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Globalización y corrupción. Organismos internacionales


Partes: 1, 2

    1. Los Organismos internacionales. Organismos supranacionales. Nivel regional
    2. Mecanismos regionales de lucha contra la corrupción
    3. Organismos supranacionales. Nivel mundial. Organismos no gubernamentales
    4. Bibliografía

    El presente trabajo es una continuación de uno ya publicado, esta vez abordaremos la relación entre la corrupción y el fenómeno de la globalización con su actual modelo político que es el neoliberalismo, asimismo las autoras pretenden incursionar en el papel de los organismos internacionales en el enfrentamiento al fenómeno investigado, para lo cual utilizamos el método teórico-jurídico y dialéctico-materialista.

    La corrupción se facilita, se encubre hoy, gracias a la Globalización Neoliberal, con la privatización, la desregularización, la impunidad y las facilidades, no es un fenómeno externo, es parte componente del sistema, es parte del capitalismo, forma parte de su sistema normal de funcionamiento.

    Sin embargo consideramos que la liberalización y desregulación de las economías nacionales abrirán más las puertas a los delincuentes internacionales, la recesión económica global se intensificará, la competencia internacional y los medios extralegales para obtener negocios ilícitos se convertirán en formas de actuar casi normales con el mundo actual, pues al reducirse el nivel de control del Estado, las multinacionales del delito internacional con sus fachadas lícitas destruyen poco a poco ese control estatal y la propia observación de la realidad internacional lo demuestran, por lo tanto estamos en contra de estas tesis y políticas.

    No obstante, a ello explicaremos brevemente estas teorías y en que consisten. Surgen aproximadamente a partir de la década de 1980, en diferentes países del mundo con el objetivo de reformar los límites del Estado y devolver su espacio a la iniciativa privada. Se iniciaron así políticas destinadas a materializar conceptos novedosos que, en las economías contemporáneas, se conocen como fenómeno de desregulación, desestatización y privatización.

    Siguiendo las reflexiones doctrinarias, podemos definir la desregulación como la simplificación y la desburocratización del mercado, su objetivo es acercar el gobierno a las personas para prestar servicio y reducir los costos que tienen los ciudadanos en su trato con el Estado. El gobierno cumple la función de igualador de oportunidades, mediante este instrumento jurídico económico se favorece la iniciativa privada permitiendo un mejor desarrollo de la creatividad, innovación, la audacia y la capacidad empresarial.

    La desestatización se presenta bajo diversas formas. Incluye no solo las llamadas "privatizaciones", sino también la socialización, es decir la trasferencia de activos públicos a entidades del sector social solidario de empresas del sector público en fusión con otra u otras del sector privado.

    Finalmente, como lo señalan las fuentes consultadas, la privatización, en el sentido lato, consiste en la transferencia al sector privado de las funciones no específicas del Estado y que éste haya asumido.

    De esta forma, los términos desregulación, desestatización y privatización, reflejan conceptos jurídico-económicos de contenido análogo en cuanto procuran ensanchar el marco de la libertad individual y la iniciativa privada.

    A modo de síntesis los que defienden estas tesis relacionan que puede verse la desregulación como estrategia de lucha contra la corrupción que incluye todos los mecanismos, partiendo de una reformulación de los límites del Estado conforme a la nueva legislación vigente, que permitan simplificar, objetivar y dar mayor transparencia a la gestión administrativa.

    Los defensores de esta teoría parten del concepto de que la acumulación de funciones y poderes discrecionales en oficiales públicos es, per se, un factor generador de corrupción. Ello se da, particularmente, cuando dichas funciones se vinculan con actividades del quehacer económico del país, induciendo a los administrados a que acepten las prácticas corruptas como medio económico disponible a fin de lograr la realización de sus propósitos dada la necesidad de superar obstáculos instrumentados por las normas y procedimientos.

    Adoptan el principio de subsidiariedad de los poderes públicos en todo aquello que no sea una actividad esencial e indelegable del Estado más recepta la experiencia indicativa de la imposibilidad de reducir la corrupción en un marco caracterizado por un manejo discreto de poderes de contenido claramente económico, respecto a los cuales es imposible, de hecho, realizar un control adecuado.

    Por último, reconoce a la corrupción como la causa del entorpecimiento de la acción económica y la dificultad progresiva para el uso óptimo de los recursos que inclusive, puede dar lugar a la parálisis del país, cuestión con la cual si estamos de acuerdo.Alejado de esas teorías y prácticas neoliberales que reflejan todo lo contrario a lo que plantean sus partidarios somos de la consideración que los Estados se deben enorgullecer de la apertura en lugar del secreto, la indagación en lugar de la supresión y la exoneración en la lucha contra la corrupción. A veces las sospechas amargan más a la sociedad civil que los hechos, los rumores sin fundamento pueden hacer más daño que una verdad desagradable. Después de todo, la corrupción no refleja una buena imagen para ninguna sociedad, por ello sería mas transparente la lucha abierta.

    Partes: 1, 2
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