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Embarazo en la adolescencia. Intervención educativa para su prevención (página 2)


Partes: 1, 2

El embarazo adolescente es uno de los problemas de mayor importancia asociados a los profundos y rápidos cambios socioeconómicos y políticos registrados en el país en los últimos años. En nuestro país esta problemática lleva un ritmo creciente, pues más de un 23 por ciento de nuestra población se halla incluida en esta importante categoría. Las tasas de embarazo adolescente presentaron una evolución similar, en cuanto a la tendencia general, a las de todas las mujeres en conjunto hasta el año 1993, a partir de entonces se observa un nuevo incremento de importancia en los embarazos de las más jóvenes. Resulta oportuno destacar el alto valor que alcanzan las tasas de embarazos para las adolescentes, en comparación con las de mujeres de otros grupos de edades y solo aparecen superadas por las de 20 a 24 años, lo que permite suponer la presencia de un patrón de embarazos tempranos en el país, los que terminan básicamente en abortos provocados y en menor medida en hijos nacidos vivos.

Ante esta problemática el personal de salud cuenta con un arma poderosa la educación sexual que desarrolla el Sistema Nacional de Salud que comprende la promoción de salud la cual tiene como objetivo propiciar a hombres y mujeres los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma.

La educación de la sexualidad de las y los adolescentes que los "proteja de los trastornos de la sexualidad", solo se logra mediante un proceso formador de saberes, normas, valores, actitudes, modos de comportamientos que les permita aprender a decidir y autodeterminar por sí mismos los límites de su sexualidad, las formas particulares de vivenciarlas y expresarlas, de decidir que es lo factible, positivo, que le permita crecer de manera plena, feliz y responsable y, a la vez, que los ayude hacer crecer a los que le rodean.

De acuerdo con la concepción dialéctico-materialista, la educación es una categoría de la ciencia pedagógica; se trata de un fenómeno social e históricamente condicionado, con un marcado carácter clasista. Constituye parte inherente de la sociedad, y resulta, a su vez, esencial en el desarrollo sucesivo de esta. La función concreta, el contenido y la esencia de la educación varían en el curso del desarrollo histórico y son determinados por las condiciones de vida material, las relaciones sociales, la lucha de clases y la ideología. La educación en un sentido más amplio tiene dos funciones generales: función formativa y función desarrolladora. La formativa está dirigida a potenciar el desarrollo social; formar valores, actitudes y normas de conducta; desarrollar y enriquecer cultural, emocional y sentimental al individuo. La función desarrolladora se encamina a la formación de la fuerza laboral, científica, profesional e intelectual. La interrelación dialéctica de ambas será objetivo de las instituciones para la formación de las generaciones. La educación sexual tiene una función social que consiste en transmitir de una generación a otra los conocimientos capacidades, ideas y experiencias sociales.

La educación sexual tiene que ser una parte inalienable de la preparación de los adolescentes para la vida y debe formar parte de los derechos sexuales y reproductivos de los mismos. Recuérdese que en la adolescencia comienza un largo proceso de autodefinición. El deseo y el interés sexual se incrementan en la medida que se acelera el desarrollo hormonal y al mismo tiempo surgen nuevas formas de relación con los adultos, nuevos intereses, cambios en la conducta y en la actitud ante la vida.

Desarrollo

Para facilitar el análisis de los resultados de este trabajo, detallaremos a partir de cada explicación la información que se obtuvo a través de cada uno de los aspectos.

Caracterización de los adolescentes estudiados según grupo etáreo y sexo.

Existió un predominio de adolescentes femeninas en ambos grupos de edades. En el grupo de 10 – 13 existen 26 para un 55,4 % mientras que en el rango de 14 – 16 tenemos 21 adolescentes femeninas.

Con respecto a los grupos etáreos ambos grupos están equilibrados. El 50% de los adolescentes está comprendido en la adolescencia temprana (10-13 años), y el resto se encuentra en la adolescencia intermedia (14-16 años). La edad promedio para ambos sexos fue de 13,3 ±1,8. Para el sexo femenino la edad promedio fue de 13,1 ±1,8 y para el masculino de 13,9 ±1,7, no encontrando diferencias estadísticamente significativas entre ambos sexos en cuanto a grupo de edad.

Caracterización de los adolescentes estudiados según color de la piel y sexo.

Cuando analizamos la caracterización de los adolescentes estudiados según color de la piel y sexo vemos que existe mayor número de adolescentes no blancos, los que representan el 70,0% de la muestra, perteneciendo 32 al sexo femenino para un 68,08% y 10 al masculino para un 76,8%. El color de piel blanco muestra un total de 18 adolescentes para un 30,0% de los cuales el 31,9% eran femeninas y el resto, masculinos.

Al relacionar el color de la piel de los adolescentes con el sexo, no encontramos diferencias estadísticamente significativas. (X2 =0,45; a =0,05). En ambos sexos predominan los no blancos.

Caracterización de los adolescentes estudiados según grado de escolaridad y sexo.

Según la caracterización de la muestra en estudio atendiendo al grado de escolaridad observamos que predomina el nivel de escolaridad secundaria para ambos sexos 60% distribuidos en 59,5% para el femenino y 61,53 % para el masculino. Seguido de la enseñanza primaria con un 30%.

Caracterización del empleo del tiempo libre de los adolescentes estudiados.

En la primera etapa del trabajo, fundamentalmente la televisión es la que ocupa a los adolescentes en sus ratos de ocio, esta opción fue marcada por 43 de ellos. Le siguen los paseos con 25 adolescentes, después las fiestas; y la lectura ocupa un cuarto lugar en este orden. Muy pocos adolescentes, (sólo 11) se dedican a la práctica de deportes en su tiempo libre y 9 se desenvuelven en diferentes actividades culturales.

Luego de la capacitación, se vio un incremento de los adolescentes que llegaron a interesarse por la lectura. La cifra ascendió a 35. También creció el interés por el cine con 23 adolescentes que marcaron esta opción y por las actividades deportivas, como ilustra el gráfico.

Caracterización de los padres de los adolescentes estudiados según grado de escolaridad.

Con respecto al grado de escolaridad de los padres de los adolescentes estudiados, observamos que predominan los que tienen estudios de nivel medio superior, para un 53,4 %, le siguen los que tienen nivel medio, que representan el 20,0%, 8 padres tienen estudios universitarios y primarios con 13,3% respectivamente.

Evaluación de los conocimientos sobre la sexualidad por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

Aparece la evaluación de los conocimientos sobre la Sexualidad por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

Sólo 10 adolescentes alcanzaron la categoría de Bien, antes de la intervención, lo que representa el 16,7% de la muestra, el resto de ellos respondieron Regular o Mal, 13 y 37, para un 21,7% y un 61,6%, respectivamente.

En cambio la Tabla nos revela que después de la intervención realizada, el mayor número de adolescentes (51 ) que representa el 85% del total respondieron Bien el bloque de la encuesta dedicado a la sexualidad, el 10% Regular y sólo el 5% Mal . Es por eso que con una confiabilidad de un 95% podemos plantear que los conocimientos sobre Sexualidad fueron superiores después de la intervención.

Evaluación de los conocimientos básicos sobre la prevención del embarazo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

Antes de la intervención predominaron los adolescentes que respondieron Mal el bloque dedicado a la prevención del embarazo, 41(68,4%), Regular 15 para un 25% mientras que sólo 4 adolescentes obtuvieron la categoría de Bien, el 6,7%.

Después de la intervención el 91,7% (55 adolescentes) alcanzaron la categoría de Bien, sólo 2 (3,3%) dieron respuestas Regulares y 3 (5%) obtuvieron calificaciones de Mal.

Nivel de conocimiento específico de cada método anticonceptivo, antes y después de la intervención.

Observamos que en un primer momento antes de aplicada la intervención los adolescentes estudiados tenían información sobre el condón principalmente, 35 marcaron este importante medio de protección. El segundo método más conocido por ellos fue la T de cobre, con 24 respuestas positivas, muy pocos tenían referencias sobre el resto de los anticonceptivos y ninguno marcó el método del ritmo.

Luego de la intervención educativa, el nivel de conocimiento por cada método anticonceptivo se incrementó de una forma extraordinaria como refleja este gráfico. Conocían el condón, las tabletas y la T de cobre todos los adolescentes; el anillo con 59, el método del ritmo y el Asa 57 de ellos.

Evaluación de los conocimientos sobre las complicaciones de embarazo en la adolescencia por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

Antes de la intervención las respuestas enmarcadas en la categoría Bien se reducen a 3, para un 5%, mientras que después se observa un incremento al 98,4%

Con las respuestas evaluadas en la categoría de mal ocurre lo contrario, antes de la intervención educativa representan el 76,7% y después descienden al 1,6%. Al aplicar la técnica no paramétrica Prueba de los signos podemos plantear que los conocimientos sobre las complicaciones del embarazo son superiores en los adolescentes después de la intervención.

Evaluación de los conocimientos sobre sexualidad según sexo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

En el tema de evaluación de los conocimientos sobre sexualidad según sexo antes y después de la intervención educativa se apreciaron algunas diferencias entre ambos sexos, pues los varones superaron a las hembras en el porcentaje de respuestas clasificadas de Bien, con el 23,1% contra un 14,9%, respectivamente. En las respuestas Regulares, vimos que las adolescentes demostraron un nivel de conocimientos relativamente mayor con un 27,7%, cuando ningún varón alcanzó esta categoría. Con relación a las respuestas catalogadas de Mal fueron superiores en los varones (76,9%) y en las hembras (57,4%).

Después de la intervención, resaltaron las respuestas catalogadas de Bien tanto en hembras (87,2%) como en varones (76,9%). Las respuestas Regulares se comportaron con un 8,5% para las hembras y 15,4% para los varones. Con relación a las respuestas calificadas de Mal sólo el 4,3% de las hembras y el 7,7% de los varones obtuvieron esta categoría, con una confiabilidad del 95%.

Evaluación de los conocimientos sobre prevención del embarazo según sexo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

Al analizar la evaluación de los conocimientos sobre prevención del embarazo según sexo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención educativa que se muestra en la tabla #11, vemos que también existieron diferencias porcentuales entre ambos sexos. El 8,5% de las adolescentes del sexo femenino, respondió Bien, mientras que ningún varón alcanzó esta categoría; el 25,5% de las hembras y el 23,1% de los varones fueron evaluados de Regular y la categoría de Mal fue alcanzada por el 6,6% de las hembras y el 76,9% de los varones. Al concluir la intervención educativa alcanzaron la categoría de Bien 45 adolescentes femeninas (95,8%) y 10 varones (76,9%). Solamente el 2,1 % de las adolescentes femeninas fue evaluado de Regular y Mal, mientras que el 7,7% de los varones fue calificado de Regular y el 15,4% de Mal, observamos que los conocimientos en el sexo femenino son mayores con un nivel de significación de un 5% (confiabilidad de un 95%).

Evaluación de los conocimientos sobre complicaciones según sexo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención.

La evaluación de los conocimientos sobre complicaciones según sexo, por categorías de Bien, Regular y Mal, antes y después de la intervención. En la etapa previa a la intervención educativa, 3 adolescentes femeninas alcanzaron la categoría de Bien (6,4%), y ningún adolescente masculino respondió correctamente. La categoría de Regular fue obtenida por el 19,2 % de las hembras y el 15,4% de los varones y la de Mal por el 74,4 % y 84,6 % respectivamente. En la etapa posterior a la intervención educativa el 97,9% de las adolescentes femeninas y el 100 % de los masculinos alcanzó la calificación de Bien, ninguno fue calificado de Regular y sólo el 2,1% de las hembras fue calificado de Mal, siendo esta relación significativa.

Conclusiones

1. Predominó el sexo femenino (78,5%), en edades entre 10-13 años (55,4 %) con nivel de escolaridad secundaria y color de la piel no blanco (42%). Prevaleció el nivel de escolaridad medio superior con 53,4% en los padres de los adolescentes.

2. Antes de la intervención empleaban el tiempo libre en televisión (71,6%) y paseos (41,6%) posterior a esta se incrementó la lectura al 58,7% y el cine al 38,3%.

3. Antes de la intervención el 16,7% fue evaluado de bien sobre sexualidad, el 5% en complicaciones y el 6,6% en prevención del embarazo siendo los métodos anticonceptivos más conocidos: el condón y la T de cobre.

4. Después de la intervención educativa se evaluaron de bien el 85% en sexualidad, el 98,4% en complicaciones y en prevención del embarazo el 91,7% y se agregaron las tabletas, el anillo y el método del ritmo,

5. En la evaluación de conocimientos sobre sexualidad el 57,4% de las hembras y el 76,9% de los varones obtuvo la calificación de Mal antes de la intervención educativa y después sólo el 4,3% de las hembras y el 7,7% de los varones.

6. En el tema prevención de embarazo el 6,6% de las adolescentes femeninas y el 76,9% de los masculinos fue evaluado de Mal antes de la intervención educativa, disminuyendo a 2,1% y 15,4% respectivamente después de la misma.

7. El 74,4% de las hembras y el 84,6 % de los varones desconocían las complicaciones del embarazo en la adolescencia antes de la intervención educativa y sólo 1 adolescente femenina (2,1 %) fue evaluada de Mal después de la intervención.

8. El nivel de conocimientos de los adolescentes estudiados acerca de sexualidad, prevención y complicaciones del embarazo precoz antes de la intervención educativa fue malo, lográndose un incremento significativo después de la misma y se modificaron las opciones de empleo del tiempo libre.

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Autor:

Dra. Yoilé Arnelys Valdés Garrido

Especialista de Primer Grado en Medicina General Integral. Profesor Instructor.

INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS MÉDICAS DE VILLA CLARA

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS DE CIENFUEGOS

POLICLÍNICO UNIVERSITARIO MANUEL ¨ PITI FAJARDO ¨

Partes: 1, 2
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