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Poemario: Hojas melodiosas atrapadas en cuentos de papel (página 2)


Partes: 1, 2

como aviones sin tren de aterrizaje que se fueron al fondo del mar

perdidos, suicidados sin ubicación geográfica

mientras un insólito aparato buscaba a otros más perdidos.

Se hallaron unas amorfas cajas espantosas encerradas en fuego de dragones

levitaron las ilusiones de encontrarse vivos después de la catástrofe,

la maravilla está en la simulación del vuelo

cuando no ha pasado nada

sino que solamente en el cálido espectáculo de los abiertos horizontes

el robot flotaba como lleno de la misma gravedad

inmerso, en una suprema esperanza de encontrarse tan vivo.

ALGODONES DE NODRIZAS

La partera recibió el hermoso regalo

que la vida le obsequió en la síntesis de los recuerdos

continua, pausada, acelerada en la demencia de la sociedad

le imprimió ritmo al trascendental acontecimiento

recibiendo en los dorados brazos y sus inmensas manos

aquel corpulento y soberbio espécimen.

Arrimado a su corpiño pronunció su exhalado grito de nacimiento

rasgando un episodio de la historia humana

pechos preparados, senos blancos y oscuros, cobrizos, rojizos

en la leche sustanciosa de las nodrizas gemelas.

Pezones con olor a madre tierra

que dieron bandera a insomnes libertadoras y libertadores

sueño perdido, sueño extraviado en los amores de siempre

y con suave de blancos algodones flotando en mieles

cuando finos hilos con patas de arañas

subían trepidándose por el humo de la leña ardiendo

como contentos de la portentosa misión cumplida.

VIAJEROS ESPUMOSOS

De celulosa y glucosa, almibarados de conciertos

se fueron parafraseando a los filósofos por los caminos viejos

tataretos, dando tumbos por cierta borrachera asumida por el licor.

Parece que de los polos confundidos salieron estos diferenciados personajes

barbudos como esfinges asoleadas por desiertos

sed, hambre, aventuras de guerreros improvisados

maletas de recuerdos al dejar la tierra que los vio nacer y crecer

una mirada al pasado sobre el que los zapatos no volverán a transitar

huecos, los huesos desnudos y las carnes discretas

las ropas ajustadas con la grasienta presencia de las horas;

avanza la caravana llevando carros que despiden el hollín adornando pulmones

y canturrean los silvestres animales a lo largo del jungloso lugar

inhóspita se ha vuelto la presencia de guardianes de las sombras,

la inmensa frontera los arropa dejándole al crudo frío

inyectarle el reumatismo que imprime el país vecino a los extraños

la mirada impaciente de los faros recorre la lejanía

divisando la espesa estela de viajeros espumosos.

GENERACIONES OCUPADAS

Atrapadas duramente por las historia durante siglos

han aparecido lucecitas en la tierra

rellenas con galletas de ajonjolí

con cosas elementales y naturales,

la tarde que iba también rellena con la lluvia injertada con la noche

se depositó densa con intensos crepúsculos

irradiada con reflejos realmente asombrosos.

Ha finalizado la faena riesgosa planteada para el hoy,

mañana aparecerá en los sueños apresurados

de generaciones que pasan

y en los ensueños reveladores de las nacientes;

innovadoras de cada incipiente espacio

prometedoras y exigentes, aplicadas e inteligentes.

Crecieron con el trabajo creador

ordeñando el vino de la uva, libando el jugo de la apetitosa naranja

sobre el pastoreo y la dinamización de la ciudad

en la vida productiva y laboriosa, de gente útil y necesaria.

HORMONAS TRAVIESAS DE LA FELICIDAD

Alborada amanecida de truenos y relámpagos

el insólito cuerpo desperezado se lanzó del estirado lecho

y las manos se fueron de lado, dedo a dedo, discurriendo las notas;

salió asustadizo el anciano espejo a delatar el envejecido cráneo

largando su cabello

la enorme cicatriz había desaparecido debajo de los grandes ojos;

dentro, internamente los neurotransmisores se ponían a tono

segregados por glándulas trabajadoras

intensas, en laboratorios impensados.

La bella dama sonrió animándose extraordinariamente

sus finas curvas agilizaron las gradas por donde se desplazaba

al borde de una locura sana inyectada de novedades

había inventado los modos de explotar al mundo pleno de vanidades

impulsada por la felicidad acumulada

sostenida, restringida, aprisionada, doblegada

en el momento las traviesas hormonas están en el tope

en el podio de las reacciones químicas de gran velocidad.

LA SIEMBRA AL LADO DEL VALLE

En la hondonada bajo el duro pensamiento del rigor

bajaron las ideas a llenar el vacío de las horas grises

por los surcos ahondados corrían las semillas ya germinadas

a plantarse de victorias.

Rugieron los huesos del trueno en su vejez de siglos

acompañando a las gotas de lluvia golpeadas duramente en el suelo;

el rayo fulminó con su luz el atardecer descargándose en el riachuelo,

campo, hecho barro con recuerdos aislados

los brazos te abandonaron dejando marchitez

emigraron a la ciudad perdida de valores

y oscuridades se avecinaron para eliminar tu juventud

aquella que aunque sufrida se alimentaba del fruto de la dignidad.

Del valle, sobre la mirada extensa de la profunda angostura

al costado del horizonte hay todavía anhelos

de tiempos nuevos, en vísperas de primaveras

la que florece llena de alma y trabajo

de los que no se rinden, aunque hayan sucedido momentos malos.

VIOLENCIA EN EL MURO

Los cansados pies sediciosos avanzaron en marchas duales

en disparejas filas por sus números pares e impares,

el característico olor húmedo salió levitándose sin esfuerzo

de diferentes marcas, patentadas en el capital

una voluntad asombrosa se les notaba al sostener los cuerpos obesos

que se comían la valerosa calle.

-El muro debe caer- pronunciaban a viva voz los transeúntes

cuando un inerte respiro de los guardias

no pudo contener la fuerza

avasallante, destructora, represada y abultada de un siglo.

El muro sintió los golpes que asestaron los protestantes

gimiendo los pedazos de loza y concreto que separaban pueblos;

derribado, se oyeron las manos estrecharse

abrazos, besos, banderas trepidantes

la sangre que fluye, el amor de hermanos

por un largo rato separados de genocidios y barbarie

ni muros ni barreras, manos de la paz y del deporte.

RUTA DE NAVEGACIÓN

Partimos del puerto, junto al diario escrito, una pauta

en los remos ocurrían las experiencias del esfuerzo

el viaje tenía un marco de tensión originado por las olas

recorriendo el espeso mar, lagrimas golpeadas bajaron por los rostros;

destinos marcados obcecadamente en delirios y aventuras.

Divisamos un cosmos cerrado lleno de avasallantes medusas

adornado de medias lunas, radiantes y anaranjadas

ruido en los astros, infierno, oscuridad y naufragio.

Todo puede pasar en la ruta de navegación

rumbo al nuevo y ansiado mundo,

el profeta que había abordado la nave dio un giro al timón

salvado de las aguas turbulentas

asediado en su gigantesca obra

abrió un espacio, una espera, un amor irreductible

ancló el buque con el símbolo de la nueva era y se esfumó entre sirenas

el agua se abrió y consumió el secreto, lo que hablaron las olas del mar.

OLVIDOS Y RECUERDOS PARA CIEN AÑOS

Cien años han transcurrido sobre el recuerdo de cosas perdidas

mariposas amarillas sobre el olvido de Macondo,

el escritor insigne fue envejeciendo de glorias

se fue a tierras del norte donde le dieran más aliento

soplo, impulso, constancia a través de las naciones que lo inspiraron.

Convocados los pueblos verdes

para lo apoteósico, cuando la unidad cultural nos llama;

agricultura y tierra, extensa lucha sobre el suelo naciente

bosque, conservación del alma amerindia e hispánica.

Los inmigrantes tomaron los libros llegados

sentirse alguna vez extranjero sobre el mismo terruño

desde la fuerza y el ímpetu del Río Grande

hasta la fantástica Patagonia, donde el viajero posiblemente se haya extraviado.

Luces, crecimiento, idioma, gente joven, innovación

el continente prometido en la voz ofrecida por Santiago

de lo anhelado y buscado en los relatos de antaño

creatividad de la historia para hacer o ensayar un mundo mejor.

CAJA DE SOMBREROS

De la magia impresa en los escondidos ojos

la luna sabrá contarlo

del camino hacia donde se va el viento

el sol lo dirá.

Como duendes confundidos llegaron soldaditos de plomo

buscando oro con las sombras

ilícitos, ilegales, perdidos en la selva de las pasiones

los harapos desprendidos de la carne

el abandono de una frontera caliente, novela, acción

la cobardía avanzó desechada por encima de la multitud

que usaba unos sombreros gigantes

envenenados, asoleados, salidos de una caja poliédrica

cerrada, abultada de cosas inventadas

el amor fue cediendo lleno del rojizo mercurio

contaminado, extenuado, repleto de enfermedad y desasosiego.

El sombrero se fue tejiendo en cada cabeza enredada

y la araña intransigente y demoledora, sacó sus finísimas agujas.

HAMACAS DE UN REFUGIO

El vaivén de la hermosa canción

sabe bien, el paladar se engolosina con el desafío

se ha refugiado una fruta madura en la intensidad del verbo

delirio y grandeza deambulan intermitentes sobre cuerdas

estiradas, presionadas, tensionadas, vibrantes;

el director detectó la textura del público admirador

otro ser humano se desplegó en el escenario

el público golpeó sus extremidades superiores en señal del supremo agrado

de la máxima expresión de la música soberbia

arrojado al espectador oyente, poseído, desdoblado

sumergido en la emoción palpitante de la genuina locución.

Así mismo, va actuando la existencia conforme al teatro

cuales hamacas se mecen en bruscos movimientos del viento

al llegar el sueño, los ojos van cerrando la frágil secuencia de la voz

perdida y desorientada al desconectarse el alma de los cuerpos,

tendidos sobre el espaldar del espectáculo

en la rima o la armonía del canto.

PRIVATIZAR LA FELICIDAD

La sinfonía succiona el quinto vals

que la noche traduce a todos, revolviendo los espíritus

modernidad, consumo desmedido, formalidad

a cada quien según la manera de hacer que el placer o el deber

se instale en la sonrisa socializada

individualizada, sectaria e imponente.

El medio y el fin del proceso, la meta limitada

la suma de lo más ingenuo, de lo más utópico, de lo más soñado

el abrazo, el beso, el extenso y bárbaro mundo en un cariño desmedido.

La búsqueda de la nada cuando se encuentra el todo

insuficiencia de la comprensión, humo y estela, pasión,

la soledad intelectualizada, seda, aguijón de abeja; dulce y amargo

cruel en el estío.

La felicidad, mágico amor de los demonios

se quita, se arrebata, se somete, se compra

lo vale todo, imposible, palabra, poesía guardada y privatizada.

Felicidad, la lucha permanente, posesión de la ternura en las manos del otro.

EXCELENCIA DE UN ANGEL SIN MEMORIA

Al caer el ángel, golpeado a nivel de su extraña cabeza

se sintió abrumado, lleno y vacío, con extraña fuerza y alado

por la dinámica espacial o la acción divina

se ha olvidado de los enormes ojos delirantes, azules, avasallantes.

Y del ángel –no te rindas- cuando suenan sus pasos por las calles

en vano, sus perros le siguen, al travieso enredo de la cruel memoria

y de los cuentos del pueblo no se diga,

de sus libros escríbase una picaresca historia.

El ángel cubierto de horizontes, golpeado y olvidado, sufrido y acechado;

ángel, poeta de tripones y lechones, elocuente naturista

indio sencillo, hombre estirado en la vida misma, ciudadano sin fronteras;

ángel, hermano de patrias y libertades

que no te olvides

que jamás los más sencillos y los más humildes,

jamás por las calles cortas y extraviadas de este indiferente pueblo

ni de tu gran talento,

nunca jamás te olvidaremos.

ESPANTO EN LA CORTE

Volver a la cama a seguir durmiendo

con los pies despiertos, carcomidos por una especie de frío intrínseco

al soplo que lo dejó nacer como fantasma perdido o encantado con sus memorias.

Harapiento el esqueleto sumergido en un color casi amarillento

el rey meditabundo, soñador, aniquilado

su misma penumbra aquejada

la nada es más propicia a la decadencia, al arte de nacer sin piedad

sin mirar el dolor de los otros al padecer la estrecha esclavitud

al soportar la terrible crueldad de los vasallos

miedo, un impresionante terror de lo que se avecina

remordimiento en las fuerzas imperiales

la reina está triste, la princesa llora y el príncipe no quiere adelantarse al parto

de la tierra en su largo peregrinar

de las madres que no les alcanza el pan;

la sombra hizo como un estirón en la sala

los músculos se ilusionaron sobre la cama y se estrecharon con las cobijas

y un extraño y gelatinoso frío invadió el desafortunado lugar.

PRUEBA EXTREMA

Desde el útero, huevo mágico que nos cobijó

sentimos la responsabilidad por el todo

se engaña el ser que no abriga

la sublime misión de estar comprometidos con la existencia y su entorno.

Crecer, suspirar, asumir, hacerse simplemente humanos

nadar a lo largo de la caudalosa sonrisa de otros

para nosotros la sensación de estar viviendo

compartiendo derechos y predicando obligaciones.

Si existimos, ya nos damos por enterado que habríamos pensado

en la manera de practicar con dios la obra de no pretender engañarlo;

si ya estamos, la obra es la práctica que dice que tu dios vive

sino habrás transitado sin comer el pan de un mundo sin diferencias

ni pescar el pez en el naufragio cuando has podido salvarte;

trabajo y corrección, remar en la catástrofe, soltar los remos

sostener las extremidades, alegrarse de haber cumplido

sencillamente palpar la orilla

admirar las bellezas de este mundo, tocar la costa.

EL SONAJERO Y LA ESCUELA

Cuando vamos a la escuela,

nunca se deja de ir a ese incomprensible lugar;

sea porque nuestros héroes ya no lo son

o decidimos errar meditabundos porque siempre nos alegrábamos

de encontrar al maestro fuera de ella, de su recinto, de su encierro

atrapado, sin libros, sin carteleras, sin himnos

castrado en su visión del mundo, al revés, al derecho, al cuadrado.

Entonces, cuando el más grande, el más alto, o el de más edad

lleva al niño a ese imperturbable lugar

al cruzar de la calle a la acera suena un inesperado sonajero,

cuando el viento va engalanando sus delgadas piernas

y sus finos huesos se estrellan unos a otros y otros con unos;

expectantes se encuentran asaltados por la soledad, materos y ambiente

abandonados a la ausencia por el trabajo de sus dueños.

El sonajero se nutre del grato sonido que le dan los oídos

del transeúnte, del ser humano de la calle pensante que deambula

intermitente y preocupado por llegar a la cita

de la escuela, de los niños

de la escuela que todos los niños han de querer como al sonajero.

LAS PESADILLAS DE LA MADRE TIERRA

Se han despertado las sirenas de intranquilos carros

que avisan que sobre la formidable cama del planeta

se han movido las cobijas

maltratadas, aniquilada por inconscientes leñadores, depredadores de su corteza.

Del inmenso movimiento huyó diversidad de gente

asustadas, rápidas, sufridas, heridas, con niños acuestas

con la catástrofe en sus carnes, en su éxodo, en su maldita pobreza;

Las viejas casas se fueron al suelo, se desplomaron al abrir de los ojos

sobre la mirada de la tierra recién preñada, trasnochada, dolida y dolorosa;

su asfixiante respirar volcánico, desde la entrañas del germen telúrico

con estertor de siglos, de agonía, de creatividad y defensa;

planeta tierra, geoide; sobre tu caída la deformidad

sobre tu albergue la corrección implacable

por tu amor, la permanencia y ensayo de la vida entera.

LOCOS DE LA PANCARTA

La calle anónima indiferente y ciega

estaba o yacía en el olvido de las generaciones

oscuridad, sombra, abismo, penumbra adormecidas en la indescriptible soledad

la calle trasnochada tras los acontecimientos posteriores a otros insomnios

estuvo agobiada de gente encumbrada o alterada

de gritos de un silencio atroz.

La calle invadida de pancartas asomaba su estatus de persecución

enlodada, llena de un sublime barro impertinente

demacrada por el olor nefasto de los gases.

La calle aquella donde se apaciguaban las ilusiones o las esperanzas

tomó el semáforo de la esquina inerte y la pared final de toda vía truncada

sin aceras, clavada, invertida, sin señales;

al tiempo las pancartas asumieron el control del espacio ingrávido

enormes estructuras psiquiátricas se desvanecieron;

la descomunal protesta bipolar había puesto en el honor

un derecho humano no reconocido

aquel de asumir la locura para llegar a ser inteligentes.

CUENTOS DE PAPEL

Han sonado las doce de cualquier noche de cuentos

los hadas, los duendes, los espantos o los espíritus traviesos

del inverosímil reloj se escaparon los miedos en el roncar de los sueños

tiernos niños, indómitos, inventores de momentos.

Almohadas, cojines, mágicas alfombras y sonoros genios

lámparas y truculentas frases profanadores de conventos.

Magia de novedoso convencimiento, la palabra oportuna, la poesía enésima

la vibración hecha verbo, había una vez un cuento

y colorín coloro, entregamos el corazón al viento.

Zapatillas perdidas de mujeres encantadas, añejadas como el vino tinto

y príncipes tras los cantos de sirenas sin cumplir con mandamientos;

había una vez un tiempo de una poesía melodiosa atrapada en este cuento

papel, papiro, la pluma en el tintero de tanto tinto bueno

de tanto trago amargo, de tanto cuento austero.

Hojas de un papel ligero, de cuentos con niños pasajeros

el colorín de las fábulas y las moralejas atrapadas

en el libro y en el verso de caminantes y viajeros.

TERAPIAS CON ALMENDRAS JABONOSAS

El cuerpo cual esqueleto cubierto con carnes estiradas

se ha envejecido por el juego del tiempo y el movimiento rotatorio

de la tierra, de la luna, del sol o de cualquier cometa travieso

perdido, disperso con los ojos errantes.

La masa toda hecha del soplo de células en torno a un eje céntrico

acoplado y gelatinoso que facilita la atracción entre ellas

inteligentes, amorosas, aglutinadas, espesas

armónicas como la vida sonora, estupendas como el eco de la montaña silente.

La masa o el cuerpo, el cúmulo de mazorcas de maíz o del barro del génesis

se entristeció de repente con surcos de la tierra, hecha vieja, sudorosa

humeante, acalorada, apresurada, incandescente

labrada y tejida sobre la experiencia, sobre las esperanzas y los sueños

en los costos y los engaños

hasta que aparecieron sigilosas las almendras

rellenas, dulces, pomposas, abultadas

flamantes, pechugonas y jabonosas

y sobre el tapiz de los cuerpos en reposo, terapias antigravitatorias.

SUSTO EN EL MEDITERRÁNEO

El maromero escurrió tembloroso sus gotas de sudor de su penúltima travesía

los andamios sonaron al parecer de los frenos presurosos de un auto

traviesos los brazos combinados con atléticas piernas

un estirón de trapos y gomas se apoderó del alma del divertido animador.

Meditó el vanidoso personaje recordando pueblos asediados

explotados, envilecidos, dispersados, sin patrias

y vio sobre el fatídico escenario migraciones descomunales

balsas, barcos, gigantes monstruos, flotas y destructores

como una desgracia humanitaria sin precedentes

la vida sumergida, ahogada, desaparecida, la soberbia crisis.

Y cuando en el mar Mediterráneo, el maromero inició las maniobras

para apaciguar los caldeados ánimos

la plataforma se había rodado tropezando en la herida costa

y al permanecer hincada la inverosímil estructura

un susto cruel se apoderó de pueblos expectantes,

la añoranza por la paz se ha hecho clamor

cuando el maromero recobró la estática del equilibrio.

EN EL HEMISFERIO SUR

Del norte al sur hay solamente una mirada a la brújula

unas estrellas que se ubican relativamente al costado de la tierra

marcan o señalan la odisea o el bambaleo del planeta

arrullo del cosmos, cuna del silencio de la larga noche.

Silbando van pasando los arrieros con sus rebaños de lunas

y sus sombreros eclipsan el enorme pastoreo en torno al horizonte

desviado, curvado por las fuerzas convergentes y divergentes.

A lo lejos, donde la vista ha decidido arquear la esfera

con el propósito de acercar la curiosidad

y descubrir lo nuevo, está el mar burbujeante

agitado, llevando en sus pies, cual preciosa ola

banderas, franjas de lúcidos colores

impactantes, rellenas con principios de unidad.

El sur, así como el norte se desplaza según avanza la medición

y el alma se conforta con la inmensidad

serena, arrebatada, sublime y contradictoria

asimilada en cada hecho geográfico e histórico.

TRIBUTO AL SILENCIO

En el silencio, después de una ráfaga de ruidos

se alcanzó la diminuta ternura al oído cuando bajaron los decibeles

al parecer los órganos se contentaron con la novedad

de sentirse prestos para otras circunstancias más nobles.

Sonatinas, música infantil, el trajinar de las notas musicales trepando instrumentos

de viento, de percusión; sonoros, acústicos, melodiosos y de antaño

subiendo las manos por el organigrama de las canción serena

la nota se redondea, al compás del arte y la palabra.

El silencio necesario y ausente de la ciudad entera

pareciera que al progreso lo delata el fastidioso eco del ruido

trastabillando por las fábricas o las empresas, cayendo violentamente

sobre el asfalto cruel, denso, precipitado, endurecido con el calor aquel

de la ciudad agitada, efervescente, desanimada en el suburbio

animada en el corazón del tumulto, de la ensordecedora algarabía de la gente

trasnochada, borracha, la ebria multitud en el sueño de la gran civilización.

Pero la ciudad como el campo podrán volver al silencio

enamorado de los ruidos útiles, aquellos que nos alertan.

CREACIONES DE MAÍZ Y DEL IDIOMA ESPAÑOL

Para entendernos ha sido indispensable correr por la historia

formar mil palabras y sus regionalismos sobre veintisiete letras

en el crisol de razas con la fuerza maravillosa y pulsante de un continente

de pueblos netos, originarios, asombrosos, creativos

pueblos de barro, maíz y de mucha escritura para el papel

guerreros, civilizados, descubridores, fundadores de estirpe

de valores, indoblegables ante las nefasta crisis

sembrados para la América, de mujeres y hombres que heredaron un idioma

fuerte, dorado como el sol; un idioma de caballeros, de poetas Cervantinos

de resistencia a las invasiones culturales

pueblos expandidos sobre el océano Atlántico en naves de paz

solidarios, comuneros universales, gente de Santiago, el apóstol de España

gente convocada para un verbo de dioses humanamente buenos,

pueblos de Bello, Rubén Darío, Jorge Isaac, Fierro, Neruda, Gabriela Mistral

con una pléyade de inolvidables poetas, creadores, escritores, innovadores

y salvadores de nuestro idioma español.

Honor al poeta, al escritor anónimo, al soldado de la pared con sus buenos versos;

honor al que subyace y hoy se levanta en la grandeza expansiva del idioma

en cada acontecer de su gente laboriosa, alegre, sujeta de ilusiones

con olor a campo, a surco, a tierra rasgada por la lluvia

humedecida en el harapo, reverdecida en el viento, sudorosa en el tiempo.

Honor al que escribe en el alba de cualquier justa trinchera

para un niño alegre, para mujeres y hombres libertadores

multitud de la patria toda, del color de todos, en entera fusión

de amores, de paz, de lealtad a los más insignes valores;

arte, ciencia y humanidad

un idioma romántico y de marco universal

y la eternidad escrita para seres humanos

profundamente hospitalarios.

 

 

 

Autor:

Ramón Cesar Freytez

Ingeniero de Sistemas

Sanare. Estado Lara. Venezuela. Noviembre 2015.

Partes: 1, 2
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