Las tres etapas en la vida de la mujer (página 2)
Enviado por Felix Larocca
Esta interpretación de la inocencia de la doncella, resulta ser insultante a las tantas mujeres de hoy, que son maduras y competentes — aunque, sólo frisen en los veinte años de edad — ya que las minimizan.
Las tres gracias por Rembrandt
Actualmente, estas mujeres jóvenes, son quizás, la primera generación de hembras que han gozado históricamente de la posibilidad de explorar todo su potencial, incluyendo su sexualidad, y disfrutar de la libertad de aprender y de adquirir conocimientos en una atmósfera sin restricciones.
Sexualmente, ésta debería de constituirse en una fase de explorar el placer sin la carga de la maternidad.
Lo que no debe de ser construido como transformar la etapa como si fuese un período de actividad sexual ilimitada.
Existen lecciones a ser aprendidas acerca de la preparación, auto respeto, y condiciones apropiadas para el inicio de los encuentros sexuales.
Sin embargo, sin el concepto patriarcal de la doncella como propiedad privada, la joven queda en libertad para descubrir por sí misma, con orientación experta, su propio sendero hacia la satisfacción sexual con sus propios límites individuales.
Ritos de pasaje
Actualmente, aunque no existen celebraciones formales, hay una metamorfosis percibida cuando llega la primera menstruación.
La gran mayoría de las jóvenes púberes reportan sentimientos de vergüenza e inhibición, sí sólo por tener que ocultar el hecho de que sangran de una parte muy privada de sus cuerpos.
Y últimamente es el espectro de la fuerza formidable de la concepción.
Esta etapa no concluye con la primera relación sexual, sino con el embarazo y el nacimiento del primer bebé.
Tres etapas de la mujer por Gustav Klimt
La Madre
La tarea del desarrollo de la etapa de la Madre es la de aceptar y asumir esta responsabilidad única.
Los cambios psicológicos, radicales y profundos que acompañan esta transición son dirigidos por hormonas que no están disponibles en el cuerpo del padre biológico.
Las emociones impresionantes que la madre percibe acerca de asegurar el bienestar de su retoño son intensamente personales, ya que nadie o nada es más importante que la supervivencia de ese hijo.
Entre las hormonas descargadas durante el parto, está la prolactina, la hormona de la lactancia, que afecta de manera impresionante la capacidad de la madre para nutrir, ser paciente y mantener una vigilia constante sobre el bebé.
El cambio de la consciencia que ocurre durante la experiencia de la primera maternidad es el más repentino y más poderoso en la vida de la madre, salvo la experiencia de la muerte.
Espiritualmente, la etapa de la Madre es el momento sublime de la Jornada femenina. Dar nueva vida le enseña el significado de la entrega total, a través de los procesos formidables que se originan en su cuerpo.
La responsabilidad de ser madre se pone a prueba constantemente, a medida que ella aprende las lecciones de la compasión.
Si la consciencia de esta etapa aparece repentina o pausadamente, permanece consistiendo en un cambio del auto interés a la devoción desinteresada por otro ser humano.
Las mujeres de las culturas de diosas pasadas, eran honradas en la transición de doncella y se las preparaba meticulosamente para la siguiente transformación en la etapa de Madre.
Mujer en las tres etapas por Edvard Munch
Sería maravilloso si nuestras culturas pudiesen retornar a la observación de esos ritos de pasaje, en lo que fuera su significado, y enseñar de nuevo su sabiduría a las mujeres de hoy, donde quiera que ellas vivan.
La etapa de Madre provee acceso a nuevas fortalezas aprendidas a través de la experiencia del dar a luz y la crianza del recién nacido.
La capitulación de la madre a sus sensaciones corporales y al sentimiento de compasión son lecciones de profundo impacto espiritual que influyen en su propia sexualidad.
Las hormonas que acompañan la gestación y la lactancia influyen de manera poderosa en la identidad sexual.
La sexualidad de la Madre continúa su progresión, pero acompañada de cambios radicales generados por las responsabilidades de criar sus hijos.
Para aquellas mujeres que no paren, todavía existen muchas maneras de aprender y de expresar las lecciones de esta etapa: asistiendo en la crianza de niños ajenos, ayudando a personas que necesitan apoyo, fungiendo como madrastras, prestando asistencia a los descendientes de sus parientes, o proveyendo cuidado a animales.La pérdida del deseo sexual puede sobrevenir en cualquier etapa. Por esta razón sería importante dedicar atención a la más poderosa de todas las fases de la mujer: La Vejez, o fase de la Mujer Sabia.
La fase de la Mujer Sabia
La tarea esencial del desarrollo en esta etapa, es la de compartir sabiduría y conocimientos.
En los tiempos neolíticos, las Mujeres Sabias eran las matriarcas de la tribu.
Familia prehistórica
Su sentido acentuado de la naturaleza humana proporcionaba grandes conocimientos, siendo fuente de consejos valiosos, asistiendo en formular todas las decisiones mayores.
Espiritualmente, esta es la fase del dominio de la experiencia y maestría de la vida.
La Mujer Sabia enseña y transmite intuiciones derivadas de sus habilidades naturales y aprendizajes vitales.
Es un tiempo para minar sus valores intelectuales, utilizando los poderes de su perspicacia, encontrando significado para sus entendimientos del mundo de los ensueños.
Algunas de estas Mujeres Sabias son expertas a curar a otros a un nivel muy elevado.
En esta fase, más que en cualquier otra, se presenta la oportunidad de devolver al grupo social los conocimientos acumulados a través de los años.
Muchas de estas mujeres se encuentran poseídas por una necesidad poderosa de expresar sus ideas, de organizar a otras personas, de tomar acción.
Ellas aparentan disponer de la energía para envolverse en el mundo que las circunda.
Es, muy a menudo, la Mujer Sabia, la que promueve muchos de los cambios que se efectúan en su ambiente.
Éste puede ser un período colmado de recompensas en las vidas de todas las mujeres.
La transición de la etapa de Madre a Mujer Sabia, representa un cambio psicológico más gradual que el Doncella a Madre, el que fuera señalado tan dramáticamente con el nacimiento del primer bebé.
Menarquía sin preparación
La transición empieza cuando la mujer comienza a notar cambios en sus períodos menstruales.
La duración de la peri-menopausia puede durar, a veces, diez años. Los síntomas varían tan drásticamente, de mujer a mujer, que nadie, ni aún los especialistas, pueden predecir su terminación en una persona dada.
Es recomendable que las mujeres no esperan hasta que cesen los períodos, para cambiar a la modalidad consciente de la Mujer Sabia.
Ellas han llegado a la conclusión de sus deberes como proveedores de soporte y los síntomas físicos de la menopausia deben ser interpretados como un mensaje de que es tiempo de comenzar a considerar sus propias necesidades por encima de las de los demás.
La interpretación limitada de que la menopausia representa un fallo ovárico, a menudo conlleva a asunciones erróneas acerca de la sexualidad femenina más allá de la madurez cronológica.
Hasta muy recientemente, lo que las mujeres han escuchado son malas noticias.
Que sus vaginas se tornarán menos flexibles y resecas, que su energía se agotará, y que, su libido se esfumará.
Sin embargo, y tristemente, el paradigma médico, refleja y perpetúa los errores generalizados acerca de la sexualidad pos-menopáusica.
La asunción de que el deseo sexual y el placer asociado con la misma, inevitablemente declinan como resultado de la deficiencia hormonal, no es cierta.
Embarazo feliz
De acuerdo a la investigadora Christiane Northrup, aproximadamente del 70 al 80 por ciento de mujeres mayores de edad, no experimentan la menopausia como si fuera un problema.
Northrup afirma que la profesión médica nunca ha analizado un grupo de mujeres que no padecieran de las enfermedades de la menopausia.
Resultando en que las estadísticas deprimentes acerca de las mermas de los deseos sexuales, de la mujer — durante el proceso de envejecer — están sesgadas de manera negativa.
El control del instinto sexual
La edad de la Mujer Sabia, es potencialmente una fase muy significativa.
Es la edad del dominio sexual.
Las culturas de las diosas lo entendían muy bien.
Las tradiciones antiguas tántricas, fueron establecidas por mujeres expertas que entendieron las fuerzas sagradas de la sexualidad, y de su relación con lo divino.Estas mujeres maduras, continuarían sus actividades sexuales en la antigüedad, lo que consiste en uno de los mayores misterios acerca de la sexualidad humana, que hoy se nos han revelado.
Esas mujeres, seleccionaron permanecer sexualmente activas con sus parejas envejecidas — o, si viudas, y sin pareja — éstas se conoce, que tomarían amantes masculinos más jóvenes para disfrutar el placer, ya que, nadie, entonces asumiera que sus vidas sexuales habían terminado.
Su primer bebé
La menopausia, no es una enfermedad
Sin embargo, nuestras culturas colectivas tienen un problema con el envejecimiento de la mujer.
Por ejemplo, Susan Hodgkiss, una mujer sensual en sus setentas, protagoniza un drama en monólogo que se llama "Elementos carnales", en el cual ella relata historias acerca de las experiencias sexuales de ella y sus amigas.
Muchas de las personas que la escuchan, se muestran sorprendidas.
"Ella es muy vieja", dicen muchos.
Éste, es, precisamente, el dilema de la mujer vetusta. Porque ellas han sido entrenadas en creer que tienen mucho que perder cuando les llega la menopausia, porque se asume que la Mujer Sabia tiene posee menor valor que los hombres en nuestra cultura.
Sin embargo, en la actualidad, las mujeres pos-menopáusicas están reeditando el concepto cultural del significado de lo que significa envejecer.
Estas mujeres, ya no se adaptan a los estándares antiguos que proponían que las mujeres mayores de los cincuenta años eran caducas en todo el sentido de la expresión.
Las buenas nuevas proponen, que es muy posible lograr energías frescas provenientes de la experiencia transformadora de la menopausia.
Para muchas mujeres, una sexualidad asertiva puede resultar de la confrontación con sus asuntos de salud.
Actualmente más mujeres dentro de la etapa de la Mujer Sabia, se encuentran involucradas en la búsqueda del placer sexual que nunca antes en la historia.
Abuela feliz
Lejos de soslayar la sexualidad, Mujeres Sabias vitales, procuran el placer sexual como algo que ellas desean para sí mismas.
Los dominios psicológicos de la Doncella, la Madre y la Mujer Sabia
Las mujeres contemporáneas pueden reconectar con el deseo sexual por medio del reconocimiento de que son ellas mismas, expresiones de la Deidad del pasado.
Parte de este proceso se realiza con la re-internalización de los tres aspectos de su naturaleza femenina.
Una vez que esta síntesis de concientización ocurre, la mujer se torna totalmente cognoscitiva de las tres expresiones de la diosa dentro de ella lo que le permite la visualización de cada una individualmente, o de las tres simultáneamente.
La doncella, dentro de toda mujer representa el niño juguetón, que se regodea en el placer de la exploración sexual.
Ésta anhela ser amada. Representando la fuente natural de toda la curiosidad sensual.
Esta disposición para descargar su energía libidinosa, con la libertad de hacerlo dentro lo que a ella le conviene, en una situación segura, es esencial para que la Doncella haga su manifestación.
La Madre, por su parte, es la amante nutriente que derrama su aceptación incondicional, engendrando amor abnegado más allá de su propia gratificación.
Ella representa la fuente, dentro de la mujer, de la capacidad de comulgar con otro ser vivo en el acto de dar y de recibir placer sexual.
La Madre en toda mujer, es quien asume la responsabilidad por los condicionamientos seductivos, y sabe cómo rendirse a sus deseos sexuales.
Primavera, verano y otoño…
La Mujer Sabia, es la mujer conocedora que puede engendrar las fuerzas curativas que en ella residen.
Ella es la maestra que urge a las mujeres a que escuchen a su intuición y a que reconozcan la orientación divina.
La integración de las tres mujeres, en toda mujer, les permitirá expresar su individualidad especial, más intensamente.
En resumen
Una vez más hemos estudiado los aspectos únicos del estado de ser mujer, con énfasis debido dedicado a sus etapas evolutivas.
Tema que ha sido consagrado reiteradamente en la historia, la filosofía y en las artes.
Bibliografía
Larocca, F: (2007) Celebrando la Naturaleza, celebrando la mujer en monografías.com
Larocca, F: (2007) De la menopausia humana en monografías.com
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