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Alimentación ecológica y su impacto como tendencia actual de la nutrición y la dietética para la calidad de vida


  1. Resumen
  2. Ganadería ecológica
  3. Produccion de alimentos ecologicos
  4. Alimentos ecologicos con calidad certificada
  5. Agroecología
  6. Recetas de alimentos ecológicos

Resumen

Alimentación Ecológica y su impacto como tendencia actual de la nutrición y la dietética para asegurar calidad de vida.

La alimentación es una necesidad primaria y fundamental del hombre; los alimentos que consume son el resultado de las costumbres y hábitos alimentarios, así como de la historia de cada país o región en la que se encuentra ubicado geográficamente, o vinculado por su descubrimiento y posterior colonización.

Proporcionar una cocina natural y medioambientalmente responsable puede ser placentero y más fácil de lo que parece. Este articulo enfatiza el uso de la comida real y tradicional, volver a los ingredientes integrales, ecológicos, locales y de la estación. Y permitir que la lógica y la intuición, la variedad y la satisfacción nos guíen de nuevo hacia una alimentación con sentido.

Propiedades bioquímicas y energéticas de los alimentos para ofertar una cocina natural y medioambientalmente responsable.

Título: Alimentación Ecológica

En los últimos años se habla por igual del creciente deterioro del medio ambiente y del aumento del consumo de alimentos poco saludables derivados de le extrema industrialización. Como forma de intentar ayudar a disminuir estas dos situaciones va ganando terreno la denominada alimentación ecológica, caracterizada por estar compuesta de productos elaborados de manera natural, sin elementos artificiales y respetando el medio en el que se producen.

Muchas dudas son las que envuelven a esta creciente alimentación. Una de ellas, por ejemplo, es la confusión existente entre el término de alimentación ecológica, biológica y orgánica. Todos son sinónimos, por lo que al ver clasificados productos con cualquiera de los tres términos estaremos hablando de lo mismo. A continuación te hablamos de los distintos productos que existen y de la legislación que la regula.

Los alimentos orgánicos son aquellos productos agrícolas o agroindustriales que se producen bajo un conjunto de procedimientos denominados "orgánicos". Estos procedimientos tienen como objetivo principal la obtención de alimentos sin aditivos químicos ni sustancias de origen sintético y una mayor protección del medio ambiente por medio del uso de técnicas no contaminantes.

Según definió la FAO en 1999, "lo que distingue a la agricultura orgánica es que están prohibidos casi todos los insumos sintéticos y es obligatoria la rotación de cultivos para fortalecer el suelo. Las reglas básicas de la producción orgánica son que están permitidos los insumos naturales y prohibidos los insumos sintéticos.

Los alimentos llamados orgánicos, biológicos o ecológicos son aquellos que han sido producidos y elaborados sin la utilización de productos químicos de síntesis como conservantes, colorantes, pesticidas, herbicidas, plaguicidas, entre otros.

Los alimentos mantienen su sabor auténtico y, al haber seguido su ciclo natural sin alteraciones, se conservan durante más tiempo.

Movimiento Slow Food

La agricultura ecológica es una opción de futuro que contribuye al mantenimiento de la población rural y la conservación del paisaje. La ecología también entra dentro de la filosofía del movimiento internacional Slow Food, una organización cuyo objetivo es proteger los placeres de la mesa de la homogeneización del fast food y determinados hábitos alimentarios del modo de vida moderno. Slow Food difunde la cultura gastronómica, desarrolla la educación del gusto y conserva la biodiversidad agrícola.

Agricultura ecológica: Este tipo de agricultura es vista por muchos como una forma de volver a nuestros orígenes en el cultivo. Ésta da lugar a verduras, hortalizas, cereales y otros alimentos que se producen en terrenos libres de pesticidas y otras sustancias químicas. Además, las tierras de cultivo no se explotan al máximo, sino que se respetan los ciclos de regeneración. El cuidado del entorno es, por tanto, fundamental: la tierra no se agota y los acuíferos no se contaminan.

Los productos que se obtienen de esta agricultura, además, no pueden tener ningún tipo de modificación genética, por lo que los alimentos transgénicos no se consideran dentro de esta agricultura. Por todo lo apuntado se entiende que los alimentos obtenidos de esta forma son mucho más beneficiosos para la salud humana, además de que protegen tanto la salud de los agricultores como la biodiversidad.

Ganadería ecológica

A l igual que en el caso de la agricultura, se busca obtener carnes, huevos, leche y otros producto lo más naturales posibles. Para ello prima el respeto a los animales y al medio donde se crían para no alterarlo. Muchos son los que comentan que los alimentos de esta ganadería orgánica, así como las hortalizas y verduras biológicas, tienen un sabor distinto a los obtenidos de la manera industrial. Pero no está claro del todo que así sea.

Algunas de las cuestiones que se piden para el trato de este ganado es que sea, en su mayoría de la zona donde se críe para que tenga menos enfermedades; también, deben comer piensos orgánicos, nada transgénico y tener total disposición de pastos sin ningún tipo de fertilizante. Además, no se les debe dar ningún tipo de medicamento que les lleve a alterar sus ciclos reproductivos o de crecimiento. Y, por supuesto, deben tener una libertad mayor que en las grandes explotaciones.

La agricultura ecológica es aquella que tiene como objetivo fundamental la obtención de alimentos de máxima calidad respetando el medio ambiente y conservando la fertilidad de la tierra y la diversidad genética. Esto se consigue con la utilización óptima de los recursos y sin usar productos químicos de síntesis, que alteran no sólo el medio físico si no también el biológico y el social. Este sistema de cultivo pretende encontrarse en armonía con la naturaleza. Esta característica viene regulada mediante una certificación otorgada por los organismos oficiales de cada país y región de la Unión Europea.

La producción ecológica es un sistema de ordenación de la producción que promueve y mejora la salud del agrosistema, basándose en la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo; así como la adaptación del sistema a las condiciones regionales de cada lugar. Esto se realiza mediante el uso de métodos agronómicos, biológicos y mecánicos en lugar de materiales sintéticos.

Los productos ecológicos, al no contener sustancias artificiales, son asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones metabólicas. Los efectos en la salud de las sustancias agrotóxicas son muy diversos y provocan disrupciones hormonales, causan un efecto erosivo permanente en la salud, disminuyen la capacidad de autocuración del organismo y si se combinan algunos pesticidas, como son el endosulfán y el dieldrín (muy usados en agricultura convencional) provocan efectos estrogénicos (cáncer).

El consumo de productos ecológicos forma parte hoy en día de un porcentaje elevado de consumidores. Es por ello que PRASAD ofrece a las empresas del sector servicios la posibilidad de ofrecer a sus clientes una excelente alimentación más equilibrada y saludable.

La situación actual

En España, por ejemplo, la demanda de este tipo de alimentación va en aumento, por lo que la oferta y variedad de productos que se ofrecen también está creciendo. Son ya muchos los comercios que disponen en sus estanterías de productos provenientes de la agricultura y ganadería ecológica. Identificarlos es sencillo: además de destacar su procedencia en su explicación nutricional van marcados con un logotipo de la UE o del propio país que lo corrobora y que garantiza que esos productos han pasado por un proceso completo de producción biológica.

Esta creciente oferta y demanda y la inclusión de algunos productos no biológicos como tales, ha llevado a que este tipo de alimentación se regule. Así, por ejemplo, desde el 1 de enero de 2009 contamos con un reglamento en el que se especifican las nuevas pautas para la producción, control y etiquetado de productos ecológicos.

Cada vez son más las asociaciones e iniciativas españolas para intentar aunar las fuerzas de los que elaboran estos productos ecológicos como, por ejemplo, INTERECO, asociación sin ánimo de lucro que engloba las autoridades de control de la agricultura ecológica de las comunidades, entre otros.

Etiquetado ecológico

En la Unión Europea las denominaciones orgánicas, ecológicas y biológicas para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal se consideran sinónimos y su uso está protegido y regulado por los Reglamentos Comunitarios 834/2007 y 889/2008. Los prefijos eco y bio también están protegidos y regulados así mismo en todos los idiomas de la Unión. En cada país hay costumbre de usar uno u otro término. Por ejemplo, en España está más extendido el uso de ecológico, en Portugal y Francia se usa más el término biológico (en francés biologique), mientras que en el Reino Unido se utiliza más orgánico (organic en inglés).

Los productores de alimentos orgánicos procuran que sus productos estén libres de agroquímicos y no se pueden utilizar para su producción semilla o plantas transgénicas.

Los cultivos orgánicos son fertilizados preferentemente mediante la elaboración de compostas con la finalidad de volver a dar al suelo los nutrientes que entrega a través de los alimentos. Entre los métodos agrícolas tradicionales utilizados está el sistema de terrazas o de barreras naturales para evitar la erosión de los suelos. Pueden además presentar otras cualidades como un empaquetado ecológico para su disposición al consumidor final.

Controversia

Los alimentos orgánicos están en pleno auge ya que los métodos agrícolas masivos que se utilizan en la agricultura industrial han sido señalados por el movimiento ecologista por su insostenibilidad ambiental y por la exposición de los alimentos a pesticidas tóxicos.

A pesar de ello, actualmente no existe suficiente evidencia científica para afirmar que el consumo de productos biológicos repercuta en un mayor beneficio para la salud. Una importante revisión de estudios científicos certificada por la Food Standard Agency y publicada en el American Journal of Clinical Nutrition ha llegado a la conclusión de que no existen diferencias nutricionales significativas para la salud entre alimentos "bio" y alimentos clásicos1

Sin embargo, no existen suficientes estudios de calidad para poder concluir los efectos a largo plazo sobre la salud de los consumidores. Las dosis de pesticidas y/o plaguicidas presentes en los productos "no orgánicos" son ínfimos y las repercusiones sobre el organismo difíciles de evaluar.

Se señalan a menudo beneficios de tipo ambiental, un mayor favorecimiento de pequeños productores locales (típicamente principales productores de la agricultura biológica) y de evitar la manipulación de productos químicos peligrosos por parte de los agricultores (la exposición crónica y/o a altas concentraciones de ciertos pesticidas puede ocasionar daños del sistema nervioso, riñones, hígado y cerebro.

Produccion de alimentos ecologicos

La producción de alimentos ecológicos requiere de una serie de técnicas para paliar el no uso de elementos químicos tanto en la producción agraria como ganadera. La rotación y asociación de cultivos con el fin de mantener la fertilidad de la tierra y buscando la simbiosis entre las plantas. La plantación de una cubierta vegetal que evite la erosión, no compita por nutrientes y aporte materia orgánica.

La plantación de setos o barreras vegetales alrededor de los cultivos, que atraigan y sean freno de insectos perjudiciales para las plantaciones y contribuyan a la biodiversidad. El uso de abonos orgánicos y la integración donde sea posible de la ganadería, de forma que esta coma las partes aéreas de la hierba de la cubierta vegetal, dejando las raíces, lo que beneficia a las plantaciones porque aportan al suelo un abono completamente ecológico de gran calidad que mejora la fertilidad de la tierra, contribuyen al establecimiento de un equilibrio medioambiental y hacen más fácil el manejo de la cubierta vegetal.

La venta de alimentos ecológicos y su consumo en España es aún muy bajo comparado con países como Dinamarca o Francia. El 90% de la producción ecológica en España se destina al abastecimiento de mercados en el exterior. El desconocimiento de los productos por una mala promoción, unos canales de distribución que no hacen llegar estos productos hasta el consumidor y unos precios de venta más altos, ponen freno a esta industria.

Como aspectos positivos se puede observar el aumento de la producción agrícola y ganadera de origen ecológica, gracias a la alta demanda de los mercados del exterior. Este incremento ha llevado a crearse asociaciones regionales de productores de alimentos ecológicos como EPEA, APECPAE, ARPA-ECO o AEN, con el objetivo dar apoyo y promover el consumo de productos ecológicos.

Alimentos ecologicos con calidad certificada

Es indudable que la salud es la principal preocupación de todos los seres humanos y la alimentación es parte inseparable de una buena salud. La producción y venta de alimentos ecológicos, vienen a dar respuesta a los consumidores y a la cada vez mayor atención que se presta a la alimentación. La innecesaria ingestión de químicos, producto de las explotaciones agrícolas y ganaderas son nocivos para la salud y deteriora el medio ambiente. Se podría decir que los alimentos ecológicos, orgánicos o biológicos, son aquellos alimentos y bebidas producidos sin la utilización de productos químicos en todas las fases de su elaboración. Actualmente, los consumidores tienen la garantía de que los alimentos naturales que compran son realmente ecológicos y saludables si al comprar alimentos ecológicos estos están certificados por los organismos correspondientes.

Los alimentos ecológicos proporcionan además un aporte nutricional más completo que los convencionales y sus efectos en el organismo siempre serán positivos. Contienen entre un 40% y un 60% más de vitaminas y minerales que los productos convencionales y menos porcentaje de agua, por lo que aportan más resistencia ante las enfermedades. Se conservan mejor que los tradicionales y poseen un contenido en nutrientes muy superior al de los productos convencionales.

La parte negativa se encuentra en el precio de venta de los alimentos ecológicos que es más elevado que el de los convencionales, si bien esta diferencia se está reduciendo en los últimos años por el aumento de la demanda y ya son muchos los alimentos ecológicos que se pueden comprar, zumos, legumbres, frutas, carne, verduras, vinos, etc. Los consumidores bien informados aceptan este mayor precio de venta ya que realmente obtienen productos saludables de mucha mejor calidad. También es cierto que algunos productos, sobre todo vegetales, no tienen un aspecto tan bonito como los tradicionales pero a cambio si tienen un color mucho más puro. Los alimentos ecológicos hacen recuperar el verdadero aroma y sabor de las comidas y bebidas.

Agroecología

Un lote de hortalizas provenientes de agricultura sostenida por la comunidad.

La agroecología es una disciplina científica relativamente nueva (década de los setenta del siglo XX), que frente a la agronomía convencional se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles.

Bases de creación

Uno de los principales teóricos de la Agroecología ha sido el investigador chileno Miguel Altieri, que trabaja en la Universidad de Berkeley; siendo uno de los fundadores del Centro Latinoamericano de Desarrollo Sustentable (CLADES), marco en el cual se desarrollaron las bases sobre las que se ha ido fundamentado este nuevo enfoque científico.

La agroecología plantea desde su nacimiento la necesidad de un enfoque múltiple, que hace gala de una visión holística, integrando ideas y métodos de varias disciplinas; muy en la línea de la Teoría General de Sistemas que el austriaco Ludwig von Bertalanffy desarrolló, en los años veinte del pasado siglo, para las ciencias biológicas. Es decir, que los procedimientos analíticos de investigación aplicados por las ciencias, de los cuales la agronomía es un claro ejemplo, son en exceso reduccionistas, puesto que tienden a despreciar las interacciones que se producen entre las partes que constituyen el objeto de estudio. Tal reducción sólo sería posible si no existiesen interacciones, o si éstas fueran tan débiles que pudiésemos despreciarlas por su escasa influencia.

Junto a la visión holística veamos qué otros elementos han colaborado en la gestación de esta ciencia. Según Susanna Hecht, la Agroecología incorpora un enfoque de la agricultura más ligado al medioambiente y más sensible socialmente; centrado no sólo en la producción sino también en la sostenibilidad ecológica del sistema de producción. Respecto a la agronomía clásica en la agroecología se introducen tres elementos que resultan claves: la preocupación medioambiental, el enfoque ecológico y la preocupación social.

La preocupación ambientalista surge a raíz de la constatación de los efectos que sobre el medioambiente está produciendo la generalización de un modelo de agricultura química, que se fundamenta en el uso intensivo del terreno de cultivo, en una alta incorporación de insumos y, por tanto, de energía. La visión ecológica se basa en considerar los terrenos de cultivo como unos ecosistemas, dentro de los cuales también tienen lugar los procesos ecológicos que suceden en las formaciones vegetales no cultivadas. Si para la ecología el objeto de estudio es el ecosistema, para la agroecología su objeto ha de ser el agrosistema —o agroecosistema—; el cual puede ser definido como un conjunto de componentes físicos y sociales, unidos o relacionados de manera tal que forman una unidad, un todo cuyo objetivo básico no es otro que la producción de alimentos de manera sustentable. Esta visión interesa especialmente a la creciente agricultura ecológica, convirtiéndose así la Agroecología en el referente de quienes practican ese modo de producir alimentos. La perspectiva social, económica, política y cultural, se incorpora en la agroecología al constatar que en la agricultura los factores socioeconómicos y políticos, influyen decisivamente en las estrategias y decisiones de los agricultores.

Igualmente en la definición de esta nueva ciencia influyeron de manera importante los trabajos desarrollados desde las perspectivas de la Antropología y la Geografía, para describir y analizar las prácticas agrícolas de los pueblos indígenas y los campesinos tradicionales y, en especial, para desentrañar cuál era la lógica que se aplicaba en estos agrosistemas, basándose para ello en la recuperación de la tradición oral.3 Los sistemas tradicionales mostraban una preocupación por el uso de los recursos para la subsistencia no centrándose en exclusiva dentro del campo de cultivo, sino manejando a la perfección las interacciones dentro del propio cultivo, y entre el cultivo y el medio circundante. El análisis de los sistemas indígenas y tradicionales proporcionó a la agroecología herramientas conceptuales y prácticas para proponer alternativas a la agricultura industrial.

Fundamentos de aplicación

El enfoque de la agricultura convencional siempre ha buscado incrementar la producción de cosechas agrícolas sin considerar las consecuencias posteriores sobre el ambiente en el que se practica. Así ocurre, por ejemplo, con la labranza intensiva del suelo, práctica de monocultivo, uso indiscriminado de fertilizantes sintéticos, el control químico de plagas y arvenses, uso intensivo de agua de pozos profundos para la agricultura y la manipulación genética, entre otras prácticas de la agricultura moderna.

Estas son prácticas promovidas y aplicadas bajo el enfoque de la agricultura denominada convencional. No se debe descuidar y negar que la aplicación de las prácticas e innovaciones tecnológicas convencionales incremente la producción agrícola, pero tampoco se puede negar que su práctica en actividades agrícolas deteriora los recursos naturales en forma considerable y ocasionalmente irreversible.

El deterioro de la cubierta vegetal, la erosión del suelo (eólica, hídrica, de fertilidad), el incremento de la salinidad de los suelos, disminución considerable de los mantos freáticos, la pérdida de diversidad agrícola biológica y genética, la resistencia constante de plagas y enfermedades agrícolas, el azolve de presas, las inundaciones naturales, la eutrofización de lagos y la contaminación del aire, son algunas de las múltiples consecuencias de la agricultura basada en agroquímicos y en el uso de grandes cantidades de energía.

Ante los múltiples factores negativos de la agricultura convencional, emerge la concepción de la agroecología, y la tecnología de la agricultura ecológica, que promueve la producción agrícola conservando los recursos naturales elementales de la producción de alimentos tales como el suelo agua y biodiversidad. Estas acciones se basan en el respeto a las comunidades rurales (quienes aportan el material genético mejor adaptado a las condiciones locales) y a los principios éticos y humanos en la realización de estas actividades.

La agricultura ecológica, como puesta en práctica de la ciencia agroecológica, puede ser altamente productiva y a su vez sostenible en producción y conservación a largo plazo con la finalidad de poder solventar el abastecimiento de alimentos a una creciente población humana. En esta perspectiva, el diseño y manejo de agroecosistemas sostenibles no puede ni debe abandonar las prácticas convencionales sino que debe considerar las prácticas tradicionales para justificar su sostenimiento. Se trata de diseñar científicamente nuevas concepciones y tecnologías agrícolas, sobre la base de los métodos y conocimientos ecológicos actuales y los principios tradicionales de conservación de los recursos naturales que muchas comunidades rurales tienen y en las que cubren sus necesidades alimentarias sin requerir grandes insumos externos en su ciclo productivo.

Los países europeos, seguidos por otros altamente industrializados tales como EEUU y Australia, son vanguardia en implementación de principios agroecológicos en sus políticas de desarrollo agrícola. Sin embargo, varios países de Latinoamérica, Asia y África están poniendo en marcha proyectos nacionales agrícolas que consideran la protección del ambiente.

La agricultura ecológica, o sus sinónimos orgánica o biológica, es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.

Los principales objetivos de la agricultura orgánica son la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis química y obtenidos mediante procedimientos sustentables. Este tipo de agricultura es un sistema global de gestión de la producción, que incrementa y realza la salud de los agrosistemas, inclusive la diversidad biológica, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo. Esto se consigue aplicando, siempre que sea posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a la utilización de materiales sintéticos para desempeñar cualquier función específica del sistema. Esta forma de producción, además de contemplar el aspecto ecológico, incluye en su filosofía el mejoramiento de las condiciones de vida de sus practicantes, de tal forma que su objetivo se apega a lograr la sustentabilidad integral del sistema de producción agrícola o sea, constituirse como un agrosistema social, ecológico y económicamente sustentable.

La agricultura biodinámica, la permacultura, la agricultura natural, la agricultura indígena, la agricultura familiar, la agricultura campesina, son tipos de agricultura natural que buscan el equilibrio con el ecosistema, son sistemas agrícolas sostenibles que se han mantenido a lo largo del tiempo en distintas regiones del mundo buscando satisfacer la demanda de alimento natural y nutritivo a las personas y los animales, de manera que el agroecosistema mantenga el equilibrio.

Al contrario de lo que se pretendió demostrar acerca de que la agricultura ecológica favorecía a la deforestación del planeta debido a que se necesita una mayor explotación del terreno para alcanzar los resultados de la agricultura convencional(se hablaba de que los resultados eran 3 veces inferiores), numerosos estudios (más de 200 estudios en los Estados Unidos y Europa) han logrado confirmar que las explotaciones de agricultura ecológica tienen un rendimiento de 80% comparado con la agricultura convencional. Esto se ejemplifica bien a través de un estudio de siete años llevado a cabo en el distrito de Maikaal en la India. Con él se estableció que el promedio de producción de algodón y maíz fue un 20% mayor en las granjas de agricultura ecológica que en las explotaciones convencionales. Otro ejemplo sería un estudio realizado 20 países del África subsahariana donde los rendimientos aumentaron en un 214% en 44 proyectos usando técnicas de agricultura ecológica, un dato muy superior a lo que jamás logró ningún cultivo genéticamente modificado.

Recetas de alimentos ecológicos

PASTEL DE PATATA, CEBOLLA Y REQUESÓN:

Ingredientes ecológicos:

• 1/2 kg de patatas

• 2 cebollas grandes

• 200 g de requesón

• 50 g de mantequilla

• Sal de hierbas

• Un chorrito de aceite de oliva

Preparación:

Pelamos y cortamos las patatas y las cebollas en rodajas finas y salteamos en una sartén con un chorrito de aceite durante 10 minutos a fuego lento. Pasado este tiempo, escurrimos el contenido de la sartén y lo pasamos a un bol, añadimos el requesón desmenuzado, la sal de hierbas y la mantequilla previamente derretida. Mezclamos bien y lo pasamos todo a un molde de hornear, que previamente habremos untado con un poco de mantequilla para que no se pegue, y lo metemos al horno precalentado a 200º durante unos 20 minutos. Puede servirse caliente o frío.

CREMA DE ZANAHORIA Y COMINO:

Ingredientes ecológicos:

• 1 kg de zanahoria

• 1 rama de apio

• 1 puerro mediano

• 1 cebolla pequeña

• 1 chorrito de aceite de oliva virgen

• 1 pizca de comino en polvo

• El zumo de una naranja

• Sal de hierbas

Preparación:

Pelamos la zanahoria, la cebolla, el apio y el puerro, y lo cortamos en trozos medianos.

Sofreímos todo en una cazuela con el aceite y después cubrimos con agua hasta taparlo.

Dejamos cocer durante 15 minutos y añadimos el zumo de naranja, el comino y la sal de hierbas.

Lo dejamos al fuego 5 minutos más y después lo pasamos por la batidora. Se puede servir frío o caliente.

BUÑUELOS DULCES DE ARROZ

Ingredientes ecológicos:

• 200 g de arroz integral de grano corto

• 1 litro de leche

• 150 g de azúcar integral de caña

• 100 g de harina de maíz

• 25 g de margarina vegetal

• 4 huevos

• La ralladura de la piel de un limón

• Canela en rama

• Aceite de oliva virgen

• Sal de hierbas

Preparación:

Cocemos en una cazuela el arroz con la leche hasta que el arroz absorba toda la leche, más o menos durante 25 minutos. Retirar del fuego la cazuela y añadir la margarina, una ramita de canela, el azúcar de caña integral y una pizca de sal de hierbas. Removemos y dejamos reposar hasta que se enfríe.

Una vez frío, añadimos los huevos que habremos batido previamente, la harina de maíz, la ralladura de limón y mezclamos todo, dejando reposar 2 horas más. Retiramos la ramita de canela y con un utensilio de los que se utilizan para servir los helados vamos haciendo buñuelos, los introducimos en una sartén con abundante aceite y los freímos hasta que se doren. Servimos bien calientes.

 

 

 

Autor:

Yordanka Quintana Hernández.