La mujer del pleistoceno
La mujer prehistórica poseía la distinción de que en la tribu primordial se la considerara semidiosa, compartiendo igualmente muchas de las prerrogativas del hombre. Su anatomía, su misteriosa fisiología y los enigmas de sus posibilidades de añadir nuevos miembros a la tribu, la hicieron, como en todo animal social, objeto de la mayor veneración. No es sin significado que la palabra "venerar" proviene etimológicamente de Venus.
El antropólogo cultural Marvin Harris estudia en su obra Our Kind, las varias permutaciones que el matrimonio puede tener entre las diferentes sociedades que existieran en el pasado, y en las que hoy sobreviven. Son interesantes y difieren en su esencia misma, ya que la ceremonia para aparearse no es necesaria ni está fijada en nuestros genes, como está en otros animales.
En esencia la ceremonia matrimonial misma carece de un origen vetusto, ya que hombres y mujeres se unían por necesidad biológica, para que la última contara con la asistencia de un compañero en la crianza de los hijos — y sólo por los tres años requeridos para que así fuera.
Durante el imperio romano, la ceremonia se elevó a un acto de complejidad exagerada, como también se entendía que en ésta yacían las fundaciones para la permanencia social de la familia.
La familia romana en el año 470 AC
La familia tradicional romana estaba constituida por el padre, su mujer, dos o tres hijos o hijas, los esclavos domésticos y los antiguos esclavos, ahora liberados, denominados libertos.
Se trataba de una familia absolutamente patriarcal donde el pater familias controlaba todo el poder sobre los demás miembros así como la disponibilidad de los bienes que poseían. La familia era uno de los elementos esenciales de la sociedad romana. Pertenecer a una familia vinculaba la posesión de derechos de ciudadanía. Por esa razón los que perdían los derechos ciudadanos se veían excluidos de la posibilidad de formar una familia.
Diversas familias formaban una gens, caracterizada por la posesión de diferentes elementos que la identificaban; como era el ritual funerario o el culto a los antepasados comunes. La importancia de la gens alcanzará su momento culminante durante la monarquía y los primeros años de la República. El pater familias es la pieza clave de la familia, por ser hombre. Subordinados a su autoridad se encontraban todos los demás miembros: esposa, hijos, casados o no, esclavos, libertos, serviles. Todo ciudadano romano que no tuviera ascendentes varones vivos era un pater familias. A la muerte del padre, los hijos se convertían en sus propios pater familias.
El matrimonio romano
El matrimonio romano era acto privado, ningún poder público tuvo que sancionarlo y no existían contratos matrimoniales.
La importancia era reproductiva.
Hijos eran considerados aquellos niños y niñas nacidos del matrimonio que eran aceptados por el pater familias. Él decidía sobre la anticoncepción o el aborto pero si el niño nacía debía aceptarlo o no como hijo. Por eso se depositaba al recién nacido a los pies del pater; si levantaba a la criatura era considerada hijo/a pero si no; quedaba excluido de la familia, exponiéndose a la puerta del domicilio o en algún basurero público donde lo recogerá alguien que lo deseara. Las criaturas malformadas eran expuestas o ahogadas — Séneca enseñaba que "Hay que separar lo bueno de lo que no sirve para nada".
Los pobres solían abandonar a aquellos bebés que no podían alimentar. Si el bebé era aceptado se integraba en la familia al octavo día del nacimiento cuando se le imponía el nombre individual — praenomen — y se le colgaba una pequeña cápsula de metal — bulla —- rellena de sustancias que poseían propiedades favorables en una ceremonia llamada ilustratio. Dada la elevada mortalidad infantil era bastante posible que la línea familiar se perdiera a la muerte del pater por carecer de herederos.
Para evitar esto se instituyó la adopción, ceremonia de carácter privado celebrado delante de un magistrado en el que se separaba al adoptado de la patria potestas de su padre natural y se procedía a su integración en la familia del padre adoptivo. (Véanse nuestras varias ponencias acerca de la adopción).
Como hemos comentado el pater poseía la potestad sobre los esclavos de su familia. Sólo él podrá manumitir al esclavo que pasaría a ser liberto, adoptando el gentilicio de su patrono y estableciendo una serie de obligaciones jurídicas y materiales con el pater.
El pater familias asimismo tuvo, las prerrogativas religiosas de la familia, especialmente en lo relacionado con el culto religioso doméstico. Tres elementos formaban este culto: el culto al hogar — constituido por Lares y Penates — el culto al Genius — principio de la fertilidad — y el culto a los Manes — los antepasados. No es de extrañar que el pater tuviera la potestad de imponer castigos, mancipar, emancipar — vender —- a los hijos o concertar sus matrimonios, normalmente a edades muy tempranas como a los seis años.
En el acuerdo matrimonial se establecía la dote y el día de la boda. El divorcio era legal aunque sólo estaba justificado en determinados casos como "el adulterio, el beber vino o la falsificación de la llave de la cella vinaria". Durante el Alto Imperio el fenómeno se generalizó y se agilizaron los trámites necesarios. Los poderes del pater también se proyectaban sobre los bienes de la familia ya que ningún miembro podía tener o adquirir bienes propios.
Todo se concebiría para ejercer y para mantener el poder del hombre sobre la mujer, como ya veremos.
A partir del siglo II AC la familia sufre una evolución acorde con los tiempos, manifestada especialmente en una limitación de las prerrogativas del pater. También se manifiesta una evolución en la atribución a la madre de determinadas potestades, concretamente en la posibilidad de ejercer la custodia sobre los hijos en el caso de tutela o si existe una conducta reprochable en el marido.
El derecho de vida o muerte del padre sobre los hijos desaparece e incluso se castiga a los parricidas con el exilio. También se aprecia una limitación de las prerrogativas sobre la esposa. En el Imperio se manifiesta una tendencia hacia el descenso de la natalidad entre los miembros de los ordines, el grupo privilegiado por excelencia. Para evitar la desaparición de esta clase social, Augusto estableció una serie de leyes que obligaban a los hombres entre 25 y 60 años a contraer matrimonio mientras que las mujeres debían hacerlo entre los 20 y los 50 años. De estos matrimonios debía nacer al menos un hijo legítimo. Durante el Bajo Imperio la patria potestas se limitaría casi al máximo, castigándose con la muerte el asesinato de recién nacidos o la exposición, excluyendo el derecho a disponer del matrimonio de los hijos o disponiendo que los hijos pudieran recibir la herencia de la madre.
La llegada del cristianismo, pero no de Cristo, provocó la realización de un acto donde se bendecía religiosamente el matrimonio y la limitación del divorcio a tres supuestos: adulterio femenino, que la esposa fuera chismosa o se dedicara a violar tumbas. (Véase mi ponencia: Los chismes y las personas chismosas).
¿Pero qué acerca de los hombres?
Como hemos visto en mi artículo, El Mito de la Virginidad, la membrana del himen, nombrada por el dios griego de las bodas, posee en nuestra especie, una función adaptadora que limita el intercambio sexual entre hombres muy viejos y mujeres muy jóvenes. Eso no significa que la potencia sexual provista tradicionalmente por los afrodisíacos no sea legítima, siempre y cuando, el sexo procreador y no recreativo sea lo que los que copulan deseen.
Ahí es, donde el problema reside.
Más adelante, el "amor" se transformó en negocio (como todo lo demás) de las iglesias institucionalizadas, convirtiéndose en pretensión lucrativa, y pasando a convertirse en industria multimillonaria — incluyendo la anulación del matrimonio católico.
Bodas patricias siglo IV
Para controlar la noción de que la virginidad era esencial para la depuración moral de la mujer, los clérigos y sus coetáneos introdujeron en varias religiones el mito del nacimiento virgen — algo que es anatómicamente imposible, ya que el himen se destruiría al nacer el niño.
No importa. Cuando algo es inexplicable, la iglesia lo considera o misterio o milagro, o mejor aún, lo considera ambas cosas.
¡Punto final y fin del argumento!
Así se planteó la costumbre insólita de que sólo con una virgen se casan los "hombres decentes", aunque sean las libertinas las que les atraigan.
No hay que buscar muy lejos, sólo visiten la corte de Saint James y entenderán lo que digo, ya que a la difunta Princesa "Di", le tocó la mala suerte de ceder su útero de virgen para que gestaran dos herederos al trono, mientras su consorte cohabitaba en el tálamo del pecado con otra mujer que no era ni virgen ni protestante, ni estaba disponible, ya que era casada.
Jóvenes romanas del siglo III, en bikinis parece ser…
Como con la compra y venta de esclavas, la exhibición de las dotes físicas, siempre ha ocupado lugar de importancia en el comercio sexual.
La mujer de antaño, como la mujer de hoy debe de ser, era mujer liberada. Que algunas de ellas nos hayan escogido, como compañeros a algunos de nuestro género, es nuestra buena fortuna.
Que, a algunos, nos hayan hecho padres es nuestra bendición.
Ahora, nos movemos en dos áreas que son compatibles con esta ponencia.
La mujer moderna tiene que competir más, para ser competente, como ya sabemos. Pero para poder competir hoy, fue necesaria la ayuda de una mujer, valiente y singular, Margaret Sanger, como, en seguida veremos.
La Píldora… la invención que cambió las relaciones entre los sexos…
Dr. Félix E.F. Larocca
El erudito endocrinólogo, escritor, miembro de la Real Academia de la Lengua Española y novelista, don Gregorio Marañón; escribía en su obra prodigiosa y celebrada, Los Estados Intersexuales, que el ser humano de sexo masculino derivaba de la pérdida de una "pierna" del cromosoma femenino XX, resultando en la fórmula XY. De este modo proponía, que el varón de nuestra especie no es nada más que menos hembra… en lugar de ser más varón.
A pesar de que nuestros origines son idénticos, las mujeres y los hombres han recibido tratamiento diferente durante el transcurso de nuestra historia. El hombre viviendo, en casi toda civilización, como si la mujer fuese su propiedad privada.
Eso fue antes de que se introdujera en el mundo un método contraceptivo que revolucionaría el curso de nuestro destino: La Píldora (como simplemente se la conoce universalmente).
La historia de la mujer, y la de su tratamiento como ser inferior, posee características comunes con la historia del desarrollo y de la producción de La Píldora.
Por generaciones las mujeres han rogado, suplicado, implorado y aun han muerto, en un denodado esfuerzo para cesar de ser víctimas de los caprichos del hombre, quien decretaba sus embarazos; a menudo para resaltar su condición social.
En la Europa católica medieval, se ocultaban los vestigios de cementerios secretos (donde se enterraban los fetos abortados por las religiosas), a veces adyacentes a ciertos conventos; testigos silenciosos de la popularidad con la cual el aborto (aun entre algunas postulantes de entonces y de hoy) se usaba para interrumpir embarazos, tan abruman tés como embarazosos y malquistos.
Para evitar la mortalidad asociada con el aborto y con otros métodos contraceptivos con sus riesgos incalculables, La Píldora era un imperativo cuya evolución procedió de un modo casi predestinado. Las coincidencias que impidiesen que su desarrollo fracasase aun se rodean por un aspecto místico de naturaleza sorprendente.
Los protagonistas para el desarrollo y la evolución de La Píldora fueron dos mujeres excepcionales de tenacidad legendaria y un investigador de Harvard, cuyo destino académico había sido negativamente afectado por sus éxitos prematuros y por el problema de ser judío en una atmósfera de prejuicios anglosajones.
Entra Margaret Sanger, nacida a inmigrantes irlandeses y pobres. Está presente las muchas veces que su mamá rogara a su papá que no le diera más niños. A pesar de sus ruegos, luego de siete pérdidas (y después de haber dado a luz a cinco otros hijos) a la edad de cincuenta años, el viernes Santo del año 1899, muere cuando alumbraba una vez más.
Durante la ceremonia funeral en la Iglesia Católica de St. Mary’s en Corning NY; la joven Margaret confronta a su padre con estas palabras "Tú eres responsable. Mamá no quería más hijos."
Desde ese instante Margaret decide luchar por el derecho inalienable de la mujer a controlar su destino reproductivo.
Entra la millonaria y filántropo Katharine McCormick, cuya boda poseyera el esplendor deslumbrante de un cuento de hadas; pero cuyo marido muy pronto sucumbiera a los estragos de la esquizofrenia (hereditaria e incurable). Esta tragedia le hace decidir que nunca tendrá descendientes.
Sanger y McCormick, luchando contra todo prejuicio y adversarios rencorosos, recorrieron la vía del martirio para alentar al investigador Gregory Pincus para que lograse sintetizar un método contraceptivo de administración simple (oral) y con un margen amplio de seguridad.
Pincus produjo el primero de una generación de contraceptivos orales de eficacia probadas durante el ocaso de la década de los años cincuenta en el siglo pasado.
La saga de La Píldora es una odisea de los obstáculos y de prejuicios (religiosos y laicos) que oponen todo progreso; pero también es la epopeya gloriosa que culminara en el logro más noble… el de la liberación de la mujer.
Margaret Sanger, en el nombre de todos los seres humanos, aquí se te rinde tributo.
Ahora, añadiremos algo acerca del uso de la "píldora" y del ritmo, el último por tantos conocido como la "Ruleta Rusa del Papa".
Hablemos del método contraceptivo del ritmo…
¿Qué es el método del ritmo?
El método del ritmo, también conocido como " determinación del período fértil ", es un método para la regulación de la fertilidad que utiliza el ciclo menstrual para predecir tu momento de mayor fertilidad en el mes – es decir, cuando eres más propensa a quedar embarazada. Una vez que has identificado tu mayor período de fertilidad, simplemente no debes tener relaciones sexuales o bien debes utilizar un método barrera como anticonceptivo durante ese tiempo.
¿Cómo funciona?
Los métodos de la determinación de la fertilidad para la anticoncepción se basan en el hecho que:
- Los espermatozoides pueden vivir en el tracto reproductivo femenino por un período de 2 hasta 7 días
- El óvulo femenino vive solo por uno o dos días
- La fertilización del óvulo puede ocurrir incluso días después de haber tenido relaciones sexuales
- "Los días seguros" tienen lugar 2 días después de la ovulación y continúan hasta su próximo período.
Hay muchos métodos para determinar cuáles son los días más fértiles de tu ciclo; un centro de planificación familiar o tu médico pueden sugerirle uno de los varios métodos para ayudarle a identificar el momento más seguro durante su ciclo para mantener relaciones sexuales. Estos incluyen:
Calendario del Método del ritmo – Este método requiere que lleves un seguimiento de tu ciclo durante unos pocos meses para determinar tu propio patrón individual de ovulación. El patrón te ayudará a llevar el seguimiento y saber cuándo es el momento más "peligroso" para mantener relaciones sexuales.
Método de la Temperatura Basal – este método implica que lleves un seguimiento de tu temperatura corporal de modo tal de poder determinar cuándo estás ovulando. La temperatura corporal se incrementa dos días antes de la ovulación en 0,5 a 1°C
Método de la Ovulación – Este método requiere que controles tu moco cervical para determinar el momento de la ovulación. .
Método Sintotérmico – es una combinación de los dos primeros métodos descritos.
¿Cuán efectivos son?
Ningún método garantiza una eficacia total pero el método del ritmo puede ser más engañoso que otros. Debes elegir un método de determinación de la fertilidad sólo si:
- Tienes un compañero deseoso de cooperar
- Conoces y tienes un ciclo mensual regular, constante y continuo.
- Estás deseosa de invertir el tiempo y esfuerzo que requiere el aprender acerca de los métodos de entendimiento de la fertilidad.
- Tú y tu pareja están preparados para aceptar el hecho de que la protección contra el embarazo no es perfecta.
¿Presenta efectos secundarios?
No
Y, finalmente hablemos con los padres acerca del
Primer examen ginecológico de la niña — circunstancia muy especial
Información Acerca de tu Primer Examen Pélvico
Dr. Félix E. F. Larocca
Tal vez estés preocupada por tu primer examen pélvico. Es muy normal estar ansiosa acerca de algo cuando no sabes qué esperar. Esperamos que después de leer esta información, te confirmemos que es algo simple, no es doloroso y toma solamente alrededor de 5 minutos. Además, es normal sentirse avergonzada o difícil acerca de tu primer examen, sin embargo, si ya sabes qué esperar, te ayudará a relajarte. Tu doctor entiende cómo te sientes y será sensible y gentil, y contestará cualquier pregunta que pudieras tener.
¿Qué es un Examen Pélvico o Ginecológico?
El examen pélvico es una forma en que tu doctor examina tus órganos femeninos y determina que no existan problemas ginecológicos.
¿Cuándo debo tener mi primer Examen Pélvico?
No existen reglas definitivas sobre cuándo debes tener tu primer examen pélvico. La mayoría de los doctores está de acuerdo en que este primer examen debe realizarse cuando tengas 18 años o cuando inicies tu actividad sexual.
Lo que suceda primero. Existen otras razones importantes para tener un examen pélvico. Estas pueden incluir:
- Dolor inexplicable en tu vientre bajo o alrededor del área pélvica, donde está tu vagina;
- Desecho vaginal o humedad en tu ropa interior que causa comezón, ardor o mal olor;
- No haber iniciado menstruaciones a los 15 o 16 años;
- Sangrado vaginal que dura más de 10 días;
- Ausencia de menstruaciones en algunos meses, especialmente si eres sexualmente activa; y
- Cólicos menstruales tan intensos que provocan que faltes a la escuela.
¿Necesitaré un examen pélvico si soy virgen?
Aún y cuando seas virgen (nunca has tenido un coito), puedes necesitar un examen pélvico si estás teniendo cualquiera de estos problemas. Tener un examen pélvico no cambia nada, así como utilizar los tampones no cambia tu himen (la piel que cubre parcialmente la entrada de la vagina).
¿Qué debo hacer antes del examen?
- Cuando hagas la cita, asegúrate de hacerle saber a la secretaria o enfermera de que este es tu primer examen pélvico. La enfermera puede contestar tus preguntas y ayudar explicándote qué debes esperar para que no estés preocupada.
- NO tengas relaciones sexuales, utilices cremas vaginales o duchas 24 horas antes del examen.
¿Qué clase de preguntas me hará mi doctor?
Tu doctor te hará preguntas acerca de:
- Tu salud en general, alergias y medicamentos que estés tomando
- Tu período menstrual, como por ejemplo, qué tan grande estabas cuando tuviste tu primera menstruación, cuánto duró, que tan seguido la tienes, cuánto sangras, el primer día en que inició tu último período, si tienes cólicos; y a qué edad comenzaron a desarrollarte los senos.
- Si tienes comezón en la vagina o un desecho inusual u olor en tu vagina.
Preparándote:
- Si te hace sentirte más cómoda, tu mamá, tu amiga o hermana pueden quedarse contigo. La enfermera lo hará también.
- Después de que has terminado de dar la información de tu historia médica, has sido pesada y tu presión arterial ha sido tomada, se te pedirá que te pongas una bata.
- Necesitarás quitarte tu ropa, incluyendo la ropa interior (pantaleta) y el bra.
¿Qué sucede durante el examen?
- Tu doctor te explicará los pasos del examen y te pedirá que te recuestes en la mesa de exploración. Se te pondrá encima del estómago y piernas una sábana.
- Después, se te pedirá que te muevas lo más hacia abajo que puedas hacia la orilla de la mesa y que pongas tus pies es las pierneras (estos son instrumentos para sostener tus pies).
- Con tus rodillas dobladas, se te pedirá que dejes caer tus rodillas hacia los lados permitiendo que tus piernas se separen.
Esta es usualmente la parte donde la mayoría de las adolescentes y mujeres adultas se sienten avergonzadas. Este sentimiento también es normal. Nada más recuerda que a pesar de que es tu primer examen, esto es un procedimiento de rutina para los doctores y su única preocupación es tu salud.
Hay 3 partes para este examen: Algunas veces no todas las partes del examen pélvico son necesarias. Pregúntale a tu doctor qué parte(s) se te hará durante la exploración.
El examen Externo
Tu doctor va a mirar primero la parte exterior de tu vagina.
El examen con el espéculo Vaginal
El espéculo vaginal es un instrumento hecho de metal o plástico. Tu doctor lo colocará dentro de tu vagina. Después de que ha sido insertado, será gentilmente abierto para que tu doctor pueda ver tu vagina y tu cérvix (la entrada hacia tu útero). Si lo deseas, puedes preguntar a tu doctor por un espéculo para que puedas ver cómo se ve tu cérvix.
Después de revisar tu vagina y tu cérvix, tu doctor tomará una madera delgadita de forma alargada y un pequeño cepillo especial y gentilmente cepillará algunas de las células de tu cérvix. Esto se llama Prueba de Papanicolaou, que detecta cambios tempranos o precoces del cérvix antes de que se conviertan en cáncer. La mayoría de las niñas tiene pruebas de Papanicolaou normales.
- Si estás teniendo descarga vaginal, tu doctor tomará otra muestra para chequear por hongos y por otras causas de expulsión.
- Si estás teniendo relaciones sexuales, tu doctor tomará otra muestra del cérvix para revisar por enfermedades de transmisión sexual. Cuando todas estas muestras han sido tomadas, tu doctor cerrará el espéculo vaginal y lo retirará gentilmente.
El examen Bimanual
La última parte del examen pélvico es hecha para chequear tus órganos femeninos (tus tubos, ovarios y útero). Tu doctor se pondrá un guante e insertará uno o dos dedos en tu vagina. Con la otra mano, tu doctor aplicará gentilmente presión en la parte baja de tu abdomen. Puedes sentir una ligera incomodidad cuando él o ella presionan en ciertos lugares, pero no debe de doler. Si experimentas dolor, es importante que se lo hagas saber a tu doctor.
Algunas veces tu doctor realizará un examen rectal. Esto significa que insertará un dedo en tu ano (la apertura por donde los movimientos intestinales salen del cuerpo). Usualmente esto es realizado al final del examen bimanual. Al igual que otras partes del examen, si te relajas y tomas despacito varios respiraciones profundas, esto debe hacerte sentir cómoda.
¿Qué sucede cuando ya ha terminado el examen?
Cuando termina el examen, tu doctor contestará cualquier pregunta que tengas y te dirá cuándo debes hacer la próxima cita.
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Nota: Este artículo, en dos de sus secciones fue resultado de investigaciones de fuentes existentes en la literatura popular y en el Internet.
Damos nuestras gracias a quienes las publicaran para su uso pedagógico.
Dr. Félix E. F. Larocca
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