La construcción del sujeto en el discurso narrativo de Pedro de Valdivia
Enviado por Marisa Guzmán Munita
- Introducción
- Desarrollo
- Fórmulas de cortesía de tratamiento honorífico
- Fórmulas de cortesía de tratamiento ocupacional
- Fórmulas de cortesía de tratamiento social
- El sujeto gramatical
- El tono de la narración
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Para el estudio literario del período colonial americano, la Crónica de Indias constituye un corpus fundamental, imprescindible para comprender aspectos esenciales de dicho período. Del cúmulo de documentos enviados a la Corona, destaca el valor histórico-cultural de las doce "Cartas de Relación" que Pedro de Valdivia escribió a diversas autoridades españolas: al Príncipe Felipe II, a Gonzalo Pizarro, a Hernando Pizarro, al Consejo de Indias y a sus apoderados en la corte; de las cuales tres se dirigieron al Emperador Carlos V, de las que prestamos especial atención a la dirigida al Rey desde La Serena, un 4 de septiembre de 1545.
Parte de esta carta, fue inmortalizada en el Santiago de hoy en el monumento de piedra situado desde 1945 a los pies del cerro Santa Lucía. Si bien en tal fragmento Valdivia describe a nuestra tierra y su gente con cariño y entusiasmo, reparamos en el discurso narrativo a partir del cual el conquistador construye su imagen heroica, al referir las batallas, la fundación de ciudades en honor al Rey y la descripción de trabajos que debió enfrentar para la gloria de la Corona.
El análisis estilístico de esta carta en particular, permite descubrir tanto en las fórmulas de tratamiento a la autoridad, como en la exposición de hechos con que estratégicamente va articulando las peticiones que permean su discurso, permite advertir que no lo mueve sólo el imperativo de lograr que la Corona avale y sustente económicamente su empresa, sino exaltar su propia figura y hazaña, presentándose ante la autoridad como el vasallo ideal.
En el contexto del proceso de formación de futuros profesores de castellano, resulta pertinente contribuir con un trabajo que extiende las posibilidades de análisis de la referida Carta de Relación, desde su exploración literario- discursiva. Creemos que tal vinculación constituye un primer paso para avanzar la formación y desarrollo del pensamiento crítico- reflexivo que amplíe perspectivas; tan necesario en profesores y alumnos.
Por tanto responder la pregunta: ¿es posible reconocer los recursos persuasivos con que Valdivia se construye como sujeto? sitúa la reflexión en torno a la visión triunfalista que, de este personaje ha trascendido hasta nuestros días, que no compartimos.
Si bien Pedro de Valdivia fue un gran militar y hábil político que supo sortear las conspiraciones que se organizaron en su contra y resistir a la ofensiva indígena, creemos impresentable se le recuerde con orgullo, como lo corrobora el hecho que se le honre con el referido monumento del cerro Santa Lucía, a lo que se suma una gran estatua en la Plaza de Armas, consignándosele como el "fundador de la nacionalidad chilena".
Avanzar la construcción histórico-cultural de la América independiente, implica reparar en las marchas y contramarchas relacionadas con la cimentación de la conciencia nacional, ante lo que el análisis divergente de nuestro pasado colonial desde el enfoque propuesto, resulta urgente y necesario, para situar la verdadera naturaleza del conquistador. No perdamos de vista que Valdivia encarnó en plenitud la arrogancia con que los españoles se instalaron a ocupar los territorios que iban invadiendo, con violento menosprecio por nuestra cultura y organización.
En consecuencia, el presente artículo tiene por objetivo: Analizar algunos de los recursos que Valdivia empleó para configurar su imagen de gran señor y vasallo modelo.
Para acometer este objetivo, se comentan fragmentos escogidos de la Carta de Relación dirigida al Emperador Carlos V[1]desde el análisis literario y discursivo del relato que éste construye para enaltecerse.
Para develar el discurso narrativo, se toman por categorías de análisis algunas de las fórmulas de cortesía propuestas por los lingüistas Brown & Gilman 1960, lo que se complementa con el análisis de los recursos estilístico- retóricos en torno al tono de la narración y el sujeto gramatical, como mecanismos de construcción de sujeto, en el discurso narrativo del conquistador.
Finalmente, el análisis aportado nos lleva a establecer conclusiones que invitan a reflexionar acerca de la incidencia de los discursos narrativos en la configuración del ideario que se trasmite.
Desarrollo
La producción de documentos escritos fue un acto central en la empresa de conquista. De acuerdo a la legislación indiana, las "Cartas de Relación" adquirían categoría de documentos diplomáticos, constituyendo el único nexo posibilitaba la comunicación con las autoridades.
En la redacción de éstas eran comunes los engarces conectivos que retomaban a cada instante lo expuesto, lo que brindaba posibilidades de destacar lo que más convenía a los propósitos comunicativos. De hecho, la estratégica administración de su contenido, "…comporta un servicio que torna meritorios al capitán y su hueste ante el sumo poder" (Ferrecio Podestá 43)
Las "Cartas de Relación" constituyen el repertorio discursivo con que Pedro de Valdivia busca alcanzar su legitimación frente al Emperador mediante describir pormenorizadamente sus acciones y hazañas, representándose como un hombre extremadamente esforzado y generoso, capaz de dar más de lo que tiene por la Corona y el Rey.
Presentar una imagen de noble vasallo en España, resultaba determinante para obtener el reconocimiento por sus servicios, y con ello la honra, fama y fortuna que buscaba Valdivia. Se debe señalar que esta búsqueda de hidalguismo se convierte en el leitmotiv no sólo de ésta, sino de otras empresas de conquista en América, lo que da cuenta de resabios medievales que aún influenciaban la mentalidad española de la época.
En el ideario español, representar el ideal de vasallo no sólo comportaba poseer atributos militares, sino ser un respetuoso católico. Una muestra de que Valdivia busca representar una imagen, lo constituye el hecho de que omitiera de todas sus cartas la mención a la española Inés de Suárez –por tratarse de su concubina- pese al papel destacado de ésta en defender las ciudades fundadas y apoyar, incluso con sus bienes, el financiamiento de la empresa de conquista. La inconveniencia de destacar el papel de doña Inés, se explica –por una parte- por el escándalo moral que implicaría en la España católica deshonrar su imagen de hombre casado y –por otra- la clara amenaza de compartir con una mujer méritos que "deben ser" del conquistador.
Para develar el alter ego de Valdivia, el análisis del corpus considera, en su primera parte, las fórmulas de cortesía empleadas por el conquistador, para dirigirse al soberano en la "Carta de Relación" escrita en La Serena, el 4 de septiembre de 1545, a la luz de la teoría propuesta por Roger Brown y Albert Gilman (1960)
Esta teoría sostiene que los diversos recursos nominales manifiestos en la interacción lingüística, permiten revelar el tenor de tal interacción mediante diversas fórmulas de cortesía.
En el caso de la carta analizada, Valdivia se dirige al Rey y le refiere sus periplos empleando fórmulas de cortesía correspondientes a tres categorías: honoríficas, ocupacionales y sociales, aunque con amplio predominio de las de tratamiento honorífico, como se advierte desde el inicio de su exposición. A continuación, exponemos una muestra:
Fórmulas de cortesía de tratamiento honorífico
La rimbombante inscripción "S.C.C.M." para dirigirse al soberano -que significa Sacra, Cesárea, Católica, Majestad– no es un vocativo inocente.[2] Si bien este tratamiento revela el reconocimiento de Valdivia por la elevada jerarquía del monarca, exalta las características divinas y regias de éste, por cuanto lo "sacro" proviene de Dios, y lo "cesáreo" alude a César, un tratamiento apropiado para dirigirse al Emperador, a la sazón, el jefe supremo del Imperio Romano. No obstante, esta fórmula de cortesía desempeña también una función pragmática, por cuanto al destacar su asimetría, marca la relación social entre Valdivia y el Emperador.
Luego de este saludo, a lo largo de la carta se aprecian sucesivas menciones a "V.M.": Vuestra Majestad, fórmula con que claramente Valdivia reconoce el estatus real. Llama nuestra atención que tras su utilización, estratégicamente se exalte a sí mismo: "…me hallo merecedor de todas las mercedes que V.M. será servido de me mande hacer" (Valdivia 1)
Al referir su situación en estas nuevas tierras, señala: "…la que tengo descubierta en nombre de V.M. y la voy a conquistar y poblar" (Ibíd.) Asimismo, resalta su calidad de vasallo fiel al declarar: "cuando vine a esta tierra, supe cómo Mango Inga, señor natural del Cuzco, que anda rebelado del servicio de V.M." (p. 2) tras lo que describe cuanto tuvo que hacer para revertir esta situación y solucionar una serie de hechos que atentaban contra la gloria de la Corona.
Más adelante, Valdivia se dirige al Rey como "invictísimo César" (Valdivia 6) para exponer su valentía y liderazgo en la batalla: "porque loor es al soldado morir peleando…tales [características] han mostrado los vasallos de V.M. debajo de mi protección, y yo la de Dios y de V.M. por sustentarle esta tierra" (Ibíd)
Finalmente, para demostrar su incondicional sometimiento y acatamiento a la Corona española, se despide de la siguiente manera: "S.C.C.M. Muy humilde súbdito y vasallo de V.M., que sus sacratísimos pies y manos besa" (p. 17)
Fórmulas de cortesía de tratamiento ocupacional
Los títulos sociales mencionados en la exposición (procurador, gobernador, capitán…) adquieren una dimensión funcional y otra estratégica. En el primer caso, enlazan el relato, como en los siguientes ejemplos: "Escribióme el gobernador Vaca de Castro" (Valdivia 8) "…el capitán Juan Baptista de Pastene, mi teniente por la mar, y mi maestre de campo por la tierra" (p.12); permitiendo situar jerárquicamente el curso de la narración.
Pero por otro, buscan legitimar estratégicamente las acciones de Valdivia, resaltando sus cualidades morales, como se observa: "Quedé tan obligado al Marqués Pizarro por haberme enviado donde V.M. y tenga la noticia de mis servicios y de mí, que no puedo pagárselo sino con tener, mientras viviere, a sus hijos en lugar de él" (p. 16).
En la siguiente cita, Valdivia pone de manifiesto su incondicional adscripción a la causa española, señalando: "…para que entienda, V.M. cuál es mi fin en su Real Servicio. Y así he hablado a los caciques y dícholes que sirvan muy bien a los cristianos, porque a no hacerlo… los mataré a todos; que pues son ellos perros y malos" (p.17)
Fórmulas de cortesía de tratamiento social
Las alusiones a títulos sociales (hombre, don, señor, soldados…) resaltan la superioridad de Valdivia frente a sus éstos. Como se expone: "Sepa V.M. que cuando el Marqués don Francisco de Pizarro me dió (sic) esta empresa, no había hombre que quisiese venir a esta tierra" (Valdivia, 1)
Para destacar su liderazgo, el conquistador señala: "Determiné para mover los ánimos de los soldados… enviar hasta siete mill (sic) pesos" (p. 6)
En relación al contenido de la Carta, caben destacar los esfuerzos de Valdivia por desviar la atención de un hecho cierto: su imposibilidad reportar que en la tierra por él conquistada, habían tantas riquezas como las robadas por su homólogo conquistador Hernán Cortés en México.
Los siguientes apartados presentan los recursos estilístico- retóricos empleados por Valdivia, para desviar la atención de este punto y llevarla al protagonismo de su hazaña imperial y crear esa imagen heroica hasta hoy conocida. Los recursos que se mencionan a continuación (el sujeto gramatical y el tono de la narración) sirvieron a Valdivia para llamar la atención de Carlos V, pero también del lector universal:
El sujeto gramatical
Para develar el "yo" protagonista del discurso, explorar el uso del sujeto gramatical resulta fundamental. La Carta analizada presenta a un Valdivia en primera persona que no escatima esfuerzos por resaltar su valía y fidelidad: "Cinco años ha que vine de las provincias del Perú con provisiones del Marqués y gobernador don Francisco Pizarro a conquistar y poblar estas de la Nueva Extremadura, llamadas primero Chili… y en todo este tiempo no he podido dar cuenta a V.M de lo que he hecho en ellas, por haberlo gastado en su cesáreo servicio" (Valdivia p. 1)
Para referir los hechos relacionados con la fundación de Santiago, el conquistador combina hábilmente esta primera persona singular con una primera persona plural, para vincularse íntimamente con sus hombres: "Fundada y comenzando a poner algunas orden en la tierra, con recelo que los indios habían de hacer lo que siempre acostumbrado que es alzarse… y como nos vinieron asentar… para podernos defender y ofenderlos, en lo que proveí primeramente fué (sic) en tener mucho aviso en la vela" (p.2) [3]
En otros pasajes, el "yo", lejos de ocultarse, diseña la figura del guerrero y militar por sucesivas superposiciones con la forma pronominal del "nosotros": "En medio de este tiempo, entre los fieros que nos hacían algunos indios que no querían venirnos a servir, nos decían que nos habían de matar a todos… y con esto acordó el procurador de la cibdad (sic) hacer un requerimiento al Cabildo para que me erigiese por gobernador en nombre de V.M." (p. 6)
Desde nuestra perspectiva, el astuto desprendimiento del "yo" una vez incluido en ese "nosotros", constituye una estrategia que lo eleva a la estatura del héroe mitológico, como se aprecia la descripción de sus decisiones ante la férrea ofensiva indígena que quemó la ciudad fundada y los dejó sólo con "dos porquezuelas y un cochinillo y una polla y un pollo y hasta dos almuerzas de trigo" (p.5) refiriendo: "Y con esto comienza la guerra de veras…como vi las orejas al lobo, parecióme, para perseverar en la tierra y perpetuarla a V. M. habíamos de comer el trabajo de nuestras manos, como en la primera edad, procuré de darme a sembrar y todos cavábamos, arábamos y sembrábamos en su tiempo, estando siempre armados y los caballos ensillados de día" (p. 5)
El tono de la narración
Las superposiciones del sujeto que destacan la figura del narrador-protagonista, se completan con otro recurso fundamental: el tono mesurado que sirve a la pretendida objetividad de la relación de hechos que Valdivia refiere, como se aprecia en estos ejemplos: "También quiero advertir a V.M. de una cosa" (p.13); "La verdad yo la digo a V.M., al pie de la letra…" (p. 14)
No obstante, este tono mesurado contrasta con el que Valdivia emplea al destacar la nobleza de sus acciones: "Su cesárea voluntad halle yo siempre en mi favor, que por lo que deseo no venga persona que me extraiga del servicio de V.M. ni perturbe en esta coyuntura, es por emplear la vida y hacienda que tengo y hobiere (sic) en descubrir, poblar, conquistar y pacificar toda esta tierra hasta el Estrecho de Magallanes y Mar del Norte, y buscarla tal que en ella pueda a los vasallos de V.M. que conmigo tengo, pagarles lo mucho que han trabajado" (p. 15) Asimismo, destaca su condición de vasallo fiel: "es mi principal contento que V.M. tenga noticia de mis servicios y de mí como es justo, pues yo a su cesárea persona los he hecho y hago, y merezca oír y ver por cartas de V.M. que le son acebtos (sic) y a mí es servido en el número de sus leales súbditos y vasallos y criados de su Real Casa, que no deseo más" (Ibíd.)
Conclusiones
El estudio presentado, ha permitido ampliar la perspectiva de análisis de un personaje señero en la historia americana. El enfoque literario- discursivo asumido, permitió advertir que la construcción del sujeto en el discurso narrativo de Pedro de Valdivia, se manifiesta en el uso estratégico de recursos como el sujeto gramatical y el tono de la narración. Por su parte, las fórmulas de cortesía aportaron a develar el modo en que Valdivia se comunica con el soberano, estableciéndose con el análisis del corpus aportado, la abundancia de las fórmulas nominales honoríficas para facilitar la relación con las autoridades en general y la Corona en particular. Así dan cuenta los diversos vocativos empleados por Valdivia para exaltar la magnificencia y majestuosidad del Rey y Emperador Carlos V.
El énfasis puesto en las formas asimétricas de cortesía, no sólo exaltan la devoción de Valdivia a la empresa de conquista española, sino que destacan su condición de vasallo fiel frente al poder monárquico y sus intereses.
Por su parte, el trato simétrico que Valdivia ocupa para narrar la relación que establece al tratar a sus compañeros de armas, lo revelan como un líder justo y cercano con aquellos que luchan por los mismos ideales al servicio de las autoridades superiores de la nobleza española; lo que confirma su propia grandeza y fidelidad.
Sólo nos resta señalar la valiosa contribución del enfoque analítico asumido, como vía para reflexionar críticamente acerca de los discursos narrativos construidos en torno a imágenes como la de Pedro de Valdivia, que se transmite a través de los textos escolares y el propio discurso de los profesores.
Bibliografía
FERRECIO PODESTÁ, MARIO. El epistolario cronístico valdiviano y el scriptorium de conquista. Barcelona: Lumen, 1991 Versión online. Recuperada de Biblioteca Nacional de Chile http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-99243.html Accedido en 3/12/2013
ROJAS MIX, MIGUEL. Prólogo a las Cartas de Pedro de Valdivia. Versión online. Recuperada de Biblioteca Nacional de Chile http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-98404.html Accedido en 4/12/2013
MEDINA, JOSÉ TORIBIO. Cartas de Pedro de Valdivia que tratan del descubrimiento y conquista de Chile. Santiago, Fondo Histórico Bibliográfico José Toribio Medina, 1953 Impreso
MONTECINO, LÉSMER. Fórmulas de tratamiento de segunda persona: elementos de coherencia y cohesión en la cartas de P. de Valdivia. P.U.C. de Chile, 1998 Impreso
VAN DIJK, TEUN A. Texto y Contexto, Madrid, 2ª Ed., Ediciones Cátedra. MTM, 1984 Impreso
Autor:
Marisa Guzmán Munita,
Universidad de Santiago de Chile.
[1] Nota: Los fragmentos se extraen de Cartas de Pedro de Valdivia, editadas y anotadas por José Toribio Medina. Santiago de Chile: Fondo Histórico y Bibliográfico José Toribio Medina, 1953 pp. 9-49. Se toma específicamente la carta escrita al Rey en La Serena, el 4 de septiembre de 1545
[2] Nota: De hecho, también se emplea en el cierre de la Carta.
[3] De acuerdo a una Nota de José Toribio Medina, ‘vela’ alude al centinela o guardia que vigilaba de noche.