Descargar

El oro maldito y la teoría del sapo

Enviado por planmerlipdp


    1. El Oro maldito
    2. En América
    3. El ejemplo de California
    4. Se chupan el agua
    5. Volviendo a los batracios
    6. Citas y fuentes

    Es conocida la experiencia hecha con el sapo, arrojado a una olla con agua muy caliente. El pobre animal da un salto mayúsculo al tocar el líquido y así evita quemarse vivo.

    En cambio si a ese batracio se lo sumerge en la olla con agua fría que se ha puesto a calentar a fuego muy lento, se irá adaptando a la temperatura en aumento y terminará hecho puchero.

    Esto mismo nos está ocurriendo frente a la contaminación que provocan las mineras multinacionales que están desembarcando en nuestro país y que obtienen oro utilizando cianuro, matando toda vida en kilómetros a su alrededor y envenenando las capas freáticas de las que luego beberemos los humanos.

    Nos estamos acostumbrando tanto a vivir con la contaminación en aumento que no reaccionamos ya ni siquiera frente al cianuro. Es decir frente a la misma muerte.

    Del trabajo de estas mineras, tan peligroso, lo extraño es que el país sólo recibe el 3% de las utilidades –según la ley 24.196- pero si los minerales se exportan por los puertos patagónicos, se les reintegras el 5%, o sea que, aparte del daño, perdemos el 2%. (2)

    Hay una expresión popular rosarina, muy conocida, que refleja este absurdo. Se refiere a la mujer callejera que ejerce el oficio más antiguo de la humanidad, sin obtener ninguna compensación económica.

    Nuestros gobernantes y legisladores no se ocupan de este tema – dada su ignorancia – y las compañías mineras corren una desenfrenada carrera contra el tiempo guiadas por una codicia asesina. Saben que la información que reciba la ciudadanía muy pronto les impedirá guarecerse en las leyes imperfectas que regulan la minería nacional, aprovechando los resquicios legales para legitimar una tarea contraria a derecho, no ya al civil o constitucional, sino directamente al natural. Al derecho a la vida.

    Estas mineras cuentan, aparte de esas lagunas legales, con la opinión de algunos ingenieros químicos o "expertos" que asesoran a nuestros legisladores y gobernantes – legos en la materia – con argumentos que sólo sirven para justificar sus medios de vida, pues generalmente son empleados de esas mineras.

    Es tal su desprecio hacia nosotros los periodistas – hombres con sentido común– que desaprensivamente suponen que creeremos sus razones, por las cuales el cianuro puede llegar a convertirse en agua bendita.

    El Oro maldito

    La historia del oro es el reflejo amarillento de la historia de la humanidad.

    De su parte sombría. Es la historia de la avaricia, de la codicia, de la compra de las conciencias y de los esclavos. De la usura, particular o internacional. De la compra de armas, de la venta de secretos militares.

    Por unos puñados de oro en 1867 el zar de Rusia vendió Alaska a los EEUU. En 1917, cuando la revolución bolchevique, a los cadáveres de toda la familia zarista la turba le cortó los dedos para sacarles los anillos de oro. ¡Qué ironía!.

    Roosevelt debió abandonar el respaldo oro que tenía el dólar, porque significaba la dependencia comercial de los Estados Unidos frente a la libra esterlina. (3).

    Hoy día la importancia del oro en las reservas de los bancos centrales ha disminuido. El uso del oro en odontología ahora es ínfimo, al igual que en la industria.

    El remanente alcanza y sobra para satisfacer la vanidad humana sin necesidad de recurrir a la química, que tiene urgentes misiones más útiles para la humanidad.

    Al oro se lo buscó por todos los medios: en minas siguiendo sus vetas y en los arroyos lavando sus arenas. Miles de niños sucumbieron escarbando las estrechas ranuras entre las piedras, en la antigüedad y en el presente, como en Namibia donde se los compran a los padres para hacer ese trabajo.

    El oro siempre trajo la muerte, Pero no se había llegado al extremo de envenenar la tierra y el agua, como sucede ahora, al asociarlo al cianuro. Mala yunta diría Garcia Márquez – como el tango.

    Por algo los mapuches dicen en su lengua:

    Nguenechen – eln – mapu – millan – meu – Cumequedungu – cheguen. (Dios enterró bien al oro para Felicidad del ser humano). (4).

    En América

    En América la historia del oro y la plata fue trágica. Todos la conocemos. Le costó a Indoamérica cerca de cien millones de vidas. En Potosí, el cerro quedó perforado como queso gruyere.

    Los nativos esclavizados fueron uncidos como bueyes a la rueda mayor en la acuñación de monedas, encadenados hasta su temprana muerte.

    Una de las reinas actuales (por indicación de una ex – compañera de estudios) lo percibió personalmente al ver -en lo que hoy es museo- el gran círcuulo con la hondonada de treinta cm. producida por las usutas en el piso de lapacho y los grillos para humanos, en aquella tortura de siglos.

    Pero el oro maldito no sólo fue trágico para Indoamérica, Lo fue también para España. Cambiaron la cultura del trabajo por el ocio que trae el oro.

    Todo se compraba en el exterior, especialmente en Holanda.

    Entonces el oro se fue y la miseria quedó.

    Del oro que se enviaba a España se pagaba un impuesto a la corona, por lo cual se embarcaba mucho más del que se declaraba.

    Por eso, muchos veleros se hundían con el exceso de peso. La avaricia siempre rompe el saco.

    Tan maldito fue ese oro americano mal habido que el guardado en las arcas del estado emigró cuando la Guerra Civil: mitad a México – con el gobierno republicano en el exilio – mitad a Rusia – con los comunistas españoles.

    Así pues, triunfante Franco pero falto de solvencia comercial, fue obligado a envasar sardinas españolas con el sello Made in England y fabricar las obras muertas de los buques "construidos en Inglaterra". Atrás quedó la pretendida gloria descubridora, deslucida por la conquista genocida tras el oro maldito.

    Redimida España por el trabajo de su pueblo auténtico, que no tiene sangre real ni apellidos de nobleza, colaboró incluso con el crecimiento de esta parte de América, tierra de gloriosas gestas logradas con la ayuda de su mayor obsequio: el caballo y escritas en letras del mejor dorado: el idioma de Cervantes.

    De estas nuevas generaciones no llegaron más a estas tierras segundones de Castilla a obtener oro de cualquier forma para luego comprar títulos de falsa nobleza, sino hombres de trabajo de verdadera nobleza. (5)

    Estos nuevos inmigrantes se sumaron a los de otras naciones y los hijos de todos ellos somos los nuevos criollos que no odiamos al indio y lo consideramos el mejor guardián de la pureza de la tierra que también nos pertenece.

    El ejemplo de California

    En América también, pero en tiempos más recientes, California sufrió la fiebre del oro. Llegaron de todo el mundo buscadores y aventureros pero quedaron muy pocos pobladores. En 1920 el agua disponible sólo permitía la vida de 250.000 personas.

    En cambio el agua traída por el genial Willam Mulhollnd a través de 400 kilómetros convirtió a California en la quinta región-potencia del mundo que permitió la vida y el progreso de 36.000.000 de habitantes. (6).

    Es que el oro sólo trae codicia y el agua, en cambio, trae riqueza.

    ¡ Y pensar que ahora, por unos kilos de oro – que no serán nuestros – envenenan nuestras aguas, fuente de nuestra futura riqueza colosal !.

    ¿Conocerán nuestros ignorantes políticos el ejemplo de California?. ¿Sabrán que estos procedimientos mineros "se chupan el agua"?.

    Se chupan el agua

    "Se chupan el agua" – dice la Iglesia Católica en el documento de la Pastoral "Social de la Diócesis de Bariloche – y no hay agua en la meseta para la cantidad que estos megaemprendimientos requieren. (2)

    Ojalá sólo la chuparan. La usan, la envenenan y la hacen "desaparecer". Veamos por ejemplo los datos que la empresa internacional Barnick Gold presentó a la Dirección de Minería de San juan. Declara que se gastarán 151.000

    litros de agua por día, o sea 19 millones durante todo el proyecto. Agua que será contaminada y que harán "desaparecer" volcándola a los ríos o la absorberán las napas de las que luego tomaremos el "agua potable". (7)

    Esto sin contar con los accidentes "inesperados" que fatalmente siempre aparecen. Veamos unos ejemplos:

    Enero 2000. Catástrofe de Baia Mare (Rumania). El derrame imprevisto de cianuro afectó a 2.500.000 personas en Hungría, Rumania y Yugoslavia.

    Diciembre de 1992. Catástrofe de Summitville – Colorado – EEUU. Derrame de cianuro, la compañía quebró dejando daños que costaron 150 millones de dólares. Eliminó la vida a lo largo de 27 Km. del río Alamora.

    1995. Catástrofe de Guyana. Se derramaron por accidente 3,2 millones de litros de agua con cianuro. Mató todo lo que tocó a lo largo de 4 Km. Del río Essequibo.

    La lista continúa y es larga. (8)

    ¡Qué sucederá si un día hay un movimiento sísmico en la zona de una de estas minas!. No hay membrana que retenga estos lagos de agua con cianuro. Inevitablemente irán a contaminar las capas freáticas.

    Las Direcciones de Minería les han solicitado los coeficientes sísmicos de las membranas pero jamás han aclarado debidamente el punto. (9).

    ¿Qué argumento "químico" podrán aducir los ingenieros defensores frente a los accidentes tan comunes en todo el mundo?.

    ¿De que mármol las mineras les hacen las caras a estos expertos que las defienden?. Seguramente no será del mismo que Miguel Angel usó para esculpir el David.

    Volviendo a los batracios

    (Conclusión)

    Retornando al comienzo de este trabajo, observemos nuevamente a los batracios. Japón es un país altamente tecnificado. Su mayor problema es la protección.

    Debido al proteccionismo sus cultivos de arroz le cuestan nueve veces más que si lo importaran. Pero con los terremotos no hay proteccionismo posible. Sólo se pueden prevenir.

    Así pues, han inventado todo tipo de sensores sofisticados. Sin embargo nada supera la observación del comportamiento de las ranas.

    Ellas les anuncian los movimientos sísmicos, con la debida anticipación mejor que cualquier aparato tecnológico.

    Es que la Creación puso en los seres más insignificantes, dotes que le ha negado al hombre, quizás para llamarlo a cordura cuando su vanidad egocéntrica lo hace creerse Dios.

    Es así como el humilde sapo nos explica por qué el hombre no detiene el avance de la contaminación que lo llevará a la muerte.

    Despacio se está acostumbrando a ella. Pronto será puchero.

    CITAS Y FUENTES:

    (1) Winston Manrique – Madrid – El Pais 24/10/2004.

    Reprod. Andres Aldao "TODO por el pensamiento" Israel.

    (2) Reflexiones sobre la actividad minera Pastoral Social de la Diócesis de Bariloche (2004)

    (3) El Argendolar – Lelio Merli – (2002)

    Archivos Minist. Econom. OTEM/2 NOP 3294 / 2002.

    (4) Heraldo Ruddy González – Trelew – Argentina Indimedia (14/2/2003)

    (5) Segundones de Castilla – Frase española (Resentidos Sociales por no ser primogénitos)

    (6) Acuaducto Argentino Ing. Pablo Broestein (2003)

    Prof. Titul. Cátedra de Hidráulica Uni.Tec. Nac. Reg. Avellaneda

    (7) Humberto Kadomoto . Esquel – Chubut (2004)

    (8) Dra. Silvia González y Lic. Marte Sabores .

    Fac. Ciencias Nat.- Uni. Nac. Patagonia San J. Bosco

    (9) Hugo González – Ing. en Minas – San Juan .

    Diario La Séptima (25/9/2004)

    Por Lelio Merli

    Editor de El Fiscal Autor de: Coloquio Continuo – Mis Memorias . Enlazando Recuerdos Rosario (2000) – Argentina

    (IAR-Noticias) 09-Mar-05