Conceptos básicos del análisis de los sueños desde la obra de C. G. Jung (página 2)
Enviado por Alfredo E. Jiménez A.
Existe otra categoría de sueños denominada sueños reactivos. Se observa la tendencia de incluir en esta clasificación, todos los sueños que parecen ser la reproducción de una experiencia emocionalmente aguda. Cuando el análisis no revela la razón profunda de la reproducción, se halla que dichas vivencias presentan un aspecto simbólico que había escapado a la consciencia y es la causa del sueño. Por lo tanto no se deben considerar en este aparte tales sueños, sino aquellos donde ciertos sucesos objetivos han creado un trauma psíquico, cuya formación no es solamente psíquica, sino que representa una lesión física en el sistema nervioso central. Este tipo de sueños se presentan en casos de guerras, catástrofes, secuestro o accidentes, donde el paciente ha experimentado shocks violentos, y el trauma representa el núcleo activante.
La importancia terapéutica de estos sueños radica en la activación frecuente del elemento traumático, donde lentamente va perdiendo su autonomía y se recompone en el sistema psíquico. El sueño aparentemente restituye una fracción autónoma que se ha separado del resto del sistema, pero la asimilación consciente no disminuye la conmoción generada por el sueño. Se puede esperar que el sueño continúe reproduciéndose hasta la completa desaparición del estimulo traumático.
En la práctica no es sencillo determinar si un sueño es reactivo en su esencia o si reproduce simbólicamente una situación traumática. El autor afirma que durante el análisis es posible resolver la incógnita, ya que de ser una reproducción simbólica, este sueño debe desaparecer al ser interpretado adecuadamente, mientras que la reproducción reactiva no desaparece con su interpretación. Es posible hallar sueños reactivos de modo especial en "procesos corporales patológicos", por ejemplo cuando fuertes dolores aquejan al sujeto durante el sueño. El autor describe:
"Según mi opinión los estímulos somáticos, solo por excepción tienen una importancia determinante. Por lo general son integrados a la expresión simbólica del contenido onírico inconsciente, es decir, son utilizados como medio de expresión. No es raro que los sueños presenten una maravillosa e intima conexión simbólica entre una enfermedad física innegable y un determinado problema psíquico, de suerte que el malestar físico aparece justamente como una expresión mímica de la situación psíquica"
("Puntos de Vista Generales Acerca de la Psicología del Sueño", 1916/1948).
Función Telepática.
Por otra parte, el psiquiatra suizo estaba convencido de la veracidad de los fenómenos telepáticos como parte natural de la vida psíquica, afirmando que ejercían una influencia sobre el sueño, pero añadía que su explicación no era tan sencilla como lo afirmaban diferentes escuelas esotéricas. En la mayoría de los casos el significado telepático del sueño era desconocido al momento del análisis. Las imágenes oníricas podían presentar elementos subjetivos que eran acordes con la situación emocional del paciente, por lo que no se podía determinar la naturaleza telepática del mismo. Habitualmente, en los sueños telepáticos no se puede rastrear su origen a través del material asociativo suministrado por el soñante (contenido latente del sueño). El Dr. Jung afirmaba que el contenido telepático se encontraba siempre en la forma manifiesta del sueño.
La bibliografía, usualmente habla de sueños telepáticos que presentan anticipadamente (en el tiempo y el espacio) un evento de carácter afectivo, ligado a la vida emocional del soñante, lo que ayuda a entender la premonición. El autor señala que la mayoría de los sueños telepáticos responden a esta casuística, sin embargo existen otros casos donde el contenido manifiesto del sueño no estaba relacionado con algún interés del soñante. El psiquiatra suizo hizo la observación que nunca afirmó que estos fenómenos estuvieran regidos por leyes sobrenaturales, sino que eran inaccesibles a nuestro conocimiento actual.
d. Análisis a nivel objetivo y análisis a nivel subjetivo.
Después de lo observado, el Dr. Jung conjuntamente con A. Meader llegó a la conclusión que el sueño era una "auto representación espontanea de la situación actual de lo inconsciente en forma simbólica" ("Puntos de Vista Generales Acerca de la Psicología del Sueño", 1916/1948). Esta tesis coincidió con las investigaciones independientes de otros pensadores como la de Silberer, lo cual, según el autor apoyaba su teoría.
Solemos pensar que cuando soñamos con una persona, esta imagen es idéntica al objeto real, y no vemos que esta relación es solo externa. Las imágenes acaecidas en el sueño son un "complejo de factores psíquicos" subjetivos pertenecientes al soñante, formados a partir de estímulos externos, pero que en muchas casos no tiene nada que ver con el objeto real. Por esta razón, la imagen de las personas que nos rodean son usualmente subjetivas, fragmentos inconscientes que no conocemos o no comprendemos de nosotros mismos. El enfoque freudiano le aporta inmediatamente una analogía sexual o cada símbolo, la visión junguiana remita cada símbolo relacionado con un aspecto psíquico del propio soñante. Como lo expone su autor:
"Toda la génesis del sueño es esencialmente subjetiva; el sueño es el teatro donde el soñador es a la vez escena, actor, apuntador, director, autor, publico y critico. Esta simple verdad forma la base de aquella concepción del sentido de los sueños que he denominado interpretación en el plano subjetivo. Esta interpretación, como su nombre lo indica, ve en todas las figuras del sueño rasgos personificados de la personalidad del soñador"
("Puntos de Vista Generales Acerca de la Psicología del Sueño", 1916/1948)
La visión del Dr. Freud atribuía las imágenes oníricas a personas u objetos reales, es decir, su interpretación se llevaba a cabo en un plano objetivo. Aunque el enfoque del Dr. Jung, se oponía a tal afirmación, nunca restó importancia al estudio objetivo de las imágenes oníricas, ya que la imagen es una mixtura de elementos internos y externos, subjetivos y objetivos. En tal sentido, propuso que era necesario discernir si la imagen era creada producto de su significado subjetivo u objetivo. Para este análisis estableció el siguiente criterio: cuando el individuo sueña con una persona a quien le une algún interés vital, la interpretación se acerca más al nivel objetivo; pero en el caso que la persona sea ajeno o indiferente, entonces la interpretación se realiza en el plano subjetivo. En la práctica, también es posible que dicha persona indiferente, represente otra persona que está unida al soñante por algún lazo emocional más intenso, lo que representaría una despersonalización del afecto original, o dicho de otra forma, la libido se ha liberado del objeto real. El Dr. Freud decía que en estos cazos, la persona indiferente sustituía a la persona cercana para disminuir la molestia que esta producía.
El análisis en el plano subjetivo, permite observar algunos errores que cometemos y así mejorar nuestra actitud consciente. En aquellos casos donde se encuentra en conflicto una relación vital para el soñante, el plano subjetivo puede carecer de valor, y es necesario atribuir la imagen al objeto real. En todo caso el camino a seguir lo dictará la posición consciente del soñante y la autoreflexión del terapeuta.
Analizar las imágenes a nivel subjetivo, representa la introyección de la energía psíquica depositada anteriormente en objetos externos como figuras, fetiches o personas. Esta visión devuelve todo a uno mismo y exige culparnos, acusarnos, exigirnos, gratificarnos, educarnos y hacernos lo que le hacemos a los demás. Según el Dr. Jung, esta consideración podría crear malentendidos y exageraciones en ambos sentidos.
e. Clasificación de los sueños.
Aunque el Dr. Jung afirmó que la compensación era la mejor forma de expresar la principal función de los sueños, también reconoció que esta era una característica muy general. En los casos de tratamientos prolongados, la recopilación de un gran número de sueños posibilita divisar un proceso evolutivo de la personalidad que sería imposible observarlo con un sueño aislado. Saltará a la vista que las compensaciones aparecerán como eventuales nivelaciones o restablecimientos del equilibrio psíquico. En una lectura más profunda estas compensaciones parecen verse subordinadas a un fin común e inclusive ordenadas en una especie de plan, donde ya no se observan como experiencias sin sentido, sino como un proceso organizado. El Dr. Jung llamó individuación al "proceso inconsciente, expresado espontáneamente en el simbolismo de largas series de sueño" ("De la Esencia de los Sueños", 1945/1948). El suizo aceptó que no contaba con suficientes pruebas para determinar si una serie de sueños, fuera de la experiencia analítica, podía ofrecer tal proceso pero afirmó que el análisis sistemático de los sueños era un "proceso acelerado de maduración" (así lo llamaría Stanley Hall).
Como lo dijimos anteriormente, el Dr. Jung mencionó que para analizar un sueño se requería una sabiduría especial, inclusive dijo que un profano con suficiente inteligencia, conocimientos psicológicos y experiencia en la vida podía diagnosticar acertadamente la compensación de un sueño, mas sin embargo el suizo juzgó que era "imposible que nadie sin conocimiento de mitología y folklore, sin saber psicología de los primitivos y ciencias de la religiones comparadas, comprenda la esencia del proceso de individuación, base, según todo lo sabemos, de la compensación psicológica" ("De la Esencia de los Sueños", 1945/1948).
Según el Dr. Jung, los primitivos distinguen entre "pequeños sueños" y "grandes sueño". En este sentido, los pequeños sueños, insignificantes o triviales son fantasías que provienen del ámbito subjetivo y personal sin ningún matiz trascendente, por lo que se olvidan con facilidad. Por otro lado, los grandes sueños permanecen guardados en la memoria y en muchos casos representan las experiencias más importantes de la vida psíquica. Los grandes sueños suelen presentarse en edades tempranas, impregnados de imágenes simbólicas características de la historia del espíritu humano, son a estos sueños los que circunscriben el proceso de individuación.
Durante la práctica terapéutica es común toparse en el material onírico, imágenes vinculadas a escenas, mitos o ritos de pueblos primitivos. El Dr. Freud al estudiar este fenómeno lo denominó "remanentes arcaicos". Para el psicoanálisis clásico este término denota la presencia de "elementos psíquicos superviviente de la mente humana desde lejanas edades" ("El Hombre y sus Símbolos. Acercamiento al Inconsciente", 1964). El Dr. Jung no estando de acuerdo con este presupuesto, afirmó que este material era parte fundamental del inconsciente, ya que estos elementos seguían aun llenos de vida y significado. Para la psicología analítica, estos contenidos establecen una conexión entre el mundo racional e instintual, la civilización moderna y los pueblos primitivos, pilares donde se cimentan las emociones humanas.
Los grandes sueños se caracterizan por la presencia de temas mitológicos que el Dr. Jung llamó Arquetipos. El autor se refirió a este término como "las formas especificas y las series alegóricas que se encuentran de un modo análogo en todos los tiempos y regiones, como también en los sueños individuales, fantasías, visiones e ideas delirantes" ("De la Esencia de los Sueños", 1945/1948). A partir de la observación de imágenes arquetípicas, desde las manifestaciones culturales de civilizaciones antiguas hasta las experiencias del hombre moderno, el Dr. Jung llegó a la conclusión que una parte del alma humana era personal y subjetiva, mientras otra era colectiva y objetiva. Es por ello que la psicología junguiana habla del inconsciente personal y del inconsciente colectivo, esta última más cercana a los grandes sueños.
Según el autor, los grandes sueños se presentan en periodos claves de la vida, es decir en la primera juventud, en la pubertad, en la madurez (entre los treinta y seis y cuarenta años) y cerca de la muerte. En estos sueños, las asociaciones que el soñante puede ofrecer son muy limitadas por tratarse de imágenes colectivas pero su importancia radica en su sentido particular y no en una conexión personal.
En este sentido los mitologémas representan el contexto emocional donde se manifiestan las imágenes arquetípicas, es decir, son esquemas típicos que se presentan en las mitologías de civilizaciones separadas por espacio y tiempo, revelando una emoción colectiva que trasciende a las experiencias personales. En los grandes sueños se presentan mitologémas característicos de la vida del héroe en sus aventuras hacia el camino de iniciación por lo que es común hallar imágenes de dragones, animales benéficos, demonios, ancianos sabios, hombres animal, tesoros ocultos, arboles de los deseos, cavernas y jardines rodeados, hasta los procesos y sustancias de la alquimia. Los grandes sueños plantean un problema humano general y sempiterno que se repite una y otra vez, cuidado en su aspecto subjetivo y que por ello en su objetivo se abre paso a la consciencia.
El autor expone que el ser humano en la mitad de su vida se siente joven y la vejes la percibe como algo lejano, pero alrededor de los treinta y seis a cuarenta años de edad pasa el cenit de la vida sin tener consciencia de este proceso, por lo que es posible que el reconocimiento de este momento se presente como un sueño arquetípico. Mientras la persona es solo consciente de su ego, mas se aleja del ser humano colectivo pero ante esta unilateralidad, tenderá a imponerse una constante corrección y compensación por parte de la naturaleza, con el objetivo de crear una integración de lo inconsciente en la consciencia o lo que es lo mismo una personalidad más amplia. "Todos aquellos instantes de la vida individual en que las leyes de validez universal del destino humano quebrantan las intensiones, esperanzas y concepciones de la consciencia personal, son a la vez estaciones del proceso de individuación. Efectivamente, este proceso es la espontanea realización del hombre total" ("De la Esencia de los Sueños", 1945/1948). En este sentido los grandes sueños no representan el síntoma de un desequilibrio psíquico en general.
f. Sueños típicos y sueños repetitivos.
A pesar de lo dicho no podemos negar que existan sueños o "símbolos aislados" (llamados por el Dr. Jung, "motivos"), que por su frecuencia, podríamos llamar típicos. El autor describe que entre estos "motivos" podemos encontrar: las caídas, los vuelos, ser perseguido por animales peligrosos u hombres hostiles, estar poco o absurdamente vestidos en público, tener prisa o estar perdido entre las apreturas de la multitud, luchar con armas inútiles o estar completamente indefenso, correr mucho sin llegar a ninguna parte, crecer y decrecer infinitamente, o transformarse en otra persona u objeto ("El Hombre y sus Símbolos. Acercamiento al Inconsciente", 1964). Sin embargo el autor aclara que la interpretación de todos estos motivos, no deben tomarse como recetas preestablecidas y que deben estudiarse en el contexto de cada individuo.
El Dr. Jung expreso que los sueños que se repinten se corresponden a situaciones de la consciencia que también se repiten, siendo fácil ver a que alude el sueño ("Psicología y Educación", 1926/1946). Muchos analistas afirman que los sueños repetitivos son intentos de comunicación establecidos por el inconsciente ante una actitud polarizada de la consciencia. En estos casos, el yo se resiste a efectuar las correcciones necesarias para el equilibrio psíquico. He observado que estos sueños presenta un nivel emocional muy alto, que obliga al individuo a recordar y revisar una y otra vez el contenido del sueño. La intensidad emocional hace que los individuos presenten cierto temor ante estas imágenes recurrentes. El Dr. Jung afirmó que en ciertas ocasiones este tipo de sueños también aluden a momentos traumáticos o incluso eventos futuros de gran importancia en la vida del sonante. Por mi experiencia los sueños repetitivos suelen ser difíciles de analizar; en aquellos casos donde creemos que llegamos a hacerlo, estos pueden volver a aparecer y llenar de desconcierto.
g. Fases del sueño.
Con respecto a la estructura del sueño, el Dr. Jung planteó una semejanza en relación a la estructura dramática. El autor expone que usualmente los sueños presentan una primera etapa donde se hace referencia al lugar de acción, las personas que actúan y la situación inicial, e esta etapa la llamó exposición. La segunda etapa es la intriga donde se produce una tensión en la trama cuyo desenlace es aún desconocido. La tercera parte la llamó la culminación o las peripecias, donde se produce algo definitivo o un cambio en la dinámica del sueño. La última etapa es el desenlace o la solución, donde se presenta un hecho concluyente que a su vez es el resultado buscado, en esta etapa después de cierta confusión caótica se realiza una recuperación del conocimiento. El Dr. Jung indicó que esta distribución puede utilizarse en la práctica sin grandes dificultades pero solo con esto el sueño no quedaría analizado ("De la Esencia de los Sueños", 1945/1948).
Un aspecto importante en el tratamiento onírico se presenta cuando la persona le da excesiva importancia a los contenidos de los sueños. Es estos casos el soñante puede creer que el sueño presenta una intensión moral, es decir censura, avisa, consuela o pronostica. De esta forma se cree que le inconsciente incluye atributos de decisiones o resoluciones, pero se frustran al no obtener respuesta. Esta sobrevaloración de lo inconsciente puede generar una disminución de la energía consciente, pero lo inconsciente solo trabaja satisfactoriamente cuando la consciencia lleva a cabo su función hasta el límite de sus posibilidades. En estos casos los sueños pueden asistir a la consciencia completando o ayudando donde se ha fracasado pero en ninguna situación se superpone a las funciones de la consciencia.
Aspectos prácticos del análisis de sueños desde la perspectiva de C. G. Jung
En su obra "Psicología Analítica y Educación" (1926/1946) el Dr. Jung describe que existen cuatro métodos para investigar el inconsciente a saber: el meto de de asociación, el método de análisis de síntomas, el análisis anamnésico y el análisis de los sueños. Como la amplitud de este escrito no nos permitiría abarcar todos los métodos, solo nos referiremos a la aplicación práctica del último.
a. Sueños iniciales.
El contenido de los primeros sueños de un tratamiento analítico puede manifestar diferentes contenidos. El Dr. Jung observó que con frecuencia los sueños en esta etapa inicial presentaban el factor etiológico esencial de la neurosis de forma simbólica. En estos casos los sueños suelen confirmar o rechazar la información revelada por la anamnesis.
El Dr. Jung en su obra "La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños" (1934) expuso que una explicación práctica que justifica el análisis de los sueños durante el tratamiento es que "el sueño describe la situación interior del que sueña cuya verdad y realidad no reconoce la consciencia o solo reconoce a disgusto". El autor sigue explicando que en muchos casos la persona no ve razón alguna que le impida seguir su carrera y sigue esforzándose por llegar más lejos y más alto, negando su incapacidad, por lo que el contenido del sueño suele manifestarse en los posteriores sucesos de su vida.
Usualmente los sueños iniciales, no solo facilitan el descubrimiento de la etiología de una crisis neurótica, sino que también puede establecer un pronóstico e incluso una indicación de cómo debería iniciar y aplicar el proceso psicoterapéutico. Esto no quiere decir que en todos los sueños iniciales sea posible rastrear el factor etiológico de la neurosis, existen tratamientos donde la verdadera etiología de la neurosis solo se descubre al final, y otras cuya causa carece de importancia. Aunque el Dr. Jung reconoció la importancia del conocimiento de los factores etiológicos, también afirma que no todas las neurosis son productos de eventos traumáticos o sucesos vividos durante la infancia. Este enfoque causal, hace que médico y paciente se orienten solamente al pasado, olvidando la orientación finalista del sueño. Esto hace que la terapia de vueltas en el pasado obviando otros aspectos de mayor importancia.
En algunos casos los sueños iniciales pueden ser bastante claros pero a medida que el análisis progresa esta claridad disminuye. Si por el contrario los sueños siguen manteniendo esa claridad, entonces el análisis no ha descubierto alguna parte esencial de la personalidad del paciente. Esta situación se debe a que llega un momento en que el analista no puede abracar la complejidad de la problemática del paciente. En estos casos sería un error acusar de confusos a los sueños o achacar al paciente resistencias deliberadas, ya que la compresión es un proceso muy subjetivo. Es posible que esta compresión sea unilateral en aquellos casos donde lo hace el terapeuta pero no así el paciente. El Dr. Jung afirmó que no se puede hablar de compresión en aquellos casos que es unilateral, pues al final todo depende de la compresión del paciente. Por lo tanto la compresión debe tener "el carácter de un acuerdo y ser el producto de la reflexión de ambos" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934).
Usualmente el inicio de una neurosis o una psicosis está marcado por la aparición de sueños que presentan gran importancia y contienen indicaciones sobre las causas y significado de la patología. Según el psiquiatra, el fenómeno se podría explicar como el último intento del inconsciente por hacer brotar símbolos que podría proporcionar una valiosa línea de conducta. Sigue la exposición diciendo, que el brote de una neurosis o una psicosis está marcado por un período de perturbación donde empieza a desaparecer la sensación de seguridad inherente a la vida normal. Esta inestabilidad produce alteraciones en el inconsciente que se rebelan contra la perturbación y la unilateralidad de la consciencia, provocando el sueño en cuestión. Según el suizo este tipo de sueño, junto a los sueños de la primera infancia, son más importantes que se puedan encontrar.
Según el suizo el peligro de la compresión unilateral radica en que el analista enjuicie al sueño basándose en un prejuicio o una teoría predeterminada. En este caso el éxito de la curación descansaría solamente en la sugestión, ejerciendo acciones sobre la independencia del carácter del paciente, cosa que es preferible evitar. El proceso analítico como el Dr. Jung lo concibió, se refiere a la maduración de la personalidad superior a la sugestión, que según el mismo, es solo para salir de apuros, afirmando que la sugestión habría que evitarla por considerándola incompatible con el principio de la terapia analítica. El Dr. Jung continua explicando que "Quien quiera evitar la sugestión consciente tiene que considerar sin valor la interpretación del sueño, hasta que se encuentre una fórmula que obtiene la conformidad del paciente" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934). La anterior seria una regla fundamental indispensable para el análisis de aquellos sueños cuya falta de transparencia indican la incomprensión tanto del analista como del paciente. Por lo tanto se debería renunciar a todo prejuicio teórico y estar en la disposición a descubrir una teoría del sueño completamente nueva en cada caso.
b. El análisis de los sueños en psicoterapia.
Para el Dr. Jung una interpretación es "una hipótesis, una simple tentativa de leer un texto desconocido" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934). Solo en muy contadas ocasiones, es posible analizar un sueño aislado con alguna seguridad. El análisis alcanza una seguridad relativa cuando abarca una serie de sueños que permite rectificar en sueños sucesivos, los errores cometidos en el análisis de sueños anteriores.
Por la razón antes mencionada, el Dr. Jung invitaba a sus pacientes a registrar atentamente sus sueños y su análisis correspondiente. Adicionalmente les instruía a que los mismos prepararan sus sueños de manera dedicada, de modo que el acudir a su consultorio, estos llevaran los sueños anotados con su estructura. En las etapas posteriores disponían que elaboraran y completaran las interpretaciones. De esta forma el paciente aprendía a proceder correctamente con su inconsciente sin la intervención del analista.
Según el Dr. Jung esto era posible asimilando el contenido del inconsciente. En este orden de ideas las asimilación significa "la compenetración mutua de contenidos conscientes e inconscientes y no la valoración unilateral, la trasformación o falseamiento del contenido inconsciente por obra de la consciencia, según se piensa y se practica corrientemente" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934).
El Dr. Jung expone que el inconsciente es un "ente natural moral, estética e intelectualmente indiferente, que solo resulta verdaderamente peligroso cuando nuestra posición frente a él es irremisiblemente falsa. A medida que nos separamos del inconsciente aumenta su peligrosidad. Pero en el momento en que el paciente comienza a asimilar su contenido disminuye también el peligro del inconsciente. La disociación de la personalidad, la temerosa diferenciación de anverso y reverso, termina con la asimilación progresiva".
Esta regla es posible apreciarla en la interpretación de los sueños, ya que la compensación se produce entre la consciencia y el inconsciente. Durante el análisis siempre es importante preguntarse ¿Qué actitud consciente compensa tal o cual sueño?
Es de suma importancia estimar el contenido de un sueño e incluirlo en la posición de la consciencia, como un factor que también es decisivo. De no hacerlo, se continúa en la misma situación excéntrica que originó la compensación. Si se colocase el contenido inconsciente en el lugar de la consciencia, desplazaría a este último, volviéndose a presentar el contenido anteriormente consciente en la inconsciencia como un fenómeno compensatorio. Por esta razón cada sueño representa una fuente de información y regulación, por lo tanto representa uno de los recursos más eficaces para la estructuración de la personalidad. Como se mencionó anteriormente, el Dr. Jung relató que cada vez que interpretaba un sueño se preguntaba ¿Qué actitud consciente compensa el sueño? De esta forma se puede relacionar el sueño con la posición consciente, por lo tanto el psiquiatra afirma que no se puede interpretar un sueño, ni siquiera aproximadamente si no se conoce la posición de la consciencia, por lo que se pude concluir que "existe una estrecha relación de causalidad, escrupulosamente equilibrada, entre la consciencia y el sueño" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934).
Al momento de incorporar el contenido de un sueño a la actitud consciente del paciente, se debe preguntar no solo que genera dicho contenido sino también el objetivo del mismo. Por otro lado es de suma importancia que el contenido inconsciente no hiera o destruya ningún valor positivo de la personalidad consciente, pues de lo contrario no podría asimilarse. Es necesario conservar los valores de la personalidad consciente ya que la compensación es efectiva cuando coopera con una consciencia integral. "La asimilación nunca es cuestión de esto o aquello, sino siempre de esto y aquello" ("La Aplicación Práctica del Análisis de los Sueños", 1934). Adicionalmente es importante conocer las convicciones filosóficas, religiosas y morales de la consciencia con respecto al simbolismo del sueño.
El Dr. Jung expuso que si tuviera que interpretar un sueño teórica o científicamente, hasta agotar los recursos, debería relacionar los símbolos con los arquetipos, pero afirma que estos seria un verdadero error, ya que la situación momentánea del paciente demanda cualquier cosa excepto una desviación hacia la teoría del sueño. Por esta razón, en la práctica es recomendable considerar el significado del sueño en relación a la situación de la consciencia, es decir tratar al símbolo como si no fuera fijo, renunciando a saberlo todo de antemano e investigar lo que las imágenes significan para el soñante. Por esta razón la interpretación teórica sirve de poco y usualmente no pasa del inicio. Cuando el analista utiliza demasiado el significado de los símbolos permanentes puede caer en la rutina, el dogmatismo y por ende arruinar el proceso.
El psiquiatra continúa exponiendo que los fenómenos psíquicos son de una extraordinaria complicación y solo puede comprenderse "desde una gran altura" y aun así su compresión se logra únicamente por intuición. Por esta razón son tan importantes los símbolos.
En resumen los pasos a tener en cuenta al momento de analizar un sueño son los siguientes:
Después de realizada la anamnesis, se debe conocer la situación consciente momentánea del soñante. De igual forma es importante conocer los presupuestos filosóficos, éticos y morales del mismo.
Una vez que el paciente relate el sueño es aconsejable identificar su estructura, destacando los personajes involucrados, el escenario, la trama y las diferentes etapas del sueño.
Después es necesario preguntarse ¿Qué contenido consciente esta compensando el sueño?
Se debe realizar un examen de contexto o contextura en torno a las imágenes del sueño. Es importante restringirse a las imágenes propias del sueño ya que un desvío nos alejaría de sus contenidos.
Se debe plantear una hipótesis tentativa del análisis del sueño.
Se deben intercambiar opiniones con el paciente en base las hipótesis obtenidas para conocer la opinión de este en base a estas ideas. Es importante que las opiniones del analista no quiebren la integridad de la consciencia, así como no busquen que el contenido inconsciente desplace los contenidos de la consciencia.
Este intercambio de ideas debe mantenerse hasta que ambas partes se sientan de acuerdo con las conclusiones obtenidas.
Se debe hacer el seguimiento del contenido de sueños sucesivos para confirmar las opiniones emitidas hasta entonces o rectificar la dirección propuesta.
El Dr. Jung expuso que el procede de la siguiente forma durante el análisis de un sueño. Primero, divide una página en tres columnas, en la izquierda escribe el sueño espaciando sus frases sucesivas; en el centro, que es un poco más ancha, se escribe el contexto onírico (que se realiza con la ayuda de las asociaciones, como se menciona anteriormente); a la derecha de la hoja, se escriben las conclusiones que se pueden obtener del análisis del conjunto.
La segunda columna (la del contexto) debe ser llenada con los materiales proporcionados por el soñante, pues es el único que puede describir lo que ciertas imágenes oníricas significan para él. Para el analista es imposible saber desde afuera qué función asume determinada imagen, por esta razón los símbolos de los sueños son esencialmente de naturaleza individual. Una vez establecido el contexto, la estructura del sueño aparece mucho más clara y se puede arriesgar a llegar a ciertas conclusiones.
En línea general, el sueño es tratado como si fuera "una inscripción fragmentaria que acabará de ser descubierta que no pudiéramos descifrar y que intentáramos hacer legible" con la asistencia de informaciones y complementos extraídos del soñante.
c. Valor curativo de las imágenes arquetipales.
Según el Dr. Jung, la medicina antigua se focalizaba en elevar a un plano de consciencia superior, el estado inconsciente en que se debate el paciente. En algunos casos donde los médicos eran as u vez sacerdotes, se esforzaban de llevar la patología a un plano mitológico con la ayuda de algún texto sagrado. En la antigüedad el paciente podía ser sumergido más fácilmente en el inconsciente colectivo mediante un relato, cuyas imágenes se apoderaban de toda su anatomía restableciendo el equilibrio comprometido.
Cierre
Siendo el Dr. Jung, uno de los investigadores que se desarrolló en un período que podríamos llamar de transición, entre la época Moderna y Posmoderna, los fundamentos epistemológicos de su obra se ven plagados de una mixtura de diferentes paradigmas. Las opiniones expuestas en esta recopilación tienen casi un siglo de haber sido escritas y aunque muchos analistas post junguianos han realizado nuevos aportes para el análisis de los sueños, las ideas fundamentales siguen siendo las mismas dentro de los círculos de formación de estudiantes.
Con el devenir de las décadas, la creación de organización internacionales relacionadas a la psicoterapia, la formación de profesionales y la publicación de nuevas investigaciones, podremos ser partícipes de la evolución de los diferentes métodos psicoterapéuticos con el objetivo de ayudarnos a ser un poco más sanos.
Bibliografía
Jung, Carl Gustav (1945/1948) «De la esencia de los sueños. Volumen 8 de la Obra Completa», Editorial Trotta, Madrid, España.
Jung, Carl Gustav (1916/1948) «Puntos de vista generales acerca de la psicología del sueño. Volumen 8 de la Obras Completas», Editorial Trotta, Madrid, España.
Jung, Carl Gustav (1934) «Consideraciones generales sobre la teoría de los complejos. Volumen 8 de la Obras Completas», Editorial Trotta, Madrid, España.
Jung, Carl Gustav (1926/1946) «La Aplicabilidad Practica de Análisis de los Sueños. Volumen 16 de la Obras Completas», Editorial Trotta, Madrid, España.
Jung, Carl Gustav (1934) «Psicología analítica y educación. Volumen 17 de la Obras Completas», Editorial Trotta, Madrid, España.
Jung, Carl Gustav (1964) «Acercamiento al Inconsciente. El hombre y sus símbolos », Editorial Caralt, Barcelona, España.
Sharp, Daryl (1994) «Lexicón Junguiano», Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, Chile.
Villalobos, Magaly (2006) «Apuntadas. Cuadernos de mitología griega y mitología arquetipal», Alfa Grupo Editorial, Caracas, Venezuela.
Young-Eisendrath, Polly y Dawson, Terence (Edición) (1999) «Introducción a Jung», Cambridge University Press, Sucursal de Espana.
Autor:
Alfredo E. Jiménez A.
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