La ayuda psicológica permite al paciente aprender a resolver con más eficacia los problemas que les puedan surgir, así como a detectar y debatir posibles pensamientos negativos que entorpezcan su vida cotidiana.
Actualmente el tratamiento farmacológico es el factor más importante en el tratamiento de la depresión. Varios tipos de fármaco antidepresivos están disponibles: los triciclitos. Los inhibidores de la recaptacion selectiva de serotonina, los inhibidores de la monoaminooxidasa y los psicoestimulantes, pero deben tomarse de forma regular durante por los menos varias semanas antes de que empiecen a hacer efecto.
Las posibilidades de que un antidepresivo específico tenga éxito en el tratamiento de una persona son del 65 por ciento.
Otros tratamientos incluyen la psicoterapia y la terapia electroconvulsionante. Algunas veces se usa una combinación de estas terapias.
¿Cómo Debe Tratar la Familia y los Amigos al Deprimido?
No debe olvidarse que los que rodean a un deprimido también sufren. Generalmente no entienden lo que está pasando, ya que aparentemente no hay motivo para el estado del enfermo. Es esencial, la adopción de una actitud comprensiva y abierta, que permita que se desarrolle el diálogo y se pueda ir restableciendo la objetividad poco a poco; recordemos que el deprimido suele tener una especial sensibilidad para los aspectos tristes, siendo incapaz de ver los positivos. Es inútil pedirle a un deprimido que te explique lo que le pasa, no podrá hacerlo, no sabe lo que le pasa. Si se insiste en ello, lo único que se conseguirá, es convencerle más de que no se le entiende, y en algunos casos irritarle. Tampoco se debe pretender argumentarle que vea la realidad con objetividad, no podrá. Hay que entender que no está así por su gusto. Que no servirá de nada que le digamos que se anime o que se involucre en actividades. Lo que suponga un esfuerzo no está de su mano. Según la gravedad, hay cosas que no puede hacer, como divertirse, por mucho que otros se empeñen, ir a trabajar, viajar, leer, ver televisión, pescar, etc., suelen ser consejos que el deprimido no puede seguir. Lo mejor que pueden hacer las personas que se encuentren cerca de un deprimido, es transmitirle el sentimiento de que se les quiere y de que se tiene interés en ellos, sin agobiarles, y manteniendo una actitud de espera activa, convencidos de que saldrá de su situación. Simultáneamente a lo anterior, deben de tratar que el enfermo acepte la ayuda especializada de un psiquiatra o psicólogo.
El Suicidio en los Adolescentes
Los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una "solución." La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y se debe desarrollar un plan de tratamiento. Cuando los padres sospechan que el niño o el joven puede tener un problema serio, un examen psiquiátrico puede ser de gran ayuda. Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los padres deben de estar conscientes de las siguientes señales que pueden indicar que el adolescente está contemplando el suicidio. Los psiquiatras de niños y adolescentes recomiendan que si el joven presenta uno o más de estos síntomas, los padres tienen que hablar con su hijo sobre su preocupación y deben buscar ayuda profesional si los síntomas persisten.
· Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
· Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
· Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
· Uso de drogas o del alcohol.
· Abandono poco usual en su apariencia personal.
· Cambios pronunciados en su personalidad.
· Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
· Quejas frecuentes de dolores físicos tales como los dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
· Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
· Poca tolerancia de los elogios o los premios.
El adolescente que está contemplando el suicidio también puede:
· Quejarse de ser "malo" o de sentirse "abominable."
· Lanzar indirectas como: "no les seguiré siendo un problema", "nada me importa", "para qué molestarse" o "no te veré otra vez."
· Poner en orden sus asuntos; por ejemplo, regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc.
· Ponerse muy contento después de un período de depresión.
Si el niño o adolescente dice, "Yo me quiero matar" o "Yo me voy a suicidar", se debe tomar muy en serio y llevarlo a un psiquiatra de niños y adolescentes o a otro médico para que evalúe la situación. A la gente no le gusta hablar de la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de "ponerle ideas en la cabeza"; por el contrario, esto le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas. Con la ayuda de la familia y con tratamiento profesional, los niños y adolescentes con tendencias suicidas se pueden recuperar y regresar a un camino más saludable de desarrollo. Mencionan la diferencia de su ocurrencia en las depresiones reactivas moderadas, de nivel neurótico y las más profundas de categoría psicótica. Por supuesto, en estas últimas el riesgo es mucho mayor. En aquellos cuadros depresivos asociados a una manifiesta histeria, en pleno período de estado, hay anuncios e intentos suicidas. Pero, hay casi siempre "anuncios más o menos melodramáticos". El hecho suele producirse, efectivamente, ante un auditorio. Por lo general, no es serio, es decir, el recurso no es idóneo para lograr la muerte. No se arroja al vacío, ni se dispara un tiro, ni piensa en tirarse a las vías. Se elige el corte en el antebrazo (cortarse las venas), tomar fármacos comunes, etc. El objeto es llamar la atención, con alto contenido histriónico, y consecutivo a situaciones conflictivas explosivas. Es un intento "utilitario" en el sentido de conseguir algún objetivo en el entorno. En cambio los intentos suicidas del deprimido severo, son serios. Suele planearse, generalmente en cierto secreto y el cuidado que pone en su ejecución hace que casi siempre culmine en muerte. En su comienzo, el sujeto suele manifestar a quienes le rodean que "es mejor terminar con todo, así no se puede vivir, esto no tiene arreglo, es mejor desaparecer". Es decir explicita su idea autodestructiva. Pero hasta aquí hay ambivalencia: se piensa en el suicidio, pero se resiste a la idea. Sin embargo, el riesgo aumenta, cuando el individuo parece tranquilizarse. Como antes dijimos, cesa la ambivalencia, desaparece la disyuntiva y la lucha interior; generalmente la resolución ha sido tomada y ahora se elabora la ejecución del acto. Se puede expresar que la resolución suicida es, esencialmente un elemento de la esfera afectiva (en este caso con depresión). Por lo tanto, el nivel cultural del sujeto, las apelaciones a su alta capacidad de razonamiento, no tienen sentido. Tampoco debe confiarse, en absoluto, en que la psicoterapia, en esa situación, pueda brindar resultados y en todo caso, implica un riesgo tan alto que no puede ser asumido. La idea suicida no es un razonamiento, sino un sentimiento. Por ello el deprimido grave con alta tendencia suicida debe ser internado con la misma urgencia de un abdomen agudo. En caso de una situación álgida (riesgo de suicidio, ansiedad, componente psicótico, etc.) la psicoterapia profunda no tiene cabida. Más aún, se insiste en que la exploración del inconsciente y la psicoterapia introspectiva están contraindicadas formalmente. El análisis de motivaciones inconscientes puede producir en el paciente desasosiego y angustia al descubrir elementos negativos de su historia vital, agranda el cuadro. No es este el momento, en el cual, más adelante, ya mejorado el paciente, podrá ser considerado ese tratamiento. La aproximación psicoterápica, en ese momento álgido, debe ser de apoyo, y así debe continuar hasta cesado el cuadro. Se debe insistir en luchar contra las ideas de culpa, ruina, indignidad, pesimismo. Es preciso desvalorizar estos sentimientos, quitarles vigor, minimizándolos. Presentar su porvenir aceptable es imprescindible. Buena técnica es pedirle al paciente un plazo: que permita su tratamiento durante alrededor de 2 meses exponiéndole la seguridad de su curación. Aquí el médico debe ser seguro, asertivo, concluyente. El deprimido es escéptico respecto a su curación y señala su convicción de un destino ominoso, pero cierto es también que la seguridad, la tranquilidad y la palabra firme del médico y la autoridad que se desprende de él causan efecto. En el fondo él necesita ser consolado. También es importante explicar al paciente que tendrá molestias con la medicación; pero esto suele ser positivo, puesto que el individuo lo relaciona con la potencia de la droga, y la energía del tratamiento, lo cual asoma una esperanza. Se le debe decir, concretamente, que no tendrá deterioro al salir de su enfermedad, que ésta no afecta "al intelecto", sino a la afectividad. Debe insistirse, una y otra vez, en que la esperanza existe, que es razonable y segura, visto el tratamiento que habrá de hacerse y que él comprobará pronto cuan infundadas son sus ideas depresivas. Mientras más grave el cuadro, menos efectivo será este tratamiento psicoterápico y se puede llegar a casos en que nuestra las palabras "resbalan" en el paciente; si así ocurre, habrá llegado también el momento de la internación. Finalmente, por lo tanto, el tratamiento de elección en la depresión severa es:
1. Tratamiento farmacológico, cubriendo también la angustia y la ansiedad. No corresponde psicoterapia profunda en los momentos álgidos del .
2. Si el riesgo de suicidio es evidente, internación urgente y tratamiento de electroshock.
3. Si el tratamiento farmacológico (aún cambiando o combinando fármacos) se muestra ineficaz durante un lapso prudencial, efectuar electroshock (siempre en ambiente sanatorial).
4. Evaluar la posibilidad de psicoterapia posterior.
DATOS ESTADÍSTICOS
Los datos estadísticos acerca de las depresiones son importantes para ver el grado en que se presentan los diferentes tipos de depresiones en el mundo , las cuales llevan a pensar que son las mujeres las más propensas a sufrir enfermedades depresivas que los hombres, Breton (1998) encontró que en cada 3 pacientes hospitalizados a causa de algunos de estos trastornos, 2 son mujeres, la mayoría de ellas están casadas; esto induce a suponer que por el ritmo de vida que llevan estas son más susceptibles a las enfermedades depresivas;
existente en el hombre que es del 3.1 por ciento, mucho menos de la mitad y que por lo menos el 6 por ciento de las mujeres y el 3 por ciento de los hombres han experimentado un episodio de depresión grave suficiente como para requerir hospitalización.
A pesar de esto no hay que olvidar que el hombre también presenta episodios depresivos en su vida en algunas ocasiones debido a los factores sociales.
Se ha dicho en diversas investigaciones, que una posible razón de las presentaciones depresivas en el hombre podría ser debido al cambio de papeles que interpretan las mujeres, los hombres se sienten menos seguros de lo suyo porque antes él podía considerarse como el jefe de la familia y principal proveedor de la misma, y la creciente negativa de las mujeres a quedarse en casa en calidad de subordinadas ha puesto en cuestionamiento el papel del hombre en la familia.
En relación con estadísticas a nivel mundial se ha confirmado que la depresión se presenta en un 3 a 5 por ciento de la población mundial.
CONCLUSIONES
- La depresión es la sensación de sentirse triste, decaído emocionalmente, y perder interés en las cosas que antes disfrutaba hacer, ver, tocar y entre otras actividades que el hombre realiza para satisfacer una inquietud o necesidad.
- La depresión es una enfermedad que proviene de uno de los cuatro humores corporales (bilis negra)
- La mujeres están más propensas que los hombres a sufrir depresión
- Hoy en día existen una serie de fármacos bastante efectivos contra la depresión; por otra parte es muy necesario el tratamiento terapéutico para comprender lo que nos ocurre y poder así vivir la vida controlando las emociones.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.tuotromedico.com/temas/depresion.htm
http://www.stayinginshape.com/3chsbuffalo/libv_espanol/m01s.shtml
http://www.depresion.psicomag.com/
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/esp_imagepages/19300.htm
http://www.nimh.nih.gov/publicat/depression.cfm#ptdep2
Gabriela Roxana Ilczyszyn, Juan Carlos Gurí 1997-2002
Robert Berkow, M.D. "Manual Merck", de información medicina general. Ed. Océano Grupo Editorial, S.A.
DEDICATORIA
Este trabajo esta dedicado principalmente para aquellas personas que tienen un amigo o ser querido que sufra de depresión y también para aquellos que la tienen.
A todos mis compañeros que se esfuerzan cada día por ser grandes universitarios y a nuestra profesora Rosario Cárdenas que nos brinda su conocimiento y experiencia para poder culminar nuestra labor.
DATOS BIOGRÁFICOS DEL AUTOR
Oscar Eduardo Sovero Vargas
LUGAR DE NACIMIENTO: HOSPITAL EDGARDO REBAGLIATEGUI – JESÚS MARIA
LIMA – PERÚ
FECHA DE NACIMIENTO: 07/03/1989 EDAD: 18 AÑOS
ESTOMATOLOGÍA – CICLO: I – UNIVERSIDAD INCA GRACILAZO DE LA VEGA
PERÚ – LIMA – 10 DE JUNIO DEL 2007
"Año del Deber Ciudadano"
ASIGNATURA : METODOLOGÍA DEL TRABAJO UNIVERSITARIO
PROFESORA : ZARATE CARDENAS, Rosario
INTEGRANTES :
Lima – Perú
2007
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