- Breve introducción
- El varón – Un mito de la iglesia y la sociedad
- La mujer – El sexo débil infatigable
- La ilación "varón – mujer"
- Breve conclusión
(Una mirada filosófica al siglo XXI)
En este estudio no se ha incluido a los homosexuales (gay y lesbianas), ya que se debería ahondar en temas mas furtivos.
El verdadero filósofo no es el que sabe todas las cosas, sino tan solo el que busca la verdad y la sabiduría; es la persona que no tiene todas las respuestas, mas sino está abierto a todas las preguntas. Por esta razón he decidido realizar esta pequeña tesis sobre "el varón y la mujer".
En mis primeros 30 años, mi persona ha sido un simple embudo desleal, siempre acumulando y asimilando como auténticas todas las enseñanzas recibidas de la sociedad, la educación y la iglesia católica.
Hoy, con incoherencia de un sinnúmero de cosas que he dicho y amparado en esa etapa de mi vida, y gracias a que hace más de un año he cuestionado, experimentado y validado la verdad real; hoy daré a conocer mi opinión particular y singular, sobre los dos entes más inteligentes que habitan el planeta el varón y la mujer.
El varón – Un mito de la iglesia y la sociedad
Siempre se ha creído que el varón sobre la tierra es lo primero. Nuestra sociedad actual: machista, racista y clasista; la ley constitucional2 y las leyes eclesiales3, exponen al varón como el inicio de la creación, el único pero si enfrentamos a éste a la coexistencia terrenal, podemos observar que es mucho más ingenuo que su contendiente la mujer.
Por un lado la sociedad machista (fenómeno multidimensional discriminatorio) hace creer que el varón es el ser con nobles derechos, definiendo a éste como al "amo" del hogar; al "señor" de la familia; al "hombre" fuerte, etc. no siendo siempre la verdad interna del varón.
Aparte de ello, la misma sociedad acepta con "gratitud" la posibilidad de que el hombre sea un libertino. Lo ampara en problemas socio-emocionales y le permite dicho asedio anómalo
Constitución de la República Oriental del Uruguay.
Código de Derecho Canónico (más de 2000)
que conocemos en el lunfardo criollo como "mujeriego"; mientras que si la mujer actúa de la misma manera, se la etiqueta como mala persona y se la define como "turrita".
En el área laboral, nuestra sociedad, le entrega al hombre el "poder" de predominio frente al sexo opuesto, concediéndole contratos específicos dentro de una empresa, de los cuales la
mujer, por | su psicología, no puede ejecutar | con | firmeza | ||||||||
inmutable y | temperamento de caudillaje. |
La iglesia católica (que se encuentra muy insertada en la psiquis de los uruguayos), también desdobla una posición única frente al ser humano varón.
Al igual que el caso anterior, describe al mismo como a la base y sostén de la familia. Se le entrega la responsabilidad de los hijos y de la esposa. Se le pide al hombre sea considerado y justo con su pareja y con los niños que se le hayan concedido. Aparte de ello, carga sobre él la misión irreal de pulcritud y perfección, generando en él la comparación con la divinidad consiguiendo así la sumisión a las palabras dictadas por el sacerdote que le aconseja cómo reparar su conciencia.
Si prestamos atención directamente sobre el varón uruguayo, vemos que es un clásico caso de persona conformista.
Se conforma con un buen trabajo, la casa soñada, el auto nuevo,
la esposa fiel, los hijos saldando de esta manera su vida.
Esta creencia, y también prisión psicológica, es tan solo una breve descripción de una ideología inconciente, una doctrina aletargada, una metodología retrasada como también la vergüenza que ha establecido (a lo largo de décadas) el varón frente a la mujer.
La mujer – El sexo débil infatigable
Generalmente se limita a la mujer como el ser estático, llamado a vivir en el hogar, cuidando a los niños y al esposo.
La sociedad la define como un individuo que vive para servir al hombre y a los hijos. Se le define como el sexo débil, considerando esta acusación la veracidad de una fragilidad corporal y psicológica que puede generar en la mujer enfermedades más grotescas que a su mismo contingente social.
El régimen social define a la mujer como el ser conflictivo, que necesita tanto atención profesional como ayuda psicológica para su existencia como para su vida sexual.
La sociedad cree que las mujeres por sus "baches" (algo apócrifo) son generalmente el gran problema para que las familias, como también las empresas, puedan salir adelante con mayor facilidad.
Aparte de ello, en la sociedad, se considera a la mujer como un juego sexual para la satisfacción del hombre en todo sentido.
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