Ensayo sobre el concepto de "Bien y mal": algunas consideraciones en la historia del hombre
Enviado por Alvaro Brantes Hidalgo
Introducción
Se me ha pedido realizar un acercamiento, respecto de un concepto que ha sido motivo de de divagaciones, discusiones de alto vuelo y del cual se ha escrito de manera abundante, durante toda la historia de occidente, me refiero al concepto de BIEN y por ende su antinomia el "mal". Durante muchas semanas le di vuelta al asunto para ver por donde tomaba tan amplio y profundo tema. Vi que era necesario realizar un desarrollo del concepto de Bien y mal en la historia del hombre a partir de los pensadores griegos. Desde allí comencé a visualizar algo, que se fue repitiendo en cada uno de los autores que se revisaron, esta redundancia conceptual no es otra cosa que el problema para definir el "mal". Finalmente opté por recoger la postura aristotélico-tomista, que presenta al mal, solamente como una ausencia de Bien. Así, quedaba establecido que el mal (latin –malum), sería nada mas que el "no-ser" frente al "ser" que es el Bien. Ahora cabe aclarar que el mal como tal, se presenta solo en el plano interior del hombre, cuando este "sufre" una ausencia de "Bien", que no es otra cosa que "la no búsqueda" de la Verdad, la Belleza y la Virtud. Pues cuando hablo de la virtud debo necesariamente aclarar que me refiero a la prudencia, la templanza, la justicia, la fortaleza y finalmente el amor desinteresado por los hombres y las cosas.
Así, el desarrollo de este trabajo se circunscribe como decíamos a tratar el Bien desde su concepción como, Bien metafísico por un lado y Bien moral por otro para terminar, con las concepciones más pragmáticas de Bien, imperantes en los más variados pensadores contemporáneos.
Finalmente, el lector de este ensayo lo podrá desmenuzar, con la plena seguridad que, nada de lo que se ha escrito lo encontrará en medios electrónicos a menos que vaya a las mismas fuentes utilizadas por el suscrito, me refiero los originales e-books, de cada uno de los filósofos expuestos.
DESARROLLO
Bien, palabra de origen griego, que en latín es Bonum, en general, es todo lo que posee valor, precio, dignidad, merito, bajo cualquier titulo que lo posea. Bien, en efecto, es la palabra tradicional para indicar lo que en lenguaje moderno se denomina valor. Un bien es un libro, un caballo, un alimento, cualquier cosa que se pueda vender o comprar, un bien también es la belleza o la dignidad, la virtud humana o una acción virtuosa en particular, un comportamiento aprobable. De acuerdo con esta extrema variedad de significados, el adjetivo –bueno- tiene igual variedad de aplicaciones. Podemos hablar de "un buen destornillador" o de "un buen automóvil", como también de "una buena acción" o de "una persona buena". Asimismo, decimos "un buen plato" para indicar alguna cosa que coincide con nuestro gusto o "un buen cuadro" para indicar un cuadro logrado.
En esta esfera de significado general, de acuerdo con el cual la palabra se refiere a todo lo que tiene un valor cualquiera, es posible recortar la esfera del significado especifico, de acuerdo con el cual la palabra se refiere particularmente al dominio de la moralidad, o sea, de los mores, de la conducta, de los comportamientos humanos intersubjetivos, y designa por lo tanto, el valor especifico de tales comportamientos. Con este segundo significado o sea como Bien moral, el bien es objeto de la ética, y el registro de sus diferentes significados históricos debe ser hecho, precisamente, con referencia a la voz Ética (ethos). En este lugar debemos, por lo tanto, ocuparnos de la noción de Bien, solo en el primer sentido, es decir, en su acepción más general. Podemos ahora distinguir dos punto de vista fundamentales, que se han cruzado en la historia de la filosofía, 1)- la teoría metafísica en la cual el Bien, es la realidad como tal; 2) la teoría subjetivista, según la cual el Bien es lo deseado o lo que gusta, y es tal solo en esta relación.
- El modelo de todas las teorías metafísicas es la teoría de Platón, según la cual el Bien es lo que da la verdad a los objetos cognoscibles, el poder de conocerlos al hombre, luz y belleza a las cosas, etc. En una palabra, es la fuente de todo ser en el hombre y fuera de el (Rep. VI, 508e-509b). El Bien es comparado por Platón con el Sol, que da a los objetos no solo la posibilidad de ser vistos, sino también la de generarse, crecer , nutrirse; y lo mismo que el Sol que, a pesar de ser la causa de estas cosas, no es ninguna de ellas, así el Bien es fuente de la verdad, de lo bello, de la cognoscibilidad etc., y en general, del ser, no es ninguna de estas cosas y se halla fuera de ellas ( Id. 509b). En forma análoga, Plotino ve en el Bien la primera Hipóstasis, o sea, el origen de la realidad, Dios mismo, y lo considera como causa del ser y de la ciencia a la vez y en general, de todo lo que es o vale con un titulo cualquiera. Estas nociones fueron corrientes en la filosofía medieval, que identifico, según el ejemplo neoplatónico, al Bien con Dios mismo, de manera que puede denominarse "bueno" solo aquello que de algún modo es semejante a Dios (Sto. Tomas ST.). El teorema característico de esta concepción del Bien, es el que afirma la identidad de lo bueno y de lo que existe. "Bonum y ens son la misma cosa en realidad- dice Sto. Tomas- , ya que uno y otro pueden distinguirse racionalmente. El Bien en efecto, es el ente en cuanto a objeto de deseo, lo que no es el ente" (S. Th., I,q.5, a.1). Por lo tanto, "todo ente, en cuanto a ente, es bueno" (I, q.5,a.3). En efecto, todo ente en cuanto a tal es en acto, y en cuanto es en acto es perfecto, pero lo perfecto es también apetecible y bueno. Este teorema revela la naturaleza de la concepción metafísica del Bien, cuyo principio es que el Bien es apetecible solo en cuanto a realidad perfecta o perfección real. Se puede, por lo tanto, reconocer una teoría metafísica del Bien precisamente en este fragmento, que subordina la apetencia a la realidad y considera por ultimo como realidad suprema el Bien mismo. Así lo que hace Hegel, por ejemplo cuando afirma que "la realidad efectiva coincide en sí con el Bien (Philosophische Propädeutik –propedéutica filosófica-III:.83); o que el Bien es "la libertad realizada, la absoluta mira final del mundo"(Fil. Del Dº:.129). Todas las formas de idealismo y de espiritualismo constituyen otras tantas doctrinas metafísicas del Bien, ya que todas identifican el Bien con la realidad y, en el limite, con la realidad suprema; así lo hace , por ejemplo Rosmini al identificar el Ser y el Bien ( Principi della scienza morale, ed. Nacional, p.78), lo mismo que Gentile al identificar el Bien con el espíritu en acto : "El Bien o valor moral no es otra cosa que la realidad espiritual en su idealidad, como producción de sí misma o libertad" (Lógica, I,p.110). Algunas filosofías contemporáneas que prefieren hablar más del valor que del Bien, considerando al valor como realidad absoluta y última, se inscriben en la misma concepción tradicional del bien.
- Por otro lado la teoría subjetivista del Bien es lo inverso simétrico de la teoría metafísica. Para ella el Bien no es deseado por que sea perfección y realidad, sino que es perfección y realidad por que es deseado. El ser deseado, o apetecido, define al Bien. Así lo definió siempre Aristóteles (et.nic.,I1, 1094 a 3). Pero la doctrina no se muestra con él sin conexiones o mezclas con la doctrina opuesta. En efecto, cuando debe determinar los criterios de preferencia entre varios bienes, recurre a la noción metafísica de perfección, o sea, a la noción que es el fundamento de la teoría del Bien opuesta. Así, por ejemplo, dice que lo que es Bien absolutamente es mas deseable que lo que es un Bien para algunos, por ejemplo, el curar es preferible a sufrir una operación quirúrgica ; que lo que es un Bien por naturaleza, por ejemplo, la justicia es preferible a lo que es un bien por adquisición, por ejemplo el hombre justo. Y además, "es mas deseable lo que pertenece a un objeto mejor y mas preciado; así lo que pertenece a la divinidad es preferible a lo que pertenece al hombre y lo que corresponde al alma a lo que corresponde al cuerpo" (Top., III, 1,116 b 17). De tal manera Aristóteles delinea un sistema de preferencias que parece orientarse por el carácter de perfección que objetivamente poseen los bienes y que , por lo tanto, se concilia mal con la definición del Bien como objeto de deseo.
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