- El lenguaje desde la índole fisiológica
- La lengua como sistema de signos
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
Parte I
El lenguaje desde la índole fisiológica
El lenguaje es la facultad que tiene el individuo de expresarse así mismo éste es objeto de muchas controversias y puede ser estudiado desde dos puntos de vista: según el uso o la estructura.
El uso se relaciona con otros campos, como la literatura, la comunicación de la información, la enseñanza de idiomas, la sociología, la ciencia política y la psicología. Los estudios sobre el uso del lenguaje tratan sobre lo que dicen las personas, lo que piensan que dicen y lo que significa aquello que escriben o dicen para comunicarse. Todo ello incluye el análisis de los contenidos, la crítica literaria, el estudio del cambio lingüístico y los factores sociales que determinan los comportamientos lingüísticos de los miembros de una comunidad idiomática.
También se aborda el estudio de los efectos de la lengua en la conducta humana. Para la crítica literaria el lenguaje está integrado por palabras que, adecuadamente ordenadas, producen una emoción o un razonamiento. Para la lexicografía, es el conjunto de palabras que poseen un significado, un origen y una historia. Por último, se puede entender el lenguaje como la forma en que las palabras se seleccionan y combinan, proceso inherente a los individuos, a los grupos o a los géneros literarios.
La estructura del lenguaje concierne a la lingüística. Cada movimiento o escuela lingüística plantea diferentes enfoques sobre el uso y la estructura. Aquellos que se centran en la comunicación escrita, estudian la estructura del texto es decir, de qué forma hay que ordenar las palabras y las oraciones para que constituyan un todo coherente y les preocupa la posibilidad de traducir una lengua con toda exactitud. Por otro lado, los lingüistas comparativos agrupan e identifican las familias lingüísticas que proceden de un tronco común. Los partidarios del estructuralismo afirman que el lenguaje tiene tres niveles organizados de forma jerárquica: sonidos, combinaciones de sonidos para formar palabras y combinaciones de palabras para formar frases y oraciones. En el plano fonemático se analizan los sonidos; en el morfemático se describen las combinaciones de sonidos en unidades con significado (los morfemas y sus combinaciones para formar palabras), y en el sintagmático el enfoque se centra en las combinaciones de palabras. Para los generativistas, el lenguaje es un conocimiento inherente a los seres humanos que les permite adquirir una competencia lingüística; asimismo, estudian la capacidad y el proceso de adquisición de una lengua. Para que exista el lenguaje, se requieren ciertos factores: de índole fisiológica (el organismo tiene que ser capaz de emitir sonidos). Es por ello que aunque muchos de los órganos humanos de la fonación tienen otras funciones (como la de comer), están perfectamente dispuestos para el habla, por lo que el lenguaje humano aparece como el mejor sistema de comunicación entre los seres vivos. En el acto de hablar, una corriente de aire sale de los pulmones y se ve modificada por la vibración o no de las cuerdas vocales (después de pasar por la laringe), por el movimiento de la lengua, el paladar y los labios. Las personas que sufren trastornos fisiológicos en el habla, como los sordos, cambian su sistema de comunicación, por ejemplo por medio de signos visuales. Por tal sentido resulta necesario conocer acerca del aparato fonador.
El aparato fonador es conjunto de órganos que intervienen en la producción de sonidos. También llamado aparato vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos es la comunicación humana mediante el lenguaje hablado. El aparato fonador está formado por la boca, la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea, los pulmones y el diafragma. Los órganos que lo integran forman parte a su vez del aparato respiratorio y algunos del aparato digestivo.
La emisión de sonidos lingüísticos presenta tres fases: respiratoria, fonatoria o glotal y articulatoria, que tienen lugar en los pulmones, la laringe y el tracto vocal, respectivamente.
Para que se produzca un sonido, lo primero que se necesita es una fuente de energía que origine una vibración. En el caso del lenguaje humano, esta energía está producida por una corriente de aire que normalmente procede de los pulmones. Nunca se espira todo el aire que hay en los pulmones. En realidad, en conversaciones normales sólo se utiliza alrededor de un cuarto de la cantidad de aire contenida en los pulmones, aunque dicha cantidad puede aumentar cuando se sube el volumen del habla, como por ejemplo al gritar o hablar en público.
La mayoría de los sonidos del habla se producen mientras el aire sale de los pulmones; se trata en este caso de los sonidos llamados egresivos. Sin embargo, también es posible, aunque no frecuente, hablar mientras el aire está entrando en lugar de saliendo de los pulmones; en este caso los sonidos se llaman ingresivos. Este último tipo de sonidos se produce cuando alguien habla mientras ríe o llora, o cuando no puede respirar bien.
Al respirar sin hablar, el ciclo respiratorio se compone de dos fases que duran más o menos lo mismo: inspiración y espiración. Pero mientras se habla, el ciclo respiratorio cambia. La fase de inspiración se acorta y acelera mientras que la de espiración se enlentece extendiéndose en el tiempo entre cinco y diez segundos, una duración que puede alargarse incluso más.
En español y en otras muchas lenguas las vocales y las consonantes son sonidos egresivos pues se producen con aire pulmonar, pero existen otras lenguas cuyos hablantes emiten otro tipo de sonidos. Por ejemplo, en África se hablan lenguas que usan chasquidos de la lengua, como las lenguas khoisán de los bosquimanos. Otras emplean sonidos que empujan el aire desde la glotis, la abertura que queda entre las cuerdas vocales, dentro de la laringe. En este caso, si el sentido de la corriente de aire es de dentro afuera los sonidos se llaman implosivos; si el sentido es de fuera adentro, se da lugar a sonidos electivos.
Algunas lenguas africanas, como el shona, y otras lenguas indias americanas utilizan consonantes implosivas. Las lenguas caucásicas, algunas lenguas africanas, como el hausa, y algunas lenguas indias americanas utilizan consonantes eyectivas, y también lo hacen algunas variedades del inglés.
Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, siendo la laringe el primer lugar en que se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión, elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas vocales pueden variar dando lugar a diferentes efectos sonoros.
El efecto más importante de las cuerdas vocales es la producción de una vibración audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas vocales. En español, todas las vocales y muchas consonantes (m, b, d,…) son sonoras. Después de pasar por la laringe, la corriente de aire continúa por el llamado tracto vocal, formado por la faringe, la cavidad oral y, en ocasiones, también la cavidad nasal. A lo largo de este camino, esta corriente se ve modificada por una serie de órganos móviles, como la lengua, que interaccionan con otros órganos fijos, como los dientes, haciendo que la onda sonora se modifique, dando lugar a sonidos distintos. La producción de diferentes sonidos de habla por estos órganos se denomina articulación.
Además de verse modificada por los cambios de forma del tracto vocal, la onda sonora se amplifica y modula en las cavidades del tracto vocal que actúan como cajas de resonancia.
Entre los órganos que actúan en la articulación se distinguen dos tipos: órganos articulatorios activos, que se pueden mover, y órganos articulatorios pasivos. Los pasivos son el paladar duro, los dientes y los alvéolos (prominencias que se encuentran entre los dientes superiores y el paladar). El paladar duro a su vez se subdivide en tres partes: anterior, media y posterior. Los activos son la faringe, el velo del paladar o paladar blando, la lengua y los labios.
La faringe es un tubo musculoso que conecta la laringe con las cavidades oral y nasal y que puede ensancharse o estrecharse. Algunas lenguas presentan sonidos que se producen por una fricción del aire en esta zona, por ejemplo el árabe.
El paladar blando o velo del paladar es la zona musculosa que se encuentra detrás del paladar duro y que acaba en la úvula o campanilla. Durante la respiración normal, el paladar blando tiene una posición baja, permitiendo que el aire fluya tanto por la boca como por la nariz. Durante el habla, el paladar blando puede adoptar tres posiciones diferentes: • Alta: se cierra el canal de comunicación entre la cavidad nasal y la oral, de modo que el aire circula exclusivamente por la boca sin pasar por la nariz. En esta posición se producen sonidos orales, como son la mayoría de los sonidos del español. • Media: parte del aire escapa por la boca y parte por la nariz de modo que se producen sonidos orales nasales, como lo es la a en mamífero. • Baja: esta posición se combina con el cierre de la cavidad oral de modo que todo el aire se libera por la nariz. Se producen en este caso los sonidos nasales, como las consonantes /m/, /n/ y /ñ/ en español.
Los labios también pueden adoptar distintas posiciones. Pueden estar abiertos, semiabiertos, como cuando se pronuncia la b en saber, o cerrados, para pronunciar la /p/.
De todos los órganos articulatorios activos, la lengua es la que tiene mayor capacidad para cambiar de forma y posición, y por tanto interviene en la articulación de muchos sonidos dando lugar a todas las vocales y a la mayoría de las consonantes.
Atendiendo a los órganos articulatorios que intervienen y al tipo de oclusión del aire que estos producen, los sonidos lingüísticos se clasifican según el lugar de articulación (labial, alveolar, etc.) y el modo de articulación (oclusivo, fricativo, etc.). Por otra parte cabe destacar que los lenguajes naturales o idiomas son sistemas de signos articulados; es decir, de signos lingüísticos. Tales son elementos esenciales de la comunicación verbal. El hombre puede emitir sonidos articulados los cuales combinados conforman palabras, esta a su vez se unen a un conjunto más amplio constituyendo así los mensajes que continuamente son enviados y recibidos en el intercambio de la vida social.
La definición de signo lingüístico corresponde a Saussure, para quien el signo es una unidad que consta de dos cara: "el significado y el significante"; es decir, un concepto unido a una imagen acústica. El signo lingüístico, esta conformado por un significado que es la idea que tenemos y por significante la suma de elementos fónicos.
Saussure al analizar el circuito del habla, dice que el concepto desencadena en el cerebro una imagen acústica. Este fenómeno psíquico es seguido por un proceso fisiológico puesto que el cerebro trasmite a los órganos de la fonación un impulso correlativo a la imagen. Luego las ondas sonoras se propagan de la boca del hablante al oído del oyente. En el oyente se produce un orden inverso. El concepto se une a la imagen acústica. Esta es su huella psíquica, una imagen sensorial.
El significado y el significante, dice Saussure, "están íntimamente unidos y se reclaman recíprocamente…, en la lengua no podría aislarse el sonido del pensamiento, ni el pensamiento del sonido"; para que aconteciera tal aislamiento, "habría que hacer abstracción, cuyo resultado seria hacer psicología pura o fonología pura".
Hjelmslev, modifica y amplia la concepción del signo lingüístico sustentada por Saussure. En el plano del contenido, así como en el plano de expresión se puede diferenciar la forma y la sustancia. La sustancia del contenido es el pensamiento humano no estructurado aun por el sistema lingüístico. La disciplina encargada de la relación entre la forma y la sustancia del contenido es la semántica. La sustancia de la expresión se identifica con las cualidades físicas de los sonidos. La disciplina que investiga la relación entre forma y sustancia de la expresión es la fonética. La estrecha relación que se establece entre significado y significante tiene carácter arbitrario, puesto que ha sido impuesta, de manera convencional, por los hablantes.
Parte II
La lengua como sistema de signos
La lengua, se considera un conjunto ordenado y sistemático de formas orales, escritas y grabados que sirven para la comunicación entre las personas que constituyen una comunidad lingüística. Hablando de una manera informal puede decirse, que es lo mismo que idioma, aunque este último término tiene más el significado de lengua oficial o dominante de un pueblo o nación, por lo que a veces resultan sinónimas las expresiones lengua española o idioma. Hay lenguas que se hablan en distintos países, como el árabe, el inglés, el español o el francés.
Según Saussure, la lengua es un conjunto de signos en el que solo es esencial la unión del sentido y la imagen acústica, y donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas. La lengua, es un objeto bien definido en el conjunto heteróclito de los hechos del lenguaje, es concreta porque responde a algo real, e integral porque es integralmente psíquica, es decir, la lengua la integra un significante o una imagen acústica viene siendo es lo que oímos o vemos escrito. Dicho de otra manera, para entender una palabra siempre se ha de relacionar su expresión, lo percibido por los sentidos, con su contenido, lo que se piensa y que significa dicha palabra.
Ahora bien, cuando alguien se equivoca al establecer la relación entre el plano del significante y el significado, comete un error similar al de quien llama a una persona con el nombre de otra, por lo tanto, no es capaz de asociar un plano con otro por falta de conocimiento de la lengua, es decir, no podrá entender el mensaje.
Cabe considerar la lengua entonces como un sistema de signos a través del cual el hombre se comunica con los demás, pero es también una "institución social", sujeta a una serie de variaciones y modalidades en función de convenciones sociales. No todos los hablantes de una lengua la usan de igual modo, ni siquiera un mismo hablante la usara igual en una situación que en otra.
La lengua como sistema, es una organización de elementos interdependientes y también es un sistema socio- cultural, ya que ella constituye un instrumento de comunicación, es decir, un sistema porque comprende elementos organizado, cada uno de los cuales a su vez está integrado por subsistema que se interrelacionan para lograr el éxito de la comunicación.
También se entiende por sistema un "conjunto de cosas que dependen unas de otras", simplemente la concepción tradicional del lenguaje era atomista, y pensaba que el número de signos del lenguaje estaba indefinidamente abierto: podrían aparecer unos y desaparecer otras, sin que eso afectara a la lengua como tal, y porque los mismo hechos imponían la evidencia, se describen como pequeños subsistemas las formas verbales, ciertas series de pronombres como los personales, los posesivos, bien organizados con un numero fijo de formas que no pueden alterarse. Pero no se caía en la cuenta de que todas las razones de la lengua estaban igualmente estructuradas en subsistemas que, juntos, constituían un sistema total.
Según Saussure, señala que toda la lengua constituye un sistema, es decir, un conjunto de signos relacionados entre si y que los signos son interdependientes. Se puede afirmar que el lenguaje verbal es un sistema, el más completo e importante, porque permite al hombre expresar la riqueza y complejidad de que es capaz el pensamiento humano, con matices que en los demás lenguajes son inalcanzables. Además, éste autor señala que el lenguaje verbal es, por tanto, el instrumento más útil y rico para todos las relaciones humanas, pero además sirve para poder interpretar todos los demás lenguajes y hay que tener en cuenta que es el vehículo para acceder al conocimiento de las demás materias de estudio, para informarse de lo que sucede en el mundo y también para gozar de múltiples actividades como la lectura, y los espectáculos como el cine o el teatro, que se basan en la palabra.
Partiendo de lo planteado, es que se considera la lengua es un sistema que a su vez está integrado por varios subsistemas para poder así lograr que la lengua funcione correctamente es necesario que se tomen en cuenta los diferentes sistemas que comprende una lengua, como lo son:
El sistema fonemático, tiene como unidad el fonema. El fonema se define por las relaciones de oposición que guarda con los otros elementos fónicos de la lengua. El fonema es pues, una unidad mínima distintiva. El sonido ideal hacia el cual se tiende. Para Saussure el fonema "es la suma de las impresiones acústicas y de los movimientos articulatorios de la unidad oral y de la unidad hablada, que se condicionan recíprocamente: así, el fonema es ya una unidad compleja, que tiene un pie en cada cadena." Los fonemas de cada idioma son relativamente pocos, el idioma español cuenta con veinticuatro fonemas. El conjunto de fonemas conforma el sistema fonemático.
El sistema grafemático, está constituido por el conjunto de letras del abecedario. La unidad de este sistema es el grafema, el cual se define como la unidad mínima de escritura no susceptible de ser dividida.
El grafema es el signo escrito ideal hacia el cual se tiende. El "graf" o grafía esa la presentación grafica momentánea y concreta del grafema. Es la escritura hecha. El número de grafemas es limitado en cada lengua, mientras que el número de alófonos es ilimitado. El alófono es la variante combinatoria. La organización y distribución de los grafemas es peculiar en cada lengua escrita. Todo sistema grafemático está expuesto a sufrir alteraciones a través del tiempo.
Al sistema grafemático se le denomina también abecedario o alfabeto. Se le llama abecedario atendiendo a que las cuatro primeras letras latinas son: a, b, c, d. y alfabeto porque las dos primeras letras griegas suelen denominarse alfa y beta. El sistema grafemático está íntimamente unido al fonemático, puesto que aquel representa a este en la lengua escrita.
Ahora bien, la relación entre fonemas y grafemas es, en nuestro idioma, mucho más estrecha que en la mayoría de los demás. La correspondencia entre el sistema fonemático y el grafemático no se da totalmente. Y al parecer, es imposible darse, debido a que no hay exacta coincidencia entre la lengua oral y la lengua escrita.
El sistema morfemático de una lengua está constituido por todos los monemas que en ella se emplean. La unidad de este sistema es el monema el cual es definido en la lingüística estructural, específicamente por Martinet, como la más pequeña unidad portadora, a la vez, de un contenido semántico (significado) y de una fónica (significante).
Lo que Martinet denomina monema comprende al mismo tiempo, los morfemas léxicos o lexemas y los morfemas gramaticales. Los primeros dotados de la significación plena; los segundos, de significación puramente gramatical. Los morfemas gramaticales comprenden: los afijos, las preposiciones, las conjunciones y partículas.
La concepción del monema como unidad de dos caras: significado y significante lo identificaban en un principio con un determinado segmento de la cadena fónica. La escuela glosemática denomina morfema al elemento de formación que confiere una determinada categoría gramatical, genero, numero, persona, tiempo, etc. a un signo lingüístico. Así, por ejemplo, desinencias castellanas: o/a, forman con el radical o lexema, el masculino y femenino del adjetivo malo/mala.
El sistema sintáctico, trata de las relaciones entre los signos oracionales. Se refiere, pues, a las normas relacionadas con la estructura de la oración; orden de colocación de los elementos sintácticos, correlación y dependencia de los mismos. La unidad de este sistema es la oración.
El sistema semántico trata de la significación lingüística. La unidad básica de este sistema es para Hjelmslev, la "figura de contenido"; para los ingleses, el rasgo semántico, para Greimás y Portier, el "sema". Portier define el sema como "el rasgo distintivo semántico mínimo".
Según Portier. "toda forma significante tiene un contenido semántico compuesto por un conjunto de semas"; a este conjunto de semas lo denomina "semema". Así, por ejemplo, el término taburete tiene un contenido semántico conformado por los siguientes semas específicos: con respaldo, para una persona, con patas, etc.
Todos estos semas específicos constituyen la significación total o semema. Cada semema afirma Carreter, "es una constante y definida unidad de sentido, distinta de los restantes sentidos, incluyendo los restantes sememas de la lengua".
Por otra parte, se tiene los signos de una lengua que se encuentran en interrelación o dependencias; solo adquieren valor en su relación con otros signos. Por ejemplo, lunes adquiere valor por oposición a los otros signos representantes de los signos de la semana: martes, miércoles.
Es signo cualquier cosa perceptible por los sentidos principalmente, por la vista y por el oído que se emplean para representar otra cosa. Son signos, por ejemplos, los aplausos o los silbidos del público que representan se agrado o disconformidad con lo que ve o oye. Las palabras son también signos si decimos o leemos caballo, esta palabra representa al animal, y podemos emplearla para representarlo lingüísticamente está en lugar de él, cuando nos referimos al caballo. Todo signo se compone de significante y de significado. El significante es lo que se ve o se oye y el significado, lo representado por el signo.
Conclusiones
El ser humano posee una facultad para comunicarse mediante signos verbales, esta facultad se llama lenguaje, mediante este se adquiere diferentes dominios, físico, fisiológico y psíquico que pertenece al dominio individual y social, es por eso que el lenguaje se apoya en una facultad que nos da la naturaleza, en cambio la lengua es adquirida y convencional, de tal manera el lenguaje aplica sistemas artificiales de comunicación formales creadas por el hombre. También el lenguaje es considerado como: lenguaje un medio de comunicación entre los seres humanos, a través de signos orales y escritos que poseen un significado. En un sentido más amplio, es cualquier procedimiento que sirve para comunicarse.
En el trabajo realizado, se pudo indagar sobre el lenguaje desde una visión semántica- pragmática. Precisando lo siguiente:
La teoría lingüística saussuriana que plantea la descripción y clasificación de la lengua como sistema (forma) y no la manera de cómo se utiliza concretamente en un momento determinado a través del habla, éste autor define el signo lingüístico como un producto de la combinación de un concepto y una imagen acústica.
Hjelmslev, representante de la escuela estructuralista de Copenhague, se fundamenta en estudiar el sentido que existe en una totalidad de signos articulados definiéndolos como forma de Contenido y Sustancia de Contenido
Por otra parte es necesario mencionar el lenguaje bajo una perspectiva de cambio y variación, se puede afirmar que las lenguas no sufren cambio sino que también varían, debido a la gran diversidad de opciones, esto se debe a que la lengua tiene múltiples alternativas para poder así lograr una forma originando un cambio. Respecto a lo planteado, Berutto, expresa que se entiende por cambio lingüístico una variación que ocurre en el tiempo. El cambio lingüístico es perceptible en toda la introducción de elementos nuevos que conllevan al pasaje de ciertas características a ciertas otras. Por su parte, Sánchez, destaca que el cambio no se puede confundirse con la variación, ya que éste se produce en una lengua a lo largo de la historia; es decir, el cambio no es más que la que la modificación en la fonología, morfología, sintaxis y léxico de una lengua lo cual supone reemplazo de una forma lingüística por otra.
Si vemos el lenguaje desde un punto de vista fisiológica ésta misma requiere de diferentes factores entre ella está el aparato fonador, la lengua esencialmente oral está compuesta por un conjunto de sonidos producidos por los órganos de fonación, están constituidas por finitos de elementos fonemas, palabras que se rigen por reglas para poder así construir y entender infinito de oraciones y de textos. Es decir, que para que exista el lenguaje, se requieren ciertos factores: de índole fisiológica (el organismo tiene que ser capaz de emitir sonidos). Es por ello que aunque muchos de los órganos humanos de la fonación tienen otras funciones (como la de comer), están perfectamente dispuestos para el habla, por lo que el lenguaje humano aparece como el mejor sistema de comunicación entre los seres vivos. En el acto de hablar, una corriente de aire sale de los pulmones y se ve modificada por la vibración o no de las cuerdas vocales (después de pasar por la laringe), por el movimiento de la lengua, el paladar y los labios. Las personas que sufren trastornos fisiológicos en el habla, como los sordos, cambian su sistema de comunicación, por ejemplo por medio de signos visuales. Por tal sentido resulta necesario conocer acerca del aparato fonador. Este es considerado como: conjunto de órganos que intervienen en la producción de sonidos. También llamado aparato vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos es la comunicación humana mediante el lenguaje hablado.
Por otro lado, se señaló la lengua como sistema de signo, estableciendo la unión del sentido y de la imagen acústica donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas, es por eso, que el lenguaje es un sistema de símbolos relativamente arbitrarios y de reglas gramaticales que se transforma en el tiempo y que los miembros de una comunidad convienen y usan para interactuar unos con otros, comunicar sus ideas, emociones e intenciones. De esta manera el lenguaje es el medio de comunicación entre los seres humanos a través de signos orales y escrito que poseen el significado. Para finalizar, cabe resaltar que los signos que se utilizan para la comunicación de los seres humanos son estudiados por la semántica que no es más que la disciplina que se encarga del estudio del significado de la estructura oracional, así como de la correcta relación entre significante, significado y el signo lingüístico. Digamos que sigue siendo puramente gramatical.
En consecuencia, la semántica para Saussure es; un área de la lingüística que investiga como las palabras de una lengua denotan o "significan". La semántica léxica se preocupa de como se componen significados complejos a partir de significados más simples, y qué tipo de estructuración tienen las palabras para representar el mundo exterior. No todas las lenguas ponen el mismo énfasis en los mismos rasgos a la hora de disponer de palabras diferentes para conceptos ligeramente diferentes. La determinación de los rasgos más frecuentes o relevantes para comprender la relación entre las palabras de una determinada área del vocabulario es uno de los asuntos de la semántica léxica.
Referencias bibliográficas
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Cardona, B (1994) La lengua como sistemas de signos. EDILUZ. Maracaibo-Venezuela
Chomsky (1965), Gramática generativa transformacional. (s/e)
Berutto, G, (1974). La Sociolingüística, México, Editorial Nueva Imagen, 1979.
Bloomfield (1964) La lingüística estructural. Editorial Grecos.
Diez M y Morales, F. (1980). Las lenguas de España. Madrid: Ediciones del Ministerio de Educación, Estudio de lingüística comparada e histórica acerca del contacto entre lenguas peninsulares
Greimás y Portier, citados por Deguiz (1999) La semántica y el significado de los signos. Trabajo de ascenso Universidad de los Andes
Hjelmslev (1971), La escuela estructuralista. Material en línea disponible en: www.gramati/tendencias.edu.ve
Lyons (1975), La semántica del lenguaje. Material disponible en: www.gramati/tendencias.edu.ve
Lapesa, R. (1981) Historia de la lengua española. Madrid: Editorial Gredos, 9ª ed.
(corregida y aumentada),
Saussure, F (1945). Curso de lingüística general. Editorial Losada Buenos Aires
Sánchez, I (1993) Cambio lingüístico.
Autor:
Prof. Ronald José Graterol Peroza.
Agosto, 2008.