El siglo XVIII, mientras que contempló, por una parte la transformación de la rudimentaria sociedad agrícola inglesa en una sociedad industrial gracias a las invenciones mecánicas, por otra parte contempló el origen de una gran protesta social que más tarde derivó en la ideología comunista.
La producción mecanizada que abatió tiempos y produjo a gran escala cometió un gran error: olvidarse de los hombres del trabajo.
Situémonos ahora en el siglo XX, en EE.UU., en los años 30, la mecanización agrícola desalojó mano de obra afroamericana, que quedó al margen de la economía formal. Muchos se desplazaron hacia Detroit y pudieron reubicarse en las tareas peor calificadas de la industria automotriz, de las que fueron nuevamente desalojados en cuanto llegaron los procesos de automatización, ya que las primeras tareas que absorbe el avance tecnológico en la industria automotriz, son las que ocupan trabajadores menos calificados. Las Desigualdades Sociales: Impactos Del Desempleo
El desempleo como ya se mencionó antes, trae consecuencias hacia las personas de manera individual, sin embargo posterior al impacto en la dimensión personal del trabajo humano, se debe luego llegar al segundo ámbito que está necesariamente unido a él. El trabajo es el fundamento sobre el que se forma la vida familiar, la cual es un derecho natural y una vocación del hombre. Por todos es sabido que al carecer de trabajo se carece del medio de sustento de la familia, por lo cual se atenta contra la subsistencia de esta. Aunado a lo anterior el trabajo y laboriosidad condicionan a su vez todo el proceso de educación dentro de la familia. El desempleo en el factor familia tiene consecuencias: desintegradoras, baja la calidad de vida, impiden su formación y su supervivencia.
En lo que se refiere a la sociedad, es cierto que ésta se nutre y evoluciona a través del trabajo de sus integrantes. La desocupación de estos provoca el retrazo del desarrollo en la misma así como el aumento de la distancia en la brecha entre los diferentes estratos.
Por lo que es imprescindible que la sociedad se encuentre en una búsqueda constante de soluciones y alternativas para lograr la solución del problema.
Como consecuencia del aumento de la brecha que separa a los distintos estratos se fomentan problemas sociales de diversas índoles. Tales como la violencia, la delincuencia, la mendicación y las revueltas sociales
En tiempos recientes uno de los fenómenos más notorios causados por esto es la migración masiva a otros países, esta en algunos casos es de familias completas pero en la mayoría de los casos provoca la desintegración o disgregación familiar.
Como se puede ver existe una visión según la cual, "la mayoría de la población comienza a ser innecesaria para el sistema económico".
Como se puede ver, "el incremento de la productividad y desempleo tecnológico implican necesariamente una mayor concentración de riqueza y un incremento de las tensiones sociales".
Esta polarización social genera, dos tipos de sociedades. De un lado, grupos sociales con una "población creciente" pero "con oportunidades decrecientes de empleo", que incrementa "en especial…la violencia juvenil por falta de oportunidades". De otro lado tenemos otros grupos sociales que "aumentan los barrios residenciales amurallados y las fuerzas de represión."
En este único y gran mercado, en el que nos encontramos y con las lecciones que nos ha dado la historia, ¿sería justo volver a permitir que las máquinas aumenten la producción, disminuyan costos y precios finales, quitándole el trabajo al humano? ¿no equivalen estas tendencias a reintroducir de una manera nueva y sutil, el olvido de los trabajadores?
En este nuevo siglo marcado por una creciente preocupación por los derechos humanos, conviene replantear las soluciones, y volver a considerar las consecuencias excluyentes de la tecnología, que antes pasaban más desapercibidas.
La Solución: Relación Armónica Entre Hombre Y Robot
Dado que el hombre es un ser que para desarrollarse necesita trabajar, la mejor solución deberá ser darle el primer lugar que tiene y colocar la tecnología a sus servicio.
"Estableciendo el trabajo como el ejercicio consciente, serio y exteriorizado objetivamente de las capacidades del hombre para la realización de aquellos valores con los que el hombre presta un servicio a la sociedad humana; sólo se puede hablar del trabajo de las máquinas en sentido figurado, a saber, en la medida en que el hombre pone máquinas a su servicio."[1]
Con la actividad –el trabajo– que llena más o menos la vida del hombre, se da una tarea y se adquiere una posición en la vida, que solemos llamar profesión, a la que normalmente va unida una retribución que sirve para el mantenimiento (profesiones lucrativas). Por su sentido propio, la profesión no es asunto privado , sino servicio social, aunque, por supuesto, tenga que ser considerada por el hombre como tarea personal de la vida."
El trabajo es una vocación universal, lo saben todos los hombres. El desplazar al hombre de la actividad laboral se limita su potencial, se violenta su naturaleza. Así como el hombre es un ser social también es un ser trabajador.
Aún cuando este trae consigo fatigas y sacrificios, el trabajo es un bien; y el desplazamiento del individuo de esta labor no permite que este satisfaga sus necesidades particulares.
Como menciona Arnold Gehelen "el hombre es un ser existencialmente forzado a la acción"[2]. Sin trabajo no es posible la conservación del individuo, de la especie ni el desarrollo de una vida cultural.
El trabajo ofrece al hombre la posibilidad de alcanzar el «dominio» que le es propio en el mundo visible.
El hombre cuenta con las facultades del conocimiento, voluntad y configuración creadora para lograr su pleno desarrollo dentro de la sociedad y deberá emplearlas para lograr una sana convivencia en donde la tecnología no desplace al hombre, planteando siempre ante cualquier problema soluciones y medidas humanas.
El trabajo en la persona, además, tiene carácter dignificador, por lo que la dignidad de este es atacada cuando no se le permite o se le dificulta participar en las actividades laborales.
Según la doctrina cristiana el hombre posee dominium naturale sobre toda la creación material y, según una acertada formulación de Domingo Soto en 1556, no lo tiene únicamente sobre los bienes de la tierra (fructus terrae), sino también sobre el microcosmos de los elementa y sobre el macrocosmos del universo (orbes caelestes).[3] De este dominio sobre las cosas se establece que debe ser la tecnología la que tiene estar al servicio del hombre y no viceversa.
Según la interpretación cristiana el trabajo es una colaboración, una ayuda y un servicio. El hombre productor pone a disposición de los demás los bienes materiales. Es servicio al prójimo, a la familia y al pueblo y, por tanto, noble, aunque apenas contenga un elemento de configuración creadora. ¿quién la tiene?
El desarrollo de nuevas ramas, como la biotecnología, resultan insuficientes para absorber a la mayoría de los desempleados.
EL GOBIERNO
Algunos analistas consideran "que los gobiernos se encuentran verdaderamente impotentes para conducir la transición de un modo de organización de la producción a otro".
Las pocas acciones que realizan "buscan implementar medidas de protección para el desocupado, pero no para proteger el empleo existente".
Hasta el presente se ha limitado a implementar programas promocionales de empleo temporal, ya sea: "incorporando transitoriamente personal a tareas municipales" o subsidiando otras actividades.
LA EMPRESA
Pensamos que si desde las empresas, se protege el empleo de su personal, buscando soluciones que integren trabajadoras y procesos tecnológicos, las cosas irían más rápido y esto podría producir una verdadera revolución que rediseñara el nuevo perfil del mercado global.
Henry Ford, "a quien se considera el padre de la industria automotriz moderna" puso en práctica un sistema que ideó y el cual consistía en organizar la producción de manera que incluyera los avances tecnológicos.
Dentro de la empresa que creó, la Ford Motor Company, puso en práctica la idea de fabricar en serie el auto que había inventado en 1908. Combinando el trabajo de obreros y máquinas en la famosa "línea de ensamblaje", logró producir 15´000´000 de unidades del Ford T, el auto que en 1999 fue elegido como "El Auto del siglo XX".
Un Caso De Muestra: Soluciones Humanas
El Caso Soplamex
Ante el alto nivel de competencia que trae consigo la globalización, una empresa exportadora mexicana, fabricante de botellas de plástico para shampoo, suavizantes y blanqueadores enfrentó esta disyuntiva:
O automatizar totalmente sus procesos y despedir a la mayoría de sus empleados,
O buscar una solución que integre ambos elementos.
En lugar de automatizar todo el proceso de producción, Soplamex ha decidido producir más, cambiando la maquinaria por un " equipo que trabaje mejor y más rápido", pero integrando a su personal de modo que se pueda producir más "con la misma gente".
El aumento en la producción, que provino del cambio del equipo pero del integrarlo con la plantilla laboral existente, produjo un aumento en las ventas, en las utilidades pero sin recorte de personal.
Esta solución se debe a la visión de los directivos para quienes " emplear a un obrero en la planta y pagarle por su trabajo, no le brinda el sustento sólo a él, sino también a la familia que se encuentra detrás de él"
La visión de esta empresa que vende botellas en toda la República Mexicana y exporta al sur de Estados Unidos, es una muestra de cómo "una visión humana" y "preocupada por el bienestar de sus trabajadores y de las personas allegadas a éste" puede ir "humanizando más el fenómeno de la globalización".
Producir más con la misma gente, mejorar ventas y utilidades sin recortar personal es una solución inteligente que marca un rumbo en cuanto al modo considerar al recurso humano como elemento fundamental de la decisión de negocios.
Para darnos una idea clara del resultado de la implantación de dicha solución, conviene estudiar algunos datos concretos.
Los clientes de la empresa son el grupo Colgate Panmolive, Aceites Jonson, Shampoo Loreal Kids, así como embotelladoras plásticas del sur de EU.
El personal total de la planta era de 150 total empleados distribuidos en tres turnos, o sea, 50 empleados por turno. Aún después de la automatización permaneció constante el número de empleados, no siendo así las tareas asignadas a estos.
Las tareas realizadas anteriormente eran: | Actualmente los empleados se dedican a: |
Chequeo visual | Chequeo visual |
Chequeo de fugas | Empaque |
Empaque | Rebabeo |
Rebabeo | Movimiento de la materia prima |
Alimentación de las pastillas de polietileno a la sopladora | Molido para reciclado |
Movimiento de la materia prima | Mezcla de las pastillas de polietileno |
Molido para reciclado | |
Mezcla de las pastillas de polietileno |
Además, ahora se implantó un programa por el cual se realiza rotación de personal cada 2 horas, lo que permite que todos los empleados conozcan e intervengan en todas y cada una de las etapas del proceso dando mayor flexibilidad al personal y aumentando la seguridad minimizando los riesgos de accidente (Este es el caso del rebabeo, la rotación evita el tedio ocasionado por esta actividad y reduce los accidentes por cortadura con el cuter).
La producción anual era de aproximadamente 20,000,000 de botellas, ahora se ha duplicado, produciendo 44,000,000. Cada máquinas nueva produce 25,000 envases más por día, o sea, 24,000,000 más al año.
Con el sistema anterior se producían 2 botellas en 15 segundos, como consecuencia de la automatización y adquisición de nuevo equipo se producen 4 botellas en 13 segundos.
A continuación se presenta una grafica que describe el aumento en la producción que es consecuencia de la adopción de las nuevas tecnologías.
Después de realizar este análisis acera de la robotización como causa del desempleo en el mundo y de las consecuencias que este fenómeno trae a la sociedad mundial, concluimos lo siguiente:
El mercado global podrá tener un rostro auténticamente humano en la medida en que tenga presente que es la tecnología quien está al servicio del hombre. Otra solución que no parta de esta premisa sería necesariamente incompleta y nos expondría a problemas mayores.
Sólo partiendo de la idea de que el hombre es el centro de la economía y que todos los medios tecnológicos de producción han de subordinarse a él, se pueden alcanzar soluciones adecuadas.
El mercado global basado en el sistema económico que rige actualmente, dejado a su libre aire, no entiende de exigencias humanas, ya que generalmente deja de lado al factor persona.
Que la competitividad, que ciertamente estimula la vida económica, no ha de oponerse nunca al derecho primordial de todo hombre a tener un trabajo que le permita mantener a su familia y sostener una vida digna.
Sí hay soluciones que sean posibles en las que se tome en cuenta el factor humano y de las cuales podemos aprender
Encíclica Laborem Exercens de Juan Pablo II
Ginebra, Joan,"La trampa global". Edit. Panorama. México.1999
Gregory, Paul. "Fundamentos de Economía", Edit. CECSA. México.1999
Historia del hombre. Edit. Selecciones del Reader"s Digest. España. 1974
Hoffner, Joseph, "Manual de Doctrina Social Cristiana", Editora de Revistas S.A. de C.V., España. 1988.
Organización de las Naciones Unidas en internet.-estadísticas sociales. www.un.org
Pereyra, Norberto. Trabajo para Fundasur en internet: www.fundasur.org.ar/estadoyempleo.htm y www.fundasur.org.ar
PRONAI. Seminario. Programa Nacional de Alfabetización informática. Fundación Argentina en la era de la Información. http://www.aei.org.ar/pronai.html
Autor:
Iván Escalona Moreno
Estudios de Preparatoria: Centro Escolar Atoyac (Incorporado a la UNAM)
Estudios Universitarios: Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias sociales y Administrativas (UPIICSA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN)
Ciudad de Origen: México, Distrito Federal
Fecha de elaboración e investigación: 20 de Febrero del 2001
Coordinador de la Investigación; Nemesio Arreola Ramírez (Director del Departamento de Formación Humana del Centro Escolar Atoyac)
[1] H?ffner, Joseph, ?Manual de Doctrina Cristiana?. Editora de revistas S.A. de C.V.. 1988. p.148.
[2] Cfr. Arnold Gehelen, Die Seele im technischen Zeitalter, Hamburgo, 1957, p.8
[3] Cfr. De Justitia et Jure, Venecia, 1608, lib. IV, q. 2, a. 1.
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