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Evolución de los Derechos Políticos en Argentina (1810-1912) (página 2)

Enviado por Walter Blanco


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Una década más tarde, se produjo un avance importante, ya que se había creado la Junta de Representantes, que reemplazó al cabildo y se convirtió en el centro del poder político provincial debido a la diversidad de funciones que cumplía: Nombrar al gobernador, evaluar la actuación del Poder Ejecutivo, votar el presupuesto, discutir y aprobar todo nuevo proyecto de ley.

Para reglar la elección de los representantes, se promulgó una ley electoral en 1821. La misma establecía una distinción entre los votantes activos (quiénes podían votar) y los votantes pasivos (quiénes podían ser elegidos). En el primer caso, no existían restricciones, ya que todo hombre mayor de veinte años (incluso si era habitante del ámbito rural) podía elegir a sus representantes. Por el contrario, para ser elegido, había que tener más de veinticinco años y poseer "alguna propiedad o inmueble industrial".Con esta ley, se buscaba ampliar el universo de electores y dotar de mayor legitimidad al gobierno.

Además, se formó el Partido del Orden, un grupo formado por personas que, desde la Revolución de Mayo, se habían dedicado a la política. En general estaba conformado por comerciantes y hacendados.

Luego de los gobiernos de Rodríguez, Las Heras, Dorrego, Lavalle y Viamonte, desde 1820 hasta 1829, aparece una figura en la política muy fuerte: Juan Manuel de Rosas, un caudillo y terrateniente que venía creciendo dentro del Federalismo.

Su primer gobierno abarcó desde el año 1829, hasta el año 1832, cuando fue reemplazado por Balcarce. En ese período de gobierno no hubo cambios significantes en el ámbito de los derechos políticos.

Sin embargo, en el año 1835, reasumió como gobernador de la provincia, y se le otorgaron las facultades extraordinarias y la Suma del Poder Público.

El sistema de gobierno rosista se apoyó en los instrumentos jurídicos y políticos creados en la provincia de Buenos Aires en 1820. Se mantuvo la división en tres poderes, y la ley electoral de 1821 siguió dictando la norma para el nombramiento de representantes. Sin embargo con el tiempo esto fue modificándose, lo que dio lugar a un gobierno fuertemente personalista, que sólo esperaba la ratificación de sus actos.

Este proceso llevó a que la Sala de Representantes abandonara su función deliberativa, y a que se convirtiera en una mera instancia aprobatoria de las medidas tomadas por el Poder Ejecutivo.

Los procesos eleccionarios de los representantes, caracterizados en la década de 1820 por la competencia de distintas listas de candidatos, dieron paso a elecciones en las que se presentaba una lista única oficial que debía ser refrenada por la votación.

El 3 de Febrero de 1852, en la batalla de Caseros, las fuerzas de Urquiza lograron vencer a las de Rosas. Luego de su caída, Urquiza nombró a Vicente López y Planes gobernador de Buenos Aires, cargo que fue confirmado por una nueva sala de representantes. Pero el gobernador de Buenos Aires renunció y Urquiza decidió actuar duramente: disolvió la Legislatura, tomó el poder, persiguió a los opositores y clausuró la prensa periódica. Esto formalizó la separación entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación.

En octubre de 1859 se firmó el Pacto de Unión Nacional, por el cual Buenos Aires se incorporaría en la Confederación después de revisar la Constitución, en la que podría introducir reformas.

No obstante, el pacto no resolvió el enfrentamiento. En septiembre de 1861, en los campos de Pavón , las tropas urquicistas y mitristas se enfrentaron. El vencedor fue Mitre, quien se proclamó presidente provisorio y resultó elegido presidente constitucional para el período 1862-1868. Esto marcó el comienzo de una organización liderada por Buenos Aires.

En la década de 1850, Mitre organizó el Partido Liberal. En él convivían dos tendencias con respecto al tipo de organización política que debía tener la nación: los autonomistas y los nacionalistas. Durante su presidencia, Mitre se propuso extender la influencia de su partido sobre el resto del país. El impulso que dio a la federalización de Buenos Aires llevó a la división de la agrupación: Sus seguidores constituyeron el Partido Nacionalista y los de Alsina, el Partido Autonomista.

Hacia 1868, la inminencia de las elecciones presidenciales encontró a ambos partidos sin apoyos fuertes fuera de Buenos Aires. Alsina decidió apoyar a Sarmiento, candidato propuesto por el Ejército, quien, por ser provinciano, atraía votos del interior. Sarmiento ganó las elecciones.

En 1874, la nueva sucesión presidencial volvió a encontrar a Mitre y Alsina imposibilitados de imponerse con el solo sostén de sus partidos. El presidente saliente imponía un candidato propio, Nicolás Avellaneda, quien carecía de partido pero tenía adeptos en las provincias. Alsina se unió al candidato oficial para garantizar el triunfo. Las elecciones fraudulentas, dieron el triunfo a Avellaneda. Mitre encabezó una revolución que fue rápidamente sofocada. El nuevo presidente impulsó un acuerdo político con mitristas y alsinistas, el cual se conoció con el nombre de "conciliación"

En 1877, al morir Alsina, autonomistas y nacionalistas "conciliados" abandonaron el acuerdo con el oficialismo y reconstruyeron el viejo Partido Liberal. Avellaneda, por su parte, creó el Partido Autonomista Nacional (PAN), estructura complementada por la Liga de Gobernadores, que impulsó la candidatura del General Roca. Éste triunfo en las elecciones de 1880 sobre el candidato autonomista, Carlos Tejedor.

Dentro de la estructura de los partidos, existían los clubes políticos, cuya tarea era definir las candidaturas y difundirlas. Estas organizaciones tenían una fuerte división jerárquica: después de que se hubiera realizado una asamblea numerosa, un grupo dirigente tomaba las decisiones importantes.

Por debajo de los clubes, se hallaban los clubes parroquiales, asambleas de vecinos que armaban la lista de candidatos de cada barrio. Las listas surgían "de abajo hacia arriba" : como resultado del debate en el club parroquial, se elevaban las propuestas de candidatos a los clubes y, de allí, a los partidos. Sin embargo, los clubes intentaban controlar los clubes parroquiales para imponer a sus candidatos.

Éstos realizaban el "trabajo electoral", que consistía en empadronar a los ciudadanos aptos para votar, celebrar las reuniones y las manifestaciones de apoyo a los candidatos, y desarrollar el acto electoral mismo. Los cargos dirigentes eran ocupados por quienes tuvieran la capacidad de movilizar a una amplia clientela, como el cura y el juez de paz. Las movilizaciones tenían por objeto convalidar las decisiones tomadas por la dirigencia y mostrar la propia capacidad de reclutamiento.

El acto electoral comenzaba con el nombramiento de autoridades de mesa adictas, que podían llegar a amedrentar a los votantes con la exhibición de armas de fuego, la prohibición del voto, la expropiación y demás.

A su vez, la oposición buscaba ubicar en las mesas a sus adherentes para que fiscalizaran el desarrollo del acto. Los votantes, comprados, conformaban una masa disciplinada que era arrastrada hacia la mesa. En ocasiones, estos grupos eran convocados el día anterior a los comicios y ubicados en corrales o cuarteles hasta el momento de ser movilizados hacia el lugar de votación.

Además de los hachos de violencia, el resultado de este tipo de prácticas eleccionarias era el alto nivel de abstención de los grupos medios de la sociedad.

En los últimos años de la presidencia de Nicolás Avellaneda, la disputa por la sucesión en el Poder Ejecutivo se centró en el general Julio Argentino Roca. El 12 de abril de 1880, el Colegio Electoral proclamó la fórmula Roca-Madero.

Años después, la elección de Juárez Celman como presidente y sus acceso al cargo se realizaron en un marco de tranquilidad pública. No se registraron en este período cambios significantes en cuanto a derechos políticos, ya que su presidencia se caracterizó por el fuerte impulso dado a la actividad económica.

Sin embargo, a principios del siglo XX, con la presidencia de Roque Sáenz Peña, se tomó una medida política que estuvo dirigida a conformar un sistema institucional de competencia electoral que hiciera posible la participación de los grupos opositores; en particular, el radicalismo.

A tal efecto, se presentó ante el Congreso con un proyecto de ley que reformaba el sistema electoral. La nueva ley, conocida como Ley Sáenz Peña o Ley 8871, fue sancionada finalmente en Febrero de 1912, y se fue aplicando en sucesivas elecciones en Santa Fe, en la Capital Federal, y en otra jurisdicciones.

En la Argentina, el derecho a elegir y ser elegido para conducir el Estado siempre existió. Pero las difíciles condiciones que debían enfrentar los ciudadanos en las diversas etapas que conformaban una elección (inscripción de electores, campaña proselitista, votación, fiscalización del acto comicial, garantías por parte de la justicia y de las autoridades competentes) volvieron casi inexistente ese derecho. El fraude fue una constante de régimen conservador: se cambiaban las urnas, se hacía figurar como votantes a los muertos, se anulaban boletas o se impugnaban las credenciales de quienes resultaban elegidos. Los gobiernos tenían carácter legal, pero la mayoría de ellos fueron ilegítimos.

Con esta ley se sancionó que el sufragio sea: secreto, universal y obligatorio. Sin embargo, esta ley sancionada en 1912, se cumplió por completo en el año 1951, con el voto femenino, ya que antes lo hacían solo los hombres.

La elección nacional realizada el 2 de abril de 1916 fue, sin duda, una de las más importantes de la historia política Argentina. Por la vía legal, el radicalismo, partido de la oposición, alcanzó la presidencia de la Nación con Hipólito Yrigoyen como líder. Fue el primer presidente electo luego de la sanción de la Ley Sáenz Peña.

Conclusión

Este trabajo práctico, mostró la evolución de los derechos políticos en la Argentina.

Esto nos permite ver la inestabilidad política, social, cultural y económica que existió durante los años de construcción de la nación.

Nos dejó apreciar el inicio de los derechos políticos, durante el Virreinato del Río de La Plata, a los criollos exigiendo una votación y la destitución del Virrey. La etapa de Rodríguez, con la Sala de Representantes, que permitía elegir sus integrantes, y ellos elegirían el gobernador.

Fueron etapas de centralización del poder, que no se le permitía a las personas relacionarse con la política y saber lo que estaba sucediendo, a diferencia de otros países como Estados Unidos, que ya había logrado el equilibrio social y político a principios del siglo XIX.

Poco a poco la situación fue empeorando, con el gobierno rosista en donde no había derecho ni a elegir a los integrantes de la Sala de Representantes.

Luego pasamos por la etapa de formación de los Partidos Políticos en donde las personas con diferentes ideologías formaban agrupaciones, como los nacionalistas y los autonomistas.

Finalmente llegamos a la sanción de la Ley Sáenz Peña en donde se dejo expresado por escrito los derechos políticos que una persona poseía, y se llevaron a la práctica excepto por lo universal, ya que las mujeres no votaron hasta 1951.

Bibliografía

  • De las guerras civiles a la consolidación del Estado nacional argentino (1820-1880). Editorial Longseller. Autora: Vilma Paura
  • Auge y crisis de la Argentina agroexportadora (1880-1930). Editorial Longseller. Autores: Gerardo Serrano/ Vilma Paura

 

 

 

Autor:

Walter Blanco

(estudiante)

Ciudad y País: Buenos Aires, Argentina

Fecha de realización: 12/10/2006

 

Partes: 1, 2
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