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La recuperación macroeconómica y el efecto del chorreo (página 2)


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¿Otro cuento? Bien podrían argüir los gobiernistas que esos episodios no eran sostenibles. En efecto, para llegar a esa conclusión, haciendo un ejercicio de tinterillada económica, tendríamos que fundamentar que todos esos trienios de alto crecimiento fueron consecuencia de insostenibles políticas "populistas". Desafortunadamente, por más acrobacias estadísticas que hagamos, no hay forma de argüir que solo el gobierno de Prado fue más exitoso que el actual en términos de crecimiento.

De manera que, gracias a algún alquimista palaciego, el trienio reciente se ha convertido en una realidad paradisíaca, prácticamente inédita en todo el periodo de posguerra. Y lo dicen sin vergüenza, sin memoria histórica. La seguidilla de mentirillas sigue en varios otros aspectos del Mensaje, como el que denunciara el gremio magisterial en torno al porcentaje en que habrían aumentado sus remuneraciones (Expreso, julio 30).

Pero, yendo ya a las frases que desataron la descarnada controversia, el Dr. Toledo continúa señalando que "según cifras del INEI, la pobreza se ha reducido de 54,53 por ciento a 52 por ciento; la pobreza rural de 78 a 73 por ciento y la pobreza urbana de 43 a 40 por ciento. Estas cifras significan que 420 mil personas han salido de la pobreza. Lo dice el INEI y lo digo con humildad sin ningún triunfalismo porque sé que nos queda largo trecho por recorrer".

Para quien escuchó el Mensaje, no le queda claro de cuándo a cuándo se redujo la pobreza en esa sorprendente magnitud. Consultando el documento que Matuk envió a Presidencia, sabemos que se refirió al cuarto trimestre del 2001 como punto de partida, el que compara con el promedio de la encuesta anual que va de mayo 2003 a abril 2004.

Algunas sorpresas mayores se desprenden de la comparación de los datos del memorando que elaboró Matuk y los que usó -o deliberadamente dejó de presentar- el Presidente, a saber (véase la Tabla I, adjunta que sintetiza los principales datos de ambos documentos):

  • En primer lugar, el Presidente obvió un dato muy importante que le facilitó el jefe del INEI: que la pobreza en la Capital –donde habita casi un 30% de la población– aumentó de 31,9 a 34,7% (lo que significa que la pobreza se habría incrementado en unas 310.000 personas en Lima). Es decir, solo usó los datos porcentuales que implicaban una reducción de la pobreza relativa.
  • Segundo: incorporó un importante guarismo que no figura en el informe de Matuk, el referido a la pobreza urbana, que cayó de 43% (cuando las estadísticas oficiales dan 42%) a 40%, gracias a lo cual esa pobreza cayó en 3 puntos porcentuales (un punto más). Habría que ver quién le endilgó estas cifras.
  • Tercero: cuando el Presidente habla de los porcentajes de pobreza rural se toma la libertad –concedida- de redondear la cifra hacia abajo en 0,4 y en 0,6 puntos porcentuales. Cocina palaciega menor, por cierto.
  • Cuarto: el Mensaje consigna equivocadamente el dato de la pobreza nacional en 0,3 puntos porcentuales menos que el dato oficial, lo que claramente es un error de tipeo, ya que le habría convenido el dato levemente superior de 54,8%.

  • Quinto: El asunto más grave surge de la cifra absoluta que menciona el presidente, cuando afirma que, lo repetimos, "(…) 420.000 personas han salido de la pobreza. Lo dice el INEI y lo digo con humildad, sin ningún triunfalismo (…)". Pero, sorprendentemente ese monto no figura en el memo de Matuk. Entonces, ahora sí estamos ante una cirugía mayor de Palacio. ¿Cómo y de dónde puede haber salido esa operación?

Mi olla particular me dice que el número de pobres disminuyó en algo más de 325.000 personas durante el periodo en cuestión, adoptando un cálculo muy elemental y cuestionable: multiplicando el porcentaje de pobres por la población total para cada uno de los periodos en cuestión (ver Tabla II). Este es un aproximado a la cifra que pudo haberse anunciado.

Las situación cambia, sin embargo, si comparamos los datos del último periodo anual (mayo2003/abril2004) con el trimestre IV-2002, en cuyo caso los pobres disminuyeron en algo más de 411.000 personas, lo que se condice mucho mejor con la cifra presidencial (en ese caso, la diferencia de 9.000 podría deberse a datos levemente distintos de la población total). Probablemente esto es lo que se hizo a la hora de presentar los datos, que ciertamente no fueron hervidos por Matuk, como él lo ha señalado reiteradamente (y se puede comprobar fácilmente con una lectura de su breve memorando). Cuando los asesores del presidente han podido hacerle decir que –respecto al último trimestre del 2002- la pobreza efectivamente disminuyó en esa cifra.

Obviamente que, en todo esto el punto crucial está en la cifra del 52% de pobres, ofrecida por Matuk. Personalmente creo que ese es el dato más sospechoso, ya que es parte del 54,7% del cuarto trimestre del 2003. Por simple regla de tres, si en el cuarto trimestre de 2003 la pobreza fue de casi 55% y el promedio de todo el año (mayo2003/abril2004) fue de casi 3 puntos porcentuales menor, eso quiere decir que entre mayo y setiembre 2003 y entre enero y abril 2004 la pobreza tuvo que estar bastante por debajo del 52% y, más exactamente, se habría tendido a ubicar ¡en 51,1%! (si estuviese normalmente distribuida). De donde, se desprendería que la pobreza en el Perú es extremamente estacional. Y eso es precisamente lo que niega Matuk.

Y estas cifras (tanto la del célebre 52%, como sus principales desagregados), que son las más importantes (los de ese año chueco que va de mayo2003/abril2004), no las hemos visto publicadas y ya deberían estar en la web del INEI, dado que tanto se habla de transparencia. Sobre todo que, si estos datos públicos ya los ha recibido el Presidente, ¿por qué no se nos dan a conocer a todos? Esperemos que en los próximos días se cuelguen las cifras pertinentes, antes que se las condimente demasiado.

2.-EL DEBATE ENTRE LOS TÉCNICOS

A.-Primer Actor: Javier Herrera

La tormenta se desató al día siguiente del Mensaje, a raíz de una denuncia muy grave de Javier Herrera (Correo, julio 29-30), economista franco-peruano de alto nivel del Institut de Recherche pour le Dévelopment (IRD-DIAL). Trabajó en el INEI desde el año 2001 para realizar una serie de estudios vitales, uno de los cuales es precisamente la base de resultados en que se sustenta el debate ("La pobreza en el Perú – 2003", que se reproduce en este número de AE: ver sección Datos y Notas). En su calificada opinión, considerando que era su deber moral (siendo él quien construyó los datos y es el experto No. 1 en la materia, por lo menos en el Perú), señaló que:

"Si comparamos la incidencia de pobreza del cuarto trimestre del 2002 con la del cuarto trimestre del 2003, constatamos que la tasa de pobreza pasa de 54,3% a 54,7%, es decir la pobreza se incrementó en lugar de disminuir (aunque esta variación no es significativa en términos estadísticos). Dada la evolución demográfica, esto significa que el número de pobres se incrementó en el último año en más de 190.000 personas. Afirmar lo contrario revela incompetencia técnica o bien tentativa de manipulación de los indicadores sociales con la finalidad de embellecer un balance político".

En una entrevista abundó sobre el tema, señalando que:

"No hubo ninguna disminución de la pobreza total entre el 2002 y el 2003. Al contrario, esta aumentó de 54,3% a 54,7%. El Presidente hizo una lectura malintencionada de las cifras" (nuestras cursivas).

Los argumentos para descalificar la conclusión oficial –de acuerdo a la cual el número de pobres habría disminuido en 420.000- serían los siguientes, de los comentarios generales que al respecto se publicaran en estos días en los diarios: Comparó maliciosamente los últimos tres meses del año 2002, en que la pobreza era del 54,3%, con los datos de todo un año (que va de abril de 2003 a mayo 2004), en que la pobreza era de 52%; de donde resultó que la pobreza había caído en 2,3 puntos porcentuales; y no se podrían equiparar datos de periodos no equivalentes y, mucho menos, entre dos lapsos en que se hicieron cálculos en base a métodos y marcos muestrales muy diferentes.

Por lo que, en opinión de Herrera, lo que se debió hacer es comparar los mismos trimestres de un año con los de otro (u otros). Si se hace esto, según los datos del INEI, comparando el último trimestre del 2003 con el mismo del 2002, resulta que la pobreza aumentó de 54,3% a 54,7% a nivel nacional. Esto tendría que haber llevado a la conclusión de que ¡la pobreza no disminuyó en 420.000 personas, sino que aumentó en 190.000! Es decir, a nivel nacional, la pobreza habría aumentado en 1,3% de la población.

Sin embargo, de acuerdo a nuestros cálculos, Herrera se quedó bastante corto, ya que para el periodo que él considera, la pobreza habría aumentado –lo repetimos- en la asombrosa cifra de 325 miles de personas entre el cuarto trimestre del 2002 y el mismo del 2003 (Véase la quinta columna de la tercera fila de la Tabla II). Por supuesto que este resultado no es en absoluto conveniente divulgarlo y, menos, en un Mensaje Presidencial.

De cualquier forma, lo que está detrás de este debate sigue siendo el tema de la estacionalidad o no de las cifras de pobreza. Pero, aparentemente, aún tendremos que esperar unos meses y que seguramente se extenderán por unos años –por lo menos para cuando tengamos la serie completa de un año más- para poder determinar si la pobreza es estructural (como parecería serlo, a ojo de buen cubero) o si es estacional (¡que va a tener que serlo para que le cuadren las cifras al INEI!).

B.-Segundo Actor: Farid Matuk

En la opinión del jefe del INEI, las cifras de disminución porcentual de la pobreza señalados por el presidente son correctas. Es decir, sería cierto que la elevadísima tasa de pobreza del último trimestre 2002 se redujo levemente a la también elevadísima tasa de los últimos doce meses para los que se dispone de datos (abril 2003/mayo 2004).

De otra parte, el método utilizado para optar por el periodo escogido – comparación entre el año abril 2003/mayo 2004 y el último trimestre 2002- es correcto y en él efectivamente bajó el porcentaje de pobres. Ese método y los datos serían correctos, porque la pobreza no es estacional, según Matuk. Eso es lo que permitiría comparar periodos diversos entre sí, ya que –independientemente del número o ubicación del trimestre en cuestión- la pobreza no se modificaría en el corto plazo.

En su defensa, el jefe del INEI, ha señalado lo siguiente para rebatir a sus críticos.

En primer lugar, nos ha dicho –lo que es fácilmente comprobable leyendo su memorando que la cifra absoluta de los 420.000 pobres menos, aparentemente observada en lo que va del presente régimen, no fue entregada por su institución a la Presidencia, como ya lo hemos dicho. De donde se deduce que fue cocinada alegremente en Palacio.

A pesar de lo antedicho, Matuk sí considera que la pobreza absoluta (el número de pobres) ha aumentado, porque la disminución de la pobreza (en puntos porcentuales) ha sido menor al aumento poblacional que se materializó en ese periodo. De manera que el mismo jefe del INEI contradice lo afirmado por el Presidente el 28 de julio. Sin embargo, no sé cómo puede comparar un aumento porcentual (el de población en 3%) con una disminución en puntos porcentuales (el de la pobreza en -2,7 puntos porcentuales) para "demostrar" que ha aumentado la pobreza.

Si hubiera hecho el cálculo se habría percatado que los pobres caen, no suben. Pero no planteó cifras sobre el aumento del monto absoluto de pobres, precisamente porque habrían poderosas razones técnicas que impiden darlas, a lo que añadió que "es materialmente imposible para cualquier país del Tercer Mundo saber cuántos pobres tiene" (Perú.21; agosto 3, p. 11).

Y es justamente en torno a este aspecto técnico que surge una de las cuestiones fundamentales del debate: ¿es posible comparar la pobreza promedio de un determinado trimestre (en este caso: IV-2002) con los promedios de un año? Para responder a esta pregunta, según Farid Matuk, él convocó a una reunión en sus oficinas el miércoles 14 de julio. Asistieron varios expertos de alto nivel en la materia, para discutir –entre otros temas técnicos- si la pobreza era "estructural" o "estacional". Según Matuk, en declaraciones posteriores, en esta reunión se habría llegado a la conclusión de que la pobreza sería estructural, por lo que sería perfectamente válido –lo que se podría poner en duda por otros motivos metodológicos- comparar un promedio anual con un promedio trimestral.

A nuestro entender, es este último punto el meollo del asunto. Uno de los problemas del debate derivó del muy mal tratado tema por el muy maltratado Matuk, quien –en su afán por hacerse entender- dio el poco afortunado ejemplo del heladero (y el del mototaxista).

Según él, sería pobre durante todo el año, aunque le pueda ir algo mejor en el verano (aunque solo venda raspadilla). Los que compramos helados sabemos que en el verano gana su buena platita todo vendedor del dulce refrescante durante el primer trimestre de cada año, o en todo caso gana más –por no decir, bastante más- que los 214 soles mensuales o ingiere alimentos por más de las 2.000 calorías diarias, que son necesarios para sobrepasar la "línea de la pobreza’. Pero ese es un mal ejemplo. En la práctica podría explicarse la temporalidad por la Ley del Oso, de acuerdo a la cual durante el verano se embute alimento (una buena tonelada de salmones) hasta no dar más y sobrevive todo el invierno con la grasa acumulada. Queda por ver si esa Ley o alguna otra pueden sustentar la hipótesis de la temporalidad.

Al margen de minucias, que no hacen al caso, como que la reunión no se realizó en el INEI y que fue convocada por otras personas, lo fundamental es que dijo que entre tales expertos hubo consenso –lo que coincidía con su opinión- respecto al hecho de que la pobreza no era estacional, sino estructural. Con lo que pudo salir confiado y alegre de la reunión, ya que se había confirmado su hipótesis respecto a la validez de la comparación que había hecho entre los datos de un trimestre (el cuarto del 2001) con las de un año (mayo2003/abril2002), por lo que entregó confiadamente (sic) sus porcentajes al Presidente a través de su estreñido memorando.

Finalmente, en defensa de Matuk, si él habría querido engañar y presentar cifras alentadoras, se habría concentrado en las cifras oficiales referidas a la impresionante reducción de la "pobreza extrema" en algunas regiones del país. Pero en su memorando al Presidente señala, muy claramente, que "respecto a la pobreza extrema, el Instituto ha recomendado abandonar su uso, ya que a modo de ejemplo, en 2001 la pobreza extrema en provincia rural era 51,3%, y en la Capital de la República era 2,3% es decir un ratio de 25 a 1, pero el déficit calórico para la misma fecha era en provincia rural de 46,6% y en la Capital de la República era 18,7% es decir un ratio de 3 a 1. Esta falta de coherencia indica que la pobreza extrema es un indicador erróneo de la carencia de alimentación".

Según las cifras oficiales la pobreza extrema –a nivel nacional- cayó de 24,4% (2001-IV) a 21,6% (2003-IV) y, en las zonas rurales, de 51,3% a 45,7% (los datos para la selva rural: ¡de 43,7% a 25,4%!).

C.-Los anti-Matuk: Cuatrocientos veinte

Desafortunadamente para Matuk, los técnicos mencionados no confirmaron la hipótesis de la "estructuralidad" de la pobreza postulada por él. Por lo que se indignaron –con mucha razón- por haberlos citado públicamente en ese sentido y para que él pudiera justificar la "validez técnica" de la presentación de sus datos.

Por añadidura, al siempre tan atildado, serio y caballeroso Dr. Richard Webb, sorprendentemente lo sacaron de sus casillas, lo que nunca habíamos visto. Sus indignadas declaraciones pueden sintetizarse a lo siguiente (si podemos confiar en lo que escriben los diarios), en lo que –dicho sea de paso- coincide la gran mayoría de técnicos que han opinado sobre el tema:

a. En relación a las cifras, tomadas de un trimestre y de un año, ha dicho que "esa forma de comparar las cifras no es creíble. O se hicieron con una falta de conocimiento técnico o con una mala intención. Eso es verdaderamente preocupante, porque el INEI también publica las cifras del PBI, población y costo de vida"; y

b. "Según los estudios que vengo realizando, hay evidencia de que los ingresos de las personas –cuyo aumento permite salir de la pobreza- no han mejorado y, por lo tanto, la pobreza se mantendría en niveles similares", que es sin duda la conclusión más realista que se colige de todo el debate.

En efecto, dados los márgenes de error (de +/- 2 o 3%), lo que la mayoría ha concluido de toda esta discusión es sencillamente que la pobreza se ha mantenido constante a nivel nacional durante el presente gobierno, a pesar de las relativamente importantes modificaciones –para bien o para mal- a los diversos niveles detectados en los ámbitos regionales o urbano/rurales.

D.-Los anti-Herrera: cuatro gatos en uno

Contra Herrera, dada su conocida trayectoria, solo se lanzaron un médico, un congresista, un político ex Presidente de PP y un ex Premier, representados todos por el solitario Dr. (en medicina) Luis Solari. El fiero político, popularmente conocido porque el año pasado, en vez de decir que recién se había cumplido el 1% de las metas del Plan de Gobierno de Perú Posible, dijo que se había alcanzado el 99%, salió en defensa de Matuk. Se despachó alegremente contra el Dr. (en economía) Javier Herrera, calificándolo de técnico "desactualizado"9, sin disponer de la información necesaria para hacerlo, con frases calumniosas y falsas que ya no deben sorprender a nadie (ver: Correo, julio 30):

"El que ha declarado eso (J.S.: se refiere al aumento absoluto de pobres) no es funcionario del INEI. Si usted lee con cuidado (sic) lo que ha sido publicado con la información proporcionada por este señor (Herrera), se está comparando el 4to trimestre del 2001 (J.S.: debió decir 2002) con el 4to trimestre del 2003. Es decir, se está utilizando un dato que es irreal", expresó. En ese sentido, explicó que la última encuesta de pobreza comprende el período correspondiente a mayo del 2003 hasta abril del 2004, por lo que, aseguró, Herrera está desactualizado. A lo que añadió algo increíble: que "el 4to trimestre del año pasado, al que hace referencia este señor, no existe en el país". Borró de un sopetón, sin haberlas visto, las cifras publicadas por el INEI sobre ese trimestre10.

Sería interesante, entonces, dada la supuesta falta de seriedad de Herrera, que el Doctor nos ilustre qué alta autoridad gubernamental lo contrató y los motivos por los que se lo hizo, siendo tan ignorante el experto, comprometiendo así irresponsablemente los escasos recursos del Estado, aunque gran parte del financiamiento haya venido del gobierno galo, me supongo.

4.-CONSECUENCIAS INMEDIATAS

Aunque hay quienes han afirmado que con este debate los que han participado en él se han ahogado en una copita de pisco, el asunto es de la mayor trascendencia para el país.

Nombremos algunas de sus consecuencias, que seguramente no son moco de canario.

En primer lugar, Javier Herrera fue inmediatamente acusado por un funcionario del

gobierno francés por cometer una grave "falta administrativa" o algo parecido, ya que un experto foráneo no puede inmiscuirse en la política interna de un país y, mucho menos, dar a conocer datos públicos que no deben ser públicos. Y, seguramente también, le habrá dicho: "¡Cállese la boca!" (Ley Olivera). Con lo que ya debe haber preparado sus maletas y le deben haber concedido unas vacaciones forzosas para que se vaya inmediatamente a Timbuktú (¿habrá internet en Mali?) o cualquier otro lugar en que no pueda comunicarse con la civilización. Y es muy probable que pierda el empleo –antes que Matuk- por decir su verdad. Lo que sería una suerte para nosotros, si alguno de nuestros centros de investigación lo pudiera contratar ipso facto.

Mientras tanto, sin embargo, hemos perdido para el país a un economista de primera línea y, por añadidura, los fondos que el gobierno francés podría haber seguido ofreciéndonos para seguir con la importantísima tarea que venía acometiendo el mencionado consultor. Es claro, por lo demás y dada su condición de experto y funcionario internacional, que Herrera no ha podido rebatir los argumentos que en su contra vertieran abusivamente –aprovechándose de su obligado mutis posterior- diversas personalidades del gobierno y contados académicos.

En segunda instancia, más grave aún, es que, según me contaba un encuestador trujillano, en las principales ciudades del país (porque en las zonas rurales ni se han enterado de este debate) el porcentaje de rechazo a las encuestas de campo que hacen los muchachos del lNEI ha aumentado abruptamente. Con lo que será difícil conseguir respuestas representativas por un buen tiempo. Obviamente, en ese contexto, la gente se pregunta para qué voy a gastar saliva, si finalmente los del gobierno hacen con mis datos el cambalache que les viene en gana.

Tercero: la Comisión de Fiscalización ha citado a los principales involucrados –Matuk y Herrera11, los supuestamente culpables- para que informen sobre la mala información supuestamente entregada al presidente, cuando deberían buscar y citar a los criollos ‘chefs’ de la casa de Pizarro. Habrá que estar atentos sobre esas indagaciones, porque estamos convencidos que de esa investigación saldrán a relucir trapos sucios que ni nos imaginamos.

Cuarto: Como lógico corolario de lo anterior, veintiséis connotados científicos sociales firmaron un importante comunicado, en el que afirman que "el mal uso de las cifras de pobreza en el discurso del 28 de julio del presidente de la República, afecta el proceso de consolidación institucional del INEI y la confianza que esta institución venía ganando".

Para quien sabe leer, probablemente la dirección del dedo acusador está clara. Pero, seguramente también, para la mayoría, podría darse la impresión que debería cortársele la cabeza a Matuk. El problema de los ‘comunicados’, es que siempre es difícil llegar a un consenso entre muchas personas y, peor aún, no se puede poner el dedo en la pus y hay que seguir las normas de lo "políticamente correcto".

Quinto: en todo este embrollo estadístico ya nadie sabe quién tiene la culpa. Nadie ha renunciado, por lo que nadie es culpable. Pero los hay. Entre los sospechosos debe haber varios12. Indudablemente, alguien tendrá que renunciar o será renunciado como consecuencia de este faux pas del presidente y su consejo de ministros, que avaló el número mágico. ¿El jefe del INEI, el escribidor de esa sección del Mensaje, algún asesor o ministro? Nadie…total, solo es una manchita más que se le añade al otorongo.

Sexto: Con mucha inteligencia criolla, los dueños, voceros o técnicos de algunas de las principales consultoras privadas en el país, han tratado de redirigir el chorreo hacia sus molinos. Uno de ellos se aventuró a decir que cabría "pensar en la tercerización del manejo estadístico, encargándolo a instituciones privadas de prestigio, que puedan disminuir el riesgo de la influencia política". Con esa pretendida tercerización – outsourcingprivatización de las cuentas nacionales se botaría al niño con el bañera, a pesar de la seriedad de algunas de esas empresas de opinión pública. ¿Alguien cree realmente, en su sano juicio, que sean realmente apolíticas, estériles e inocuas? No cabe duda que, a río revuelto, ganancia de consultoras.

En cambio, compartimos la opinión de Pedro Francke (Correo, agosto 4) y Javier Escobal (Perú.21, agosto 5), quienes han propuesto la conformación de un Directorio independiente de expertos, para que dirija al INEI; en la esperanza que llegue a tener la seriedad y autonomía que ha venido adquiriendo el Banco Central. Y, para resolver todos los problemas, el ingenioso congresista Solari debería dedicarse a elaborar una Ley a ese respecto, en vez de criticar y opinar sobre lo que no entiende.

5.-FIN DE ETAPA

Finalmente, lo discutido hasta aquí está referido a ciertos aspectos importantes, pero no necesariamente medulares. Por lo que, en los días o semanas que siguen, habrá que estar atentos en torno a los siguientes asuntos de primer orden, entre muchos otros:

¿Quién sustituirá a Herrera en el cargo? ¿Será un experto técnico de su nivel y que tenga experiencia en el tema de la pobreza? ¿Será un allegado del eruposibilismo?

¿Qué campaña deberá iniciar el INEI para recuperar la confianza que venía teniendo en él? ¿Seguirán los intentos desfachatados de outsourcear el INEI?

¿Alguien se animará a elaborar un proyecto de Ley para independizar el INEI?

O cuestiones, ya de mayor calibre, como, entre otras muchas:

¿Qué es la pobreza y qué la pobreza extrema? ¿Son adecuadas las definiciones que venía utilizando el INEI? ¿Cómo se puede medir y qué criterios se utilizan actualmente para determinarlas? ¿Qué políticas sociales podrán aplicarse para los distintos tipos de pobreza? (Chacaltana, n.d.)

¿Es estacional o estructural la pobreza en el Perú?

¿Qué relación hay entre el modelo económico y la pobreza? (Herrera, 2004b)

Es triste que, a raíz de todo este debate, aunque se insista en que el crecimiento se ha chorreado sobre los pobres, lo que realmente se ha chorreado –como consecuencia del Mensaje- sea el malestar adicional que ha generado en la población que se ha enterado del asunto.

De todo este debate, más los que vengan, no nos queda la menor duda que la conclusión a la que se puede llegar con seguridad es que la pobreza no ha

cambiado durante los últimos dos años, y que desafortunadamente seguimos con una terrible cifra, superior a la mitad de toda nuestra población.

Con la lucidez que lo caracteriza, el Presidente se pregunta:

"Si estos son los logros, tangibles y reales ¿por qué existe insatisfacción, ruido político y una creciente crispación en algunos sectores de la población?" Y se responde que "el primero de ellos es la falta de éxito del gobierno en comunicar con efectividad aspectos positivos de su gestión, que también es influido por errores cometidos por nuestro gobierno, que aquí ante la Nación y el Congreso, reconozco".

Nos preguntamos cómo puede tener éxito un gobierno en sus esfuerzos de comunicación si miente, esconde o distorsiona los resultados supuestamente positivos de su gestión; en este caso, con errores o acrobacias estadísticas, aunque no los haya cometido adrede, condimentando y maquillándolos. Los cuestionamientos realizados por los más diversos economistas al respecto han sido realizados con la mayor de las voluntades. ¿O es que se cree que todos los comentaristas tenemos mala leche, afán de figuración e ilusiones de poder, incluidos los intentos por tumbar una democracia que desafortunadamente ni siquiera ha comenzado su fase de transición?

6.-CONCLUSIÓN

Para concluir, dada la polifacética información incompleta y tendenciosa que ha chorreado del Mensaje Presidencial, baste decir que –estadísticamente y con un mínimo margen de error- el hueveo sigue caracterizando al presente gobierno; lo que ya es de perogrullo.

Más aún, lo peor es que –muy a nuestro pesar- ya no se trata de un problema estacional, sino que es claramente estructural, conclusión que desafortunadamente aún queda pendiente en materia de los estudios de la pobreza.

Tenemos la esperanza que los técnicos en la materia nos hagan llegar los materiales que puedan servir para aclarar los temas en debate y para lo que disponen del espacio que ofrece esta revista, siempre que no usen en exceso la jerga especializada de la profesión (el sánscrito). En el transcurso de los próximos días iremos colgando algunos artículos de primera que pueden servir de soporte para elevar el nivel de la discusión que aquí apenas hemos rozado superficialmente.

7.-BIBLIOGRAFÍA

Comunicado (2004). "Sobre las Cifras del Gobierno", en Perú.21, agosto 4; p. 8 (firmado por 26 académicos peruanos de primera línea).

Chacaltana, Juan (n.d.). "La pobreza no es como la imaginábamos", mimeo.

Escobal, Javier (2004). "Pobreza y credibilidad institucional", en Perú.21, agosto 5, p. 10.

Francke, Pedro (2004). "La pobreza no se ha reducido", en La República, agosto 4, p. 14 (entrevista).

Herrera, Javier (2004a). "La Pobreza en el Perú, 2003 (Advertencia sobre Cambios Metodológicos)" Lima, Convenio IRD/INEI.

Herrera, Javier (2004b). "Cifras macroeconómicas y condiciones de vida de los hogares", Lima, julio 27, 2004.

INEI (2001). "Perú: Estimaciones y proyecciones de población 1950-2050", en Boletín de Análisis Demográfico, No. 35, julio.

INEI (n.d.). "Perú: Proyecciones de población por años calendario, según departamentos, provincias y distritos, 1990-2020. Boletín Especial no. 16.

Matuk, Farid (2004). "La pobreza en el Perú al 2004", documento (una página) enviado a la Presidencia para la elaboración de la parte pertinente del Mensaje a la Nación. Lima, julio 21.

Toledo, Alejandro (2004). Mensaje a la Nación. Lima: Secretaría de Prensa de la República; julio 28.

 

Autor:

Pérez León Ventura Pablo

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