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Estudio para el establecimiento de un sistema agrosilvopastoril para ovinos en la Empresa Agropecuaria Manuel Sanguily (página 2)


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Estimación del consumo de alimentos.

Para la estimación del consumo de alimentos, se utilizó el procedimiento del balance alimentario (Stuart, 2004). Este se realizó estimando una ganancia media diaria de 85 g/animal/día, según la tabla de requerimientos NRC 1985. Se consideró una existencia del rebaño promedio de 67 crías, 56 desarrollos o cebas y 56 reproductoras. Para el balance forrajero se estimó un aprovechamiento del pasto del 60 % en época lluviosa, y 70 % en poco lluviosa, y en el caso de los forrajes se estimó un aprovechamiento de un 85 %.

Para determinar el consumo de MS se consideró el 4 % del peso vivo del animal, preestableciéndose un peso promedio de 27 y 35 kg para las reproductoras en el balance retrospectivo y perspectivo respectivamente , 15 kg para el desarrollo Hembra y animales en ceba y de 8 kg para las crías, para ambos casos. La raza utilizada fue el Pelibuey cubano, variedad bermejo.

Diagnostico de los problemas de la unidad.

Los problemas de la unidad se determinaron por medio del diagnóstico participativo y las entrevistas con los trabajadores, utilizando en las encuestas el método de entrevista tipo "cara a cara", estandarizada y exploratoria (Ibarra et al., 2002), siguiendo los siguientes pasos:

  • Presentación.
  • Explicación de los propósitos y objetivos de la entrevista.
  • Explicación del método de selección de los encuestados.
  • Presentación de la entidad gestora de la entrevista.
  • Explicar que se garantizaba el anonimato.

Los resultados fueron utilizados para elaborar la matriz DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades), según el procedimiento descrito por Boisier (2000). La información obtenida se utilizó como base para la elaboración de la nueva propuesta tecnológica. Los datos climáticos se tomaron del centro metereológico de La Palma, ubicada a 4 km del área de estudio, los cuales aparecen registrados en el anexo 1.

Animales, tratamientos y diseño.

Se utilizaron las reproductoras adquiridas de 1er a 3er parto del rebaño, con promedios de 26, 29, 32 kg de peso vivo respectivamente. Se analizaron los pesos desde el nacimiento hasta los 10 meses de edad. Las épocas fueron enmarcadas como poco lluviosa (noviembre –abril) y lluviosa (mayo – octubre) Los partos se clasificaron como simples y múltiples.

Se realizó un análisis de varianza, partiendo de un diseño completamente aleatorizado de efectos fijos en arreglo factorial de 5 factores. Se utilizó la dócima de Duncan para analizar la significación de las diferencias entre medias. El procesamiento estadístico se efectuó por medio del programa infostat.

Procedimiento experimental.

Los animales se pesaron al nacer y después regularmente cada mes, los pesos se ajustaron en los casos necesarios. Se empleó una balanza de resorte de 50 kg de capacidad, el pesaje se efectúo en ayunas. Se realizaron 2 muestreos mensuales del pasto para determinar su disponibilidad por el método de Haydock et al., (1975).

Resultados y discusión.

Descripción y diagnóstico del manejo y la base alimentaría de la unidad.

Uso de la tierra.

La superficie total del área dedicada al manejo de ovinos es de 62,5 has, correspondiendo el 65 % a los pastizales, cuya composición botánica fue de Paspalum notatum (Sacasebo), 4 % de malezas, además de presentar un 30 % del área sembrada de Acacia, 1% de instalaciones y 4 ha de manga y/o terreno ocioso.

Pasto natural.

El pasto natural-base fue identificado como Paspalum notatum y se clasificó según sus características, como de bajo valor nutritivo. El rendimiento de MS se estimó en 3.0 t durante la lluvia y 0.9 t durante la época poco lluviosa (Anón, 1975). En las tablas 3.1 y 3.2 se resumen los datos de composición tomados de las fuentes citadas.

Tabla 1. Valor nutritivo del pasto natural.

Indicadores

Temporada

Lluviosa

Poco lluviosa

Materia Seca (%)

31,7

42,3

Energía metabolizable (MJ/kg MS)

8.63

8,0

Proteína (% en base seca)

6.77

6,1

El valor nutritivo del pasto disminuye en la época poco lluviosa, algunos investigadores (Ramón, 2001 y Alcaíno et al., 2007) atribuyen esta desvalorización al aumento del contenido de materia seca en las plantas, en tanto otros (Limas et al., 1983 y Peñuelas y Ocaña, 1996), a la baja digestibilidad de los pastos en esta estación.

Tabla 2. Estimados de la disponibilidad de pasto y de nutrientes por temporada.

Nutrientes

Temporada

Lluvia

Poco lluviosa

Pasto consumible (t)

21.5

6.2

Energía (MJ)

178950

50141

Proteína (kg)

1397.00

423.00

En la temporada poco lluviosa los nutrientes en los pastos están más concentrados ya que la cantidad de agua en las plantas disminuye, pero estos nutrientes se incorporan en menor grado al cuerpo de los animales, similares criterios plantean (Ramón, 2001 y Alcaíno et al., 2007), en tanto la disponibilidad de los pastos aumenta al crecer la cantidad de humedad en el suelo en la época de lluvias.

Balance alimentario.

Balance alimentario para la época poco lluviosa.

Tabla 3. Balance de energía y proteína de las crías, en la época poco lluviosa.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

2.9288

58.78

Concentrado Comercial

1.3112

21,9

Leche

0.2220

11.00

King Grass

0.8368

6.00

Aporte pasto

0.6148

4.70

Balance

——-

(-)15.08

Consumo MS como pasto: 0.6148 /7.66 = 0.080 equivalente a 80 g.

En todas las épocas del año las crías necesitan una mayor cantidad de nutrientes, principalmente proteínas, ya que se encuentran en crecimiento y desarrollo de los tejidos y órganos del cuerpo, esta es la principal función de este nutriente.

Tabla 4. Balance de energía y proteína de los animales destetados, en la época poco lluviosa.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

5.3973

101

Concentrado Comercial

2.5104

54.0

Caña

2.0920

9.00

Aporte pasto

0.7949

6.07

Balance

——-

(-)31.93

Consumo MS del pasto. 0.7949/7.66 = 0.103 equivalente a 103 g.

% de Proteína en el pasto: (38/103) X100 = 36.89.

Tabla 5. Balance de energía y proteína de las reproductoras.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

11.388

137

Concentrado Comercial

2.5

54

Caña

2.092

9

Aporte pasto

4.106

31.62

Balance

(-)2.680

(-)42.38

0.536 X 7.66 = 4.106

Concentración necesaria de proteína en el pasto: (74/880) X 100 = 8.4 %

Las tablas anteriores recogen los aportes de los alimentos, de energía y proteína para cada categoría, El balance es negativo, lo cual se corresponde con la merma habitual del pasto en dicha época. Lo de mayor importancia en este contexto es el balance estimado de proteína bruta. El déficit estimado de dicho nutriente es del 29.3 % del requerimiento en los animales de predestete y del 27.7 % en los animales de post destete.

Si tenemos en cuenta lo esbozado por Ramón (2001) quien planteó que el ganado ovino es altamente selectivo, probablemente el consumo real de proteína haya sido superior al indicado en el balance, el cual está elaborado asumiendo que se consume la planta entera. Por otra parte, en los rumiantes se produce un reciclaje de nitrógeno al rumen, el cual, en el caso de los pastos de baja calidad, cubre una parte del déficit de nitrógeno de la dieta (Lapierre et al,. 2001).

Sin embargo, este déficit sitúa a la proteína como el principal factor en el bajo comportamiento productivo de los animales. Al analizar los criterios de Elías (1983) quien aseguró que en todas las especies de animales, la relación proteína – energía es necesaria para garantizar su crecimiento y desarrollo, además de ser esta más alta en los animales pequeños, la cual disminuye con el incremento del peso vivo de los mismos, podemos concluir que los animales jóvenes post destetados, son los más afectados por esta situación.

Balance alimentario para la época lluviosa.

En la temporada de lluvia aumentan las precipitaciones y por tanto la disponibilidad de agua para ser utilizada por las plantas es mayor.

Tabla 6. Balance de energía y proteína de las crías.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

2.93

58.8

Concentrado Comercial

1.26

19.0

Leche

0.22

11.00

Aporte pasto

1.45

11.56

Balance

—-

17,22

MS consumida como pasto: 1.4516 /8.53 = 0.1701 kg , equivalente a 170 g.

Tabla 7. Balance de energía y proteína de los animales destetados.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

5.397

101

Concentrado Comercial

2.10

50

Aporte pasto

3.31

23

Balance

28

Consumo MS del pasto. 3.305/8.53 = 0.387 equivalente a 387 g.

Tabla 8. Balance de energía y proteína de las reproductoras.

Alimento

EM (MJ)

PB (g)

Requerimiento

11.39

137

Concentrado Comercial

2.10

50

Aporte pasto

9.30

73

Balance

——

-14

Consumo de pasto: 9.296/8.53 =1.08 kg, equivalente a 1080 g de MS.

En la época lluviosa los requerimientos de energía fueron cubiertos, manteniéndose el déficit de proteína. De acuerdo a la información que aportó las tablas previamente presentadas, existió un desbalance marcado en la disponibilidad y el aporte nutritivo del pasto entre épocas. La diferencia de disponibilidad entre épocas, ha sido señalada por numerosos autores como una característica de los pastos naturales tropicales (Fitzpatrick et al. 2000 y Reyes, 2003).

Por otra parte puede observarse en la tabla la concentración de nutrientes estimada para el pasto en ambas época es baja, principalmente en proteínas. Esto evidencia lo postulado por Febles (2003), quien señaló que los pastos naturales en los trópicos no suministran suficiente alimento de buena calidad para alcanzar rendimientos productivos altos, particularmente durante la temporada poco lluviosa.

En sentido general los resultados indican que el primer factor nutritivo limitante en ambas épocas fue la proteína. Una parte de esta pudiera ser cubierta mediante la suplementación con urea u otra fuente de nitrógeno no proteico (Ritzhavat et al. 2001); pero en los animales en crecimientos posiblemente sería necesaria una fuente de proteína verdadera de baja a moderada degradabilidad.

Suplementación.

La caña se suministró durante la temporada poco lluviosa y se estimó como de baja calidad, ya que la misma tenía una alta proporción de paja y tallos poco desarrollados. Este alimento fue suministrado sin suplemento proteico o alguna fuente de nitrógeno no proteico, lo que según Martín (2004) disminuye la celulolisis ruminal, y como consecuencia propicia una menor degradación de la fibra que contienen, tanto la caña como el alimento base. Al analizar los resultados resumidos en la tabla 3.2, en ambas temporadas y en particular en la poco lluviosa, el contenido de proteína bruta esta por debajo del necesario para una buena actividad microbiana ruminal (Galina et al. 1993). Se suministró además, Pennisetum purpureum (King Grass) durante la temporada poco lluviosa, el cual no fue regado ni fertilizado.

La suplementación con concentrado fue insuficiente brindándose 150 g/animal/día en la etapa pre – destete y 250 g/animal/día al resto de los animales, además de ser manejada sin una estrategia por época, categoría y etapa productiva, lo que propició que la eficiencia y la optimización de ese recurso fuera baja.

Manejo del ganado ovino en el Complejo Agropecuario.

En la unidad el destete se realizó a los 150 días. En este sentido, debe tenerse en cuenta que según lo postulado por Cano et al., (2000), en un sistema de medianos a bajos insumos éste debe efectuarse entre los 90 y 120 días.

Después de este momento la producción de leche de la oveja es practicante insignificante; provocando este procedimiento el alargamiento innecesario del intervalo entre partos. Dicho sistema es válido solamente en la crianza de animales de alto valor genético.

Castración.

La castración de los corderos se realizó entre 21 – 30 días cumpliendo con lo indicado por Maseda et al. (1994) quienes plantean que no retraza el crecimiento del animal significativamente y que facilita el manejo y contribuye a controlar la reproducción.

Las consecuencias observadas de la castración en las crías fueron:

  • Detención del desarrollo de las características sexuales secundarias.
  • Los huesos crecen más lentamente y se hacen más livianos.
  • La cara se afina y la cabeza se alarga.
  • La pelvis se amplia.
  • Los cuernos se vuelven más delgados.

En general, las crías castradas tomaron un aspecto más afeminado, fisiológicamente aumentó la aptitud para el engorde y debido a la supresión de la actividad hormonal reproductora la calidad de la carne aumenta.

Manejo del pastoreo.

El pastoreo se realizó sin rotación ya que, el cercado interior es deficiente, lo que propicia el sobre pastoreo o subutilización del pasto (Voisin, 1963). El horario fue de 8:00 am a 12:00 pm y de 2:00 pm a 5:00 pm, todos los días de la semana, para un total de 49 horas semanales. La carga fue de 15 animales de 14 kg de peso promedio por ha.

Manejo reproductivo.

La unidad utilizó la época de monta continua, con método directo, lo que significa que el semental permaneció todo el tiempo junto a las hembras. Se utilizó un solo ejemplar en esta función, lo que viola las normas técnicas para el manejo de la especie en sistemas de monta directa, que establecen una proporción de 1 macho por cada 25 hembras (MINAGRI 2001).

La alimentación nocturna es poco utilizada cuestión que provoca un largo periodo de ayuna en dicho horario, lo que disminuye drásticamente el rendimiento productivo, lo que coincide con los resultados de Garré et al., (2002).

Peso al nacimiento.

Se conoce que el bajo peso al nacer de los corderos está relacionado con deficiencias nutricionales, mal manejo zootécnico, además estos tienen más posibilidades de morir que aquellos que se encuentran por encima de la media general del rebaño Fonseca et al. (2002). En la tabla 3.9, se presenta el peso al nacimiento promedio para cada factor analizado. Se analizó la interacción tipo de parto x año dando NS. El efecto año no arrojó diferencias significativas.

Tabla 9. Efecto del sexo, época del año, tipo de parto y lactancia de la madre en el peso vivo al nacer.

Efecto

Peso vivo al nacer (kg)

± EE

Sig.

Sexo

Macho

2.46

±0.0557

***

Hembra

2.20

±0.1361

Época

 

Lluviosa

2.25

±0.0774

*

Poco lluviosa

2.42

±0.0566

Tipo de parto

Simple

2.45

±0.0458

**

Doble

2.26

±0.0693

Lactancia de la madre

Primera

2.03 a

±0.0662

***

Segunda

2.41 b

±0.0772

Tercera

2.49 b

±0.0588

Letras distintas indican diferencia significativa (P≤0.05)

El análisis de los datos arrojó como resultado que, el peso al nacimiento promedio fue de 2.32 kg. En Cuba, Fonseca et al., (2002), indicaron pesos al nacer de 3.09 kg en hembras; Febles (2003), encontró pesos de 2.9 kg al nacimiento. Por otra parte Arias et al., (2001), en estudios en un rebaño de la provincia Granma, reportaron pesos al nacimiento de 2.8 kg, en condiciones de producción, en tanto Ramírez (1990), indicaron pesos al nacer entre 2.5 kg y 3.3 kg en los sistemas de producción de la provincia de Matanzas, Cuba.

En cuanto al comportamiento del peso al nacimiento, en función del sexo, se obtuvo diferencias (P<0.01) a favor de los machos, con 2.46 kg contra 2.20 de las hembras. Este resultado es inferior al alcanzado por (Cano et al., 2000) de 4.0 y 3.9 kg, respectivamente para, machos y hembras con crías de la raza Merino.

La época de gestación es un factor determinante en el peso al nacimiento de los ovinos, máxime si el pasto es la base alimentaría principal del sistemas. La misma ejerce una influencia directa en las fluctuaciones de la disponibilidad de alimentos entre épocas, esto justifica que las gestaciones que se produzcan y desarrollen en le período lluvioso originan mayores pesos al nacimiento de las crías, (Lima et al. 1983), y se debe a una respuesta positiva de la madre y del feto a la mejora del plano nutricional que se produce en este período.

La influencia que ejerce la época de nacimiento en este indicador, indica diferencias (P<0.05) a favor de las crías del período poco lluvioso, con pesos de 2.42 kg contra 2.25 kg de las nacidas en la época lluviosa, esto puede haber sido motivado por la diferencia en disponibilidad y calidad del pasto que en nuestras condiciones tomó valores promedios en lluvia de 3 t MV/ha y 1.25 t MV/ha, siendo el período lluvioso el último tercio de la gestación de la mayor cantidad partos del período poco lluvioso, valores que aparecen reflejados en la figura 2.2.

Estos resultados anteriores coinciden con Ramón (2001), que analizaron el efecto de la época de gestación en el peso al nacer, obtuvieron que las crías concebidas en el trimestre Mayo – Junio – Julio, presentan mayor peso vivo (3.07 kg), que la de los demás trimestres Agosto – Septiembre – Octubre (2.64 kg) y Febrero – Marzo – Abril (2.62 kg). Además coincidimos en cuanto al grado de diferencia entre trimestres, con los valores más recientes obtenidos por Fonseca et al. (2002) al evaluar los índices reproductivos del Pelibuey en condiciones de montaña.

El tipo de parto es otro elemento que mayor influencia tiene en el peso al nacimiento. El estudio realizado en nuestras condiciones arrojó que las crías nacidas de los partos simples superaron con diferencia (P<0.01) a las crías provenientes de partos múltiples 2.45 vs 2.26 kg, respectivamente. Resultado que está en el rango normal y que son cuantitativamente inferiores a los obtenido por Combellas (2002) quienes señalaron pesos al nacimiento en corderos Pelibuey de 3.20; 2.48 y 2.06 para crías provenientes de partos simples, doble y triple.

Al analizar el comportamiento atendiendo al número de partos de la reproductora, se obtuvo diferencias (P<0.001) con valores de 2.03, 2.41, 2.49 kg para las crías provenientes de primer, segundo y tercer parto, dichos valores indican que las crías de primer parto presentaron menor peso que las de segundo y tercer parto, siendo estas últimas iguales. Resultado que se puede adjudicar al mayor peso de las reproductoras de más edad, siendo el mismo de 26, 29 y de 32 kg para las reproductoras de primer, segundo y tercer parto, con 18, 25, 31 meses, factores que influyen en el desarrollo del feto en el claustro materno (Hernández et al., 1999), Ramón (2001) y Fonseca et al., (2002).

Por otra parte Lima et al., (1983) y Combellas (2002) refieren que mientras mayor sea el peso de la madre al parto, mayor será el peso al nacer, reafirmando lo postulado por Ramón (2001) de que al aumentar en 1 kg el peso de la madre al parto, se incrementa el peso de la cría en 56.5 g.

Esto pudiera estar determinado porque las ovejas de 1er parto están en crecimiento, mientras que las de 2do presentaron un peso cercano a los 30 kg y las de 3er parto presentaron más de 31 kg de peso vivo que es considerado por Cano et al., (2000) como el peso adulto para la raza Pelibuey.

Peso al destete: En la tabla 10 aparecen los valores del análisis del peso al destete, en dependencia del sexo, tipo de parto, época y lactancia de la madre. Se analizó la interacción tipo de parto x año dando NS. El efecto año no arrojó diferencias significativas. De manera general se obtuvo un valor promedio de 15.61 kg. A los efectos del peso al destete los resultados coinciden con los encontrados por Deckson et al. (2003) en un sistema de alimentación intensivo y destete a los 120 días de edad; pero la relación peso/edad fue menor en nuestras condiciones, lo que indica menor velocidad de crecimiento.

Tabla 10. Efecto del sexo, época del año, tipo de parto, y lactancia de la madre, en el peso vivo al destete.

Efecto

Peso vivo al destete (kg)

± EE

Sig.

Sexo

Macho

16.44

± 0.1574

***

Hembra

15.73

± 0.1499

Época de nacimiento

 

Lluviosa

16.13

± 0.142

*

Poco lluviosa

16.03

± 0.168

Tipo de parto

Simple

16.14

± 0.1307

**

Doble

15.45

± 0.1947

Lactancia de la madre

Primera

15.31 a

± 0.1889

***

Segunda

16.33 b

± 0.2203

Tercera

16.50 b

± 0.1661

Letras distintas indican diferencia significativa (P≤0.05)

Los machos promediaron 16.44 kg y las hembras 15.72 kg, siendo la diferencia

(P<0.001). Los valores obtenidos son superiores a los encontrados por Cano et al. (2000), que encontró pesos de 13 y 14 kg, para hembras y machos respectivamente, con destete a los 120 días de edad. En este sentido Ramón (2001) postulan que el factor que mayor influencia tiene en el peso al destete independientemente del nivel de alimentación, es la edad de la cría al destete, ya que esta a su vez influye directamente en la ganancia diaria de peso.

Por otra parte Rattray (2000) sostiene que el peso al nacimiento determina de manera importante el peso al destete. Además durante la fase de lactación se aprecia como este indicador tiene un efecto marcado sobre la velocidad de crecimiento, siendo en aquellas crías con peso vivos al nacimiento mayor que 3 kg, mayor la velocidad de crecimiento, respecto a aquellas que su peso vivo es inferior a este indicador, mejorando estas sus pesos al destete en 2 kg.

En cuanto a la influencia de la época de nacimiento en el peso al destete, no hubo diferencia entre ambas, siendo nuestros resultados diferentes a los alcanzado por Fonseca et al. (2002) quienes obtuvieron diferencia altamente significativas favorable para las crías nacidas en época lluviosa 14.75 vs 16.20 kg, esto es posible que se deba a que el pico de nacimiento en sus condiciones no coincidió con el de las obtenidas en este trabajo (octubre – noviembre).

En el tipo de parto se encontraron diferencias (P<0.01) con pesos 16.14 y 15.45 kg para los animales provenientes de partos simples y dobles respectivamente. Esto pudiera estar relacionado, entre otras cosas, al mayor peso de las crías de partos simples, lo que corrobora la importancia de este indicador en el desarrollo ulterior de la cría. Por otro lado Spedim, (1975) postula que a pesar de la mayor producción de leche de las reproductoras multíparas, sus crías consumen menos cantidad de leche, por tener que compartir la leche con su hermano gemelo, elemento este que influye de manera importante en el peso al destete.

La influencia del número de partos en el peso al destete mostró diferencias (P<0.001) entre las crías provenientes de un primer parto y las de segundo y tercer parto 15.31, 16.33 y 16.50 respectivamente, resultado que es posible que este relacionado con el menor peso al nacimientos de las primíparas, la inferior producción de leche y habilidad materna de sus madres, esta deducción coincide con los planteamientos de Avedaño et al., (2004).

Factores analizados en el peso final: Teóricamente se plantea que la ceba del ovino pelibuey, en un sistema medianamente intensivo debe tener una duración de 10 meses y en dicho tiempo el animal deber alcanzar, al menos, 30 kg de peso (Cano et al. 2000). De manera general, el peso final medios fue 26.88 kg siendo inferior al propuesto por Fonseca et al. (2002) en estudios relacionados con la determinación de los requerimientos energéticos del ovino Pelibuey en la etapa de crecimiento ceba, donde demostraron que es posible lograr ganancias de peso vivo superiores a 130 g/animal/día durante todo un ciclo de producción, y llegar a los 10 meses de edad con pesos finales superiores a los 35 kg.

En la tabla 3.11 se analizan los resultados del efecto del sexo, época de nacimiento, tipo de parto y lactancia de la madre, en el peso vivo final.

Tabla 11. Efecto del sexo, época de nacimiento, tipo de parto y lactancia de la madre, en el peso vivo final.

Efecto

Peso vivo a los 10 meses (kg)

± EE

Sig.

Sexo

Macho

28.35

0.2138

***

Hembra

27.10

0.2034

Época de nacimiento

 

Lluviosa

27.56

0.1945

*

Poco lluviosa

27.07

0.2259

Tipo de parto

Simple

27.43

0.1770

**

Doble

26.11

0.2660

Lactancia de la madre

Primera

26.53 a

0.2618

Segunda

27.49 b

0.2962

Tercera

27.82 b

0.2233

Letras distintas indican diferencia significativa (P≤0.05)

Los resultados de la tabla facilitan que las consecuencias del peso a los 10 meses de edad, la interacción tipo de parto x año resultó ns. El efecto año no arrojó diferencias estadísticas. Los efectos indican diferencia (P<0.001) a favor de los machos (28.35) sobre las hembras (27.10), que es una consecuencia directa del mayor peso al nacimiento (2.46 y 2.20 kg) y al destete; (16.44 y 15.73 kg), respectivamente, coincidiendo con lo postulado por Morgan (1996), quien esboza que los machos siempre tienen mayor peso que las hembras a cualquier edad. Los pesos alcanzado a esta edad son notablemente inferiores a los alcanzados por Maseda et al. (1994), debido al pobre aporte de nutrientes del sistema de alimentación a los animales.

En cuanto a la influencia de la época de nacimiento no se obtuvo diferencia en el peso a los diez meses de edad entre los animales nacidos en la época poco lluviosa y lluviosa, con valores de 27.07 y 27.56 kg, respectivamente. Una de las causas principales de este comportamiento pudiera ser el mayor peso al nacimiento de las crías nacidas en la época de escasez de lluvias, que influye notoriamente en el peso final.

La diferencia de peso en los animales provenientes de partos simples y múltiples fue (P<0.01) con pesos promedios 27.43 y 26.11 kg para las crías provenientes de partos simples y dobles respectivamente, influyendo en este resultado el peso al nacimiento y al destete. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Fonseca et al. (2002); quien reportó diferencias muy significativas en el peso final entre animales provenientes de partos simples y dobles.

El peso final en función de la lactancia se comportó igual que los casos analizados anteriormente con diferencia (P<0.001) a favor de los animales provenientes de madres de segunda y tercera lactancia sobre los de primeras.

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