Descargar

Maestros del Siglo XXI a la Vanguardia de la Educación


    Toda acción del maestro ha exigido una transformación profunda y trascendental a lo largo de la historia de la educación. La educación de cara a los tiempos modernos se fundamenta en el ideal de perfeccionamiento tanto del hombre como de la sociedad.

    El maestro debe de estar conciente de su rol. Su tarea principal es educar a sus alumnos y su gestión debe estar centrada en el desafío que conlleva transmitir un cúmulo de contenidos a cada alumno.

    El docente debe estimular en el educando el desarrollo físico, emocional, intelectual, social, ético y espiritual. A través de los tiempos el maestro es visto como un modelo de la sociedad.

    Davini (1997) indica que el maestro debe buscar su continuo crecimiento profesional. Para un buen desempeño en su quehacer educativo el maestro tiene que pensar en enriquecer su acervo profesional y los fundamentos de su conocimiento, destrezas, métodos educativos y pedagógicos. A mayor educación del maestro mayor serán los beneficios en el proceso de desarrollo educativo y cognitivo de sus alumnos.

    Freire (1993) dice que el maestro no debe dejar a un lado lo que el estudiante trae consigo de su comprensión del mundo; su manera de hablar, su manera de contar, calcular, sus saberes en torno a su mundo, su religiosidad, sus saberes en torno a la salud, el cuerpo, la muerte, el sexo, los conjuros, el ambiente y la tecnología.

    Por tanto el maestro debe concebir el salón de clases como el lugar donde investiga, experimenta, modela, se comparten ideas, se toman decisiones para la solución de problemas y se reflexiona sobre lo que es necesario y pertinente aprender.

    Para los estudiantes de escuela primaria el maestro es visto como un modelo que inspira confianza al cual los niños tienden a imitar. Es un modelo dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes.

    Esto significa que el maestro en el escenario educativo tendrá que modelar conductas dignas, pertinentes, valiosas y apropiadas de un individuo debidamente educado. Por ésta razón el maestro debe reflexionar sobre sus debilidades y fortalezas con el propósito de mejorar su auto-desarrollo como un profesional educado y altamente cualificado.

    De ahí la importancia que tiene el rol del educador, pues debe modelar un código correcto de valores morales e intelectuales que son valiosos para la sociedad e imprescindibles para los alumnos.

    Es preciso reconocer que existen ciertos elementos que influyen directa o indirectamente en la gestión educativa del maestro como: la cultura, los problemas sociales, la economía, la política, la geografía y el ambiente.

    Además existen factores propios del escenario educativo como: la infraestructura, los recursos didácticos, los textos, el sistema de evaluación, el currículo, el control de grupo, la disciplina, la organización escolar entre otros.

    Davini (1997) dice que ante este panorama surge la preocupación por la calidad de la educación y considera el impacto del papel que desempeña el maestro en el proceso de enseñanza y aprendizaje, pues, el maestro debe equiparse cognitivamente para superar las limitaciones propias del escenario educativo.

    El maestro ante un mundo globalizado debe auto-reconocerse como un estudiante de por vida. Aunque la imagen del maestro a cambiado al pasar de los tiempos al igual que su mentalidad y sus necesidades profesionales. El maestro debe aspirar a continuar estudios post graduados con el propósito de adquirir herramientas teóricas, prácticas didácticas y tecnológicas modernas que le ayuden a fortalecer su labor.

    De igual forma el sistema educativo actual solicita un maestro diferente. Un maestro que posea cultura y que se distinga como profesional idóneo y debidamente preparado que pueda impactar de manera positiva la sociedad, la escuela, el currículo, la planificación de la enseñanza y sobre todo la vida de sus alumnos.

    El maestro altamente cualificado se caracteriza por tener conocimiento amplio sobre el crecimiento, el proceso de desarrollo y aprendizaje de cada niño. De esta forma pone en práctica nuevas estrategias y técnicas de enseñanza, que aporten positivamente el proceso educativo y de aprendizaje dentro del salón de clases. Freire señala que un maestro cualificado ante un mundo globalizado es capaz de adaptarse al uso del espacio, los materiales y al uso y manejo del tiempo según las necesidades de los estudiantes.

    Un pedagogo altamente cualificado tiene la habilidad para comunicarse eficazmente con los niños, con sus colegas, con los padres y demás dentro y fuera del escenario educativo. Es ávido a trabajar en cooperación y colaboración con otros. Establece y entiende programas educativos eficaces. Un maestro bien preparado utiliza una variedad de destrezas, estrategias y métodos de enseñanza que estimulan el aprendizaje de todos los estudiantes.

    Según Freire el maestro que domine las áreas antes mencionadas es un educador capaz de auto-evaluar su labor, implementa y es un ente que propicia cambios.

    En pleno siglo XXI el sistema educativo, la sociedad, los padres y los alumnos demandan por un maestro idóneo, culto y debidamente preparado que sirva como ente de cambio. Un profesional, educado que facilite y guíe a sus alumnos por el camino del saber.

    El maestro que la sociedad de hoy día busca debe ser realmente un profesional comprometido capaz de generar cambios en cuanto a los procesos de capacitación e investigación en las escuelas de su país, estado y nación.

    Todo este planteamiento pretende ser un cuestionamiento radical sobre las perspectivas del maestro para futuro que tiene la intención de no caer en otra idealización o fantasía de algo que se conoce como el maestro perfecto.

    La educación por ser dinámica no necesita maestros perfectos sino maestros de vanguardia. Maestros que busquen constantemente renovar sus conocimientos con el propósito de ajustarse a los cambios de un mundo tan dinámico como en el que vivimos.

    Algunas opciones para estimular la capacitación continua del docente idóneo, preparado y de vanguardia son: la educación continuada, seguir estudios post-graduados, realizar investigaciones de las prácticas docentes, pertenecer a equipos de investigación, diseñar currículo, estimular el uso de la tecnología en el proceso instruccional y recibir la supervisión adecuada de profesionales de la educación.

    * La educación continua se refiere a cursos, talleres, orientaciones y adiestramientos a corto plazo con temas de interés actual que ofrecen las instituciones de educación superior con el fin de ayudar en la formación, capacitación y preparación del docente.

    La educación continua facilita conocimientos, experiencias, ideas y aportaciones de colegas así como de expertos en el escenario pedagógico.

    Los diversos servicios de educación continua buscan aportar ideas a los educadores para que estos puedan adquirir un fortalecimiento del saber general.

    * El maestro es un estudiante de por vida y debe atemperar sus conocimientos a la vanguardia y demanda de los tiempos. Un buen profesional busca continuar su capacitación profesional en una institución universitaria acreditada de su preferencia para continuar estudios post-graduados en el área de su especialidad.

    Un maestro con estudios post-graduados enriquece, crece dentro de su carrera magisterial fomenta cambios positivos al sistema educativo de su país.

    * Los equipos de investigación docente fomentan la responsabilidad del maestro y estimulan la revisión y reflexión del trabajo que realiza.

    Por medio de la sistematización y la investigación el docente amplía sus marcos de interpretación y puede aportar ideas para mejorar su labor educativa. A su vez puede desarrollar y construir teorías y prácticas dirigidas a la innovación mediante la implantación de programas y propuestas educativas.

    * Las investigaciones y prácticas docentes deben alinearse, estudiarse y comprenderse en el contexto institucional y sociocultural de lo contrario caeríamos en un enfoque tradicional, sin pertinencia y vacío. Los equipos de investigación buscarán siempre soluciones pertinentes a los problemas actuales que atentan en contra del proceso educativo.

    En relación a este tema Carr (1996) expresa que en las instituciones formadoras de maestros buscan crear el carácter reflexivo, crítico e investigativo que es un medio para el crecimiento académico individual y colectivo. El mismo busca generar y producir entes de cambios positivos, idóneos y preparados para presentar soluciones ante los problemas educativos de hoy.

    * El maestro es considerado un diseñador de currículo instruccional. Goodson (2000) señala que el maestro selecciona el tema o temas de estudio y las estrategias de enseñanza partiendo de las necesidades e intereses de sus estudiantes.

    A su vez el educador debe considerar las necesidades de la sociedad y las recomendaciones que formulen los investigadores, conocedores y especialistas de currículo. El conocimiento y dominio que el maestro tiene de los estudiantes a su cargo le permitirán tomar decisiones curriculares adecuadas y bien informadas.

    * El educador de vanguardia debe conocer y saber manejar los diversos medios tecnológicos. El conocer y manejar la tecnología educativa e informática ayudará al maestro a preparar programas de capacitación y actualización del docente.

    El maestro por tanto debe conocer sobre el uso y manejo de los videos, software, discos compactos, cámaras digitales, entre otros. Sánchez (2000) puntualiza que la tecnología es una herramienta muy poderosa pues sus efectos dependen de su uso, manejo y enfoque pedagógico de acuerdo a los objetivos del programa de enseñanza.

    Esto significa que el maestro debe dominar y conocer el uso de la tecnología educativa e informática ya que ésta debe complementarse con la construcción del pensamiento crítico. Una vez los maestros conocen los beneficios de la tecnología pueden implantarla con sus alumnos en el salón de clases.

    * El maestro debe modificar su percepción en relación al rol de la supervisión dentro del proceso educativo. La supervisión llega a la sala de clases para ampliar lo que ocurre en el salón. La supervisión es un ente colaborador y un ente facilitador de estrategias y sugerencias educativas que redunda en beneficio a los niños.

    La supervisión es un aliado que facilita técnicas que promueven cambios positivos en el proceso de enseñanza y aprendizaje así como en el escenario escolar.

    Latorre (2003) establece que el maestro de hoy se enfrenta a grandes desafíos. La sociedad es dinámica y se encuentra dentro de un mundo cambiante. Por tanto es imperativo que los maestros se preparen desde una perspectiva de formación constante.

    El docente debe entender que como educador del siglo XXI es responsable de su auto-formación, auto-desarrollo y auto-aprendizaje. Los maestros son seres humanos que trabajan para la formación de otros seres humanos.

    A su vez los maestros son estudiante de por vida. Y tienen en sus manos la responsabilidad de fortalecer su rol actualizando sus conocimientos, destrezas, métodos, estrategias, teorías y prácticas pedagógicas. Es pertinente fomentar el uso de las herramientas didácticas-tecnológicas modernas que permiten enfrentar los retos de nuestra sociedad.

    Al presente el sistema educativo y la sociedad necesitan maestros comprometidos que posean una cultura general que los distinga como profesionales idóneos, debidamente preparados a la vanguardia de los nuevos tiempos.

    El maestro hoy día tiene que enfrentarse al desafío de enseñar a sus estudiantes mediante una educación ajustada a los cambios que enfrentamos en el quehacer educativo.

    La sociedad del siglo XXI necesita y busca maestros comprometidos que sirvan de modelo para el desarrollo integral de los estudiantes que son el futuro de nuestra sociedad, nuestra nación y nuestro mundo.

    e-mail- arlyri_7475[arroba]yahoo.com

    Bibliografía

    Carr W. (1996). Una teoría para la educación: Hacia una investigación educativa crítica. Madrid: Ediciones Morata.

    Davini, M. (1997). La formación docente en cuestión: política y pedagogía. Buenos Aires: Paidós.

    Freire, P. (1993). Pedagogía de la Esperanza. Madrid: Siglo XXI España Editores S.A.

    Goodson, I. (2000). El cambio en el currículo. Barcelona: Octaedro.

    Latorre, A. (2003). La investigación– acción: conocer y cambiar la práctica educativa.

    Barcelona: Grao.

    Sánchez, J. (2000). El siglo de la ciencia. Madrid: Taurus.

     

     

    Por:

    Lynnette García Rivera

    Maestra de Escuela Elemental