Muchas compañías procedentes de Hong Kong viajaban directamente a los Estados Unidos y sus contratos se extendían a La Habana, también fueron contratados principales actores de Hong Kong y China continental para actuar en las compañías creadas en Cuba y especialmente en el Barrio Chino donde surgieron otros teatros para la representación de óperas, entre ellos La Voz de la Nación, instalado en Dragones entre Manrique y Campanario; La Gran China que estuvo ubicado en San Nicolás entre Dragones y Salud; el Nuevo Continental (posteriormente cine Coral) que se halla en Manrique entre Zanja y Salud y el Kam Yen, de Rayo y Cuchillo, hoy Cine teatro Aguila de Oro. El primer teatro, de Zanja y San Nicolás, evolucionó hasta convertirse en el Teatro Pacífico, donde además radicó una compañía de música y un restaurante.
El teatro de ópera, especialmente, cantonesa, significó mucho para la Comunidad China: por un lado era un negocio mas de los poderosos comerciantes de origen chino, y por el otro, propició el acercamiento de los inmigrantes a uno de los elementos de mas valor dentro de su cultura tradicional, al tiempo que favorecía la unión social de los diferentes grupos y un elemento de resistencia al natural enfrentamiento cultural en un adverso medio social predominante.
Los cubanos dentro del teatro chino
Con el paso de los años, los chinos van creando una descendencia mestiza, que pugna por ser aceptada dentro de la sociedad cerrada de los inmigrantes chinos. Poco a poco van siendo aceptados en algunas sociedades clánicas, principalmente en las relacionadas con los partidos políticos, Kuo Ming Tang y Min Chi Tang, que promovieron grupos de danzas y de música. Un ejemplo fueron las Danzas del León y los equipos atléticos, principalmente de artes marciales, aunque también existieron bandas de musica al estilo occidental.
Al producirse la Segunda Guerra Mundial, con los consiguientes peligros para la navegación marítima, los chinos pierden contacto con su país de origen y las compañías deópera que estaban contradas en Cuba deciden regresar a los Estados Unidos ante las dificultades económicas que surgían de una economía en baja. Esto ocasionó un descenso de las actividades recreativas de la Comunidad China, por lo que se buscan vías alternativas para que el negocio se mantenga aunque sea con mínimas ganancias. Es cuando los maestros del Chung Wah Yin Lok Kow Se, El Club Cultural de Musica China, deciden crear una nueva compañía en 1940, la Ópera Chung Wah, y como consecuencia tres agrupaciones mas: la Kuan Tih Lock, la Kuoc Sen y la Kuoc Kong. (En la ópera china son los maestros de música los que montan las obras y dirigen los ensayos.)
Los maestros chinos decidieron recurrir a los descendientes para formar el elenco de las nuevas compañías. Pero es necesario destacar que solamente las hembras eran llamadas para este trabajo, los varones se destinaban principalmente al comercio y a las escuelas de artes marciales o los equipos atléticos. Incluso agunas personas sin origen chino, sino apadrinados por estos, participaron del teatro de ópera.
Para integrar una compañía, a la muchacha de 8 a 20 años de edad, se le hacía pruebas de voz y musicalidad, de ser aceptada se asignaban los papeles de hombre o de mujer en determinada pieza, siempre según el timbre. Comenzaba entonces una verdadera odisea para la elegida: debía tener excelente forma física, aprender de memoria la fonética de los textos, pues la mayoría no conocía el idioma chino y debían conocer los libretos completamente que eran por demás, extensos. Del mismo modo debían aprender la mímica, los movimientos danzarios, el maquillaje y la utilización de los elementos escenográficos, que en el teatro de ópera china son mínimos.
Acertadamente José Baltar Rodríguez en su libro "Los Chinos de Cuba" afirma que por una parte el teatro de ópera cantonesa constituyó un elemento integrador del inmigrante con su descendencia mestiza y por otra, estas agrupaciones fueron, en esencia, compañías cubanas de teatro chino. (4)
La vida de estas compañías de cubanos fue efímera. La Ópera Chung Wah y la Kuan Tih Lock se desintegraron a finales de los años 40"s, mientras que la Kouc Sen se mantuvo hasta 1951, y la Kuoc Kong trabajó unos cuantos años mas. Pero en el poco tiempo en que se mantuvieron activas, lograron una altísima calidad interpretativa. Una muestra la dio Alejo Carpentier, que visitó los teatros chinos en 1944: "!Si hay crisis en nuestro teatro debemos reconocer que el Barrio Chino la ignora por completo!" (5)
Acudiendo a la memoria
Durante las celebraciones por el Centenario del Casino Chung Wah, Centro principal de la Comunidad China en Cuba, celebrado en el año 1993, un grupo de descendientes se reúne para organizar esta festividad y presentar algunas muestras del quehacer artístico de los miembros de la Asociación.
Surge la idea de rescatar el teatro tradicional, aunque solo como una muestra de lo hecho, mediante algunas antiguas actrices que aún vivían. Se logra contactar con Caridad Amarán (Jo Chou Lam), de Kouc Kong y Chung, y Elia Duarte (Chiu Pak Ley), la Chung Wah, quienes junto a Rosa Jo Chang (Jo Mei Chao), intérprete de música tradicional, comienzan a ensayar algunos pasajes de diferentes obras. Posteriormente se une Ana Li, de la Kuoc Sen y Kuoc Kong, y Yolanda Eng que integraba las compañías Kuan Tih Lock y Kuoc Sen, también se unió a ellas Georgina Wong. Desde antes Ana y Yolanda participaban en el rescate de otras manifestaciones artísticas, en apoyo al trabajo del Atlas de la Cultura Popular, en el Grupo de Danza del león, creado por el investigador Raúl Simanca Boulanger, ya fallecido.
Caridad Amaran conservaba partituras y libretos de la época, heredados de su padre y maestro, el actor Julián Fong (Fong Piu), que trabajó en la compañía Kuoc Kong, se encargaba de seleccionar los fragmentos y las escenas que representarían, transcribendo los textos en fonemas, del mismo modo en que se hacía anteriormente.
Los personajes masculinos siempre son representados por Ana y Georgina, mientras que los femeninos corren por cuenta de Caridad y Elia representa ambos sexos. La música estaba interpretada por Rosa Jo y Yolanda los platillos y el tamborcito. En el año 1996 la violinista concertista Milagros Lou, de la Orquesta Sinfónica Nacional, se une a este trabajo y le aporta sus conocimientos musicales y su experiencia, dotada de mucha paciencia y un excelente oído logra captar la esencia de los fragmentos y canciones, transcribiéndolos al pentagrama.
Destacable es que estas mujeres, ya ancianas, pero no por ello vencidas por el tiempo o la edad, se dieron a la ardua tarea de buscar y fabricar, (pues eso es lo hecho), todo el vestuario, los tocados y hasta gran parte de la mínma escenografía que emplean en sus presentaciones. Gracias a ellas, los antiguos trajes volvieron a la vida útil, y el teatro chino de Cuba, reverdeció laureles.
Durante los años 90 se representaron escenas de las piezas Mou Tay Long, Wong Pou Ching y La riña de un matrimonio, entre otras. De este modo, rescatando tradiciones y artes, miembros de la Comunidad China las actrices en este caso, pusieron su grano de arena en la obra sociocultural del Atlas de la Cultura Popular Cubana primero, y del Grupo Promotor del Barrio Chino años después, haciendo patente parte del legado cultural y artístico que sus antecesores dejaron a las nuevas generaciones.
Sirva este artículo como un eterno agradecimiento a las actrices Caridad Amarán, Elia Duarte, Gerogina Wong, Ana li, Rosa Jo Chang y Milagros Lou, y por extensión, a todos aquellos que de una forma u otra han contribuido a que no se pierda esta rica tradición cultural, otro de los aportes de los chinos a la nacionalidad y la identidad mestiza de Cuba.
Notas
(1) Antonio Chuffat. Apunte Histórico de los Chinos en Cuba. Tomado de José Baltar Rodríguez. Los Chinos de Cuba, Apuntes Etnográficos. Fundación Fernando Ortíz. La Habana. 1997. Págs 145-146
(2) Baltar Rodríguez, op. cit. pág 149
(3) Baltar Rodríguez, op. cit. pág 149-150
(4) Baltar Rodríguez, op. cit. pág 161
(5) Alejo Carpentier, "Teatro Chino de La Habana" Semanario Información. La Habana, 17 de Mayo de 1944, pág 14. Tomado de Baltar Rodríguez, op. cit. pág 164
Autor:
Julio Gerardo Hun Calzadilla
Escritor, Director de Radio e Investigador de la Presencia China en Cuba
En este mismo sitio tiene "La Danza del León Chino en Cuba" (conjuntamente con Carlos A. Alay Jo), "Las Sociedades Chinas en Cuba: escudo y sostén" y ·Chinos mambises desde el 68 al 78. 30 años en el Ejército Libertador de Cuba".
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |