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Las virtudes de la expresión (página 2)

Enviado por E. J. Ríos


Partes: 1, 2, 3
so debe consultarse la extensa bibliografía existente de los avezados en el tema, más bien se trata de ofrecer, a modo de un pequeño glosario, algunos de estos conceptos y términos para su consulta rápida. Otra advertencia que consideramos prudente hacer es en relación con la sección referente a las figuras y tropos; por razones académicas, se ha puesto mayor énfasis en los tropos que en las figuras, pues con éstas nos limitamos a ofrecer solo los conceptos que corresponden a sus clasificaciones y a nombrar las diversas figuras dentro de las mismas. Por otro lado; se ha recurrido a la ayuda de diccionarios para establecer los conceptos predeterminados referentes a los tropos y figuras, y en muchos de los casos se han colocado literalmente tales conceptos, pues, por su predeterminación, consideramos improcedente hacer algún cambio o transformación. Esperamos se comprenda esta salvedad.

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2 Las Virtudes de la Expresión (Conceptos concomitantes)

Se concebía en la antigüedad grecorromana la idea de que era menester conocer a fondo la lengua que se hablaba, asimismo poseer dominio total de la expresión para el mejor desenvolvimiento en los requerimientos de la “polis” o del “estado”; y este fundamento era de mayor importancia para el individuo que pretendiera hacer vida política. De hecho la retórica fue concebida en un principio como el “arte de hacer discursos convincentes”, y esto supone todo un conjunto de reglas y de preceptos relativos al “arte de hablar bien”, conjunto aunado en Grecia y Roma durante los cinco siglos anteriores a nuestra era. Así pues, la retórica se convirtió en la base de la enseñanza hasta bien entrado el siglo XIX, aunque luego tornó a generalizarse con el tiempo, pues lo que había comenzado como el “arte de hacer discursos convincentes” se transformó en el fundamento de la escritura correcta o “arte de escribir bien”.

“Partes Rethoricae”

Una retórica posterior a Aristóteles la divide en cinco partes, de las cuales las tres primeras son esenciales para la concepción de toda obra literaria. Estas son:

-Inventio: Es la fase inicial donde se encuentran los temas, argumentos, lugares, comprende además técnicas de persuasión y de amplificación.

-Dispositio: Es aquí donde se disponen las grandes partes del discurso, el cual comprende: exordio, narración, discusión, peroración.

-Elocutio: Se da la elección y disposición de las palabras en la frase, organización en el detalle.

Las otras dos fases siguientes corresponden a la Memoria y al Pronuntiatio que no es otra cosa que la memorización y enunciación del discurso. Según Fontanier la retórica antigua, la cual califica como «la plus fidèle aux exigences de la téchnique proprement oratoire»2, colocaba mayor énfasis, sobretodo, en la fase de: “inventio” y “dispositio”, es decir, sobre el contenido y la estructura sintagmática del discurso, mientras que en la actualidad se tiende a privilegiar a la fase de la “elocutio” que trata de las diferentes figuras de estilo, asimismo, se ha pretendido ver en esta sola fase el concepto de retórica.

Fontanier : “Les Figures du Discours” p. 7

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La “Lexis”

Ahora bien, la fase de la «elocutio» presupone, por decirlo de algún modo, la concreción o materialización de las ideas enarboladas o “encontradas” en la primera fase, o sea la «inventio», no obstante, dicha “materialización” o lo que es lo mismo, el acto de poner por escrito las ideas “pre-formuladas” o “pre- concebidas” en la primera fase; presupone, no solo este hecho, sino también la forma cómo debe escribirse, es decir, “la correcta elección y disposición de las palabras” lo que se traduciría, de manera general, al “estilo” y es precisamente este sentido lo que alude el vocablo griego « », sin embargo, la primera entrada que nos da el diccionario de dicho vocablo es correspondiente al habla, esto es: “al modo de hablar” o “dicción”; esta acepción la recoge Aristóteles, sobretodo, en la “Poética” y en segundo lugar el diccionario remite al “vocablo” o “estilo”, es decir alude al “modo de composición”, este sentido predomina en la “Retórica”. Por tanto, en los tratados posteriores se concibió en dos aspectos diferenciados, es decir: «el relacionado con la selección y uso correcto del vocabulario o dicción y, por otro lado, la “composición” o estructuración de los vocablos debidamente escogidos en la oración ( – compositio verborum)». “Perspicuitas”

Ahora bien, la primera acepción que se halla en la concepción de la « »se imbrica, como vimos, a la selección del vocabulario más conveniente para lograr nuestro propósito, esto es: la transmisión de nuestras ideas a través de un significado, y para ello, es menester que el sentido de las palabras o frases sean suficientemente claras para ser captadas por el receptor, es decir, inteligibles. Sin embargo, se debe señalar que esta “claridad” también se ve regida por el principio aristotélico de “justo medio”, es decir, la expresión debe contener claridad proporcionalmente, o sea sin que ésta traspase los linderos hacia lo superficial y/o vulgar, pues en cuanto a esto Aristóteles declara: “La virtud del lenguaje consiste en ser claro sin ser trivial”.3 3 Aristóteles: “Poética” XXII. P.26 en la trad. de A. Cappelletti.

4 Comentario [LP1]: El término en griego para designar este concepto es: « », luego los romanos lo tradujeron con el vocablo latino: “perspicuitas”.

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La Observancia de lo “Prépon”

Otro concepto que está emparentado con lo referente al “estilo” en la fase de la “elocutio” es la observancia de lo “prépon”, es decir, la “adecuación” « » de la expresión al tema, al carácter y emociones del hablante. En cuanto a esto Aristóteles arguye: “Pues no pueden tratarse un tema elevado de una manera descuidada ni temas triviales, majestuosamente; ni corresponde embellecer una palabra de uso corriente, pues se torna ridículo…”4 Además el estagirita señala lo que considera tema, carácter y emociones y cómo se da la “adecuación” del estilo en cada uno de ellos.

“Latinitas”

Este término fue adoptado por los romanos del precedente griego: », cuyo significado principal es simplemente “hablar griego”, pero « a efectos de la retórica; se refiere al correcto uso del idioma. Quizá la causa de aplicación del término a esto se deba a la concepción, por parte de los griegos, de llamar bárbaro « » a todo aquel individuo que no hablara la lengua griega, y tal vez, de allí se desprende que hasta nuestros días aún se denomine “barbarismo” a algunos “vicios” del lenguaje. Así pues, tal término está relacionado a lo que corresponde al ordenamiento de las palabras « » en el tratamiento de la « ». A lo que esto 4 5 respecta Aristóteles acuña cinco normas que se deben tener presente para lograr la “pureza” de la lengua o su uso correcto estas son:

1) Un adecuado uso de las partículas conectivas y un apropiado ordenamiento de las preposiciones.

2) Hacer uso de términos específicos y no genéricos.

3) Evitar las ambigüedades, a menos que se pretenda, deliberadamente, obtener tal efecto.

4) Tener presente la distinción de género.

5) Tener presente la concordancia de números: singular y plural.5

Idem: III,VII,1-3. III,V,4-6

5 Comentario [LP2]: Este término muestra diversas acepciones en el campo semántico. Asimismo , se encuentra emparentado con otros de casi idéntico significado como es el caso del verbo griego « » que alude a la armonía » que entre las partes; y el vocablo « cuya primera acepción es: medida conveniente, justa medida y con valor temporal ::momento oportuno ,tiempo adecuado para actuar. Los tratadistas latinos lo tradujeron por los vocablos: aptum,decorum,conveniens,decens.

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6 7 8 Figuras y Tropos

En un sentido lato se denomina figura a cada uno de ciertos modos de hablar que se apartan de lo vulgar o sencillo; en retórica se define como toda unidad lingüística o toda disposición de unidades lingüísticas que entraña una modificación sensible respecto de la norma o respecto de una expresión equivalente, pero más simple y más directa.6 Ahora bien, al parecer todos los tratados observan distinciones, por lo menos entre dos grandes categorías de figuras: Las figuras propiamente dichas y las figuras de significación o tropos ; las primeras consisten en la modificación de la disposición de los elementos del enunciado, sin que haya modificación del sentido de las palabras,7 estas se subdividen a la vez en figuras de construcción (hipérbaton, enálage, aposición, etc.); las figuras de elocución o comúnmente nombradas figuras de dicción (abrupción, gradación, repetición, etc.) y las figuras de estilo (suspensión, perífrasis, entimema, etc.). Los tropos consisten en modificar el sentido de las palabras por la analogía existente entre dos objetos (metáfora, etc.) o por una relación de equivalencia (metonimia, sinécdoque, etc.).8 La diferencia existente entre figuras y tropos estriba en que la figura es una realidad concreta que puede describirse en términos distintos a los lingüísticos o gramaticales, en cambio el tropo impone un “desvío” a la mente, ya que el lector tiene que seguir la modificación de sentido y percibir su motivación, esto implica toda una “gimnasia mental”, ya que el lector debe “traducir” el tropo y reconocer tras el sentido figurado el sentido propio.

Las Figuras de Dicción

Se entiende por figuras de dicción: “a unas cuantas maneras de construir las cláusulas con cierta belleza y gracia, y aun a veces también con energía”. Estas figuras pueden ser agrupadas en tres clases:

Las figuras por adición o supresión: estas comprenden la disyunción y la conjunción y corresponden a los nombres de asíndeton y polisíndeton respectivamente; la primera consiste en la supresión de las conjunciones y es empleada con frecuencia en la enumeración, asimismo da rapidez al estilo; la segunda aísla en cierto modo los objetos y acrecienta la energía de la expresión.

Las figuras de dicción por repetición: Consisten en repetir una misma palabra en la cláusula, la figura presenta diversos nombres según sea la característica repetitiva: Repetición o anáfora, conversión, complexión, reduplicación, conduplicación, epanadiplosis, concatenación, retruécano.

G. Mounin. “Diccionario de Lingüística” p.77 Idem. Idem.

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7 Las figuras de dicción por combinación: Consisten en reunir en la cláusula palabras análogas por el sonido, por los accidentes gramaticales o por la significación, dentro las primeras tenemos: la aliteración, la asonancia, el equívoco, la paronomasia; en las segundas hallamos: la derivación, la traducción o poliptoton y la similicadencia y en cuanto a las terceras encontramos la sinonimia y la paradiástole.9

Figuras de Pensamiento

En las figuras de pensamiento no hay traslación del sentido como los tropos, ya que estas son más independientes de la forma exterior del lenguaje que los tropos y las figuras de dicción. Según predomine en ellas la imaginación, el intelecto o la sensibilidad, se dividen en pintorescas, lógicas y patéticas. Dentro de las primeras encontramos: la descripción, la enumeración, la perífrasis o circunlocución, la expolición o conmoración, la comparación, la antítesis. En las segundas hallamos: la sentencia, el epifonema, la dubitación, la comunicación, la concesión, la anticipación, la sujeción, la corrección, la gradación, la sustentación. En cuanto a las últimas tenemos: la obtestación, el imposible, la optación, la deprecación, la imprecación, la execración, la conminación, la exclamación, la interrogación, el apóstrofe, el dialogismo, la interrupción, la histerología.10

Los Tropos

Es la traslación del sentido de las palabras o de la frase. Se dividen en tropos de dicción y de sentencia. Todos los tropos (de dicción y de sentencia) se fundan en la asociación de ideas, y la diversidad de tropos nace de la diversidad de causa y asociación.11 Fontanier en su definición explica la aparente sinonimia con la figura: “Tropo, en griego, de , girar, lo cual significa lo mismo que: giro en el 9 lenguaje. Es en efecto una especie de giro al que se recurre por el cual se cambia el sentido de un vocablo por otro, por el cual se transporta un vocablo de un primer sentido a otro nuevo. Por otra parte, por ese cambio, por esa translación, el vocablo ¿no se halla como girado de uno a otro lado? ¿no ofrece, si hace falta decirlo, un nuevo aspecto, una nueva cara?. Es ese nuevo aspecto, esa nueva cara que da el tropo a un vocablo lo que hace que el tropo parezca sinónimo de figura. Pero hemos visto a qué se reduce frecuentemente tal sinonimia; hemos visto que, cuando el tropo es empleado forzosamente, este no es sino impropio y es sólo por extensión que se le puede

Diccionario Enciclopédico Quillet, tomo IV, apart. “Figura” p. 105 10 11 Idem. Idem.

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8 llamar con el nombre de figura, y el verdadero nombre que le corresponde entonces es el de Catacresis*.”12 Asimismo hay que señalar que por mucho que se diferencien los tropo de palabra de los de sentencia, mayor es la distancia que media entre estos últimos y las figuras de pensamiento, ya que en los tropos de sentencia hay traslación de sentido (lo mismo que en los de palabra); en cambio, en las figuras de pensamiento no hay traslación de ninguna especie.

Tropos de Dicción

Se fundan en la conexión de las ideas, en su correlación o correspondencia, o en su semejanza. De aquí nacen tres especies de tropos: Sinécdoques, o tropos por conexión; metonimias, o tropos por correspondencia; metáforas, o tropos por semejanza. Sinécdoque: En griego « », comprensión, concepción: de « » con, junto, y de « » tomar, asir, coger, recibir: tomar junto, con, cum; y * consecuentemente, comprender, de donde comprensión.a Consiste en designar un objeto con el nombre de una de sus partes o, al contrario, en designar una parte de dicho objeto con el nombre del todo. Pueden distinguirse ocho especies de sinécdoque:

1) De la parte por el todo.

“Aquí hállase un pecho que desprecia la vida y con ella cree a bien comprar la gloria a que aspiras”13

“Euríalo, alentado, no cede entonces al furor de Niso: mil almas caen a sus golpes”14

2) Del todo por la parte.

“Meriones arrojóle una reluciente lanza, y no erró el tiro: acertó a dar en la rodela hecha de pieles de toro, sin conseguir atravesarla, porque aquélla se rompió en la unión del asta con el hierro”15 (solo la punta de la lanza reluce puesto que el asta es de madera)

Uso de una palabra en sentido traslaticio. 12 Fontanier, Les Figures du Discours, pp.260-261. a Idem. 13 14 15 Virgilio, La Eneida, Libro IX, p.135. idem nota 13 Homero. La Iliada, Canto XIII, p. 143.

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19 20 21 3) De la materia por la obra

“…y el acero de Niso baña la tierra con sangre”16

“Aunque puedas jactarte, pino del Ponto”17

4) Del singular por el plural, o viceversa

“¡Rayo del Sol, la más hermosa luz de las que antes brillaban en Tebas, la de las Siete Puertas!” 18

5) Del género por la especie

“…pues hace poco encontramos despedazadas y degolladas todas las bestias, y a los mismos pastores”19

6) De la especie por el género

El sol se elevaba desde el bellísimo lago hacia el cielo, para alumbrar a dioses y mortales”20

7) De lo abstracto por lo concreto

“…Y tengo entendido, además, que hallan gran abundancia de gentes que se piensan saber algo, más que saben poco o nada. De aquí, pues, el que los probados por ellos (sus discípulos) se irriten más contra mí en vez de irritarse contra ellos mismos, y digan que hay «un tal Sócrates, abominable, corruptor de la juventud»” 21

8) De la especie por el individuo, o viceversa. Este tropo recibe el nombre de antonomasia.

El “Estagirita” por Aristóteles, el “Troyano” por Eneas, el “Perro” por Diógenes, un “Galeno” por un hombre que practique la medicina, “Mecenas” por un protector de las artes, un “Nerón” por un hombre cruel.

Idem nota 13 Horacio, Odas, XIV, p.20 Sófocles, Antigona, p.163

Sófocles, Ayax, p.20 Homero, La Odisea, rapsodia III, p.33 Platón, Apología de Sócrates, p. 12

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10 Metonimia: En griego « », cambio de nombre, de « », nombre, y de « », que dentro de la composición, significa cambio.b Consiste en designar un objeto con el nombre de otro en cuya existencia o manera de existir haya influido o del cual haya recibido influencia. Hay ocho especies:

1) De la causa por el efecto

¡Te juro por esta barba y cano cabello que te digo la verdad!

2) Del instrumento por la causa activa, es decir, por quien lo maneja

“…ya los hubieran devorado las llamas, o la enemiga espada hubiera dado fin a sus vidas”22

3) Del efecto por la causa

¡Oh tú eres mi desgracia!

“Oh Mecenas, descendiente de antiguos reyes, protector y dulce honra mía”23

4) Del continente por el contenido

Llora Jerusalén, el cielo lo protege

5) Del lugar, por la cosa que de él procede o del cual es propia

“¡Ah, desgraciado! ¡Con qué gran Caribdis te debatías, joven digno de una mejor pasión!”24

6) Del signo por la cosa significada

“Ahora, querido lector, ten presente que estás leyendo una tragedia, no un cuento; dejemos las sandalias y calcemos el coturno” 25 b idem. 22 23 24 25 Virgilio, La Iliada, Libro II, p.43 Horacio, Odas, Libro I, I, p. 3 Horacio, Odas, Libro I, XXVII, p.32 Apuleyo, El Asno de Oro, Libro X, p. 348 Comentario [LP3]: Recúerdese que los actores cómicos calzaban zapato bajo y sencillo (soccus), mientras que los actores de la tragedia calzaban un zapato muy alto (coturnos).

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11 7) De lo físico por lo moral

“¿Pero con qué cara me presentaré ante Telamón, mi padre?(…) Es preciso decidir alguna empresa con la cual manifieste a mi anciano padre que no tiene en mí un hijo indigno de su corazón.” 26

8) Del dueño o patrón de una cosa o lugar, por la cosa o lugar mismo

“Si a los dioses complace que Ulises regrese a su casa, mandemos al punto a Hermes a la isla Ogigia; y que anuncie a la ninfa de hermosos cabellos la resolución que hemos tomado: que el héroe regrese a sus lares”27 Metáfora: En griego « », transposición, translación; de « », transportar, derivado de « », llevar y de « », más allá.c Consiste en dar 26 27 a una cosa el nombre de otra con la que guarda analogía o semejanza. Este tropo encierra siempre una comparación tácita. P.ej.: la flor de la juventud es una metáfora que puede descomponerse en la siguiente comparación: la juventud es como una flor. La metáfora es más artística que la comparación; no indica expresamente los términos semejantes, sino que los funde en un solo organismo. Como todos los seres de la naturaleza pueden compararse con otros, todos indistintamente pueden ser objeto metáforas. También pueden ser tomados metafóricamente, si no a título de figura, a título de catacresis, todas las partes de la oración. Muchos retóricos dividen las metáforas en cuatro clases:

1) De lo animado por lo animado

“Leona, no mujer. Ser de naturaleza más fiera que la tirrena Scila”28

“Dicho esto partió Atenea, cual si fuese un águila, y asombráronse todos al contemplarlo” 29

“Ya antes perdí un egregio esposo que tenía el ánimo de un león” 30

Sófocles, Las siete tragedias, Ayax, pp. 28-29 Homero, La Odisea, rapsodia I, p. 14 c Fontanier: Les Figures du Discours p.261 28 29 30 Eurípides, Medea, p. 235 Homero, La Odisea, rapsodia III, p. 38 idem 24, rapsodia IV, p. 50

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