- ¿Qué son los ejes transversales del currículum?
- Lineamientos metodológicos de los ejes transversales
- El método de proyectos y la transversalidad
- Principios básicos para transversalizar el currículo
- La interdisciplina como elemento de la transversalidad
- Bibliografía
Nuestra intención para el año en curso(2008) es hablar desde las diferentes aéreas lo social, natural y cultural. Enfatizando desde un valor, desde una temática cualquiera que apunte a mejorar la relación institucional desde los diferentes ejes.
Como inicio a la propuesta se desarrollo por primera vez la feria ambiental dejando positivos resultados y muy buena participación de la comunidad educativa. Articulando la propuesta viene la feria de la ciencia y el arte y la creatividad con animo de apoyar la feria de los servicios públicos, donde se utilizaría el uso de las tic
Con el parque explora avanza el desarrollo de 2 proyectos de investigación para articular con los estudiantes ante la invitación a participar con este propósito pedagógico.
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Con los docentes se les invito a cronica sobre sus proyectos para lanzar una revista desde su que hacer docente
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La Transversalidad es una herramienta que aproxima el currículo a la vida cotidiana, siendo construido en función social, con enfoques educativos para responder a problemáticas actuales y urgentes para resolver.
¿Qué son los Ejes Transversales del Currículum?
"Son temas determinados por situaciones problemáticas o socialmente relevantes, generadas por el modelo de desarrollo actual y del currículum educativo, en toda su complejidad conceptual y desde una perspectiva ética"
Los Ejes Transversales Surgen a raíz de los problemas sociales que afectan a un país, a una región o a una comunidad y tienen como propósito:
a) Construir y consolidar conocimientos que permitan analizar críticamente los aspectos de la sociedad que presenten un conflicto de valores.
b) Desarrollar capacidades en torno a un sistema de principios éticos que generen actitudes democráticas, respetuosas, responsables, participativas, activas y solidarias.
c) Desarrollar el pensamiento crítico en las personas
d) Generar actitudes de implicación personal en la búsqueda de alternativas más justas.
e) Potenciar la valoración de la perspectiva ética del ser humano.
f) Desarrollar un modelo de personas con calidad humana.
Características comunes de uso de Ejes Transversales
Son un medio para impulsar la relación entre escuela y entorno, ya que se abren a la vida y se empapan de la realidad social.
Tienen como finalidad mejorar las condiciones de vida.
Tienen una dimensión humanística que responde a demandas y problemáticas sociales relevantes.
Contribuyen al desarrollo integral de la persona, mediante el principio de acción reflexión.
Actúan en la educación en tres dimensiones: actitudinales, procedimentales y conceptuales, desde una perspectiva ética.
Los valores y actitudes que se plantean en cada tema, tienen una relación muy estrecha, todos se refieren a grandes valores universales como la justicia, la libertad, la solidaridad, la igualdad, la democracia.
Responden a una intencionalidad educativa y por tanto se han de planificar y evaluar.
Interaccionan entre ellos y con los otros aprendizajes.
Promueven visiones interdisciplinares, globales y complejas que permiten la comprensión de fenómenos difíciles de explicar desde la parcialidad disciplinar
Ayudan a tomar decisiones, a mejorar la autonomía personal y la capacidad de diálogo, potencian el razonamiento, la reflexión, el sentido crítico la empatía, la implicación y la responsabilidad.
Tienen como finalidad la construcción de un pensamiento social crítico mediante la reflexión y el cambio de actitudes y comportamientos.
Lineamientos Metodológicos de los Ejes Transversales
Contextualizar los contenidos y los objetivos de los programas de estudio.
Tratar los contenidos curriculares desde una perspectiva globalizadora.
Potenciar el conocimiento del medio natural y social, incorporarlo como recurso y propiciar que el proceso de enseñanza y aprendizaje incida en su mejora.
Incorporar las experiencias y conocimientos personales como fuente de aprendizajes.
Plantear situaciones en las que se relacione la realidad local con la mundial con la intención de que los estudiantes puedan pensar globalmente y actuar localmente.
Presentar situaciones problemáticas relevantes de la sociedad para interpretar y darles solución.
Proporcionar situaciones que desarrollen la reflexión y la participación en la construcción de la sociedad.
Promover valores y actitudes que propicien la convivencia.
Proporcionar situaciones que desarrollen la autonomía y la capacidad de utilizar diversidad de recursos que ofrece la sociedad.
Estrategias a Utilizar:
Estudio de casos y resolución de problemas
Simulaciones y dramatizaciones
Trabajos por proyectos y centros de interés
Trabajo en equipo
Servicio social
Juego de roles
Educación ambiental
Educación en población
Educación en comunicación
Educación para la Salud
Educación Preventiva Integral
Educación para la Igualdad de Oportunidades
Educación en Valores
Educación en Derechos Humanos
Educación del consumidor
La transversalidad no sólo señala aquellos contenidos educativos que se consideran necesarios, sino que se ocupa fundamentalmente del sentido y de la intención que mediante estos aprendizajes quieren conseguirse; se trata de una auténtica educación en valores, un modelo ético que debe ser promovido por toda la institución educativa y por el conjunto del currículo.
El carácter transversal afecta, pues, a las asignaturas, pero las desborda, refiriéndolas a objetivos y actividades más generales. En ellas los temas y problemas definidos requieren de la colaboración de las distintas disciplinas y deben tratarse complementaria y no paralelamente, pero, a su vez, la transversalidad impregna todos los planteamientos, organización y actividades del centro educativo.
No se trata sólo de, mediante la colaboración interdisciplinar de las distintas materias, llegar a conocer mejor cómo funciona el medio; la transversalidad apunta al desarrollo integral de la persona, asumiendo el sistema educativo una perspectiva ética y una visión del mundo solidaria y responsable respecto a él, una dimensión que dé sentido a estos conocimientos y permita entender y actuar en relación con su problemática.
En todo caso, este modelo o tratamiento transversal parece hoy compatible con la existencia de sistemas mixtos. En ellos, la voluntad de «impregnar» todo el currículo se combina con la presencia de alguna o algunas materias, obligatorias u optativas, de apoyo a la educación ambiental o al conocimiento del medio en todas o en alguna de las etapas.
EL MÉTODO DE PROYECTOS Y LA TRANSVERSALIDAD
Al carácter integrador de la educación ambiental conviene muy bien el trabajo sobre proyectos globalizados, que permiten a las distintas materias transitar por determinados problemas sin necesidad de recargar sus contenidos, sino de tratarlos de otro modo, de aplicar conocimientos y destrezas y de dirigirlos a la solución de problemas y a la acción. De ahí que en algunos países se les denomine incluso «proyectos de acción medioambientales», que analizan problemas reales y concretos del medio ambiente y buscan estrategias de acción y solución.
Se trata de una estrategia que puede incluso acentuar la transversalidad, haciendo girar el currículo en torno a estas y otras cuestiones, en vez de en torno a las asignaturas clásicas.
La transversalidad en el currículo: una estrategia de «inmersión»
¿Existen algunos presupuestos básicos, algunos denominadores comunes o determinadas orientaciones sobre la manera de «ambientalizar» un currículo en un modelo transversal?
La diversidad es una característica propiamente ambiental y cualquier estrategia que quisiese llevar este nombre no podría pretender proporcionar recetas. No obstante, parece que hay principios que convienen a la educación ambiental más que otros y que existen acciones que facilitan esos principios.
Y existen también distintos planos: el del currículo oficial y el de la acción pedagógica en la escuela. Nos referimos aquí al primero y a aquellas estrategias que permiten a unos diseñadores de currículo «ambientalizarlo».
Se trata, en primer lugar, de un planteamiento que debe ser global y afectar coherentemente a todo el sistema educativo, pero, en segundo lugar, de un planteamiento que no puede ser cerrado, que no puede acabarse en el currículo oficial, sino que debe permitir y aun propiciar la toma de decisiones de los restantes agentes educativos, centros educativos, profesorado, estudiantes y, quizá antes, de los distintos organismos oficiales. Los currículos deben ser el marco que permita y potencie sus actuaciones, no que las cierre o las determine completamente.
Pero, señalado esto, se trata de una estrategia denominada «de inmersión» y que pretende impregnar todo el diseño curricular de contenidos ambientales, entendidos estos como conceptos, como procedimientos y como actitudes y valores. Pero que también tiene en cuenta que, conforme nos indican hoy las más recientes teorías del aprendizaje, son muchos los factores que influyen en lo que aprenden estudiantes, que no todos dependen del currículo, que no siempre estos aprendizajes se producen en la escuela, sino fuera de ella.
De ahí el interés ya señalado en estudiar paralelamente los aspectos estructurales y de organización, de señalar la importancia del marco físico que corresponde a un currículo ambientalizado, de que la escuela sea un espacio ecológicamente viable, y de coordinar esfuerzos con instituciones y organismos externos a ella. El currículo es un instrumento más, si bien muy importante, a veces sobre todo por lo que tiene de instrumento de enganche para las restantes acciones.
«El carácter integral del currículo significa también que a él se incorporan elementos educativos básicos que han de integrarse en las distintas áreas y que la sociedad demanda, tales como la educación para la paz, para la salud, para la igualdad entre los sexos, educación ambiental, educación sexual, educación del consumidor y educación vial».
En ese momento y a diferencia de las actuaciones que, por razones coyunturales, son parciales, la presencia del medio ambiente será continua en los objetivos, contenidos y criterios de evaluación de todas las etapas, áreas y materias. Aunque su concreción final, en el aula, será diversa, dada la apertura o flexibilidad con que suelen presentarse estos currículos reformados.
Un diseño curricular que quiera «ambientalizarse» necesita establecer los fines de esa educación ambiental, definir su marco teórico, teniendo en cuenta sus necesidades, concretar este marco en objetivos, contenidos y métodos, todo ello considerando y partiendo del contexto en que se va a implantar, planificando estrategias y fases para esa implantación y acordando sistemas de evaluación.
PRINCIPIOS BÁSICOS PARA TRANSVERSALIZAR EL CURRÍCULO
Pero esta inclusión, si no obedece a algún planteamiento teórico previo, puede consistir simplemente en un «esparcir» datos y conocimientos ambientales por las distintas asignaturas, lo que, en ese caso, acaba centrándose en aquellas en que el medio tiene una presencia más evidente: las materias de Ciencias Naturales y de Geografía. Sin embargo, se ha visto más arriba que la educación ambiental tiene unos principios que le son propios y que un currículo que se quiera como ambiental deberá recoger en menor o mayor manera.
De ahí la importancia de los presupuestos en que se base el currículo, ya que, de este modo, facilitarán o harán inviable la integración. En este sentido, y sin descender al detalle técnico o formal de las distintas teorías curriculares, sí parece que determinados presupuestos educativos resultan convenientes para la educación ambiental.
Se trata, en general, de un currículo abierto o, al menos, flexible, que permita proyectos adaptados al entorno educativo. El grado de apertura variará, según las realidades y posibilidades de cada país, pero, evidentemente, un currículo cerrado y fuertemente prescriptivo difícilmente podrá cumplir la necesidad de la educación ambiental de dar respuesta a los problemas del entorno. Otras características y principios de fondo lo acompañan.
Entre ellos figuran, en primer lugar, la comprensión de la enseñanza como cambio, que busca modificar los esquemas de conocimiento, conociendo el punto de partida y construyendo a partir de lo ya edificado; una enseñanza que requiere, por tanto, partir del nivel de desarrollo de estudiantes y construir aprendizajes significativos, primando la comprensión sobre el aprendizaje mecánico y potenciando el aprendizaje autónomo, mediante una intensa actividad mental (que no activismo).
Se trata, asimismo, de la concepción social del aprendizaje, que aleja la enseñanza de una esclerotizada concepción academicista, que se interesa por los problemas sociales, se preocupa por las situaciones próximas a los intereses y las realidades ambientales de estudiantes, que practica una metodología problemática dirigida a la toma de decisiones y a la acción.
Es también una enseñanza fuertemente interesada por las actitudes y los valores y por los cambios en los comportamientos sociales. Los contenidos siguen interesándose, desde luego, por los conceptos y por los procedimientos de trabajo -el «saber» y el «saber hacer»-, pero no olvidan nunca las actitudes y los comportamientos, los aspectos del «saber ser» y «saber convivir».
Asimismo, es una enseñanza orientada a la interdisciplinariedad y a enfatizar la importancia de las interrelaciones y del carácter sistémico de la realidad. Y esta orientación deberá traducirse tanto en el carácter holístico del propio currículo, que no se diseñará «a retazos», cuanto en los isomorfismos de las asignaturas o la potenciación, en lo metodológico, del trabajo en grupo, que propicie la interacción como sistema de aprendizaje.
Se trata también de acentuar la concepción de la enseñanza como proceso, lo que lleva a cambiar, entre otros, el concepto de la evaluación, que de calificación pasa a verdadera evaluación, y de sólo sumativa pasa a formativa y procesual, convirtiéndose en un elemento inseparable del resto del proceso educativo y no en su culminación o sanción.
En este contexto, el papel del profesorado y del estudiantado es entendido de manera diferente. Puesto que el saber no se presenta tampoco como algo cerrado, sino como algo «en construcción», resulta posible al estudiante participar en él, reconstruirlo en vez de simplemente absorberlo, y al profesor dirigir este proceso, en lugar de limitarse a transmitirlo. Los cambios de rol y de actividad son importantes.
Desde luego se trata de un nuevo modo de entender el proceso de enseñanza y aprendizaje, que responde a un cierto consenso emergente sobre cómo se accede al conocimiento, que, a veces, se ha llamado constructivismo y que siempre que no lo entendamos como una teoría cerrada o como una fórmula magistral, proporcionará interesantes pautas para una educación ambiental adecuada.
Se trata, pues, de disponer de un marco general, de una serie de grandes principios educativos o conjunto de valores y principios que descienden en cadena desde la Constitución a la Ley orgánica y al currículo.
LA INTERDISCIPLINA COMO ELEMENTO DE LA TRANSVERSALIDAD
Transversalizar el currículo con lo ambiental implica tener una visión sistémica, integral e integradora del ambiente, lo cual es menos difícil si se cuenta con la ayuda de diferentes disciplinas que construyan conjunta y permanentemente las alternativas de soluciones a los problemas que se tengan en la comunidad educativa, en un verdadero diálogo de saberes y de ignorancias. La complejidad natural del ambiente exige que sea abordado a la luz de la interdisciplinariedad, desafío de la articulación de los saberes, pero sin caer en la confusión respecto a las nociones de multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad.
Motta (1999)[1] presenta un sencillo análisis y diferenciación de estos términos partiendo de su etimología. Advierte que mientras los prefijos "pluri" y "multi" se refieren a cantidades (varios, muchos), los prefijos "inter" y "trans", aluden a relaciones recíprocas, actividades de cooperación, interdependencia, intercambio e interpenetración. De esta manera podemos comprender que las referencias a actividades inter y transdisciplinarias sugieren que son dinámicas interactivas que tienen por consecuencia una transformación recíproca de las disciplinas relacionadas en un campo/sujeto/objeto/contexto determinado.[2]
Sin embargo este análisis no basta para disipar confusiones, malos entendidos y falsas expectativas. Es muy común confundir el trabajo multidisciplinario con una actividad interdisciplinaria, cuando en realidad se trata de una relativa comunicación o intercambio entre profesionales de diversas áreas; así como también se observa con frecuencia la confusión entre actividades interdisciplinarias con organización pluridisciplinaria, que en la mayoría de los casos es una yuxtaposición de disciplinas y actividades.
Pero para Rolando García[3]la búsqueda de condiciones para el trabajo interdisciplinario no consiste ni en arremeter contra el especialista, ni ubicar la problemática en la cuestión de la interacción entre las interdisciplinas. El punto de partida para la resolución de los problemas concernientes a la construcción de estudios interdisciplinarios consiste no en tomar como punto de partida las interrelaciones entre las disciplinas, sino partir del análisis de las interrelaciones entre los fenómenos y los procesos que son objeto de estudio.
Por otro lado muchas veces se utilizan "interdisciplina" y "transdisciplina" como sinónimos, si bien es un error es posible advertir que este puede surgir del hecho de que el término "transdisciplinariedad" es de origen reciente y está sujeto a un debate, que como tal, produce una cierta ambigüedad en su significación y aplicación, a lo que se suma el problema de que este término sugiere relaciones de transformación que exceden el propio campo científico y a su vez, ponen en cuestión su organización y autonomía.
Según Basarab Nicolescu la transdisciplinariedad es radicalmente distinta de la pluridisciplinariedad y de la interdisciplinariedad. La pluridisciplinariedad concierne al estudio de un objeto de una disciplina por varias disciplinas a la vez. Por ejemplo, una especie vegetal puede ser estudiada por la perspectiva de la cultura, y sumar las perspectivas de la evolución, la química, la ecología y la fisiología. En este caso el conocimiento de un objeto de estudio perteneciente a una disciplina es profundizado por el aporte pluridisciplinario de las demás. Así el análisis pluridisciplinario desborda a las disciplinas, pero su finalidad está inscrita en el marco de los objetivos de una disciplina específica.
La interdisciplinariedad tiene por objetivo transferir métodos de una disciplina a otra, por ejemplo, los métodos de la física nuclear transferidos a la medicina conducen a la aparición de nuevos tratamientos contra el cáncer. La transferencia de los métodos matemáticos al estudio de los fenómenos meteorológicos engendra una nueva disciplina, la Teoría del Caos. En este sentido según Nicolescu la interdisciplina también desborda a las disciplinas e incluso contribuye al nacimiento de nuevas disciplinas, pero sigue inscribiéndose dentro de los marcos y los objetivos de la investigación disciplinaria[4]
La transdisciplinariedad en cambio, dice Nicolescu, tiene por finalidad la comprensión del mundo presente desde el imperativo de la unidad del conocimiento. Su interés es la dinámica de la acción inscrita en distintos niveles de realidad, y se apoya en la existencia y percepción de distintos niveles de realidad, en la aparición de nuevas lógicas y en la emergencia de la complejidad. Por esta razón la transdisciplinariedad surge en forma relacionada con el desarrollo de la física cuántica y los interrogantes elaborados por Niels Bohr sobre la unidad del conocimiento. En especial los trabajos de Bohr vinculados con conceptos como "no-divisibilidad", "correspondencia" y "complementariedad", en donde existe una posible vía para comprender las relaciones entre aspectos contradictorios y en donde juega un papel importante el problema de la articulación entre distintos niveles de realidad.[5]
En síntesis, la transdisciplinariedad para Nicolescu es una actitud. Esta actitud implica un cambio espiritual equivalente a una conversión del alma. El poeta argentino Roberto Juarroz señala que el acceso a la actitud transdisciplinaria implica alcanzar un lenguaje mediante una triple ruptura: la primera es con la escala convencional de lo real, que significa romper con la creencia de que la totalidad se limita a la realidad sensible que vemos y percibimos con nuestros sentidos; la segunda es con el lenguaje estereotipado, repetitivo y vulgar que nos inscribe en su limitada perspectiva, porque es el lenguaje de la comodidad; y la tercera ruptura consiste en que no se puede acceder a un nivel de lenguaje transdisciplinario sin romper con un modo de vida esclerotizado y convencional.
La emergencia de proyectos y propuestas transdisciplinares, junto a la maduración de las disciplinas, y a los esfuerzos inter y multi-disciplinarios, mostrarían la existencia de diferentes niveles de realidad regidos por diferentes lógicas. Es la percepción de que toda tentativa de reducir la realidad a un solo nivel, regida por una única lógica, no sólo cierra las probabilidades del aumento del saber y de los conocimientos, sino que también es la fuente de la incomprensión y la violencia.
Por último la búsqueda de una actitud inter y transdisciplinaria debe resistirse a ser tratada desde y como una disciplina, así como tampoco debe ser interpretada como una nueva religión, una nueva filosofía o una ciencia de las ciencias.
GONZÁÑEZ MUÑOZ, María del Carmen. Monografía: Educación Ambiental: Teoría y Práctica. En: Revista Iberoamericana de Educación. N°11.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, EL SALVADOR. Portal Educativo "EDURED". Ejes Transversales. www.edured.gov.sv
MORIN, Edgar. Los Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro. Editorial Piados. Barcelona, 2001
Autor:
Astrid Elena Cano Zapata
Dilberto Rodas Cardona
Enviado por:
Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
"NO A LA CULTURA DEL SECRETO, SI A LA LIBERTAD DE INFORMACION"?
Santiago de los Caballeros,
República Dominicana,
2015.
"DIOS, JUAN PABLO DUARTE Y JUAN BOSCH – POR SIEMPRE"?
[1] MOTTA, Ra?l D., 1999. Complejidad, Educaci?n y Transdisciplinariedad. ?Es posible planificar y reflexionar sobre contenidos transversales en educaci?n sin una aproximaci?n transdisciplinaria sobre la complejidad de lo real en un contexto de mutaci?n planetaria?. Ciudad de Buenos Aires.
[2] Para Edgar Morin la categor?a ?disciplina? tiene una funci?n organizacional en el seno del conocimiento cient?fico. Las disciplinas se instituyen mediante la demarcaci?n, divisi?n y especializaci?n del trabajo, y desde all? responden a los distintos dominios predeterminados por el paradigma dominante. Las disciplinas tienden naturalmente a la autonom?a, que ejercen mediante la delimitaci?n de sus fronteras, de la lengua que ellas constituyen, de las teor?as que les son propias y de las t?cnicas que elaboran y utilizan en sus investigaciones. Las disciplinas tienen una historia, es decir nacen, se institucionalizan, evolucionan, se dispersan, etc. Esta historia se inscribe en la historia m?s amplia de las universidades, es por ello que las disciplinas tambi?n son el producto de la organizaci?n de las universidades en el Siglo XIX. A su vez la historia de las universidades se halla inscrita en la historia de las sociedades, por lo tanto una disciplina es el producto de la convergencia de procesos ex?genos (cambios sociales y transformaciones socio-organizacionales) y end?genos (reflexi?n interna sobre la generaci?n de sus propios conocimientos y, sobre la elaboraci?n y el perfeccionamiento de sus m?todos de investigaci?n). Por todo lo dicho anteriormente, Edgar Morin afirma que ninguna disciplina puede exclusivamente desde su interior conocer todos los problemas referentes a su propio despliegue y conformaci?n. Cfr. Morin Edgar ?Sobre la Interdisciplinariedad?, Revista ?Complejidad?, A?o 1, Nro. 0, Junio-Agosto, 1995. Citado por Motta (1999)
[3] GARC?A, Rolando, ?La investigaci?n interdisciplinaria de sistemas complejos?. Serie Materiales, UBA-CEA, M?xico, Bs. As., 1/91. Citado por Motta (1999)
[4] Existen, para muchos investigadores, distintos programas de interdisciplinariedad que dependen de la formulaci?n del objeto de estudio, del marco conceptual o bagaje te?rico desde cuya perspectiva la investigaci?n analizar? lo real y, sobre todo, del prisma disciplinar que portan los actores del programa.
[5] Nicolescu define por realidad, aquello que Maine de Biran entend?a, la realidad es lo que se resiste a nuestras experiencias, representaciones, descripciones, im?genes y formalizaciones matem?ticas. La f?sica cu?ntica muestra que la abstracci?n no es un simple intermediario entre nosotros y la naturaleza, o una herramienta para describir la realidad, sino que es parte constitutiva de la naturaleza. La realidad no es para Nicolescu, solamente una construcci?n social, el producto de un consenso social y un acuerdo intersubjetivo, sino que tambi?n tiene una dimensi?n ?trans-subjetiva?. Seg?n Basarab Nicolescu no debemos confundir ?niveles de realidad? con ?niveles de organizaci?n?: Los ?niveles de organizaci?n? corresponden a estructuraciones diferentes de las mismas leyes fundamentales. Puede existir una pluralidad de niveles de organizaci?n en un mismo nivel de realidad. Hay ?niveles de realidad? cuando al pasar de un nivel a otro existe una ruptura en las leyes y conceptos fundamentales como por ejemplo la causalidad. Cfr: NICOLESCU, Basarab, ?Physique quantique et niveaux de R?alit??, en La Transdisciplinarit?. Ed. Du Rocher, M?naco, 1996. Citado por Motta (1999)