Las ruinas propiamente dichas están dentro de un territorio intangible del Sistema Nacional De Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SINANPE) llamado Santuario Histórico de Machu Picchu que se extiende sobre una superficie de 32.592 hectáreas, (80,535 acres o 325.92 km²) de la cuenca del río Vilcanota-Urubamba (el Willka mayu o "río sagrado" de los incas). El Santuario Histórico protege una serie de especies biológicas en peligro de extinción y varios establecimientos incas entre los cuales Machu Picchu es considerado principal.
· Formas de acceso
La zona arqueológica en sí solo es accesible, o bien desde los caminos incas que llegan hasta ella, o bien utilizando la carretera Hiram Bingham (que asciende la cuesta del cerro Machu Picchu desde la estación de tren de Puente Ruinas, ubicada al fondo del cañón). Ninguna de las dos formas exime al visitante del precio de ingreso a las ruinas. []
La mencionada carretera, sin embargo, no está integrada a la red nacional de carreteras del Perú. Nace en el pueblo de Aguas Calientes al que a su vez sólo se puede acceder por ferrocarril (unas 3 horas desde Cusco) o helicóptero (30 minutos desde Cusco). La ausencia de una carretera directa al santuario de Machu Picchu es intencional y permite controlar el flujo de visitantes a la zona, que dado su carácter de reserva nacional, es particularmente sensible a las muchedumbres. Ello, sin embargo, no ha impedido el crecimiento desordenado (criticado por las autoridades culturales) de Aguas Calientes que vive para y por el turismo (Hay hoteles y restaurantes de diferentes categorías allí).
Para llegar a Machu Picchu por el principal Camino Inca se debe hacer en una caminata de unos 3 días. Para ello es necesario tomar el tren hasta el km 82 de la via férrea Cusco – Aguas Calientes desde donde parte el recorrido a pie.
Algunos visitantes toman un autobús local desde Cusco hasta Ollantaytambo (vía Urubamba) y de ahí toman un transporte hasta el mencionado km 82. Una vez allí recorren las vías del tren hasta cubrir los 32 km que hay hasta Aguas Calientes.
· Clima
El tiempo es cálido y húmedo durante el día y fresco por las noches. La temperatura oscila entre los 12 y los 24 grados centígrados. La zona es por regla general lluviosa (unos 1955 mm anuales), especialmente entre Noviembre y Marzo. Las lluvias, que son copiosas, se alternan rápidamente con momentos de intenso brillo solar.
Historia
La quebrada de Picchu, ubicada a medio camino entre los Andes y la floresta amazónica fue una región colonizada por poblaciones serranas (provenientes de las regiones de Vilcabamba y del Valle Sagrado, en Cusco) y no selváticas, en busca de una expansión de sus fronteras agrarias. Las evidencias arqueológicas indican que la agricultura se practica en la región desde al menos el 760 a.C.. Una explosión poblacional se da a partir del Período Horizonte Medio (desde el año 900 de nuestra era), por grupos no documentados históricamente pero que posiblemente estuvieron vinculados a la etnia tampu del Urubamba. Se cree que estos pueblos podrían haber formado parte de la federación Ayarmaca, rivales de los primeros incas del Cusco. En ese período se expande considerablemente el área agrícola "construida" (andenes). Sin embargo el emplazamiento específico de la ciudad que nos ocupa (la cresta rocosa que une las montañas Machu y Huayna Picchu), no presenta huellas de haber tenido edificaciones antes del siglo XV []
ÉPOCA INCA (1438-1534)
Pachacutec Inca Yupanqui según la crónica de Martín de Murúa (1615)
Hacia 1440 durante su campaña hacia Vilcabamba la quebrada de Picchu fue conquistada por Pachacutec, primer emperador inca (1438-1470). El emplazamiento de Machu Picchu debió impresionar al monarca por sus peculiares características dentro de la geografía sagrada cusqueña[] y por ello habría mandado a construir allí, hacia 1450, un complejo urbano con edificaciones de gran lujo civiles y religiosas[].
Se cree que Machu Picchu, tuvo una población móvil como la mayoría de llactas incas, que oscilaba entre 300 y 1000 habitantes []pertenecientes a una élite (posiblemente miembros de la panaca de Pachacutec []) y acllas. Se ha demostrado que la fuerza agrícola estuvo compuesta por colonos mitmas (mitmaquna) procedentes de diferentes rincones del imperio[]
Machu Picchu, sin embargo, no era desde ningún punto de vista un complejo aislado (por lo que el mito de la "ciudad perdida" y de "refugio secreto" de los emperadores incas, carece de asidero). Los valles que confluían en la quebrada formaban una región densamente poblada que incrementó dramáticamente su productividad agrícola a partir de la ocupación inca en 1440 []. Los incas construyeron allí muchos centros administrativos (los más importantes de los cuales fueron Patallacta y Quente Marca []y abundantes complejos agrícolas de terrazas de cultivo de los que Machu Picchu dependía para su alimentación (dado que los campos del sector agrario de la ciudad habrían resultado insuficientes para abastecer a la población []. La comunicación intrarregional era posible gracias a las redes de caminos incas (8 caminos llegaban a Machu Picchu []). La pequeña urbe de Picchu, sin embargo, se diferencia de las poblaciones vecinas por la singular calidad de sus principales edificios.
A la muerte de Pachacutec, y de acuerdo a las costumbres reales incas, ésta y el resto de sus propiedades personales habría pasado a la administración de su panaca, que debía destinar las rentas producidas al culto de la momia del difunto rey. []. Se presume que esta situación se habría mantenido durante los gobiernos de Tupac Yupanqui (1470-1493) y Huayna Cápac (1493-1529).
Machu Picchu debió perder en parte su importancia al tener que competir en prestigio con las propiedades personales de los emperadores sucesores. De hecho la apertura de un camino más seguro y amplio entre Ollantaytambo y Vilcabamba (el del Valle de Amaybamba) hizo que la ruta de la quebrada de Picchu fuera menos empleada [25].
ÉPOCA DE TRANSICIÓN (1534-1572)
Roca labrada bajo el templo del Sol que da ingreso al llamado Mausoleo Real. Algunos autores como Lumbreras sugieren que podría haber estado destinado a la momia de Pachacutec
La guerra civil inca (1531-32) y la irrupción española en el Cusco en 1534 debieron afectar considerablemente la vida de Machu Picchu. La masa campesina de la región estaba compuesta principalmente por mitmas, colonos de diferentes naciones conquistadas por los incas llevados a la fuerza hasta ese lugar. Ellos aprovecharon la caída del sistema económico cusqueño para retornar a sus tierras de origen []. La resistencia inca dirigida por Manco Inca en 1536 convocó a los nobles de las regiones cercanas a integrar su corte en el exilio de Vilcabamba []y es muy probable que los principales nobles de Picchu hayan abandonado entonces la ciudad.
Documentos de la época indican que la región estaba llena de "despoblados" en ese entonces []. Picchu habría seguido habitada y su registro no se perdió dado que incluso fue considerada como una población tributaria de la encomienda española de Ollantaytambo. Eso no necesariamente significa que los españoles visitaran Machu Picchu con frecuencia; de hecho sabemos que el tributo de Picchu era entregado a los españoles una vez por año en el pueblo de Ollantaytambo y no "recogido" localmente []. De todas maneras está claro que los españoles sabían del sitio aunque hasta hoy no hay indicios de que conocieran su importancia pasada. Los documentos coloniales incluso mencionan el nombre de quien era curaca (acaso el último) de Machu Picchu en 1568 : Juan Mácora []. Que se llame "Juan" indica que había sido, al menos nominalmente, bautizado y por tanto sometido a la influencia española.
Otro documento [] indica que el Inca Titu Cusi Yupanqui, que reinaba entonces en Vilcabamba, pidió que frailes agustinos acudieran a evangelizar "Piocho" hacia 1570. No se conoce ningún lugar de la zona que se oiga parecido a "Piocho" que no sea "Piccho" o "Picchu", lo que hace suponer a Lumbreras que los famosos "extirpadores de idolatrías" podría haber llegado al sitio y haber tenido que ver con la destrucción e incendio del Torreón del Templo del Sol[]
El soldado español Baltasar de Ocampo escribió a fines del siglo XVI sobre un poblado "en lo alto de una montaña" de edificios "suntuosísimos" y que albergaba un gran acllahuasi en los últimos años de las resistencia inca. La descripción breve que hace de sus ambientes nos remite a Picchu. Lo más interesante es que Ocampo dice que se llama "Pitcos". El único lugar de nombre parecido es "Vitcos", un sitio inca en Vilcabamba completamente diferente al descrito por Ocampo. El otro candidato es, naturalmente, Picchu[]. No se sabe hasta hoy si se trata del mismo lugar o no. Ocampo indica que en este lugar se habría criado Tupac Amaru (sucesor de Titu Cusi y último Inca de Vilcabamba).
ENTRE LA COLONIA Y LA REPÚBLICA (S. XVII – XIX)
Tras la caída del reino de Vilcabamba en 1572 y la consolidación del poder español en los Andes Centrales, Machu Picchu se mantuvo dentro de la jurisdicción de diferentes haciendas coloniales que cambiaron varias veces de manos hasta tiempos republicanos (desde 1821). Sin embargo ya se había vuelto un lugar remoto, alejado de los nuevos caminos y ejes económicos del Perú. La región fue prácticamente ignorada por el régimen colonial (que no mandó edificar templo ni pueblo importante en la zona) … aunque no necesariamente por el hombre andino.
En efecto el sector agrícola de Machu Picchu no parece haber esta completamente deshabitado ni desconocida: Documentos de 1657 []y de 1782 []aluden a Machu Picchu, en tanto tierras de interés agrícola. Sus principales construcciones, sin embargo, las de su área urbana, no parecen haber sido ocupadas y fueron ganadas pronto por la vegetación del bosque nuboso.
MACHU PICCHU EN EL SIGLO XIX
En 1865 el naturalista italiano Antonio Raimondi pasa al pie de las ruinas sin saberlo y alude a lo escasamente poblada que era entonces la región. En 1870, producto de las prospecciones mineras en la zona el norteamericano Harry Singer coloca por primera vez en un mapa la ubicación del Cerro Machu Picchu y se refiere al Huayna Picchu como Punta "Huaca del Inca" nombre que claramente revela algún conocimiento sobre su vinculación con los incas e incluso sugiere un carácter religioso (Una huaca en los Andes Antiguos era un lugar sagrado) []. En el mapa de 1874 del alemán Herman Gohring se mencionan y ubican en su sitio exacto ambas montañas. []El viajero francés Charles Wiener afirma que hay "ruinas en Machu Picchu" en 1880 pero no puede llegar al lugar[]. Todo indica que la existencia de las ruinas no se había olvidado.
REDESCUBRIMIENTO DE MACHU PICCHU (¿1894? – 1911)
Machu Picchu en 1911
Las primeras referencias directas actualmente conocidas sobre el sitio de Machu Picchu indican que Agustín Lizárraga, un arrendatario de tierras cusqueño, llegó al sitio el 14 de julio de 1902 guiando a los también cusqueños Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo Ochoa. Los visitantes dejaron un graffiti con sus nombres en uno de los muros del Templo de las Tres Ventanas que fue posteriormente verificado por varias personas []. Existen informaciones que sugieren que Lizárraga ya había visitado Machu Picchu en compañía de Luis Béjar en 1894 []. Lizárraga le mostraba las construcciones a los "visitantes" aunque la naturaleza de sus actividades no han sido hasta hoy investigadas [].
Uno de los ayudantes de Hiram Bingham junto a una de las grandes hornacinas del Mausoleo Real, en la cueva bajo del Templo del Sol. 1911
Hiram Bingham, un profesor norteamericano de historia interesado en encontrar los últimos reductos incas de Vilcabamba oyó sobre Lizárraga a partir de sus contactos con los hacendados locales. Fue así como llegó a Machu Picchu el 24 de junio de 1911 guiado por otro arrendatario de tierras (Melchor Arteaga) y acompañado por un sargento de la guardia civil peruana de apellido Carrasco. Encontraron a dos familias de campesinos viviendo allí: Los Recharte y los Álvarez, quienes usaban los andenes del sur de las ruinas para cultivar y bebían el agua de un canal inca que aún funcionaba y que traía agua de un manantial. Pablo Recharte, uno de los niños de Machu Picchu, guió a Bingham hacia la "zona urbana" cubierta por la maleza [].Bingham quedó muy impresionado por lo que vio y gestionó los auspicios de la Universidad de Yale, la National Geographic Society y el gobierno peruano para iniciar de inmediato el estudio científico del sitio []. Así con el ingeniero Ellwood Erdis, el osteólogo George Eaton, la participación directa de Toribio Recharte y Anacleto Álvarez y un grupo de anónimos trabajadores de la zona, Bingham dirigió trabajos arqueológicos en Machu Picchu en 1912 hasta 1915 período en el que se despejó la maleza y se excavaron tumbas incas en los extramuros de la ciudad. La "vida pública" de Machu Picchu empieza en 1913 con la publicación de todo ello en un artículo en la revista de la National Geographic.
Si bien es claro que Bingham no descubre Machu Picchu en el sentido estricto de la palabra (nadie lo hizo, dado que nunca se "perdió" realmente) es indudable que tuvo el mérito de ser la primera persona en reconocer la importancia de las ruinas, estudiándolas con un equipo multidisciplinario y divulgando sus hallazgos. Ello pese a que los criterios arqueológicos empleados no fueran los más adecuados desde la perspectiva actual []y pese, también, a la polémica que hasta hoy envuelve la irregular salida del país del material arqueológico excavado []que hasta el año 2007 no sido devuelto al gobierno peruano.
MACHU PICCHU DESDE 1915
Entre 1924 y 1928 Martín Chambi y Juan Manuel Figueroa hicieron una serie de fotografías en Machu Picchu que fueron publicadas en diferentes revistas peruanas, masificando el interés local sobre las ruinas y convirtiéndolas en un símbolo nacional [51]. Con el transcurrir de las décadas (y especialmente desde la apertura en 1948 de una vía carrozable que ascendía la cuesta de la montaña hasta las ruinas desde la estación de tren) Machu Picchu se convirtió en el principal destino turístico del Perú. Durante los dos primeros tercios del siglo XX, sin embargo, el interés por su explotación turística fue mayor que el de conservación y estudio de las ruinas, lo que no impidió que algunos investigadores notables avanzaran en resolver los misterios de Machu Picchu (destacando especialmente los trabajos de la Viking Found dirigida por Paul Fejos sobre los sitios incas del entorno de Machu Picchu y las investigaciones de Luis E. Valcárcel que identificaron por primera vez al sitio con Pachacutec). Es a partir de la década del 70 que nuevas generaciones de arqueólogos (Chávez Ballón, Lorenzo, Ramos Condori, Zapata, Sánchez, Valencia, Gibaja), historiadores (Glave y Remy, Rowe, Angles), astrónomos (Dearborn, White, Thomson), antropólogos (Reinhard, Urton), se ocupan de la investigación de las ruinas y su pasado
El establecimiento de una Zona de Protección Ecológica en torno a las ruinas (1981), la inclusión de Machu Picchu como integrante de la Lista del Patrimonio Mundial (1983), y la adopción de un Plan Maestro para el desarrollo sostenible de la región (2005) han sido los hitos más importantes en el esfuerzo por conservar Machu Picchu y su entorno. Sin embargo han conspirado contra estos esfuerzos algunas malas restauraciones parciales en el pasado, incendios forestales (como el de 1997) y conflictos políticos surgidos en las poblaciones cercanas en aras de una mejor distribución de los recursos obtenidos por el Estado en la administración de las ruinas.
El 10 de noviembre de 2003 el Congreso del Perú emite la ley 28100 que establece que el 10% de los ingresos recaudados por el ingreso al Parque Arqueológico de Machu Picchu administrado por el Instituto Nacional de Cultura, será destinado a la municipalidad de Machu Picchu.
El 12 de julio de 2006 el Congreso del Perú emite la ley 28778 para la repatriación de los objetos arqueológicos que forman parte de la colección Machu Picchu del museo Peabody de la Universidad de Yale en los Estados Unidos de Norteamérica, las que fueron autorizadas de salir del país por Decretos Supremo 1529 del 31 de octubre de 1912 y por Decretos Supremo 31 del 27 de enero de 1916.
En 2007, el gobierno del Perú decretó el día 7 de julio como el "Día del Santuario Histórico de Machu Picchu, Nueva Maravilla del Mundo", esto debido a que el 7 de julio de 2007 Machu Picchu fue nombrada como una de las ganadoras en la lista de las Nuevas maravillas del mundo. En setiembre de 2007, la Universidad de Yale manifestó que devolverá 4,000 piezas arqueológicas encontradas por Hiran Bingham y que actuará como promotor de su exhibición en un museo itinerante y finalmente en un museo en el Cuzco.
Terrazas del lado este en el Sector Agrícola
El recinto curvo del Templo del Sol o Torreón
La estructura conocida como Templo Principal
La "pirámide" de Intihuatana (Conjunto 5). En primer plano, la Plaza Sagrada (C4) y el Templo Principal
La piedra Intihuatana de Machu Picchu
Vista del Conjunto 9 o de las Tres Portadas sobre tres niveles de terrazas frente a la plaza principal
Vista del Conjunto de los Morteros o Acllahuasi (Grupo 18) tal como se ve desde el Intihuatana
El área edificada en Machu Picchu es de 530 metros de largo por 200 de ancho e incluye al menos 172 recintos. El complejo está claramente dividido en dos grandes zonas: La zona agrícola (formada por conjuntos de terrazas de cultivo), que se encuentra al sur, y la zona urbana (que es, por supuesto, aquella donde vivieron sus ocupantes y donde se desarrollaron las principales actividades civiles y religiosas). Ambas zonas están separadas por un muro, un foso y una escalinata, elementos que corren paralelos por la cuesta este de la montaña.
· Zona agrícola
Los andenes (terrazas de cultivo), de Machu Picchu lucen como grandes escalones construidos sobre la ladera. Son estructuras formadas por un muro de piedra y un relleno de diferentes capas de material (piedras grandes, piedras menores, cascajo, arcilla y tierra de cultivo) que facilitan el drenaje, evitando que el agua se empoce en ellos (téngase en cuenta la gran pluviosidad de la zona) y se desmorone su estructura. Este tipo de construcción permitió que se cultivara sobre ellos hasta la primera década del siglo XX. Otros andenes de menor ancho se encuentran en la parte baja de Machu Picchu, alrededor de toda la ciudad. Su función no era agrícola sino servir como muros de contención.
Cinco grandes construcciones se ubican sobre los andenes al este del camino inca que llega a Machu Picchu desde el sur. Fueron utilizados como colcas o almacenes. Al oeste del camino se encuentran otros dos grandes conjuntos de andenes: unos concéntricos de corte semicircular y otros rectos.
· Zona urbana
Un muro de unos 400 m de largo divide la ciudad del área agrícola. Paralelo al muro corre un "foso" usado como el principal drenaje de la ciudad. En lo alto del muro está la puerta de Machu Picchu que contaba con un mecanismo de cierre interno.
La zona urbana ha sido dividida por los arqueólogos actuales en grupos de edificios denominados por un número entre el 1 y el 18. Aún tiene vigencia el esquema planteado por Chávez Ballón en 1961 que la divide en un sector hanan (alto) y otro hurin (bajo) de acuerdo a la tradicional bipartición de la sociedad y la jerarquía andina. El eje físico de esa división es una plaza alargada, construida sobre terrazas en diferentes niveles de acuerdo al declive de la montaña.
El segundo eje en importancia de la ciudad forma cruz con el anterior, atravesando prácticamente todo el ancho de las ruinas de este a oeste: Consiste en dos elementos: una ancha y larga escalinata que hace las veces de "calle principal" y un conjunto de elaboradas fuentes de agua que corre paralelo a ella.
En la intersección de ambos ejes están ubicadas la residencia del inca, el templo-observatorio del torreón y la primera y más importante de las fuentes de agua.
· Sector Hanan
Conjunto 1
El Conjunto 1 incluye estructuras relacionadas con la atención a quienes llegaban a la ciudad por la puerta (un "área vestibular"), [] establos para camélidos, talleres, cocinas y habitaciones. Todo ello al lado este del camino, en una sucesión de calles paralelas que bajan por la cuesta de la montaña. La construcción más importante (el edificio vestibular) tenía dos pisos y varios accesos. A la mano izquierda del camino de ingreso hay habitaciones de menor rango que estarían relacionadas con el trabajo en las canteras, situadas en las inmediaciones de este sector. Todas las construcciones son de aparejo común y muchas de ellas estaban enlucidas y pintadas.
Templo del Sol
Se accede a él por una portada de doble jamba, que permanecía cerrada (hay restos de un mecanismo de seguridad). La edificación principal es conocida como "Torreón", de bloques finamente labrados. Fue usado para ceremonias relacionadas con el solsticio de junio []. Una de sus ventanas muestra huellas de haber tenido ornamentos incrustados que fueron arrancados en algún momento de la historia de Machu Picchu, destruyendo parte de su estructura. Además hay huellas de un gran incendio en el lugar. El Torreón está construido sobre una gran roca debajo de la cual hay una pequeña cueva que ha sido forrada completamente con mampostería fina. Se cree que fue un mausoleo y que en sus grandes hornacinas reposaban momias. Lumbreras incluso especula que hay indicios para afirmar que pudo ser el mausoleo de Pachacutec y que su momia estuvo aquí hasta poco después de la irrupción española en Cusco.
Residencia Real
De las construcciones destinadas a vivienda esta es la más fina, grande y mejor distribuida de Machu Picchu. Su puerta de acceso da a la primera fuente de la ciudad y, cruzando la "calle" formada por la gran escalinata, al Templo del Sol. Incluye dos habitaciones de grandes dinteles monolíticos y muros de piedra bien labrada.. Una de esas habitaciones tiene acceso a un cuarto de servicio con un canal de desagüe. El conjunto incluye un corral para camélidos y una terraza privada con vista al lado este de la ciudad.
Plaza Sagrada
Se le llama así a un conjunto de construcciones dispuestas en torno a un patio cuadrado. Todas las evidencias indican que el lugar estuvo destinado a diferentes rituales. Incluye dos de los mejores edificios de Machu Picchu, que están formados por rocas labradas de gran tamaño: El Templo de las Tres ventanas (cuyos muros de grandes bloques poligonales fueron ensamblados como un rompecabezas) y el Templo Principal (de bloques más regulares) que se cree fue el principal recinto ceremonial de la ciudad. Adosado a éste último esta la llamada "casa del sacerdote" o "cámara de los ornamentos". Hay indicios que sugieren que el conjunto general no terminó de construirse.
Intihuatana
Se trata de una colina cuyos flancos fueron convertidos en terrazas, tomando así la forma de una gran pirámide de base poligonal. Incluye dos largas escaleras de acceso, al norte y al sur, siendo ésta última especialmente interesante por estar en una largo trecho tallada en una sola roca. En lo alto, rodeada de construcciones de élite, se encuentra la piedra Intihuatana ("donde se amarra el Sol"), uno de los objetos más estudiados de Machu Picchu, que ha sido relacionado con una serie de lugares considerados sagrados desde el cual se establecen claros alineamientos entre acontecimientos astronómicos y las montañas circundantes. []
· Sector Urin
Roca Sagrada
Se le llama así a una piedra de cara plana colocada sobre un amplio pedestal. Es un hito que marca el extremo norte de la ciudad y es el punto de partida del camino a Huayna Picchu.
Grupo de las Tres Portadas
Es un amplio conjunto arquitectónico dominado por tres grandes kanchas dispuestas simétricamente y comunicadas entre sí. Sus portadas, de idéntica factura, dan a la plaza principal de Machu Picchu. Incluye viviendas y talleres.[]
Grupo de los Morteros o Acllahuasi
Es el más grande conjunto de la ciudad a pesar de lo cual tuvo una sola puerta de ingreso, algo que podría sugerir que se tratara del Acllahuasi (o casa de mujeres escogidas) de Machu Picchu, dedicadas al servicio religioso y a la artesanía fina. Incluye una famosa habitación de piedra bien labrada en cuyo piso se encuenttran dos afloramientos rocosos tallados en forma de morteros circulares supuestamente para moler granos. Algunos autores piensan que éstos se llenaban con agua y en ellos se reflejaban los astros. El conjunto incluye evidencias de un uso ritual (hay altares e incluso una kancha construida alrededor de una gran roca). Parte de sus ambientes evidencian haber sido residencias de élite.[]
Grupo del Cóndor
Es un amplio conjunto de construcciones, de trazo no siempre regular, que aprovecha los contornos de las rocas. Incluye algunas cuevas con evidencias de uso ritual y una gran piedra tallada en el centro de un amplio patio en la que muchos creen ver la representación de un cóndor. Al sur del "cóndor" se encuentran viviendas de élite, que tuvieron el único acceso privado a una de las fuentes de Machu Picchu. Entre las viviendas y el patio del cóndor se ha identificado claros restos de construcciones dedicadas a criar cuyes (Cavia porcellus).
Escalinata de las fuentes
Es un conjunto formado por una gran escalera junto a la cual corre un sistema de 16 caídas artificiales de agua, la mayoría de las cuales está cuidadosamente tallada en bloques poligonales y rodeada de canaletas labradas en la roca. El agua proviene de un manantial en las alturas del Cerro Machu Picchu que fue canalizado en tiempos incas. Un sistema adicional en lo alto de la montaña recoge filtraciones de la lluvia de la montaña y las deriva al canal principal[].
EL VALLE DE URUBAMBA
Para los Incas el valle de Urubamba es la entrada a la selva, el antisuyu, la amazonia, la tierra de los "chunchos". El río que lo forma tuvo por nombre antiguo Willka Mayu o Río del Sol, y el nevado de cuyos deshielos nace era llamado Willkan Uta o Casa del Sol. Este valle estuvo íntimamente ligado con el culto solar, ya que la palabra Willka es la de tal dios, palabra que antecede en uso al ahora más popular Inti.
Antes de la fundación del Tawantinsuyu, en el siglo XV, el valle estaba habitado por pequeños curacazgos. La parte alta la ocupaban los Kanchis, que frecuentemente hacían la guerra a los Collas del altiplano. Más abajo estaban los Ayarmacas, cuyos curacas se hacían llamar Tocay Capac. Hacia la ruta del Cusco, en la actual provincia de Canchis, Pinau Capac tenía bajo su dominio parte del valle del Cusco. En la leyenda sobre el reparto del mundo aparecen como beneficiarios Manco Capac, Colla Capac, Tocay Capac y Pinau Capac. Esto indicaría que en esos tiempos, previos al Tawantinsuyu, eran éstos últimos quienes controlaban el valle de Urubamba o Tampu, como se le conocía en ese entonces.
La palabra quechua tampu tiene varias acepciones: posada, propiedades fuera de la ciudad, el nombre de un valle, un río y una nación. La más usada es la primera, la que se refiere a posada y que se ha castellanizado como "tambo". Se le encuentra en muchos topónimos formando palabras compuestas, como en Limatambo (Posada de Lima), Tambomachay (Cueva de los Tampus), Pacaritambo (o Pakarejtampu = donde aparecieron los Tampus).
La acepción de Tampu como apelativo de nación es usado para nombrar al curacazgo que habitó ese valle antes de los Incas. Tal como es mencionado en las leyendas, fue una de las naciones fundadoras del Cusco (Qosqo), junto a los Maska, Mara y Quillke. Se ha relacionado la leyenda sobre la fundación del Cusco por los Cuatro Hermanos Ayar con las cuatro naciones ya mencionadas. De ese modo, según este mito los Masca estarían representados por Manco Capac (el héroe fundador), los Tampu por Ayar Uchu, Los Mara por Ayar Kachi y los Quillke por Ayar Auca. Uchu significa "ají", y por su clima y altitud, esta planta fue ampliamente cultivada en ese valle, así como la planta de la coca a cuyo tratante se le dice en aymara "tambu-kiru".
Pachacutec fue el primer Inca en salir más allá del valle del Cusco, luego de su épica victoria sobre los Chancas. Parte de sus amplias conquistas incluyó el valle de Tampu, que, a pesar de estar habitada por esa nación, hermana del Cusco, no se libro de su férreo dominio. Por su belleza natural, clima benigno (uno de los mejores de los andes) y rico suelo, lo usó como asentamiento predilecto de la nueva nobleza imperial, engalanando al valle con varias de las más fastuosas ciudades del Tawantinsuyu, como son: Ollantaytampu y Machu Picchu.
Muro y entrada trapezoidal. Se puede apreciar el perfecto uso de la piedra por los ingenieros incas y las típicas entradas trapezoidales. Picchu fue mandada a construir por Pachacutec para ser la más bella del Tawantinsuyu.
Muchos años después (1533), sirvió este valle como refugio y última morada de los Incas de Vilcabamba, que resistieron por algunas décadas someterse al poder español, luego de la conquista del Cusco.
PICCHU, UNA LLACTA INCAICA
Las Llactas son la mejor prueba del espíritu imperial de los Incas y su afán de dominar permanentemente las naciones que conquistaban. Son éstas grandes asentamientos construidos en la ruta del Capac Ñan (Camino Real Incaico) con la finalidad de controlar y administrar la economía de las diferentes regiones conquistadas. Fueron construidas siguiendo un planificado orden mandado por la necesidad de controlar y retener sus conquistas. En esencia, las llactas fueron ciudades burocráticas donde residían los administradores incas y todos los funcionarios de su ayuda, junto con sirvientes y artesanos.
Picchu (nombre original de Machu Picchu) fue una de estas llactas, pero retuvo para sí un papel especial. Es la única alejada del Capac Ñan y fue construido en un lugar recóndito e inexpugnable del valle de Tampu, en tierras de la panaca de Pachacutec (el fundador del Tawantinsuyu). Fue la mas bella del imperio porque fue construida para ser el refugio y morada de lo más selecto de la aristocracia en caso de un sorpresivo ataque. Los caminos que conducían a Picchu eran prohibidos para el común de la población, pues era su ubicación un secreto militar.
Los profundos barrancos y agrestes montañas son la mejor defensa natural. Como toda llacta importante, no dejaron de estar presentes en Picchu un Acllawasi ("casa de las escogidas"), un intiwatana (reloj solar, que marca las estaciones del año), kallancas (galpones para los guerreros), baños y acueductos, así como amplias áreas con andenerías.
El Intiwatana o "lugar donde se amarra al sol". Esta piedra es la pieza central y más importante de un complejo sistema de mediciones astronómicas para determinar las fechas de inicio y fin de las campañas agrícolas.
Finalmente Picchu cumplió con la razón para la que fue construida. Sirvió como refugio a una parte de la aristocracia (en especial de las Acllas -mujeres escogidas para servir al dios sol-) después de la conquista española del Cusco en 1532. Al estar (como ya se dijo) alejado de toda ruta y no ser un centro productor, no recibió el embate directo y destructivo de los nuevos conquistadores. A la captura del último Inca rebelde: Tupac Amaru, debió ser abandonada, pues ya no había razón para seguir viviendo en ella.
WAYNA PICCHU, LA JOVEN MONTAÑA
Gracias a los documentos que se han encontrado en los últimos años, sabemos que el sitio, en tiempos anteriores a la visita de Hiram Bingham, se llamaba simplemente Picchu, o "montaña". Tenía dos secciones: una sur, un macizo giboso llamado Machu ("mayor" o "viejo"), y otra norte, delgada y erguida, llamada Wayna ("menor" o "joven"). En verdad es en el centro de ambos cerros que se encuentra el santuario, sobre la cresta que les sirve de puente. El nombre Machu Picchu se debe a la referencia de los guías de Bingham a la sección hacia donde debían ascender para llegar a las ruinas. Cuando llegamos al extremo norte del santuario, detrás de la roca sagrada encontramos el sendero que conduce a Wayna Picchu. Luego de pasar una pequeña colina llamada Uña, el sendero se convierte en una larga y angosta escalinata que rodea el cerro por el oeste. Sus escalones, en algunos tramos, están directamente tallados en la roca. Junto al sendero, que se adapta a las curvas del cerro, podemos apreciar pequeñas terrazas de cultivo que forman parte de los jardines que adornaban el santuario y su entorno. Otro sendero asciende a Wayna Picchu desde Mandorpampa, en el noreste. Es más empinado, más largo, y cruza terrazas y grutas que sirvieron para depositar a los muertos. En la cima, que tiene forma de cuchilla y una altura de 2 720 m, en medio de las rocas hay una piedra labrada que la imaginación popular ha denominado la "silla del Inca". También hay unos pocos recintos y terrazas. La vista es impresionante: todo el santuario se divisa como si se tratase de una maqueta, y en el entorno se aprecia el extenso horizonte que conforman los picos, los meandros del Urubamba y los desniveles de las quebradas.
EL TEMPLO DE LA LUNA
Si bien el paisaje y los pocos restos de edificios y terrazas situados en la cima del cerro son por sí mismos apreciables, no cabe duda de que el conjunto de cavernas de la ladera norte, que le da la espalda al santuario, es un monumento espectacular. Las cavernas están asentadas en los riscos de la cordillera, virtualmente sobre el río Urubamba, que corre a varios cientos de metros de profundidad en el cañón que rodea el cerro al cambiar su curso sur-norte en dirección contraria para formar una suerte de gran voluta. Muchas de las cavernas han sido embellecidas por el hombre y convertidas en recintos probablemente destinados a sepulturas. A las más notables se les conoce como el templo de la Luna. En realidad este nombre es arbitrario, al igual que los muchos nombres con los que se identifican otros sectores de Machu Picchu. Y es que aquí ni siquiera tuvo que haber un templo, aun cuando las formas y la ubicación de las cavernas dan noticia de una función antes ceremonial que doméstica, administrativa o militar. Varias de las cavernas están interconectadas. Existe una muy grande en la ruta que sube desde Mandorpampa. Se trata de una caverna apostada debajo de una gran roca, de manera similar al mausoleo real o a la cripta del Cóndor. Tiene unos siete metros de ancho, 12 m de largo y 2,5 m de alto, y el suelo plano. Sobre esta hay otra de tamaño similar y ambas están asociadas a corredores, escalones y pasajes intermedios. Las cavernas han sido acondicionadas con mucho cuidado: sus paredes internas son de sillería fina y presentan lujosos detalles, como nichos de triple jamba y altares labrados en la roca. Aparte de los mausoleos real y del Cóndor, estos son los más destacados. En las excavaciones realizadas por el equipo de Bingham, en las laderas norte y este del cerro, se hallaron alrededor de cinco cuevas que presuntamente fueron ocupadas para guardar cadáveres momificados. Lamentablemente, las cuevas que están asociadas al templo de la Luna no contienen ya restos, que probablemente fueron saqueados. Las que quedaron son pobres en acabados y escondían sólo cerámica rota. Se trata más bien de grietas que de cuevas.
INTIHUATANA
El intihuatana se encuentra en una de las explanadas del Templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu, es uno de los mayores misterios de la cultura incáica. Diariamente centenares de turistas sienten la energía que emana de este monumento de piedra semejante a un obelisco en miniatura que parece concentrar toda la fuerza telúrica de la ciudadela de Machu Picchu. Se cuenta que el Intihuatana lo utilizaban para amarrar al Sol ya que era su padre y su Dios y no querían que se fuera; o, quizás, sólo pretendían alargar el día y estirar las horas de luz, para trabajar más horas en el campo abriendo surcos en los valles fértiles o cultivando los frutos de la mamapacha (madre Tierra). Así lo cuentan los hombres andinos desde Abancay (la tierra del Dios que habla) hasta las cumbres del Huascarán (el nevado más alto del Perú) al narrar esta vieja leyenda surgida en tiempos prehispánicos, cuando el mundo andino era dominada por el Inca. Se le atribuía el crecimiento de los cultivos y era el padre de Manco Capac y Mama Ocllo, los fundadores del imperio, por esa razón se levantaron numerosos templos y santuarios para adorarlo. Aún hoy, la leyenda del Intihuatana se recuerda en tierras cordilleranas. La narran decenas, cientos, quizás miles de hombres de todas las razas y naciones indígenas, quienes describen extraños monolitos que servían de "estacas" para el astro. Se cree que una de estas "estacas", está localizada en la explanada del Templo de las Tres Ventanas de Machu Picchu, la colosal ciudadela inca protegida por el Inti o Sol, el dios todopoderoso que hasta 1911 – año en el que llegó el norteamericano Hiram Bingham – se dio maña para evitar las pisadas intrusas de los hombres de occidente. Intihuatana es el nombre de este peculiar obelisco. ¿Es sólo una coincidencia?, ¿una inocente homonimia? o ¿se trata de uno de los lugares en donde los incas pretendían amarrar al sol, tal como lo cuentan los hombres del ande, al narrar la vieja leyenda?. Más allá de las especulaciones, lo cierto es que el monolito atrae la admiración de los turistas que recorren el complejo arqueológico más visitado del Perú. Ellos posan sus manos o recuestan su frente en la irregular escultura, sintiendo una extraña energía, una inexplicable fuerza que emerge de cada una de sus cuatro aristas.
DÓNDE IRRADIA LO INEXPLICABLE
El Intihuatana está tallado en una mole de granito. Tiene forma de prisma y sus cuatro vértices señalan los puntos cardinales. El obelisco ocupa un área total de 8 metros con 60 centímetros y está localizado en una pequeña explanada, al costado del templo de las Tres Ventanas, un observatorio Inca de la ciudadela de Machupicchu. Un cúmulo de interrogantes rodean a la extraña escultura. Su origen y su finalidad todavía están cubiertos por el misterioso velo de la historia, aunque algunos investigadores sostienen que fue un adoratorio donde se "amarraba al Sol", para que nunca dejara de brillar, pues, si su luz se extinguía, se acabaría la vida en las alturas. Sería el final de sus hijos. También hay quienes dicen que el Intihuatana era un reloj solar. El tiempo y las estaciones del año se calculaban de acuerdo a las sombras proyectadas por el sol, al posar sus rayos sobre la escultura de granito. Otros ven en él una señal de los seres del espacio, una huella de los extraterrestres que, de vez en cuando, se dignan visitar la tierra. En fin, incógnitas que le añaden un halo de misterio. No hay respuestas inapelables. La única certeza es que en el Intihuatana la energía fluye libremente, envolviendo a todos los visitantes, quienes, por simple curiosidad o en búsqueda de renovación espiritual, ascienden los 78 escalones de piedra labrada que conducen a la "estaca", donde los Hijos del Sol pretendían amarrar a su padre y a su Dios. Así, nunca dejaría de brillar en su fastuoso imperio.
INTIPUNCU
Intipuncu, significa en quechua "Puerta del Sol" y se ubica a un kilómetro al sur-este de la ciudad inca. Corresponde a la ciudadela que protegía la ciudad, y se une a ella por un "inti ñan" o "Camino Real". Llama la atención la presencia de altares o descansos litúrgicos, cual portadas, construidas a trechos o intervalos, a los que Bingham denominó "estaciones rituales". Intipuncu es un importante recinto arqueológico, con ambientes y calzadas flotantes, conformado por las lozas que emergen como alerones del flanco de la montaña.
Machupicchu no solo es el nombre de una ciudad inca.
Es, antes que nada, el nombre de una montaña que llega a los 2795 m.s.n.m de altura y en cuya ladera norte sobresale un enorme promontorio rocoso sobre el que los antiguos peruanos construyeron la famosa ciudad. Por un abra de la montaña, a medio camino entre la cumbre y la ciudad, pasa el famoso camino inca que viene desde el lejano Ollantaytambo y que, luego de atravesar muchos pueblos incaicos en ruinas llega a Machupicchu. En ese abra se levanta unas pocas, sencillas y ruinosas construcciones actualmente conocidas como Inti Puncu " Puerta del Sol", por que en determinadas épocas del año, el sol, visto desde los más importantes edificios de Machupicchu, sale justamente por ese punto. Llegar al Inti Punku significaba llegar al final del camino Inca. De allí hasta la ciudad todo es descenso.
Y es fácil no tanto por el camino en si sino porque todos los viajeros que bajan desde este punto están hipnotizados por la visión de la gran ciudad que se levanta mas allá, y caminan casi sin darse cuenta. El paisaje es imponente. A la mano derecha se tiene el gracioso cerro Putukusi, debajo de el se encuentra el gran rió Vilcanota (o Urubamba) que ruge haciendo eco en las montañas mientras entra al Cañón de Urubamba. Por fin, al frente, una hermosa montaña puntiaguda con paredes verticales aparentemente invencibles, el Huayna Picchu.
Y enfrente de el la gran ciudad. A la mano derecha el gran cerro San Miguel y sus montes anexos. También se ve desde aquí el pico del cerro Machupicchu, que es la montaña donde se encuentra Inti puncu y la misma ciudadela. Las construcciones de Inti Puncu empequeñecidas ante tan vasto panorama, son sencillas. Allí están los restos de una casa que sin duda sirvió de control (algo como una aduana o una garita de control militar o un pequeño tambo) para todos los viajeros que tuvieran como ultima parada la ciudad de Machupicchu. Hay también hermosas andenerías y excelentes vistas de las nieves eternas de la cordillera oriental de los Andes.
EL TEMPLO DEL SOL
El templo del Sol esta construida sobra una roca in situ que esta formado por:
· EL TEMPLO DEL SOL.
Construcción semicircular sobre una roca maciza. En este edificio se hallan dos ventanas trapezoidales y según los cronistas, en la época que era habitada, tenían incrustaciones de piedras preciosas y oro. Está conformado por una serie de construcciones que dominan el conjunto de la Ciudadela. Tiene forma semicircular y está sobre una roca maciza con una curvatura natural de 10.5 m. Se han utilizado bloques de piedra finamente trabajados. Hacia el lado norte destaca una puerta con jambas horadadas. Al oeste de este templo hay un patio rectangular con nueve hornacinas intercaladas con clavos de piedra. El "Templo del Sol" era originalmente un complejo muy protegido. En tiempos incaicos sólo los sacerdotes y el Inca podían usar estos templos, pues permanecían cerrados y protegidos. La gente realizaba sus ceremonias populares en áreas abiertas o plazas como en Machu Picchu o Cusco.
La entrada del Templo del Sol tenía una puerta de madera doble, magnífica, que en su superficie interiores tenía un sistema de seguridad con anillos de piedra. Sobre el dintel de la puerta se debe de haber colgado y atado dos estacas, dentro de las cajas pequeñas talladas en las jambas interiores. El propio templo se construyó sobre un enorme canto rodado. El templo tiene forma semicircular. Su pared trasera es recta y el templo fue construido con arquitectura inca, es decir, con piedras superpuestas con excepcional capacidad para lograr juntas casi perfectas. La pared semicircular tiene dos ventanas, una de ellos con la cara hacia el este y la otra hacia el norte. Según los científicos modernos estas dos ventanas constituyeron el observatorio solar más importante de Machu Picchu. Mediante la ventana que enfrenta el este fue posible medir con precisión el solsticio invernal, en función de la proyección de la sombra de la piedra central. Ambas ventanas tienen el listón falso tallado fuera de la cara que sirvió ciertamente para apoyar los elementos que hicieron fácil las observaciones y mediciones solares. En el centro del templo hay un altar de piedra tallada que sirvió para llevar a cabo las diversas ceremonias que honran al Sol. Es aquí donde se ejecutaron los sacrificios de animales, para analizar sus corazones, pulmones y vísceras, para que los sacerdotes pudieran predecir el futuro.
También aquí el Inca tenía que beber la chicha (cerveza de maíz) junto con su padre el Sol. La pared trasera tiene una ventana con pequeños agujeros tallados que se conoce como la Ventana de la Serpiente (nombre dado por Bingham). Los agujeros son muy similares a aquellos encontrados en el Templo de las Estrellas, en el Qorikancha del Cusco, que según Garcilaso guardó ornamentos de piedra y metales preciosos. Posiblemente, estos agujeros tuvieron similar función. Las paredes rectas del templo tienen nichos trapezoidales en sus caras interiores que sirvieron para guardar diferentes ídolos y ofrendas. Algunos autores indican que originalmente este templo tenía un tejado cónico de paja, y lo nombran como Suntur Wasi o Torre Militar.
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