( Horngren/ Foster, 1987):
ü Presentación de informes internos a los gerentes para ser utilizados en la planeación y el control de las operaciones de rutina.
ü Elaboración de informes internos para los gerentes a fin de ser utilizados en la toma de decisiones no rutinarias y elaborar planes y políticas importantes.
ü Elaboración de informes externos a los accionistas, el gobierno y otros grupos externos para ser utilizados en las decisiones de los inversionistas, en el cobro de impuestos sobre la renta y en otras aplicaciones diversas.
Además de los mencionados fines también encontramos como características de la Contabilidad Financiera las siguientes:
ü Rendición de informes a terceras personas sobre el movimiento financiero de la empresa.
ü Cubre la totalidad de las operaciones del negocio en forma sistemática, histórica y cronológica.
ü Debe implantarse necesariamente en la compañía para informar oportunamente de los hechos desarrollados.
ü Se basa en reglas, principios y procedimientos contables para el registro de las operaciones financieras de un negocio.
ü Describe las operaciones en el engranaje analítico de la teneduría de libros por partida doble.
Tales elementos sólo demuestran que la contabilidad juega un papel decisivo dentro del sistema informativo de una empresa, sus objetivos están orientados hacia la comunicación de información útil a los distintos usuarios de la misma. Dicha información, producto del desarrollo económico de las sociedades, cada vez exige mayor exactitud, diversidad, accesibilidad y por tanto un mayor volumen de la misma. Por lo que se ha desarrollado la llamada etapa de las TIC, o ciencia de las técnicas de información y comunicación.
Si bien depende en buena parte de la tecnología de la información (bases de datos relacionales, redes neurales, inteligencia artificial, etc) y puede concretarse a través de formas tangibles (patentes, copyrights, marcas, goodwill), su naturaleza principal es de carácter intangible dado que las últimas radican en los seres humanos personal y colectivamente. Por lo tanto, el problema principal de las empresas es como convertir el conocimiento individual en conocimiento organizacional, lo cual a dado origen a empresas que aprenden (aprendizaje organizacional), mediante esfuerzos ingentes por compartir y socializar el conocimiento.
Si por algo puede caracterizarse el mundo y la sociedad en la que nos ha tocado vivir es por el cambio. Todo a nuestro alrededor cambia, a velocidad vertiginosa, y lo que a nuestros abuelos les parecía imposible se ha convertido en algo cotidiano para nosotros.
Sin ir más lejos, ¿nos podríamos imaginar un mundo sin teléfonos móviles? Y sin embargo, hace 3 años, este aparato era un privilegio de unos pocos, hace 5 un invento que veíamos en las películas americana y hace 10 era poco menos que hablar de ciencia-ficción. Lo mismo podríamos decir del vídeo, el ordenador, Internet, y tantas y tantas cosas que han ido entrando en nuestras vidas en los últimos años y se han convertido en imprescindibles.
El concepto de tecnología de la información se creó hace más de 30 años, y su uso es ya común: lo han adoptado desde grandes corporaciones a nivel mundial, hasta pequeñas empresas o negocios que apenas inician. Sin embargo, hablar de tecnología de la información no significa contar con los dispositivos que permiten generar información, como computadora, programas de cómputo especializado (e incluso personalizado), fax, teléfono, Internet, e-mail, etc., esto ya es elemental si una empresa quiere interactuar en los negocios actuales.
La tecnología de la información incluye todas aquellas tecnologías que intervienen en la colección, emisión, recepción, almacenamiento, procesamiento y recuperación de datos e información a través del uso de señales electrónicas, analógicas y digitales.
Abarca todo lo relacionado con el hardware tanto de una computadora como de una red, sensores y dispositivos inteligentes. Incluye el software, servicios informáticos, mantenimiento e instalación, desarrollo, integración, soporte, asistencia técnica, comunicaciones, difusión de redes fijas y móviles, transporte de datos, conectividad de sistemas de computadoras, comunicaciones inalámbricas, satélites, Internet, transporte de datos e información a través de la red de transporte de energía eléctrica.
Si bien la innovación tecnológica es fundamental para sobrevivir, no es menos cierto que la tecnología, se encuentra al alcance de todos y es fácilmente "copiable". De hecho, países enteros como Japón, que desarrolló anteriormente, la estrategia de "me too" para afianzar su crecimiento, estrategia que imita y posteriormente despliega un conjunto de acciones para distinguir, con el tiempo su producción. Por tanto, la empresa que busca la evolución de su negocio, tendrá que centrar sus fuerzas en el perfeccionamiento de sus activos intangibles que definirán las ventajas competitivas, que lo diferenciarán del resto de los negocios del mercado.
Si las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones se reconocieran o estuviera reflejado en nuestros libros de contabilidad el proceso sería mucho más sencillo, pero la práctica contable internacional ha evitado el asunto por su carácter tan controversial.
Si preguntáramos a cualquier economista tradicional, ¿cuáles son los activos de una empresa? éste miraría al balance de la empresa y nos indicaría el valor de los edificios, instalaciones, capital social… es decir, los activos materiales, tangibles. Elementos todos ellos basados en un solo factor: el financiero o económico. Sin embargo, estos elementos no suponen ya una ventaja competitiva para las empresas.
El Goodwill como método de medición, si bien caracteriza realmente el valor de una empresa según el mercado y desde este punto de vista es un buen indicador, también es cierto que puede estar afectado por las acciones especulativas y que su exceso de dinamismo hace que tendría que estarse avaluando diariamente el capital intangible que de hecho resulta poco práctico a los ojos de la contabilidad tradicional.
La rentabilidad sobre activos (ROA) en exceso con respecto a la media de la industria, tiene el inconveniente, al contrario del primero, de la demasiada estabilidad, y aunque resulta muy adecuado para tomar una fotografía del valor del capital intangible en un momento dado, lo cierto es que no caracteriza su dinámica ni su valoración periódica, con lo que también se opone a lo comúnmente aceptado por la contabilidad tradicional.
Ya se ha hablado de las limitaciones e insuficiencias de la contabilidad tradicional para incorporar, todos los elementos que integran en una empresa las TICS, principalmente el capital intelectual al balance y se han propuesto métodos de medición de activos intangibles por varios autores, enmarcados en lo que se ha dado en llamar la nueva economía o economía de la era del conocimiento.
El mayor obstáculo para su implementación es el hecho de que las normas de contabilidad exigen que para que se pueda reconocer en el balance un activo intangible, ha de ser probable que fluyan a la empresa beneficios futuros atribuibles a él y que para satisfacer este criterio la empresa debería demostrar la forma esperada en que el activo intangible incrementará el flujo de entrada de beneficio.
Debe tenerse en cuenta que, en sus orígenes, la temática del capital intelectual nace como consecuencia de la búsqueda de modelos de valoración de las empresas dentro de coyunturas muy específicas del mercado. Por esa razón, la definición inicial y para muchos todavía clásica, de capital intelectual, señala que es la diferencia entre el valor de mercado (de las empresas) y en valor libros de contabilidad.
Por eso, inherente al capital intelectual se encuentra un concepto de contabilidad, ya sea por la vía de criticarla (dado que entienden contabilidad solamente como el registro tradicional por partida doble y ven su inutilidad manifiesta para la empresa actual) o ya por la vía de un nuevo concepto de contabilidad acorde con las nuevas circunstancias: la contabilidad entendida ya no en sentido jurídico de cumplimiento legal sino a partir de la cadena de valor, esto es, como explicación de su coherencia dentro de un proceso de transformación de datos en información y de ésta en conocimiento.
Como punto de partida es importante establecer una clasificación uniforme de los activos intangibles.
El Capital Intelectual es la variable utilizada para medir el conocimiento organizativo, está formado por capital humano (valor base, valor de relaciones y valor potencial), capital estructural, es decir, todo aquello que permanece en la empresa cuando los empleados se van a casa, es decir, sistemas de información, bases de datos, software de tecnologías de la información, y el capital relacional que está integrado por los usuarios.
· Capital Humano: En este bloque se recogen tanto las competencias, entendiendo éstas como los conocimientos, habilidades y actitudes que en este momento se hallan en cada organización, como la capacidad de aprendizaje y creatividad de las personas y equipos de trabajo. Se potencia desarrollando las competencias de personas y de equipos de trabajo.
· Capital Estructural: el conocimiento debe ser sistematizado, explicitado o internalizado de la organización. Permitiendo una transmisión rápida de conocimientos, generando una espiral ascendente de conocimiento y mejora continua. Se potencia gestionando como un activo más el conocimiento organizacional estructurado, es decir, gestionando para su reutilización todo el conocimiento existente en la organización. Para esto se utilizan herramientas como las Intranet, Bases de Datos, generación de historiales, otras.
· Capital Relacional: Este bloque recoge las formas de relacionarse la organización y los agentes de su entorno, como usuarios, proveedores, otras bibliotecas, etc. y que, como activo intangible que es de vital importancia para la unidad de información, también ha de ser medido y gestionado. Se potencia tejiendo y gestionando una red de relaciones con el exterior de usuarios, proveedores e instituciones afines.
Estos tres bloques que configuran el Capital Intelectual han de ser medidos y evaluados con el fin de ver qué necesidades y qué aportes puede obtener la organización, pero el proceso es un conjunto complejo de mediciones.
De acuerdo con lo establecido en el marco conceptual de las Normas Internacionales Contables (NIC), en primer término, se define el concepto de activo intangible como aquel "identificable, de carácter no monetario y sin apariencia física, que se tiene para ser utilizado en la producción o suministro de bienes y servicios, para arrendarlo a terceros o para funciones relacionadas con la administración de la entidad".
Según esta norma, un activo es un recurso
a) controlado por la empresa como resultado de sucesos pasados y
b) del que se espera obtener, en el futuro beneficios económicos para la entidad (Párr. 3).
De igual forma, la norma exige que la empresa reconozca en sus estados financieros el activo intangible al costo, si y solo si:
a) es probable que los beneficios económicos futuros, que se han atribuido al mismo, lleguen a la empresa y
b) el costo del activo pueda ser medido de forma confiable.
Atendiendo a esto, uno de los principales inconvenientes presentados al momento de generar la información financiera sobre los intangibles, es el hecho que la contabilidad se basa en el principio del Costo Histórico, según el cual las transacciones y eventos económicos que ésta cuantifica deben ser registrados de acuerdo a las cantidades de efectivo que se afecten o su equivalente o la estimación razonable que de ellos se haga al momento en que se consideren realizados contablemente.
¿Pero qué ocurre cuando un activo incorpora tanto elementos tangibles como elementos intangibles? La Norma Internacional de Contabilidad NIC 38 establece un test para delimitar entre activos intangibles y materiales: hay que juzgar cuales de dichos elementos (tangibles e intangibles) son más relevantes.
Según las Normas Internacionales de Valoración, para calcular el valor justo, o el valor de mercado de cualquier activo, el tasador debe determinar primero su mejor uso (highest and best use). Puesto que los beneficios percibidos de un activo intangible no están cuantitativamente limitados por ningún factor intrínseco tal como sus propiedades físicas o las disposiciones legales aplicables, no es posible determinar el mejor uso de un activo intangible con utilidades únicas generadas por dichos activos.
Por tanto, es necesario calcular el valor justo de un activo intangible con utilidades únicas en el momento de su reconocimiento, y, si su vida económica es indefinida, habrá que calcular su valor justo anualmente para realizar el test por deterioro del valor. El problema es, como hemos apuntado más arriba, que el tasador sólo podrá estimar un valor de uso (valor subjetivo) y no su valor justo.
La medición es el problema fundamental para las ciencias contables. De acuerdo con lo establecido en el marco conceptual de las Normas Internacionales Contables (NIC), se define la medición como "el proceso de determinación de los importes monetarios por los que se reconocen y llevan contablemente los elementos de los estados financieros, para su inclusión en el balance general y estado de resultados. Para realizarla es necesario la selección de una base o método particular de medición."
Para abordar el tema de la medición, es importante considerar, con especial atención, a la NIC 38 "Activos Intangibles", promulgada en Septiembre de 1998, con el fin de obtener elementos que permitan elaborar conclusiones sobre su incorporación en la información financiera.
Con la contabilidad tradicional, la cual solo mide los activos tangibles y reporta resultados de actuación histórica, es difícil lograr la valoración plena de los intangibles y de tal modo no se puede lograr una visión real del potencial de los ingresos para la empresa.
Existen criterios de que se puede crear una cuenta de activo intangible, la cual debe abrirse por cada tipo de activo. La cuenta de capital intelectual debe ser tratada de modo semejante al capital social: analizarse por valor inicial, débitos y créditos de modo que se pueda seguir su rastro.
En el caso de los gastos capitalizables actualizarán su valor por amortización, mientras que los costos diferenciales se actualizarán por una nueva valuación de manera que el valor del KI se mantenga actualizado en los libros de la empresa.
Si se establecen normas de valoración y amortización precisas para cada caso se puede lograr un nivel de uniformidad en el registro necesaria para hacerlo comparable.
Habida cuenta que no representa ingresos de efectivo no será gravado por los impuestos fiscales.
En ningún caso se ha considerado la posibilidad de operaciones entre las cuentas del balance tradicional y el balance agregado, pero no se desestima la posibilidad futura de que así pueda ser, en dependencia de la evolución que tengan las normas de contabilidad.
De aquí se deduce que cada vez la Contabilidad explica menos el mercado. Con estas premisas, son lógicos los resultados del estudio realizado por Lev (1997), en el que pone de manifiesto que si en los años 60 y 70 alrededor del 25% de las diferencias en los cambios de las cotizaciones de las acciones podían atribuirse a diferencias en los beneficios publicados, en los 90, sólo el 10% de estas diferencias es explicada por la publicación de beneficios.
Aunque la información contable publicada por las empresas sigue siendo, por razones lógicas, la materia prima fundamental en las decisiones, los protagonistas de este proceso empiezan a utilizar, por no presentar toda la información necesaria adecuadamente o, en algunos casos, por resultar insuficiente, numerosa información extracontable.
Atendiendo a estas razones, el tema de la valoración de intangibles, Archel Domench, sostiene que se ha convertido en una de las áreas más controvertidas con las que se enfrenta la teoría de la contabilidad, principalmente debido a que, hasta el momento, no ha conseguido dar una respuesta satisfactoria a los distintos usuarios de la información contable, ni a los diferentes organismos encargados de la emisión de normas contables.
conclusiones
El desarrollo y los cambios operados en el mundo actual, la acelerada dependencia que incorpora el alto volumen de información, los sistemas que la proveen, el potencial que poseen las tecnologías para cambiar drásticamente las organizaciones y las prácticas de negocio, nos llevan a insertarnos directamente en el mundo de la tecnología, asumiendo nuevos retos y creando nuevas oportunidades con la reducción de los costos y la ganancia de interrelacionar todas las entidades, para manejar la información a nivel de sistema en su conjunto, con la tendencia irrefutable de la eficacia , eficiencia, confiabilidad e integridad de las operaciones para una toma de decisiones acertada y oportuna.
Bibliografía
1- Normas Internacionales Contabilidad- 38 Activos Intangibles.
2- Bossi Queiroz, Alexandre, Fuertes Callén, Yolanda, Serrano Cinca, Carlos. (1) Departamento de Contabilidade, União de Negócios e Administração (UNA) y Asamblea Legislativa del Estado de Minas Gerais, Belo Horizonte (Brasil). Becario de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI). (2) Departamento de Contabilidad y Finanzas, Universidad de Zaragoza (España)."El Capital Intelectual en el Sector Público".
3- Mantilla B., Samuel Alberto. Contador Público Unab. Bogotá. Colombia. Curso de Capital Intelectual.
4- Ruso Á lvarez, Eduardo. Castaños Sagóls, Emilio. Soto de León, Yania. Tecnología de la Información. Maestría de Contabilidad 2005-2006.
5-
6- www.google.com
7- www.monografias.com
8- www.microsoft.com
Autoras:
Lic. Ariamna Rivero Bolaños
Lic. Frida Ruso Armada
Profesoras del Dpto. Contabilidad y Auditoría.
Facultad de Contabilidad y Finanzas
Universidad de la Habana.
Cuba
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