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Campos semánticos y psi (sugerencias para un modelo teórico), de Christine Hardy


  1. Introducción
  2. Los campos semánticos
  3. La mente como un sistema dinámico de redes
  4. Sinergia mente-entorno
  5. Intercambios persona-persona
  6. Interacciones persona-objeto
  7. Bibliografías

Introducción

El paradigma mecanicista –que estudia sistemas aislados e independientes y su relación causa-efecto lineal– está dando forma a nuevos paradigmas que enfatizan la auto-organización, la interdependencia y la complejidad. Estructuras tales como la teoría de los sistemas, las redes neurales y la teoría del caos arrojan luz sobre las interrelaciones complejas (como las relaciones interindividuales y su entorno). En particular, estas estructuras responden a la evolución dinámica de las relaciones complejas. La teoría de los campos semánticos combina el enfoque de redes con la teoría del caos (o teoría de los sistemas dinámicos complejos). Esta teoría se entiende como un proceso (Combs, 1995), basado más en una lógica conectiva que en una computacional, e involucra dinámicas no-lineales (Guastello, 1995). La estructura computacional (o simbólica) considera a la mente como una computadora, ejecutando operaciones de símbolos lógicos predefinidos. Por su parte, la estructura conexionista, considera a la mente como una red de elementos y procesos auto-organizándose hacia un estado óptimo, en base a fuertes conexiones entre los diferentes elementos. La teoría del caos, en cambio, puede tener en cuenta la interacción de fuerzas y la creación de nuevos estados organizacionales. Tanto redes como sistemas dinámicos exhiben propiedades auto-organizacionales, por ejemplo, la capacidad que posee un sistema complejo de reorganizarse internamente. Por lo tanto, la combinación de redes y la teoría del caos es una estructura particularmente atractiva para explicar la auto-organización y las características evolutivas de la mente.

Los campos semánticos

Los campos semánticos 1. La teoría de los campos semánticos considera a la mente como una red de numerosas constelaciones de significado llamadas Constelaciones Semánticas o CoSes. Una Cose proporciona elementos y procesos bien diferentes (tales como conceptos, sensaciones, acciones, palabras, recuerdos, etc.) y los relaciona o vincula en un significado global. Por cada experiencia, los vínculos y las interrelaciones entre elementos se van modificando, de modo que permita a la CoSe reorganizarse a sí mismo. En otras palabras, la CoSe es una red que se comporta como un sistema dinámico y auto-organizado. Es un acto que otorga significado –a lo que percibimos e intentamos– construyendo la coherencia de la CoSe y, en última instancia, de la red semántica.

Por ejemplo, imaginemos a un pintor mirando un paisaje. Sería una torpe simplificación imaginar que el paisaje es, simplemente, un conjunto de estímulos que evocan respuestas condicionadas (conceptos, recuerdos o acciones), como propone la estructura conductista. El paisaje es, en sí mismo, un sistema natural complejo que se desarrolla en su propia trama ecológica de interacciones; la mente interactúa con este sistema complejo a través de múltiples procesos paralelos interrelacionados que implican impresiones y sensaciones sensoriales, palabras significativas y conceptos, escenas imaginarias, un monto de experiencias pasadas, un cierto estado de consciencia que colorea la evolución del proceso perceptivo, anticipaciones acerca de cómo se hace todo esto por medio de la pintura, y todo lo demás. En otras palabras, mientras contemplamos el paisaje, la mente se ocupa de un rico, complejo y multivariado proceso de trabajo en red. A través de esta experiencia, única y nueva, la CoSe del pintor del "Paisaje" genera nuevas agrupaciones internas, crece con nuevas significaciones y nuevas relaciones para las agrupaciones, y se construye un nueva organización global.

La teoría de los Campos Semánticos también muestra una red de integración transversal de procesos mentales y neurales, las CoSes integran procesos desde los más inferiores a los más superiores y racionales, que implican todos los niveles intermedios (sensoriales, afectivos, imaginarios, etc.). Por ejemplo, aprender a deducir implicará la co-evolución de los procesos en los diferentes niveles, tales como el reconocimientos de formas, actos sensorio-motores, categorización y clasificación, sentimientos, intenciones, etc.

Esta perspectiva, que involucra una red transversal y psicofísica, aclara el problema mente-cuerpo con una luz diferente: el conocimiento humano y las ideas nunca son puramente mentales, abstractas, o racionales; por el contrario, están profundamente unidas a procesos sensoriales, motores, afectivos, u hormonales. De este modo, el modelo coincide con el reconomiento del desarrollo de los procesos no-racionales de la cognición (Reber, 1993). Varela (1991), por ejemplo, sostiene que la cognición se desarrolla –y permanece ligada a– una dupla entre conductas exploratorias sensoriales y motoras. De manera similar, el modelo también se ajusta a la descripción de los estados de conciencia propuesto por Charles Tart (1975) como modelo idiosincrático de procesos sensoriales y mentales, conductas, mind-sets, knowledge-sets, y memoria[1] Finalmente, la arquitectura cognitiva transversal puede arrojar luz sobre los complejos psicológicos descritos por el psicoanálisis –el agrupamiento patológico de las experiencias traumáticas con mind-sets, conductas, y procesos fisiológicos.

La mente como un sistema dinámico de redes

Como varios científicos cognitivos han reconocido (tales como Minsky y Freeman), aunque los humanos ciertamente razonan en forma abstracta, ésta no es la forma a través de la cual nuestra mente opera la mayor parte del tiempo. El procesamiento computacional, expresado en el razonamiento lógico matemático, debe ser visto como un proceso de nivel superior, más parecido a lo que forzosa y trabajosamente nuestras mentes aprenden, que a un esfuerzo elemental.

La teoría de los Campos Semánticos sostiene que el terreno legítimo del pensamiento es una dinámica conectiva de nivel inferior –el proceso de vínculo espontáneo. En esencia, las agrupaciones de elementos semánticos se atraen y se relacionan semánticamente con otras agrupaciones. Esta dinámica conectiva se implementa, tanto dentro como a través de una CoSe. Normalmente, el proceso de activación semántico, está provocado por las similaridades entre tales agrupamientos. Sin embargo, dada su complejidad, las diferencias también están presentes, permitiendo de este modo su discriminación, sus diferenciaciones, y la creación de nuevas sendas en la CoSe.

En este modelo, el aprendizaje puede ser definido como la elaboración de nuevos interagrupamientos y la selección de nuevos modos en la red de CoSe. En este sentido, no hay una diferencia fundamental entre experimentar algo nuevo, que genera significado, y el aprendizaje. Aprendemos tejiendo redes dinámicas entre la experiencia cualitativa, varios procesos neurológicos, y conceptualizaciones en niveles superiores. Las CoSes son el vehículo a través del cual la mente experiencia y se auto-reorganiza; lo que ha sido aprendido se representa por la nueva organización de la CoSe –y sus estados pasados implicados.

La organización general de las redes mente-cerebro actúa como un endo-contexto que influye el significado de una experiencia, y luego, las implicaciones de dicha experiencia. Pero el mundo exterior es –en sí mismo– una red de significados complejo y abrumador. Como señalé antes con el ejemplo del paisaje, el mundo exterior debe ser visto como redes de sistemas complejos y auto-organizados que involucran interrelaciones e interacciones específicas. En este modelo, la mente interactúa con el mundo desarrollándo múltiples vínculos paralelos con otros sistemas complejos; se aprende a aprehender sus dinámicas evolutivas y su organización como un todo. La consciencia da sentido al mundo a través de una red compleja de vínculos y relaciones, esto es, a través de la conectividad y la inter-influencia de todos los elementos y procesos relacionados entre sí en la trama. En consecuencia, podemos decir que el significado de una experiencia nueva surge de una compleja interrelación entre un endo-contexto semántico (la trama) y una carga de significados exo-contextuales (el entorno). Tanto el endo como el exo-contexto influyen –pero no determinan– la evolución última de la CoSe relevante.

Es así que tenemos un modelo que muestra las características de sistemas dinámicos: un modelo dinámico de redes. Como una red, la CoSe está creada por elementos y procesos eslabonados a través de un proceso de intervinculación espontánea. Como sistema dinámico, el agrupamiento de cadenas específicas de interrelaciones de procesos pueden ser vistos como trayectorias a través de la posición espacial del sistema. La CoSe en si misma actúa como un recipiente atrayente, las trayectorias dejan un elemento atrayente que determinará las experiencias subsiguientes y las impulsará hacia su estado organizacional más reciente. En otras palabras, el elemento atrayente es una fuerza convergente que estimula a la mente a tomar el mismo camino a través de la red. Pero, en tanto y cuanto éste sea un sistema dinámico que muestra auto-organización, el sistema de CoSes también puede bifurcarse: un cambio de parámetros podría provocar una reorganización total de la CoSe y una modificación en la fuerza o el tipo de elemento atractor (Abraham, Abraham, & Shaw, 1990). Los procesos de interrelación espontánea, en particular, pueden actuar como fuerzas divergentes. Si se va creando vínculos con diferentes exo-contextos, dicho proceso dará lugar a la modificación y la evolución de una CoSe.

Contrariamente a los modelos comportamentales o computacionales, aqui la mente no está sujeta a la experiencia pasada, u obligada a seguir operaciones predefinidas. Las propiedades de auto-organización de la mente (en términos de sistemas de redes y sistemas dinámicos) tienden a la evolución dinámica –permitiendo la memorización de soluciones pasadas satisfactorias sin forzar su repetición automática. En otras palabras, el modelo da lugar al hábito y a la creatividad generadora. Esto explica como la mente puede seguir caminos de menor resistencia (los vínculos o trayectorias ya formadas), ajustándose asi a patrones de pensamiento y conducta fijos o rígidos. También se tiene en cuenta nuestra habilidad para movernos más allá del hábito –por el cual, por ejemplo, una persona puede permanecer en un mind-set exploratorio y mantener ciertas CoSes en un estado muy lábil, como cuando damos la bienvenida a cambios y transformaciones que logramos gracias a nuevas experiencias.

Sinergia mente-entorno

Hasta aqui he estado hablando de los aspectos internos e intrapersonales del modelo. Sin embargo, los campos semánticos se extienden más allá de los individuos aislados; la teoría se preocupa por los aspectos transpersonales o no-locales de la mente. Un postulado fundamental aqui es que la percepción no es solamente un proceso interpretacional, sino un proceso proyectivo, creando un nivel de organización semántico entre los objetos y el entorno –lo que yo llamo campos eco-semánticos. De modo que la consciencia está imprimiendo orden y organización sobre el mundo físico, influenciando y modificando los eco-campos de los objetos. En consecuencia, la mente no es un sistema cerrado o sus operaciones puramente internas, como en la estructura simbólica. Por el contrario, la mente es vista como un sistema complejo de redes que interactúa dinámicamente con otros sistemas complejos –sea los noo-campos de los individuos, sea los eco-campos de los objetos.

Yo sugiero que las dimensiones semánticas (de individuos o de objetos) están organizados no por parámetros espacio-temporales, sino por parámetros semánticos –como la proximidad semántica, recurrencia, intensidad, y tipos de vínculo. En otras palabras, estos parámetros ejemplifican conexiones no-locales y mutuas influencias entre campos semánticos distantes. Esta no es una posición dualista, sino que refleja la necesidad de usar parámetros específicos para diferentes niveles organizacionales en el funcionamiento cerebro-mente. La posición que sugiero está en coincidencia con el concepto de complementariedad de Jahn y Dunne (Jahn & Dunne, 1986; Jahn, 1991), y los "parámetros subjetivos" de Nelson (como la "proximidad atencional" y la "intensidad de la investidura subjetiva") (Nelson, et al., 1996).

Esto nos conduce a los dos principales campos que modulan formas interpersonales de intercambios psi; aquellos con los cuales se involucran las interacciones persona-objeto.

Intercambios persona-persona

La comunicación entre dos individuos está fundada en interacciones semánticas dinámicas que ocurren entre si. Su comunicación "normal" crea una superficie de separación o interface de CoSe que organiza y enlaza las agrupaciones semánticas activadas en dos tramas. En otras palabras, mientras interactuamos con las personas, desarrollamos conexiones no-locales con ellas con lo cual, dependiendo de una suficiente recurrencia e intensidad, pueden llegar a ser constantes.

Esta interface de CoSe, si se refuerza y desarrolla mediante nuevos intercambios, actuará como un vínculo no-local entre dos personas. De este modo, si uno de ellos tiene una fuerte experiencia que tiene algunas similaridades con las agrupaciones semánticas en las interfaces de CoSes, entonces se dispara un vínculo semántico que activa estas agrupaciones; la activación puede luego propagarse a través de una cadena de vínculos o relaciones, y –via la interface de la CoSe–, alcanzar la trama de otras personas. Las CoSes activadas pueden permanecer inconscientes o provocar significados emergentes en el fluir de la consciencia o en sueños. El significado emergente puede estar estrictamente relacionado con las agrupaciones activadas de manera directa o puede conducir a información psi relacionada con la experiencia de las otras personas, via la retro-propagación de la cadena de vínculos.

De este modo, el nivel semántico permite varias conexiones o vínculos espontáneos entre campos semánticos espacialmente distantes –pero semánticamente próximos– con o sin que la persona de se dé cuenta de ello (como se ve en las experiencias PES o en las sincronicidades).

Interacciones persona-objeto

El segundo punto tiene que ver con las conexiones no locales entre las personas y los objetos con los cuales usualmente interactúan.

Mientras se interactúa con un objeto, las dos caras del procesamiento semántico de la persona –el interpretacional y el proyectivo– están involucrados en una dinámica circular con el objeto de atención. La percepción de nuevos objetos activan, reoganizan o crean las CoSes internas; simultáneamente, los agrupamientos-significantes emergentes son inyectados en el eco-campo del objeto externo, de modo que cambie su organización. El eco-campo modificado, a su vez, será "retroyectado" en la psique, iniciando una nueva curva hasta que, eventualmente, no se genere ningún otro nuevo significado, y la interacción mente/objeto se estabilice.

La sinergía persona/objeto se dispara por la creación o reactivación de significados y sentimientos, y de este modo afecta primariamente objetos que reflejan relaciones o dinámicas internas. En este sentido, los objetos que hemos elegido en nuestro entorno (p.ej., objetos decorativos en el hogar o en nuestro lugar de trabajo) permanecen semánticamente activos, hasta tanto éstos adquieran significado para nosotros. Aún si la habituación nos deja "ciegos" a ellos, éstos aún actuan como una constante recordación de personas, lugares, valores o situaciones.

En un sentido más profundo, el noo-campo[2]de una persona tiende a organizar esta porción del mundo con el cual está en constante interacción o proximidad semántica, creando un tipo de singularidad semántica dentro de la realidad física. Esto nos conduce al concepto de universo local, como si, para un individuo, fuera parte de la realidad fenoménica que: (1) está impregnada y plasmada por sus noo-campos, y (2) permanece en proximidad semántica, siendo plasmada por los pensamientos, valores y sentimientos con cierta recurrencia e intensidad. De ahí que la organización del universo local tiende a reflejar la propia visión de la persona y el conjunto de valores y puede, en principio, ser "decodificada" en tales términos, por otra persona.

Así que tenemos una constante, aunque sutil, influencia PK de la consciencia sobre el mundo externo, en el sentido de que el significado de la generación organiza la realidad física de una manera que refleje el conjunto de valores y visión de mundo de los individuos o el grupo. Esta influencia organizativa de la consciencia sobre los eco-campos del medio afectarán la probabilidad de los eventos, especialmente cuando éstos son significativos para la persona. Sin embargo, como seres sociales que somos, a menudo es un grupo –como un sistema de influencias semánticas– que afectará los eco-campos del ambiente y eventos conectados, por ejemplo en un lugar de trabajo compartido.

Entonces, en este modelo, las conexiones semánticas con las que nos relacionamos con las personas así como con los objetos y pueden permanecer, como tales, inconscientes por largo tiempo. Las personas forman redes de interconectividad entre mentes y son el terreno de intercambios informacionales y empáticos. También crean redes de influencia mutua entre las personas, y entre las mentes y los eco-campos del medio. Desde la perspectiva de la teoría de los campos semánticos, los fenómenos psi son la brecha visible de un proceso mucho más sutil y constante: la actividad conectiva de la mente.

Laboratoire de Recherche sur les Interactions Psychophysiques FRANCIA [email protected]

 

[1] Mind-set significa una disposición mental, y a veces se refiere a un estado de consciencia. Knowledge-set es un término empleado en ciencias cognitivas para denotar (en el paradigma que considera a la mente como un sistema de reglas o una computadora) el conjunto de todos los conocimientos de una persona, (también llamado “declarativo” o “procedimental”) como si fuera un programa que coloca en una lista todas las proposiciones incorporadas en el conocimiento de un individuo, p. ej. (declarativo) “mi tio se llama Pedro,” “la rosa es una flor,” etc., o (procedimental) “arrancar un automóvil, paso 1: girar la llave, etc.” (N. del T.).

[2] Noo-campo y eco-campo son términos que he acuñado para distinguir entre campos de consciencia humana (noo-campos) y campos del entorno del entorno de la consciencia (eco-campos). El campo noo-semántico o noo-campo de un individuo (del griego noesis, que significa “el acto de pensar”) es la parte activada de la trama. Tal como la vemos, los noo-campos muestran una organización algo estable por sobre un periodo de tiempo dado y muestra propiedades específicas de los campos.

 

Bibliografías

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Autora: Christine Hardy "Campos semánticos y psi: sugerencias para un modelo teórico", de Christine Hardy, fue tomado de la Revista Argentina de Psicología Paranormal. Traducido del inglés por Jorge Villanueva. Translation from the paper given at the meeting of the Society for Scientific Exploration, Valencia 10/9-11 1998.

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Autor:

Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.

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