I
Caminando y pensando en Maracaibo, a fines de julio de 2009, me encontraba reflexionando entre los diferentes hobbies o pasatiempos que tenemos las personas, me di cuenta que me gusta escribir.
Pudiera estar escribiendo por meses, percibiendo el tiempo presente infinito y no darme cuenta que la vida pasa. No sabría cuantificar el placer que le da a mis huesos, a mis manos, a mi pensamiento el depositar las ideas, palabras, fonemas, oraciones en un simple papel y luego, expresarlas a una persona, dos…al Universo entero.
Pero a diferencia del montón de hojas arrugadas que tendría un avezado escritor en su máquina antigua de escribir sobre el escritorio, construyendo montañas de papeles inservibles en su casa u oficina de trabajo; la primera década del siglo veintiuno muchas cosas han cambiado., independientemente que consigamos la proeza de volver a martillar encima del papel bond cada una nuestras ideas, dentro del olor a hierro y a rollos de cinta negra y roja, ya sea en un modelo Remington, IBM ó la lujosa dorada alemana de 1949[1]
Máquina de escribir Alemana Princess, de Oro de 18 Kilates[2]
II
Ahora, se escribe en teclados de ordenadores –computadores o computadoras-, en documentos virtuales, los cuales no tenemos necesidad de sacar de un rodillo halando la palanca que lo gira casi de forma indomable provocando el clásico chillido agudo de la hoja con sus escritos balbuceantes, incompletos de una idea moribunda y pronta a recrearse en el mismo u otro contexto del pensamiento, que el escritor intenta acertar como el deportista que lanza su flecha buscando el centro del blanco.
Simplemente se posiciona el apuntador del Mouse o ratón dentro del documento en el software de Microsoft o programación Libre; es decir, básicamente entre Microsoft Word y Open Office, haciendo un "click" – sonido casi mitológico fusionado con la electrónica, lo digital, la velocidad de proceso, la velocidad del teclado…
Fuente: http://images.google.co.ve/images?client=firefox-a&rls=org.mozilla:es- ES:official&channel=s&hl=es&q=imagenes%20de%20computadores&um=1&ie=UTF-8&sa=N&tab=wi
Los tiempos son otros, la tecnología, la concepción y aplicaciones de las comunicaciones individuales, intergrupales y globalizadas. En la actualidad, la juventud que debe centrarse en su crecimiento, formación y auto-descubrimiento en cuanto seres de propósitos, metas, proyectos y sentido conciente de una vida completada, integración social y universal de su momento histórico ha sustituido el club de lectores por el facebook, los blogs, el Chat; con un distanciamiento, a mi parecer, frío e inerte en la comunicación humana y donde a veces pareciéramos diluirnos entre las "mareas" de significados infinitos de la informática, el Internet, los celulares interactivos con la web.
Hemos olvidado la caligrafía palmer y todo lo que nos costó como humanidad el poder ejercer un trazo fino de un fonema con un grafito envuelto en madera, procesado y mejor conocido como lápiz; desde el descubrimiento del grafito en Cumberland, Inglaterra en 1654 y su producción en serie desde 1792 por Josef Hardtmuth[3]en Viena,
III
Adiós a las cartas, telegramas, tarjetas de presentación en máquinas de escribir, tinta, imprenta o artes tipográficas, todo se ha digitalizado y si todavía permanece la industria del papel será por otros intereses…hasta que se renueve, una vez más la tecnología y con el sentido ecológico, protector de lo que queda de Flora y Vegetación en nuestro planeta, la hoja antigua se transforme en una alternativa a la pantalla del computador.
Con una velocidad asombrosa todas las comunicaciones humanas, desde el papiro, pasando por el telegrama, entre otros dejaron de convertirse en sólo grafitos para establecerse en íconos, imágenes, audio y videos, con apenas un susurro balbuceante de sílabas o palabras "link" que introducen el pensamiento en otro contexto de realidad simultáneo, virtual o real…Puedes "bajar" o "descargar" desde un crucigrama, pasando por la Biblia, El Corán, La Torah, El Libro Tibetano de los Muertos, el Popol Vuh; Obras Científicas de Einstein, Galileo, Newton; filosofía de Platón, de Sócrates, de Aristóteles, de Tomás, de San Agustín hasta Nietsche, Sartre, Kierkegard…
Quizás, entonces, el escribir en el siglo XXI, no va a abandonar los libros, las guías, los poemas de Neruda, Benedetti, Lorca o Andrés Eloy; ni las novelas del Gabo, Cortázar, Gallegos; o los ensayos de Uslar Pietri, Agustín Cuevas, Teotonio Do Santos, de José Ingenieros acerca del "Hombre Mediocre"; Tratados como el de David Hume sobre la "Naturaleza Humana", de Immanuel Kant sobre "Crítica a la Razón Pura", Adam Smith sobre la "Riqueza de las Naciones" o Carlos Marx explicando la "Ideología Alemana".
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