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Influencia de machos castrados, machos enteros y hembras en el comportamiento productivo

Enviado por Camilo E. Perea


    1. Resumen
    2. Sustentación teórica
    3. Testosterona
    4. Regulaciones de las funciones sexuales masculinas
    5. Castración
    6. Rendimiento de la canal
    7. Limitaciones para el uso de machos enteros
    8. Respuesta de los consumidores a la carne de machos enteros
    9. Control del olor sexual
    10. Efecto de la edad de castración
    11. Materiales y métodos
    12. Resultados y discusión
    13. Bibliografía

    Resumen

    En el presente trabajo se realizo un estudio sobre la influencia de animales castrados, hembras y animales no castrados en cuanto a los indicadores productivos en la etapa nacimiento- destete. Fueron utilizados para el, experimento 60 animales que formaron 3 grupos homogéneos Los animales fueron castrados a los 7 días de edad. En cuanto al peso al destete y la Ganancia media diaria (GMD) no existieron diferencias significativas entre machos y las hembras pero los machos castrados mostraron valores más bajos

    Introducción

    En la actualidad Cubana, dada la necesidad de investigar e implantar técnicas de manejo que sean no solo económicamente, si no también ecológicamente viable, que puedan ayudar a elevar los índices productivos de nuestras granjas, se ha incrementado la búsqueda de alternativas para lograr un aumento de la producción porcina.

    Es por ello que este experimento pretende resolver la cuestión de la factibilidad de la castración de los animales en la etapa de crías, haciendo una comparación de la GMD y el peso al destete de los animales castrados con los machos enteros y las hembras.

    Sustentación teórica

    Testículos

    En el cerdo los testículos presentan un posición oblicua, por lo que el extremo de la cabeza se dirigen cranealmente y el borde del epidídimo craneodorsalmente. Los testículos son grandes, pero más flácidos que los demás animales de granja y presentan una posición casi horizontal.

    Los testículos realizan dos funciones: La elaboración de las hormonas masculinas, predominantemente la testosterona y la producción de espermatozoos. Las células de

    Leydig segregan testosteronas bajo la influencia de la hormona estimulante de las intersticiales.

    Las células intersticiales son activas durante el desarrollo fetal, segregando productos que dirigen el desarrollo genital hacia el tipo masculino, pero la función testicular permanece dormida en el, desde el nacimiento hasta la pubertad. Una descarga de gonadotropinas hipofisíarias anuncia el comienzo de la pubertad y favorece la secreción de testosterona que induce las características sexuales secundarias masculinas (Widmann, 1989).

    Las células de Leydig son células grandes, polihídricas que se presentan en agrupaciones y están asociadas con los vasos linfáticos y capilares en el tejido intersticial. Ellas son muy activas en el embrión, temporalmente segregan durante el comienzo de la pubertad (Hooker, 1970).

    Los testículos producen hormonas esteroidales con efecto masculinizante que se denominan andrógenos y su principal representante es la testosterona (Degroot, 1979)

    Testosterona

    La testosterona es una hormona de 19 átomos de carbono (Widmann, 1989), la cual interviene durante la vida fetal en la formación y desarrollo de los genitales externos, posteriormente durante la pubertad estimula el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (Degroot, 1979).

    En la época de la pubertad, los testículos se hallan sometidos a los efectos de una producción cada vez mayor de gonodatropinas hipofisíarias (Folículo estimulante y Hormona Luteinizante) esta última actúa sobre las células intersticiales situadas entre los tubos seminíferos, estimulándolas a la producción de testosterona (Willians, 1980)

    Molécula de testosterona (C19 H28 O2) Drivaux, (1967)

    En el inicio de la maduración sexual y en estrecha relación con el grado de desarrollo corporal aumenta la secreción de las hormonas gonadotrópicas. Acompañado con el aumento de la secreción endocrina testicular, por esta razón es posible registrar en este momento un gran desarrollo testicular con el inicio de la función de las glándulas sexuales accesorias y la diferenciación de las características sexuales secundarias.

    Regulaciones de las funciones sexuales masculinas

    Los testículos son los órganos primarios de la reproducción del macho, pero en la actualidad, no hay dudas de que la regulación de las funciones sexuales se realiza en colaboración estrecha entre los sistemas nervioso central, por vía refleja y hormonal, y que el centro superior de esta regulación esta representado por el sistema hipotálamo-hipófisis-testículos. El centro regulador se encuentra en el hipotálamo, el cual al producir las neurohormonas o los factores de liberación, dirige las funciones de la adenohipófisis, con la liberación de las gonadotropinas correspondientes (FSH y LH). La FSH influye en el proceso espiermiogenetico, mientras que la LH estimula la síntesis de los andrógenos en las células de Leydig, que influyen en la función y estructura de los conductos testiculares y sirven de intermediarios en el desarrollo, conservación e intensidad de la libido y de los reflejos sexuales, además intervienen directamente en ciertas fases del proceso espermiogenetico. (Albarran et al ,2001)

    Castración

    La castración es la extirpación o la supresión funcional de las glándulas genitales. En el macho, esta operación se practica con la finalidad de facilitar la utilización de los animales y en el cerdo es absolutamente indispensable, para evitar el desarrollo del desagradable olor sexual de la carne del verraco (Kolb, 1975)

    Según Ciria y Garces (1996) se pueden presentar tres tipos de animales en lo relativo al sexo: Machos enteros, machos castrados y hembras, presentando diferencias importantes entre ellos, en cuanto a consumo de alimento, velocidad de crecimiento, deposito de grasa y eficiencia de conversión.

    La castración se realiza principalmente para facilitar el manejo de los animales y para permitir la crianza de sexos mezclados (Camacho, 1990)

    La castración debe realizarse antes de las 2 semanas de vida con el fin de minimizar el estrés, fácil manejo y fácil cicatrización de la herida (Muñoz, 1993).

    Para efectuar la castración se realiza una incisión en cada escroto lo suficientemente larga para permitir un buen drenaje y realizar desinfección de la herida (Pond y Houpt, 1981)

    La castración puede provocar dolor prolongado que puede llegar a ser más fuerte si se produce un desgarro de los tejidos, por ello se considera una practica perjudicial para el bienestar de los cerdos, en especial si los que la ejecutan son personas sin experiencia (Anónimo, 2001).

    La consecuencia de la castración varía según el momento en que se realice. La extirpación de las glándulas genitales, antes de la pubertad va seguida de la completa interrupción del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios. La composición corporal difiere de los individuos púberes no castrados y particularmente el esqueleto se desarrolla más (Kolb, 1975).

    La práctica de la castración consigue en los cerdos gonadectomizados una mayor docilidad y facilita su manejo frente a las hembras que han alcanzado la pubertad, por lo que ha constituido una práctica que se ha generalizado durante mucho tiempo en porcinotecnia (Quiles y Hevia, 2003).

    Gonzáles (1984) recomienda en base a la facilidad de realizar la castración y la rapidez de cicatrización, efectuar dicha operación a los 7 días de edad de las crías.

    Los machos enteros según Hansson (1974) presentan una mejora del 10 % en la GMD respecto a los Castrados, en los cuales la velocidad de crecimiento será máxima entre los 70Kg y 90 Kg, a partir de los cuales comienza a descender.

    Alonso (1997), citado por Estevez (2001) plantea que esta demostrado que el macho castrado tienen mas capacidad para convertir el alimento en músculo, debido a que las hormonas masculinas en el macho entero bloquean la acción de la hormona somatotropa del crecimiento.

    Rendimiento de la canal

    Díaz et al. 1990 en un ensayo en que se evaluaron 144 cerdos, no encontraron diferencias significativas entre machos enteros y castrados en relación con la media diaria, pero ambos fueron superiores al grupo de hembras. Sin embargo esto difiere de lo señalado por Campbell y Kimb (1982), quienes encontraron una respuesta superior de los machos enteros sobre los castrados.

    Wooddt Riley (1982), también encontraron una mejor respuesta de los machos enteros sobre los castrados.

    Ciria y Garces; Bonneau y Squines, (2000), plantean que la eficiencia de conversión es mejor en los machos enteros que en las hembras y estas a su vez son más eficientes que los machos castrados, estas diferencias son explicadas por la acción que ejercen los esteroides testiculares (Díaz et al., 1996)

    Los testículos del cerdo son muy prolíferos en estrógenos y andrógenos, los que actuarían en forma sinérgica. Los andrógenos estimulan el apetito y favorecen la retención de N a nivel de ciertos grupos musculares y los estrógenos aumentan la ganancia media de peso y mejoran los índices de conversión, entre otras acciones (Cancellon, 1991).

    Espesor de la grasa dorsal

    Los depósitos de grasa en machos enteros son mejores que en machos castrados y en ambos grupos aumenta con mayores pesos de sacrificios (Ciria y Garce, 1996).

    Esta respuesta de los machos enteros estaría explicado por el efecto de los estrógenos producidos por los testículos, los cuales por un lado aumentan la proporción de músculo y por otro disminuyen la proporción de grasa dorsal (Camellon, 1991)

    Largo de la canal y del lomo

    En relación con el largo de la canal no hay diferencias significativas a la hora de usar machos enteros y castrados (Wodd y Riley, 1982).

    Díaz et al (1990), no encontró diferencias significativas entre machos enteros y castrados en cuanto la largo de la canal y el lomo.

    Limitaciones para el uso de machos enteros

    A pesar de las ventajas de utilizar machos enteros muchos países no optan por utilizar este tipo de animales principalmente por la presencia de olor sexual en algunas de las canales (5-10%) (Diestre, 1996; Ciria y Garce, 1996).

    El olor sexual es un olor desagradable que es frecuentemente percibido durante la cocción de la carne de machos adultos, pudiendo afectar el sabor de la carne, a pesar de no tener olor durante la cocción (Bonneau y Squires, 1996).

    Los principales compuestos que contribuyen al olor sexual son la androstenona (5 s – andost-16-en 3-one 9 y el escatol 3 s -Metilindol), no obstante los androstenoles (5s -androst-16-en-3s -d y 5s -androst-16-en-3b -01) y compuestos similares al escatol también contribuyen a la aparición del olor sexual (Diestre, 1996).

    La andostenona es una feromona masculina producida por los testículos, aumentándose en la grasa y las glándulas salivales, durante el cortejo y la monta ésta es liberada con los mordiscos del macho lo que atrae e induce a la hembra a tomar la posición de unión (Giersing et al, 2000; Babol et al 1999)

    El escatol se produce por la degradación bacteriana del triptófano en los intestinos del cerdo, éste es absorbido pasando al torrente sanguíneo y depositado en la grasa (Giersing et al, 2000; Babol et al 1999).

    Respuesta de los consumidores a la carne de machos enteros

    Por la gran variabilidad en los hábitos de los consumidores la aceptabilidad de la carne de machos enteros puede variar entre estudios (Disksterhuis et al, 2000)

    En un estudio realizado por Bonneau y Squines, (2000), el 65% de los consumidores estaría más insatisfecho con el olor sexual de la carne de machos enteros que de las hembras. En el caso del sabor solo el 3% estuvieron insatisfechos.

    En cuanto a la contribución de la andostenona y el escatol a los problemas de olor sexual, en un estudio realizado en 7 países europeos, señalan que el escatol contribuye más que la andostenona a loa problemas de olor sexual de machos enteros. En cuanto al sabor, esta tuvieron respuestas similares y aditivas (Matthews et al.2001).

    Control del olor sexual

    Existen varias formas de minimizar los problemas del olor sexual, apuntando principalmente a disminuir la concentración de andostenona y escatol. Bajar la concentración de escatol en la grasa es posible criando los animales en piso de rejilla en vez de concreto, usando alimentación líquida en vez de seca y permitiendo acceso ilimitado al agua (Bonneau y Squines,2000 ).

    Efecto de la edad de castración

    En un estudio realizado por González et al, 2003 para valorar el efecto de la edad de castración (7,14 y 21 días) en la GMD y características de la canal, concluyeron que la castración a estas edades no afecta la ganancia diaria de peso y los principales parámetros de la canal (Gonzales et al, 2003).

    Materiales y métodos

    Fueron evaluados 60 animales, los cuales conformaron los siguientes grupos de 20 animales:

    Tratamiento 1: Machos castrados

    Tratamiento 2: Hembras

    Tratamiento 3: Machos sin castrar

    A los animales del tratamiento 1, se les realizo la castración a los 7 días de edad.

    Método de castración

    La castración se hizo a cordón descubierto, se realizó una incisión en cada testículo en la línea media, bien próxima al rafe, incidiendo en el tabique escrotal para extraer los testículos, se realizo la abertura de la vaina vaginal para su separación hasta el fondo del escroto, posteriormente entre la vaina y el paquete nervioso que incluye el conducto se le aplicó una anudación, la herida fue rociada con spray Blue y en su entorno y en la cola se le unto Miasis cutánea.

    Fueron utilizados para la castración:

    Spray Blue (Bremer PHAMA GMBH, Alemania )

    Composición del Spray Blue

    • Hidrocloruro de oxitetraciclina
    • Violeta metilica

    Miasis cutánea (Labiofan, Cuba)

    Composición de la Miasis cutánea

    • Lindano
    • Esencia de trementina

    Se evaluaron los animales a los 7 días, el peso al destete y la ganancia media diaria,

    Resultados y discusión

    Tabla.23 Tabla de peso a los 7 días

    Tratamiento

    Mediana

    E. Estándar

    Sign

    Enteros

    3.075400a

    0.020395

    N:S

    Hembra

    3.077650 a

    0.020395

    Castrados

    3.076595 a

    0.020395

    Medias con letras diferentes difieren significativamente, P<0.05

    Los animales al inicio del experimento (7dias) no diferían en el peso

    Tabla. 24 Tabla de peso al destete

    Tratamiento

    Mediana

    E. Estándar

    Sign

    Enteros

    8.06345a

    0.048939

    ***

    Hembras

    8.05231 a

    0.048939

    Castrados

    7.42812b

    0.048939

    Medias con letras diferentes difieren significativamente, P<0.05

    Tabla.25 Tabla de GMD

    Tratamiento

    Mediana

    E. Estándar

    Sign

    Enteros

    191.8486a

    0.067925

    ***

    Hembras

    191.3330 a

    0.067925

    Castrados

    140.8526 b

    0.067925

    Medias con letras diferentes difieren significativamente, P<0.05

    Nuestros resultados difieren de lo planteado por Mendel y Fuentejana (2001), quienes plantean que el crecimiento de los machos castrados es al menos igual que el de los machos enteros. Y también difieren con Fortin (1980); Cisneros et al (1996) y Weatherup et al (1998) que señalan que los machos castrados y hembras sin castrar ofrecen rendimientos de la canal similares y superiores a los machos enteros.

    Los resultados obtenidos en este experimento concuerdan con Prieto (1998), que plantea que los machos castrados tienen una capacidad menor que los machos enteros y que las hembras para trasformar las proteínas en tejido muscular.

    También Quiles y Hevia (2003) señalan que los cerdos no castrados utilizan con mayor eficiencia los nutrientes que los castrados.

    Creemos que esta diferencia que existe entre cerdos castrados, hembras y no castrados, puede estar dada por que la función testicular permanece dormida, desde el nacimiento hasta la pubertad, etapa que no fue incluida en el experimento por que solo valoramos la etapa nacimiento – destete y los cerdos que fueron castrados fueron sometidos a un estrés, que no fue sufrido por los otros grupos de animales.

    En cuanto a la afirmación de Alonso (1997) que plantea que está demostrado que el macho castrado tienen más capacidad para convertir el alimento en músculo, debido a que las hormonas masculinas en el macho entero bloquean la acción de la hormona somatotropa del crecimiento, esta afirmación no pudo ser confirmada por que el experimento solo se realizo en la etapa de cría donde no se ha producido la descarga hipofisiaria que anuncia el comienzo de la pubertad y estimula la secreción de testosterona por las células de Leydig.

    Bibliografía

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    Dr. Camilo E. Perea

    División de producción de Materiales Biológicos

    Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA)

    Autopista Nacional y Carretera de Jamaica, Apartado 10, La Habana Cuba