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Defender familia, creencias y territorio como motivo de guerra

Enviado por al00926291


    En la actualidad vivimos en tiempos de guerra. Pero ¿Qué es la guerra?. La mayoría de la veces, tenemos la idea de que una guerra comienza por el desacuerdo que existe entre dos o más personas e incluso naciones enteras, existiendo siempre un bueno o un malo, pero la realidad es otra. Dicho conflicto no comienza de la nada siempre existe una desventaja sobre el opositor y es precisamente este tema el que abordaremos en este artículo.

    A lo largo de la historia de la humanidad han existido un sin fin de conflictos que podríamos denominarlos como guerras, de hecho éstos han sido tan impactantes que se les ha dado el nombre de Guerras Mundiales. Pero veamos como estos conflictos que se han dado en una minoría se expanden y envuelven al mundo entero.

    Para comenzar con este amplio tema, es preciso mencionar algunas de las muchas guerras que han asechado al mundo. Tomando en cuenta que todas éstas no sólo han dejado, odio, rencor desolación e incertidumbre, sino sobre todo dolor…

    La "Nueva Guerra" como algunos medios masivos le han denominado al conflicto bélico entre Estados Unidos e Irak, hasta el momento no tiene un origen totalmente definido (como todas las guerras anteriores), ya que los países que tienen el poder ,en todo el sentido de la palabra, en este caso Estados Unidos, manipulan la información dejando ver solo una pequeña parte de la realidad, logrando con esto fragmentar la opinión hacia un maniqueísmo.

    Aunque parezca extraño no se trata de buenos y malos, solo se trata de defender lo que te pertenece.

    Las Guerras que se dieron en los siglos XVII y XVIII, comparándolas un poco con las actuales, se podría decir que eran más rápidas, precisas, y el enfrentamiento era hombre a hombre, con lo cual la mayoría de las veces los propios reyes de cada feudo, población o país defendían sus tierras y a sus habitantes, tomando en cuenta que sus ejércitos estaban formados por los propios civiles de cada región. Es importante destacar que la mayoría de las veces, dichos enfrentamientos se llevaban a cabo en terreno neutral, o a las afueras de las ciudades, logrando con esto que el derramamiento de sangre solo fuera por parte de los miembros del ejercito y no de civiles. Además el tipo de armamento, por lo regular, era el mismo para ambos contrincantes.

    El inicio de la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente en 1933, nos refleja una Alemania, que prácticamente se lanzaba a la aventura, en ese conflicto, ya que era una país que no podía perder nada, porque ya no tenia nada, debido a la crisis económica, que había afectado a la clase obrera y en especial a la pequeña burguesía. El actor principal Adolfo Hitler, con su incomparable liderazgo autocrático, el cual cambio la dirección del partido Alemán y se dedico a cortejar a la clase adinerada, llegando a la conclusión de que el ejercito le sería fiel a quien estuviera en el poder, de tal forma que concentro sus esfuerzos para tomarse el poder por la vía legal. Para ello debía crear un partido de masas en 1928, el Partido Nazi, el cual contaba con 27.000 afiliados; para las elecciones de ese año obtuvo 800.000 votos con los cuales consiguió 12 escaños en el Parlamento de 491 diputados. En 1929 contaba con 178.000 afiliados y entonces estallo la Gran Crisis Económica de 1929, la cual destruyo la economía alemana y el nivel de vida de los obreros y el país en general. Esta era la oportunidad perfecta que Hitler estaba esperando. Era mejor enfrentar una guerra, en busca de algo mejor, a quedarse cruzados de brazo esperando el debilitamiento día a día de su nación. Por otra parte sus oponentes eran países que hasta ese momento ya habían sido parte de una Primera Guerra Mundial y no querían sucumbir sus territorios en otro conflicto de dicha magnitud.

    Claro esta, que en dicha guerra, los países con más poder económico apoyaron a los desprotegidos, pero para que este apoyo llegara, tuvieron que pasar varios años, y mientras tanto los judíos, polacos, ricos, pobres, niños, ancianos, mujeres, hombres, etc, tuvieron que soportar el trauma de una guerra.

    Para finales de años 60s, otra guerra sucumbía de nueva cuenta al planeta, "La guerra de Vietnam"

     A Vietnam la guerra le costó millones de muertos y heridos; decenas de millones de hectáreas productivas arrasadas; decenas de miles de aldeas, ciudades, puentes, diques, embalses, ferrocarriles, caminos, fábricas, puertos, hospitales y escuelas que fueron bombardeados. Millones de millones de horas de trabajo de obreros y campesinos dedicadas al esfuerzo de guerra. Pero para Vietnam no era una aventura sino su revolución.

     Cuando se proclamó la República Democrática de Vietnam en 1945 comenzó la reforma agraria, en un país con los 4/5 de su población campesina, con 2 millones que murieron de hambre. La primera medida de los ejércitos coloniales era despojar a los campesinos de sus tierras. Este despojo de la tierra había sido una constante desde 1945 hasta 1964, cuando el FNL había liberado gran parte del Sur. Pero a partir de 1965 se intensificaron los bombardeos masivos contra las zonas liberadas en el sur y contra la República Democrática de Vietnam del Norte, lo cual era equivalente o más grave que el despojo de la tierra.

    Otra guerra que fuera trascendente fue La batalla de Dien Bien Phu duró 55 días y 55 noches, del 13 de marzo al 7 de mayo de 1954; marcó el fin de la dominación francesa en Indochina y consolidó definitivamente la independencia de la República Democrática de Vietnam del Norte.

    Según los datos del Pentágono, Estados Unidos lanzó a la guerra 800.000 ciudadanos, murieron 56.237 y quedaron heridos o lisiados 303.654, a un costo de 150.000 millones de dólares. Si además consideramos los graves problemas políticos que afrontaron dentro y fuera de Estados Unidos, se concluye que Washington había comprometido todo su prestigio y poderío en esta aventura, sin contar las muchas otras personas que han perdido la vida en cualquiera de las guerras que se han vivido a lo largo de la historia, soportando un régimen impuesto y un ambiente imperado por la crisis y la incertidumbre.

    Dos eran los grandes tipos de problemas que había que enfrentar. Ante todo, estaban las víctimas directas de la guerra: jóvenes heridos o lisiados, viudas y huérfanos, familias deshechas o traumatizadas. Pero estaban también la víctimas de esa otra guerra, es decir, lo que es la represión: personas perseguidas o torturadas, familiares de presos, desaparecidos y asesinados. El otro tipo de problema lo planteaban los desplazados por la violencia de la represión y la guerra: miles de familias expulsadas por las masacres colectivas, los bombardeos, los cercos y operativos militares, el fuego cruzado de los enfrentamientos, las demandas insoportables de uno y otro de los contendientes. Pareciera que las grandes masas de habitantes en sitios de guerra fueran acosados como animales por las fuerzas armadas, sin otra salida más que salir despavoridas a otros sitios donde pudieran estar a salvo.

    Las cifras anteriores tienen que ver con los muertos reales, es decir, tiene que ver con los que enfrentaron la muerte en condiciones subhumanas de gran impacto, no solo murieron como lo haremos finalmente todos, antes de exhalar su últimos suspiros sufrieron lo que cada uno de nosotros no seríamos capaces de soportar así nada más.

    Si agregamos otros datos reales como es la gran cantidad de seres relacionados con los muertos, podríamos decir que quedaron más de 150.000.000 personas muertas en vida al perder a sus seres queridos y todo lo que tenían en este mundo. A lo que podemos preguntarnos ¿cómo surgió este cataclismo en la vida humana?, quizá por consecuencia de la energía, el poder, la pasión, la ambición y la ceguera de un solo hombre. Quizá si no hubieran existido seres como Adolfo Hitler o actualmente como George Bush, típicos líderes capaces de todo por obtener y lograr sus objetivos., ¿habría habido guerra?, ¿habrían muerto tantas personas?, ¿podrá depender de la acción de un solo hombre tal desequilibrio mundial?.

    En esta guerra de nueva cuenta, podemos, percibir que los intereses eran muy diversos, hablando en términos de política, economía y sociedad, ya que como lo mencionamos en un principio no se trata de aferrarnos a un maniqueísmo que es obvio que no existe, sino que solo se trato (en esta guerra en particular) de defender lo que les pertenecía (en el caso de los vietnamitas) y luchas por su forma de vida. Hoy, ahora más que nunca, parece que los sentimientos de la guerra de Vietnam se han revitalizado.

    Sin embargo, en cualquier guerra, si no es que en todas, hay un gran número de asuntos que tienen que resolverse, es decir, además de la ya destruida economía, que lógicamente es uno de sus resultados, el país tiene sus propias guerras que librar, tales como la batalla contra las drogas, encontrar una cura para el virus del SIDA, así como también la calidad de la educación en todo el país, además de la guerra contra el terrorismo, que hoy en día es muy evidente en todo el mundo, situación ante la cual todos estamos expuestos.

    Klaus Regling, jefe del departamento de economía de la Comisión Europea, manifestó en una conferencia de prensa en Bruselas algunos puntos respecto a las secuelas que suele tener una guerra rápida y una lenta, a lo que argumentó que una guerra rápida tendrá implicaciones relativamente leves para el crecimiento.

    Tal es el caso de la comisión, que tras esbozar este escenario benigno, dijo que los precios del petróleo llegarán a 50 dólares por barril, pero bajarán a unos 26 dólares por barril para el tercer trimestre del 2003, y esto costaría menos de 0.1 punto porcentual en términos de crecimiento del PIB.

    Esta situación es un reflejo de la experiencia con la Primera Guerra del Golfo, cuando los aliados desalojaron a los iraquíes de Kuwait en enero de 1991 en cuestión de días y los precios del petróleo cayeron por debajo de los 20 dólares por barril tras alcanzar máximos de 40 dólares por barril.

    Dado que la situación política y económica actualmente parece más precaria que en el período de 1990 a 1991, la situación del suministro de crudo mundial también es más restringida después del paro en Venezuela y la reciente ola de frío en Estados Unidos, lo que podría evitar que se repita la situación de 1991.

    A raíz de ello, si el daño causado al suministro mundial de crudo es más grave, los precios del petróleo podrían subir hasta 70 dólares por barril y permanecer en un nivel alto durante mucho más tiempo.

    Si esto se traduce en un incremento más o menos permanente en el precio del petróleo, se podría calcular que el daño al crecimiento podría ser de hasta 0,8 puntos porcentuales del PIB en los próximos dos a tres años.

    En el peor de los casos, asumiríamos un drástico deterioro del crecimiento económico mundial, una prima de riesgos mayor y más caídas en los mercados de acciones. Un impacto negativo en el mercado mundial, el flujo global de capitales, la inversión y el turismo no pueden excluirse.

    Es decir los daños económicos, producto que cualquier guerra trae consigo, ya sea en menor o menor grado por la simple ambición de un grupo minoritario de personas que buscan el tener más, siempre va a tener repercusiones para la política económica de cualquier gobierno, por ejemplo, la turbulencia política que se encuentra atravesando actualmente el mundo no se veía hace ya mucho tiempo. La economía mundial no se ve ajena a estos acontecimientos. Si con una sola palabra tuviésemos que describir este nuevo escenario económico sería indudablemente : "incertidumbre", no sabemos a dónde puede llegar todo esto, cómo nos afecta, tanto a nuestro país como a nuestra calidad de vida y la de nuestras familias y de qué manera influirá en nuestra vida diaria.

    La incertidumbre se traslada casi inmediatamente a las principales variables económicas, como por ejemplo, y en primer lugar, el precio del petróleo. Las estadísticas muestran que cada vez que en el pasado el precio del crudo experimentó bruscos saltos, los mismos han tenido un fuerte impacto en el crecimiento de la economía mundial. La Guerra del golfo en 1991, no tuvo un efecto profundo, pues el precio se mantuvo elevado por muy poco tiempo, pero esta vez, un precio consistentemente alto puede echar por tierra la incipiente, recuperación de las principales economías mundiales. Por otro lado, el dólar se ha debilitado aproximadamente un 15% en los últimos doce meses. Aún cuando la moneda norteamericana ha sido en el pasado un refugio en periodos de inestabilidad, la situación ahora parece distinta, y lo es, en gran parte, porque existen serias dudas sobre las posibilidades de recuperación de la economía norteamericana. La expectativa de una guerra complica el panorama, pues el déficit terminaría incrementándose, y la tendencia puede ser un dólar aún más débil. (Esta tendencia puede ser en parte contrarrestada por una reacción de los demás países desarrollados, cuyas monedas se apreciarían aún más, perjudicando su balanza comercial).

    Finalmente, el resultado esperado no es muy alentador. Una guerra larga y costosa deprimiría sensiblemente el crecimiento de la economía, el precio del petróleo continuaría su tendencia alcista. Como consecuencia de estos dos efectos adversos, el saldo de nuestra balanza comercial se reduciría por partida doble: menores exportaciones y mayores importaciones. Resulta difícil predecir los números finales, puesto que dependen de las consecuencias inmediatas y posteriores de la guerra, y a cuan duradero sea el conflicto.

    Tal como sucedió con la guerra entre Estados Unidos e Irak, no sólo ha venido a influir en cuestiones económicas sino también una masiva destrucción del hombre y del medio ambiente, puesto que ambas naciones cuentan con armas de destrucción masiva que hacen incrementar tanto su poderío bélico y la destrucción del entorno.

    En situaciones como esta no interesa tanto la situación política, sino que ya todos tratamos de vivir en armonía con la madre tierra y nuestra diversidad cultural que compartimos con el objetivo común y sublime, el cual, es el respeto a la vida, ya que hemos ingresado al nuevo siglo con dos grandes paradigmas, que tiene que ver con la defensa de los derechos humanos y la preservación del medio ambiente, las armas que comienzan a utilizarse van a dañar, no sólo, de manera significativa e irreversible a nuestro planeta, sino también a sus habitantes.

    Las secuelas de una guerra son impredecibles y no serán inmediatas, los más afectados serán las futuras generaciones. El inicio de la guerra pone en riesgo la paz mundial y la convivencia democrática en todo el planeta, debido a ello se proclama la defensa de los derechos humanos y el medio ambiente y se demanda a que los líderes del mundo extremen esfuerzos para restablecer la diplomacia y el diálogo como mecanismos de resolución de conflictos mediante inteligentes negociaciones lideradas por la Organización de las Naciones Unidas, situación ante la cual, actualmente se evade, triunfando la voluntad de unos cuantos.

    Desafortunadamente, podrían surgir en cualquier momento guerras, con consecuencias muchísimo más horrorosas que lo de la II Guerra Mundial y provocar efectos catastróficos debido a los muchos avances tecnológicos que conllevan a una más alta producción de armas de destrucción masiva, y muchos otros inventos especiales de defensa y ataque que darían como resultado efectos quizá irreversibles.

    Las secuelas de una guerra ahora no las podemos imaginar, ya que no podemos darnos cuenta siquiera de qué pasaría con lo que sabemos hacer y que a duras penas manejamos sin guerra, no sabemos si llegaremos a dimensionar cuanto tiempo nos demoraríamos en normalizar nuestras actividades, un año?, varios años?, muchos años?.

    Las personas tienen en su interior un potencial de recursos propios. Uno de estos es la paz. Entenderla como un valor intrínseco del ser humano, significa dejar de buscarla en el exterior. Cuando logramos experimentar la paz, descubrimos su verdadero valor; es entonces cuando podemos proyectar sus efectos en nuestro medio y en todas nuestras relaciones. La Paz es fundamental para construir ambientes cálidos y armoniosos, que fomenten el entendimiento y el diálogo entre las personas y promuevan a la vez el aprendizaje.

    Fuentes:

    www.reforma.com/ParseoCoberturas/printpage.asp?pagetoprint=../ economiayfinanzas

    proceso.com.mx/exclusivas.html

    www.geocities.com/NOENNUESTRONOMBRE/betinna.htm

    Realizaron:

    Ivonne González Aguilar

    Mildred Paniagua Baca

    Manuel Avila Fonseca

    (estudiantes de sexto semestre de comunicación)

    Revisado por:

    Dr. Asael Mercado

     

     

    Manuel Avila Fonseca