo conductor que justifique el uso de la violencia y la falta de respeto a los DERECHOS HUMANOS, desde cualquier ideología
De hecho, este presente trabajo se estructuran a partir de:
- Ubicación histórica (caída de Perón 1955 – 1976)
- La acción de la Triple A
- El Proceso y la Represión
- La acción de las madres
- Los niños y su identidad
- Los efectos económicos
- Conclusión
UBICACIÓN HISTÓRICA (CAÍDA DE PERÓN 1955 – 1976)
El 16 de Junio de 1955 estalló la insurrección, era una consecuencia lógica, una vez que fue destruida la convivencia pacífica, promovida desde el Gobierno, a través de la persecución religiosa, el materialismo de vida y la apostasía colectiva.
El 31 de Agosto, tras una parodia de renuncia, Perón decía a una concurrencia exigua en la Plaza de Mayo:
"…Aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades… puede ser muerto por cualquier argentino. Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los que ejecutan sino contra los conspiren o inciten…y cuando uno de los nuestro caiga caerán cinco de ellos…que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hallamos aniquilado y aplastado…Nuestra Nación necesita paz y tranquilidad…y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos…veremos si con esta demostración nuestros adversarios y enemigos comprenden. Si no lo hacen, ¡pobres de ellos!…yo pido al pueblo que sea él también un custodio del orden."
Al respecto me permito transcribir el Nº 48 de la Encíclica de Juan XXIII Pacen in Terris, que señala:"La autoridad que se funda tan sólo o principalmente en amenazas o en el temor de las personas o en la promesa de premios, no mueve eficazmente al hombre a la realización del bien común; y, aún cuando lo hiciere no sería ello conforme a la dignidad de los hombres, que son seres libre y racionales. La autoridad es, sobre todo una fuerza moral; por eso los gobernantes deben apelar; en primer lugar, a la conciencia, o sea, al deber que cada uno tiene de aportar voluntariamente su contribución al bien de todos. Pero como, por dignidad natural, todos los hombres son iguales, ninguno de ellos puede obligar interiormente a los demás. Solamente lo puede Dios, el único que ve y juzga las actitudes que se adoptan en lo secreto del propio espíritu."
A la propuesta de Perón un sector de dirigentes de la CGT comenzó a presionar para armar milicias populares, el planteo obrero amenazaba con desatar una revolución, aventura que Perón supo evitar.
La conspiración militar bajo la dirección del general Eduardo Lonardi estalló en Córdoba el 16 de septiembre. La amenaza de la marina de bombardear la Capital, enfrió a los adictos a Perón, pocos días después el presidente entrego su renuncia al general Lonardi. De la obra que emprendió para asegurar "la justicia social" solo quedó un recuerdo de los aumentos anuales de los salarios, una inflación en crecimiento y el recuerdo de los contratos petroleros leoninos con los monopolios internacionales. Y además quedaron masas populares resentidas que tenían fuerza como grupo social.
El peronismo fue proscrito. A principios de 1963 se normalizó la CGT y los accionistas peronistas asumieron su conducción; el peronismo sin Perón creció en algunas provincias tradicionales y en el sector sindical, sus dirigentes descubrieron que los intereses de las poderosas instituciones que manejaban no coincidían con los del jefe en el exilio; esto provocó una división en el seno del peronismo, favoreciendo el triunfo de los adversarios en 1965, aún cuando Perón venció a los insurgentes y aseguró su hegemonía.
Un nuevo golpe de estado contra el gobierno del doctor Arturo Illia puso en 1966 al general Juan Carlos Onganía en el poder; un ESTATUTO de la REVOLUCIÓN condicionó la vigencia de la Constitución, se suspendieron las actividades políticas, se controlaban periódicos y libros y mediante un acto policial se acabó con la autonomía de las universidades, se buscaba destruir la fecunda experiencia universitaria iniciada en 1955. Los sindicalistas fueron invitados a "participar ", aprobando o haciéndose cargo de las consecuencias.
A lo largo de 1969 la paz militar se fue acabando surgiendo la acción de grupos armados clandestinos que ingresaron a la política argentina, así el llamado Cordobaza de mayo de 1969 expresó las tensiones de la sociedad. El estallido social en Córdoba abrió un camino, algo nuevo era posible en el país.
La fuerza impulsora de los grupos que tomaron las armas entre 1966 y 1973 más que un conjunto de ideales, una utopía, era el producto de una cultura de rebelión arraigada en el contexto político y social de ese momento.
El ala combativa el peronismo fue en un principio muy heterogénea, antes de la fusión de otros grupos con los Montoneros (1972-1973); un sector de origen marxista con su cosmovisión, los grupos nacionalistas buscaban su ideología; se podía ver una vertiente que ligaba la cuestión nacional con la redención popular; otros a los que la Teología de la Liberación les ofrecía una sociedad basada en la Justicia Social. De modo que las formaciones especiales, brazo armado de la juventud peronista, tenían claro a que se oponían, pero no que defendían.
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