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Cambio climático, problema de salud global (página 2)


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Dicho trastorno se refiere a la elevación de la temperatura corporal entre 39.4 y 41º C, problema que puede generar daños serios porque diversos órganos dejan de funcionar de manera adecuada; el cerebro es especialmente sensible.

"Se prevé que Latinoamérica también presentará fuertes ondas de calor; incluso, esta situación ya la estamos viviendo en México, principalmente en los estados del norte y algunos del sur.

Sin embargo, las ciudades, como el Distrito Federal, no se salvan de este problema, ya que ahí se presenta el fenómeno "isla de calor"; es decir, hay incremento importante en la temperatura promovido por la construcción urbana, ya que capta la energía térmica".

Insectos transmisores: al alza

Según estudios sobre calentamiento global, se considera que el aumento de temperatura y las lluvias permiten (o lo harán en un futuro) la propagación de enfermedades transmitidas por vectores (por insectos o animales), en especial en aquellas regiones con sistemas de salud deficientes.

"Un estudio efectuado en Colombia indica que el cambio climático ha ocasionado que el fenómeno de "El Niño" se presente de forma distinta a la cotidiana.

Por ejemplo, se ha observado aumento en los casos de malaria o paludismo (enfermedad parasitaria que se caracteriza por fiebre, escalofrío y destrucción de glóbulos rojos), la cual es transmitida por mosquitos que se desarrollan en los cuerpos de agua que dejan las lluvias".

Y agrega que se considera probable que, con el fenómeno que nos ocupa, malaria y dengue (enfermedad viral caracterizada por fiebre, erupción, sangrado y dolor articular y muscular) cambien su distribución precisamente por el incremento de la temperatura; o bien, pudieran aparecer otro tipo de enfermedades de acuerdo con las alteraciones ambientales que están sucediendo.

A partir del agua

¿Qué pasa con el vital líquido? Hay que tomar en cuenta que la calidad del mismo se encuentra en función de las características físicas, químicas y biológicas.

La que se define como potable debe cumplir con ciertas normas internacionales, por lo que cualquier alteración puede dañar la salud de quien la ingiere.

Las manifestaciones del cambio climático dan lugar a modificaciones en la cantidad y calidad del agua tradicionalmente empleada para el consumo humano, lo que afecta la incidencia de enfermedades diarreicas; por ejemplo, éstas tienen mayor incidencia durante los periodos cálidos y lluviosos, condiciones ecológicas favorables para la reproducción de bacterias, virus y protozoarios.

"Existe evidencia de que el calentamiento en los mares, asociado con "El Niño", incrementa el riesgo de intoxicación por ciguatera (toxina marina) y algas.

De esta manera, las biotoxinas asociadas con aguas más cálidas pudieran extender su rango a mayores latitudes".

Por otra parte, las áreas más pobres de las ciudades y la mayoría de las zonas rurales con frecuencia no tienen abastecimiento de agua ni saneamiento.

Por tanto, ante un evento extremo o condiciones climatológicas de aumento de temperatura, las poblaciones se verán afectadas de forma severa, en particular respecto a higiene de alimentos y personal, así como en calidad y cantidad de agua potable disponible.

Extensos estudios efectuados durante los últimos 25 años confirman la hipótesis de que la dispersión de la bacteria Vibrio cholerae (causante de cólera, infección intestinal grave, caracterizada por la aparición de diarrea) es autóctona al medio acuático y comensal del zooplancton (microorganismos que viven en el mar).

"Lo anterior, combinado con el análisis de datos obtenidos vía satélite, son fuerte evidencia de que la epidemia de cólera se asocia al clima.

Por ello, se especula también que el calentamiento del océano facilitará la transmisión de dicha enfermedad en las zonas costeras".

Inundaciones y sequía

Otros impactos ya son ocasionados por inundaciones, cuyos efectos inmediatos son muertes y lesiones. A mediano plazo incluyen las enfermedades por ingestión de agua contaminada (diarreicas y tóxicas), así como desnutrición. A largo plazo, los daños se ubican en la salud emocional de la gente, debido a la pérdida de sus seres queridos.

Es cierto que el exceso de lluvia puede afectar la salud de la población porque el cambio de los patrones en las precipitaciones puede favorecer la transmisión de la malaria como resultado de la expansión de insectos transmisores, pero también cabe mencionar que en algunas regiones del planeta el efecto será completamente contrario: habrá sequías.

En buena medida, esto afectará "a la productividad agrícola, y es probable que se presenten decrementos.

En consecuencia, disminuirá la disponibilidad de alimentos en ciertas zonas, lo que podría incrementar o suscitar hambruna y desnutrición", acota la especialista.

Vigilancia Los impactos del cambio climático en la salud variarán de una localidad a otra.

Por ello, "es importante trabajar en los ámbitos regional y local en torno a lo que se puede esperar y lo que seguirá cambiando a lo largo del tiempo, a medida que la temperatura aumente".

Asimismo, destaca la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia epidemiológica, robustecer la infraestructura de salud pública, vigorizar los recursos humanos y financieros para ese sector, y contar con más programas de formación.

La posibilidad de que la gente se enferme va a aumentar, así que es fundamental observar cómo se presentan las enfermedades y reportar el número de casos para detectar si, en algún momento, existen más problemas relacionado con el aumento en la temperatura.

 

 

 

Autor:

MSP. Jose Guillermo Alvarez Guerrero

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