Papel de la Evaluación del Aprendizaje en la formación de una cultura general integral en los estudiantes universitarios de Derecho (página 2)
Enviado por Alicia Alvarez
A partir de estos antecedente entendemos para uso de este trabajo como cultura general integral el conjunto de conocimientos que debe alcanzar el profesional del Derecho que le permita tener un dominio del sistema normativo cubano y de otros países, que esté en condiciones de hacer una justa valoración de las obras de arte, que posea profundas convicciones éticas, depurado civismo y las más amplias posibilidades filológicas con dominio de la Gramática, Retórica, Historia, Lógica, Filosofía, Política, Economía y con conocimiento de todas las demás ciencias.
Resulta evidente que para la formación de una cultura general integral en los estudiantes, la escuela y el profesor deben perfeccionar la evaluación del aprendizaje.
Para Milagros Cano Flores: La evaluación es un término que utilizamos comúnmente y lo asociamos la mayoría de las veces con el proceso educativo; sin embargo, el significado que atribuimos a este concepto es muy pobre en su contexto. Al escuchar la palabra evaluación, tendemos a asociarla o a interpretarla como sinónimo de medición del rendimiento y con examen de los alumnos; haciendo a un lado y olvidando que todos los elementos que participan en el proceso educativo comprenden el campo de la evaluación, y algo que es muy importante y significativo, destacar el hecho de que la evaluación no debe limitarse a comprobar resultados, conocer o a interesarse de lo que el alumno es, sino debe considerarse como un factor de educación. La evaluación es una oportunidad de hacer docencia, de hacer educación; y alcanza este sentido cuando constituye la base para la toma de decisiones acerca de lo que el alumno puede y debe hacer para proseguir su educación, puntualizando el que el proceso evaluativo como parte de la educación, debe adaptarse a las características personales de los alumnos, esto es, debe llegar al fondo de la persona, destacar lo que la persona es, con relación a sus sentimientos, emociones, acciones, etcétera.
Partiendo de la problemática que anunciamos en la introducción de este trabajo, esta no es la concepción que prevalece en nuestra Sede Universitaria, pero con una correcta capacitación de nuestro claustro profesoral la situación puede revertirse en relativamente poco tiempo.
De este concepto nos parece obligado destacar la manera precisa que plantea la total divergencia entre los términos evaluación y medición, porque no son sinónimos y consecuentemente no significan lo mismo. La medición o múltiples mediciones forman parte del proceso de evaluación, pero no lo agota. En este sentido la profesora Laura Pérez Loredo se apoya en Livas para afirmar: ¨medir es asignar números a propiedades o fenómenos a través de la comparación con una unidad preestablecida¨ y la evaluación es un proceso que consiste en obtener información sistemática y objetiva acerca de un fenómeno y en interpretar dicha información a fin de seleccionar entre distintas alternativas la decisión más correcta¨.
Hay otro rasgo del concepto que hemos asumido que nos parece oportuno destacar y es que la evaluación no debemos limitarla a la comprobación de resultados, sino que debe ser entendida como un aspecto del proceso enseñanza aprendizaje que evidencia los cambios y transformaciones operadas en los estudiantes a través de su carácter sistémico y planificado. En consonancia con los antes consignado Omedo, que también es citado por Pérez Loredo expresa que ¨la evaluación del aprendizaje es una proceso sistémico, mediante el cual se reconoce información acerca del aprendizaje del estudiantes y que permite en primer término mejorar ese aprendizaje y que, en segundo lugar, proporciona al docente elementos para formular un juicio acerca del nivel alcanzado o de la calidad del aprendizaje logrado y de lo que el estudiantes en capas de hacer con ese aprendizaje¨
La concepción de la evaluación como un proceso complejo y multifactorial nos permite contribuir a la formación de una cultural general integral en los estudiantes de Derecho, pues no se trata de formarlos como simples normatólogos y con una formación positivistas que le permita ser conocedores el sistema jurídicos vigente en nuestro país, sino que sean conscientes de los antecedentes de cada una de las instituciones, conceptos y categorías jurídicas, las cuales heredamos en un proceso histórico preñado de obstáculos y luchas de nuestro pueblo, así que tengan plena conciencia de por qué y en beneficio que quién se legislan, interpretan y aplican las leyes cubanas.
También nos parece oportuno profundizar en las funciones esenciales de la evaluación del aprendizaje que en este son:
Función de retroalimentación: Permite determinar en qué medida el estudiante asimila el contenido de la enseñanza. Es considerada como la principal función de la evaluación que servirá a los maestros y alumnos en forma directa para mejorar las deficiencias que se presentan en la realización del proceso.
Función instructiva: Esta influye en la creación de habitos de estudio y favorece el aumento de la actividad cognoscitiva.
Función de comprobación: Informa sobre el grado de cumplimiento de los objetivos y permite la evaluación de la enseñanza aprendizaje.
Función educativa: Permite la motivación positiva por los estudios, así como que el mismo sea profundo y consciente.
En este punto me permitiré una observación que me parece lógica y oportuna. La concepción de equiparar la evaluación a la medición puede responder a la idea reduccionista y dogmática de darle la mayor importancia a la función de comprobación en detrimentos de las restantes tres funciones.
En cumplimiento del sumario propuesto en la introducción nos corresponde exponer los momentos o etapas de la evaluación que son:
Evaluación diagnóstica: Se realiza ante de iniciarse el proceso enseñanza aprendizaje para comprobar el nivel de preparación de los alumnos para asumir los objetivos propuestos. Presupone el conocimiento a detalle del alumno que es en definitiva el protagonista principal del proceso para adaptar el diseño a su individualidad.
Evaluación formativa o continua: Es la que se realiza durante el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje para identificar las deficiencias cuando aún se está en tiempo de superarlas. Presupone la introducción de rectificaciones en el proyecto educativo para optimizar el proceso de logro del éxito por el alumno.
Evaluación sumativa: Es la que se realiza al término de una etapa del proceso enseñanza aprendizaje para verificar sus resultados. Tiene como finalidad la calificación del alumno y la valoración del proyecto educativo, del programa desarrollado, de cara a su mejora para el próximo período académico.
La combinación dialéctica de estos tres tipos de evaluaciones le permitirá al profesor poder obtener un buen resultado que se traduzca en la formación de una cultural general integral, sin limitarse al aspecto instructivo en detrimento de lo educativo y formativo de cada estudiante.
Para concluir nos detendremos muy brevemente en los rasgos más significativos de la evaluación cualitativa del aprendizaje que son:
Reflejo de todos los componentes del proceso.
Es más diagnóstica y formativa que sumativa.
Atiende más al proceso que al resultado de la evaluación.
Desarrolla el aprendizaje significativo.
Es crítica.
Sus indicadores son más abarcadores y ofrece una información más relevante.
Es nuestra consideración que debemos evolucionar de la concepción tradicional de la evaluación cuantitativa a la cualitativa y de esta manera se allanará el camino para la formación de una cultura general integral, sin dejar de tener en cuenta que la mayor dificultad de este tipo de evaluación es la imposibilidad práctica de la aplicación de normas y estándares consensuados.
La solución de la problemática planteada es la selección de 10 textos de contenido político, jurídico y económico de reconocidos autores nacionales e internacionales para que los alumnos los lean y que se entregue como evaluación un resumen de cinco cuartillas por cada obra. Esta serie de actividades tendrán como objetivo estimular en los estudiantes el hábito de lectura, desarrollar la curiosidad intelectual y de esta forma lograr que puedan aproximarse a las obras, a sus autores, los contextos en que fueron escritas, así como que tengan referencia a su contenido para que puedan ser usadas como fuentes bibliográficas en futuros estudios o trabajos investigativos. Los libros que proponemos para estas actividades son:
La Historia de Absolverá de Fidel Castro Ruz.
Cien Horas con Fidel de Ignacio Romanet.
La Cultura del Abogado de Delio Carreras Cuevas.
El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara de Carlos Tablada.
Cultura para el Desarrollo de Armando Hart Dávalos.
El Espíritus de la Leyes de Carlos Montesquieu
El Estado y la Revolución de Vladimir I. Lenin.
Del Delito y las Penas de César de Beccaria.
Crimen y Castigo de Fedor M. Dostoievski.
Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.
Estas obras han sido seleccionadas por que todas tienen puntos de contactos con el fenómeno jurídico aunque tienen enseñanzas en otras ramas del saber, posibilitarían a los estudiantes de derecho adquirir una cultura general integral y estarían en condiciones de proponerse nuevas metas similares a estás.
Bibliografía
1. Carreras Cuevas, Delio: Cultura para el Abogado, Ed. ONBC, 2004.
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3. Cano Flores, Milagros: Evaluación y Educación. [CD ROM] Maestría en Ciencias de la Educación Superior. CEDE. UMCC. Volumen 3.
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7. Días Barriga, Angel: Una polémica en relación con el examen. [CD ROM]Maestría en Ciencias de la Educación Superior. CEDE. UMCC. Volumen 3
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16. Ibarra Martín, Francisco y otros: Metodología de la Investigación Social, Ed. Pueblo y Educación, 1988.
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24. Sánchez-Toledo Rodríguez, María Elena: Acerca de las tendencias, corrientes y enfoques del pensamiento educacional contemporáneo. Tomado del CD Maestría en Ciencias de la Educación Superior, Módulo I, PLAC.
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26. Kaplún, Mario /sa/. Para una conceptualización de la comunicación educativa: ¿Recurso tecnológico o componente pedagógico? [CD ROM] Maestría en Ciencias de la Educación Superior. CEDE. UMCC. 11p.
Autor:
Sergio Jorge Pagés Valdés
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