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La categoría acción en algunas de las teorías del aprendizaje. Parte II


    1. La acción en la teoría del desarrollo intelectual por estadios de Jean Piaget
    2. Crítica a la teoría de Jean Plaget
    3. Conclusiones sobre la Teoría de Jean Piaget

    La acción en la teoría del desarrollo intelectual por estadios de Jean Piaget

    En los años treinta, la lucha entre el conductismo y el gestalismo, se tornó especialmente aguda y su influencia se hizo sentir fuertemente sobre las concepciones de Jean Piaget y su trabajo experimental. El gestalismo impresionaba a Piaget por sus tesis acerca del carácter íntegro y estructural de la vida psíquica. El conductismo inducía a recurrir a los actos de la conducta y a su papel en la construcción de estructuras psíquicas.

    Ambas escuelas, sin embargo, dejaban un sentimiento de insatisfacción: el gestalismo por el carácter estático, por el antigenetismo de su concepción; el conductismo, por su actitud nihilista respecto al plano interior cognoscitivo de la conducta.

    Jean Piaget consideraba que la organización biológica tiene continuidad en los procesos superiores de la mente humana. A él le interesaba la mente humana general que él llamó "sujeto epistémico" (la persona en tanto que cognoscente abstracto) y ubicó la inteligencia en el lugar central de los procesos psíquicos. Orientó su obra al estudio de la génesis y al desarrollo de los conocimientos en los niños, Io que ha dado a su trabajo experimental la riqueza, la profundidad y el rigor reconocidos y por Io que él se consideró, sobre todo, como un epistemólogo.

    La posición epistemológica de Piaget parte del reconocimiento de que en la actividad el sujeto se apoya en el objeto que, existiendo independientemente de él, nunca es alcanzado completamente en el proceso de construcción continua del conocimiento. De ahí, la posición epistemológica piagetiana se denominó epistemología genética como una teoría del conocimiento científico fundada en el desarrollo de los conocimientos utilizando principios y métodos genéticos. Para el propio Piaget, su teoría es más un proceso epistemológico del desarrollo del conocimiento, que una concepción sobre el desarrollo infantil. La dimensión psicológica de sus trabajos, según opinión del propio autor, constituyen un "subproducto" de sus investigaciones.

    La principal constante de la teoría de Jean Piaget ha sido el principio del desarrollo, el cual ha permanecido inmutable a Io largo de la evolución de su teoría. Piaget concebía el desarrollo, no como manifestación espontánea de formas existentes desde un principio (apriorismo), ni según el tipo de la tabula rasa (empirismo, idea de que el desarrollo es la acumulación de "huellas" del medio), sino como un proceso de adaptación en busca del equilibrio entre el organismo y el medio que se da a través de las acciones o los mecanismos de asimilación y acomodación, donde la asimilación implica incorporar las cosas y las personas a la actividad propia del sujeto (asimilar el mundo exterior a las estructuras ya construidas) y la acomodación implica reajustar las estructuras ya construidas en función de las transformaciones sufridas (acomodar a los objetos externos). La adaptación, y por tanto el desarrollo, es el nexo de interrelación recíproca entre las acciones de asimilación y acomodación.

    La adaptación se ve como búsqueda de la equilibración a través de la interacción del individuo con el medio donde se alcanzan formas de estabilidad en el sistema mediante el trabajo ininterrumpido y tenso para superar las perturbaciones externas.

    Esta progresiva equilibración transita por estadios de menor equilibrio a estadios de equilibrio superior. La manifestación de un desequilibrio es siempre una necesidad, ya sea porque algo en el sujeto, o fuera de éste, ha cambiado; por tanto impone un reajuste de la conducta en función de esta transformación. Tendiendo a alcanzar formas de equilibrio cada vez más perfectas y estables con el medio, el organismo crea estructuras cognoscitivas afirmaba Piaget. Aquí entraba en el campo de la filosofía (teoría del conocimiento) y de la lógica (teoría sobre la estructura ordenada, organizada del pensamiento).

    El punto de partida del conocimiento , para Piaget, no es ni el sujeto ni el objeto, sino su indestructible interconexión. El proceso de conocer se considera como una relación (interacción) exhaustivamente representada por una relación triple entre el sujeto (el individuo social), los instrumentos o las acciones que realiza, y los productos de la creación histórica, los objetos. Semejante punto de vista acerca del proceso de interacción puede denominarse dialéctico.

    Piaget consideraba las acciones motoras como un componente importantísimo de la actividad psíquica y examinaba las acciones exteriores desde el punto de vista de su coordinación en sistemas íntegros.

    Se dió a la tarea de deducir Io interno de Io externo, las acciones mentales invisibles de las acciones exteriores visibles. Reconoció que la acción externa tiene objetivamente su perfil lógico, y además, que el sistema de acciones reales — que, según él están llenas de contenido intelectual y no son de ningún modo actos mecánicos –, surge la "mentalidad" lógico-matemática del hombre. Al proceso en el que las estructuras psíquicas internas se establecen a partir de las externas se le dio el nombre de "interiorización" y es un aporte que indica el proceso gradual de construcción del conocimiento.

    Según Piaget, el organismo es esencialmente activo y es a través de su actividad que construye sus propias estructuras. Para él, la inteligencia como la vida es una creación continua de estructuras que se prolongan unas a otras, continuidad que hay que buscar en el aspecto funcional y no en eI aspecto estructural o de los contenidos del conocimiento.

    Las formaciones de estructuras internas del sujeto se concibe no como algo predeterminado, sino como una construcción efectiva y continua gracias a la mediación necesaria de las estructuras existentes en un proceso de elaboración del conocimiento.

    La idea que Piaget expresa es que a Io largo del desarrollo, el sujeto elabora, no sólo sus conocimientos, sino también las estructuras y las acciones o mecanismos mediante los cuales adquiere los mismos. Es decir, construye el conocimiento del mundo, pero además, su propia inteligencia. El hombre dotado de una base hereditaria puede interaccionar inicialmente con el mundo, y va elaborando esquemas que son sucesiones de acciones reales o interiorizadas susceptibles de repetirse en situaciones semejantes. Sin embargo, si la situación no es semejante a una anterior, entonces tiene que construir una nueva solución sobre la base de modificar o cambiar varias estructuras ajustándose a las necesidades de la situación presente. Esto lleva al enriquecimiento de las estructuras que el sujeto ya posee y con las cuales interpreta el mundo y actúa sobre él.

    En el camino evolutivo que va del recién nacido al adulto, el pensamiento sufre transformaciones cualitativas (estadios), cada uno de los cuales tiene sus propias características. Desde el nacimiento a la adultez se produce un doble movimiento de interiorización y exteriorización que permite que el pensamiento se libere cada vez más de la acción material.

    El examen genético de Piaget permitió tender un puente entre la acción exterior y la interior en el camino que conduce de los esquemas de la inteligencia sensomotriz del niño a las operaciones lógico-matemáticas, en cuya operatividad radica, según Piaget, Io que denomina "inteligencia madura". Las operaciones lógico-matemáticas se entienden como sistemas de acciones interiorizadas susceptibles de cierre, que permiten transformaciones reversibles que modifican algunas variables y conservan las otras como invariantes. Las operaciones lógico-matemáticas resultan distintas por su contenido y su sentido de las acciones sensoriomotrices, y las operaciones concretas, y representan, al igual que ellas, la dirección del desarrollo.

    En el estadio de los esquemas sensoriomotrices, Piaget ve las acciones como formas que pueden ser manipuladas por un pensamiento y sólo entran en juego en el momento de utilización práctica y material. Se caracteriza por los preconceptos y las prerelaciones sustentadas fundamentalmente en la percepción, Io cual impide la elaboración de esquemas conceptuales que faciliten la generalización y aplicación en situaciones análogas. Una vez que aparece en el niño el lenguaje simbólico, la imagen mental, etc., la situación cambia notablemente; a las acciones sensoriomotrices que garantizaban las interdependencias directas entre el niño y el objeto, se sobrepone un tipo de acciones que está interiorizado, y más exactamente conceptualizado, donde no realiza las acciones directamente con los objetos en el plano real, sino en el plano interior, simbólico.

    En el estadio de los esquemas sensoriomotrices, la acción interiorizada no es todavía una operación, en tanto no ha llegado aún a adquirir los rasgos totalmente especiales que las caracterizan como son la reversibilidad y la coordinación en sistemas. En el estadio de las operaciones concretas, sin embargo, las acciones, aunque se refieren directamente a los objetos, actuando sobre ellos como en el nivel preoperatorio, le confieren a estas acciones una estructura operatoria, es decir, se hacen reversibles, coordinadas, y los problemas se resuelven sin errores. Poco a poco se incrementa la capacidad de formular razonamientos deductivos y de construir hipótesis. En este estadio se alcanza un equilibrio general de las operaciones "concretas" cuyas lagunas gestan en su seno nuevos desequilibrios que, según la teoría de este autor, preparan la reequilibración de conjunto en el estadio siguiente.

    En el estadio de las operaciones concretas se distinguen tres momentos solitarios como diría Piaget. El primero, la abstracción reflexiva, entendida como aquella operación que permite extraer de las estructuras inferiores los materiales para construir las superiores. El segundo, caracterizado por la coordinación dirigida a abarcar la totalidad del sistema y que tiende a su cierre, ligando entre sí estas diversas ordenaciones o reuniones parciales. El tercero, como el momento de autorregulación de este proceso coordinador, que conduce a equilibrar las conexiones en su doble sentido (directo e inverso) de construcción, y que engendra como característica nueva y particular, la reversibilidad operatoria. En dicha reversibilidad, para cada acción existe una operación opuesta o inversa mediante la cual se restablece la situación de partida y se llega al equilibrio. La interconexión de las operaciones crea estructuras íntegras, estables y al mismo tiempo movibles.

    Como resultado del proceso constructivo continuo, aparece la estructura operatoria final: las operaciones formales, donde la fusión de anticipaciones y retroacciones produce un cierre del sistema sobre sí, que se traduce en que las conexiones internas se convierten en necesarias y están relacionadas con las precedentes. Este cierre puede ser más o menos completo, y sólo en el momento que es total, se produce ese carácter de interdependencias necesarias, manifiestas en la transitividad y las conservaciones. Lo significativo y novedoso del estadio de las operaciones formales es la posibilidad de formar operaciones sobre operaciones, y esto es justamente Io que permite que el conocimiento sobrepase Io real y que se abra la vía indefinida de los posibles por medio de la combinatoria. Se produce entonces, paso a paso, la liberación de las construcciones a las que estaban sometidas las operaciones concretas.

    Al construir operaciones sobre operaciones, o de relaciones sobre relaciones, se sobrepasan las fronteras de Io observable, ya que las operaciones formales se caracterizan por la posibilidad de razonar sobre hipótesis, distinguiendo la necesidad de conexiones debidas a la forma y a la verdad de los contenidos. Las operaciones formales, a diferencia de los reguladores simples de los niveles anteriores, los cuales proceden mediante correcciones "a posteriori" de la acción, consiste en una precorrección de los errores, en las anticipaciones y las retroacciones combinadas.

    Crítica a la teoría de Jean Plaget

    Una de las objeciones a su teoría se funda en que Piaget habia elegido la lógica en calidad de criterio principal del desarrollo, como criterio superior que se alcanza cuando el adolescente llega a dominar las operaciones lógico-formales; sin embargo, para que el pensamiento sea productivo y creador, no basta operar con el aparato lógico-formal.

    Otra objeción se refiere a los estadios del desarrollo, los cuales aparecen como cambios de la acción a la operación, pero no se explica el tránsito de la acción a la imagen y esto pone serias limitaciones a su construcción teórica. Darle el valor absoluto a la acción e ignorar el papel de la imagen, conduce inevitablemente a subjetivizar el conocimiento. Además, la inevitabilidad de los cambios no puede ser dada, según Piaget, por ningún medio social ni por ninguna acción. Lo único que el medio social o acción puede lograr, es retardar o acelerar algo el crecimiento del intelecto. De esta manera, Piaget disminuía el papel del aprendizaje en el desarrollo intelectual y esto motivó grandes críticas a su teoría.

    La objeción más fuerte a la teoría de Piaget fue realizada por S.L.Vigotsky, quien partiendo de la teoría marxista, la cual plantea la naturaleza social y refleja de la conciencia humana, señalaba el error que suponía ver lo social limitado al intercambio de pensamientos sin reconocer la experiencia histórico-cultural, cuya estructura lógica ha consolidado los éxitos en el dominio práctico del mundo a Io largo de toda la historia de la humanidad.

    Para Piaget, el niño, aunque no es social, es, hablando en rigor, ahistórico. Sin embargo, Piaget, estudiando a ese niño, esperaba penetrar en la evolución intelectual del género humano y en las leyes a que obedece el desarrollo del pensamiento científico.

    En resumen, a la teoría de Piaget se le señalan tres puntos más vulnerables. En primer lugar, el objeto de análisis para Piaget no es un ser psicofisiológico íntegro, sino la inteligencia cognoscitiva. En segundo lugar, Piaget habla del intelecto como tal, de una relación puramente mental con los objetos y sus signos, mientras que en la realidad, la vida intelectual es inseparable de la motivacional y afectiva. Finalmente, el individuo en la interpretación de Piaget, queda solo ante el mundo circundante.

    Conclusiones sobre la Teoría de Jean Piaget.

    La teoría de Jean Piaget ha conservado sus constantes en el torbellino de las transformaciones que han conmovido los fundamentos mismos de la ciencia psicológica durante algo más de medio siglo. Su obra es ante todo una obra sobre el desarrollo del conocimiento como proceso que tiene tanto premisas naturales como ambientales, donde se realza el lugar de la organización biológica, y está sustentada en estudios psicológicos que proporcionaron un rico y fecundo material sobre el que pueden hacerse múltiples inferencias de carácter científico acerca de la evolución de los procesos intelectuales. Las investigaciones sobre el desarrollo del lenguaje y del pensamiento en el niño, sobre su lógica y su concepción del mundo, constituyeron toda una época en el desarrollo de la teoría de Piaget.

    Piaget asumió una posición dialéctica y progresista en su concepción del desarrollo al reconocer al sujeto como ente activo de la construcción del nuevo conocimiento, que selecciona, interpreta y busca soluciones. Las relaciones que él establece entre desarrollo y aprendizaje, abren un margen para la aplicación de su concepción teórica y metodológica en la práctica pedagógica a partir de métodos experimentales que permiten conocer el estadio del desarrollo intelectual. Su esquema de estadios, experimental y matemáticamente fundamentado acerca de la formación de las acciones y las operaciones mentales desde la edad infantil hasta la juventud, es un aporte a las investigaciones psicológicas por la riqueza y valor de la fuente de datos, difícilmente superado en la psicología contemporánea.

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    Por

    Dr. Santiago Rivera Pérez

    Licenciado en Educación. Master en Psicología Educativa. Doctor en Ciencias Pedagógicas.

    Dra. Maritza Forteza Cáceres

    Lic. Isabel Cristina Rivera Pérez

    Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca." Cuba.