- Modalidades dietéticas
- Peligros para la salud
- Guada
- Para finalizar, hablaremos de la deontología
- En resumen
- Bibliografía
"Más allá de los factores estéticos y psicológicos que suele involucrar un marcado exceso de peso, se considera que la acumulación inmoderada de grasa corporal constituye un verdadero proceso patológico que favorece la aparición y el desarrollo de enfermedades y alteraciones metabólicas crónicas, en aquellas personas afectadas que, asimismo, reducen la duración y calidad de vida más que en el resto de la población". FEFL en El Sobrepeso: Carga Compartida.
"Estoy totalmente convencido de que miles de nuestros semejantes humanos pudiesen beneficiarse por un programa similar al mío. Sin embargo, como las constituciones nunca son idénticas, un curso diferente de tratamiento pueda que sea aconsejable para remover una aflicción tan tormentosa". William Banting (1863) autor del primer libro de dieta, hablando de la obesidad.
Pedalearé y seguiré comiendo como antes…
Las dietas son la misma enfermedad que pretenden remediar.
Por la misma razón las llamamos la cuarta disorexia, porque dietando algunas personas pueden caer enfermas.
Las dietas populares, basadas mayoritariamente en falsas creencias, conducen a desequilibrios en el organismo, con repercusiones más o menos graves para la salud.
La perenne obsesión por perder las libras acumuladas en las pascuas, la Semana Santa u otras festividades, es una rutina entre nosotros.
Del mismo modo, para ayudarnos a rebajar peso, en esas ocasiones, también reaparecen innumerables anuncios de píldoras, hierbas, sustitutivos de las comidas, "dietas milagrosas", y, hoy, intervenciones quirúrgicas.
Sin embargo, expertos en la nutrición nos alertan repetidamente sobre la escasa fiabilidad de todos estos métodos para lograr la ansiada figura.
La Sociedad Dietética Americana (ADA) y la Sociedad Bariátrica Americana (ABA) se han movilizado para concientizar a las autoridades sanitarias y a la opinión pública sobre la enorme cantidad de información espuria que se publica en los medios de comunicación, haciendo especial hincapié en los peligros que conllevan los métodos que prometen perder peso de forma rápida y sin esfuerzo, que carecen del menor fundamento nutricional y científico.
La urgencia de poner orden al caos alimenticio actual no es casual y se basa en una premisa fundamental: el equilibrio nutricional es el pilar básico para un óptimo estado de salud. Por ello, las dietas deben seguirse siempre bajo riguroso control de un médico con conocimientos adecuados — de los que muy pocos existen.
Después y "antes"
Modalidades dietéticas
Las dietas populares, repetimos, que, basadas en su mayoría en infundadas ideas, tienen en común el erróneo aporte de grupos de alimentos (abuso de proteína, exceso de grasas, insuficiente cantidad de hidratos de carbono, y otras cosas más), lo que conduce a desequilibrios en el organismo, con repercusiones más o menos graves para la salud.
Se trata, generalmente, de dietas en las que predomina un macro nutriente (proteínas, grasas o hidratos de carbono), por lo que el régimen tiende a resultar repetitivo, poco apetecible y poco nutritivo. Como consecuencia, quienes siguen este tipo de dietas optan por comer menos y su peso disminuye por una baja y poco saludable ingesta calórica. Pero, todo es transitorio.
Dietas bajas en proteínas:
Se pierde peso a expensas de la masa muscular y de proteína visceral (la que forma parte de los órganos vitales: corazón, riñones…), baja la presión arterial e incluso se han dado casos de arritmias cardiacas intratables.
Ejemplos: dieta de la uva y el guineo, del melocotón, del yogur, a base de algas, sirope de salvia, la dieta de la pasta, de la papa, sopa anti-grasa, dieta desintoxicante, ayuno total-parcial-semi-dieta, macrobiótica, vegetariana estricta, y muchos otros esquemas similares.
Dietas ricas en proteínas y pobres en hidratos de carbono:
Prometen resultados rápidos sólo si se come carne, tocino, huevos y otros alimentos hiperproteicos, y si se suprimen o limitan al máximo alimentos ricos en hidratos de carbono, como cereales y derivados (arroz, pasta, cuscús), papas, cazabe, legumbres, verduras y hortalizas, y frutas.
Atkins es la más famosa de estas dietas que resultan ser un peligro para muchos de quienes las siguen.
Un aporte excesivo de proteínas pero insuficiente de hidratos de carbono puede ocasionar descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno acumulado en la sangre. También puede causar fatiga y mareos por falta de carbohidratos, ya que la glucosa, un sustrato deficiente en estas dietas, es la fuente de energía preferida por el organismo. Además, estos regímenes provocan una gran pérdida de líquido y electrólitos — lo que favorece la deshidratación — y elevan los niveles de colesterol y triglicéridos, factores de riesgo cardiovascular.
Por si todo lo anterior fuera poco, aumentan los niveles de ácido úrico y pueden provocar ataques de gota en personas con hiperuricemia (niveles de ácido úrico alto). (Para ver más: http://www.monografias.com/trabajos88/azucar-artritis-adiposidad/azucar-artritis-adiposidad).
Período paleolítico
A corto y medio plazo se pierde proteína muscular e incluso proteína visceral, ya que el organismo la emplea como fuente de energía. Con el tiempo, la falta de hidratos de carbono produce un exceso de acetona y otros cuerpos cetónicos en el organismo (cetosis), ya que el organismo se adapta a la situación y utiliza las grasas como sustrato energético, con el fin de compensar por la degradación de proteína muscular y visceral.
Dietas ricas en grasa y colesterol:
Este tipo de dietas, son una extensión de las dietas discutidas previamente, y constituyen una de las formas más peligrosas y desarrolladas en el tratamiento de la obesidad. Se basan en una reducción casi total en la ingesta de hidratos de carbono, que se sustituyen por grasas.
Algunos de los modelos dietéticos pueden proporcionar hasta 1.500 mg de colesterol al día, además de grasa saturada, a pesar de que quienes recomiendan este tipo de dieta pasan por alto su elevado aporte graso. Al aumentar los niveles de colesterol y de triglicéridos en la sangre, aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Por su desequilibrio nutricional provocan una disminución de las reservas de glucógeno (sustancia de reserva que una vez utilizada por el organismo se transforma en glucosa), y del agua ligada a él, lo que provoca una pérdida de peso rápida que se recupera cuando se vuelven a ingerir alimentos ricos en hidratos de carbono.
Pero, lo que se recupera son los fluidos perdidos.
Ejemplos: Dieta de Pennington, la "Revolución dietética del Dr. Atkins", combinaciones alimentarias del Dr. Shelton, dieta disociada de Montignac, dieta Scardale, dieta Mayo, dieta Messini — y cualquier modalidad de dieta hiperproteica.
Regímenes sin grasa:
No permiten tomar aceites, mantequilla, margarina ni cualquier otro tipo de grasa.
Siguiendo estas dietas hay riesgo de carencia de ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles (A, D, E, K).
Ejemplos: Dieta desintoxicante, sirope de salvia, del pomelo, ayuno total-parcial, dieta de 1.000 calorías, dieta de Hauser, dieta anti-celulítica, de la pasta, dieta de la papa, vegetariana estricta, y más.
Evolución involutiva
Otras dietas:
Consisten en consumir una gran cantidad de un determinado alimento. Son aburridas y nada atrayentes, además de desequilibradas nutricionalmente y sin base científica, y que además pueden producir trastornos digestivos y psíquicos, ya que rompen el ritmo alimentario normal.
Ejemplo: Toronjas: lunes arroz, martes carne, miércoles huevos… y similares.
Peligros para la salud
El principal riesgo de estas dietas reside en la incongruente manera en la que se pierde peso con ellas, consecuencia bien de una reducción importante e indiscriminada de las calorías ingeridas o bien de desequilibrios orgánicos que se originan al emplear alimentos en cantidad y de calidad inadecuadas.
Es decir, se adelgaza a expensas de perder líquidos, electrólitos, en menor proporción reservas de proteínas — músculo principalmente — y todavía en un menor porcentaje grasa, que es lo que realmente interesa perder, cuando ésta se acumula en exceso.
La gran aceptación de estas dietas radica en que, aun sin fundamento nutricional, permiten perder peso más o menos rápidamente a costa de ingerir menos calorías, por lo que en poco tiempo "convencen" a quien las realizan de continuar con ellas.
No obstante, resultan del todo inapropiadas para lograr pérdidas de peso sostenidas, ya que además de ser peligrosas para la salud, no enseñan a adquirir hábitos alimentarios correctos ni garantizan que se mantendrá a largo plazo la pérdida de peso.
Existe otra dieta, que muy pocas veces se menciona, porque los autores no la describieron para comercializarla sino para enfatizar los beneficios derivados de la dieta paleolítica, y, que, como las cosas que suenan esotéricas y que nos atraen, a veces se aplican insensatamente, por falta de entendimiento.
Sí, ésta es la dieta paleolítica
Esta dieta confía en que quienes la adoptan pretenderán vivir en el paleolítico superior, donde vivieran nuestros antepasados.
Atkins
En la interpretación de algunos, esta dieta envuelve el consumo de grandes cantidades de carne de un sopetón, como se cree que los hombres de las cavernas hicieran, seguido por un período de ayuno — entre cacerías — cuya duración ellos estiman a coincidir con los ayunos acostumbrados por nuestros antepasados después de comer la carne en abundancia.
El consumo liberal de vegetales y frutas es permitido, aunque evitan comidas como el pan que no era conocido hasta el desarrollo de la agricultura.
Lo que los adeptos a este régimen dietético no nos dicen que lo que ellos siguen es una adaptación fantaseada de lo que el entorno fuera en los tiempos del paleolítico, que es donde esta dieta tuvo su inspiración. (Para leer más: http://www.monografias.com/trabajos49/hiperactividad/hiperactividad2).
¿Qué recomendamos nosotros?
Nosotros hemos sido realistas desde que nos interesáramos en el tratamiento de la obesidad cuando estábamos en la División de Psiquiatría Infantil de Washington University en Saint Louis.
Desde el comienzo nos dimos cuenta de algo que el tiempo ha corroborado: Que no existe una dieta universal que aplique a todos los gordos.
Asimismo aprendimos que la tortura que el hambre representa es el enemigo mortal de todos los regímenes dietéticos.
Es obvio, que pretender que se posee un sistema ritualista que a todos aplica es una falsedad.
Por ello, nosotros hablamos de la Estrategia de Comer Humana Adaptiva (ECHA), la que solamente es efectiva si se aplica dentro de los parámetros de una estructura individualizada y controlada.
Por ejemplo, Guada, la víctima del pseudotumor cerebri, descrito en otra entrada. (Véanse La Ilusión de Capgras y Pseudotumor cerebri). (Para leer más: /trabajos91/azucar-como-droga-y-su-adiccion/azucar-como-droga-y-su-adiccion#lahipertea).
Guada
Llegó a nosotros procedente de Caguas, PR.
Su peso era 350 lb (no mencionamos el IMC, por ser mesura tan inexacta como errónea) y su estatura 5"8".
Pseudotumor…
Había participado físicamente en todos los programas dietéticos conocidos, y tenía urgencia de perder de peso, porque a los 42 años, había sufrido serias complicaciones de la gordura, incluyendo el cuadro mencionado del pseudotumor.
Que para ella fuera escalofriante.
El tratamiento fue intensivo:
La etapa inicial consistiendo de la educación, y cambios homeostáticos en la alimentación destinados a la regularización de las funciones hipotalámicas
La segunda etapa. La de la intervención terapéutica y la reducción del estrés
La tercera. La de la consolidación de las pérdidas de peso y la de la prevención de las recaídas.
¿Fue su plan como el de todas las pacientes?
¡Por supuesto que no!
Para finalizar, hablaremos de la deontología
Deontología término introducido por el anglosajón Jeremy Bentham —Deontology or the Science of Morality, en 1834 — Con este término se hace referencia a la rama de la Ética cuyo objeto de estudio son los fundamentos del deber y las normas morales. Se refiere asimismo a un conjunto ordenado de mandatos y obligaciones de comportamiento que comparten los profesionales de una determinada disciplina.
La deontología es conocida también bajo el nombre de "Teoría del deber" y junto con la axiología es una de las dos ramas principales de la Ética normativa. Aunque Bentham, erróneamente opuso, durante su vida, la noción, hoy establecida de la existencia de una Ley Natural. (Para seguir leyendo: /trabajos72/deontologia-aplicada-teoria-evolucion-sida/deontologia-aplicada-teoria-evolucion-sida).
En resumen
El perder de peso es como aprender otro idioma: es difícil, tedioso, demanda persistencia, motivación, asiduidad, y deseo. Aprender otro idioma no es para todos, porque implica un cambio, un cometido y un ajuste de vida. El perder de peso es igual y asimismo difícil.
El deseo de lograr lo que uno anhela en la vida, a menudo se pierde cuando se confronta el esfuerzo involucrado. Por esa misma razón, nadie realmente le dedica el esfuerzo requerido a superarse o a ser mejor — basta con decir que se va a hacer y eso es lo suficiente.
Aquí ofrecemos estas pautas a nuestros lectores, entendiendo bien que para poner este conocimiento en perspectiva se requiere un deseo que trasciende el deseo, simplemente, de no ser gordo y en su lugar abandonar el camino que nos señala el contagioso ritmo de la Bamba: "y arriba y arriba y arriba iré…"
Fin de la lección.
Bibliografía
Larocca, FEF: El Sobrepeso: Carga Compartida en monografías.com
Larocca, FEF: La Primera Dieta Conocida: La Historia de William Banting en monografías.com
Larocca, FEF: El Ser Humano: Sobrepeso en mailxmail.com
Larocca, FEF: La Deontología Aplicada: La Teoría de la Evolución y el SIDA Como Paradigma Evolutivo en monografías.com
Larocca, FEF: El Azúcar Como Droga y su Adicción en monografías.com
Larocca, FEF: Azúcar, Artritis y Adiposidad: Le Tricorne Mutante de la Globesidad en monografías.com
Para una colección exhaustiva de artículos relacionados a este tema: /cgi-bin/search.cgi?substring=0&bool=or&nb=1&query=dieta+larocca&buscar=Buscar
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca