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Visión sistémica en el mundo real

Enviado por Paul Guido


Partes: 1, 2

    1. Introducción
    2. Definición de sistemas y mundo real
    3. Los usos de la noción de sistema
    4. Visión sistémica sobre disciplinas complejas
    5. La visión sistémica aplicada en mundo real
    6. Conclusiones
    7. Bibliografía

    I . PRÓLOGO

    Tal vez existen muchas monografías o libros que tratan sobre el tema de la visión sistémica. Ésta monografía es una de ésas pero con un sentido diferente; el sentido que le da un estudiante del sexto semestre de la escuela profesional de ingeniería se sistemas y por consiguiente no está tan inmerso en el tema pero con la investigación realizada durante un mes intenta aportar algo a este capitulo de la visión sistémica en mundo real tan interesante y relevante. La monografía describe hechos de la complejidad de mundo real y una visión sistémica para ser abordada, así como una metodología ordenada para su estudio. La noción de sistema sirve para el estudio de las situaciones complejas que generalmente se perciben a primera vista como situaciones complicadas, confusas o enmarañadas. Una serie de disciplinas en las que aparecen sistemas complejos pueden llegar a modelizarse a partir de la noción de sistema.

    En esta monografía también están plasmadas algunas opiniones de docentes, estudiantes, postulantes que son los mas indicados para dar una respuesta que satisfaga nuestras expectativas; así mismo se encuentra la opinión individual del autor de esta monografía con un aporte a este tema.

    II. INTRODUCCIÓN

    Es importante la visión sistémica para ver el mundo real y será el gran fundamento conceptual que citaremos en este camino necesariamente práctico. Por ejemplo la visión sistémica nos ayuda a entender que un cambio en un proceso afectará a toda la organización, que la actitud de los diseñadores es fundamental y que el ánimo y la cooperación de quienes operan el proceso es vital.

    La visión sistémica nos ayuda a "ver" el todo, apreciar sus interacciones, la energía presente y descubrir sus características distintivas, aquellas que son propias del conjunto y que no existen en las partes. A la vez, ubica el sistema en su entorno, acepta la complejidad que nos excede, la irreversibilidad del tiempo, la autoorganización, la "inteligencia" de los sistemas y nuestra responsabilidad con el bien común.

    La visión sistémica plantea un punto de vista optimista de la sociedad y de nuestro futuro. A pesar del flujo constante de información negativa que recibimos a diario y de reconocer que todavía existen personas oprimidas o en condiciones de extrema pobreza, este mundo es cada vez mejor, está más organizado y es… más humano, lo cual se aprecia en la mayor expectativa de vida, mejoras en el bienestar general y en que nos vemos más contentos… Observemos como está cambiando el criterio de los niños respecto a la naturaleza, orientándose cada vez más al cuidado del entorno. Además, estamos recuperando tal vez la principal característica humana: la colaboración, base de la visión sistémica.

    La idea es apreciar el cambio desde el mecanicismo a la visión sistémica y los grandes beneficios que esto produce. Ahora podemos ver con un enfoque diferente la comunicación entre las personas, más variada e integral, aceptando la autonomía, la incertidumbre y la humanidad.

    ¿Quién inventó la visión sistémica? Ningún ser humano en particular. Existe y ha sido aplicada desde siempre. Está incorporada en nuestros genes y en la base misma de la materia. La visión sistémica se ha notado menos en los últimos milenios, en el mundo occidental, porque ha sido arrinconada por la dominación y la mecanización, sin embargo, hoy está aquí, con un impulso que está cambiando el mundo. Es que la libertad y la complejidad siempre se abren paso.

    III. DEFINICIÓN DE SISTEMAS Y MUNDO REAL

    3.1 SISTEMAS

    Un conjunto de elementos Dinámicamente relacionados Formando una actividad. Para alcanzar un objetivo Operando sobre datos energía materia Para proveer información energía materia Características de los sistemas.

    Sistema es un todo organizado y complejo; un conjunto o combinación de cosas o partes que forman un todo complejo o unitario. Es un conjunto de objetos unidos por alguna forma de interacción o interdependencia. Los límites o fronteras entre el sistema y su ambiente admiten cierta arbitrariedad.

    Propósito u objetivo: todo sistema tiene uno o algunos propósitos. Los elementos (u objetos), como también las relaciones, definen una distribución que trata siempre de alcanzar un objetivo.

    Globalismo o totalidad: un cambio en una de las unidades del sistema, con probabilidad producirá cambios en las otras. El efecto total se presenta como un ajuste a todo el sistema. Hay una relación de causa/efecto. De estos cambio y ajustes, se derivan dos fenómenos: entropía y homeostasis.

    Entropía: es la tendencia de los sistemas a desgastarse, a desintegrarse, para el relajamiento de los estándares y un aumento de la aleatoriedad. La entropía aumenta con el correr del tiempo. Si aumenta la información, disminuye la entropía, pues la información es la base de la configuración y del orden. De aquí nace la negentropía, o sea, la información como medio o instrumento de ordenación del sistema.

    Homeostasia: es el equilibrio dinámico entre las partes del sistema. Los sistemas tienen una tendencia a adaptarse con el fin de alcanzar un equilibrio interno frente a los cambios externos del entorno.

    Una organización podrá ser entendida como un sistema o subsistema o un supersistema, dependiendo del enfoque. El sistema total es aquel representado por todos los componentes y relaciones necesarios para la realización de un objetivo, dado un cierto número de restricciones. Los sistemas pueden operar, tanto en serie como en paralelo.

    3.1.1. ENTORNO SIGNIFICATIVO DE VISIÓN SISTÉMICA

    A partir de esta visión sistémica, se requiere de esta capacidad de concebir representaciones complejas es posible llegar a una metodología ordenada para el estudio de los sistemas. Responde, en una primera aproximación, a la siguiente secuencia de preguntas:

    a. ¿Existe en el campo de la investigación una entidad claramente identificable dentro del entorno global? ¿O eventualmente varias? ¿Cuáles son sus límites? Estas preguntas llevan a definir el entorno significativo. Ejemplos:

    • una tribu arcaica en su medio ecológico.
    • una célula en un órgano.
    • una placa en el conjunto geológico planetario.
    • una personalidad en un grupo social.
    • una empresa en su marco económico.

    b. ¿De qué manera se diferencia el sistema de su entorno? ¿Cómo pueden definirse su funcionalidad y su originalidad propia? ¿Qué produce? ¿Cuál parece ser su funcionalidad? Las contestaciones a estas preguntas pueden ser muy difíciles de encontrar o, al contrario, llegar a parecer obvias. Pero aún en este último caso no es prudente darse por satisfecho con demasiada facilidad porque las apariencias superficiales pueden engañar.

    c. ¿Cuáles son las condiciones realmente básicas de la permanencia del sistema en el entorno? Algunas de estas condiciones son extrínsecas y otras intrínsecas. Pero ambas clases tienen finalmente que ver con el equilibrio del sistema con su entorno. ¿Cuáles son los límites de estas condiciones? Esta pregunta queda muchas veces sin formular porque, en sistemas estables, durante mucho tiempo, no parece tener importancia. Pero eso puede ser un error costoso, ya que el sistema puede encontrarse peligrosamente cerca de sus condiciones límites de existencia, sin que se sepa. ¿Existen otras condiciones limitativas de la actividad del sistema, ya sean efectivas, ya sean latentes?

    d. ¿Cuál es la organización interna del sistema? ¿Cuáles son sus estructuras y subestructuras? ¿Cuáles son sus funciones principales y subordinadas? ¿A qué función corresponde cada estructura?

    Estas preguntas constituyen un desarrollo del clásico problema cibernético de la "caja negra". Se trata de observar las reacciones del sistema a los estímulos que recibe del exterior, pero cuidándose bien de la introducción de razonamientos abusivamente simplificadores. Por ejemplo, el sistema puede llegar a reaccionar en forma distinta ante dos estímulos sucesivos iguales, por diferencias en algunos de sus estados internos. En consecuencia, hay que desconfiar de las generalizaciones y conclusiones apresuradas.

    e. ¿Cuál es la escala de duración normal del sistema? Por ejemplo, sabemos que un insecto vive en promedio dos años y un hombre setenta. Es importante para el establecimiento de la cronología general del sistema. Y este tipo de pregunta queda abierta a la investigación metodológica en caso de sistemas económicos (empresa), políticos (partidos, naciones), sociales (instituciones, asociaciones), o culturales (ideologías, civilizaciones).

    f. ¿Cuáles son sus trasformaciones? ¿A qué momento de su existencia ha llegado? Por ejemplo, el crecimiento es biológicamente normal y hasta un límite definido pero se torna patológico más allá de este límite. ¿Cuáles son sus límites de variabilidad y de estabilidad? ¿En qué niveles y en qué plazos se manifiestan?

    El conocimiento de estos límites permite juzgar la salud o patología del sistema. ¿Tendrá el sistema transformaciones discontinuas? ¿En qué condiciones y de qué tipo? Aunque la investigación de estos puntos sea difícil, es de gran importancia para la comprensión y la previsión de disturbios y catástrofes imprevistas.

    La metodología sistémica general está aún en pleno desarrollo y no existen todavía métodos y modelos muy seguros para el tratamiento de algunos de estos problemas. Sin embargo, se avanza. En publicaciones de GESI, se estudian con más precisión varias de las preguntas señaladas.

    3.2 MUNDO REAL

    El mundo real no es un inmenso agregado de fenómenos sencillos y lineales, sino un conjunto de organismos y entidades complejas interrelacionadas. Es una complejidad organizada que demanda una visión sistémica para ser abordada, así como una metodología ordenada para su estudio. La noción de sistema sirve para el estudio de las situaciones complejas que generalmente se perciben a primera vista como situaciones complicadas, confusas o enmarañadas. Una serie de disciplinas en las que aparecen sistemas complejos pueden llegar a modelizarse a partir de la noción de sistema.

    La evidencia de que nuestro mundo es esencialmente complejo está por todas partes: la sociedad, la economía, el medio ambiente, el cerebro humano o el conocimiento presentan imprevisibilidad, relaciones complejas entre sus partes, cambios espaciales y temporales, etc. Características que los hacen difícilmente reducibles a algoritmos o a fórmulas sencillas, o dicho de otra manera: que se resisten a ser comprendidos de forma plena.

    Cuanta más información acumulamos más lejos parece encontrarse el conocimiento completo, esa comprensión definitiva que en algún momento pudo haber sido el objetivo ideal de la ciencia. No es de extrañar por tanto que en las últimas décadas hayan venido alzándose voces, y cada vez son más, que reclaman una nueva forma de enfrentarse a los fenómenos complejos que no ignore deliberadamente esta complejidad. Si la ciencia se ha venido desarrollando creyendo que la complejidad no era más que la suma de muchos fenómenos simples y que, por tanto, se podía abordar descomponiéndola en ellos, la nueva perspectiva apunta a que esto no es posible y a que, aunque creerlo pueda haber sido útil en ocasiones, a la larga esta creencia puede llegar a producir inconvenientes que superen a las ventajas. La crisis ambiental constituye a menudo un buen ejemplo de las limitaciones de los enfoques reduccionistas.

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